Pronunciamiento 25 de noviembre, desde el DEI

Todos los días y en particular el 25 de noviembre, Día Internacional por la Eliminación de toda violencia hacia las mujeres, desde el DEI continuamos denunciando con vehemencia toda violencia patriarcal ejercida contra las mujeres y contra las niñas, tomando acciones concretas y coherentes con nuestra postura, desde la institución.

Denunciamos la violencia estructural ejercida, sobre todo contra las mujeres empobrecidas, racializadas, las que están en condiciones de mayor vulnerabilidad, por un sistema extractivista, depredador y explotador de nuestros cuerpos y de la Red de la Vida.

Llamamos a todos los sectores y organizaciones a denunciar públicamente la violencia que ejercen sobre las mujeres los aparatos militares, las iglesias fundamentalistas, los sectores antiderechos y sectores mal llamados «Provida», en complicidad unos con otros.

No daremos ni un paso atrás en defensa de la vida digna para todxs, en el cuido de toda la Red de la Vida, en la recomposición de tejidos sociales comunitarios, en los que creemos profundamente.

Repudiamos y denunciamos la persecución en contra de compañeras originarias, campesinas, defensoras de territorios, defensoras de derechos humanos, que han sido amenazadas, obligadas al exilio, cuando no asesinadas o desaparecidas por los intereses de empresas privadas, frente a la inacción, complicidad e impunidad de los Estados y los aparatos represivos.

Repudiamos todo tratamiento mediático y toda comunicación sexista, y llamamos a los medios de comunicación comunitarios y que apuestan por la justicia social, a denunciar y a tomar una postura clara frente a la violencia machista, frente a los femicidios, frente a la violencia sexual, frente al acoso y absolutamente toda forma de violencia como resultado de masculinidades autoritarias.

Creemos con urgencia que debemos seguir trabajando en la construcción de otras masculinidades para, juntxs, desmontar el patriarcado.

Recuperamos, reconocemos y aprendemos de los saberes colectivos del feminismo comunitario territorial. Reconocemos otras espiritualidades no-hegemónicas, respetuosas, amorosas y armónicas con la diversidad de la vida, con la pluralidad.

Hemos aprendido de las compañeras de Cherán, así como de las compañeras de Comunidades Eclesiales de Base, las compañeras campesinas, garífunas, negras; las compañeras de comunidades originarias, las compañeras feministas comunitarias territoriales de Iximulew, las mujeres chicanas, las que en entornos urbanos hacen comunidad.

A todas ellas y a las que no alcanzamos a nombrar, las «desconocidas gigantes», nuestra gratitud, nuestro más profundo respeto y sobre todo nuestro compromiso: seguimos en pie de lucha.

Departamento Ecuménico de Investigaciones

Enviado por DEI Comunicación.

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