Deforestación, reforestación circunstancial y tareas pendientes

Freddy Pacheco León

A casi 106 años de haberse decretado el Día del Árbol, por el presidente González Flores (derrocado por su ministro de Guerra, el sátrapa Federico Tinoco), Costa Rica todavía tiene mucho que hacer. Después de que fuéramos el país con la más alta tasa de deforestación a nivel mundial (más o menos entre los años ‘70 y ‘85) producto de la ganadería extensiva que arrasó con millones de hectáreas de bosque, hoy podemos ver como se han recuperado circunstancialmente muchos de esos terrenos gracias, precisamente, a que Costa Rica dejó de ser un país exportador de carne.

Pero es tan frágil ese avance que, en caso de cambiar nuevamente el mercado externo de la carne, muchas de esas áreas de bosque recuperadas, estarían expuestas a un segundo proceso de deforestación extensiva.  Ello, sumado a la ausencia de planificación en el uso del suelo (que se refleja por ejemplo en monocultivos sin control como la piña). Estamos pues en un proceso de recuperación que ha de ser parte de un proceso de planificación integral que todavía que está por definirse.

 

(Fotografía del GUAPINOL dedicado a Jorge Poveda en punta Catedral en el Parque Nacional Manuel Antonio).