Día Mundial del Sello Postal

José Luis Pacheco Murillo

El 7 de enero se conmemora el Día Mundial del Sello Postal, debido a que ese día nació Heinrich Stephan, personaje que organizo el sistema postal de Alemania y además fue el fundador de la Unión Postal Universal (UPU), fue proclamado así por la Federación Internacional de Filatelia.

Hoy en día el impacto de esta conmemoración podría considerarse insignificante ya que el uso de los sellos postales ha venido a menos. Sin embargo, la UPU en su momento logró estandarizar las reglas internacionales para el intercambio de cartas y paquetes en un tiempo récord. La UPU consiguió que para finales del siglo XIX, todos los países del mundo excepto China, cumplieran con dichas normativas. Lo que convirtió al correo en el mayor servicio de intercambio de información que tuvo la humanidad durante varias décadas, hasta la llegada de Internet.

Los sellos postales, necesarios para poder pagar el importe que representaba y representa aún el envío de paquetes y cartas, llegaron a tener tal importancia, no solo por ese propósito de pago, sino que, se convirtieron en símbolos relacionados con personajes, países, lugares, eventos, animales, obras de arte, paisajes y muchas cosas más. Incluso, hubo sellos postales cuyos diseñadores hicieron obras de arte.

Eso fue motivando que algunos fueran coleccionando esos sellos y esa actividad comenzó a crecer hasta hacerse una verdadera competencia de coleccionistas que esos sellos fueran valorándose económicamente cada vez más, un sello postal puede llegar a valer miles de millones de dólares, todo dependiendo de su antigüedad, quién elaboró su arte y cuantas reproducciones de dicho sello existan en el mundo. Por ejemplo, el primer sello postal del mundo fue el Penny Black de la Reina Victoria, fue elaborado por un profesor llamado Rowland Hill, obviamente británico, quien se limitó a hacer un perfil de la reina con la palabra Postage en la parte superior y las palabras OnePenny (1 penique) en el margen inferior. Este diseño tan sencillo hoy en día está valorado en más de dos mil millones de dólares, una enorme fortuna si vemos cuales son las dimensiones y peso de esta pequeñísima obra, pero para un coleccionista tener este sello dentro de sus carpetas de ejemplares es una verdadera proeza que pueden legar a sus descendientes.

Dios quiera que esa actividad no cese porque a través de ella se mantiene la historia de la humanidad y eso es muy importante para las generaciones futuras.