Liberalismo y Educación Superior. Temas de fondo

*MEL. Ernesto Herra Castro

Especialistas enseñarán la mejor manera de ahorrar e invertir2

Guevara ha identificado en las Universidades Públicas un enemigo a sus tesis. Estas son un foco de pensamiento crítico.

 

Ante la publicación por parte de Otto Guevara de los montos salariales percibidos por las y los funcionarios de las Universidades Públicas de Costa Rica creo conveniente pensar respecto de la reacción de la Universidad como un todo. Es importante recordar que el interés de Guevara en actuar de esta forma podría tener que ver con una reacción de frustración ante el descalabro político que podría regresarlo a tiempos en que anunciaba pantalones de mezclilla en la televisión nacional y que haría incobrable los montos estratosféricos despilfarrados durante la última campaña política. De por sí, ERA plata de los demás. Tremendo error. Otra posibilidad es que el político criollo promotor del liberalismo colonial se haya encandilado de muerte con la subjetividad proveniente de la Universidad de Harvard, donde además de aprender a recitar los clásicos de la dominación occidental, aprendió la pose y el acento seductor del señor feudal. Este encandilamiento tendría distintas fases. En unas veces se monta a caballo en el tope y saluda a la gente. En otras se enfrenta con las instituciones públicas que hacen posible la vida de la gente que saluda durante el tope. Enfrentándose a estas instituciones Guevara ha identificado en las Universidades Públicas un enemigo a sus tesis. Estas son un foco de pensamiento crítico que, además de formar a las y los futuros científicos, filósofos, físicos que contribuirán con el proyecto de hacer una nación posible, identifican en la naturaleza a su madre y por eso la defiende obstaculizando así los proyectos de inversión de infraestructura que, desde la España post franquista, se ha constituido como un sector económico en crecimiento cuyo control de la institucionalidad política española ha socavado las bases mismas de su proyecto nacional. Lastimosamente no sólo ha llegado nueva gente de este tipo a nuestro país, sino que hay otra de ella que nunca se fue.

Los nuevos ricos costarricenses, aquellos que se han apropiado para sí de lo que antes de los 35 nefastos años de dirección del FMI en manos del PLN y el PUSC era de todos, representados hoy por las cámaras empresariales, el PLN, el Movimiento Libertario y un amplio sector del PUSC, no han dejado de contaminar las formas subjetivas en cómo las y los costarricenses nos construimos como pueblo. Si la subjetividad se construye intersubjetivamente, ha sido la imposición del “mercado”, como institución rectora de la vida social costarricense, lo que ha socavado las bases de nuestro proyecto nacional. Sin embargo, actuar así le ha garantizado a empresas como canal 7 un pedazo para sí de lo que antes era nuestro (TIGO, empresa privada de telecomunicaciones no hubiese sido posible sin la aprobación del TLC).

Además de los actores anteriormente señalados habría que pensar que no sólo en los partidos políticos sino en nuestras mismas universidades hemos aprendido a hablar el lenguaje del colonizador. Recitamos frases con categorías tales como “excelencia”, “desarrollo”, “democracia”, “igualdad”, “soberanía”, “patria” aunque estas ideas hayan sido apropiadas por la oligarquía desde los inicios de nuestro Estado-nación y, en la actualidad, por un circo político en el que el pueblo de Roma poco se divertiría. El mercado capitalista, institución garante de la libertad que defiende Guevara, es el espacio actual en el que la dinámica colonial se reproduce no sólo en el plano geopolítico global sino también en la geopolítica interna de nuestro país. No será difícil imaginarse la distancia galáctica entre Los Guido de Desamparados y Lindora en Santa Ana.

Para Guevara, quien es un criollo occidentalizado por la vía del liberalismo, la mercancía, que es la forma en cómo el mercado reduce el conjunto de determinaciones que hace posible el despliegue del valor en el producto puesto en el mercado, la satisfacción del mercado es antes que la satisfacción de la vida. Es el mercado quien crea la necesidad de la mercancía y no las necesidades comunitarias quien crea las necesidades de la creación de un producto, lo cual es una “robinsonada” de Guevara que aprende bien de su maestro. Para Guevara, que defiende a ultranza el mercado pero quien no se responsabiliza por la desgracia que éste genera, quien pone el capital para producir es quien crea las condiciones para “ganar”, defendiendo la tesis de mercado quien vende su fuerza de trabajo y quien la compra participan en una negociación equitativa. Guevara, criollo colonizado a la Smith, obvia el hecho de que es la colonialidad del Anahuac, el Abya-Yala, el Tawantinsuyu, hoy la “invención de América Latina”, lo que crea el primer capital global y el mercado mundial, segundo, que en la relación capitalista quien compra la fuerza de trabajo compra también la creatividad, la subjetividad, los juicios, los prejuicios, las creencias de quien vende su fuerza de trabajo. Lo anterior se suma al hecho de que es el dueño de los medios de producción quien se apropia para sí de la riqueza socialmente producida. En resumen: la riqueza es la acumulación del excedente de fuerza de trabajo expropiada al trabajador que concentra para sí quien la compra y que hoy defiende Guevara y para lo cual es necesario la construcción de un enemigo en el otro público.

En las Universidades Públicas en Costa Rica hemos posicionado y defendido a la educación como un derecho que hemos conquistado a través de distintas luchas sociales, porque hay que recordar que los derechos son producto de las conquistas sociales y comunitarias, se ha reconocido no sólo la vida de quienes hacen la Universidad posible sino de la máxima de que la construcción de conocimiento es la tarea fundamental de la ésta. Lo anterior le ha exigido a la Universidad diseñar un modelo administrativo que reconoce el desgaste de la vida de las y los trabajadores a través de los años, siendo que es la vida de ellas y ellos lo que crea valor que sí es socializado a través del conocimiento que las y los universitarios producen, así como el conocimiento que las y los trabajadores van desarrollando a través de su vida profesional y que nutre la investigación, la extensión y la docencia universitaria. Con esto último aprovecho para recordarnos a todas y todos que son las Universidades Públicas en Costa Rica quienes dan contención a la pobreza creada y a la que está en desarrollo.

La formación de profesionales en nuestras Universidades Públicas forman parte de la población trabajadora del sector privado costarricense, pero no es el mercado el objetivo del ser de la Universidad. Que la ideología liberal pretenda reducirlo todo al mercado como principio teológico sólo da cuenta de la brutalidad con que se expresa la modernidad actualmente. De nuestras Universidades Públicas se gradúan profesionales que trabajarán en Instituciones del Gobierno, Instituciones Descentralizadas, Cooperativas, Comunidades, Laboratorios e incluso en el Movimiento Libertario. Este último deberá saldar sus cuentas primero antes de pensar en seguir siendo.

Exhibir los montos salariales de quienes trabajamos en las Universidades Públicas en nuestro país sólo da cuenta de que aunque no estamos en una condición de equidad respecto de quien a cambio de un salario compra la vida de otro, sí estamos en condición de discutir de fondo respecto de cuánto deberíamos ganar quienes estamos en la responsabilidad de formar a la población técnica, académica, filosófica y científica con compromiso nacional y una subjetividad maternal en la que se reconoce la naturaleza como un otro. Lo anterior sugiere plantear una discusión que trasciende al sector universitario y nuestras mismas fronteras, ya que esto implicaría también discutir respecto de cuánto deberían ganar quiénes se han hecho para sí de lo que pertenece a todos por mecanismos fraudulentos y espurios, comunitariamente reprochables, éticamente sancionables y socialmente inviables.

Si por algo se ha destacado nuestro pequeñito país es en aportar pequeños avances a la humanidad toda que la transforman haciendo a nuestro país trascender en el tiempo y el espacio. Los hallazgos de Clodomiro Picado son ejemplo de ello.

En la discusión que propongo podríamos, entre otras, preguntarnos ¿Cuánto debería ganar un empresario en un país pobre del Tercer Mundo? o ¿Por qué hay pobres en el Tercer Mundo? o ¿Por qué existe el Tercer Mundo? o ¿Será la publicación de los salarios de quienes hacemos la Universidad Pública posible en Costa Rica una cortina de humo? o ¿Por qué debe ceder el pueblo de Costa Rica todo un pedazo de su madre para que sean las cámaras empresariales y los libertarios que lucren con la generación energética? o ¿Por qué inventar un enemigo de quien hace la vida posible? o Ante la ausencia de “oportunidades” para la población costarricense, tesis desprendida de la teoría liberal que esta gente profesa y profesó durante la campaña del TLC.

¿Cómo podrían las Universidades Públicas costarricenses acompañar la miopía ideológica del sector empresarial para que no sigan profesando tesis que luego les meten en deudas partidarias que tiene que pagar la nación toda? o ¿Por qué ante el quiebre institucional en todo occidente, y los países colonizados como el nuestro, no pensamos en cómo desarrollar un proyecto nacional donde entremos todas y todos? o ¿Por qué si Costa Rica, desde su inicio, fue el proyecto de la oligarquía criolla no pensamos, como pueblo, en cómo desarrollar un proyecto nacional/comunitario? o ¿Cómo es que el sector privado se va a hacer responsable de la pobreza, la miseria, el hambre que produce? O …

La discusión que abre Guevara ante la publicación de los montos que percibimos, en tanto salario, nos da la oportunidad de abrir una discusión muchísimo más amplia. A quienes trabajamos en la «Universidad Necesaria” nos permite reconocernos entre iguales, al tiempo que deja en evidencia la existencia de un sector laboral que, atendiendo lo que hace la Universidad y sobre la tesis que es la producción y antigüedad lo que permiten el incremento salarial, debe guiar la discusión y proyectarla en términos nacionales partiendo de la hipótesis de que son quienes más saben, más han producido y más le aportan a esta Universidad.

 

*Ernesto Herra Castro es profesor de sociología de la Universidad Nacional en Heredia, Costa Rica. Si desea contactarlo puede hacerlo a través de su correo electrónico personal: ernestoherra@hotmail.com

 

Enviado a SURCOS Digital por Herberth Herra Castro.

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