La irrupción del movimiento social

Óscar Madrigal

Tal vez la característica más relevante del resultado de las elecciones en Chile sea que los candidatos de los movimientos sociales, llamados independientes, lograran la primera mayoría. Se trata de candidatos surgidos de las bases de las organizaciones sociales, comunales, comités de lucha, sindicales, campesinas, de mujeres, ambientalistas, jóvenes, que catalizan las necesidades del pueblo, que se erigen como los auténticos representantes de los intereses populares. Surgen de las bases como auténticos actores de la lucha contra el modelo impuesto por el pinochetismo.

Los llamados independientes eligieron 48 constituyentes que sumados a los 28 de la coalición del Frente Amplio y el Partido Comunista constituirían la mitad de la Asamblea.

Los independientes son más bien dirigentes y personas que están contra el régimen neoliberal impuesto por Pinochet, más cerca de la izquierda que de la derecha, incluso indispuesta con las posiciones de los gobiernos de la Convergencia de Bachelet o de Lagos. Es seguro que trabajarán por una Constitución de avanzada social y democrática que centre el modelo en los trabajadores y capas medias y no en los poderosos empresarios.

Por supuesto que el resultado electoral en Chile es producto de las grandes movilizaciones, del auge del movimiento de lucha ocurrido en años anteriores.

Sin embargo, el malestar con los partidos políticos y la política en general (incluidos los medios de comunicación, las distintas instituciones y hasta la iglesia católica) es fenómeno casi global.

En Costa Rica según la última encuesta de la UCR, el 87% de los electores está desilusionado o dice no pertenecer a ningún partido político.

Lo anterior plantea un gran reto al movimiento social, a las organizaciones sociales, las que van desde la comunidad, la vivienda, ambientalistas, de mujeres, los trabajadores hasta las de más variadas reivindicaciones: ¿se puede hacer algo para influir en las próximas elecciones? ¿O simplemente nos desentendemos de ellas y que cada cual las asuma individualmente?

El voto puede ser un arma contundente para castigar a todos aquellos partidos políticos que han gobernado en los últimos cuatro años contra el pueblo, los trabajadores y las clases medias.