Marcos Chinchilla Montes
Los datos reflejan una importante caída de contagios de COVID-19 en la población costarricense en las últimas dos semanas; si bien aún no hay una explicación certera del por qué, pudiera ser que la población se esté cuidando más, y que los llamados de las autoridades de salud han llegado a buen puerto. El virus es real, y ya muchas personas tenemos experiencias cercanas de conocidos, amistades o familiares que se han contagiado o que han muerto; eso es aleccionador para muchos, la muerte toca en la puerta del vecino.
Mientras tanto, en Europa, Estados Unidos de América, Perú, México, Brasil y Panamá por solo citar a algunos países, la situación ha sido explosiva por el aumento de contagios y muertes (un manejo deplorable y vergonzoso). A esto se suman los contagios de las cepas inglesa, brasileña, sudafricana y aparentemente, una recién identificada en California.
¿Tendrán nuestras autoridades la capacidad de aprovechar esa baja en los contagios para implementar medidas que nos permitan anticiparnos a la segunda ola?, misma que parece estará determinada por esas cepas más contagiosas.
Semanas atrás cuando se le preguntó al Ministro de Salud sobre la cepa inglesa, afirmó que no tenían sentido nuevos cierres o medidas adicionales, pues posiblemente la cepa ya estaba circulando en el país.
Desaprovechar esa oportunidad para prepararnos mejor, es un indicador de que aprendimos poco o nada, y que la lógica mercantil es la que lamentablemente se ha impuesto en la atención de la pandemia.