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Etiqueta: Chile

Costarricenses envían apoyo y solidaridad al proceso constituyente chileno

Comunicado de prensa

El pasado 18 de octubre del 2021, un grupo amplio de costarricenses ha enviado una carta de respaldo y solidaridad al proceso constituyente que se desarrolla en el hermano país de Chile. Precisamente ayer se comenzaba en Santiago la redacción de lo que será la próxima Constitución Política chilena, la cual es un hito en cuanto a la conformación social de sus integrantes, la cual entre otras consideraciones respeta la equidad de género e integra a los diferentes pueblos originarios presentes en la geografía del país sudamericano.

Desde la integración de la Convención Constituyente, desde diversos sectores que se sienten amenazados por la finalización de sus privilegios, se ha desatado una furiosa campaña de desprestigio en contra del proceso y en especial de las personas que lo dirigen. Por lo que, este grupo de ciudadanas y ciudadanos, se han unido en el esfuerzo de ayudar a visibilizar y legitimar la Convención Constitucional. 

La misiva fue recibida por la Presidenta de la Convención Constituyente, señora Elisa Loncón, quién agradeció la solidaridad entre pueblos hermanos.

En la cara de solidaridad enviada por los/as costarricenses se menciona:

“Conociendo el proceso Constituyente que vive la hermana República de Chile, que surge del estallido social de octubre 2019, reivindicando derechos básicos, oponiéndose al sistema económico surgido de la dictadura de 1973 a 1990, a la desigualdad social y económica, al alto costo de los servicios básicos y en favor de cambiar la actual Constitución Política promulgada en 1980, durante la misma dictadura. Considerando el papel del Plebiscito del pasado 25 de octubre de 2020, respaldado por un 78% de las personas votantes, que habilitó la formulación del texto de una nueva Constitución y los mecanismos para su redacción. Y conociendo los resultados de la elección de los representantes del pueblo chileno a la Convención Constituyente, en mayo de este año, que incorpora fuerzas nuevas y representativas de la ciudadanía, satisfaciendo así la demanda de democratización de la política en Chile. Observando que Chile vive un momento histórico y que se trata de uno de los procesos constituyentes más innovadores que se hayan dado. Conociendo que la elección de la Convención Constitucional tiene una composición paritaria e incorpora la participación de los pueblos originarios, situando dicho proceso en la vanguardia del derecho constitucional comparado. Teniendo claro que el objetivo es no sólo elaborar y aprobar una nueva Constitución sino también que dicho proceso podría convertirse en una referencia para el mundo. Celebrando que, en este contexto, el proceso en Chile tiene entre sus referentes las experiencias constitucionales en otros países con el fin de nutrir su propia experiencia. Las ciudadanas y ciudadanos costarricenses, abajo firmantes, expresamos nuestra solidaridad: Al histórico proceso Constituyente en Chile que permitirá dar legitimidad al texto constitucional en un contexto histórico en democracia, distinto a aquel en que se aprobó la Constitución vigente desde 1980. Un saludo efusivo y grato reconocimiento a la Presidenta de la Convención Constituyente, señora Elisa Loncón y al Vicepresidente, señor Jaime Bassa, así como a las 155 personas que componen la Convención Constitucional. Un deseo de hermandad, para que el proceso culmine con una nueva Constitución fruto de amplios consensos políticos, económicos, intergeneracionales y territoriales, y que esa nueva Constitución sea una llave para la dignidad de las amplias mayorías del pueblo de Chile”.

Realidad chilena contemporánea

El Programa Alternativas realizó el pasado 10 de septiembre el conversatorio “Realidad chilena contemporánea: actualidad y perspectiva”. Se contó con la participación de:

  • Lucía Sepúlveda
  • Fresia Ramírez
  • Vilma Mellado

El programa se transmitió por medio de Facebook Live y por Radio16 1590 am.

Columna Libertarios y Liberticidas (1) (Tercera época)

Rogelio Cedeño Castro, sociólogo y escritor costarricense

Después de algunos años he decidido volver a producir y a difundir los contenidos de esta columna, creada inicialmente con propósitos de lucha y divulgación durante la gran batalla cívica de un gran sector del pueblo costarricense contra el TLC con los Estados Unidos y la América Central (CAFTA, por sus siglas en inglés), la que apareció en las redes sociales durante un período de algunos meses en que la publicaba diariamente, entre julio de 2007 y febrero de 2008, después se vino divulgando con algunas intermitencias hasta el año 2014. En medio de un ambiente de intolerancia, y de gran ceguera ideológica de cierta derecha totalitaria, como también de una izquierda acomodada al régimen imperante, la que a ratos es incluso “boba”, y en otros momentos aparece plegada a la agenda light de un cierto “marxismo cultural”, vaya uno a saber, es que tomo esta decisión largamente meditada, para hacerle frente a esa dictadura sobre el pensamiento. Esos son, en principio, los motivos por los que vuelvo a este ejercicio pirotécnico, escribiendo, y reflexionando sobre la marcha para compartir e intercambiar ideas con quienes me lean.

Hace apenas una semana me empeñé en compartir con mis lectores una reflexión en voz alta para hacerles notar el gran poder de la mentira, la fragilidad del lenguaje que empleamos y las apariencias de un régimen que dice ser de libre mercado, estar basado en la libre competencia, y en eso que los neoliberales suelen llamar una “sociedad abierta, cuando en realidad está conformada y dominada por unos cuantos monopolios y oligopolios privados que acaparan la cartera de los negocios más “jugosos”. Cierta gente prefirió pasar por alto el hecho de que algunos de esos personajes (ellos y ellas como dicen ahora esos que andan al día con las modas intelectuales) se han vuelto “empresarios” muy poderosos, pero a costillas nuestras. Los que seguimos tomando el riesgo somos los demás mortales que vivimos en una sociedad más bien cerrada, lo de “abierta” no pasa de ser una mención propagandística. Recordemos que para los de habla inglesa “propaganda” es una mala palabra, y nos recomiendan usar en su defecto advertising. (La palabra inglesa propaganda es despectiva y no se emplea para hablar de “propaganda publicitaria”. Para este significado se usa el término advertising NUEVO SMART INTERACTIVO Diccionario Español-Inglés English-Spanish Editorial Océano p. 858).

Mientras tanto, ocurre que en Perú la ultraderecha y el fujimorismo, corrupto hasta la médula, además de enemigo declarado de la democracia, preparan un golpe de estado, pues no aceptan el resultado electoral que le dio el gane al profesor Pedro Castillo, alegando un fraude del que no han podido presentar una sola prueba. Están recurriendo a toda clase de maniobras para deslegitimar esos comicios, además de que, con artimañas de suyo evidentes, los diputados salientes quieren nombrar apresuradamente a los magistrados del Tribunal Constitucional, ya sea para anular las elecciones, y de no ser posible, después del 28 de julio, vacar o deponer al representante del Perú Profundo y las clases oprimidas. Esto ha dado lugar, a que habiendo transcurrido más de un mes de haberse llevado a cabo las elecciones generales del domingo 6 de junio pasado, todavía no ha sido proclamado al nuevo presidente del Perú quien se supone, por mandato legal, deberá tomar posesión el próximo miércoles 28 de julio, día en que se cumplen los doscientos años transcurridos desde que fuera proclamada la independencia de esa nación sudamericana.

Un poco más al sur del continente, en el vecino Chile, acaba de ser instalada la Convención Constitucional, elegida el pasado mes de mayo, respondiendo a un mandato del electorado, del mes de octubre del año anterior, el que tuvo sus orígenes en la oleada de protestas sociales de octubre y noviembre de 2019. Sus 155 integrantes, entre los cuales hay 17 representantes de los pueblos originarios, con un notorio predominio de los independientes y de la izquierda más radical, son los que deberán redactar y aprobar el texto de una nueva constitución política, para hacerlo tienen el plazo de un año, a partir del recién pasado domingo 4 de julio. Será la primera vez en la historia de ese largo país con una loca geografía de cuatro mil kilómetros de costa y una también larga Cordillera de los Andes, en la que el pueblo de a pie tomará parte, tanto en las deliberaciones, como en el curso de las decisiones para tener un texto constitucional, el que será su instrumento político y jurídico más importante durante las próximas décadas, cosa que no ocurrió en 1925, y mucho menos en 1980 cuando la dictadura empresarial militar del general Augusto Pinochet impuso, en medio del terror y con la prensa amordazada o cooptada, en su gran mayoría, la constitución neoliberal que sigue vigente en ese país, desde hace más de cuarenta años. ¿se convertirá Chile en un estado federal, descentralizado y plurinacional? Todo parece indicar que esos serán algunos de los vectores más importantes que traerá el nuevo texto constitucional.

Mujer mapuche es elegida presidenta de la Convención Constitucional chilena

Elisa Loncón fue elegida presidenta de la Convención Constitucional en Chile. Entre sus labores la profesora mapuche tendrá encabezar la redacción de una nueva carta magna para Chile con una base democrática y participativa.

Su base pretende ser un marco que rompa con los esquemas políticos chilenos y enfocarse en uno de igualdad, de respeto, de sustentabilidad, de libertad, de reconocimiento, de justicia y de verdad, entre tantos otros principios sobre los que la esperanza colectiva sueña construir un nuevo Chile.

Elisa Loncón, presidenta de la Convención Constitucional de Chile ha comenzado su primer discurso al país y al frente de sus colegas convencionales, en Mapuzungún, su lengua originaria.

Hizo referencia al agradecimiento con las coaliciones para cambiar la historia. Desde la participación de mujeres, naciones originarias, la diversidad sexual y el papel de crear un Chile contra los sistemas de dominación que sea plural, participativo y plurinacional.

Además, dedicó palabras de solidaridad con los pueblos originarios de Canadá frente al horror que han enfrentado al encontrar miles de cadáveres de los niños indígenas asesinados y abusados en ese país y «mientras las iglesias arden en llamas».

Elisa Loncón Antileo de 58 años fue elegida en uno de los siete escaños mapuche en las elecciones de mayo con 11.714 votos dentro del distrito indígena de las regiones de Coquimbo, Valparaíso, Metropolitana, O’Higgins y el Maule. Ella es firme partidaria de la restitución de tierras mapuches y sobre la situación en La Araucanía ha dicho que “la violencia estatal contra los mapuche es más profunda”.

Es académica de la Facultad de Humanidades del Departamento de Educación de la Universidad de Santiago y profesora externa de la Facultad de Letras de la Universidad Católica de Chile. Se tituló como profesora de inglés de la Universidad de La Frontera, con cursos de postítulo en el Instituto de Estudios Sociales de la Haya (Holanda) y en la Universidad de Regina (Canadá). Posee un Magíster en Lingüística de la Universidad Autónoma Metropolitana, Iztapalapa UAM-I (México), un PhD en Humanidades de la Universidad de Leiden (Holanda) y un Doctorado en Literatura por la Pontificia Universidad Católica de Chile.

 

Fuente: Pressenza, International Press Agency.

Día del Ambiente en América Latina: Proceso de constituyente verde de Chile y paro nacional ambiental en Colombia ¡Hay esperanzas!

Se le invita a participar del conversatorio: Dia del Ambiente en América Latina: Proceso de constituyente verde de Chile y paro nacional ambiental en Colombia ¡Hay esperanzas!

Se llevará a cabo el viernes a las 5:00 pm (hora CR), se transmitirá vía Facebook Live por Programa Kioscos socioambientales UCR

Participa:

  • Lucio Cuenca Berger, director del Observatorio Latinoamericano de Conflictos Ambientales (OLCA), eco-candidato independiente en la Constituyente Chilena.
  • Tatiana Roa Avendaño, ambientalistas del Censat Agua Viva, Amigos de la Tierra Colombia, participa en distintas redes ambientales Nacionales e internacionales.

Modera:

  • Mauricio Alvarez, Docente UCR-UNA

Organiza:

Proyecto “Dialogo de Saberes y Geografía” de la Escuela de Geografía y Programa Kioscos Socio ambientales UCR.

 

Compartido con SURCOS por Mauricio Álvarez Mora.

El principio del fin del neoliberalismo: El mensaje de Chile para Costa Rica

Luis Fernando Astorga Gatjens

«Cuando veas las barbas de tu vecino arder pon las tuyas en remojo». Es un buen consejo para quienes, aquí en Costa Rica, desde la soberbia de los puestos de dominio económico y político que ejercen, siguen apretando el torniquete de la desigualdad social y la pobreza para amplios sectores de la población, dentro de su credo neoliberal.

Chile, que ha sido el principal referente de esa doctrina para América Latina, empezó una cuenta regresiva para este proyecto económico, político e ideológico, cuando las y los jóvenes en octubre del 2019, iniciaron una protesta en el Metro de Santiago, que progresó hasta cubrir como un mar embravecido a esta ciudad y otras, de la estrecha geografía de ese país austral.

Las manifestaciones marcadas por el reclamo de justicia social y el rechazo al neoliberalismo, crecieron y tuvieron como respuesta del Gobierno de Sebastián Piñera, la represión inmisericorde y la difamación de quienes se manifestaban. Él y los dueños de poder estaban seguros de que podían controlar la situación pero se equivocaron. La lucha emprendida por la mayoría de los chilenos, obligó a la realización de un plebiscito en octubre del 2020, en el cual un 78 % de los ciudadanos y ciudadanas, expresó que querían una nueva Constitución para su país.

Los días 15 y 16 de mayo anteriores, se celebraron las elecciones para elegir los 155 integrantes, que entre junio del año en curso y del 2022, deberán redactar la nueva Carta Magna.

Los resultados de estas elecciones han sido en varios aspectos sorpresivos, pero lo más relevante es que una mayoría de quienes redactarán la nueva Constitución, son independientes y manifiestan una posición claramente anti-neoliberal. Claudio Fuentes, académico de Ciencias Políticas de la Universidad Diego Portales, de Santiago, sostiene que “los independientes ganaron porque ellos reflejaron los intereses de los actores sociales movilizados a partir del 18 de octubre y tuvieron la capacidad de movilizar a sus votantes”.

Los partidos tradicionales sufrieron una contundente derrota, incluida la agrupación del Presidente Piñera, que queda reducida a una minoría que no podrá ejercer una influencia significativa en la Convención Constituyente. Mientras tanto las y los independientes y la oposición de izquierda al gobierno, suma más de dos tercios de quienes tomarán las decisiones.

Es oportuno recordar que el modelo económico que se ha aplicado en Chile fue engendrado dentro de la dictadura de Augusto Pinochet y marcó como una sombra cuatro decenios. La aplicación de este modelo marcó el desarrollo chileno en los últimos años, donde las cifras macro-económicas positivas (particularmente, para los «dueños» de adentro y de fuera), opacaron siempre la creciente desigualdad e injusticia social. Se empezó a calentar entonces una caldera que hoy tiene este esperanzador desenlace.

Hay tres aspectos a tomar en cuenta en lo que deberá debatir y resolver la Convención Constituyente, a saber:

1) El papel del Estado en el modelo económico a aplicar. Lo más previsible es que se impulsen cambios significativos en las cuales se reduzca el rol del mercado en favor de un Estado más robusto, donde los derechos sociales de las mayorías (como la salud, la educación y el empleo), ganen terreno y se afiancen en la nueva Constitución.

2) Los derechos de los pueblos indígenas. En Chile, donde más del 12 % de su población es indígena, es la primera ocasión en que este sector poblacional que ha sido históricamente relegado, tendrá una representación asegurada de 17 miembros en la Convención Constituyente. De esta manera, esa representación podrá poner en el texto de la emergente y valiosa normas, sus derechos culturales, económicos, sociales. ambientales y políticos.

3) Paridad de género. Otro aspecto a celebrar es que la mitad quienes redactarán el nuevo texto constitucional, son mujeres. Es un hito histórico ya que será la primera ocasión en que un documento de tal magnitud, será redactado y aprobado con paridad de género.

Para quienes en Costa Rica (esa minoría plutocrática y sus seguidores y acólitos), que siguen obsesionados en mantener su proyecto neoliberal –desde las cámaras patronales, el gobierno y la Asamblea Legislativa, y sus medios informativos–, aún cuando la situación de pobreza y desigualdad social alcance a cada vez más costarricenses en medio de una devastadora pandemia, es bueno que miren lo que sucedió y sucederá en Chile en los próximos meses. Miren al sur. El pueblo de este hermano y querido país, despertó y de qué manera. Ahora si tiene sentido verlo como un modelo a seguir. Deben recordar que no hay mal que dure 100 años ni cuerpo social, que lo resista.

(18 de mayo, 2021)

La irrupción del movimiento social

Óscar Madrigal

Tal vez la característica más relevante del resultado de las elecciones en Chile sea que los candidatos de los movimientos sociales, llamados independientes, lograran la primera mayoría. Se trata de candidatos surgidos de las bases de las organizaciones sociales, comunales, comités de lucha, sindicales, campesinas, de mujeres, ambientalistas, jóvenes, que catalizan las necesidades del pueblo, que se erigen como los auténticos representantes de los intereses populares. Surgen de las bases como auténticos actores de la lucha contra el modelo impuesto por el pinochetismo.

Los llamados independientes eligieron 48 constituyentes que sumados a los 28 de la coalición del Frente Amplio y el Partido Comunista constituirían la mitad de la Asamblea.

Los independientes son más bien dirigentes y personas que están contra el régimen neoliberal impuesto por Pinochet, más cerca de la izquierda que de la derecha, incluso indispuesta con las posiciones de los gobiernos de la Convergencia de Bachelet o de Lagos. Es seguro que trabajarán por una Constitución de avanzada social y democrática que centre el modelo en los trabajadores y capas medias y no en los poderosos empresarios.

Por supuesto que el resultado electoral en Chile es producto de las grandes movilizaciones, del auge del movimiento de lucha ocurrido en años anteriores.

Sin embargo, el malestar con los partidos políticos y la política en general (incluidos los medios de comunicación, las distintas instituciones y hasta la iglesia católica) es fenómeno casi global.

En Costa Rica según la última encuesta de la UCR, el 87% de los electores está desilusionado o dice no pertenecer a ningún partido político.

Lo anterior plantea un gran reto al movimiento social, a las organizaciones sociales, las que van desde la comunidad, la vivienda, ambientalistas, de mujeres, los trabajadores hasta las de más variadas reivindicaciones: ¿se puede hacer algo para influir en las próximas elecciones? ¿O simplemente nos desentendemos de ellas y que cada cual las asuma individualmente?

El voto puede ser un arma contundente para castigar a todos aquellos partidos políticos que han gobernado en los últimos cuatro años contra el pueblo, los trabajadores y las clases medias.

El “estallido chileno” y agricultura sustentable

La Fundación Friedrich Ebert Chile invita a distintas actividades organizadas durante estas semanas. Este 28 de abril se presentó el documental “El estallido chileno” que retrata la situación vivida a partir de octubre 2019 con el estallido social en Chile.

El espació contó con la participación de periodistas, un historiador y un productor audiovisual que comentaron la producción. Para acceder a la transmisión puede acceder a el siguiente enlace: https://www.facebook.com/feschile/videos/3702237886547955.

También el próximo jueves 6 de mayo a las 9 a.m. hora de Costa Rica, se hablará del texto: Lineamientos para una agenda de soberanía alimentaria basada en la agricultura sustentable. En el espacio participa la autora del texto, Anahí Macaroff, así como Antonio Carrillo de la Secretaría de Desarrollo Agropecuario, Rural y Pesca del Estado de Veracruz, México. Marlene Castillo, Servicio Agropecuario Investigación y Promoción Económica, Perú. Viviana Zamora, Fundación Alternativas, Bolivia.

Martín Drago, Amigos de la Tierra Internacional, Uruguay.

Y Camila Gramkow, Oficina de la CEPAL, Brasil.

La transmisión del evento puede seguirse en este enlace: https://www.facebook.com/FESTransformacion

Chile, ¿Hacia una Verdadera Asamblea Constituyente?

Lic. José A. Amesty R.

El año pasado 2020, escribimos un artículo sobre Chile llamado: “Chile se Encamina Hacia un Nuevo y Profundo Ciclo Político”, donde luego de hacer una breve historia y consecuencias del modelo neoliberal en Chile, nos preguntamos: ¿Hacia dónde va Chile?

En el mencionado artículo recordamos, y ahora lo hacemos igualmente, sobre la Consulta Popular, hacia la redacción de una nueva Constitución para Chile, donde el 78,27% de los ciudadanos que votaron en el Plebiscito, aprobaron iniciar este proceso. Decíamos que sería un proceso largo y tedioso, aunque monumental, desmontar la vieja Constitución de Augusto Pinochet.

La nueva Constitución chilena, será redactada por una Convención Constituyente, compuesta por 155 miembros electos por votación popular, el 11 de abril del 2021.

Estos constituyentes tendrán 9 meses, para presentar un nuevo texto constitucional, pudiendo ser ampliado por 3 meses más, en una sola oportunidad. De esta manera, a mediados de 2022, el país vivirá un nuevo Plebiscito de salida para aprobar o rechazar la nueva Constitución.

Veamos las etapas del Proceso Constituyente, que tiene a Chile en este Momento Histórico:

15 de noviembre de 2019: Acuerdo por la Paz y la Nueva Constitución.

24 de diciembre de 2019: Reforma constitucional que modifica la Constitución vigente para incorporar el itinerario y reglas del proceso constituyente.

29 de marzo de 2020: Presidente convoca, vía decreto, al plebiscito de entrada del 25 de octubre de 2020.

25 de octubre de 2020: Plebiscito en el que se decide si se aprueba o rechaza la idea de una Nueva Constitución; y cuál sería el órgano que la redacte.

11 de abril de 2021: Elección de Convencionales Constituyentes.

Mayo o junio de 2021: Instalación de la Convención Constituyente.

Hasta 9 o 12 meses después: Convención aprueba un nuevo Texto Constitucional.

Aproximadamente 60 días después (agosto de 2022 aproximadamente): Plebiscito para aprobar o rechazar nueva Constitución.

Ya estamos a pocos días de celebrarse este paso histórico en la vida política de Chile. Aunque al momento de estar redactando este artículo, surge la eventualidad, que ante la ola de contagios de la Covid-19, que llega a niveles inéditos en toda la pandemia en Chile, el presidente Sebastián Piñera, presentará una reforma constitucional para que se lleven a cabo el 15 y 16 de mayo, la que necesita de los votos de dos tercios del Parlamento. La oposición, sin embargo, anunció que exigirá al Ejecutivo nuevas medidas sanitarias y de ayuda económica, a cambio de respaldar la medida en el Congreso. Veremos que sucede…

No obstante, la anterior eventualidad, deseamos compartir algunos elementos de tan importante hecho político para la institucionalidad y para la nacionalidad chilena.

  1. Lo cierto es que desde que se propuso la fecha del 11 de abril 2021, para la Elección de los Constituyentistas redactores del nuevo texto Constitucional, no ha habido mucha atención periodística y/o comunicacional de tal evento, por lo menos en América Latina, no sabemos si al interior del país. Dejamos esta inquietud-pregunta para su reflexión…
  2. Algunos sectores del país, señalan que en verdad en Chile no se está en un Proceso Constituyente, que no hay una Asamblea Constituyente, ya que lo “acordado” por los partidos políticos de derecha e izquierda, es celebrar una Convención Constitucional. Agregándose además, que la dicha Convención Constitucional, aprobará la nueva Constitucional con el quorum de dos tercios, que deja en entredicho la verdadera soberanía popular de la Convención.

Parece ser una traición al pueblo chileno, quien demanda una Asamblea Constituyente, con todas las potestades para redactar y someter a votación popular (apoyo masivo de un pueblo), un asunto de especial importancia para la Nación, como lo es una Constitución nueva.

Ojalá, este 11 de abril, preferentemente, le toque al pueblo chileno, iniciar y decidir su destino al escribir con su mano, con verdaderos redactores del pueblo, la primera Constitución democrática de la historia de Chile.

  1. Otro acuerdo entre las partes fue que el texto Constitucional, será escrito sin amarras a la actual Constitución; es decir que, en ausencia de acuerdos sobre algún punto, no se mantendrá el articulado del texto actual. Sin embargo, la condicionante de la derecha, para ceder dicho punto fue establecer como límites el respeto a la definición de Chile, como una República democrática, el respeto a los DDHH, a todos los tratados internacionales suscritos y a las sentencias judiciales ya ejecutoriadas.

Cosa que ha significado un punto de conflicto, toda vez que pone en cuestión el alcance soberano del proceso.

  1. Otros cambios u “acuerdos” han sido: dada la presión del feminismo, se incorporó la paridad de las y los constituyentes; se encuentran en debate los escaños reservados para los pueblos originarios y se flexibilizaron los requisitos para la participación de independientes en el proceso, pues el modelo de elección replica la elección de congresistas, que favorece la electibilidad de los partidos políticos.

¿Qué está en Juego en el Proceso Constituyente?

Primero, no se trata del cambio de un texto constitucional por otro, sino de la construcción de una Constitución con implicaciones materiales, tanto en relación a la sociedad actual de Chile, como en relación a los alcances de los cambios: la posibilidad de cambiar la orientación neoliberal del modelo actual, de superar ese orden político, social y económico nefasto.

Segundo, debe ser la oportunidad para abrir un proceso de transformaciones, que exceda al propio debate del texto. Las expectativas sociales son altas y, para no acumular frustración social, las fuerzas de cambio enfrentan el desafío de compatibilizar medidas de corto plazo, que tengan implicaciones materiales inmediatas, con cambios estructurales que excedan el propio debate constitucional.

Temas y/o Cambios de la Constitución Actual

  1. ¿Qué país se desea diseñar?
  2. ¿Que significa un nuevo Pacto Social?
  3. Discutir nuevamente la Regla Fiscal.
  4. Lo exclusivo del Ejecutivo en temas como el Presupuesto.
  5. La Independencia del Banco Central.
  6. Soluciones para 30 años de desigualdad económica-social.
  7. Una de las grandes demandas es la necesidad de redefinir la noción patriarcal, colonial y hetero normativa de familia, heredada históricamente de las constituciones autoritarias, que se han impuesto al país desde 1833 en adelante, y que ha sido una fuente de discriminación, exclusión y persecución a importantes sectores de la sociedad.

En definitiva, la discusión constituyente en Chile está abierta, por lo que la manera cómo se definirán a las familias democráticamente, es quizás unos de los puntos más importantes que se tienen que dar, ya que muestra cómo nos vemos a nosotros/as mismos realmente, y no como la elite conservadora ha querido que nos veamos por siglos.

Entonces, para que pueda significar la apertura de un proceso de transformaciones sociales profundas, el debate, y la acción, deberán exceder el plano institucional y reconducirlo hacia los diversos sectores populares.

Desde la calle, Chile debe comenzar a reescribir su historia, dejando en el basurero de su historia a los Pinochet, los Lagos, los Bachelet, los Piñera y otros tantos.

 

Imagen: Diario Jurídico.

Sin democracia económica no hay democracia política

Santiago de Chile Roberto Pizarro

El régimen de abusos y desigualdades tiene su origen en la Constitución, la que reduce el rol del Estado a un mero agente subsidiario de la iniciativa económica. Subsidiario para los más débiles, pero activo en favor de los ricos.

El discurso del crecimiento como paradigma del progreso de Chile perdió toda credibilidad. La rebelión del 18-0 y el apruebo de una nueva Constitución lo enviaron al tacho de la basura, poniendo al desnudo los abusos, desigualdades y engaños de ese crecimiento.

El pueblo se dio cuenta que la Constitución y todas las instituciones derivadas (Código Laboral, AFP, ISAPRES, educación mercantilizada y agua privatizada), permitieron que una minoría se apropiara de los frutos del crecimiento.

La Constitución chilena ha constitucionalizado una economía de mercado neoliberal al servicio de unos pocos. Así las cosas, el 1% más rico se apropia del 30% de la riqueza, mientras el 50% más pobre sólo se lleva el 2%.

La base de ese enriquecimiento ha sido, por una parte, la producción y exportación de recursos naturales, con concesiones generosas del Estado; y, por otra parte, la expoliación inmisericorde que sufre la ciudanía en manos del gran empresariado, que monopoliza los servicios, el comercio y las finanzas y que gracias a la colusión roba a consumidores, clientes y estudiantes.

La acumulación de riqueza de los grupos económicos les ha otorgado un inmenso poder fáctico en el país gracias a la propiedad de los principales medios de comunicación, al control ideológico de las universidades y sobre todo a su determinante influencia en la vida política. Ello ha afectado el despliegue de una democracia política plena en el país.

Por cierto, lo más grave ha sido la utilización de ese poder para comprar políticos y economistas para favorecer sus negocios. Así las cosas, el Estado y la clase política no cumplen con su tarea: no controlan al gran empresariado, no lo regulan, no le cobran royalties por la explotación rentista de nuestros recursos naturales, le facilitan la colusión y la elusión impositiva y, además, le han abierto el camino para que operen, sin control, en paraísos fiscales.

Es preciso reconocer entonces que el gran capital es el que manda en Chile. Aquí radica el problema central del país: en la inexistencia de democracia económica lo que debilitado la democracia política.

El régimen de abusos y desigualdades tiene su origen en la Constitución, la que reduce el rol del Estado a un mero agente subsidiario de la iniciativa económica. Subsidiario para los más débiles, pero activo en favor de los ricos.

Fundado en la subsidiaridad, el Estado entregó sin costo al gran capital la concesión de nuestra tierra, ríos y mares; y, también, permitió un sistema comercial y financiero oligopólico que extrae inmensos excedentes gracias a la colusión y a la desregulación; y, finalmente, inventó una política social (que la llaman focalización), que entregó al gran capital la educación, salud y previsión para la ganancia empresarial directa.

Por su parte, la política macroeconómica (de equilibrio y estabilidad) ha sido generosa con los impuestos al gran capital y de alto costo para el funcionamiento de las pymes. Desde luego el Banco Estado dejo de ser un organismo promotor de las pymes y no se inhibe en financiar a la gran empresa, mientras las instituciones regulatorias como el SERNAC, la FNE e incluso Impuestos Internos han sido complacientes con las grandes empresas.

Por las razones expuestas Chile necesita democratizar la economía. Y, todo comienza con una nueva Constitución, porque un nuevo texto constitucional debe frenar el poder del 1% y de sus grupos económicos.

Es preciso colocar en su sitio al gran capital, subordinándolo a los intereses de la mayoría nacional. Se le debe empujar hacia la industrialización, asegurar un régimen regulatorio que impida la colusión, que cierre las puertas a los paraísos fiscales e independice a los medios de comunicación del poder económico. Y, por cierto, no puede continuar el empresariado haciendo negocios con la educación, salud y previsión. No es tarea fácil, pero ahora es el momento.

Para alcanzar esos objetivos se precisa:

. Un Estado vigoroso, protagonista de la economía y promotor del desarrollo. Subsidiario para las grandes empresas y activo para el resto de la sociedad.
. Un nuevo modelo productivo, fundado en la industria de transformación y no en la exportación de materias primas.
. Una macroeconomía para el desarrollo, con una política fiscal, monetaria y tributaria favorable a la industria, a las Pymes y defensora de la mayoría nacional.
. Garantizar la sindicalización y negociación colectiva.
. Una política social fundada en derechos universales
. La separación de los negocios de los medios comunicación.
. Sanciones implacables contra la colusión y la corrupción.
. El cuidado de la naturaleza, el medio ambiente, de los territorios y las comunidades que los habitan.
. El derecho de los pueblos originarios a construir su destino económico y político
. Los mismos derechos políticos, económicos y sociales de hombres y mujeres.
. Condiciones y límites de la propiedad privada, en el entendido que su función social es ineludible.
. Convertir la educación, la ciencia, tecnología e innovación en instrumentos fundamentales para hacer realidad un nuevo proyecto de desarrollo, con equilibrios económicos, sociales y medioambientales.

Una propuesta de democracia económica exige una mayoría nacional, desafiante y activa, que reúna a hombres y mujeres, trabajadores, pueblos originarios, estudiantes, pequeños y medianos empresarios, organizaciones ciudadanas. Y, requiere también una patriótica articulación de todas aquellas organizaciones políticas (hoy dispersas), comprometidas con una nueva Constitución y con el cambio del modelo económico de injusticias constituyente.

 

Imagen de: lavozdelosquesobran.cl

Fuente: https://www.pressenza.com/

Compartido con SURCOS por José Rafael Quesada.