La UCR apoya a gestores comunitarios del agua

Día Mundial del Agua

Mediante proyectos de Acción Social apoya a comunidades en el manejo de los recursos hídricos

En la gestión comunitaria del recurso hídrico, la UCR ejecuta decenas de proyectos de Acción Social para apoyar a personas gestoras, involucrando al personal docente y de investigación, estudiantes universitarios y líderes locales para que cada comunidad se convierta en defensora de los ecosistemas que permiten llevar agua potable de calidad a los hogares. Foto ED-3507

Uno de los Objetivos del Desarrollo Sostenible, incluidos en la Agenda 2030, es lograr que la humanidad encuentre caminos para resolver la crisis mundial del agua y encontrar mecanismos para garantizar su disponibilidad, su gestión sostenible y el saneamiento para todas las comunidades. Además de este esfuerzo global, cada 22 de marzo la Organización de Naciones Unidas promueve que todos los países realicen jornadas de reflexión con motivo del Día Mundial del Agua.

Relacionado con esa meta, la Universidad de Costa Rica (UCR) mediante la ejecución de decenas de proyectos de Acción Social, Investigación y Docencia impulsa proyectos para el adecuado manejo de cuencas hidrográficas, acueductos comunitarios y la gestión de los recursos hídricos en el territorio nacional.

Al menos 30 proyectos de la Vicerrectoría de Acción Social (VAS) trabajan directamente en el apoyo de comunidades para el manejo sostenible de los recursos hídricos destinados al consumo humano, la agricultura y la protección de los ecosistemas.

Uno de ellos es el liderado por la Escuela de Ingeniería Química, que mediante su proyecto “Fortalecimiento de la Gestión Comunitaria del Agua en la Región Caraigres” (ED-3507) se dio a la tarea de facilitar las habilidades y herramientas para la aplicación de un Plan de Mejora y Eficacia, que permitió identificar las mayores deficiencias dentro de los acueductos comunitarios de esa región. Y posteriormente, crear recursos virtuales dirigidos a la autogestión exitosa. Esa región la conforman tres cantones de San José, incluidos en el Plan de Desarrollo Rural Territorial de Acosta-Desamparados-Aserrí 2016-2021.

En la Región de Caraigres existen 41 acueductos administrados por asociaciones administradoras de los sistemas de acueductos y alcantarillados comunales, popularmente conocidas como Asadas. Estas están integradas por juntas de vecinos que se encargan de todos los aspectos técnicos y administrativos.

Según la Ing. Adriana Araya Díaz, docente coordinadora del proyecto, “el trabajo dentro de las Asadas es desarrollado en su mayoría por personas voluntarias que día a día hacen su mayor esfuerzo por permitir que miles de personas tengan acceso a agua potable, y a pesar del apoyo de diversas instituciones, existen grandes deficiencias y dificultades técnicas, administrativas y financieras a las que se enfrentan una gran cantidad de ASADAs a nivel nacional. Adicionalmente, existen vacíos de información sobre la situación de algunos acueductos comunales, lo cual dificulta la generación de rutas de acción por parte de instituciones”.

Araya explicó que originalmente esta iniciativa de Acción Social surgió como un proyecto ganador de Fondos Concursables de la VAS. Posteriormente se diseñó una estrategia de apoyo formativo al personal vinculado con las asadas de Caraigres, y contó con el apoyo de estudiantes del trabajo comunal “Adaptación y mitigación del cambio climático hacia un desarrollo sostenible” (TC-724). Este proyecto tiene como objetivo el desarrollo de talleres educativos en comunidades y la realización de inventarios de gases de efecto invernadero.

En total, 12 estudiantes del TC-724 se vincularon a este proyecto y participaron activamente en la elaboración de material informativo -diseño de infografías-, búsqueda de información, lectura de documentos, entre otros. Además, participaron en algunas reuniones con representantes de instituciones públicas, de manera que con la información recabada se avanzó en la sistematización de información. Desde el año 2019 los estudiantes han colaborado con las Asadas de Poás y Barrio Corazón de Jesús, ambas en Aserrí.

La Escuela de Ingeniería Química se suma a los esfuerzos de la UCR para apoyar las comunidades en la gestión sostenible del recurso hídrico administrado por los acueductos comunitarios. Foto ED-ED-3507

Entrega de resultados

Si bien la ejecución del proyecto concluyó en diciembre del año 2020, la entrega de resultados se realizará en los primeros días de abril. A partir de ahora, las Asadas tendrán a su disposición una serie de materiales gráficos y videos tutoriales sobre aspectos técnicos y administrativos que facilitarán el trabajo para las personas que cada día asumen la tarea de la gestión del recurso hídrico en sus comunidades.

No obstante, explicó Araya, dado que las falencias técnicas son similares en otras regiones del país, estos recursos serán de gran valor para todas las personas interesadas que realizan este trabajo en todo el país.

Para María José Bermúdez, vecina del barrio Corazón de Jesús de Aserrí, e integrante de la Comisión de Recurso Hídrico del Consejo Territorial de Caraigres, este proyecto facilitó la asociatividad entre las diferentes Asadas de la zona. Bermúdez reiteró que la administración está a cargo de personas de los vecindarios bajo criterios populares, sin el apoyo de profesionales. “Las falencias en conocimientos técnicos, la existencia de sistemas obsoletos, y la ausencia de mapas de las tuberías en funcionamientos y bitácoras sobre los procedimientos ejecutados son los problemas comunes en todas las Asadas”.

Según Bermúdez, en la mayoría de Asadas se requieren generar capacidades para fortalecer la gestión del recurso hídrico, incluso de aspectos tan cotidianos como la correcta facturación y administración del aspecto financiero.

La gestora comunitaria acotó que desde las Asadas los apoyos institucionales se han visto desde un rol punitivo del Ministerio de Salud o el mismo Instituto de Acueductos y Alcantarillados (AYA). Por eso, prosiguió, la mediación de la UCR para la aplicación de la herramienta de Plan de Mejora y Eficacia, diseñada por el AYA es una oportunidad para aplicar mejoras sustantivas, lo que permitirá optar por recursos de inversión en las Asadas de Caraigres.

Aunque la pandemia sanitaria del año 2020 obligó a cambiar la estrategia del proyecto, se adaptaron las actividades a la virtualidad y se lograron los objetivos, explicó la Ing. Araya. “Tras la conclusión del proyecto, la idea siempre fue la sostenibilidad del proyecto en el ámbito comunitario y que fueran las propias personas de esas comunidades las que lo ejecuten a partir de ahora”, agregó.

María José Bermúdez, vecina de Aserrí, destacó que la mediación de la UCR en la aplicación de la herramienta de Plan de Mejora y Eficacia, diseñada por el AYA es una oportunidad para aplicar mejoras sustantivas, lo que permitirá optar por recursos de inversión en las Asadas de la Región Caraigres. Foto ED-3507

Aprendizaje compartido

“La principal lección aprendida fue que la gestión del agua es un proceso muy complejo que requiere de un compromiso institucional y de trabajo con las comunidades. No solo a nivel institucional, sino también la comprensión de que solo el manejo de una Asada es todo un reto, ya que se necesita saber mucha información, lo cual lo convierte en un trabajo complejo”, dijo Andrés Romero Méndez, estudiante de la Escuela de Geografía y uno de los que apoyó este proceso.

De acuerdo con la Ing. Araya, para la ejecución de este proyecto se partió del criterio que “todos los saberes son válidos y fue un reto lograr un lenguaje accesible para que los contenidos que se produjeron se entendieran”.

En ese sentido, Lucía Rodríguez, estudiante de Ingeniería Química, afirmó que “tener este acercamiento con las comunidades es muy distinto a lo que se aprende en las aulas, porque la realidad de muchas Asadas es que no tienen plantas de tratamientos o procedimientos que aprendemos en los cursos de Ingeniería Química”.

Rodríguez comentó que para el resto de estudiantes fue una experiencia sumamente reveladora ya que lo aprendido es muy ajeno a sus carreras y fue muy valioso conocer de primera mano cómo es que funcionan las instituciones públicas.

Finalmente y como último aprendizaje se visualiza el valor que tiene la creatividad en los procesos de acción social para enfrentar las situación adversas. Si el equipo gestor hubiera decidido no continuar con el proyecto debido a que la gran mayoría de actividades planteadas eran presenciales, los recursos disponibles hubieran sido desaprovechados. Aun así, la creatividad permitió encontrar una nueva idea que además de sostener la esencia de la iniciativa, amplió el alcance del proyecto en materia de población beneficiaria y en sostenibilidad en el tiempo”, concluyó Araya.

 

Eduardo Muñoz Sequeira
Periodista, Vicerrectoría de Acción Social