Lula, defensor de derechos

Rodrigo Aguilar Arce

La necesidad le obligó a empezar a trabajar con tan solo doce años, en cualquier empleo que fuese saliendo: limpiabotas, ayudante de tintorería, vendedor ambulante de tapioca, frutero…

Más tarde, con catorce años, comenzó a trabajar en una planta de producción de tornillos y abandonó la escuela, también como consecuencia de la mala situación económica de la familia.

Con 21 años arrancó su andadura en la industria metalúrgica, lugar donde se inició en el sindicalismo del sector, de la mano de su hermano mayor, repartiendo boletines críticos con el régimen militar de Costa e Silva y sus sucesores, y defendiendo los derechos de los trabajadores.