La agrupación independiente de Biólogos y Biotecnólogos de Costa Rica tiene el agrado de invitarles al conversatorio: «Implicaciones socioambientales de la Pesca de Arrastre y búsqueda de soluciones alternativas», este lunes 2 de noviembre a las 5:00 pm, por medio de Facebook Live y Zoom.
Contaremos con la valiosa participación de excelentes profesionales y referentes en áreas de biología marina, manejo de recursos marinos, conservación y acuicultura. Quienes abordarán bajo un correcto criterio científico y amplio conocimiento del tema, los aspectos relacionados a las implicaciones socioambientales de permitir la pesca de arrastre en territorio costarricense. Así como, la viabilidad de alternativas sostenibles y tecnologías emergentes como solución a la problemática económica del sector pesquero.
Link de zoom: https://us02web.zoom.us/j/83331860353
La información fue compartida con SURCOS por Angélica Alvarado.
Por Dr. Ingo Wehrtmann, investigador del Centro de Investigación en Ciencias del Mar y Limnología (Cimar) Universidad de Costa Rica
Foto: Laura Rodríguez Rodríguez.
La pesca de arrastre es una actividad pesquera utilizada mundialmente, tanto por la flota industrial como artesanal. Las redes operan en contacto con el suelo marino y capturan diversos organismos que viven sobre él.
El problema es, por un lado, el daño físico y biológico que provoca este arte de pesca sobre el fondo del mar y las comunidades asociadas a estos hábitats. Por otro lado, este arte de pesca tiene una baja selectividad en la que la red no solamente captura las especies objetivo (principalmente camarones y peces), sino también cualquier organismo que se encuentre frente a la red.
Al conjunto de estos organismos que no son blanco de la actividad pesquera se le denomina “fauna de acompañamiento” (FACA). Muchas veces, esta FACA -por su bajo valor comercial- se devuelve al mar, pero estos organismos tienen poca posibilidad de sobrevivir y, además, serán rápidamente consumidos por los depredadores que se congregan alrededor de los barcos.
La Sala Constitucional de Costa Rica, en su resolución del 2013 Nº 2013010540, reconoció, entre otros aspectos, el daño ambiental que provoca la pesca de arrastre y estableció que el Instituto Costarricense de Pesca y Acuicultura (Incopesca) “no podrá otorgar ningún permiso, autorización o licencia nueva, renovar los vencidos o reactivar los inactivos, para la pesca de camarón con redes de arrastre”.
Desde entonces, ¿qué ha pasado desde el punto de vista científico? ¿Tenemos suficiente evidencia técnico-científica para considerar una reapertura de la pesca de arrastre en Costa Rica?
Dos estudios
En los últimos años se han llevado a cabo solamente dos estudios relacionados con la pesca de arrastre en el país.
El primero se realizó en el marco del proyecto para la gestión sostenible de las capturas incidentales en la pesca de arrastre de fondo de América Latina y el Caribe, financiado por el Fondo para el Medio Ambiente Mundial (GEF por sus siglas en inglés) y ejecutado por la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y Agricultura (FAO por su siglas en inglés) y, en Costa Rica, por el Incopesca.
Este estudio tuvo como objetivo general establecer diferencias en la línea base de la diversidad taxonómica de la FACA capturada con y sin el uso del dispositivo excluidor de peces (DEP) ojo de pescado, en redes para la captura de camarón fidel (Solenocera agassizii) y camarones rosados o pinky (Farfantepeaneus brevirostris), en caladeros de pesca en el Pacífico Norte y Central de Costa Rica. Esto se realizó con el fin de evaluar la influencia del DEP en la composición de las capturas incidentales.
Aunque este estudio indica una exclusión de la FACA con el DEP entre 30% (camarón fidel) y 23% (camarón pinky), a nivel general los porcentajes de la FACA siguen siendo muy altos, con un promedio de 77%. El hecho de que los investigadores capturaron en su estudio exclusivamente individuos inmaduros de camarón fidel es aún más preocupante, ya que pone en peligro la reproducción de la especie y en consecuencia, la supervivencia de la población de este camarón.
El segundo y más reciente estudio evaluó la disminución de la FACA en la pesca de arrastre de camarón pinky y fidel, mediante el uso de diferentes tamaños de luces de malla, aditamentos (DEP, DET y doble relinga) y otras mejoras. Esta investigación fue ejecutada por Incopesca entre los meses de octubre y diciembre del 2018.
En este estudio se analizaron cuatro tipos de redes con diferentes modificaciones técnicas en relación con la red tradicional o de control. El resultado sorprendente fue que la utilización de una variante de la red (red de experimento generó 1) una disminución de un 65% de la FACA en ambas especies de camarones comparado con la red control. Además, en el caso del camarón fidel, se capturaron principalmente individuos maduros, un resultado muy diferente comparado con el estudio anterior.
A pesar de los resultados positivos de este estudio, es importante resaltar que se trata de una investigación en una zona muy restringida desde la perspectiva geogrática, pues todos los muestreos se realizaron en la entrada al Golfo de Nicoya.
La limitación de tiempo representa otra debilidad importante del muestreo, especialmente si se considera que el período del experimento estaba bajo la influencia del fenómeno de El Niño, lo que podría no reflejar un comportamiento normal. Por lo tanto, surge la duda sobre la representatividad geográfica y temporal de los resultados obtenidos en este estudio.
Los autores, conscientes de las limitaciones de los datos obtenidos, insisten en el resumen de su informe en “… la necesidad de continuar con investigaciones que aporten información que aún se requiere para el manejo de las pesquerías de estas dos especies”.
Falta de información
Estas dos investigaciones recientes son de naturaleza técnica, en las cuales se investigó el impacto de diferentes modificaciones de la red para la disminución de la FACA, en dos especies de camarones de interés comercial.
Sin embargo, para implementar una pesca de camarón responsable y sostenible es indispensable contar con más información. Por ejemplo, es imprescindible tener una estimación confiable de la biomasa disponible de estos camarones en aguas costarricenses. Los dos estudios mencionados no fueron diseñados para explorar este aspecto.
Cualquier pescador, capitán o empresario responsable que quiera hacer una inversión importante en su barco y las redes modificadas, debería preguntarse: ¿en cuánto tiempo puedo recuperar económicamente mi inversión? En otras palabras, es necesario saber cuántos kilos de camarón se puede capturar durante por lo menos un año. Lastimosamente, no hay información confiable acerca de esta pregunta y existe mucha incertidumbre sobre si el recurso camarón (de aguas profundas) puede “soportar” una nueva pesca de arrastre y por cuánto tiempo.
Cabe resaltar que ninguno de los dos estudios generó información sobre los impactos que tiene la pesca de arrastre de camarón en los ecosistemas marinos a lo largo de la costa del Pacífico de Costa Rica.
No hay un análisis que identifique dónde exactamente se realizan los lances comerciales y con qué frecuencia. Conocer el impacto de la pesca de arrastre de camarón en las comunidades en el fondo del mar, así como el tiempo que requieren estas comunidades de organismos para recuperarse, es indispensable para un manejo responsable y con un enfoque ecosistémico.
La revista estadounidense Proceedings of the National Academy of Sciences publicó recientemente un análisis global de la reducción y recuperación de las comunidades en el fondo del mar después de la alteración por la pesca de arrastre. Los resultados de este mega análisis revelaron que en promedio cada paso de una red de arrastre remueve entre 6% y 41% de la fauna del lecho del mar, y se requiere entre 1,9 y 6,4 años para recuperar el ecosistema arrastrado.
¿Y cuál es la situación en Costa Rica? Por un lado, hay resultados alentadores sobre modificaciones de redes para disminuir la FACA en la pesca de camarón fidel y pinky que esperan ser corroborados mediante estudios más amplios referente a la escala geográfica y temporal.
Por otro lado, prácticamente no sabemos nada sobre dos aspectos fundamentales de la pesca de arrastre: (1) la biomasa presente de las dos especies de camarones (fidel y pinky) y (2) el impacto de la pesca de arrastre en los ecosistemas marinos.
Ante esta falta de conocimiento, sería irresponsable reabrir ahora esta práctica, ya que podría generar falsas expectativas en el sector pesquero. Desde un punto científico, es urgente implementar, en conjunto con el sector pesquero, un programa nacional de monitoreo de las poblaciones de estos camarones con la participación de las universidades que trabajan en la temática.
Este esfuerzo representaría un aporte valioso para la toma de decisiones en torno a abrir o no la pesca de arrastre de estas especies de camarón. Más aún, un programa de monitoreo es vital para cualquier plan de manejo de estos recursos pesqueros con un enfoque precautorio y ecosistémico.
Dr. Ingo WehrtmannI
Investigador del Centro de Investigación en Ciencias del Mar y Limnología (Cimar), Universidad de Costa Rica
Nuestro país está lejos de ser reconocido en la lucha por la pesca ilegal pues:
En 6 años pasamos del puesto 35 en 2011 a 130 a nivel mundial en 2016 en el índice de Salud de los Océanos, y mientras descendemos 95 puestos, el MAG por medio de INCOPESCA es responsable de burlar el principio precautorio y ponernos en vergüenza mundial por la exportación de aletas de tiburón, y como si faltara más hoy se insiste en un proyecto de pesca de camarón por arrastre que terminará con acabar, con el fondo marino y su diversidad (FECON,11-3-16).
En INCOPESCA no ha habido asomo de ninguna reforma integral de esta institución, que es incapaz de hacer una buena gestión del mar, como reconoce el MAG ante sus propias limitaciones para controlar la pesca de palangre, incumpliendo el decreto 38681. El Ministerio de Agricultura reconoce que de las reglas emitidas desde el 2014 para la pesca de palangre, a la fecha son pocas las que se cumplen. Según consigna una nota del Diario Extra del 25 Febrero, 2016: para la protección del atún y especies afines, el MAG reconoce que no hay capacidad para ejecutar las acciones dispuestas en el decreto debido a la lejanía y escaso personal. Otro que punto en el que no hay cumplimiento es en el establecimiento de dispositivos de control satelital en las embarcaciones nacionales de palangre, que pescan atún, corvina, tiburón, entre otras especies. No obstante, estas continúan recibiendo el combustible a un precio preferencial. Combustible que se usa para pescar ilegal en la isla del Coco y para trasegar droga.
Además para aumentar la vergüenza mundial la aleta de tiburón martillo exportada pudo ser pescada ilegalmente en la Isla del Coco y con combustible subsidiado. Así lo denuncio la Federación Ecologista en marzo del año pasado (FECON, 11-3-15). Esta paradoja se hace especialmente grosera cuando se constata que quienes en el SINAC han autorizado la exportación de las aletas son quienes no logran proveer a los guardaparques de Isla del Coco de los medios necesarios para lograr meter a la cárcel a quienes violan las leyes que resguardan este sitio patrimonio mundial de la Humanidad. Tampoco hay que olvidar que estas embarcaciones han recibido o reciben aún subsidios para combustible del INCOPESCA lo cual es un doble premio a estas malas conductas de este sector pesquero que nada tiene que ver con la pesca artesanal.
Según la FAO, Costa Rica figura entre los mayores exportadores de aletas de tiburón. Entre 2008 y 2011, el país exportó más de 300 toneladas anuales. Desde el punto de vista ecológico, los datos de la FAO (2014) significan que la matanza de tiburones en el país (solo para exportar sus aletas) puede haber llegado –utilizando números conservadores y considerando solo el dato de las 300 toneladas anuales–a 660.000 tiburones al año. (Estado de la Nación, 2015)
El ministro del MAG es el responsable político de la exportación de la aleta de tiburón, acción por la cual debería compartir el “galardón” de enemigo mundial del tiburón junto con el Presidente Solís ( FECON, 23-11-15).
Este gobierno es responsable además solicitar el aumento 7000 toneladas adicionales de atún que se sobrexplota y se regala en nuestras aguas. (Semanario Universidad, 19 -7- 2014). Según denunció el biólogo Enrique Ramírez Guier la falta de políticas y manejo de las pesquerías, que ha llevado a una caída en el 50% de los desembarcos de productos pesqueros en los últimos 10 años. Mientras esto ocurre, la flota internacional de cerco atunero se ha llevado aproximadamente 25.000 toneladas de atún al año con un valor de mercado de $70 millones (atún de enlatado) y un valor potencial (atún fresco) para la pesca con anzuelo para pescadores nacionales de $250 millones, pagando esa flota solo el 0,6% del valor potencial del atún que se llevan a otros puertos( Ver articulo completo).