Manifiesto de la Iglesia Anglicana Costarricense
Manifiesto
Luego de un análisis consciente del entorno y de una discusión con base en nuestros estatutos fundadores, nosotros, miembros del Foro Interreligioso de Costa Rica, queremos externar nuestra profunda preocupación ante la convulsa situación social que vive Costa Rica.
En las últimas semanas, hemos visto multiplicarse casos de violencia explícita que, aludiendo al hecho religioso y a las creencias particulares, normalizan el uso de insultos y frases de odio entre distintos grupos. Los comicios de la primera ronda electoral que recién hemos celebrado se concentraron en una temática que dividió la sociedad. Esa polarización sigue presente y el debate continúa enfocado en temas morales, educativos y religiosos sobre la sexualidad.
Consideramos que:
1) la vivencia de la fe no puede disociarse de la vida cotidiana; es más, tiene claras exigencias en el compromiso del amor y la construcción de la paz en el ámbito social, pero también creemos que las decisiones de corte político deben mantenerse distanciadas de elementos que pertenecen al fuero personal de quienes gobiernan y gobernarán una nación, para asegurar la libre convivencia de las distintas religiones;
2) el papel de padres y madres en la formación de sus hijos e hijas no puede ser sustituido por ningún programa educativo, pero también creemos que el derecho a la educación es un valor fundamental y no se debe, aludiendo a criterios de fe, negar ese derecho mediante acciones como cerrar centros educativos donde hay niños, niñas y jóvenes con deseos de aprender, así como de alimentarse en sus escuelas y colegios;
3) la expresión de las creencias particulares es un derecho humano inviolable, pero también creemos que la libertad de expresión tiene límites cuando violenta la dignidad humana, incita al odio y justifica actitudes agresivas.
Por tanto, desde nuestra condición de personas creyentes, no creyentes, o estudiosas de distintos grupos religiosos y espiritualidades de Costa Rica, manifestamos la inconveniencia de mezclar religión y política y condenamos la tergiversación del mensaje central que nos hace converger en este Foro: el profundo respeto al ser humano en su condición de diversidad social, étnica, sexual, religiosa, entre otros aspectos. Consideramos que no es válida la interpretación de textos religiosos para justificar cualquier tipo de odio o violencia, hasta el punto de clamar por la muerte contra cualquier persona. Invocar a Dios para normalizar la exclusión, la injusticia y el odio a otros seres humanos no forma parte de lo que creemos. Más bien, apoyamos la integración, la justicia y el amor para poder reconstruir una sociedad escindida.
Lo hemos dicho en muchas ocasiones y lo seguimos reafirmando: la diversidad nunca debe ser vista como una amenaza sino, más bien, como una oportunidad y un desafío para aprender a convivir en un ambiente de unidad, en un entorno sano y pacífico. Invitamos, de este modo, a todas las autoridades religiosas, a todo creyente y a toda persona en general, a encontrar sinceros caminos de diálogo y, en estos espacios, evidenciar lo mejor de la fe que cada quien profesa.
*Imagen con fines ilustrativos tomada de la nota de SURCOS Ante el auge de fundamentalismos religiosos el DEI propone reflexion.
Compartido por Olga Marta Mena.
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