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Etiqueta: elecciones nacionales

La beligerancia política, la guerra civil que ruge en Zapote y el camino al auto golpe de Estado

Vladimir de la Cruz

El inquilino de Zapote viene insistiendo desde hace varias semanas en el tema de la violencia nacional que puede desatarse alrededor de su figura, en caso de que pueda ser inquirido, indagado, sometido a trámite judicial para que la Asamblea Legislativa le levante la inmunidad de su cargo, y pueda ser sometido, en caso de que así proceda, ante los jueces de la República.

La Fiscalía de la República y el Ministerio Público, siguiendo los trámites constitucionales y legales ha elaborado las investigaciones pertinentes para con ellas solicitar el trámite de levantamiento de inmunidad, para enjuiciar a Rodrigo Chaves Robles, quien se desempeña en el cargo de la Presidencia de la República.

Reiteradamente el presidente ha venido deslegitimando al Poder Judicial, a sus altas autoridades, los Magistrados en pleno, enfatizando su ataque contra el presidente de la Corte Suprema de Justicia, los magistrados de la Sala Constitucional, que tienen que ver con los asuntos relacionados con la Constitución Política y los Derechos Ciudadanos, y contra los magistrados de la Sala III de la Corte que atiende los asuntos penales.

Obviamente, sus ataques están dirigidos, especialmente contra aquellos Altos Jueces, que les toca atender asuntos relacionados con acusaciones contra miembros de los Supremos Poderes, como es el caso del presidente de la República.

Los rugidos del Jaguar no solo se orientan a deslegitimar a la Corte, a sus Magistrados y Jueces de la República, sino a sembrar la imagen de la corrupción alrededor de ellos, la desconfianza a la labor que realizan, al trabajo general de la Corte Suprema de Justicia, ante la ciudadanía.

En la última conferencia de prensa montada que dijo claramente, en lenguaje enardecido de plaza pública, que en febrero próximo se cambiaría la Asamblea Legislativa, y que la nueva Asamblea a partir del primero de mayo del 2026, ante quien se dirigiría ñor última vez, estaría integrada por una mayoría de 38 diputados nuevos, totalmente nuevos, fuera de los partidos tradicionales, en capacidad de destituir a los Magistrados de la Corte, con ellos a los Magistrados del Tribunal Supremo de Elecciones, a la Contralora General de la República, porque era el parte del camino que había que realizar para cambiar el régimen y el sistema político del país, para según él hacerlo más eficiente y moderno.

No satisfecho con los ataques a la Corte Suprema de Justicia, ha mantenido en alto los ataques contra el Poder Legislativo en la figura de los diputados que no le apoyan, que no fueron elegidos por el partido que lo llevó a la Presidencia, contra los partidos, que por su naturaleza legislativa son de oposición política a las fuerzas políticas que se agrupan alrededor del actual mandatario.

Su discurso envenenado contra todo lo que significa partidos políticos históricos, tradicionales o representados en la Asamblea Legislativa lo ha hecho caer claramente en la beligerancia política.

Su discurso contra los partidos políticos, contra los presidentes que esos partidos políticos pudieron elegir, contra los dirigentes políticos del pasado y del presente de esos partidos, y su llamado simultáneo a sustituirlos en el próximo proceso electoral, es como manifiesta su beligerancia política.

Su discurso contra la institucionalidad política, en su conjunto, como la presenta contra todos los Poderes Públicos, contra la estructura e integración de esos poderes, contra los cimientos democráticos de la sociedad y nacionalidad costarricense son las manifestaciones de su beligerancia política, orientada a sustituirla, si pudiera por la fuerza, convocando a los ciudadanos a integrar el movimiento de los jaguares, que trata de inscribir en varios partidos políticos, apoyando de esa manera electoralmente, con todo el aparato institucional que maneja, a quienes sí participen a su alrededor, o alrededor de quien él llegue a señalar o a escoger como el indicado para continuar desde el próximo gobierno sus políticas.

La beligerancia es su activa participación en esta campaña contra todos los partidos políticos, sus diputados y sus dirigentes, como la realiza desde su púlpito de los miércoles. Su beligerancia es la guerra que tiene declarada contra instituciones, poderes públicos, partidos políticos y personas que las identifica y presenta como sus enemigos, como enemigos públicos, como personas que hay que eliminar del escenario político nacional. Para ello acude también a señalar, y exhibir algunos en vallas publicitarias, como si fueran delincuentes, que así los llama, y los presenta al público fanatizado que altera, agita, excita, impacienta y eriza orientándolos a actuar por la fuerza, con violencia, provocándoles la idea y el sentimiento de la sedición, de la sublevación popular, de la rebelión política contra toda la institucionalidad que dice le afecta para gobernar en favor de esos sectores populares.

No satisfecho con esto ha señalado que todos los presidentes, que le precedieron desde 1953 hasta su gobierno, han sido tiranos y dictadores, que no han gobernado a favor del pueblo. Que solo han gobernado a favor de grupos económicos y camarillas de poder alrededor de esos gobernantes y partidos, mientras que él se presenta, al estilo de Hitler y de Mussolini, como representante genuino del pueblo, enfatizando que es el pueblo quien le manda, a quien le sirve, pero que “esas fuerzas” no le dejan gobernar.

En su última perorata llamó a prepararse para la guerra civil. Hizo comparaciones con la Campaña Nacional contra los filibusteros estadounidense que llegaron hasta la Hacienda Santa Rosa y a Sardinal en donde fueron derrotados y echados del territorio nacional el 20 de marzo y el 10 de abril de 1856, y finalmente expulsados de Nicaragua y de Centroamérica el 1 de mayo de 1857.

En este sentido llamó filibusteros a los representantes de los partidos políticos tradicionales y parlamentarios, a sus presidentes, dirigentes de los partidos políticos y a los diputados, a quienes el Jaguar de Zapote considera que hay que echar de los escenarios políticos nacionales. Cuando los trató de filibusteros seguramente se igualó a la pareja nicaragüense, que gobierna autoritariamente en Nicaragua, cuando ha echado de su país a opositores políticos de todo tipo, pensando que los puede echar de Costa Rica para que le dejen gobernar sin controles, sin oposición de ninguna especie.

Constantemente ruge el Jaguar contra políticos de esos partidos que él considera deberían estar en prisión, privados de libertad, por sus prácticas de gobierno.

En la letanía política que hizo el miércoles, invocando a Dios casi como su testigo, como todos los miércoles le cita, llamó a prepararse para la guerra civil, como se hizo en 1948.

No se anduvo por las ramas. Su mensaje fue claro: no le jalen el rabo a la ternera, la gente está preparada para una guerra civil, para defender no el resultado de unas elecciones, como fue la causa principal de la Guerra Civil de 1948, sino para defenderlo a él, al Jaguar, de cualquier trámite judicial que pudiera invocarse para llevarlo a los estrados de la Justicia, para defenderlo a él, por la fuerza del alzamiento militar, de cualquier situación que pudiera afectarlo como presidente de la República.

No contento con el llamado a la guerra civil señaló que las personas que están en su contra, que lo critican, que lo quieren someter a un proceso judicial, solo tienen un componente armado de 1000 oficiales del Organismo de Investigación Judicial, como lo afirmó, mientras él tiene 17.000, diecisiete mil oficiales, en toda la Fuerza Pública nacional. Claramente dijo que todo el aparato policial del país actuará como su ejército privado a su servicio. Enfatizó: “1 a 17”, señalando la cantidad de miembros del OIJ y de la Fuerza Pública. ¿Qué les parece? Así lo dijo.

El trámite de destitución de un presidente es de carácter constitucional, legal. No es por la fuerza. Por la fuerza puede ser que el presidente no acepte ser destituido y en ese sentido invoque a la rebelión popular, a la sedición, al alzamiento colectivo y violento contra lo dispuesto judicialmente, contra el orden público que emana de la propia Constitución Política, alterando la disciplina militar que debe estar orientada a apoyar la Constitución Política y a lo que constitucionalmente así se establezca.

Si se llegare a destituir al presidente, quedan los dos vicepresidentes que le sucederían en el orden de su nombramiento, para acabar con el ejercicio de su gobierno.

Pero, no olvidemos que tenemos un proceso electoral en marcha. Ya iniciado legalmente, con partidos en trámites finales de su inscripción. Algunos ya con candidatos presidenciales acordados. Igualmente, entendamos que algunos de los partidos que se impulsan al amparo de la piel del jaguar, que son varios, no están cumpliendo con los requisitos formales de inscripción y que pueden ser rechazados, como les anularon los partidos que habían presentado para las elecciones municipales. Ante esto el rugido del Jaguar ha empezado su campaña de desprestigio contra el Tribunal Supremo de Elecciones, contra su presidenta y magistrados.

En su campaña y beligerancia política institucional contra el Tribunal Supremo de Elecciones, el presidente ha señalado que se fragua un Golpe de Estado contra él, al tratar de impedirle participar con sus partidos y movimientos Jaguar. Este ha sido otro de sus argumentos para compararse con los sucesos de 1948.

En las elecciones de 1947, que culminaron en febrero de 1948, participaron, como candidatos principales a la presidencia Rafael Ángel Calderón Guardia y Otilio Ulate Blanco. Alrededor de Calderón Guardia se unieron los comunistas y con Ulate se unieron tres fuerzas políticas, los partidos Unión Nacional, el Demócrata y el Social Demócrata. La legislación de la época obligaba a que el resultado electoral se pasara en conocimiento al Congreso, a la Asamblea Legislativa, que debía avalar o no dicho resultado. El Congreso al conocer el informe que trasladó el Tribunal Nacional Electoral, que se había constituido en 1946, que declaraba presidente a Otilio Ulate anuló su triunfo, lo que constituyó la causa del levantamiento militar que jefeó exitosamente José Figueres, durante los meses de marzo y abril de 1948. Un mes de lucha militar y un saldo de 3000 muertos en términos generales fue el resultado de ese enfrentamiento.

¿Qué hubiera pasado si Figueres no se alza en armas? Lo que correspondía era una negociación política entre los diputados para escoger entre los candidatos que participaron. Si no hubiera habido acuerdo aún, probablemente se hubiera usado la fórmula de 1913, cuando no hubo acuerdo entre los tres candidatos presidenciales, y el Congreso procedió a nombrar a los Designados a la Presidencia, los vicepresidentes, y nombrado el Congreso decidió llamar a ejercer la Presidencia al designado Alfredo González Flores. Probablemente esto es lo que hubiera ocurrido parecido en 1948. Pero, los sucesos armados impidieron este desenlace.

La guerra se detuvo gracias a la inteligencia de quienes acordaron acabarla, reconociendo el triunfo de Ulate, y de terminar el gobierno de Teodoro Picado el 8 de mayo. Las Conversaciones del Pacto de Ochomogo y el Pacto de la Embajada de México sellaron ese final. Teodoro abandonó el país, quedando a cargo el Designado a la Presidencia, en ejercicio, Santos León Herrera, quien el 8 de mayo entregó oficialmente el Gobierno. ¿A Otilio Ulate? No. A José Figueres, que era el jefe del Ejército de Liberación Nacional, como se llamó su grupo insurgente. ¿Por qué a Figueres y no a Ulate? Porque Figueres le impuso a Otilio Ulate el Pacto del 1 de mayo, diciéndole que él iba a gobernar el país por un plazo de 18 meses, al término del cual le entregaría el poder, la presidencia. Así lo hizo. El Pacto Ulate-Figueres fue fácticamente un golpe de Estado contra Ulate. El presidente en ejercicio, Santos León el 8 de mayo le entregó el poder presidencial a José Figueres. El gobierno de Teodoro Picado había durado los cuatro años constitucionales de su ejercicio.

Eso si fue un golpe de estado.

¿Pero, qué Golpe de Estado invoca Rodrigo Chaves que le pueden hacer o dar? ¿Su fuerza pública, sus 17.000 armados, los que considera su fuerza militar para un conflicto? ¿Los grupos militares y armados de las organizaciones narco criminales, que al amparo de su gobierno ejercen controles territoriales en el país, que lo conocen y denominan como “Papa Chaves Republic”? ¿Los grupos armados que están tratando de reunirse, por convocatorias públicas, en los próximos días en la zona norte del país?

Lo que puede ocurrir no es un Golpe de Estado sino un autogolpe de estado, o el establecimiento de un estado de excepción forzado, que es lo que el presidente Chaves ha venido finamente preparando. ¿Cómo? Creando un ambiente de inseguridad nacional, política y electoral, que azuza todos los miércoles.

El presidente Chaves ha venido preparando un estado de inseguridad ciudadana, de inseguridad jurídica, de debilitamiento de la institucionalidad, de desprestigio de todos los organismos e instituciones democráticas del Estado y del país. La violencia social se ha cargado y ha sobresalido como parte de esa inseguridad.

Con las políticas de debilitamiento del bienestar social, presupuestos públicos de educación, de las universidades, la eliminación de subsidios sociales, como los comedores escolares, los transportes escolares, las becas a los estudiantes de escuelas y colegios públicos, el congelamiento de salarios y pensiones, el desempleo creciente e informal, la alta deserción escolar nacional, el encarecimiento real de la canasta básica con relación a los salarios.

Con el debilitamiento consciente de los servicios públicos para todos los usuarios de ellos, en salud, atrasos de citas, contrataciones de personal calificado, en educación, por los malos y caros transportes públicos, entre otros servicios.

Con los retenes de calles, por parte de cuerpos policiales y de tránsito, que hacen están acostumbrando a los ciudadanos a los registros personales, en carreteras, como los hacían en Centroamérica, hace algunos años los gobiernos militares y dictaduras. Están realizando golpizas y torturas, probablemente como prácticas de educación en este campo, con algunos detenidos, algunos de los cuales han fallecido en “custodia” policial, amedrentan sutil y subliminalmente a la población. ¿Quién ordena estas prácticas en los centros de detención? ¿Cuáles son los instructores policiales y dënde han sido preparados para estas prácticas?

Todo este ambiente, que prepara paso a paso el gobierno de Chaves, está orientado a justificar el malestar ciudadano que le permita, con su discurso violento, antisistema, antidemocrático, a invocar la posibilidad de un Estado de Excepción, de gobernar por la fuerza, de realizar de esa manera un auto Golpe de Estado, que pueda incluso, crear un clima de inseguridad política nacional que le permita, in extremis, suspender las elecciones y quedarse gobernando unos meses más a la fuerza.

Esto es lo que parece que está en marcha por parte de los grupos militares privados y oficiales que gravitan a las órdenes directas de Rodrigo Chaves Robles.

Esto es lo que hay que detener, el ambiente de miedo, de inseguridad, de terror, de dinamitar, como dijo una vez el presidente Chaves, todos los puentes del diálogo, de los acuerdos, que se genera con parlantes desde Zapote.

Crece el interés político en la Agenda Viva de Reconstrucción Nacional

Comunicado

  • El PAC es el cuarto partido en solicitar audiencia con Agenda Viva.
  • Las solicitudes de partidos políticos se recibirán hasta el 24 de mayo, por el calendario del TSE.

Mayo, 2025. La convocatoria lanzada por Agenda Viva para construir una propuesta de país desde lo común sigue generando eco. Esta semana, el Partido Acción Ciudadana (PAC) solicitó formalmente una reunión con el colectivo, convirtiéndose en la cuarta fuerza política que responde al llamado ciudadano para reconstruir Costa Rica.

Este nuevo acercamiento se suma a los ya concretados con el Frente Amplio, que tuvo audiencia el pasado 8 de mayo, y con el Partido Centro Democrático y Social (CDS), recibido el 15 de mayo. El miércoles se celebrará un encuentro con el Partido Agenda Democrática Nacional (ADN) y el jueves con el PAC.

Con estos acercamientos, se confirma el interés creciente del ámbito político en el proceso que impulsa Agenda Viva, cuyo eje central es una agenda mínima construida desde la ciudadanía, con visión de país, inclusión y justicia social.

“En marzo lanzamos el llamado valiente a las fuerzas políticas a reconstruir Costa Rica, a forjar un nuevo pacto social que defienda el Estado de Derecho y proteja la democracia que hoy está en riesgo. Dos meses después, cuatro partidos han dado un paso al frente. Eso dice mucho del momento que vive el país.”, expresó Emilio Arias, del equipo de coordinación de Agenda Viva.

El colectivo ha establecido tres condiciones para activar el mecanismo de coalición: que participen al menos dos partidos políticos, que la agenda ciudadana sea el centro de la propuesta programática, y que las candidaturas se definan mediante procesos abiertos y sin imposiciones.

Recepción de audiencias. Dado el calendario inamovible del Tribunal Supremo de Elecciones (TSE), Agenda Viva recibirá solicitudes de partidos políticos únicamente hasta el 24 de mayo, ya que las organizaciones deben tomar sus acuerdos internos y el colectivo también con su asamblea plenaria.

No obstante, organizaciones sociales, movimientos ciudadanos y otros actores interesados en dialogar con el colectivo podrán seguir solicitando encuentros a través del correo: comunicacion@agendaviva.cr.

“Este no es un momento cualquiera. Lo que está en juego es el futuro democrático de Costa Rica. Ver a partidos, movimientos sociales y actores políticos acercarse sin precondiciones, con disposición a poner el país por delante, es un signo de esperanza. Nos toca ahora estar a la altura de esa esperanza.”, añadió Arias.

Agenda Viva reafirma su compromiso con un proceso participativo, plural y transparente, que permita construir un nuevo pacto político y social para el país.

Segundo partido político solicita a Agenda Viva dialogar ante una posible coalición nacional

Comunicado

  • Nota fue enviada por el Comisión Nacional de Renovación de Estructuras y Articulación de Alianzas del partido.

  • Esta se convierte en la segunda organización política en mostrar interés abierto en suscribir la Agenda.

Abril, 2025. El llamado hecho por Agenda Viva a reconstruir Costa Rica continúa convocando a organizaciones políticas. El Partido Centro Democrático y Social (CDS) remitió una nota formal solicitando audiencia para conocer a fondo el proceso de construcción de la agenda y explorar su incorporación a una coalición nacional. Este viene refrendado por Ana Masis Ortiz, Kattia Cambronero Aguiluz, Urania Chaves Murillo y Cesar López Dávila, miembros de la Comisión Nacional de Renovación de Estructuras y Articulación de Alianzas de dicho partido.

La solicitud reconoce que el esfuerzo ciudadano impulsado por el movimiento constituye una contribución valiosa y sin precedentes, para la construcción de una coalición nacional, plural, diversa e incluyente; en un momento en que el país exige un nuevo pacto colectivo. Por lo que este proceso ofrece una base sólida sustentada en propuestas concretas, liderazgos comprometidos y una visión compartida de futuro para Costa Rica.

EL CDS se convierte en la segunda organización política que se sentaría a dialogar con Agenda Viva, el primero fue el partido Frente Amplio. El Comité de Enlace de Agenda Viva, siguiendo sus procesos internos, trasladó la solicitud a la Comisión Coordinadora para definir una fecha de reunión.

“Que más organizaciones políticas se sumen al llamado que hicimos es una señal positiva. En Agenda Viva creemos que las transformaciones se construyen con diálogo, con visión de país y con voluntad de poner las propuestas ciudadanas al centro. Cuando presentamos la Agenda, hicimos un llamado claro y contundente y esperamos que los partidos sepan reconocer el momento histórico que enfrenta el país, mencionó Emilio Arias, de la coordinación de Agenda Viva.

El colectivo estableció tres condiciones para participar en un proceso de construcción hacia una coalición: que existan al menos dos partidos políticos en la mesa de diálogo, que la agenda ciudadana sea el centro de la propuesta programática y que las organizaciones no tengan candidaturas predefinidas, permitiendo así un proceso abierto, participativo y transparente.

Agenda Viva es un colectivo que reúne personas de diferentes áreas —derecho, medio ambiente, ingeniería, salud, administración, ciencias políticas, comunicación, docencia, economía—, así como organizaciones y sectores sociales sin colores partidarios. Aspira a convertirse en una plataforma común para las voces que promueven el diálogo, la inclusión y el desarrollo justo y equitativo del país.

Nueve llamados. Si bien, Agenda Viva, es un documento que almacena más de 200 propuestas, el movimiento social enumeró 9 consignas que son los temas prioritarios que necesita abordar el país en este momento:

  1. La inseguridad ciudadana, la corrupción, el narcotráfico y las distintas formas de violencia, en especial contra las mujeres, están fuera de control, es necesario declararlo una emergencia de atención inmediata.

  2. La educación atraviesa una crisis sin precedentes. Es necesario declararla emergencia nacional para su atención y construir una política educativa de estado y a largo plazo.

  3. El sistema de salud está en estado crítico, debemos garantizar acceso oportuno a los servicios de salud, calidad en la atención, en los medicamentos, en los insumos críticos, la infraestructura local y nacional, así como condiciones dignas para la población trabajadora del sistema.

  4. Todas las personas tenemos derecho a una pensión justa y digna. Nos oponemos al aumento de la edad de jubilación. Creemos en una pensión básica universal para todas las personas adultas mayores en situación de pobreza y vulnerabilidad. El estado debe pagar sus deudas y es necesario concertar acciones urgentes para fortalecer el sistema nacional de pensiones.

  5. Debemos proteger nuestros recursos naturales y la marca país. Rechazamos la minería a cielo abierto, así como la explotación petrolera y de gas natural. Nos comprometemos con la conservación de humedales, la vida silvestre y el uso responsable de la energía, asegurando su beneficio para todos. Que la conservación ambiental siga distinguiendo a Costa Rica.

  6. El agua potable es un derecho y no un privilegio. Es imperativo asegurar agua potable para todos y todas en la ciudad y en las zonas rurales.

  7. Vivimos una crisis de movilidad sin precedentes, la planificación del transporte público está frenada. Es urgente apostar por la movilidad sostenible, inclusiva y segura. La electrificación del transporte público, la descarbonización y por los principales proyectos de infraestructura en carreteras, puertos y aeropuertos.

  8. Para hacer las grandes transformaciones debemos concertar una reforma tributaria verdaderamente progresiva, donde quien más tiene más pague, redefinir las prioridades de inversión, cobrar de manera eficiente los impuestos, renegociar la deuda pública y atacar frontalmente la evasión y la elusión.

  9. Debemos proteger sin distinción a niños, niñas, adolescentes, mujeres, personas en situación de discapacidad, personas mayores, entre otros, especialmente aquellas en situación de pobreza y vulnerabilidad.

Las propuestas completas pueden consultarse en www.agendaviva.cr

Centro Democrático y Social renueva estructuras y acepta propuesta de Agenda Viva

Comunicado

  • El CDS reconoce el aporte del colectivo Agenda Viva y propone que sus propuestas se conviertan en la base propositiva de una Coalición.

  • La agrupación humanista de centro ha solicitado audiencia formal al equipo coordinador de Agenda Viva.

El Partido Centro Democrático y Social (CDS) reconoce hoy más que nunca la necesidad de construir una coalición de partidos, colectivos sociales y liderazgos independientes que se convierta en la mejor alternativa de cara a las elecciones del 2026. Actualmente, la agrupación se encuentra en la fase final de su proceso de renovación de estructuras y, en ese contexto, ha solicitado una audiencia formal al colectivo Agenda Viva para adherir su agenda mínima y, a la vez, invitarle a ser parte de un esfuerzo de coalición.

El encuentro permitirá conocer a profundidad la metodología que dio origen a más de 200 propuestas y escuchar la ruta planteada por el colectivo hacia la construcción de alianzas. El CDS considera que este esfuerzo ciudadano representa una contribución valiosa para la configuración de una coalición de nuevo tipo: nacional, plural, diversa e incluyente; así como un proceso inédito surgido desde la sociedad civil.

Como país debemos apostar por más y mejor democracia. Debemos dejar de ser espectadores y, por el contrario, sumar en equipo. De ahí la participación del Centro Democrático y Social en un momento histórico para Costa Rica de cara a los comicios del 2026. Agenda Viva, sin duda, es un esfuerzo ciudadano que respetamos y valoramos, y por ello queremos que se sume en este gran proyecto de coalición”, mencionó la diputada independiente de la actual legislatura, Kattia Cambronero Aguiluz.

La seguridad, la educación, la salud, la empleabilidad y la protección del medio ambiente figuran entre las mayores preocupaciones que aquejan a la población costarricense. A ello se suman los acelerados índices de corrupción y la penetración del narcotráfico, factores que coinciden con las razones por las cuales el CDS decidió reactivar su agrupación política.

Asimismo, identifican la necesidad urgente de modernizar el Estado, en procura de fortalecer la institucionalidad pública y su visión de inclusión social, garantizando a la vez que los servicios públicos sean prestados con calidad y eficiencia.

El actual momento histórico requiere buscar puntos de encuentro para enfrentar el peligro de perder las conquistas sociales que han hecho de Costa Rica un país vivible. Pero, a la vez, el contexto social al cual han llevado al país el presente y los anteriores gobiernos demanda nuevos logros que mejoren las condiciones de vida y las oportunidades de una gran cantidad de compatriotas —especialmente aquellos en situación de pobreza y vulnerabilidad—. Para ello debemos construir bajo la tradición de diálogo que edificó nuestro país”, aseveró César López Dávila, de la Comisión de Renovación de Estructuras y Articulación de Alianzas.

El CDS, creé firmemente que el país requiere un nuevo pacto colectivo, sustentado en propuestas concretas, liderazgos comprometidos y una visión compartida de futuro. En este sentido, la convocatoria hecha por Agenda Viva, y sus más de 200 propuestas, a favor de un programa mínimo común, que “reconstruya Costa Rica”; es una oportunidad que merece ser escuchada y fortalecida.

A pesar de ser un partido debidamente inscrito ante el Tribunal Supremo de Elecciones (TSE), el CDS ha renunciado a convertirse en un partido taxi o franquicia para llevar candidaturas sin un proyecto político serio y coherente con sus ideales, razón por la cual no participó en las elecciones de 2014, 2018 ni 2022.

Fundado en 2012 como un partido humanista de centro, el CDS se ha caracterizado por su compromiso con la ética, la transparencia y el fortalecimiento del Estado social de derecho. En congruencia con estos principios, y ante los desafíos actuales del país en materia de seguridad, empleo, educación, salud, medio ambiente y derechos humanos, reitera su disposición de sumarse a espacios de diálogo serio, abierto y respetuoso con sectores sociales, colectivos ciudadanos y otras agrupaciones políticas.

Reactivar nuestro partido no es una casualidad, es un acto de responsabilidad con el presente y el futuro de Costa Rica. Hoy más que nunca, necesitamos unir fuerzas con quienes comparten nuestros principios”, afirmó la miembro fundadora del CDS, Urania Chaves Murillo.

De esta forma, el CDS reafirma su voluntad de contribuir a la construcción de un proyecto político sólido, participativo y transformador, que devuelva la esperanza a las y los costarricenses.

La oposición política en el nuevo Directorio Legislativo. Una ligera radiografía de su integración

Vladimir de la Cruz

El pasado de mayo se eligió el Directorio Legislativo, para la Cuarta Legislatura, que va desde ese primero de mayo hasta el 30 de abril del año próximo.

Para descalificarlo se ha afirmado que es un Directorio de Oposición Política. Pero ¿qué se esperaba?, si el gobierno no tiene mayoría de diputados propios, y los 8 diputados, que tiene, carecen de capacidad de negociación, lo que no les ha permitido, que al menos por “cortesía”, le dieran la posibilidad de que un diputado afín al gobierno presidiera la Asamblea Legislativa. Además, en este último año el presidente Chaves ha arreciado violentamente su discurso contra los poderes públicos y, especialmente, contra la Asamblea Legislativa y contra todos los diputados que no son afines al gobierno, o que no se someten a sus dictados y órdenes como trata de hacerlo, y los ha tratado como la escoria política nacional y como delincuentes.

En los dos gobiernos anteriores, del Partido Acción Ciudadana, con no más de 13 diputados electos, se le dio la posibilidad de que ejerciera la Presidencia de la Asamblea Legislativa. Hubo en ese sentido gobiernos respetuosos de la independencia de los Poderes públicos y capacidad de negociación para lograr esa presidencia legislativa. Fueron presidentes legislativos del Partido Acción Ciudadana, Henry Mora Jiménez del 2014 al 2015 y Carolina Hidalgo Herrera, del 2018 al 2019.

Las elecciones nacionales, las que se realizan para elegir presidente y vicepresidentes de la República, y los diputados del Poder Legislativo, son dos mundos aparte, son dos escenarios diferentes, son dos procesos en los cuales el pueblo electoral, los electores, los ciudadanos, el SOBERANO, como encarnación del PUEBLO, se divide en su votación y en sus resultados.

Por un lado, se elige al presidente y por otro a los diputados. La práctica histórica nos enseña que al elegir a los diputados NO SIEMPRE los votantes que le dan la mayoría al presidente, se la dan también con mayoría de diputados. Al contrario, dan PODER LEGISLATIVO a los otros partidos para que desde la Asamblea Legislativa CONTROLEN al presidente y a sus funcionarios de gobierno. Ese CONTROL POLITICO es un instrumento del equilibrio democrático que surge del mismo proceso electoral y de la existencia misma del Estado de Derecho en la constitución de sus Poderes Públicos, con funciones propias, exclusivas e indelegables.

Un presidente tiene que saber lidiar con esta situación si desea que su gobierno resulte airoso en sus proyectos y acciones políticas. Para ello, el presidente DEBE TENER capacidad enorme de negociación, de tolerancia política y de convencimiento para trazar líneas nacionales que puedan ser avaladas por los diputados de “oposición”, como “visión país”, en el que todos están interesados. Para eso surgió la figura del ministro de la Presidencia, para colaborar en la cogestión del gobierno entre el Poder Ejecutivo y el Legislativo, por lo que se escoge para ministro de la Presidencia a personas de extrema confianza del presidente, al punto que cuando el ministro de la Presidencia habla o se pronuncia, se entiende que habla o se pronuncia el presidente de la República. Un ministro de la Presidencia sin esa fuerza y relación es como un cuadro colgado en una pared. Es un puesto que equivale a un Jefe de Gabinete o un primer ministro, como se nombra en otros países.

El Ministerio de la Presidencia se estableció en 1961, empezando en 1962 con Mario Quirós Sasso, como su primer ministro, en el gobierno de Francisco Orlich. Las funciones que se le dieron fueron de coordinar las labores interinstitucionales e interministeriales, ser interlocutor entre el presidente y los Poderes públicos, el Legislativo, el Judicial y el Electoral. De allí el error político garrafal que ha manifestado el presidente Rodrigo Chaves de amenazar y de chantajear a la Asamblea Legislativa de no nombrar ministro de la Presidencia si se elegía, especialmente al frente de la misma, al diputado Rodrigo Arias Sánchez, sobre todo cuando durante los meses de mayo, junio y julio se está en Sesiones Extraordinarias, que son las que trabajan contra la presentación de Proyectos de Ley por parte del Poder Ejecutivo.

Quienes critican que el Directorio es de oposición no entienden la realidad del electorado que eligió una Asamblea Legislativa para que ejerciera control ciudadano y político sobre la gestión pública y gubernativa.

Esto ha sido así siempre en los procesos electorales. Una breve revisión histórica así lo comprueba.

En la experiencia histórica que ha tenido Costa Rica, durante el período de la Segunda República, 1948-2025, hubo años, 1948-1969, en que no se permitió participar a costarricenses con partidos propios. Sin haberles eliminado su condición de electores, se les prohibió votar por ellos mismos, por los candidatos que ellos querían. Así sucedió por el Decreto No. 105 de la Junta de Gobierno, de julio de 1948, y por el Segundo párrafo del Artículo 98 de la Constitución Política, que se aprobó el 7 de noviembre de 1949, que puso fuera de la ley al Partido Comunista de Costa Rica, a Partido Vanguardia Popular y a otros partidos, cuando aparecieran miembros de ese partido en algún trámite de inscripción de partidos, lo que permitía que por ello se impugnara su inscripción. Los excluidos, los proscritos sin partido, se veían obligados a votar por la opción política que consideraran más democrática o menos conservadora de lo que se ofrecía a los votantes. Así, por ejemplo, la izquierda comunista en las elecciones de 1953 llamó a votar por Fernando Castro Cervantes, en 1958 por Mario Echandi y en 1966 llamó a votar por Daniel Oduber contra José Joaquín Trejos. Esta es la Historia Política nacional, sin edulcorantes. ¿Por qué ponerse, por parte de algunas personas de izquierda, más papistas que el Papa cuando no encuentran o no tienen un partido por el qué votar? ¡Si lo tienen, a votar por él!

Lo que se define en esta decisión, en el momento actual de Costa Rica, es lo que se juega en el proceso electoral próximo, inmediato. MAS democracia o MENOS democracia, MAS Estado de Derecho o MENOS estado de Derecho. ¡Cuidado!, MAS libertades y derechos ciudadanos o MENOS libertades y derechos ciudadanos. ¡CUIDADO MAYOR!: la entronización de un gobierno más autoritario, avanzando hacia un gobierno dictatorial, tiránico, de tipo fascista…

En el período de la Junta de Gobierno, 1948-1949, hubo dos elecciones. La que se hizo para integrar la Asamblea Constituyente, que funcionó durante el año 1949, y la elección de diputados en 1949, para darle una Asamblea Legislativa, debidamente integrada a Otilio Ulate, a quien se le reconoció la Presidencia de la República, anulada en marzo de 1948, que empezó a ejercer el 9 de noviembre de 1949. Esto por cuanto la Asamblea Legislativa electa en 1948 fue anulada.

El grupo militar triunfante en la guerra civil de 1948 actuó como
Ejército de Liberación Nacional, lo que motivó en 1951, que José Figueres Ferrer y su grupo constituyeran, con ese nombre, el Partido Liberación Nacional el 12 de octubre de ese año, para seguir participando en las elecciones en el juego electoral democrático, pudiendo quedarse como grupo militar dominante por más años en el Gobierno y en el Poder. Desde entonces existe el Partido Liberación Nacional, siendo el más viejo de los actuales partidos de este período republicano.

De los sucesos de 1948 sobrevivieron solapadamente los grupos que fueron derrotados, excepto los comunistas que sí estaban bien identificados y debidamente proscritos.

De las fuerzas que se movieron con el figuerismo, en su lucha armada, los seguidores de Ulate y los seguidores de Mario Echandi Jiménez, se fueron distanciando del figuerismo y le ofrecieron resistencia electoral, junto a los calderonistas que empezaron a manifestarse electoralmente a partir de 1953.

Durante los procesos electorales de 1949, 1953 y 1958 la Asamblea Legislativa eligió 45 diputados. A partir de 1962 se estableció la cantidad de 57 diputados.

En la trayectoria parlamentaria no siempre el partido político que ganaba la presidencia de la República ganaba la mayoría de diputados.

En los procesos electorales de 1953 y 1958 Liberación Nacional dominó mayoritariamente la Asamblea Legislativa con 20 diputados en las dos ocasiones.

En las elecciones de 1953 participaron a nivel presidencial dos partidos, Liberación Nacional que impuso el primer gobierno constitucional de José Figueres. Su opositor fue Fernando Castro Cervantes, que movilizó, con el partido Demócrata, a seguidores de Ulate, de Mario Echandi que le inhabilitaron su participación electoral, a calderonistas, y a comunistas, opositores de Figueres. Los republicanos y comunistas no pudieron participar.

En esta elección de 1953 Liberación Nacional obtuvo 30 diputados de 45.

En 1958, con la candidatura de Mario Echandi, su partido Unión Nacional, derrotó a Liberación Nacional. También participó el partido Republicano que recogía el calderonismo sobreviviente del 48. En esta ocasión el figuerismo había tenido una ruptura, una separación, que llevó a Jorge Rossi Chavarría a separarse de Liberación Nacional, y participar con partido propio, que incluyó a Miguel Brenes Gutiérrez, como segundo vicepresidente, persona de confianza de las fuerzas calderonistas y comunistas antes de 1948.

El grupo de Echandi incluyó a Rafael Ángel Calderón Guardia como candidato a diputado, lo que facilitó su regreso del exilio forzado que tenía en México. El partido Liberación Nacional ganó la mayoría de los diputados, 20, de 45 diputados, el echandismo sacó 10 diputados, el partido calderonista 11 diputados y 4 diputados fueron electos por otros dos partidos. Así Echandi gobernó con una Asamblea Legislativa sin mayoría parlamentaria, y con un partido, Liberación Nacional, que prácticamente duplicaba los otros diputados. En esas condiciones Mario Echandi gobernó, vetando leyes que no le parecían y la Asamblea Legislativa resellándoselas, como era el camino constitucional establecido y respetado. Para la posteridad histórica, Mario Echandi elegantemente recogió en un libro todos sus Vetos presidenciales.

A partir de las elecciones de 1962 la cantidad de diputados que se elige es de 57, siendo la mayoría parlamentaria de 29 diputados.

De todas las 18 Asambleas Legislativas electas desde 1953 hasta el 2022, Liberación Nacional ha tenido 14 veces la mayoría de los diputados desde 17 hasta 33 diputados electos. La Coalición Unidad que eligió a Rodrigo Carazo tuvo la mayoría legislativa con 27 diputados en 1978 y fue la segunda fracción más grandes en 1982 con 18 diputados. La Unidad Social Cristiana tuvo la mayoría legislativa en 1998, con 27 diputados siendo la segunda Liberación Nacional, con 23, y en el 2002 la Unidad Social Cristiana logró 19 diputados, Liberación Nacional 17 y Acción Ciudadana, que surgía en ese momento, tuvo 14 diputados.

No se ha superado la cifra de 33 diputados para un partido político en la Asamblea Legislativa. El presidente Rodrigo Chaves, en su campaña abiertamente contra todos los partidos políticos existentes, y contra los que están en la Asamblea Legislativa, en sus tribunas políticas y beligerantes de los miércoles, ante cualquier micrófono y medio de comunicación que se le presente, como el pasado 5 de mayo, en la Asamblea Legislativa, ha venido insistiendo que SU MOVIMIENTO DE JAGUARES, debe sacar 40 diputados en el 2026.

En su perorata del 5 de mayo bajó la cifra a 38 diputados, que es el límite de la mayoría calificada de los 38 diputados importante para hacer grandes reformas institucionales.

En las elecciones del 2006, 2010, 2014, 2018 y 2022 Liberación Nacional mantuvo la mayoría de los diputados en 25, 24, 18, 17 y 19 correspondientemente.

En las elecciones del 2010 Acción Ciudadana obtuvo 11 diputados, el Movimiento Libertario 11 diputados y la Unidad Social Cristiana 6 diputados. En la elección de 2014 Acción Ciudadana, que era partido gobernante, obtuvo 13 diputados y en el 2018, que también fue partido gobernante, tuvo 10 diputados y la Unidad Social Cristiana tuvo 9 diputados.

En la elección del 2022, el Partido Progreso Social Democrático, que es el partido que llevó a Rodrigo Chaves a la Presidencia obtuvo 9 diputados, al igual que la Unidad Social Cristiana. Los otros partidos obtuvieron 6 diputados cada uno.

En 1962, con Francisco Orlich, Liberación Nacional ganó la presidencia y la mayoría de 29 diputados, de los 57 que constituían la Asamblea, como es hasta hoy su integración parlamentaria. El resto se lo repartieron tres partidos, entre ellos el Republicano Nacional con 18 diputados.

En 1966, bajo el gobierno de José Joaquín Trejos Fernández, que ganó con una coalición contra Liberación Nacional, se impuso una mayoría legislativa de Liberación Nacional de 29 diputados, y el resto se repartió entre tres partidos. De ellos, 26 de la Coalición Unidad.

En la elección de 1970, José Figueres se impuso y Liberación Nacional logró 32 diputados, la Unidad Nacional logró 22 y tres diputados más entre dos partidos. Dos de estos diputados abrían el camino de la participación de la izquierda en las elecciones, a partir de entonces, con la elección de Manuel Mora Valverde y Marcial Aguiluz Orellana.

En la elección de 1974, con Daniel Oduber, Liberación Nacional sacó 27 diputados y el resto se repartió entre siete partidos políticos, entre ellos Unidad Nacional con 16 diputados y 14 diputados repartidos entre seis partidos.

La elección de 1978 que ganó Rodrigo Carazo, con una coalición obtuvo 27 diputados, Liberación Nacional 25 y tres partidos más lograron el resto de 5 diputados. El gobierno de Carazo tuvo oposición mayoritaria legislativa.

La elección de 1982 impuso la presidencia de Luis Alberto Monge con 33 diputados. Los restantes se dividieron entre cuatro partidos, la Coalición Unidad tuvo 18 diputados.

La elección de 1986 que llevó a la primera presidencia a Oscar Arias, Liberación Nacional logró la mayoría de 29 diputados y los restantes 28 se los distribuyeron cuatro partidos.

La elección de 1990, que la ganó por primera vez la Unidad Social Cristiana con Rafael Ángel Calderón, también le dio la mayoría de 29 diputados al PUSC, y los restantes diputados se los distribuyeron cuatro partidos. Liberación obtuvo 25 diputados.

En la elección de 1994 que ganó José María Figueres Olsen, Liberación Nacional logró 28 diputados, el PUSC eligió 25 y cuatro partidos lograron 4 diputados.

En las elecciones de 1998 la presidencia la logra Miguel Ángel Rodríguez con 27 diputados, Liberación Nacional con 23 y cinco partidos logran 7 diputados.

A partir de las elecciones nacionales del 2002 surgen las segundas rondas electorales para definir la presidencia de la República. Pero, en cada una de esas elecciones se definieron desde las elecciones de febrero, en las primeras rondas, la composición de la Asamblea Legislativa.

Elecciones con segunda ronda electoral fueron la del 2002, 2014, 2018 y 2022.

La elección del 2002 la gana Abel Pacheco, con el PUSC, que logra 19 diputados, Liberación Nacional obtiene 17 diputados, y el Partido Acción Ciudadana, que participa por primera vez, logra 14 diputados. Otros 7 diputados se distribuyeron entre dos partidos.

La elección del 2006 condujo a Oscar Arias a su segunda presidencia constitucional, sin segunda ronda, en la cual Liberación Nacional logra 25 diputados, el partido Acción Ciudadana 17 diputados y seis partidos se distribuyen 15 diputados, entre ellos la Unidad Social Cristiana con 5 cinco diputados.

La elección del 2010 elige por primera vez a una mujer en la Presidencia de la República, a Laura Chinchilla Miranda del partido Liberación Nacional, que logra 24 diputados, el partido Acción Ciudadana 11, y 22 diputados se los distribuyeron seis partidos.

La elección del 2014, con segunda ronda, con un candidato presidencial de Liberación Nacional, Johnny Araya Monge, que públicamente rehusó participar en la segunda ronda, sin poderse retirar oficialmente, llevó a la presidencia de la República a Luis Guillermo Solís, candidato del partido Acción Ciudadana, momento histórico en que se superaba el tradicional bipartidismo presidencial entre Liberación Nacional y la Unidad Social Cristiana.

Hasta este momento la historia de las elecciones presidenciales había girado entre Liberación Nacional y sus opositores históricos que culminaron en la Unidad Social Cristiana. Se iniciaba la época del tripartidismo, cuando tres partidos políticos obtenían la Presidencia de la República.

La elección del 2014 impuso una mayoría parlamentaria de Liberación Nacional de 18 diputados, 13 de Acción Ciudadana, 9 del Frente Amplio, 8 de PUSC y 9 diputados de otros 5 partidos.

La elección del 2018, en segunda ronda electoral, de nuevo lleva al partido Acción Ciudadana al gobierno. Una elección muy reñida en la cual Liberación Nacional no quedó como alternativa final de las elecciones, siéndolo el partido Restauración Nacional que postuló a Fabricio Alvarado.

Por primera vez, en su historia Liberación Nacional no llegó a gobierno ni a finalista de una segunda ronda. La Unidad Social Cristiana ya estaba ausente de estas posibilidades desde la elección del 2006.

En la elección del 2018 Liberación Nacional logró 17 diputados, el partido Restauración Nacional 14, Acción Ciudadana 10, la Unidad Social Cristiana 9 y 7 diputados se los distribuyeron 3 partidos.

La elección del 2022 quebró la tradición. Impuso un nuevo partido político, recién hecho para esa elección, Partido Progreso Social Democrático, que llevó en una segunda ronda a Rodrigo Chaves Robles a la Presidencia, que se le termina en mayo del 2026, y sacó del escenario electoral al partido Acción Ciudadana, que no obtuvo ni siquiera un diputado, luego de tener dos gobiernos seguidos. Con Rodrigo Chaves inauguramos el tetrapartidismo en el gobierno: cuatro partidos han ejercido el gobierno de la República.

¿Iremos en la próxima elección, de febrero del 2026, a un pentapartidismo, a otro partido nuevo en el gobierno de la República, a uno de los jaguares que impulsa el presidente Chaves? Como posibilidad esto puede darse. No hay que dormirse si no queremos que esto suceda.

El comportamiento del electorado en las últimas dos elecciones es interesante. En la del 2018 en la primera ronda hizo surgir peligrosamente como primer finalista a Fabricio Alvarado con una bandera muy anti derechos humanos, y a Carlos Alvarado por el contrario, como el abanderado defensor de los derechos humanos. La segunda ronda se definió en un esfuerzo muy apretado a favor de Carlos Alvarado, que estaba en el segundo lugar finalista.

La elección del 2022 llevó a la segunda ronda a José María Figueres de Liberación Nacional, como primer finalista y, sorpresivamente, a Rodrigo Chaves como segundo finalista, triunfando Chaves en la segunda vuelta, con una desmovilización y abstencionismo grande en contra de Figueres y de Liberación Nacional, que fue lo que resultó electoralmente.

¿Se repetirá algo así, en el próximo proceso electoral, frente a una opción emergente, nueva, que enfrente en el leguaje beligerante del presidente Chaves a todos los partidos políticos, especialmente a los tradicionales, a todos los que han tenido diputados en el pasado y en esta Asamblea Legislativa?

Esto es parte de lo que está en juego en estas elecciones. La ciudadanía activa, consciente y preocupada por el devenir de la Patria debe poner las barbas en remojo.

El nuevo Directorio legislativo es lo mejor que le ha ocurrido a la Asamblea Legislativa, para su última Legislatura.

Presidencia: Rodrigo Arias Sánchez (PLN),

Vicepresidencia: Vanessa Castro (PUSC),

Primera secretaria: Carlos Felipe García (PUSC),

Segunda secretaría: Gloria Navas (independiente),

Primera prosecretaría: Luz Mary Alpízar (Progreso Social Democrático),

Segunda prosecretaría: Geison Valverde (PLN).

El oficialismo, con sus diputados independientes, intentó entrar en este Directorio. La presidenta del Progreso Social Democrático, Luz Mary Alpízar fue electa sin ser candidata oficial del grupo de diputados que constituye el apéndice legislativo del presidente Rodrigo Chaves.

La Presidencia en la figura del diputado Rodrigo Arias Sánchez se lució en el reconocimiento que le dieron los diputados en su nombramiento. Más se distinguió, y fue el ejemplo claro de la importancia de su nombramiento, cuando tuvo que contestar, el 5 de mayo, el discurso de plaza pública, de carácter electoral, que hizo el presidente Rodrigo Chaves, atacando a los diputados y a los poderes públicos, desmintiéndole y confrontando elegantemente su perorata, que no tenía nada de “relativo a los diversos asuntos de la Administración y al estado político de la República y en el cual deberá, además, proponer las medidas que juzgue de importancia para la buena marcha del Gobierno, y el progreso y bienestar de la Nación”, como establece su obligación constitucional de hacer.

Rodrigo Arias volvió a mostrar su Señorío, su Don de gentes, su cultura y educación que le caracterizan, su capacidad discursiva respetuosa, pero firme, sin dobleces, con la frente en alto y con la energía que le da el ser el Representante más distinguido del pueblo costarricense que dirige la Asamblea Legislativa.

Rodrigo Arias se levantó orgullosamente como el gran defensor del Estado de Derecho y de las libertades y derechos amenazados por el inquilino de Zapote.

Compartido con SURCOS por el autor.

Acción Ciudadana promueve esfuerzos en consolidar una coalición para 2026

PRONUNCIAMIENTO

San José, Costa Rica. 7 de mayo de 2025. Desde el Partido Acción Ciudadana, bajo la lectura de las condiciones políticas y económicas, nacionales e internacionales, y los acuerdos del III Congreso Ciudadano, iniciamos el proceso de renovación de las estructuras partidarias y de formación política, para enrumbar nuestra participación en la campaña electoral presidencial 2026. Hoy damos un paso hacia adelante en la tarea de promover una coalición nacional que inspire esperanza y marque el camino de reconstrucción nacional para el periodo 2026-2030.

Ante el fuerte retroceso democrático y el aumento del espectro político populista, que amenaza con cambios radicales en la Constitución Política, que buscan debilitar la libertad de prensa y expresión, así como los órganos de control, es que acogemos con entusiasmo el llamado de unidad planteado a lo interno de nuestro partido, así como por agrupaciones ciudadanas, movimientos sociales y personas de diversas tiendas políticas, para frenar el deterioro democrático y la calidad de vida de quienes habitamos este país.

Nuestro compromiso es con la construcción de una coalición que responda de manera efectiva a las necesidades de todas las personas costarricenses y habitantes de nuestro territorio, sumando la diversidad de partidos demócratas y sectores que abrazan la democracia costarricense y defendemos el bien común.

Seguimos con atención los esfuerzos de grupos y colectivos de la ciudadanía, tales como los planteamientos de Agenda Viva, La Red, iniciativas de los colectivos de mujeres, la Mesa Nacional de Diálogo Social y Productivo, y la Coalición por Costa Rica.

Para Acción Ciudadana, la convergencia de sectores progresistas y demócratas no es un paso electorero más; es un acto de compromiso con nuestra patria, un cimiento esencial para proteger y mejorar las garantías que nos definen el camino para ser, como dice el artículo 50 de nuestra Constitución Política, una sociedad justa, inclusiva, sostenible y humana.

Nuestros órganos partidarios responsables de liderar procesos de coaliciones y agenda programática se han dedicado al análisis profundo a estas propuestas y naturalmente hemos encontrado en ella valiosas coincidencias que sumarán a nuestra ya actualizada propuesta a la ciudadanía.

Creemos firmemente que este debe ser un proceso que emane y sea respaldado por la fuerza de las estructuras partidarias, por lo que extendemos una invitación a cada militante que desee aportar su energía y conocimiento a estos procesos en coordinación con nuestros respectivos órganos partidarios, en los próximos días se estarán habilitando espacios de puesta en común con toda la dirigencia.

Hoy, más que nunca, reafirmamos este llamado a la unidad nacional. Es imperativo consolidar las transformaciones políticas que hemos iniciado y que hoy peligran por discursos populistas.

¡Es el momento de unir esfuerzos, de sumar nuestras esperanzas, de avanzar en conjunto hacia el futuro de Costa Rica!
Comisión Política
Partido Acción Ciudadana

No todo es política, pero todo pasa por la política

Cuando usted va a comprar alimentos, aunque usted no lo crea, la política está presente. Cuando es contratado para realizar algún trabajo, la política está ahí. Cuando usted siembra, cosecha y vende, la política está a la par suya. Y por supuesto que la política está presente en el hospital, en la escuela, en las carreteras, en los puentes, en la recolección de la basura y en el servicio de agua.

No todo es política, pero eso sí, todo pasa por la política.

Cuando usted va a la tienda debe llevar dinero para pagar lo que compra. Los precios de algunos productos y el salario con el que usted compra son regulados por los representantes que fueron elegidos en los tiempos de la campaña, de tal manera que, dependiendo de la política, el dinero no le alcanza o es suficiente para comprar lo que necesita y hasta para ahorrar. La política económica del gobierno influye sobre toda la población, no hay quien se salve. El cambio del dólar, los paquetes de impuestos, el sistema tributario son decisiones políticas que pueden beneficiar a unos y perjudicar a otros.

Cuando usted siembra, cosecha y vende debe tomar en cuenta las decisiones políticas con respecto a los diversos productos. Hay políticas que benefician a los productores, otras que los perjudican. No es lo mismo sembrar con respaldo del Estado, con créditos blandos, semillas garantizadas, subsidios y protección, que sembrar con el riesgo de que abran las fronteras y permitan el ingreso de productos a costos tan bajos que no valga la pena ni recoger la cosecha. Todo esto tiene que ver con decisiones políticas.

La atención en los centros de salud o en el hospital, el que haya más o menos especialistas, el que las medicinas sean de calidad y a tiempo… también tiene que ver con decisiones políticas de un gobierno, en torno a la salud. Una decisión puede ser fortalecer el sistema de salud y otra decisión opuesta puede ser impulsar la medicina privada deteriorando los servicios públicos.

La calidad de la educación pública, la capacitación de las y los educadores, los sistemas de evaluación, incluso la cantidad de días del periodo escolar, son decisiones que tienen que ver con políticas de un gobierno y en este campo se puede aumentar la inversión en educación o se puede disminuir, se puede seguir apoyando las universidades públicas o darles más apoyo a las universidades “de garaje”, depende de las políticas que el gobierno fije en materia educativa.

La basura que usted produce y el agua que usted toma, tiene que ver con la política. Un gobierno municipal puede provocar que las calles se llenen de basura, tirarla en un botadero sin ningún tratamiento o puede impulsar una política de manejo adecuado de los desechos. El agua puede ser abundante o escaza, puede ser potable o contaminada, puede proyectarse al futuro o abandonarse… depende de la política que el gobierno local apruebe en cada caso.

En todas estas circunstancias y en todas las acciones que realizamos en nuestra vida diaria, la política está presente, pero esa política para bien o para mal, la ejecutan personas que usted elige o deja de elegir en las elecciones.

Por esto hay que participar activamente en política como candidato honesto o como como votante inteligente.

¿Qué hacer? Una reflexión sobre la izquierda política hoy

Vladimir de la Cruz

Considerando a la izquierda política como aquellos movimientos sociales, o partidos políticos, que de una u otra manera se autoproclaman representantes de los sectores populares, frente a los sectores oligárquicos o políticamente dominantes, en el contexto de una sociedad política, y económicamente dividida en clases sociales, se puede afirmar que la izquierda costarricense surgió a finales del siglo XIX, al calor también de la influencia que empezó a tener la información sobre los movimientos anarquistas, socialistas y comunistas que estaban surgiendo internacionalmente, de lo que se tenía noticia, así como de las luchas sociales y populares del movimiento obrero y sindical organizado, que también empezó a repercutir en el país.

La clave de la definición de la izquierda fue la lucha por el poder popular, por el poder político en manos de la clase obrera, en su versión más clásica, y la instauración de un sistema político superior al capitalismo, llamado socialismo, como antesala al comunismo o la sociedad comunista. Para lograr este objetivo todo espacio político era aprovechable, especialmente la lucha organizada de la clase trabajadora y los espacios parlamentarios que se pudieran obtener.

La izquierda costarricense históricamente así la podemos representar, en distintas etapas o momentos históricos, y desde distintos ángulos de análisis.

Así, durante el período liberal, finales del siglo XIX y principios del siglo XX, la izquierda se puede representar, en el plano político, en la figura de Félix Arcadio Montero, el último Rector de la Universidad de Santo Tomás, que hacia 1886, frente al movimiento liberal, que hacía que sus miembros se identificaran con el “partido liberal”, cuando aún no habían surgido los partidos políticos, impulsó un partido de obreros, trabajadores y artesanos, distinguiendo de esa manera los dos grandes grupos sociales, y políticos, de la sociedad costarricense, al tiempo en que ya se habían desarrollado, desde 1874, las Sociedades de Artesanos, Sociedades de Trabajadores y Sociedades de Obreros, que eran claramente clasistas en las cuales solo podían organizarse Artesanos, Trabajadores y Obreros, período en el que empezó a surgir con una intensa prensa social una clara “conciencia social de clase”.

A partir de 1890 cuando surgieron los partidos políticos, tal y como los conocemos hoy, y mediante los cuales solo por medio de ellos se podía aspirar a puestos de elección popular, Félix Arcadio Montero organizó el Partido Independiente Demócrata, con una definición más clasista, convocando a sus filas a los chaquetas, descamisados y descalzos, obligando a que los partidos oligárquicos de esos años crearan, bajo sus banderas, Clubes de Obreros, Clubes de Artesanos y Clubes de Trabajadores, con el propósito de atraer sus filas a los trabajadores, obreros y artesanos.

En ese final de siglo los trabajadores eligieron diputados que se identificaban con ellos en general. Así fueron electos Félix Arcadio Montero, Faustino Montes de Oca, ambos por el Partido Independiente Demócrata y Víctor Gólcher, por uno de los partidos liberales.

Su planteamiento político descansaba en que desde el Congreso se podían hacer leyes que beneficiaran a los trabajadores en general. No había una clara concepción de la toma del poder para la clase trabajadora. Su preocupación fue elegir diputados.

Esta tesis se conoce como la lucha política parlamentarista, donde se concentra toda la atención en el papel de los discursos parlamentarios promoviendo leyes o enfrentando posiciones, sin vincular esa acción legislativa a la lucha por el poder político para la clase o clases trabajadoras.

A principios del siglo XX surgieron las ligas de obreros y los sindicatos, tal y como los conocemos hoy. Huelgas se dieron en el siglo XIX y desde principios del siglo XX.

En la década de 1910 hubo diputados representantes de los trabajadores como Aristides Montero Segura, hijo de Félix Arcadio Montero. En 1905 se fundó la primera Federación de Trabajadores y, en 1913, la primera Confederación General de Trabajadores, impulsando niveles más altos de organización y de lucha. El Centro de Estudios Germinal, impulsado por Omar Dengo, Joaquín García Monge, Carmen Lyra, José María Zeledón Brenes fue clave en este fortalecimiento del movimiento obrero, que ese mismo año, 1913, empezó a celebrar el Día Internacional de los Trabajadores, el 1 de mayo, a la par de la celebración de la rendición de William Walker, que originaba el día feriado.

La sociedad costarricense se había transformado. Había un desarrollo urbano pujante y un desarrollo industrial que marcaba el inicio del capitalismo en el país, a la par de un capitalismo agrario en marcha con las inversiones extranjeras en banano especialmente. Era el inicio de la época del imperialismo y de la política del Gran Garrote de los Estados Unidos.

Para las elecciones de 1913 participaron tres partidos obreros, el partido Obrero en Limón, el partido Obrero en Grecia y el partido Obrero en San José. Estas tres ciudades concentraban importantes grupos de obreros y trabajadores, agrícolas e industriales.

Las ideas anarquistas, socialistas y comunistas habían llegado a Costa Rica desde finales del siglo XIX. Las socialcristianas también con la Encíclica Rerum Novarum. Hasta aquí no había un planteamiento local de la toma del poder para la clase trabajadora.

Fue el Dr. Aniceto Montero, quien había estudiado en Europa y se había ligado a la Asociación Internacional de Trabajadores, la II Internacional, y al movimiento político de los bolcheviques dirigido por Lenin, quien a partir de 1917 intenta fundar un partido Socialista leninista, impulsor de la lucha de clases sosteniendo que la clase obrera debía gobernar y dirigir el país, y propiciando como modelo de nueva democracia y más amplia la Dictadura del Proletariado. Aniceto fue el antecedente político más importante al Partido Comunista, que se funda en 1931.

En el período legislativo 1920-1924 uno de los fundadores del Centro Germinal, José María Zeledón fue diputado.

Durante esos años hasta la muerte de Lenin en 1924, impulsó las ideas comunistas y la idea de la Dictadura del Proletariado como un concepto de una democracia superior a la existente, en tanto representaba más ampliamente a la sociedad costarricense en todos sus trabajadores, mientras para él los gobiernos hasta entonces existentes era de grupos oligárquicos.

En esos días Farabundo Martí, que había pasado por Costa Rica, en 1919, funda el partido Comunista de Centro América, en 1920. La Revolución Rusa provocaba en Europa levantamientos populares en distintos países y regiones.

Frente al movimiento Socialista del Dr. Aniceto Montero surgió el Partido Reformista de Jorge Volio, que lo eligió diputado, junto a Julio Padilla, en la década de 1920 y con ellos se logró materializar la lucha de la Ley de Accidentes de Trabajo en 1925, que se venía luchando desde 1908. En 1922 Vicente Sáenz fundó un Partido llamado Progresista, y en 1935 el Partido Socialista Costarricense. Otras expresiones partidarias a finales de la década de 1920 fueron la sección costarricense del APRA, “Alianza Popular Revolucionarias Americana”, de Víctor Raúl Haya de la Torre. Igualmente importantes fueron la Confederación Obrera Centroamericana desde 1914, la Confederación Obrera Panamericana, en cuya fundación en 1919 estuvo Joaquín García Monge, representando al movimiento obrero costarricense. Se intentó fundar el Partido de Unión de Centro y Sur América y las Antillas, en 1927. En ese período había fuertes movimiento unionistas centroamericanos.

En el segundo lustro de la década de 1920, en los años de 1925 a 1930, se dieron diversos grupos y movimientos políticos de izquierda que no participaron en elecciones, hasta que en las elecciones de medio período, de 1930, se inscribió el Partido Alianza de Obreros, Campesinos e Intelectuales que impulsó sin éxito electoral la candidatura a diputado de Joaquín García Monge, la de Ricardo Moreno Cañas y la de Alejandro Montero Segura, hijo de Félix Arcadio, entre otras candidaturas.

En junio de 1931, en medio de la crisis de la gran depresión se fundó el Partido Comunista de Costa Rica que, a partir de ese año hasta 1948, pasó a representar a la clase trabajadora nacional y a hacerse abanderado de la lucha por el socialismo y comunismo en el país, con gran sentido de la realidad, entendiendo que eso no era posible hasta que en la mayoría de los países del mundo y en las sociedades avanzadas, como la de Estados Unidos, ese proceso no estuviera en marcha, lo que se ha llamado el “comunismo a la tica”, que impulsó el Partido Comunista de Costa Rica, con su principal líder Manuel Mora Valverde.

Su preocupación política fundamental, desde entonces fue, al igual que los partidos políticos que levantaron la representación popular, fue meramente parlamentarista, es decir llegar con diputados al Congreso o a la Asamblea Legislativa, para desde allí impulsar o contribuir a impulsar legislación social, y reformas sociales y políticas avanzadas para el Estado y a sociedad costarricense. Ir avanzando en un fuerte conciencia social y política. No hubo en términos reales una propuesta de toma del poder para la clase trabajadora, ni siquiera como lucha política, más allá de así declararlo en determinados documentos políticos.

El Partido Comunista se hizo heredero directo de las luchas obreras y sus organizaciones sociales, especialmente de la Unión General de Trabajadores, que le sirvió de base de crecimiento en el período de la Gran Depresión, 1931-1934 y hasta 1938.

A partir de 1934 hasta 1948 el Partido Comunista eligió sus diputados. En la elección de 1939 se constituyó en la segunda fuerza política electoral, con un 9% de votación a su favor. El éxito de su crecimiento, entre otros elementos estaba que alrededor de las luchas parlamentarias movilizaban sectores populares en su apoyo. Los años duros de la II Guerra Mundial facilitaron la alianza en el gobierno del Dr. Rafael Angel Calderón Guardia, del gobierno, la Iglesia Católica encabezada por Monseñor Víctor Manuel Sanabria Martínez y el Partido Comunista, dirigido por Manuel Mora Valverde, alianza que condujo al cambio de nombre del Partido Comunista por Partido Vanguardia Popular y a la Coalición política Bloque de la Victoria, para las elecciones de 1944 entre estas fuerzas postulando a Teodoro Picado Michalski a la Presidencia de la República, sin que Vanguardia Popular tuviera un solo ministerio en su gabinete.

La izquierda socialista, así puesto, no ha tenido experiencia de ejercer gobierno. Ha tenido la experiencia de participar en procesos electorales, especialmente desde 1934 hasta 1948 y partir de 1970.

En el período de la Segunda República hasta 1975 el Partido Comunista, o Vanguardia Popular, estuvo formalmente ilegalizado, sin posibilidad de participar directamente en elecciones. En 1962 apoyó al Partido Acción Democrática Popular que eligió a Julio Suñol Leal. A partir de 1970 eligió a Manuel Mora Valverde y a Marcial Aguiluz Orellana, momento a partir del cual se crearon las condiciones para eliminar las restricciones constitucionales y legales que existían sobre su participación electoral. Para este momento, habían surgido en el país otras fuerzas políticas de izquierda, el Partido Revolucionario Auténtico, el Movimiento Revolucionario del Pueblo y el Partido Socialista Costarricense, que empezaron a participar en elecciones. En 1974 el Partido Socialista lanzó su consigna “¡El pueblo al poder! ¡Tiemblen ricos! Ese año bajo el liderazgo de Rodolfo Cerdas Cruz, un excomunista, se fundó el Frente Popular que lo llevó a la Asamblea Legislativa. Y en 1978 estas fuerzas se coaligaron con Vanguardia Popular en Pueblo Unido, llegando a elegir en 1982 a cuatro diputados. Pueblo Unido fue un esfuerzo muy importante de unidad política, que quiso ampliarse a sectores progresistas e independientes de la social democracia y el socialcristianismo.

Las elecciones, como mecanismo de participación popular, solo conducen a la toma del gobierno y a la representación parlamentaria y municipal. No estrictamente a la toma del poder político como palanca del poder estatal.

Ni siquiera en la alianza política de 1943 para impulsar y aprobar la Reforma Social de la Garantías Sociales y del Código de Trabajo, se logró que el Partido Comunista, ya llamado Vanguardia Popular, como resultado de esa alianza, obtuviera un Ministerio, en el final del gobierno de Calderón Guardia, 1943-1944, o en el de Teodoro Picado, 1944-1948, que resultó de la coalición Bloque de la Victoria, en 1944, ni siquiera para dirigir la Secretaría de Trabajo.

Cuando ha habido ministros de izquierda o de tradición comunista en el período posterior de 1948, como fue el Dr. Arnoldo Mora Rodríguez, quien había sido militante del Partido Socialista Costarricense, Ministro de Cultura del Gobierno de José María Figueres, 1994-1998, o de Patricia Mora Castellanos, militante de Vanguardia Popular, de Fuerza Democrática y del Frente Amplio, que fue Ministra de la Mujer, en el gobierno de Carlos Alvarado Quesada, 2018-2022, ninguno de ellos resultó de una alianza política de sus Partidos con los partidos gobernantes, Liberación Nacional o Acción Ciudadana. Fueron escogidos literalmente a dedo, por méritos personales o reconocimientos políticos pero no por pactos o alianzas estratégicas de los partidos políticos. Fueron circunstancias particulares que los llevaron a esas alturas del poder políticos expresado en el Gobierno. Arnoldo Mora fue ministro los cuatro años de gobierno. Patricia Mora ministra casi tres años de gobierno porque renunció al mismo con motivo de las reformas retrógradas que impulsaba el gobierno de Carlos Alvarado, con las cuales no estaba de acuerdo.

Los partidos de izquierda, el Socialista Costarricense había sufrido una crisis divisoria a finales de la década de 1970 que se agudizó a inicios de la década de 1980, provocando su desaparición. El Movimiento Revolucionario del Pueblo igualmente desapareció en esta década. El Partido Vanguardia Popular tuvo su dramática crisis divisoria a mediados de la década de 1980, divisiones que afectaron a todos los movimientos sociales y sindicales del país, provocando en mucho su debilitamiento actual.

Las grandes luchas populares de 1970, contra la ALCOA, contra el Combo del ICE en el año 2000 o contra el TLC, en el 2006 y 2007 tuvieron otros resortes, que contribuyeron a las grandes movilizaciones, que a su alrededor se realizaron. En las tres luchas había diputados activos que se convertían en los elementos aglutinadores de las movilizaciones populares que se hacían a favor de las luchas que ellos daban en la Asamblea Legislativa. Ese fue un factor determinante. Había movimientos estudiantiles activos, que se movilizaban políticamente desde la izquierda. Había sindicatos con importante influencia de la izquierda que también se movilizaron. Hoy, por ejemplo, los sindicatos del ICE, de la CCSS, del INS, del BPDC, del sector bancario y de las instituciones públicas casi no se sienten frente a las amenazas que existen contra esas instituciones y contra sus sectores laborales, por los despidos que se están realizando. Los sindicatos magisteriales han perdido mucho su capacidad de combate, ni siquiera en defensa de su sistema de pensiones. Los sindicatos no se sienten frente al congelamiento de salarios de casi cinco años que existe proyectado para los próximos cuatro años. Ninguna lucha social, después de TLC, se ha realizado apoyando gestión legislativa alguna.

Electoralmente ha habido un ciclo de subibajas parlamentarias, especialmente con la participación del Frente Amplio desde el 2006, sin que alrededor de sus diputados igualmente se haya hecho alguna movilización popular trascendente. El Partido Acción Ciudadana tampoco sirvió para fortalecer parlamentariamente luchas o movilizaciones. Su segundo gobierno fue un retroceso institucional en el país. Los diputados de estos partidos en estos años poca memoria afirmaron en el colectivo social. Los actuales diputados del Frente Amplio se distinguen como parlamentarios, pero sin arraigo fuera del recinto parlamentario. Con simpatías políticas sobre su ejercicio parlamentario, pero sin luchas alrededor de las cuales se les aglutinen sectores movilizados. Los grupos de orientación trotskista se mantienen activos, pero alejados de la organización y las luchas populares, con un visión de poder político sin ningún planteamiento real y posible de alianzas con otros grupos.

Frente a la elecciones próximas, las de febrero del próximo año, la militancia histórica de lo que fue la izquierda carece de una alternativa política real y posible. Hay discusiones de exmilitantes de aquellos partidos en que se plantean la posibilidad, que ya no existe, de formar un partido político. El escenario electoral ya está marcado. No hay posibilidad alguna de impulsar la inscripción de otro partido. Todavía no se ha señalado por el Tribunal Supremo de Elecciones cuáles son en definitiva los partidos inscritos. Parte de esta izquierda, sin militancia partidaria, discute si votar por el Frente Amplio o por el esfuerzo que está haciendo Acción Ciudadana de lanzar candidata presidencial. Con grandes dudas se realiza este debate y sin precisión de candidatos.

¿Frente a las elecciones próximas qué es lo que se está jugando? Esta es la pregunta principal. ¿La posibilidad de que el gobierno de Rodrigo Chaves Robles continúe con otro candidato y otro partido político? Este es el principal reto político nacional que existe. Esta es la realidad que no se está apreciando bien por esta izquierda política.

Frente a este peligro real el escenario que se está levantado es con los candidatos Álvaro Ramos de Liberación Nacional, de Claudio Alpízar de Esperanza Nacional, de Juan Carlos Hidalgo de la Unidad Social Cristiana, de Eli Feinzaig del Liberal Progresista, de Fabricio Alvarado de Nueva República. Por ahora no hay otros candidatos ni otras alternativas políticas, que permitan ir viendo hacia dónde van las procesiones de febrero.

Frente a las elecciones de febrero se juega la democracia política, la democracia institucional, el Estado de Derecho y la división de poderes, el Estado Social de Derecho, las Garantías Sociales a las que les quieren aplicar la guillotina, la jornada de trabajo 4-3, los sistemas de pensiones, el aumento de la edad de retiro para pensionarse, el traslado del pago del ROP hasta la edad de 115 años lo cual es un absurdo y un sin sentido, el debilitamiento mayor de la educación y salud pública, el aumento del desempleo, del trabajo informal, de los bajos salarios, el mayor incremento de la criminalidad, del narco estado y del narco gobierno de continuar el actual. Se juega la Soberanía Nacional, la Independencia Nacional y el régimen de libertades y derechos de los costarricenses. Esta es la realidad.

Frente a las elecciones de febrero próximo ya no hay posibilidad de realizar coaliciones políticas electorales. Todos los partidos van por la libre. Todos los ciudadanos “al garete”, a la deriva, sin control ni orientación política, lo que conduce a fortalecer el caos y desorden de la proyección posible del actual gobierno.

Recordemos que en Costa Rica no se puede reelegir un presidente. El presidente Chaves no se puede reelegir. Pero sí se puede reelegir un partido político. Se han reelecto los partidos Liberación Nacional, la Unidad Social Cristiana y Acción Ciudadana. En el ambiente político actual bien puede elegirse el candidato al que el presidente Rodrigo Chaves le dé el visto bueno y lo apoye para su elección. Esta es una realidad. No hay que engañarse, ni hacer la del avestruz.

Rodrigo Chaves, que había quedado de segundo en las elecciones de febrero del 2022, ganó porque electorado no votó por Liberación Nacional y especialmente por José María Figueres. Apostaron a una nueva cara y a un discurso que se ha afirmado más en la gestión de gobierno de Rodrigo Chaves, que es el discurso antisistema, anti todos los partidos políticos, anti todos los políticos, anti todos los que ha gobernado, anti todos los diputados actuales exceptuando a los que apoyan el presidente Chaves, el discurso de hacerse ver como el presidente de todos los costarricenses, de todos los trabajadores, de todos los excluidos y marginados socialmente, que todas esas fuerzas no lo dejan gobernar. Este discurso en Chaves sigue siendo válido. Lo recoge en cierta forma la simpatía y reconocimiento que tiene en las encuestas, que sus opositores, líderes y partidos no quieren ver bien ni analizar correctamente.

¿Y si como puede suceder Rodrigo Chaves se lanza a diputado en agosto? El escenario político va a cambiar. La lucha por las diputaciones va a ser lo más importante. Rodrigo Chaves candidato a diputado va a tener su propia fuerza. El partido que lo postule va a sacar sus diputados, no los 40 que Chaves dice que deben nombrarse nuevos, pero sí una importante mayoría. El partido que postule a Chaves tendrá igualmente mayor posibilidad de ir a finales en caso de una segunda ronda.

La izquierda debe recordar que en determinados escenarios hay que tomar decisiones importantes. Sin alternativa electoral, el partido Vanguardia Popular, en 1958 llamó a votar por Mario Echandi, bajo el concepto de “la oposición triunfará”, y en 1966 llamó a votar por Daniel Oduber de Liberación Nacional, que los había puesto fuera de la Ley y que en el gobierno de Francisco Orlich ilegalizó el Semanario Adelante.

El gobierno de José Joaquín Trejos Fernández, apoyado por Liberación Nacional y José Figueres, nombraron a Manuel Mora Agente Comercial de Costa Rica para vender café y azúcar en los países socialistas, ante la crisis que tenía el país, lo que facilitó a pesar de la ilegalidad electoral al Bloque de Obreros en 1969, de la participación electoral del Partido Acción Socialista en 1970 que eligió a Manuel Mora y a Marcial Aguiluz, y la apertura de relaciones diplomáticas en el gobierno de Figueres, 1970-1974, con los países socialistas. Esta es la realidad política.

El partido Liberación Nacional especialmente tenía en su seno “sectores” de izquierda, progresistas y democráticos. También los había en otros partidos, así como había “independientes” de izquierda. Hoy estos “sectores” de izquierda no se tienen con claridad en esos partidos. ¿Pero los hay todavía democráticos? Esa es una lucha que no se da abiertamente en esos partidos. Pareciera que predominan los sectores conservadores y de la derecha política, alineados con la situación internacional dominante. La “izquierda” hoy es más variada y poco definida.

Para mí, la lucha electoral del 2026, de los próximos diez meses, estará centrada en la necesidad de preservar el desarrollo democrático nacional e institucional y los derechos sociales y laborales. Esta es la clave para definir el rumbo para ir a votar.

Álvaro Ramos Chaves, ¿el relevo generacional de Liberación Nacional?, a la conquista del corazón y la mente de los costarricenses

Vladimir de la Cruz

El Partido Liberación Nacional realizó su proceso interno de selección de su candidato presidencial, para las elecciones de febrero del 2026.

Ese proceso fue por la vía de una convención electoral abierta, mediante la cual los ciudadanos, en primer lugar, los miembros, militantes y simpatizantes del Partido Liberación Nacional y, en segundo lugar, los que, quisieran pronunciarse sobre esos candidatos, podían acudir a las urnas y votar por alguno de ellos. El proceso en sí mismo era una validación del ejercicio del sufragio y de la democracia electoral costarricense.

Para ello programaron debates, con los cuatro candidatos que tenían, en colaboración con medios de comunicación radiales y televisivos.

Los candidatos que disputaron la candidatura presidencial fueron los diputados Gilberth Jiménez Siles y Carolina Delgado Ramírez, ambos de larga trayectoria militante en Liberación Nacional, con lo cual se les puede calificar de candidatos tradicionales, que han vivido de ese partido, se han amamantado de sus leches, de las buenas y malas épocas que ha tenido, han disfrutado de las mieles que esa pertenencia les ha dado para ocupar puestos políticos y públicos, a nombre de ese partido, para lo cual en sus momentos contaron con el apoyo de los dirigentes históricos y políticos, y de las estructuras organizativas de Liberación Nacional. Participaron también Marvin Taylor Dormond y Álvaro Ramos Chaves.

Marvin Taylor con igual compromiso que los diputados dentro de Liberación Nacional que le permitió desempeñar puestos públicos en el pasado, pero con menor presencia pública, y el más desconocido de ellos, Álvaro Ramos Chaves, sin una fuerte militancia política en Liberación Nacional, con buena experiencia en la función pública en los últimos diez años, con poca a casi ninguna militancia destacada en ese partido, pero con apoyo principalmente de sus sectores juveniles. En esencia todos los precandidatos eran caras bastante desconocidas, pero más desconocidos fueron los diputados, que evidenciaron su desconocimiento público por su mal papel parlamentario.

Liberación Nacional, como el partido más viejo de los procesos electorales de la Segunda República, 1953-2025, fundado en 1953, ha ejercido la presidencia de la República en nueve ocasiones, 1953, 1962, 1970, 1974, 1982, 1986, 1994, 2006 y 2010.

Los otros partidos que gobernaron el país, los podemos agrupar en los anti liberacionistas de los gobiernos de Mario Echandi, 1958-1962, de José Joaquín Trejos Fernández, 1966-1970 y de Rodrigo Carazo, 1978-1982, y los de la Unidad Social Cristiana, 1990, 1998, 2002. A estos se suman los dos gobiernos del partido Acción Ciudadana, 2014 y 2018, y el actual gobierno de Rodrigo Chaves Robles, que llegó a la presidencia por el partido Progreso Social Democrático.

Lo bueno y lo malo de todo el desarrollo político institucional y democrático, alcanzado en el país, desde 1953 hasta hoy, se les debe proporcionalmente al ejercicio de gobierno de estos partidos y de sus presidentes, con sus ministros y miembros de las juntas directivas que dirigen las instituciones del Estado y del Gobierno. Esa es la realidad nos guste o no. Podemos estar de acuerdo, o no, con el ejercicio de esos gobiernos, pero es lo que tenemos.

En el ejercicio de esos gobiernos ha habido presidentes, vicepresidentes, diputados y miembros de los Concejos Municipales que han constituido todo el andamiaje y entramado político nacional, de todos los partidos que han tenido oportunidad de tener esas representaciones políticas, con los ciudadanos que han representado a esos partidos, en esas instancias, dentro del engranaje del desenvolvimiento del Estado y el modelo de la economía nacional, contribuyendo con ello a su afirmación y consolidación. Representantes populares, oficialistas o no, todos contribuyen con su presencia y participación en el ejercicio de sus cargos, con el desarrollo democrático nacional y con el desarrollo económico que se impulsa, que es como una autopista de la cual pareciera no nos podemos salir.

Cuando acudimos a un proceso electoral es porque queremos elegir a un presidente y sus vicepresidentes, y a diputados, como será la elección de febrero del 2026, para que continúen las obras de gobierno pendientes, con sus contenidos presupuestarios, y hagan avanzar el país por nuevos derroteros, de conformidad a lo que esos gobernantes y sus partidos ofrecen a los ciudadanos en el proceso electoral buscando su apoyo. Hacia el 2026, podemos esperar que se recupere lo que se ha venido destruyendo del bienestar social, laboral e institucional, y no se afecten derechos sociales y humanos.

Con la elección del candidato de Liberación Nacional avanzamos en conocer, poco a poco, a los restantes candidatos que disputarán la conducción del país desde 2026 hasta 2030. Por ahora, los candidatos conocidos son Álvaro Ramos de Liberación Nacional, Juan Carlos Hidalgo de la Unidad Social Cristiana, Claudio Alpízar Otoya de Esperanza Nacional, Fernando Zamora de Nueva Generación, Eli Feinzaig del partido Liberal Progresista y Fabricio Alvarado de Nueva República.

El partido Unidad Social Cristiana iba a realizar un proceso de convención cerrada que no se materializó por la renuncia de uno de sus precandidatos. Los partidos Acción Ciudadana y Frente Amplio han anunciado procesos de convención cerrados para la escogencia de sus candidatos. Los demás partidos lo harán por la vía de los acuerdos de sus Asambleas Nacionales, que es lo que se establece en los estatutos de esos partidos.

Cuando analistas y personas han opinado de la convención de Liberación Nacional se han detenido en el bajo número de votantes o participantes, lo que no es relevante considerando que es el único partido que consultó, en todo el país, a los ciudadanos por sus candidatos, logrando un resultado para este momento, mientras los otros partidos NO tendrán una consulta similar, o sus candidatos serán escogidos por 70 personas que son las que constituyen la Asamblea Nacional de los partidos políticos.

Cuando se compara la convención de Liberación Nacional con sus anteriores convenciones, tampoco es relevante. Lo que de esta convención es relevante es que Liberación Nacional sigue siendo el mayor de los partidos políticos existentes, y que la convención le ha dado oportunidad de valorar sus regiones más fuertes y las más débiles. La convención le ha permitido organizar a sus principales activistas, afiliados y simpatizantes y “aceitarlos” y organizarlos hacia el proceso electoral del 2026.

La Convención en el tratamiento que le dieron en los debates organizados no fue bien tratada. La Convención era para escoger el candidato presidencial, no para discutir los problemas internos de Liberación Nacional.

Los conductores de los programas y dos de los precandidatos, Carolina y Gilberth, se dedicaron a cómo podían, a atacar a su propio partido y a sus dirigentes históricos que les dieron de mamar, y bastante. Parecían más enemigos internos de sus propios partidos, y de sus padres putativos políticos, que contrincantes del gobierno al que hay que sustituir.

Con todo respeto lo digo: Carolina Delgado parecía la Yegua de Troya y Gilberth Jiménez el Burro de Troya, ambos despedazando su propio partido ante el público que esperaba perspectivas y acciones políticas hacia el futuro gobierno que podían ellos representar. El pleito que se tenían era contra dirigentes actuales y pasados de Liberación Nacional y criticando a Álvaro Ramos por los dirigentes que le apoyaban. Carolina se dejó decir que, con ella, si ganaba, Liberación Nacional desaparecería. El discurso de Rodrigo Chaves Robles contra Liberación Nacional y sus principales dirigentes históricos cobraba forma en estas gargantas profundas del gobierno chavista en las entrañas de Liberación Nacional. Se desnudaban en cámara como chavistas o representantes del discurso chavista anti liberacionista en el seno mismo de Liberación Nacional.

Desde el punto de vista democrático electoral y nacional no se discute la escogencia de candidatos por la vía de una convención o una asamblea nacional de partido. Son iguales formalmente en la papeleta que se le presenta a los electores.

Al interior de Liberación Nacional son iguales todos los militantes de Liberación Nacional, los viejos y nuevos militantes. Los dirigentes históricos de Liberación Nacional ya fallecieron. Viejos dirigentes que emergieron en la vida de ese partido a partir de la década de 1970 todavía existen y tienen su valor. Nadie sensato, políticamente, podría negar que Oscar Arias Sánchez salvó a Liberación Nacional en las elecciones del 2006, dándole vida y proyectando el partido al gobierno de Laura Chinchilla en el 2010.

La crisis de la dirigencia y la derrota de los candidatos de Liberación Nacional en las elecciones del 2014, 2018 y 2022, es un tema que no se ha analizado todavía correctamente. Perdieron en mucho por sus pugnas internas.

El haber ido a segundas rondas electorales, en este siglo, tampoco se ha abordado correctamente por los partidos políticos, que se han despreocupado de los electores, y de los gobiernos que se han alejado de los ciudadanos.

El desencanto producido solo ha favorecido ascensos electorales peligrosos, para la segunda ronda, como el de Fabricio Alvarado en el 2018, e improvisaciones políticas, como la del actual gobierno de Rodrigo Chaves en el 2022. Este desencanto ha favorecido las candidaturas personalistas más que las partidarias. Este peligro continúa hacia el 2026.

Con la escogencia de Álvaro Ramos se recupera la candidatura partidaria, que se combina en este caso con la candidatura personal. Los primeros pasos dados, en estos dos días, por Álvaro Ramos hacen sentir el peso del triunfo de su candidatura al interior de Liberación Nacional. La reunión con los precandidatos, con los diputados, haber logrado la unidad de la fracción, hasta hoy, alrededor de la candidatura a la Presidencia de la Asamblea Legislativa de Rodrigo Arias, es parte de estos nuevos pasos que se sienten por venir.

Mi impresión es que Álvaro Ramos como candidato va a “encantar” una buena parte del electorado. Es joven, inteligente, un guerrero en su vida personal de superación y auto superación. Es exitoso, es un ganador, con buen discurso, claro en sus ideas y pensamientos, preciso y concreto a la hora de expresar sus ideas y de contestar sus interrogatorios, representa un cambio generacional, es respetuoso con sus adversarios, sin odios, es decente, produce confianza. Su preocupación es unir y sumar alrededor de su candidatura. Abierto a lograr alianzas posibles electorales que se sumen a su candidatura, no bajo la forma de una coalición, que ya no hay tiempo de aprobar, con base a planteamientos programáticos básicos y políticas de gobierno a impulsar.

Con Álvaro Ramos pareciera iniciarse una nueva etapa de nuevos liderazgos en Liberación Nacional. Tiene que lidiar todavía en el interior del partido Liberación Nacional con quienes tenderán a “atraparlo”, a “imponérsele” desde las estructuras donde operan. Tiene que diseñar una nueva imaginación política nacional.

Su presencia en las encuestas empezará a lucir a partir de ahora. Los troles del gobierno ya lo están atacando lo que es una buena bandera a su favor. La única y verdadera encuesta, la que va a valer, es la del primer domingo de febrero del 2026. Álvaro Ramos ha señalado que ese es su reto, no el primer domingo de abril. Luchará por ganar, no por ser un finalista para la segunda ronda. Este es su propósito más firme. Para ello debe tener su partido a su favor. Sin Caballos, ni Burros, ni Yeguas de Troya bajándole el piso internamente. Con las instancias de dirección partidarias trabajando con él, por él y por su triunfo, unificando alrededor suyo a los alcaldes y regidores electos en todos los cantones, especialmente en los 30 que tienen gobernados. Esta es también la única y posible oportunidad de hacer surgir de nuevo a Liberación Nacional.

En los debates este tema era preocupación del interrogatorio que se le hacía a los candidatos. La convención estaba dirigida no a mejorar al partido. Era para buscar el candidato a la Presidencia. Si la Presidencia de la República resulta buena, el partido gobernante se recupera. Así es.

El reto es enfrentar la imagen de mal país que tenemos. Es dar respuestas posibles a los graves problemas que tenemos como comunidad nacional. Es pensar en el futuro de Costa Rica.

El resultado de la convención a favor de Álvaro Ramos le da insumos a favor de su candidatura. Los últimos cinco gobernantes, Oscar Arias, Laura Chinchilla, Luis Guillermo Solís, Carlos Alvarado, Rodrigo Chaves no resultaron de convenciones de sus partidos. Por ahora con la Convención electoral de Liberación Nacional, independientemente del número de votantes, Álvaro Ramos se levanta como el candidato más fuerte en el escenario político, el que tratará de ganarse el corazón y la mente de los costarricenses, el que propone la reconquista de la esperanza democrática.

Las campañas electorales hoy descansan más en las personas. Álvaro Ramos presenta cualidades para resaltar su persona. Hay que saberlo hacer sin mezquindades políticas.

El gobierno del animal de Zapote, del jaguar, está sin candidato conocido. Entre sus posibles ya se están bajando el piso entre ellos mismos. Al Jaguar mayor, su guarida se la pueden pasar al Barrio González Lahmann en cualquier momento. No deja de ser un animal peligroso, gruñón y matón como lo demostró ofendiendo a un comensal, y a su familia, en un restaurante donde llegó amenazante, ofensivo, prepotente y provocador, sintiéndose fuerte por los guardianes que le acompañaban, expertos para el pleito y la camorra. Aun así, no hay que desestimar los esfuerzos electorales que surjan y se apoyen desde la guarida de Zapote.

Cada proceso político tiene su particularidad y especificidad. El del próximo año tiene el reto de enfrentar el continuismo del actual gobierno o de cambiar de rumbo, para recuperar la democracia social que se está perdiendo.

Internamente Liberación Nacional eligió autoridades partidarias en sus estructuras organizativas, las que también tienen que sumarse alrededor de la candidatura de Álvaro Ramos, sin responder a los caciques regionales o nacionales que les apoyaron, si quieren avanzar como partido hacia las elecciones.

Álvaro Ramos en su condición de candidato presidencial tendrá peso en el partido durante este período hasta la elección de febrero. Sin embargo, no tiene peso suficiente para decidir internamente las candidaturas a diputados. Solo le da una candidatura que él puede disponer. El sindicato cantonal que se desarrolló en el interior de Liberación Nacional para escoger diputados pesa mucho para la decisión de las futuras candidaturas. Esto también le sucede a la Unidad Social Cristiana. Mucho del éxito que pueda llegar a tener Álvaro Ramos dependerá también de las candidaturas a diputados que impulse Liberación Nacional.

La campaña electoral del 2026 todavía no se ha definido en su totalidad. Puede ser que gire principalmente alrededor de las candidaturas a diputados. Si el Jaguar zapoteño se lanza de diputado así puede suceder.

Compartido con SURCOS por el autor.

Convención en solitario, de gran trascendencia

Freddy Pacheco León

Freddy Pacheco León

Fue una convención muy particular, esta del PLN, sujeta a interpretaciones. En ella, ninguno de los cuatro candidatos, tenía alguna experiencia electoral a nivel nacional, a diferencia de las dos anteriores, realizadas en el 2017 y el 2021, en que se enfrentaron personajes, que, despertaban pasiones y movían electores, en un contexto totalmente diferente al actual, donde Álvaro Ramos no tenía contrincante, ni siquiera entre los dos, muy desconocidos diputados, que, se supone, alguna experiencia política habrían de tener.

La candidatura del novel político, aún antes de oficializarse, fue percibida como muy fuerte, pues, muchos la percibimos como la respuesta, a una interrogante que demandaba una respuesta que trajera consigo, cierta esperanza. “¿Con quién podríamos enfrentar al chavismo y sus peligros, en las elecciones del año entrante?”, cavilábamos. Sentimiento que crecía, como levadura, sin hacer ruido, pero sostenidamente, por lo que se le veía entrar en la contienda democrática, como ganador inobjetable, tal y como efectivamente, sucediera.

Quienes afirman que esta convención presagia una derrota en las elecciones nacionales del 2026, pues en el pasado, fueron mucho más, los ciudadanos que acudieron a las convenciones del mismo partido, respetuosamente, les recordamos, que, en años anteriores, la situación era muy diferente a la actual. ¡Había combate! Para el año 2017, los políticos eran muy conocidas figuras relevantes, y cada voto se consideraba vital. Así, vimos enfrentarse a Álvarez Desanti con Figueres Olsen, dos toros bien bravos, acompañados por Rolando González y Sigifredo Aíza, también curtidos en procesos electorales.

Cuatro años después, en el 2021, el escenario fue similar. Esa vez, José María y Rolando Araya, también nada dóciles, midieron sus fuerzas, mientras Roberto Thompson, Carlos Ricardo Benavides y Claudio Alpízar, igualmente lograron movilizar a sectores significativos dentro del Partido Liberación Nacional.

En esas muy reñidas convenciones, los eventuales ganadores, Álvarez Desanti y Figueres Olsen, alcanzaron, con mucho esfuerzo invertido, el 45 % y el 36 % de los votos, respectivamente, evidencia de que sendas convenciones habían sido muy disputadas.

Recordadas esas circunstancias, es comprensible que el PLN atrajera, más de 400 mil partidarios, en cada una de ellas. Eran los equivalentes a clásicos del fútbol entre los equipos de La Agonía y el de Tibás, siempre a estadios llenos. A Álvaro Ramos le falló ese ingrediente; su juego fue como el de un equipo grande en afición, frente al pequeño Jicaral, casi sin aficionados.

Dadas esas circunstancias, el hecho de que ~140.000 ciudadanos, acudieran a votar en la convención del 6 de abril, es, sin duda, una cifra altamente significativa, pues la lucha fue muy desigual, además de que, la mayoría de los partidos políticos, los formales y los alquilados para la ocasión, poco a poco han ido perdiendo parte de “esa afición”, acostumbrada a glorias del pasado, que ahora está desmotivada.

El hecho relevante, de que Álvaro Ramos, joven y brillante profesional, nuevo en el escenario electoral nacional, obtuviera el porcentaje más alto jamás alcanzado, por un candidato en una convención liberacionista (¡81 %!) no solo reafirma que estuvo prácticamente solo, sino que también, la percepción generalizada de que sería el ganador, desde el momento en que se conoció su postulación, era la correcta. Aunque, también es cierto, pocos habrían apostado, que la contundencia de su triunfo sería tan amplia.

Frente a los negros nubarrones que oscurecen el cielo patrio, compatriotas preocupados por el país que se heredaría a las futuras generaciones, al fin vemos una luz al final del túnel. En Álvaro Ramos, vemos a un compatriota, virtuoso, demócrata, respetuoso, dispuesto a dar la lucha contra los que pretenden, acabar con la institucionalidad democrática, que ilustres próceres, han contribuido a forjar a través de la historia. Hacía falta un líder, y, confiamos en que, ese papel de liderazgo, con todos los méritos, lo sabrá ejercer, por medio del diálogo constante y el trato civilizado, el joven que se ha venido ganando el aprecio y el respeto, de buena parte de los costarricenses.

Conocedores de cómo se mueve la política en estos tiempos tan convulsos, escuchamos a un dirigente liberacionista, vaticinar, que seguramente la convención atraería, al menos, a 100.000 votantes. Pues, se superaron esas expectativas, y ello, está muy bien, para la gran tarea que está en juego.

¡Claro que era importante ganar, y hacerlo contundentemente!, tal y como lo logró, el candidato Ramos, pues, casi siempre el primer paso, marca el camino. Ahora, después de continuar con la organización partidaria, por medio de la realización de asambleas sectoriales y territoriales, viene la labor de consolidar la alternativa al chavismo irrespetuoso, que ha estado en constante campaña política electoral, con recursos del Estado. Campaña espuria, con el único objetivo de desprestigiar, injustamente, al Poder Judicial, al Poder Legislativo, al Tribunal Supremo de Elecciones, a la Contraloría General de la República, al Instituto Costarricense de Electricidad, a la Defensoría de los Habitantes, a los funcionarios de la Caja Costarricense del Seguro Social, a los actores culturales, a las universidades públicas, al Sistema Bancario Nacional, a los medios de prensa que no se rinden ante sus desmanes, etcétera. O sea, campaña con el único objetivo de destruir, para profundizar el caos, que sustenta el discurso populista del presidente de la República.

En la acera de enfrente, don Álvaro ha dicho tener claro que ahora viene una etapa fundamental, no solo para él como persona, sino para la Patria que le vio nacer, que se puede sintetizar, en una palabra: diálogo.

Sabe, que su consolidación como candidato, fue también producto del merecido apoyo que le dieran distinguidos ciudadanos, no liberacionistas, preocupados por ese proceso destructivo que se ha profundizado en Costa Rica, en los tres años anteriores.

Se ha de dialogar, con los compatriotas que ven, con desesperanza, como los persigue la pobreza, en casi todas las actividades. Ejemplo, la actividad agropecuaria, en desventaja con los favorecidos empresarios importadores, premiados con menores tasas impositivas. Otro sector, además del agropecuario, también castigado por el antojadizo, alto valor del colón con respecto al dólar es el de los miles de pequeños empresarios turísticos, que parecen encaminarse hacia la ruina, y que, obligados a aumentar sus tarifas, están viendo como hay sectores de turistas, que están muy incómodos por los altos costos de turistear en Costa Rica, mientras el Ministerio de Hacienda, mira hacia el otro lado.

Asimismo, las madres cabezas de hogar, urgen que se les escuche su clamor, para recuperar la asistencia que recibían sus pequeños hijos, en las Redes de Cuido que se están desmantelando, imposibilitándolas de laborar. A esos, en general, despreciados en miseria extrema, que ¡podrían llenar unas 13 veces el Estadio Nacional!, hay que asistirlos sin demora. Tareas, en fin, que habrá que complementar, con el diálogo con grupos organizados, dedicados a la atención de, los cada vez más necesitados, adultos mayores, con pensiones con cara de limosnas, que sufren hambre y abandono, y los ocupados y preocupados, por el abandono de la tarea educativa, en escuelas y colegios, que está condenando a la miseria, y a la delincuencia, a los jóvenes sin educación ni oficio, que hoy son atrapados en las garras del narcotráfico, culpable de una ola de criminalidad, nunca antes vista en el país. ¡Y ni qué decir!, del desempleo y el “empleo informal”, eufemismo que solo sirve para disimular la creciente desocupación que sufren los sin estudio, a los que se niega el principio constitucional del derecho humano a la atención sanitaria, que afecta directamente a los que se ven obligados a conseguir coloncitos, vendiendo cachivaches, para dar de comer a sus familias.

Como don Álvaro conoce, la tarea de reconstrucción es monumental, y para ella, a partir de consensos, comunidad de ideas, esfuerzos comunes, en los ámbitos políticos y sociales, se ha de forjar ese movimiento que ahora él ha de liderar, como guía, escogido como tal, gracias a sus virtudes e independencia.

Finalmente, sentimos que el hecho de haber lucido una camisa blanca, sin siquiera el color verde que algunos esperaban, no fue casual. Y lo interpretamos así, porque el ahora candidato presidencial, sabe que ha de atraer, para un diálogo franco, a personas no liberacionistas, que lo valoran como el que, con las alianzas imprescindibles, podría constituirse en el líder de una lucha vital, a favor de la democracia, del respeto a las instituciones del Estado, de la nobleza en la política, y fundamentalmente, del que, junto a costarricenses de bien, enfrentará exitosamente a los que amenazan con destruir, muchos de los logros históricos, que exhibe el Estado democrático, que tanto valoramos.

Y es que, mientras por un lado reconocemos las imperfecciones y desigualdades, que se viven y nos quieren doblegar, por otro lado, la amenaza que nos acecha, de parte de los que conspiran desde el Poder Ejecutivo, para levantar una dictadura en Costa Rica, nos impone, como un gran movimiento social y político, el deber de evitarlo, haciendo uso de las armas preferidas de los ticos de bien, como son el diálogo, el apretón de manos, los compromisos genuinos, el abrazo solidario, la reflexión, la firmeza del estadista.

7.4.2025