Estado Laico
Dr. Rigoberto Salas Aguilar
Profesor Escuela Medicina UCR.
Jefe Clínica Hospital R.A.C.G.
Desde su nacimiento, la Iglesia Católica ha estado íntimamente ligada con el poder político. Con éste ha cogobernado por siglos compartiendo sus enormes pecados y participando, activamente, en los abusos y agresiones que durante toda la historia de la humanidad, se han cometido en contra de los pueblos a nivel planetario.
Aún más, no solo participaron y auspiciaron, sino que ejecutaron, políticas genocidas contra grandes segmentos poblacionales por no compartir su religión o bien, por no querer asimilarla.
La cantidad de torturas provocadas, de agresiones cometidas y de muertes producidas en nombre de Dios, se cuentan por millones a lo largo y ancho del globo terráqueo.
Aún más, para imponer sus dogmas y creencias, crearon la SANTA INQUISICION, organización que tuvo como objetivo la detención, tortura y ejecución de todos los individuos que no comulgasen con sus ideas. Fue un MUERA LA INTELIGENCIA, que duró más de 1000 años y que detuvo el desarrollo científico de la época, impidiéndole al hombre su evolución. Recordemos a Galileo y su- e pour si muove-.
No es aventurado decir que sin la nefasta y retardataria presencia de los tribunales eclesiásticos de la Inquisición, el hombre hubiese alcanzado las estrellas -como lo hizo Gagarin en 1961- muchos siglos antes. En los últimos 50 años la ciencia ha avanzado mas que en los 500 años previos. El desarrollo del intelecto humano con los grandes avances científicos de nuestra época, han permitido entre otros logros, el control de enfermedades que mataron millones de personas. Si no hubiese existido la acción inquisidora de la Iglesia, con certeza el actual nivel de desarrollo del conocimiento se hubiese alcanzado hace siglos, habiéndose ahorrado la humanidad mucho dolor y muerte.
En nuestro país, en concubinato escandaloso con el poder político, cohonestado por una constitución que vulnera los derechos de las minorías religiosas, las autoridades de la iglesia Católica se pasean del brazo de los políticos que gobiernan, haciendo negocios con ellos y manteniendo prebendas y privilegios que no tienen otras organizaciones sociales. Esta estrecha relación le ha permitido a la Iglesia amasar enormes fortunas y mantener un régimen de privilegio extrayéndole al Estado ingentes cantidades de dinero por pago gubernamental por servicios y exención de impuestos y de obligaciones fiscales.
Esto debe de terminar. Debe buscarse, urgentemente, la reforma constitucional que elimine la religión Católica como la religión del Estado como debe de ser en un país que cobije de igual manera y con idénticos derechos, a todos los ciudadanos de diferentes credos y religiones.
Así mismo, debe terminarse con los pagos que las instituciones estatales como el Seguro Social, le hacen a los curas que están en los hospitales y eliminar los espacios hospitalarios para capillas donde se pueden ubicar algunas de las muchas camas que hacen falta en nuestros nosocomios.
También deben eliminarse todas las exenciones de impuestos de que gozan los integrantes del clero y hacerlos tributar por las enormes fortunas que algunos de ellos poseen en forma particular y como institución religiosa. Los jerarcas de nuestra iglesia, en aras de establecer justicia y tener transparencia en cuanto a las fortunas que han amasado, deberían permitir la publicación de los recursos que ellos poseen en diferentes empresas y sociedades, así como individualmente. Esperamos también que la alta jerarquía eclesiástica auspicie y respalde urgentemente, la reforma constitucional que estamos proponiendo, con el fin de buscar un Estado realmente democrático, que cobije a todos por igual, sin distingos de raza, color o religión.
Información enviada a SURCOS Digital por el autor.
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