¡Que la Negrita nos alimente!

Flora Fernández Amón

2 de agosto, 2022

Doris fue una de las múltiples viudas que entrevisté antes de escribir el libro El Destructor de vidas y sueños.  Su historia era dolorosa y repetitiva que muchas viudas con desesperación me habían contado, tras la notificación de Javier Chaves del 8 de marzo del 2019, informando que durante 3 años Aldesa no iba a pagar intereses para sanear la empresa y vencido el plazo devolvería todo el dinero.

La angustia que sentían tantas adultas mayores, dos veces despojadas, primero la viudez que les arrebataba el compañero de vida y ahora la codicia de los hombres que le quitaban la paz y la seguridad por la que habían trabajado, sacrificado placeres y ahorrado una vida entera. En lugar de una vejez tranquila, se les obligó a ajustar sus vidas a una manera más frugal, jugársela con la reducida pensión de la Caja y como casi todas tenían casa propia y de alguna manera podrían arreglárselas para sobrevivir mientras recuperaban los ahorros para volver a tener un mejor nivel de vida.

Doris había quedado viuda pocos años antes del colapso de Aldesa y recordaba cómo su marido y ella habían dispuesto vender años atrás, la casa amplia donde vivían y pasarse a alquilar un apartamento más pequeño y modesto que les permitía desentenderse de los pagos de impuestos territoriales, mantenimiento y así ajustar la pensión que era muy pequeña. Por la confianza que tenían en la trayectoria de Aldesa y el buen nombre de don Oscar Chaves Esquivel colocaron todos sus ahorros en la seguridad terminarían viviendo tranquilos los últimos años de vida.

Tras enfermar el marido de Doris, le dijo: «nada te va a faltar, con la plata de Aldesa vas a tener para vivir hasta el último día de tu vida, podrás comprar tus medicinas y todo lo que te haga falta… y por qué no, darte algún gustito de vez en cuando».  

Pocos días después de recibir la notificación de Javier Chaves, con mucho coraje lo fue a buscar, para que le devolviera aunque fuese una fracción de su dinero, explicándole la dependencia absoluta que ella tenía de sus ahorros colocados en Aldesa. Javier categóricamente le dijo que no podía hacer algo así, que era ilegal, paradójica respuesta de quien pocos días después saldría a la prensa culpabilizando a los ahorrantes de codiciosos al mejor estilo Madoff diciendo: «nadie decía que era ilegal mientras ganaban plata».

Doris le rogó una salida y con el cinismo que acompaña a quienes no saben lo que es la empatía y sensibilidad, le dio una nueva asesoría gratuita pero extremadamente cruel: «haga un préstamo para que tenga para vivir estos tres años y al término de ese plazo, con los intereses acumulados, paga lo que debe y le devolvemos todos sus ahorros».  No tuvo la decencia a los 3 años cumplidos, ni Javier Chaves ni ningún personero de Aldesa se dignó a dar explicación alguna sobre el paradero de su dinero y cuándo les iba a pagar. 

Si hoy, 2 de agosto 2022, pocos días después de que se concretara la quiebra de Aldesa estoy escribiendo esta historia que no puede formar parte del libro, se debe a que me enteré hoy es desgarrador. 

Tras la reciente declaratoria de quiebra de Aldesa, Doris se percató que la ilegalidad que Javier Chaves se negaba a cometer a favor de ella de devolverle una parte de sus ahorros, la cometió a favor de “sus privilegiados”, siendo ese uno de los motivos señalados por la jueza para dar curso a la quiebra.  Recientemente volvimos a encontrarnos y lamentó no haber creído cuando le decía desde el principio, que Aldesa era un fraude. Hoy no sabe cómo va a pagar el préstamo.

Con fe y devoción, a sus 76 años caminó hasta el Santuario de Cartago para darle gracias a la Virgencita por el amor de sus seres queridos y amigos, quienes no le han permitido que la comida falte y también a renovar la petición de buena salud porque no sabría qué hacer para enfrentar una larga enfermedad.

Al regreso, vino a buscarme a la casa y mientras las lágrimas bajaban por su mejilla, extendió su mano temblorosa y me mostró una imagen de la Negrita con la palabra ALIMENTACION al pie, esa humilde petición que renovó con enorme devoción. También rogó le ayude a recuperar su dinero, pues su situación es desesperada y no sabe cómo terminará el año.  

Mientras Doris sufre la carencia de su propio dinero, la codicia de grandes “empresarios visionarios”, quienes siguen viviendo en la opulencia, importantes hombres de negocios que amasan fortunas, y despectivamente desde sus lujosas casas y condominios se sientan a ver los reportajes en sus pantallas gigantes, donde un pueblo humilde, honesto y trabajador cumple sus promesas con devoción.

Ellos se creen piadosos porque van a misa todos los domingos antes del “brunch” del Country, y ahí se codean con gente “igualmente respetable”.  Son estos hombres ricos a quienes hoy Cristo les dice “Ve y vende todo lo que tienes, repártelo entre los pobres y sígueme”.  Pero estos, igual que el joven rico del evangelio se retiran muy tristes porque son muchas las riquezas a las que tendrían que renunciar.

Si bien los Evangelios y la Biblia en general contienen muchos pasajes en los que Dios irrumpe en la historia y con su poder infinito intercede a favor de los más débiles, este es solo un ejemplo para los mortales. 

Dios ante todo es un dios de justicia quien con su ejemplo, sus profetas y simples mortales claman y luchan por la justicia. Este día de la Virgen de los Ángeles, me solidarizo con Doris y con todas esas personas que lo han perdido todo y anhelan recuperar suficiente para terminar sus vidas en paz. Espero que los milagros se hagan realidad y que Dios despierte en los hombres de buena voluntad, esa pasión por la justicia que inspiró a los profetas de Israel y a los apóstoles. 

Es el momento para ponernos del lado de quienes sufren y exigir que se haga justicia aquí y ahora, en esta tierra. Que se haga el milagro de despertar el espíritu de lucha entre todos los afectados para que unidos nos propongamos a que todos los bienes que poseen los responsables de este crimen les sean quitados, que sean investigados y se pueda determinar cuánto sacaron a paraísos fiscales. Que, con todas esas fortunas, respondan a título personal el daño inmenso que han causado a miles de inocentes, así como a la credibilidad del país.  

¡Ver justicia pronta y cumplida en nuestro país será un milagro! 

¿Y saben qué?… yo creo en los milagros.

En el siguiente enlaces puede ver la publicación original: https://www.facebook.com/101555184769373/posts/pfbid02qdtQv9M7rCHKCe6u8PS83oF1HPoc5LugAVf35h5aoaDFgz7H4nWVaZySRZdPjqmfl/ 

 

Compartido con SURCOS por Flora Fernández Amón.