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Etiqueta: caña de azúcar

Volcán de Buenos Aires: hogar de una subcuenca que clama protección en tiempos de crisis climática

Marión Briancesco Arias /  mbriancesco.a@gmail.com

A los 7 años de edad, Maritza Valverde llegó a vivir a Volcán de Buenos Aires. Ahora, a sus 34, rememora las visitas al río después de la escuela, cuando vivía a los 100 metros y sus vecinos la acompañaban.

“Ahora es totalmente diferente, el río no tiene la misma cantidad de agua, y todo ha cambiado tantísimo”, relata Valverde, quien agrega que antes “todo el mundo se conocía” en la comunidad.

Pero los grandes cambios vienen de años atrás, cuenta Marco Ugalde. El vecino de 51 años lleva toda la vida en Volcán, aunque dice que hubo un cambio “drástico” hace 40 años.

“Había muchas fincas ganaderas, pero en el momento en que la compañía llegó a cultivar piña hubo un cambio drástico. Todo mundo vino a vivir aquí y a hacer una vida de trabajo, tener casita y una rutina diaria”, comenta.

En Buenos Aires de Puntarenas la compañía (como usualmente le conocen) transnacional Fresh Del Monte expandió sus operaciones a finales de los años 70, a través de la subsidiaria Pineapple Development Corporation (PINDECO).

En el año 2018 Buenos Aires representó el 85% del área total dedicado a la producción de piña en la Región Brunca (7.056,38 hectáreas), según el Monitoreo del estado de la piña en Costa Rica para el año 2018 publicado en 2020 por el Centro Nacional de Alta Tecnología. En 1998 la cobertura correspondía apenas a 1.225 hectáreas.

El distrito más representativo es Volcán con 2.792,81 hectáreas de cultivo de piña, algunas localizadas a lo largo de la parte media y baja de la subcuenca. La subcuenca Volcán está comprendida en la gran cuenca del Río Grande de Térraba. La conforman los ríos Volcán, Ángel y Cañas, y atraviesa hasta 10 comunidades.

La parte alta de la cuenca es área protegida del Parque Nacional La Amistad, mientras que gran parte de las tierras en la parte media y baja son propiedad de PINDECO para la producción de piña, aunque conforme desciende también hay presencia de caña de azúcar, ganadería y un historial de deforestación.

Contexto geográfico.
En naranja se pueden observar los cultivos de piña en Volcán y zonas aledañas. Fuente: Sistema Nacional de Información Territorial.

Alfonso Beita vive en una propiedad que colinda con el río Volcán. Cada año Beita y su familia siembran más árboles en la zona, e incluso cedieron parte de su propiedad para un proyecto de reforestación propuesto por la Fundación Iván Noé para la Conservación para la recuperación de la cuenca del río Volcán.

Volcán ha sido el hogar de la familia Beita alrededor de tres o cuatro generaciones. Los primeros miembros en migrar hasta la zona provenían de Chiriquí y se dedicaron principalmente a la ganadería.

Ahora Alfonso es quien le ha dado seguimiento a los proyectos de su abuelo, y desde años atrás mantenía el interés (junto a otros miembros de su familia) por conformar una Comisión de Cuenca.

“El sueño era poder hacer la Comisión, y así llegarle a los productores de la parte alta que han deforestado para proponerles reforestar, incluso involucrar estudiantes para sembrar, conseguir fondos para cercar los árboles y darles un seguimiento. Pero es difícil convencer a otros propietarios de que cedan una parte”, comenta Beita. “A mí me da lástima ver y recordar cómo era el río”, reflexiona.

Pero los cambios en la comunidad y particularmente en el río Volcán no se escapan de la vista de los más jóvenes.

Jesse Padilla (25) y Dayana Castro (26) se han criado en Volcán, y aunque salieron del pueblo para estudiar, regresaron y ahora colaboran con la Fundación Iván Noé para la Conservación. Además, ambos coinciden en que han visto cambios en el río los últimos 10 años.

“Años atrás era un río muy limpio y había mucho caudal. La gente se iba a bañar ahí con frecuencia, se tiraban en neumáticos y llevaban comida”, recuerda Padilla. “Pero desde hace 10 años ha cambiado mucho, sobretodo porque en las partes altas se empezó a deforestar para hacer potreros”, agrega.

Castro también destaca los efectos de la deforestación. La joven vecina cuenta que la corta de árboles hacia la orilla de la cuenca ha afectado a la misma, y además han empeorado problemáticas como las inundaciones. “En invierno el río está a la intemperie, las orillas ya no tienen nada que le haga una barrera natural entonces sí se ha salido”, dice.

Pero Castro no es la única en utilizar “a la intemperie” para referirse al estado de la cuenca y la pérdida de barreras naturales. De acuerdo con Ugalde “ese río está como en un desierto. Al ritmo que vamos, si no se hace algo, se podría secar en un verano muy fuerte”.

En octubre de 2020 se realizó una asamblea de representantes para conformar una Comisión de Cuenca para la gobernanza participativa del recurso hídrico. Participaron asociaciones integrales de desarrollo, asociaciones administradoras de los sistemas de acueductos comunales, finqueros/ganaderos, empresas productivas como PINDECO y CoopeAgri, grupos ecologistas, consejos de distrito municipal, grupos de mujeres y jóvenes.

El pasado mes de enero fue juramentada oficialmente la Junta Directiva de la Comisión de Cuenca por el Consejo Municipal de Buenos Aires.

Proyecto de reforestación propuesto por la Fundación Iván Noé para la Conservación. Fotografía: Facebook Programa de Reciclaje Volcán.

Las concesiones

A la problemática de la deforestación se le suma la política actual sobre el otorgamiento de las concesiones de agua, percibida por el sector ecologista, organizaciones comunales y movimientos como Ríos Vivos como una mala gobernanza del recurso hídrico.

En Costa Rica la política vigente de la Dirección de Aguas (DA) del Ministerio de Ambiente y Energía (Minae) permite otorgar concesiones por un 90% del caudal medio anual de una fuente de agua superficial, es decir, personas y empresas pueden pagar un canon para el aprovechamiento del agua de un río.

Pero en tiempos de crisis climática, el llamado del sector ecologista y las comunidades se concentra en exigir una aplicación de metodologías integrales para determinar cuál es la verdadera capacidad de los ríos para otorgar las concesiones asegurando la sostenibilidad.

En 2010 a la Corporación de Desarrollo Agrícola Del Monte se le otorgó una concesión de aprovechamiento para riego por 425 litros por segundo en el río Volcán. Su vencimiento estaba previsto para enero 2020 pero producto de la pandemia se extendió un año más.

SURCOS consultó a Del Monte acerca de la renovación de la concesión expediente 8618A de 425 litros por segundo, canon, sitio de toma y uso. En la respuesta por escrito la compañía mencionó que presentó la renovación ante la DA para uso agroindustrial.

La compañía también cuenta con otra concesión en el río Volcán de 10.60 litros por segundo y destinada a riego (vence en 2023), una toma en el río Cañas de 514 litros por segundo destinada a riego y 10 litros para agropecuario (vence en 2024), y dos tomas en el río Ángel de 150 y 55 litros para riego (vence en 2023).

El último aforo sistemático realizado en el sitio de toma de la concesión corresponde a mayo de 1988. Lo anterior significa que desde ese año no se ha hecho una nueva medición del caudal en el sitio de toma, por ende no tiene en cuenta los cambios que ha traído consigo la crisis climática.

El término “caudal ambiental” se refiere a la cantidad, periodicidad y calidad del caudal de agua que se requiere para sostener los ecosistemas y el bienestar humano que depende de ellos.

En 2019 miembros del Movimiento Ríos Vivos enviaron una carta a la Dirección de Agua para solicitar la realización de nuevos aforos del río Volcán durante el período seco antes de renovar la concesión, para verificar el impacto que ha tenido en el sitio de toma y en el resto del trayecto del río.

Madeline Kiser y Óscar Beita, dos miembros del Movimiento Ríos Vivos que firmaron la carta enviada a la DA, vivían y trabajaban en los Estados Unidos hasta hace dos años, pero siempre se mantuvieron involucrados con las luchas ambientales de Volcán.

Kiser llegó a Volcán en 1984 como voluntaria del Cuerpo de Paz de los Estados Unidos. En ese momento había una problemática de agua en la comunidad e inició un proceso para hacer un acueducto, proyecto que la acercó a los líderes comunitarios del momento.

“Mientras estábamos allá (en los Estados Unidos) teníamos un programa en el cual traíamos estudiantes de la Universidad de Arizona a Longo Mai (en Buenos Aires), para aprender más sobre el Movimiento Ríos Vivos”, cuenta Óscar Beita.

Durante el tiempo que vivieron en el exterior continuaron buscando aliados, enviaron cartas, colaboraron con la Organización para Estudios Tropicales (OTS, por sus siglas en inglés) para traer personas expertas en caudales ambientales y fijar su atención sobre la cuenca del río Volcán.

Ambos creen en la necesidad de aplicar una metodología holística para el cálculo de caudales ambientales, incorporando un análisis de los efectos ambientales, sociales y económicos de extraer agua de los ecosistemas. Dicha necesidad también la han expuesto el sector ecologista y movimientos comunitarios.

Recientemente la DA dio a conocer una propuesta de decreto para el cálculo de caudales ambientales. La propuesta generó preocupación entre grupos, organizaciones y personas involucradas en la defensa del recurso hídrico, quienes incluso solicitaron al Minae suspender la aprobación del decreto y formar una mesa de diálogo con la sociedad civil.

Pese a que la DA expone que el decreto toma como referencia la Guía de selección de metodologías para la estimación del caudal ambiental en Costa Rica, elaborada por un equipo interinstitucional y valorada por distintos sectores, el decreto pierde de vista lineamientos de la guía.

“A la hora de pensar en darle una concesión a alguien, nadie considera los usos sociales que tiene un río, nadie considera que la gente va, se divierte y es salud mental, eso no se considera con ese decreto”, apunta Óscar Beita.

De acuerdo con Beita y Kiser, el decreto ve el agua como un recurso destinado al consumo humano y la producción, pero olvida otros usos sociales.

Vecinos y vecinas disfrutan del río en Semana Santa 2021. Fotografía: Jesse Padilla.

Hablar abiertamente de la piña

Pero los cuestionamientos hacia el manejo del recurso hídrico en la zona no son recientes. A finales de los años noventa el movimiento comunitario Frente de Lucha Contra la Contaminación de PINDECO mantuvo inquietudes al respecto y además denunció los efectos ambientales de la expansión piñera.

Pese a que la lucha del Frente cesó en cuanto PINDECO obtuvo la certificación ambiental ISO 14001 (la cual contempla estándares para el manejo de impactos ambientales) las personas en la comunidad continuaron notando cambios importantes como altos niveles de erosión en los suelos, sedimentación del cauce del río y la disminución de su caudal.

En opinión de Kiser, ha sido un largo proceso poder hablar abiertamente de la piña en la comunidad, aún cuarenta años después de la llegada de PINDECO.

“Hasta en reportes científicos, procesos o planes la palabra piña a veces no aparece, o aparece escondida detrás de ganadería y caña”, agrega.

Según dicen vecinos de Volcán, tratar el tema de la piña aún se considera un tabú, debido a que muchas personas en la comunidad trabajan con Del Monte y temen que algún cuestionamiento los lleve a perder su empleo.

En Volcán la principal fuente de trabajo se relaciona con la piña, por lo que algunas personas de la comunidad abogan por modelos económicos alternativos (un tema que vecinos han conversado en el Foro Confluencia Solidaria) aunque de momento las opciones de empleo fuera del esquema de la piña son escasas.

SURCOS también consultó a Del Monte sobre las represalias en el pasado y el silencio tácito en la actualidad, pero la compañía asegura que siempre ha velado por el bienestar de las comunidades donde operan, aunque las comunidades están en desacuerdo.

En los últimos años, Buenos Aires de Puntarenas se ha posicionado entre los cuatro cantones del país con menor índice de desarrollo humano, solo por encima de Matina, Talamanca y Los Chiles.

El acueducto: conquista comunal

En otras zonas piñeras del país se ha alertado sobre la contaminación de las fuentes que abastecen a las comunidades, aunque no es el caso de Volcán.

En 1986 PINDECO propuso la instalación de pozos para abastecer a la población con agua potable, aunque hubo dudas entre los vecinos por la inminente contaminación de los pozos con agroquímicos.

La decisión que tomó la comunidad junto a la compañía fue la creación de un acueducto comunal (ASADA) que hasta la actualidad se abastece de cinco nacientes y tomas provisionales en el río Ángel durante el verano.

“De momento donde tenemos las captaciones no se da el problema de la deforestación”, menciona Maritza Valverde, administradora de la ASADA.

De acuerdo con Valverde, actualmente no hay problemas de abastecimiento de agua en la comunidad, pero a largo plazo y si la población continúa creciendo, el acueducto podría requerir de nuevas formas para abastecerse.

A pesar de que gran parte de la población en Volcán tiene acceso a agua potable, los fenómenos atmosféricos potenciados por el cambio climático sí representan un desafío.

En época seca el acueducto hace dos conexiones para tomas provisionales. Conforme avanza la época y el caudal del río baja, hacen una segunda conexión para asegurar que nadie se quede sin agua.

Pero la época lluviosa es la que representa un mayor problema. Las tormentas y fuertes lluvias contaminan las nacientes y el agua se ensucia, entonces en el acueducto toman la decisión de cerrar la tubería y se suspende el servicio por unas horas hasta lograr la captación de agua potable.

“Todo está siendo muy radical. A mí personalmente me preocupa porque el cambio climático cada vez nos afecta más y eso es muy preocupante”, opina Valverde.

Algunos vecinos coinciden en que la amplia cobertura de agua potable en la comunidad ha generado que pocas personas piensen en la importancia de proteger el recurso hídrico.

Sentimientos por el río

Años atrás Alfonso Beita encontró un tractor a la par de su propiedad que colinda con el río. Según cuenta, era un T9 botando árboles para una represa de la compañía.

“Imagínese lo que sentí, era el bosque ribereño que mi abuelo había dejado a la orilla del río. Yo me crié ahí y hasta aprendí a nadar en él, en mí hay un gran sentimiento por ese río”, comenta.

En opinión de Alfonso Beita, la consolidación de la Comisión de Cuenca es un gran avance y un espacio para que todos se unan a salvar el río.

“La idea es que estas áreas no se toquen y queden como amortiguamiento. Se podrían sembrar árboles funcionales que le den una entrada a los productores”, dice.

El agrónomo señala la importancia de presentar alternativas, como organizarse para la siembra de árboles y plantas medicinales que puedan venderse, hacer senderos para atraer turismo e involucrar a los productores. “Tiene que haber un cambio de mentalidad en los productores”, expresa.

Para Jiri Spendlingwimmer, quien participó en la defensa del recurso hídrico en la Comisión de los Ríos Convento y Sonador ante la amenaza de proyectos hidroeléctricos, la creación de la Comisión de Cuenca en Volcán llega a dar la oportunidad de que la comunidad pueda incidir en situaciones que limitan su bienestar.

“El río Volcán es un río que tiene varias concesiones de riego y no fue algo que las comunidades eligieron. Es importante que sean movimientos de base comunitaria porque es la gente que ahí vive, y no debería ser que desde un escritorio un funcionario en San José decida cuanto dedicar para riego, y la gente ni cuenta se da”, dice Spendlingwimmer.

De acuerdo con Dayana Castro, quien forma parte de la Comisión, la aspiración es involucrar a toda la comunidad y educar a las personas acerca de la importancia de proteger la cuenca. En los próximos meses la Comisión avanzará en la formulación de sus objetivos y proyectos.

Todos los vecinos entrevistados tienen una aspiración común: salvar la cuenca. ¿Su consigna? “Estamos a tiempo”, pero reconocen que deben actuar ahora mismo.

Abril 2021. Fotografías: Jesse Padilla.

 

Serie de notas periodísticas que cuenta historias y proyectos en la comunidad de Buenos Aires, Puntarenas, quienes se están integrando al espacio colectivo Foro Confluencia Solidaria para aportar a propuestas cuyo objetivo sea la construcción de una sociedad justa, digna y solidaria, centrada en la búsqueda del bien común.

Para conocer acerca del Foro Confluencia Solidaria puede visitar el sitio web www.confluenciasolidaria.org

Diseño de portada: Joseph Ureña
Fotografías: Jesse Padilla

El Salvador: Preocupa impactos negativos del cultivo de la caña de azúcar

La Coordinadora Central por la Agroecología y la Soberanía Alimentaria y el Movimiento Agroecológico de América Latina, se reunieron con las escuelas campesinas de El Salvador para analizar el avance agresivo del monocultivo de la caña de azúcar.

Wilfredo Hernández de Radio Izacanal nos amplia en el siguiente audio que compartimos:

 

Compartido con SURCOS por Lili León, de Voces Nuestras.

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Las alianzas del azúcar y la política en Costa Rica (1950-2010)

SURCOS recibió de Gadi Amit, de Confraternidad Guanacasteca, el artículo académico de Jorge Marchena Sanabria titulado: Las alianzas del azúcar y la política: Apuntes para la comprensión histórica de la élite azucarera en Costa Rica (1950-2010).

Amit destaca en su correo que este estudio, referente al sector de la caña de azúcar en Guanacaste es “muy importante, serio, informativo y formativo”. Asimismo, destaca la importancia de divulgar la investigación para contribuir a la comprensión de la realidad social, política y económica de Guanacaste y Costa Rica.

En el resumen realizado por Jorge Marchena Sanabria se dice: “En este artículo se analizan los nexos políticos-empresariales que se han constituido entre los ingenios azucareros guanacastecos y el Estado costarricense. El objetivo principal consiste en explicar el proceso por el cual sus dueños –las familias Arias, Sánchez, Jenkins y Dobles, para citar las principales– habían colocado a sus miembros en posiciones centrales dentro del Partido Liberación Nacional y la política costarricense; además de analizar el papel de poderosos grupos mediáticos, empresariales y políticos de la región centroamericana. La metodología básicamente consistió en una reconstrucción histórica de los orígenes, propietarios, accionistas y vínculos políticos de cada una de las empresas estudiadas”.

Puede descargar el artículo de Jorge Marchena Sanabria en este enlace:

 

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Comunidades de Puntarenas en defensa de los ríos del Pacífico Central

Kioscos Socioambientales de la Universidad de Costa Rica

Comunidades de Puntarenas en defensa de los rios del Pacifico Central2

Representantes de las comunidades de Abangaritos, Malinche, Manzanillo y Guacimal, agrupadas en la Alianza de las comunidades por la defensa del Agua – Puntarenas, fueron las protagonistas del conversatorio: “Por la defensa de los Ríos del Pacífico Central”. Esta actividad sirvió para denunciar la destrucción de los modos de vida de las poblaciones en la costa, siendo uno de los efectos de la ganadería extensiva, el monocultivo de caña de azúcar, algodón transgénico, piña, palma africana y la tala indiscriminada en los alrededores de los ríos que desembocan en el Golfo de Nicoya.

Para estas comunidades, la contaminación por agroquímicos que generan los monocultivos del cantón central de Puntarenas, llega finalmente a los manglares de río, lo cual genera la muerte de un gran número de especies, acabando así con los modos de vida de las personas que viven de la pesca y “la saca” de piangüa y moluscos en estas comunidades.

Sin embargo, según las representantes de estas comunidades, la problemática por el agua no deviene únicamente de las actividades extractivas presentes en los ríos de la zona, sino que también es una problemática que pasa por la falta de acceso al agua para uso doméstico, en muchas comunidades de Puntarenas. Sundry Álvarez de la comunidad de Abangaritos, expuso la situación que se vive en la “Higuerilla”, donde el agua de la comunidad depende del reparto del AyA en camiones cisternas, situación que se repite en otras comunidades del país, especialmente durante la época seca.

Comunidades de Puntarenas en defensa de los rios del Pacifico Central
Comunidades del cantón central de Puntarenas se reunieron el pasado 3 de mayo en la Universidad de Costa Rica con el fin de compartir su experiencia de organización, así como exponer las problemáticas ambientales que viven algunas comunidades por la sobreexplotación de los ríos del pacífico central.

Mientras Ana Cecilia Ugalde de la ASADA de Manzanillo que vive en una comunidad costera asegura que “antes teníamos moluscos y peces en nuestro patio que esta prácticamente en el mar, pero ahora la contaminación que llega al Golfo hace que tengamos que alejarse cada vez más para pescar”.

La Alianza ha denunciado la falta de política en el tema de las concesiones de agua, señalando a la Dirección de Aguas y al Ministerio de Ambiente y Energía (Minae) y a las empresas agroindustriales de la condición crítica actual de las cuencas.

“Empresas agroindustriales acaparan los mayores volúmenes de agua en las cuencas de todo el Pacífico costarricense. En nuestra zona, sociedades ganaderas acaparan hasta el 80% del agua de un solo río”, afirma la Alianza (ver más en http://kioscosambientales.ucr.ac.cr/docs/publicaciones/alianzapacifico.pdf).

Las Asadas y comunidades son los principales afectados de esta problemática, pues tienen que hacer constantes racionamientos para el pueblo entero; por lo cual piden a las instituciones públicas debates sobre este tema, para poner un alto a esta crisis del recurso hídrico.

Para más información con Dylanna Rodríguez tel. 8886 6291, docente del Programa Kioscos Socioambientales y Danny Villalobos tel. 8781 4512 de la Alianza de Comunidades por la Defensa del Agua – Puntarenas.

Comunidades de Puntarenas en defensa de los rios del Pacifico Central3
Foto del río Guacimal el pasado 6 mayo del 2018 a unos 5 kilómetros de llegar al mar su cause se seca por la sobre explotación poniendo en riesgo el agua de la ASADAS de Chomes y otras comunidades costeñas cuyos pozos están a la orilla del río.

 

Enviado por Kioscos Ambientales.

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Cañaverales, salud laboral y ambiente en Costa Rica

La producción de caña de azúcar lesiona la salud y los ecosistemas

Cañaverales, salud laboral y ambiente en Costa Rica

La epidemia de la enfermedad llamada insuficiencia renal crónica, que en otros lugares del mundo es desencadenada por diabetes e hipertensión, parece que en Costa Rica y en Mesoamérica tiene como principal causa ciertas condiciones de trabajo en los cañaverales. Sus víctimas son los trabajadores que cortan caña de azúcar con machete, que suelen trabajar bajo temperaturas cercanas a 40 ºC y en medio de una humedad de hasta 75 %. Estas condiciones ambientales, sumadas a las jornadas largas e intensas, los conduce a estrés por calor, deshidratación y a una reducción de la función del riñón.

Cañaverales, salud laboral y ambiente en Costa Rica2

Lo anterior ocurre, mayoritariamente, en las proximidades de la costa pacífica de Centroamérica. En Costa Rica, donde se cultiva unas 60.000 ha de caña, las plantaciones están localizadas principalmente en Guanacaste (Pacífico norte del país), y es aquí donde vemos concentrada la problemática sanitaria dicha. Ante esta, expertos internacionales en salud ocupacional han insistido en que los cortadores debieran, por cada 15 minutos de trabajo, descansar 45, pudiendo así evitarse el estrés térmico y sus consecuencias. Pero, como es de esperar, esto no es oído por los empresarios.

Cañaverales, salud laboral y ambiente en Costa Rica4

Las lacras en la salud humana derivadas de la producción cañera también tienen que ver con el uso de plaguicidas destinados a combatir malezas, insectos, hongos, nematodos y roedores en las fincas. Las intoxicaciones y daños crónicos en la salud por la exposición a tales sustancias están bien documentados en hospitales y por numerosos estudios. Y los ecosistemas, cómo no, son otros damnificados de los plaguicidas, porque estos llegan a aguas superficiales y subterráneas y afectan la vida acuática y mucha otra vida animal que depende de cuerpos de agua contaminados.

A ese cuadro de injurias, que señalamos sin negar el papel positivo de la industria cañera en la economía, se suman las quemas de los cañaverales realizadas horas antes de ser cosechados. Esos incendios, que privan al suelo de enriquecerse naturalmente con los residuos de la cosecha, liberan monóxido de carbono, otros gases contaminantes y partículas finas que envenenan la atmósfera y las aguas, causando enfermedades respiratorias y de otras índoles en seres humanos expuestos, según lo sostienen investigaciones médicas.

La quema podría evitarse y, de hecho, se evita en muchos lugares; o sea, la caña podría ser cortada sin quemarse, cortada en verde, pero esto eleva el costo de producción. Se estima que quemándola se incrementa al doble el rendimiento de los cortadores y, de paso, se elimina con un brutal sopapo la maleza y se frena plagas, realizando a corto plazo pingües ahorros en mano de obra.

Cañaverales, salud laboral y ambiente en Costa Rica5

Ante la situación descrita, debe incrementarse la presión para modificar las jornadas y las condiciones (y técnicas) de trabajo en los cañaverales, particularmente las atingentes a los cortadores; debe disminuirse y racionalizarse el uso de plaguicidas cautelando la salud y el ambiente, y debe prohibirse las quemas en bien de poblaciones humanas vecinas y de ecosistemas.

La edición 252 de AMBIENTICO, la cual es producida por la Escuela de Ciencias Ambientales de la Universidad Nacional, correspondiente a abril de 2015, viene dedicada al análisis de los aspectos de la producción cañera en Costa Rica que lesionan la salud de los trabajadores de las plantaciones, la salud de los vecinos de estas y el ambiente. Su contenido es el siguiente:

 

Producción de caña de azúcar lesiona salud y ecosistemas, Editorial.

Cortadores de caña de azúcar, calor y efectos negativos en su salud, Jennifer Crowe, Catharina Wesseling, Tord Kjellstrom y Maria Nilsson.

Uso de plaguicidas en cultivos de caña de azúcar en Guanacaste, impacto ambiental y salud humana, Virya Bravo, Elba de la Cruz, Gustavo Herrera, Geannina Moraga y Fernando Ramírez.

Sustancias biocidas en la producción de caña de azúcar en Costa Rica, Fernando Ramírez, Vyria Bravo, Gustavo Herrera y Elba de la Cruz.

Letalidad del fuego y el humo en la zafra cañera, Carolina Rugeles.

El fin de las quemas en los cultivos de caña, Gadi Amit.

 

 

*Para acceder a esta edición en línea: http://www.ambientico.una.ac.cr/pdfs/ambientico/252.pdf

*Para acceder a la versión impresa: 2277-3688; ambientico@una.cr

 

Enviado a SURCOS Digital por Gadi Amit.

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