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Polución del medio ambiente hondureño

Por Marlin Oscar Ávila

En la ciudad de San Pedro Sula hay preocupación porque tanta polución enferma el sistema respiratorio de la población.

Ahora, al escuchar los truenos del cielo y ver que cae la primera lluvia en meses de verano, hay alegría.

Se sabe que buena parte de esa polución es producto de la, relativamente, poca industria, existente principalmente azucarera, como la empresa Chumbagua, por su tradicional método de quemar los cañales. Pero se sabe que esos empresarios hacen y deshacen impunemente. Las autoridades correspondientes ven hacia un lado, aunque las secciones pediátricas de los hospitales ya no les quede espacio adónde ubicar tanto infante enfermo.

El gobierno actual está ofreciendo unos ocho hospitales nuevos. Desde luego, que el sector profesional de salud y pueblo en general aplaude tal iniciativa de la presidente Xiomara Castro, esperando que el presupuesto no desaparezca con la magia de los corruptos.

Lo mejor sería no tener que utilizar los hospitales al 100%. Pero como la prevención es casi inexistente, eso viene a ser un sueño.

Los empresarios podrían cooperar con la prevención, como es el caso de los azucareros, sin embargo, lo fácil para el empresario, termina siendo dañino al pueblo.

La poca lluvia que ha caído apenas mojó la superficie del suelo. Para el cultivo que los agricultores están listos a sembrar, como es el frijol, se requiere un poco más de lluvia, aunque no tanta, que arrastre el poco humus, esencial en la siembra.

En tres meses es necesario producir los granos para abastecer la demanda existente. El peor daño que se podría causar a los productores es traer o importar los granos de un país vecino, importación ya se inició.

Tal política de sustitución de la producción por la importación es perjudicial, como se sabe y, para ejemplo, acaba de poner en jaque a varios gobiernos europeos.

Honduras sigue siendo un país agrícola con una industria manufacturera débil. Es por tal razón que debería fomentar más la agricultura, que es donde ha estado su mayor potencial económico, históricamente, sin pretender entrar en lo que aún no tiene mayor competencia.

Nadie niega que la «industria golondrina» o maquila, se posesiono fuertemente por un buen tiempo. Pero más se basa a los bajos salarios que a las capacidades tecnológicas y la infraestructura instalada. Por tal motivo, vuelan de un país a otro, sin un provecho sustancial a la economía local pero sí hizo daño físico a la juventud trabajadora.

Volviendo a la producción de alimentos, los estímulos actuales del gobierno para ello son de mucha ayuda, pero no suficientes.

Muchos están cruzando los dedos porque se anuncia la llegada temprano de muchas tormentas. Es algo que, sí ocurre en demasía, hará daños significativos, así que la Naturaleza tiene amenazada a la población nuevamente, sin esperar a que se instalen las represas programadas.

El país requiere que los niveles de precipitación sean moderados.

Se espera que así suceda, pero sin confiarse y tomar las medidas adecuadas, puesto que hay suficientes experiencias en el enfrentamiento a fuertes fenómenos naturales.

Habrá que mantener el estado de alerta.

Honduras, impunidad, industria azucarera, Marlin Oscar Ávila, medio ambiente, salud, San Pedro Sula