El “doble rasero” de las revoluciones coloreadas
Rafael Ángel Ugalde Quirós (*)
Cuando España alcanzó los 80 mil muertos por COVID-19, a finales del año anterior, ni el diario “El País”, ni “El Mundo”, ni “ABC”, entre otros, consideraron oportuno pedir a la Organización de Naciones Unidas (ONU) y sus fuerzas intervencionistas llamadas “cascos azules”, una “intervención humanitaria” en la península ibérica ante las valiosas vidas pérdidas por un sistema sanitario inoperante.
Tampoco leí – a lo mejor usted fue afortunado y encontró alguna nota al respecto – que pidieran la libertad del rapero español Pablo Hasél, condenado a nueve meses de cárcel por inspirarse en el atavismo y decrepita monarquía, inmune ya a los escándalos por corrupción, infidelidades palaciegas y andanzas africanizadas subrepticiamente. Ni hay referencias de solicitudes de libertad para los presos políticos catalanes, encerrados entonces por el “neofranquismo”, porque exigieron la independencia de su tierra, con la misma vehemencia que el gobierno hispano “exigió” la “libertad inmediata” de una periodista española que animaba las protestas promovidas contra la Revolución, el pasado 11 de julio, gracias a financiamiento recibido desde el exterior a través de ONGs y sus aliadas redes sociales.
Asimismo, Perú, Ecuador, Brasil, Colombia y los mismos Estados Unidos estuvieron en la cumbre de la pandemia por COVID-19 y nadie pidió la intervención militar de la ONU bajo la excusa de llevar “paz” ante los miles de muertos tirados en las calles, en un alto porcentaje todos ellos pobres y marginados de los caros servicios hospitalarios. La denominada “comunidad internacional” – entiéndase poderes hegemónicos con absoluto permiso para utilizar 90 mil militares de ocupación de ese organismo mundial, en cualquier parte del planeta- en Etiopía los 7.500 soldados en nada contribuyeron con la independencia y autodeterminación de este país africano, otros 6500 en Bangladés, Ruanda e India, más otros 5000 en Nepal y Pakistán, o los más de 6.700 en Haití, entre otros países, tampoco llegaron a liberar a sus pueblos; por el contrario, los subordinaron a un injusto orden internacional que ya no aguanta más y no ve otra salida que el saqueo y el despojo para sobrevivir el mañana incierto. Todos son ejemplos latentes de cómo la utilización del actual “derecho internacional” por la “comunidad internacional” (entiéndase OTAN, UE y USA) acomoda todas sus acciones para que los milmillonarios del mundo posean actualmente más riqueza que 4600 millones de personas (el 60% de la población mundial). Mientras, aproximadamente 735 millones de personas siguen viviendo en la pobreza extrema. (Fuente: https://www.google.com/search?q=porcentaje+de+ricos+y+pobres+en+el+mundo&rlz=1C1UUXU_esCR944CR944&oq=porcentaje+de+ricos+y+pobres+en+el+mundo&aqs=chrome..69i57.22299j0j7&sourc).
COLORETEANDO INTERVENCIONES
Como se recuerda, con el criminal exterminio del líder libio Muamar al Gadafi y su familia en 2011, las llamadas “revoluciones” de colores van desde las llamadas “primavera árabe”, pasando por las “democráticas”, la de las “libertades”, “ las humanitarias”, los “jazmines”,etc.; en fin, todas, sin excepción alguna, impulsadas por las fuerzas hegemónicas occidentales aglutinadas en los infinitos recursos de la industria militar, “la Gran Farma”, la corrupción y el tráfico ilegal de drogas, dirigido todo a terminar de despojar a los países que ayer fueron sus colonias y hoy “desafortunadamente” aparecen con petróleo, metales preciosos, mares con comida abundantes, tierras fértiles, agua potable en billones de metros cúbicos, selvas vírgenes o insumos necesarios para la tecnología de la sumisión.
En Túnez, la “primavera” se llamó “Revolución de los Jazmines”, en Egipto la “Revolución Blanca”, en Yemen “la Revolución de las cintas rojas”, para la tierra de Bolívar y Hugo Chávez disfrazaron la intervención, aquel 22 de febrero de 2019, con el eufemismo, de “Música por Venezuela: Ayuda y Libertad”. Con tales “revoluciones” surgen, paradójicamente, la dictadura de las redes sociales como Facebook o Twitter, comprometidas a fondo con la denominada “guerra electrónica” o de “cuarta generación”. Ejemplo de ello es la guerra que enfrenta en actualidad el gobierno sandinista de Nicaragua, por atreverse a pedir cuenta a los antisandinistas financiados desde el exterior, usando fundaciones privadas y ONGs; todo conforme a una ley que es un efecto directo del ejercicio soberano de un Estado independiente, pero que para los “revolucionarios” de colores en este tiempo no tiene por qué existir soberanía ni dignidad. Estas son palabrejas disonantes. ¡Son términos horribles e hirientes ¡. Es el mismo caso que enfrenta la Revolución y pueblo cubanos cercados por todas las administraciones estadounidenses, desde que decidieron darse sus propias leyes y recorrer su propio camino independiente. Puede estarse en desacuerdo o compartir el proyecto cubano con sus logros, limitaciones y desaciertos cometidos en estas seis décadas enfrentadas al rastreo de 500 años dejados como herencia en todo el continente; pero nadie tendría el derecho ni la osadía de invadir o cercar a su prójimo, hasta verlo morir de hambre, simplemente porque si lo dejan arreglar su casa en paz, otros pueden seguir el ejemplo.
Desde esta perspectiva, el gobierno cubano no está obligado a aceptar de nadie los llamados a la guerra y a la confrontación que se hicieron con financiamiento desde Miami, Florida, a través de las redes sociales desde el 11 de julio pasado. El uso de la internet para quitar y poner gobiernos, recuerda los embates que sufre el Ejecutivo de La República Bolivariana de Venezuela desde 2014, cuando en las redes sociales el mantra era que un “avión especial espera por el presidente Nicolás Maduro para que viaje a Cuba”. Había que meter en la mente del pueblo la creencia falsa que la revolución chavista llegaba a su final. Ante el fracaso de la mentira y la ausencia total de decoro – los depósitos de oro y petróleo valen más que cualquier honra- aparecieron en el país suramericano las llamadas “guarimbas”; no otra cosa que intentos estadounidenses y de la UE por cambiar el proceso venezolano desde Facebook, Twitter o Youtube, junto a un gobierno ficticio por quien nadie puso un voto para presidente. Así, con un “presidente interino” cantinflesco, los magnicidios en grado de tentativa, pasando por la quema de personas vivas, sabotajes a la electricidad, al agua potable, refinerías, etc., hasta llegar a la versión más depurada: financiamiento y armamento para grupos irregulares (bandas delincuenciales llamadas oficialmente) infiltrados en las principales urbes venezolanas, gracias a dinero proveniente del narcotráfico y los paramilitares de la Colombia del exgobernante Álvaro Uribe y su pupilo Iván Duque, precisó recientemente Diosdado Cabello en su programa “El mazo dando”. En una alocución pública hecha además por el diputado Jorge Rodríguez por la cadena Telesur (13/7/2021) se mostró asimismo una variada gama de armas de fuego decomisadas a estos grupos que van desde pistolas, pasando por subametralladoras, fusiles para francotiradores, armamento anti tanque y miles de municiones de distintos calibre. Difícilmente un delincuente corriente utilizaría a la perfección estas armas sin capacitación paramilitar.
Todo lo anterior indica que la promoción de la violencia en Cuba el pasado 11 de julio no es un hecho aislado. Se sumará a los intentos experimentados de incendiar Nicaragua, Venezuela o Bolivia, pues hay una cruzada contra todo olor a progresismo o independencia en América, precisó para “Surcos” el analista local, Oscar Barrantes. O parafraseando al conocido cantautor, Silvio Rodríguez, comentando la intentona estadounidense de convertir la isla en un caos, que facilitase la creación de un vacío de poder y consecuentemente justificara la intervención extranjera, aduciendo motivos de seguridad interna de los Estados Unidos, tomando en cuenta que Cuba está 90 millas de Miami: “Al socialismo le falta mucho -muchísimo- para ser justo. Quizá al final ni se llame socialismo, porque va a ser un híbrido. Pero no hay mal mayor que el cáncer imperial, que devora la vida donde esté, despojando pueblos a miles de millas de sus costas. Sus beneficiarios son un 1%, pero sus adoradores, aun cuando también son víctimas, callan sus abusos y recogen nerviosos sus migajas. Se sienten seguros bajo la inmensa sombra de la matrix todopoderosa, y ella les toca los resortes y se expresa a través de sus voces, pantallas, pedacitos de mundo a su servicio. Lógico que no nos soporten, lógico que con vernos resistir, sobrevivir y respirar nos llenen de diatribas. Escogimos no ser dóciles asalariados, escogimos la estrella que ilumina y mata. Que asuman su vergüenza” (Fuente en: #SomosCuba #EliminaElBloqueo #CubaNoEstaSola).
El camino de la dignidad como persona y la soberanía de los pueblos del continente vienen desde hace 200 años por culpa del prócer Simón Bolívar. Sí el discurso de Angostura, aquel sábado 15 de febrero de 1819 se hubiera desaparecido para siempre, el dilema entre sumisión y genuflexiones refinadas, con quienes ven el decoro y a la independencia como un valor supremo innegociable, se los juro, no existiría con tanta vigencia como cuando abordamos el sueño panamericanista.
¡ABAJO EL BLOQUEO: PÉRDIDAS POR $147.853 MILLONES!
Cientos de estadounidenses acaban de marchar por las calles de Nueva York pidiendo el fin del acoso contra Cuba, a pocas horas de ponerse en relieve la guerra mediática por redes sociales promovida por el sector más reaccionario y fascista de la Florida, desde donde con pitoretazos pidieron la intervención de marines y celebraron, según ellos, “el fin del comunismo” en la Antilla Mayor. Todavía el 14 de julio – tres días luego de las protestas – en las redes sociales habían videos que daban cuenta de la caída en manos rebeldes de “la ciudad de Camaguey, en el centro-este del país. La “libertad de Cuba era irreversible”.
Y aunque la CNN unió “esfuerzos profesionales” a dicha guerra (ya uno se acostumbró a la “objetividad” del periodismo estadounidense, luego de las “armas de exterminio masivo en Irak”), la realidad es que, frente a una situación concreta, la cadena termina exhibiendo “tomas” televisivas desde La Habana y otros sitios con cubanos caminando tranquilamente por sus calles olorosas a salitre y tabaco, así como gente dirigiéndose a sus centros de trabajo, en la “lucha del día al día, coño, chico”, como dice el cubano, que antes no tenía educación, su ingreso a barrios exclusivos estaba vedado, a nadie importaba sí su hijo iba o no a la universidad, simplemente moría esperando una cita hospitalaria o quedaba ciego con la esperanza de que pronto sería intervenido por el oftalmólogo.
Las multitudinarias manifestaciones, a lo largo y ancho del país, en apoyo a la Revolución, no gustaron nada a estos sectores que vieron como caería el gobierno y su proyecto social perdía, supuestamente, apoyo (La Nación 18/7/2021; pág. 20). Añadieron más sal a la herida de quienes con imaginación graciosa (a veces ella resulta grosera, tengan cuidado), piensan que como en algunos de sus países ellos contribuyen a borrar la memoria de sus pueblos para vivir de fiado y los sobrantes que otros no ocupan ya, en el caso cubano era tan fácil como inventar una de sus famosas revoluciones de mentirillas.
Es decir, por si no me dí a entender, que a 125 años de ausencia física del apóstol, José Martí, éste es de los muertos que nunca mueren.
Contrario a lo esperado por “Biden y sus muchachos”, la intentona del 11 de julio, provocó entre personalidades de todo signo ideológico alrededor del orbe, condenas contra el bloqueo económico; mecanismo de desestabilización interna, desde hace más de medio siglo, contra lo que el gobernante imperial denominó “fracaso del comunismo”, “Estado fallido” y un sinfín de términos que él no tiene por qué dominar.
La ONU lleva 28 años en forma consecutivos pidiendo el fin del cerco a la isla. En su más reciente Asamblea General la solicitud para que Estados Unidos pongan fin al bloqueo- Biden dijo hace poco que no quitará ninguna de más de 140 medidas contra el pueblo cubano- recibió el apoyo de 184 países, solo dos votaron en contra (Estados Unidos e Israel) y tres se abstuvieron (Colombia, Ucrania y Emiratos Árabes Unidos).
Según comentó el canciller cubano Bruno Rodríguez desde su cuenta de Twitter, “una vez más, desde Naciones Unidas, “El Mundo Dice No” a la agresión y a las políticas fracasadas de EEUU contra Cuba. “Es una gran victoria del pueblo cubano, de la justicia y de la verdad”, agregó el alto diplomático. En esta misma línea el presidente de Cuba, Miguel Díaz-Canel, acogió los resultados de la votación, afirmando que “son ya 28 años de rechazo mundial al #Bloqueo. Los bloqueadores se quedan sin argumentos. Los solidarios refuerzan su apoyo”. Públicamente dijo que se flexibilizarán medidas para ingresar alimentos y medicamentos por quienes llegan a su país, como paliativo a las dificultades económicas. En este contexto citó palabras del líder histórico de la Revolución, Fidel Castro, cuando éste en una oportunidad precisó: “Los tiempos difíciles son los tiempos difíciles. En los tiempos difíciles el número de vacilantes aumenta; en los tiempos difíciles – y eso es una ley de la historia- hay quienes se confunden, hay quienes se desalientan, hay quienes se acobardan hay quienes se reblandecen, hay quienes traicionan hay quienes desertan…”
Se estima conservadoramente que el bloqueo de abril de 2019 a diciembre de 2020 produjo daños por $ 9157 millones a precios corrientes; en el último lustro las pérdidas superaron los $ 17.000 millones. Los daños acumulados en las seis décadas pasan de $147.853 millones.
Por eso el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, en su tradicional conferencia denominada la “mañanera”, dijo un día de estos que sí se quisiera ayudar a Cuba “lo primero que se debería hacer es suspender el bloqueo, como están solicitando la mayoría de los países del mundo. Eso sería un gesto verdaderamente humanitario. Ningún país del mundo debe ser cercado, bloqueado. Eso es lo más contrario que puede haber a los derechos humanos”.
El destacado pensador brasileño y dirigente cristiano, Fray Beto, acaba de publicar en el blog comunicadores en REDH, su solidaridad con los esfuerzos que hacen los cubanos por mantenerse unidos, solidarios e inquebrantables, con dignidad e independencia. “No deseo para el futuro de Cuba, el presente de Brasil, Guatemala, Honduras o incluso Puerto Rico, colonia de Estados Unidos, a la que se le niega la independencia. Tampoco quiero que Cuba invada Estados Unidos y ocupe una zona costera de California, como es el caso de Guantánamo, que se ha convertido en un centro de tortura y encarcelamiento ilegal de presuntos terroristas”. (https://redh-cuba.org/2021/07/cuba-resiste-por-frei-betto-2/).
Autor de libros casi vedados en Costa Rica, como las obras “Fidel y la religión” (Fontanar / Companhia das Letras) y “Paraíso perdido – Viajes al mundo socialista” (Rocco), bajo el título de “Cuba resiste”, Beto critica ácidamente como prostituyeron en nuestros países el concepto de la democracia griega, diciendo: “Democracia, en mi concepto, significa el «Padre Nuestro» – la autoridad legitimada por la voluntad popular – y el» pan nuestro » – el compartir de los frutos de la naturaleza y el trabajo humano. La rotación electoral no asegura ni asegura la democracia. Brasil e India, considerados democracias, son ejemplos evidentes de miseria, pobreza, exclusión, opresión y sufrimiento.
En este sentido, reportes de prensa dan cuenta igualmente que en Argentina y Bolivia organizaciones populares rechazaron con multitudinarias manifestaciones el bloqueo norteamericano y destacaron que la dignidad del pueblo cubano se impondrá a los momentos difíciles, consignó el canal de televisión en castellano RT.
En lo que respecta a los costarricenses, el Circulo Bolivariano Yamileth López (CBYL) salió en defensa de la Revolución Cubana y llamó a concretar en acciones precisas la solidaridad de los ticos frente a una nueva agresión de Estados Unidos en la región. En un extenso documento divulgado en redes sociales llama a activar “las trincheras de la solidaridad mundial con el pueblo y el gobierno cubanos frente a la mentira, la calumnia y la falsedad esparcidas por el terrorismo mediático”.
Y pensar que nosotros no reportamos pérdidas por $147.853 millones por bloqueo alguno, aunque cerramos 2020 con un déficit fiscal equivalente al 8,3% del producto interno bruto (PIB), según el Ministro de Hacienda, Elián Villegas. Esto equivale, según la Contraloría General de la República, a 2.9 billones de colones, que traducido en dólares menos, dólares más, son $ 4.677 millones. La pobreza aumentó en 5,2 puntos porcentuales y la línea de pobres extremos se incrementó y llega a 7.0% (Fuente: https://www.google.com/search?q=crc+numero+de+costarricenses+en+pobreza&rlz=1C1UUXU_esCR944CR944&ei=_4XzYKmNOMGxggep3KroDA&oq=crc+numero+de+costarricenses+en+). En cuanto a la gente que come una vez al día o carece de una vivienda digna mejor ni piense; se va a deprimir. ¡No hemos producido nuestra propia vacuna contra el Covid 19, pero ya nos regalaron 500 mil dosis que sobraban! Nos declaramos territorio protegido por el FMI y libre de bloqueos.
*Periodista, abogado y notario por la UCR.
América Latina, Cuba, economía, Estados Unidos de América, geopolítica, imperialismo