Skip to main content

Etiqueta: Cementerio Calvo

Johnny Araya: ¡DEJE A LOS MUERTOS EN PAZ!

Freddy Pacheco León

No vaya por ahí diciendo que va «a construir una «CIUDAD TEC» en un «lote municipal». Algo así como el «Silicon valley» de California. Un tal centro tecnológico «de punta», dice usted, en «un terreno» detrás del edificio municipal. ¡NO MIENTA don Johnny! ¡No sea cínico! ¡DIGA LA VERDAD! Cuénteles a los josefinos que ese macabro «proyecto» de construcción usted quiere ejecutarlo ¡EN UN CEMENTERIO!

En un camposanto donde reposan MILES de difuntos, algunos víctimas de la epidemia del cólera de 1856. EN EL CEMENTERIO CALVO, el de «Los Pobres», el de aquellos que no tienen ni donde caer muertos.

Miles de seres humanos que merecen cristiano respeto, y que usted pretende EXHUMAR con el uso macabro de maquinaria pesada, cual si se tratara de restos de animales.

Humilde cementerio donde, «gracias» a la muy extraña QUEMA de los históricos libros de actas de defunción, es tarea IMPOSIBLE poder identificar y ubicar a los abuelitos, padres, hermanos, jóvenes, niñitos, y demás parientes allí enterrados bajo el suelo, ante la ausencia de nichos, de lápidas y cruces que usted ordenó destruir y botar lejos, para borrar los vestigios superficiales.

Cínica maniobra con la cual se consumaría el bárbaro SACRILEGIO que usted sueña ejecutar, sin siquiera cumplir con el deber legal de informar a sus deudos y contar con el posible permiso del Ministerio de Salud. Familiares muy pobres, miserables en su mayoría, es cierto, pero ricos en sentimientos que usted irrespeta porque usted no los cuenta. Gente que también llora a sus difuntos y que, en ciertas fechas, les llevaban una oración acompañada de una flor.

Señor alcalde, aunque ahora usted es cristiano-protestante, escuche la voz de la Iglesia Católica que por medio de Monseñor Quirós, le advirtió no cometer tan escandaloso acto, pues los restos de los allí enterrados, escribió el señor Obispo, «SÍ MERECEN SER TRATADOS CON RESPETO, no solo por el sentimiento de sus deudos si los hubiera, sino también por respeto a los VALORES RELIGIOSOS de la población mayoritariamente cristiana de nuestro país, que tiene su fe en la Resurrección de los muertos en el último día de la Historia Humana».

Johnny, este llamado público es para que también públicamente, en los tres meses que le quedan de alcalde, renuncie a tan macabra «Ciudad Tec», que aunque no es una «función municipal», usted, y su vicealcalde Mario Vargas, están empecinados en financiar, además, con un préstamo de varios miles de millones de colones, que afectaría, aún más, las finanzas del gobierno local.

¡DEJE A LOS MUERTOS del Cementerio Calvo EN PAZ!

MACABRO proyecto en el Cementerio Calvo

Freddy Pacheco León

HACE 6 AÑOS, en La Gaceta, nada menos que del 2 de noviembre (del 2017) se publicó una despreciable ley, promovida por Johnny Araya y su vicealcalde Mario Vargas, secundada por los diputados «cristianos» Gonzalo Ramírez y Fabricio Alvarado, y otros, que miraron hacia el techo a la hora de votar. ¡Veamos parte de la historia!

1 – DESPUÉS de más de tres meses de solicitar a Jorge Vargas Espinoza, entonces presidente del Concejo Municipal de San José, permiso para revisar LOS HISTÓRICOS LIBROS en que se lleva el récord de los enterramientos hechos en el CEMENTERIO CALVO, hasta el 2008, sucedió algo insólito.

2- Con muchos rodeos, el encargado de los cementerios de la Municipalidad (Gustavo Salazar Artavia) nos NEGÓ, a nosotros y al presidente municipal, el acceso a esos invaluables libros históricos. Primero con su silencio y luego con el «argumento» de que, pese a que se trataba de «información pública», ésta podría ser «CONFIDENCIAL», pues esa información (las anotaciones de MILES de inhumaciones) podría ser solo accesible a familiares de difuntos allí enterrados. Ese fue el primer round, con el púgil entrenado por Johnny.

3- ASÍ, sin negar la existencia de esos libros bajo su responsabilidad, le comunicó al presidente municipal y a Johnny Francisco Araya, alcalde y su superior jerárquico, que había que solicitar una opinión de la Asesoría Jurídica, obviamente innecesaria. Segundo round.

4- ANTE ese pretexto «hablado», ya ustedes se imaginan con quién, acudimos a la Sala IV, para que se nos diera acceso a dicha INFORMACIÓN PÚBLICA, mediante un recurso de amparo contra el presidente y el Concejo Municipal. Recurso que fuere ampliado por la misma Sala, contra el alcalde Araya y el encargado de los cementerios de la Municipalidad. Tercer round ya a favor nuestro.

5- EN VISTA de ello, y en proceso el recurso de amparo contra Araya y el resto de la «banda municipal, insólitamente nos comunicaron QUE LOS LIBROS QUE, ANTES NOS NEGABAN POR POSIBLEMENTE TRATARSE DE INFORMACIÓN CONFIDENCIAL, ¡SE HABÍAN QUEMADO EN UN INCENDIO! Fuego que, por lo visto, habían mantenido ¿en secreto? Round nuestro. O sea, que los libros que nos habían negado por más de tres meses, ¡NO EXISTÍAN! Que solo nos estaban, quizá, “vacilando», pues de ellos no quedaban ni las cenizas.

6- PERO resulta que la condición más importante que la ley estipula, y la Defensoría de los Habitantes reafirmó ante los diputados, como requisito fundamental antes de proceder A LAS MILES DE EXHUMACIONES, ES LA DE INFORMAR A LOS DEUDOS DE LOS ALLÍ ENTERRADOS en el Cementerio Calvo, el de «Los Pobres», el de los miserables que no tienen ni donde caer muertos, que sus venerados difuntos irían a ser desenterrados con maquinaria de construcción y sin aval del ministerio de Salud. Y así era, puesto que la Alcaldía estaba «empeñada» en exhumar los miles de cadáveres ahí descansando en el subsuelo, para un proyecto urbanístico «muy raro», que hace seis años fuere tramitado como «urgente», pese a que solo se dio a conocer su cambiante nombre. Exhumación masiva que ejecutarían con maquinaria pesada, pues desde los años de la heroica Campaña Nacional, a través de más de 150 años, se habían enterrado en los 17.000 m2, donde Araya quiere construir «algo», que finalmente llamó «centro de emprendedurismo local».

7- Al resolver positivamente los señores magistrados mi recurso de amparo, quedamos ante la IMPOSIBILIDAD MATERIAL de que, gracias a ese «MUY OPORTUNO» INCENDIO, no se podrá verificar la identidad de ninguno de los difuntos enterrados en el CEMENTERIO CALVO, desde los años terribles de la epidemia del cólera, que acabó con la vida de muchos héroes costarricenses allí enterrados, merecedores del más agradecido respeto.

8 – Con la resolución de la Sala IV, ordenándole a Araya darme acceso a los libros, acudí a ver, por lo menos, los que quedaban. Pero ¡oh sorpresa!, encontré un ÚNICO libro de actas de inhumación, en pésimo estado, con los enterramientos hechos solo de 1989 en adelante. El incendio en que supuestamente se quemaron los históricos libros, habría sucedido en abril de 1980, dijo Johnny, por lo que NO hay constancia de ningún entierro hecho antes de esa fecha, pero ¡tampoco los realizados ENTRE 1980 y 1989! Libros, incómodos libros, que no se quemaron pero que «no aparecen», por gracia del alcalde…

9 – Así, a SEIS AÑOS de que se publicara en La Gaceta del Día de los Santos Difuntos, la ley que la Asamblea Legislativa, entonces presidida por Gonzalo Ramírez, esposo de la vicealcaldesa de San José (de entonces y ahora) mediante la cual se sacó del ámbito demanial esas casi dos hectáreas del CEMENTERIO CALVO, para que el alcalde las negociada y jugara de «constructor». Pero que, sin embargo, no se pueden profanar, puesto que no se pueden identificar. Por ello, esa anticristiana iniciativa de Araya al final solo ha servido para disminuir significativamente el área disponible para entierros en el «Cementerio de los Pobres», y para que unos vehículos municipales tengan un estacionamiento de lastre sobre los allí enterrados, cual si se tratare de restos de animales domésticos, sin derechos humanos que respetar.

PROYECTO MACABRO matizado de mentiras, que no es más que ¡UNA CHAMBONADA MÁS DE JOHNNY ARAYA!

Proyecto, ¡esto para tomar en cuenta!, que de persistir la presencia de Johnny como asesor del alcalde (si triunfara el candidato puesto por él), renacería en unos meses más, pues su «genial argumento», es que, al no contar con el récord de los entierros, no puede hacer lo imposible que manda la ley, por lo que ordenaría la exhumación sin el aval de los deudos.

Macabra chambonada

Freddy Pacheco León

HAN PASADO CINCO AÑOS desde que los diputados y el presidente Solís (¡quien se negó a VETARLA!) aprobaran la macabra ley que permitiría a Johnny Araya EXHUMAR MILES DE CADÁVERES del Cementerio Calvo, para construir una «singular universidad municipal», luego «una sede del TEC», una sucursal tropical de Microsoft, y finalmente un lugar «para emprendedores locales» (?).

¡Cualquier cosa!, en fin, que le permita cumplir SU SUEÑO DE CONSTRUCTOR, más allá del vergonzoso «barrio chino sin chinos» que solo incomodidades ha traído al histórico Paseo de los Estudiantes.

Sin embargo, aunque insiste en enjaranar a la financieramente enferma Municipalidad de San José, entre otras cosas condenada a pagar miles de millones de colones al Hospicio de Huérfanos, Araya no desiste de su diamantina idea. Juego anticristiano, donde lo único ejecutado hasta hoy en los 17.000 m2 del cementerio, fue la eliminación de lápidas, cruces, floreros, imágenes… para BORRAR las evidencias de las tumbitas de las miles de personas enterradas en el suelo del «CEMENTERIO DE LOS POBRES», donde ¡por fortuna! se salvó de la destrucción, la imagen del Cristo Crucificado ubicado en el centro del camposanto.

Lastre, escombros, piedras, llantas viejas, carros, pasaron a ser los «residentes esporádicos» del que fuere un humilde, pero bonito jardín, morada de santos difuntos, cuyas identidades estuvieron anotadas en «unos libros que se quemaron en un incendio y otros que se extraviaron», nos dijeron cínicamente en la Municipalidad de San José. Documentos de alto valor histórico (los primeros entierros se hicieron durante la epidemia del cólera de 1856) y, obviamente, sentimental para los deudos.

Como parte de sus macabros planes, mandó a levantar nuevamente una tapia que separara «SU LOTE» del resto del camposanto, donde pese a tener en su subsuelo más de dos mil restos humanos, el famoso Johnny afirma que «no hay nadie enterrado» en él.

¡Llega así otro 2 de noviembre sin que los familiares de los sepultados en el Cementerio de los Pobres, puedan siquiera ubicar a sus muertos para honrarlos, con una humilde flor y una oración…

¿Es que acaso el Ministerio de Salud aprobará esa exhumación masiva, sin que se cumpla con la normativa legal que la Dra. Chacón tiene el deber de cumplir?  ¿Será tan grande la «influencia» que tiene sobre las autoridades, el viejo alcalde de San José? ¿Logrará conseguir que el BCR principalmente, conforme un fideicomiso para asociarse con ese repugnante proyecto?

Gol macabro legislativo

Freddy Pacheco León

 

GOL MACABRO, BAJO, INDECENTE ejecutado en la ASAMBLEA LEGISLATIVA. Presentado cual si fuere un »inocente» proyecto que buscaba desafectar »un terreno municipal» para construir en él un »Centro Tecnológico», el Plenario Legislativo aprobó LA PROFANACIÓN MASIVA que Johnny Araya quiere ordenar en el CEMENTERIO CALVO. Creyendo que era un »proyecto chayote» (porque el título incluido en la lista, escondía el nombre de »Cementerio Calvo») buena parte de los diputados no se percataron del GOL que les estaban metiendo. ¡Así de grande es el cinismo que permea la sede legislativa!

Se están, entre otros, saltándose lo dispuesto en el PLAN DIRECTOR URBANO DE SAN JOSÉ, en cuyos planos y gráficos aparece muy bien delimitado el CEMENTERIO CALVO. Para modificarlo existe un único procedimiento, que incluye la aprobación pública en Cabildo del cantón, convocada al efecto. Algo que por supuesto NO se hizo.

ASIMISMO, tampoco existen sendos estudios de dos departamentos del MINISTERIO DE SALUD, aprobando los CIENTOS DE EXHUMACIONES que habrían de ejecutarse. Eso en términos de las formalidades. En cuanto a la moral y el respeto a los difuntos allí enterrados, sobran argumentos, entre ellos la carta del señor Arzobispo y la edición del semanario ECO CATÓLICO donde se denuncia el sacrilegio, la profanación masiva.

Y este martes 21 de agosto, ya enterados de lo que se trataba, aprobaron  en 2° debate el proyecto suscrito por Antonio Álvarez (conversado con Johnny Araya) en votación 31 a 9…

 

Enviado por el autor.

Suscríbase a SURCOS Digital:

https://surcosdigital.com/suscribirse/

¿Una universidad en el cementerio?

Freddy Pacheco León

Una universidad en el cementerio

“ENTONCES LA OSAMENTA de que tanto hablan ustedes es muy común (…) uno simplemente va, toma los huesos, los clasifica (…) al fin y al cabo eso es una osamenta, quienes creemos en Dios sabemos que ESO NO SIGNIFICA ABSOLUTAMENTE NADA (…) esto no es una cuestión de religiosidad o creencias, sino de conveniencia para el país”, dijo el diputado Jorge Rodríguez Araya al justificar su apoyo al proyecto del alcalde Johnny Araya, de construir una “universidad o centro tecnológico” en una sección del Cementerio Calvo, donde se estima hay enterrados en el subsuelo (ahí no hay nichos funerarios) restos humanos de al menos un millar de personas, que habría que excavar con maquinaria pesada para lanzarlos a otro lugar del camposanto.

Ante esas irrespetuosas palabras del diputado del PUSC, le respondemos con lo expresado por el Papa Francisco el pasado 2 de noviembre cuando dijo: “El sentido de tristeza, un cementerio es triste, nos recuerda a los nuestros que se fueron, nos recuerda el futuro de la muerte. Pero en esta tristeza les traemos flores como un signo de esperanza. También puedo decir de fiesta, pero más adelante, no ahora”. El mismo día, antes de presidir la Misa, Francisco colocó flores en diferentes tumbas del cementerio, siguiendo las palabras que pronunció el 2 de noviembre de 2014 y que recordó hoy en su cuenta de Twitter. “Nos detenemos con fe ante las tumbas de nuestros seres queridos, rezando también por los difuntos que nadie recuerda”.

Pues resulta que en esa parte del centenario Cementerio Calvo, el dedicado al líder masón Padre Francisco Calvo, el “cementerio de los pobres”, el cementerio que los que “no tienen ni donde caer muertos”, ni el Papa Francisco ni nadie más podría repetir ese acto tan valorado por la comunidad cristiana. Y no lo podría repetir porque, Johnny Araya, después de ordenar que no se enterrara a nadie más en esa hectárea y media que sueña con urbanizar utilizando los más variados pretextos (un parqueo, una villa olímpica, una campamento para los obreros chinos que construyeron el Estadio Nacional, y ahora una “universidad” municipal), hizo sacar todas las humildes cruces, lápidas, floreros, ladrillos, que marcaban algunos entierros, para que luego se destruyera el césped, flores ornamentales y arbustos, dejando los 16.000 m2 destruidos, se encharralaran. ¡Como efectivamente sucedió! hasta que la Sala Constitucional ordenó su restauración, al tiempo que anuló la inscripción de esa parte del camposanto como “lote apto para construir” y el acuerdo municipal de venderlo a un fideicomiso.

En el muy humilde Cementerio Calvo, donde no hay tumbas de lujo, pero sí miles de difuntos que merecen respeto en su descanso, hay restos humanos que »se interponen» a los planes absurdos de Johnny Araya, ahora supuestamente para construir una »Universidad» municipal de alta tecnología y ciencias informáticas de primer mundo (¿?). Para ello, unos diputados encabezados por Álvarez Desanti (PLN), deberán mutar de BIEN DEMANIAL a BIEN PATRIMONIAL, casi la mitad de ese CEMENTERIO, para que luego de aprobado el cambio, el alcalde dé a conocer su “proyecto” y no vaya a utilizar el carácter de bien patrimonial municipal para otra cosa. ¡Y todavía le creen!, pese a que, como leímos en una entrevista reciente, dice que se trata de “un terreno paralelo al Cementerio Calvo”.

 

Enviado a SURCOS por el autor.

Suscríbase a SURCOS Digital:

https://surcosdigital.com/suscribirse/

Desde las ventanas de la Municipalidad

Desde las ventanas de la MunicipalidadFreddy Pacheco León

 

No pudo menos que darnos risa constatar cómo, ¡con solo iniciarse el trámite de un recurso de amparo contra la Alcaldesa Sandra García!, los funcionarios municipales corrieron a tratar de borrar toda evidencia de los preparativos para construir un parqueo municipal en el Cementerio Calvo.

Después de afirmar que las toneladas de arena y piedra depositadas en el camposanto eran “para reparar dos pequeños baños” y que “todo estaba a derecho”, al recibir la notificación del recurso, el funcionario Corrales que ahora juega hombre fuerte en la Municipalidad, tuvo que aceptar la orden de la alcaldesa y proceder a sacar del cementerio los materiales de construcción traídos desde muy lejos.

Y es que ante la obsesión por construir algo en terrenos donde tendrían que exhumar más de mil restos humanos, el Concejo Municipal, la Alcaldía y el señor Corrales, se niegan a ejecutar el mandato constitucional de hace tres años, que determina el deber de restaurar el cementerio profanado, y más bien insisten en ver cómo burlar la orden judicial.

Desde las ventanas de la Municipalidad2

Pero aunque se trata del “cementerio de los pobres”, de los “que no tienen ni donde caer muertos”, los ciudadanos no estamos dispuestos a permitir que tal chambonada (promovida por Johnny Araya) sea ejecutada. Ahora que la Sala se prepara a reafirmar lo resuelto el dìa 11 del mes 11 del 2011, nos comprometemos a estar vigilantes para que no se vuelva a irrespetar impunemente lo resuelto por la Corte Suprema de Justicia.

Y como sucediera esta mañana, esperamos que llegue el día en que desde las ventanas de la municipalidad, tengan que ver cómo se estructuran los cuadrantes y se levantan los nichos propios del camposanto… que alguna vez quisieron profanar. Día en que seguramente también provocarán las risas de los que, como hoy, los vimos asomarse sigilosamente mientras los fluidos biliares les producían náuseas.

 

Enviado a SURCOS Digital por el autor.

Suscríbase a SURCOS Digital:

https://surcosdigital.com/suscribirse/