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Etiqueta: baile

El merengue típico como expresión de la resistencia cultural de un pueblo

Por Memo Acuña

Esta vez mi observación es completamente participante. Estoy, vivo, siento en mi cuerpo el sonido penetrante de un acordeón que acompaña el ritmo de un merengue típico. Es eso. Por eso es típico. Porque el acordeón lo vuelve así junto con la tambora, el güiro, el bajo y la conga.

Noe Zayas, poeta y gestor cultural dominicano me explica incluso la relación entre este ritmo y el ballenato colombiano. Entonces pienso en el alto valor cultural y social de los bailes en los cuerpos de sus pueblos.

En una columna anterior hablábamos de la resistencia cultural que representa el swing criollo para el costarricense.

Ahora me tocó observar y sentir en la piel esa historia. El merengue inscribe su origen en la segunda mitad del siglo XIX.

Pero el merengue criollo o “Apambichao” surge durante la ocupación estadounidense en la isla entre 1916 y 1924. Otra vez Noe me señala que en ese periodo el merengue se usaba como instrumento de denuncia y elevar la voz de los excluidos.

Pienso que sentir y luchar entonces son la misma cosa. Aún resuena el acordeón en mi pecho. Con ese sonido y la cadencia de las gentes dominicanas me quedo, me recargo.

Ya no se prohíbe bailar swing

Por Memo Acuña
Sociólogo y escritor costarricense

En 2003 la productora audiovisual costarricense Gabriela Hernández sacó a la luz el hermoso documental “se prohíbe bailar swing”, en el que reflejó cuan extendida está la cultura de ese baile en Costa Rica, particularmente en los salones de la ciudad capital. Sin embargo, no siempre hubo una actitud permisiva a ese ritmo, por considerarlo proveniente de sectores populares y de actividades vinculadas con el trabajo sexual, en el caso de las mujeres.

Las elites se referían a este baile como vulgar y pachuco. En el lacónico San José de la década de los años setenta, en muchos salones de baile podía leerse el rótulo con la inscripción “se prohíbe bailar swing”, casi con el mismo mandato de aquellas otras prohibiciones a las escenas amorosas, que circulaban en otro tipo de negocios.

Afortunadamente, en el caso del swing, la prohibición pasó a un extendido gusto por su aprendizaje y su práctica en muchos lugares del país. Academias de baile, investigaciones llevadas a cabo por Ligia Torijano por más de 25 años y su declaratoria como patrimonio Cultural Inmaterial, en el año 2011, han contribuido a su difusión y a que se conciba como una muestra de la cultura y la identidad costarricense.

El viernes 25 de octubre fue estrenado el documental “Buscando el swing. Un viaje por los territorios donde nació la cumbia” llevado a cabo por el cantante Rialengo y el productor y músico Pedro Víquez, ambos costarricenses. Se adentraron por diez territorios colombianos explorando los orígenes de la cumbia y su relación con procesos sociohistóricos y culturales. así como su relación con el swing criollo costarricense.

Una relación directa entre ambos ritmos es su expresión popular, su apropiación por sectores sociales relacionados con las dinámicas de los pueblos. Cuando este documental sea exhibido de forma masiva, recomiendo verlo en clave de producto cultural y una manera de comprender la forma como nuestros sectores populares armonizan y recrean sus distintas formas de transformar el mundo.

En octubre será el preestreno de la película documental «Buscando el Swing: Un Viaje por los Territorios donde Nació la Cumbia»

La actividad será el 25 de octubre en la Biblioteca Nacional de Costa Rica.

La productora Profana Latinoamérica se enorgullece en anunciar el estreno del documental «Buscando el Swing: Un Viaje por los Territorios donde Nació la Cumbia», programado para el próximo 25 de octubre de 2024 en la Biblioteca Nacional de Costa Rica a las 4pm. La entrada es gratuita y el cupo es limitado. Esta película es un viaje por 10 pueblos del caribe de Colombia, lugar que dio nacimiento al género musical “cumbia”, el cual ha sido base para los bailarines de Swing Criollo Costarricense desde los años 60.

Sinopsis del Documental

«Buscando el Swing» lleva a los espectadores a un fascinante viaje a través del Caribe colombiano, donde se originó la cumbia, uno de los géneros más representativos de la música latina. A través de imágenes vibrantes y entrevistas con músicos y expertos locales, el documental revela la riqueza cultural y la historia detrás de esta tradición musical, que ha influido significativamente en las músicas del mundo.

El compositor Rialengo de Costa Rica viaja junto con el productor y arreglista Pedro Víquez, ambos acompañados de un equipo de producción, viajan durante un mes y medio por la costa colombiana, compilando entrevistas y músicas de la región.

Origen del Proyecto

Este documental es un derivado de la residencia artística que Ibermúsicas permitió realizar al artista costarricense Rialengo en la costa del Caribe colombiano en 2019. Dicha residencia fue declarada de interés cultural por el Gobierno de Costa Rica. La residencia proporcionó una plataforma invaluable para la investigación y el desarrollo del proyecto, que ahora se materializa en una película que explora los géneros musicales fundacionales de la cumbia, tales como el bullerengue, el porro, la música de pito atravesao, la música de gaitas, entre otros.

Dedicatoria Especial

«Buscando el Swing: un viaje por los territorios donde nació la Cumbia» está dedicado a los bailarines de la vieja guardia del Swing Criollo Costarricense, quienes han preservado y transmitido esta rica tradición musical a lo largo de los años. El documental rinde homenaje a su legado y a su influencia perdurable en la cultura costarricense.

Apoyo Institucional

El documental contó con el apoyo de la Dirección de Gestión Sociocultural del Ministerio de Cultura y Juventud, y su Fondo Concursable S.O.S. Sociocultural, entidades que han financiado la ejecución de este proyecto. Además, fue apoyado por Ibermúsicas en 2019.

Detalles del Estreno

  • Fecha: 25 de octubre de 2024
  • Hora: 4 p.m.
  • Lugar: Biblioteca Nacional de Costa Rica, San José

El preestreno contará con una proyección especial seguida de una sesión de preguntas y respuestas con el equipo de producción. Además, se llevará a cabo una exhibición de fotografías y material audiovisual adicional relacionado con el documental.

Sobre el Documental

El documental es una producción de Profana Latinoamérica y ha sido creado con el apoyo de diversos patrocinadores y colaboradores comprometidos con la preservación y difusión de la cultura regional. «Buscando el Swing: un viaje por los territorios donde nació la Cumbia» no solo es un homenaje a la cumbia, sino también una celebración de la herencia cultural que esta música representa para Colombia, Costa Rica y el mundo.

Invitación

Se invita a medios de comunicación, críticos de cine, músicos, académicos y al público en general a asistir al estreno y a ser parte de esta celebración cultural.

¡Cumbia por la Paz!

El pasado 9 de septiembre, desde San José Costa Rica se presentó una coreografía, la Cumbia por la Paz y la Noviolencia, en apoyo a la marcha a que se dará el 2 de octubre, saliendo también desde San José, en concordancia con el mismo movimiento, la Marcha Mundial por la Paz y la No Violencia.

Esta es una marcha mundial, y el grupo extiende el apoyo a todas las personas participantes, al igual que recuerda que la violencia es aprendida, y la no-violencia también se puede aprender.

¡Paz, fuerza y alegría!

Lunada Los Ángeles, Atenas, 2023

SURCOS comparte la siguiente información.

Acompáñenos con su familia y pase una noche diferente.

El próximo sábado 25 de marzo del 2023, a las 5:00 pm en las instalaciones comunales de Los Ángeles, se llevará a cabo la “Lunada Los Ángeles». 

Se contará con la participación de Óscar Espinoza; además se realizarán actividades artísticas como: show de talentos, bailes típicos, mascaradas y música en vivo.

La entrada será gratuita.

Invitación al Festival de la Baula

Luego de dos años de pausar el evento por la pandemia, ¡vuelve el Festival de la Baula!

Se extiende la cordial invitación a este evento que tendrá lugar en Barra de Parismina, en Siquirres, del 29 al 31 de julio. 

Este festival se realiza en pro de la Conservación de la tortuga Baula y la educación ambiental.

Entre las actividades por realizarse se encuentran actividades artísticas, deportivas y recreativas, limpieza de la playa, patrullaje, venta de comidas y por supuesto, su tradicional baile.

Para más información al: 8732-2896

Programa:

HASTA QUE EL CUERPO AGUANTE

Por Memo Acuña (Sociólogo y escritor costarricense)

Las mesas pasan a un segundo plano mientras el centro de la pista se convierte en escenario donde los cuerpos se trenzan movidos por un ritmo acompasado a seis tiempos. Una voluntad colectiva explica el montaje: saltos, sincronías, movimiento.

Se trata de un tipo de baile traído a estas geografías en los viajes que transportistas hacían por las carreteras nacionales. Esta vez hago observación de lejos, porque lo mío, en realidad no es el movimiento ordenado y cadencioso. No nací para el baile. Pero disfruto ver cómo en un momento veinte, tal vez treinta personas, se sincronizan y parecieran “coreógrafearse” motivadas por la música que suena a altos decibeles.

Al llegar a nuestro país este ritmo, Costa Rica era una sociedad distinta. Eran los años de las bandas del swing estadounidense en las que Glen Miller “tocaba a morir”, como habrá dicho un exhultante Miguel Ríos en su icónico “Mientras el cuerpo aguante”. Ese ritmo, esos ritmos vinieron a nuestros territorios de alguna manera entre las llantas y las radios de los grandes camiones cargueros que transitaban por las carreteras costarricenses.

Y se quedaron entre los sectores populares. Y Aquí fueron “criollizados”.

Considerado por años un ritmo vulgar y arrabalero, el denominado swing criollo fue resignificado en las plantaciones bananeras, en las fábricas, bailado en salones populares de la capital, particularmente por actores de las clases excluidas y empobrecidas del país. Tal vez por eso recibía gestos de desaprobación de unas élites mojigatas y conservadoras, las mismas que hoy se ruborizan por la forma mediante la cual el arte toma el espacio público.

Durante mucho tiempo fue un baile prohibido, como tantas cosas que le son negadas a los sectores populares que terminan respondiendo y asignando nuevos significados a las prácticas y los consumos culturales. Su forma subterránea de practicarse fue moldeando la importancia social de un ritmo absolutamente indispensable en la antropología de las culturas (en plural) que se reproducen en la vida cotidiana nacional.

Johan Rugama, funcionario municipal recolector de basura, protagonizó hace unos días una de las escenas más refrescantes en tiempos de pandemia. A bordo de un camión recolector y observado de cerca por sus compañeros de trabajo, bailó swing criollo y así fue captado por alguna persona que lo grabó y que de inmediato convirtió su video en tendencia en redes sociales.

En tiempos de estrés permanente, preocupaciones económicas y de salud, una actitud así replantea la capacidad del ser humano para reír en la adversidad, dignificarse a partir de su gusto por el baile y la vida.

Declarado patrimonio cultural inmaterial costarricense hace algunos años, este baile prohibido debiera ser materia obligada en cursos sobre ciudadanía, sociología y arte nacional. Nos permitiría por ejemplo, reconocer la labor de investigación de Ligia Torijano durante más de 25 años para posicionar el alto valor social y cultural de este ritmo, ver el documental “Prohibido bailar swing” producido en 2003 por la cineasta Gabriela Hernández para conocer más de cerca a las figuras que durante muchas décadas construyeron con su dedicación a impulsar la práctica y permanencia del swing criollo ahí mismo, en los espacios donde las corporalidades toman sus verdaderos significados.

En la década de los años setenta muchos salones de baile capitalinos colocaban carteles donde se leía “se prohíbe bailar Swing”. Este lema inspiró años después el espectáculo “Del Swing prohibido al permitido”, presentado en el aristocrático Teatro Nacional en San José.

El arte y la cultura populares nunca pueden ser silenciados y así lo evidenció Johan a través de su baile y su gusto por la vida. Mientras observo un solo cuerpo colectivo moverse dando saltos sincronizados e improvisando sobre la marcha, pienso en el alto valor político de cualquier expresión artística.

Pienso en el swing criollo. Pienso que debemos seguir abonando las posibilidades para que nuestros cuerpos aguanten y la música siga sonándonos por dentro, como acto de posibilidad para la vida.

 

Imagen: UNA-Encuentro Popular de Baile.

UCR: La gente cree que las personas sordas no pueden bailar

El documental ‘Baile en silencio’ muestra el proceso de la puesta en escena de una coreografía donde los protagonistas fueron niños con discapacidad auditiva

En este proyecto de la UCR, los niños sordos demostraron la capacidad de expresarse por medio del baile. Foto: María Peña.

Ocho niños sordos del Centro Nacional de Educación Especial Fernando Centeno Güell son los bailarines protagonistas de la coreografía El ladrón de diamantes, un muy particular montaje de Danza Universitaria. La obra fue dirigida por Gustavo Hernández y puesta en escena en el 2017 con bailarines profesionales y los niños.

Semanas atrás los niños y sus familias, junto con el director Hernández y otros colaboradores de este proyecto, presentaron en la UCR el documental Baile en silencio. En tal audiovisual, se hace un recorrido por las diferentes etapas desarrolladas para lograr concretar esta obra, la cual muestra de manera inobjetable que las personas con discapacidad auditiva sí son capaces de bailar.

La puesta en escena, El ladrón de diamantes, surgió del taller universitario «Mi cuerpo, mi voz», un proyecto inscrito por Gustavo Hernández en los Fondos Concursables de la Vicerrectoría de Acción Social de la Universidad de Costa Rica, cuyo objetivo fue hacer un aporte al Departamento de Audición y Lenguaje del Centro Nacional de Educación Especial Fernando Centeno Güell.

Foto: Semanario Universidad.

Fueron necesarios seis meses en los cuales los niños y el coreógrafo Hernández, junto con los bailarines profesionales de Danza U, trabajaron muy fuerte para construir así una obra llena de sensibilidad y empatía actitudinal para comprender al otro.

Se trabajó, en primera instancia, por medio de talleres solo para los niños y, en un segundo momento, en el montaje con la participación de los ocho niños: Isabella Valverde Fernández, Dalay Sánchez Torres, Dylan Chinchilla Moya, Henry Mendiola Padilla, Sofía García Mora, Norman Domínguez, Pamela Fallas Guzmán, Daniel Silva Méndez.

El arte debe de ser inclusivo

Para el coreógrafo Hernández, este especial montaje es una prueba fiel de que la discapacidad auditiva u otras condiciones de discapacidad no son por sí mismas una limitante para vivir y participar de las diferentes manifestaciones artísticas, las cuales posibilitan a personas con discapacidad satisfacer sus necesidades de expresión.

El coreógrafo y director de la obra, Gustavo Hernández, valoró como una excepcional experiencia el esfuerzo y compromiso mostrado por estos niños sordos. Foto: Semanario Universidad.

Por ello, reafirma Hernández, las prácticas artísticas de este tipo deben incluirse en el sistema de educación formal de la niñez. Además, se debe tener la meta de que el arte sea verdaderamente inclusivo y que transforme a las personas, tal y como esta obra logró una transformación en los niños protagonistas, en sus familias y en el público que asistió a las presentaciones.

Al respecto, afirma Hernández, no es cierto que las personas sordas no pueden bailar. Ellas sienten las vibraciones de la música con todo su cuerpo. En El ladrón de diamantes, estos ocho estudiantes del Centro Nacional de Educación Especial Fernando Centeno Güell dan una prueba irrefutable de ello.

Durante la presentación del documental sobre cómo se realizó el montaje de la obra, los niños y sus familias intercambiaron sus vivencias y aprendizajes con el público asistente. Un elemento coincidente en ese intercambio fue el reclamo de que más organizaciones públicas y de la sociedad civil abran espacios para proyectos similares a este de la UCR.

Desde el arte también se puede trabajar y luchar en pro de una sociedad y una convivencia realmente inclusivas, que generen oportunidades de aprendizaje y crecimiento humanista para las personas con discapacidad; así como una oportunidad de entendimiento para quienes no tienen ninguna condición de discapacidad.

 

María Encarnación Peña Bonilla

Periodista, Oficina de Divulgación e Información

Información tomada de: http://www.ucr.ac.cr/

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UCR: ¡Conozca el accionar universitario en occidente y vincúlese!

  • Sede de Occidente de la UCR registra 58 proyectos de Acción Social

UCR Conozca el accionar universitario en occidente y vinculese
Trabajo de la Etapa Básica de Artes Plásticas (ED-71) con niñas y niños ramonenses. – foto cortesía del proyecto.

Hace 50 años, San Ramón se convirtió en el segundo hogar de la Universidad de Costa Rica (UCR). Junto con las carreras y las aulas, nació un espacio para el desarrollo de la acción social en la región de Occidente, que a la fecha cuenta con 58 proyectos activos y miles de personas participantes.

La acción social en la Sede de Occidente abarca amplias temáticas y poblaciones. Así como hay proyectos relacionados con temas como música, baile y educación, también se trabaja sobre salud psicológica, alfabetización tecnológica, cambio climático y recurso hídrico. La participación es extensiva para niños, niñas, adolescentes, adultos mayores, centros educativos y organizaciones sociales.

Además, conviven proyectos con una larga trayectoria e iniciativas recientes y novedosas. El Conservatorio de Música de la Sede de Occidente (ED-577) y el Centro Infantil Laboratorio Ermelinda Mora (ED-70) tienen 30 años de existir, mientras que los proyectos Estimulación Sensorial por medio del Masaje Infantil (ED-3335) y la Consultoría Filosófica Costarricense (ED-3347) comenzaron a trabajar en 2018.

Kattia Guevara Rojas es la coordinadora de Acción Social de la Sede de Occidente desde hace solo dos meses. Sin embargo, ha estado vinculada a este campo por medio de la música durante muchos años y ahora tiene la tarea de utilizar su experiencia para potenciar un trabajo extensivo y en armonía con las comunidades.

Para mí la acción social es todo ese trabajo de vinculación de la universidad en todos sus quehaceres hacia la comunidad. Es todo el trabajo que se refleja, que se vislumbra en la comunidad. Es un trabajo de muchísima responsabilidad de la Universidad de Costa Rica, pues se trata de la visión que tienen las comunidades acerca de lo que nosotros hacemos en la universidad”, comentó Guevara.

Los proyectos tienen incidencia en Palmares, Naranjo, Grecia, Sarchí, San José, Golfito, Los Chiles, Upala, San Vito, entre otras zonas. Además, el gran énfasis artístico de su labor permite que visiten muchas comunidades a través de recitales o conciertos; y, mediante la realización de actividades como el Festival Artístico Internacional del Recinto de Grecia (EC-452), se proyectan internacionalmente.

Marlene Alfaro Alfaro, coordinadora de la Sección de Extensión Docente, resalta la disposición de la Sede a compartir saberes y encontrar soluciones conjuntas, no a dar asistencia. Se trata de dar herramientas y recursos que permitan a las personas participantes desarrollar sus habilidades, conocimientos y competencias.

La acción social me apasiona, creo que es la parte más humana de la UCR porque permite crecer, abrirse; no solamente en la parte del desarrollo académico y docente, sino que le permite al docente, al funcionario universitario, trabajar con la comunidad. Y eso es muy gratificante, muy hermoso. Se aprende mucho, trabajar con la comunidad te enseña, alegra la vida”, agregó.

 

Angélica Castro Camacho

Unidad de Comunicación Vicerrectoría de Acción Social

 

Información tomada de: http://www.ucr.ac.cr/

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UNA: Encuentro Popular de Baile

El día domingo 29 de noviembre se llevó a cabo en el gimnasio de Promoción Estudiantil, campus Omar Dengo, UNA Heredia, el encuentro popular de baile. Dentro de los ritmos que fueron protagonistas estuvieron la salsa, bolero, merengue, rock and roll, bachata, swing criollo y tango.

Esta actividad fue organizada por el grupo representativo de bailes populares Querube y se contó con la participación de los grupos Katuir del campus Pérez Zeledón, Dansay del campus Coto, Nicoya Latino del campus Nicoya y Bailuna del campus Liberia; además de la participación de la Universidad Técnica Nacional (UTN).

El objetivo de esta actividad fue rescatar el valor del baile popular en la cultura a través de elaborados montajes coreográficos en ritmos como los antes mencionados.

La entrada tuvo un valor de 3000 colones.

*Imagen tomada de http://www.vidaestudiantil.una.ac.cr/querube

 

Enviado a SURCOS Digital por UNA Comunicación UNA.

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