Skip to main content

La forma por el fondo

Por Memo Acuña
Sociólogo y escritor costarricense

Estamos en una batalla sociocultural, ya lo hemos dicho en varias ocasiones. Costa Rica se ha descarrilado en su contrato social, en su proyecto, en su “vía” costarricense. Así lo comentamos en una reciente intervención en el IX Coloquio de Educación y Derechos Humanos celebrado en la Universidad Nacional, en la que actualizamos una reflexión sobre la clausura de la sociedad costarricense, que habíamos desarrollado durante la pandemia.

Al percatarnos, por ejemplo, que empezamos a ser una sociedad de “solos” por qué cada vez más se consolida el hogar unipersonal; al declararnos secuestrados por las presas donde se nos va la vida en ello; al percatarnos que el problema de seguridad es ya un asunto de derechos humanos indicado por la Comisión Interamericana de Derechos Humana en su último informe, al que el país entero, contando las universidades públicas, le hemos hecho oídos sordos… al constatar que preferimos un proyecto de sociedad comprometido con la estética de lo efímero, la superficialidad de la imagen, el imperio de lo dicho y no su sentido, empezamos a ver que algo anda mal.

Si.

El privilegio de la imagen y el mal gusto ha instalado una estética ruborizante y aniquiladora del pensamiento. Una sociedad cuya institucionalidad en materia cultural hace aguas (Ministerio de Educación, Ministerio de Cultura) deviene en esa ausencia de sentido para casi todo.

Una sociedad y ciertos proyectos de liderazgo, que desdeña las humanidades, las Ciencias Sociales y suprime la A de las artes en cualquier conjunto acrónimo, es una sociedad que se encamina a su aniquilamiento.

Al priorizar la forma (el color, la postura, el lenguaje no verbal) por el fondo, nos estamos clausurando como proyecto. Y no hablo solo de la gestión gubernamental que nos tiene a un paso del abismo. Me refiero a todas esas porosidades encartonadas que hoy refrenan y distancian al ser que piensa del ser que solamente asiente.

No se cuánto de saldo nos queda a nuestro haber. Siento que muy poco. Usémoslo para reconstruirnos, volver a sentirnos comunidad, profundizar el fondo y relegar la forma. Recontratarnos. Nos merecemos ser imaginados e incluidos con inteligencia.

Eso.

Costa Rica, cultura, Memo Acuña, sociedad, superficialidad