SITRAHSAN ante la Ley de Empleo Público, carta I: «La excelencia del trabajador»

SITRAHSAN está como Keylor Navas, a la espera del movimiento de la contraparte… pero anuente a tapar el marco.

Las  reglas  están dadas, el  “partido apenas comienza”, pero usted compañero, ¿se va  a  quedar  como simple  espectador?

Mantener trabajadores autómatas, sin motivación, sin una  remuneración adecuada, eso es  lo que  pretende, PRECARIZAR su conocimiento mismo…

SITRAHSAN, es del criterio; que muchas cosas malas vendrán y usted trabajador, lo está  permitiendo, ya nos  están despojando hasta de nuestro ropaje.

Después no se lamente…

Excelencia hay, en un  policía que aún ganando ₡ 6000 por quincena , no asumió la  invitación de  un  “narco”.

Excelencia hay, en  un  trabajador de la  Hacienda Pública, que  luchó por  un  punto menos  a  pagar, en  una compra del TESORO, a  pesar que su labor le  pueda costar al Estado una  millonésima al cuadrado del  logro realizado.

Excelencia hay, en ese  trabajador, que detiene el Contrabando, y no acepta  la  “chiza”, por  hacerse el  loco.

Excelencia hay, en ese  funcionario, que  a pesar de  la  cantidad exorbitante de  trámites, labora  una  hora  más  para  cumplir  las  metas, a  pesar de que  el jefe  no  lo pueda  constatar.

Excelencia hay, en aquel misceláneo, que a pesar de que no le  alcanza el salario para su buen  vivir, se esfuerza para no dejar un residuo donde otro funcionario pueda tener un  accidente…

Excelencia hay por  doquier; pero el “clan de  los ricos y  famosos”, no quiere que se  gesten leyes antifraudes, poner los escáner, no desean que Hacienda tenga  mejores herramientas legales, muchos desean  que  prescriban deudas, que se pierdan expedientes, que  les  otorguen exoneraciones,  en  fin, que el  ESTADO simplemente esté  a su  servicio, y  entre  menos  haga  el ESTADO menos gasta, y  menos los  van  a ocupar, y menos les  van a  exigir, todo, se  explica en la  pregunta:      

                                     “ La excelencia, para quién o para quiénes?”

La excelencia; también debe remunerarse a su nivel, si proviene del ESTADO.

Un ESTADO DÉBIL, es  un ESTADO ENFERMO

 

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