Macabra chambonada
Freddy Pacheco León
HAN PASADO CINCO AÑOS desde que los diputados y el presidente Solís (¡quien se negó a VETARLA!) aprobaran la macabra ley que permitiría a Johnny Araya EXHUMAR MILES DE CADÁVERES del Cementerio Calvo, para construir una «singular universidad municipal», luego «una sede del TEC», una sucursal tropical de Microsoft, y finalmente un lugar «para emprendedores locales» (?).
¡Cualquier cosa!, en fin, que le permita cumplir SU SUEÑO DE CONSTRUCTOR, más allá del vergonzoso «barrio chino sin chinos» que solo incomodidades ha traído al histórico Paseo de los Estudiantes.
Sin embargo, aunque insiste en enjaranar a la financieramente enferma Municipalidad de San José, entre otras cosas condenada a pagar miles de millones de colones al Hospicio de Huérfanos, Araya no desiste de su diamantina idea. Juego anticristiano, donde lo único ejecutado hasta hoy en los 17.000 m2 del cementerio, fue la eliminación de lápidas, cruces, floreros, imágenes… para BORRAR las evidencias de las tumbitas de las miles de personas enterradas en el suelo del «CEMENTERIO DE LOS POBRES», donde ¡por fortuna! se salvó de la destrucción, la imagen del Cristo Crucificado ubicado en el centro del camposanto.
Lastre, escombros, piedras, llantas viejas, carros, pasaron a ser los «residentes esporádicos» del que fuere un humilde, pero bonito jardín, morada de santos difuntos, cuyas identidades estuvieron anotadas en «unos libros que se quemaron en un incendio y otros que se extraviaron», nos dijeron cínicamente en la Municipalidad de San José. Documentos de alto valor histórico (los primeros entierros se hicieron durante la epidemia del cólera de 1856) y, obviamente, sentimental para los deudos.
Como parte de sus macabros planes, mandó a levantar nuevamente una tapia que separara «SU LOTE» del resto del camposanto, donde pese a tener en su subsuelo más de dos mil restos humanos, el famoso Johnny afirma que «no hay nadie enterrado» en él.
¡Llega así otro 2 de noviembre sin que los familiares de los sepultados en el Cementerio de los Pobres, puedan siquiera ubicar a sus muertos para honrarlos, con una humilde flor y una oración…
¿Es que acaso el Ministerio de Salud aprobará esa exhumación masiva, sin que se cumpla con la normativa legal que la Dra. Chacón tiene el deber de cumplir? ¿Será tan grande la «influencia» que tiene sobre las autoridades, el viejo alcalde de San José? ¿Logrará conseguir que el BCR principalmente, conforme un fideicomiso para asociarse con ese repugnante proyecto?