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Etiqueta: Chirripó

Rumbo al Chirripó

José Luis Valverde Morales

Cuando llevaba 15 ascensos a la montaña más alta de Costa Rica, decidió no contar más, nuevamente  dirigió sus pasos a la cima del mágico Chirripó de las aguas eternas.

Walter Calderón Sánchez, es un ser excepcional, hijo, esposo, padre, abuelo, compañero, amigo, caminante.

Si hay paga no hay gloria.

Su negocio es servir, no hay afán de lucro cuando se trata de apoyar a alguien, a cumplir el sueño de conocer la magia escondida en el mítico cerro de 3821 metros sobre el nivel del mar.

Walter alentó y acompañó a Vicky Vargas, quien se propuso escalar el monte cuando llegara el momento de la jubilación.

En otra ocasión, con su cómplice Demetrio Staikidis Flores, dispusieron la logística para llevar el queque, le cantaron cumpleaños feliz a  Ramiro Arguedas Mora, quien vio la llegada de sus 60 años en el refugio de los caminantes, ubicado frente a los indescriptibles Crestones.

Rapidita.

Una anécdota rápida, el colega Heriberto Valverde Castro, por lo demás, excepcional ser humano, andariego por naturaleza, pensó dónde quería festejar las 74 vueltas al almanaque.

Lo intentó con esos que ofrecen el oro y el moro, ven más el negocio, poco al caminante, corajudo como el que más, desistió luego de varios tortuosos kilómetros, justo a la entrada al Parque Nacional.

¡Sí se puede!

En esas nos encontró la conversación de amigos. “¡Con Walter si lo logra!“ le dije, al principio, un tanto desencantado dudó, pero Heriberto no es de doblegarse fácilmente.

Para no hacer larga la historia, a los pocos meses íbamos los tres para arriba, sumando los años, más de 210 vueltas al calendario a cuestas.

Era mi cuarto ascenso con Walter como líder, ya alojados en el albergue, recibí la noticia, mi madre agonizaba, mis dos amigos fueron el paño de lágrimas.

Me devolví masticando en la soledad del camino el silencio del dolor, me dio tiempo de recibir la última bendición de mi progenitora, quien tantas veces me cubrió de besos, pocas horas después cerraba sus ojos para siempre.

El día del funeral el templo de San Antonio de Escazú a reventar, la presencia de familiares, amigos, entre la multitud estaban ellos, Walter y Heriberto, habían coronado la cumbre, maltrechos, extenuados, dijeron ¡presente!

Otra vez.

Walter una vez más camina hacia la cima, los hermanos Gómez, compañeros del grupo de aventureros, nacido bajo el alero de la seguridad social, quieren culminar su anhelo, con ellos, como pastor generoso se enrumba hacia la cumbre.

Los ojos verdes, la piel curtida por el sol, la palabra oportuna como aliento, consejo, alimento, bálsamo en su mochila de infatigable viajero.

Heriberto lució en la cumbre el hermoso regalo de su maravillosa familia, la camiseta con el número 74 de los años cumplidos en la espalda.

Los hermanos Gómez, de seguro, sentirán la fría ventisca junto al rótulo que corona el imponente Chirripó, entonces Walter recibirá el pago intangible, la sonrisa dibujada en su noble rostro, la íntima satisfacción del deber cumplido.

Fotos cortesía Heriberto Valverde Castro.

No era un “cholillo” quien se ahogó en el río Duchí

Por Osvaldo Durán-Castro/Sociólogo ITCR-ecologista FECON

El río Duchí es un poderoso animal de agua que nace en el Valle Las Morrenas en Duchí tuä, la cima del cerro Chirripó.  De ahí baja en medio de las montañas que sólo los cabécares de Alto y Bajo Chirripó conocen.  Su agua, inimaginablemente transparente, se desliza en medio de la selva sin humanos. Más abajo, el Duchí se mueve sinuoso entre las comunidades cabécar que nacieron y viven a su paso.  Esta gente se sirve comida de él, lo utiliza, lo quiere y lo respeta.  El Duchí no es una “cosa”, es el “Ri” que permite a la gente convivir con él.  La cultura y la vida cabécar no serían posibles sin el Duchí. 

Pero desde Namaldí en Bajo Chirripó hacia el Caribe, el río sufre una enfermedad terminal porque los bosques que lo flanqueaban no lograron detener la arremetida de las trochas, los tajos y los bananales.  Allí su agua se torna sucia, contaminada e inservible.  El ecosistema limpio del río desaparece y se convierte en un callejón lodoso de humus, suelos lavados y sedimentos venenosos.  Su cauce está drenado y saqueado, y la maquinaria es la que esculpe violentamente su lecho y sus paredes.

Igual que en todo el planeta, en el Duchí, los pueblos se hicieron y se quedaron al lado de los ríos.  Pero a pesar de que la gente indígena sabe escucharlo, mirarlo y leerlo, el río puede resultar impredecible y tornarse en extremo peligroso.  En muchos tramos del río la gente no tiene otra opción que lanzarse a cruzarlo sin más ayuda que un palo para apuntalarse entre las piedras y los remolinos.  Las aguas que parecen mansas tienen una fuerza distinta a las de otros ríos como las de su vecino Jaküi/Pacuare y las de muchos otros ríos más cortos y quebradas que fluyen y se le suman desde las montañas que conducen a alta Talamanca.  Lo indómito del Duchí tampoco se muestra en otros tantos ríos que le llegan desde las cumbres y montañas que hacen de parteaguas con la cuenca del Jaküi.  Cruzar el Duchí es siempre un desafío que sólo la gente cabécar sabe enfrentar, y sin embargo muchas veces ese riesgo les cuesta la vida.  Cuando el río verdaderamente crece es un animal temerario.

En Tsineklarí/Roca Quemada hay un puente de hamaca para las personas, animales domésticos, motos y cuadraciclos, que da paso hacia las comunidades del lado de Limón. Pero de ahí hacia arriba, hasta Ñari Ñak, la siguiente pasarela consiste en un cable de lado a lado del río sostenido con cimientos de concreto del que cuelga un “cajón” de metal en el que pasan hasta 5 personas, productos como bananos, plátanos, otros alimentos y algunos animales como perros y gallinas.

A falta de paso seguro para ir al colegio de Ñari Ñak, por ejemplo, los estudiantes de algunas familias de Blori Ñak caminan hasta Kabébata/Quetzal.  A cualquier yukosa/no indígena desacostumbrado a caminatas rudas, ese trayecto le tomaría no menos de 5 horas por una subida extrema.  A algunos indígenas, como Albeiro García Brenes, que cursa el octavo año y sube todos los días, le toma 1 hora con 40 minutos. El regreso a su casa lo hace en menos.  El peligro actual y la memoria hacen que la familia de Albeiro prefiera esas caminatas diarias al riesgo de cruzar el río colgado de un cable.  En diciembre de 2023 se cumplirán 10 años del día en que su papá cayó al río cuando el artesanal e improvisado mecanismo de “rola” o rueda para deslizarse en el cable de metal y un pedazo de mecate a modo de hamaca falló.  Sobrevivió con los pies molidos por el impacto en las piedras y muchos más golpes y volvió a su casa luego de muchas semanas hospitalizado.

Caminando algunas horas más sobre la misma ribera de Blori Ñak, al otro lado del río se divisan las comunidades Guatemala y Colonia.  Luego de pasar Shukebacharí, pero hasta mucho más arriba, todavía lejos del centro de Sinoli, está la siguiente pasarela. A diferencia del puente de hamaca de Tsineklarí, la pasarela que hay que usar para llegar a Sinoli es endeble e improvisada. De un lado tiene una armazón de metal a la cual está sujeto el cable.  La gente debe subirse en un pequeño e incómodo cajón de metal que hay que sostener mientras se aborda.  Luego se suelta y con algo de impulso se adentra un poco sobre el río.  Las ruedas de las cuales va guindando pareciera que se van a saltar el cable.  Cuando el impulso por el peso acaba hay que empezar a jalar un mecate para acercarse a la otra orilla y eso es un trabajo pesado.  Del otro lado, la armazón de recibo está hecha de simples palos traídos de la montaña.

Las “gradas” son palos irregulares también. Subir o bajar unos 5 metros para tomar o dejar el cajón es de por sí muy peligroso.  En prácticamente todas esas pasarelas sobre el Duchí, con las rolas permanentes, o con las que la gente lleva, o con los mecates, muchas personas han sufrido heridas de distinto tamaño y hasta se han amputado parte de alguno de sus dedos; esto incluye gente de todas las edades y hasta bebés de meses.  Las caídas al río desde los cables con mecates o cajones son el accidente más común y con frecuencia terminan en muerte.  Cuando el río está descomunalmente crecido, infunde miedo, demanda cuidado extremo y se convierte en un “mar” de peligro inminente de hasta doscientos metros de ancho.

En la ruta de subida hacia el lejano y altísimo Duchí tuä, ahora caminando del lado de Limón, la comunidad que sigue es China Kichá/Raíz de naranja, mismo nombre de otras comunidades cabécar en Talamanca y Pérez Zeledón.  Bastante más arriba de la pasarela y a la par del río, se ven la escuela y otros techos de China Kichá. Pero este pueblo queda al otro lado y hay que volver a cruzar el río.  Sin embargo, sólo está el cable porque el cajón está malo, según explican en cabécar 2 mujeres jóvenes que parecen de no más de quince años.  Ellas esperan un rato bajo la armazón de palos que sostiene el cable, conversan entre ellas y con nuestros compañeros de Blori Ñak, deliberan y luego empiezan a caminar río arriba por las piedras de la orilla como midiendo la fuerza de la corriente.  Tras intercambiar miradas entre ellas y con el río, parece que encontraron una ruta.  Luego de hacerse comentarios que no escuchamos, se lanzan a cruzar el Duchí. 

Calculan cada paso soportando la corriente, a veces se tambalean, se hunden entre las piedras y los remolinos, se hablan a gritos, se ríen y parecen asustadas, pero siguen.  Tratan de no separarse y terminan tocando la otra orilla muchos metros más abajo de donde iniciaron.  Nosotros avanzamos bastante más hacia arriba buscando que el río nos dé una tregua para cruzar, pero el Duchí nos engaña.  De lejos cada tramo parece tranquilo, pero al llegar los remolinos y las innumerables pequeñas cascadas se revelan poderosas y desafiantes a tal grado que luego de muchas entradas fallidas, simplemente desistimos.  Los cabécar siguen dispuestos a lanzarse, pero “los yukosa no pueden con el Duchí”.

Las 2 muchachas jóvenes se pierden en la montaña al otro lado del río en China Kichá.  A nosotros nos espera un regreso a Blori Ñak a marcha rápida de al menos 5 horas por los mismos trillos, caminos, trochas e inseguras pasarelas.  En ese retorno nos topamos a 6 personas que vienen a paso ligero y silencioso desde Tsineklarí donde encontraron al muchacho que se había ahogado 5 días antes.   Son parte de su familia.  Era un hombre joven que necesitaba cruzar el río para ir a trabajar, pero no tuvo la suerte de las 2 jóvenes.  No era un “cholillo”.  Era una de las muchísimas personas que todos los días y a cualquier hora, no tienen alternativa y deben arriesgar su vida debido a la ausencia de puentes que permitan el paso seguro.  Desde Sonoli, el Duchí se llevó su cuerpo hasta Tsineklarí.

En Grano de Oro, el yukosa que habló de esta muerte no se refirió a “una persona” sin importar quién fuera, ni menos a un indígena cabécar ahogado, sino de un “cholillo”, sin comprender el peso violento y racista de su expresión.  Simplemente soltó la frase grosera con la “naturalidad” propia de quien vive en una sociedad discriminatoria y descalificadora; una sociedad racista.  Todavía para mucha gente, aunque los tenga de vecinos, los indígenas son personas inferiores y los tratan como si lo fueran.  Muchas de esas expresiones y prácticas actuales nos hacen pensar que vivimos como si el tiempo no hubiera transcurrido y estuviéramos ante cualquier supremacista blanco de hace décadas o siglos cuando nuestros indígenas eran cazados como si fueran bestias. Algunos connotados racistas y traficantes de seres humanos como Fitz Roy, el explorador colonialista inglés de la Patagonia y Tierra del fuego en Argentina y Chile, y su compañero Charles Darwin, capturaban indígenas y hablaban de éstos como “feroces y sucios salvajes” y “criaturas apenas superiores a la creación bruta”.  Darwin, tal vez el más conocido científico inglés, llegó a decir que “…no he visto en ninguna parte criaturas más abyectas y miserables”, para referirse a los “fueguinos” del sur del continente americano.  Ese mismo desprecio, con variantes, lo practican hoy muchas personas en la calle y en dependencias públicas y privadas de Costa Rica.

Si los cabécares de Alto Chirripó tuvieran puentes, al menos puentes de hamaca, podrían conectarse entre sí con seguridad y podrían llegar a los caminos para trasladarse hacia Turrialba.  Aunque no puedan pagar 25.000 o 30.000 colones para subir en carro hasta por lo menos Grano de Oro, con esos puentes vivirían mucho mejor.

En cuanto a los caminos, algunos están mejor que hace unos años.  Desde Grano de Oro hasta Tsineklarí por Tsipirí, Jokbata y Dikokloriñak, se puede llegar sin problema.  La ruta Grano de Oro por Kabebata/Quetzal hasta Blori Ñak también es transitable, pero con lluvias fuertes queda inhabilitada rápidamente, lo mismo ocurre con el camino hasta Shukebacharí.  Esas rutas y sus pueblos son sitios de paso y entrada a muchas más comunidades tanto del lado de Cartago como del lado de Limón, como Jokbata, Dikokloriñak las mismas Tsineklarí y Blori Ñak, Ñari Ñak, Guatemala, Colonia, Shukebacharí, Sinoli, China Kihá y muchas más. 

Si esos pueblos contaran con puentes para cruzar el río se evitarían muchos accidentes, muertes, desplazamientos agotadores de horas para ir a estudiar, recibir alguna atención médica, comprar alimentos, trasladar productos, etc.  Desgraciadamente murió otra persona y puede que no sea la última.  No era un “cholillo”.  Era un habitante de Costa Rica, un indígena trabajador.  No andaba borracho, que es lo que casi siempre se dice, pero no pudo medir el peligro.  Si existiera un puente, aunque fuera un puente de hamaca, él no habría muerto.  Y tan racistas son las expresiones grotescas sobre su muerte, como el abandono material de la institucionalidad costarricense con el pueblo cabécar de Alto Chirripó y con los demás pueblos originarios.  El racismo es un problema social de Estado, de toda la institucionalidad y no es con ayudas puntuales, o con caridad, como se subsanarían carencias tan elementales como puentes de hamaca para que la gente no viva en riesgo inminente y permanente.  Se requiere asumir responsabilidad para hacer esas inversiones mínimas.

A pesar de las tragedias irreparables, el río Duchí sigue siendo indispensable y fundamental para la vida de la gente cabécar, pero hasta tanto no existan condiciones seguras para cruzarlo, también seguirá siendo un peligro irremediable.  Dentro del territorio cabécar el Duchí es entonces una amalgama de vida natural verde y animal ilimitada, belleza indescriptible y fuerza descomunal que cobra vidas humanas.

Fotos aportadas por el autor.

En el Día del Ambiente agarran a balazos carro de la ADI de Chirripó

Más de 13 balazos impactaron un vehículo de la Asociación de Desarrollo Integral (ADI) del Territorio Indígena Cabécar de Bajo Chirripó Matina

Este ataque amenazó la vida de más de 17 personas que venían en auto

Al igual que muchas comunidades que celebraron a nivel internacional el Día Mundial del Ambiente, la comunidad cabécar de Bajo Chirripó realizó, junto a otras comunidades cabécares de la provincia, un encuentro regional de mujeres indígenas en la comunidad de Namaldi de Matina Limón, en donde disfrutaron de una feria de artesanía, gastronomía, actividades deportivas, y otros eventos más.

La feria se desarrolló con toda normalidad y disfrute durante el fin de semana. No fue hasta el regreso en la noche del domingo, cuando las personas de las comunidades se devolvían en distintos transportes, que el vehículo propiedad de la ADI fue atacado con armas de fuego por individuos desde una loma cercana a la carretera, impactando el vehículo con 13 disparos.

El presidente de la ADI, Adrián Sanabria Payán, conducía el vehículo y narró que en primera instancia sintió como un desperfecto mecánico y se disponía a parquear. Por suerte, las personas que lo acompañaban que iban en el cajón, le advirtieron que se trataban de disparos y que debía acelerar para salir del alcance de los atacantes.

“Por milagro nadie salió herido o asesinado”, aseguró el presidente de la ADI, organización que interpuso las denuncias al 911 y ante el OIJ el día de ayer para recabar pruebas del suceso.

Contexto. En diciembre pasado, Leonel García Segura, dirigente indígena de Bajo Chirripó en Matina, fue brutalmente agredido, dejándolo internado en cuidados intensivos durante dos semanas en el Hospital de Limón.

A mediados de febrero, Leonel, por medio de un video denunció nuevamente amenazas de muerte para él y su yerno, testigo clave del brutal ataque. En aquel momento, Leonel asegura que el padre e hijo de apellido León son los responsables de las amenazas y uno de ellos siendo responsable del ataque que le hicieron a su persona. Leonel ha advertido “que me van a matar, que iban a darme dos meses de tiempo y al testigo también que lo quieren callar”. No es la primera vez que este sujeto de apellido León amenaza a Leonel. También ha procedido a amenazar de muerte a otros dirigentes comunitarios, además de haber deforestado y cazado ilegalmente dentro del territorio indígena (Bloqueverde, 16-2-22).

En el 2020, la ADI interpuso una denuncia contra el agresor ante tribunales por “tenencia irregular de tierras por un no indígena”, y el juicio se realizará hasta agosto del presente año. Sobre este caso, el Juzgado Agrario del I Circuito Judicial de la Zona Atlántica, emitió, en agosto recién pasado, una medida cautelar en contra del usurpador de apellidos León Gómez para frenar la “corta de árboles, construir otra cerca e introducir más ganado hasta tanto se resuelva el caso” (Voto 2021000200).

Desde BLOQUEVERDE y La Coordinadora de Lucha Sur Sur, hacemos un llamado a las autoridades para que actúen antes de que vuelva a correr la sangre. Al mismo tiempo que solicitamos a la fiscalía, OIJ e instancias judiciales respectivas a realizar las investigaciones y diligencias para establecer los responsables de este atentado.  Al mismo tiempo, se exige garantizar la protección de la vida de Leonel García y su familia, por quienes tememos que sufran un nuevo ataque.

Informes con Adrián Sanabria Payán, presidente de la Asociación de Desarrollo Integral (ADI) del Territorio Indígena Cabécar de Bajo Chirripó Matina, tel: 85445524 o también coordinadoradeluchass@gmail.com y bloqueverde@gmail.com

Ubicación del lugar del ataque, en Namaldi:  https://www.google.com/maps?q=9.980285,-83.324752&shorturl=1

UCR: Sede del Atlántico publica textos de apoyo educativo para fortalecer enseñanza de la lengua cabécar

Diccionario escolar y texto bilingüe dirigido a niños fortalecerán procesos pedagógicos en escuelas de la región indígena de Chirripó.

En el marco de las actividades de investigación y acción social que realiza en el territorio indígena de Chirripó, la Sede del Atlántico de la Universidad de Costa Rica acaba de publicar dos textos educativos que servirán de apoyo pedagógico al trabajo que realizan docentes de lengua y cultura cabécar en dicha región.

Se trata de los textos titulados Diccionario escolar del cabécar de Chirripó e Itsó pákë́ (Historia de Itsó). Ambas obras fueron escritas por Guillermo González Campos, profesor de la Sede del Atlántico, y Freddy Obando Martínez, indígena cabécar.

El diccionario constituye un esfuerzo investigativo de casi diez años que busca contribuir de forma significativa con el conocimiento, protección y conservación del patrimonio lingüístico del cabécar, idioma indígena costarricense.

Debido a ello, está dirigido principalmente a la población cabécar de este territorio indígena, en especial a aquellos que estudian y enseñan en la educación primaria. Pero también podrá ser de provecho para otros usuarios: estudiantes de diversas edades, personas interesadas en aprender cabécar como segunda lengua, lingüistas, lexicógrafos, etc.

Además, constituye una obra innovadora, pues incorpora apartados enciclopédicos que intentan sintetizar lo más relevante de la cultura cabécar. De esta forma, se incluye información relativa a aspectos culturales como relatos y tradiciones orales, artesanías, comidas, bebidas, alimentos, plantas medicinales y formas de curación tradicional y la función social de algunos rituales y cargos tradicionales de este pueblo indígena.

Hasta ahora, la mayoría de los diccionarios de lenguas indígenas hechos en Costa Rica se han limitado a recoger el acervo léxico de un determinado idioma centrándose de forma específica en los aspectos de significado.

Sin embargo, en este caso se procuró trascender dicho esquema en aras de crear una herramienta valiosa que permita la promoción y conservación del patrimonio cultural de los cabécares, así como el diseño e implementación de estrategias adecuadas para la aplicación de la interculturalidad en las escuelas de Chirripó.

Es importante tener en cuenta que la región indígena de Chirripó posee una realidad multilingüe y multicultural que necesita crear, con urgencia, espacios educativos de mantenimiento lingüístico que permitan que el español, la lengua dominante de Costa Rica, no debilite ni acabe con la lengua indígena. El cabécar es la lengua vehicular de la región. El 96,7 % de la población la habla con fluidez.

El diccionario, por otra parte, ha estimulado la creación de tecnología emergente. Ya se está trabajando en la plataforma web que permitirá su consulta por medio de la Internet. Se espera que esta esté disponible a inicios del próximo año.

Además, gracias a un trabajo colaborativo con Rolando Coto, especialista en Lingüística Computacional, y la estudiante Victoria Quint, ambos del Dartmouth College, de Nuevo Hampshire, Estados Unidos, el léxico del diccionario se ha tomado como base para el desarrollo de un teclado predictivo de cabécar cuya versión beta ya se encuentra disponible en la web.

Este teclado permitirá escribir mediante celular esta lengua con mayor soltura y rapidez. Es importante destacar que se trata de la primera tecnología de este tipo disponible para una lengua indígena costarricense.

La obra Historia de Itsó, por su parte, consiste en una edición bilingüe (cabécar-español), ilustrada y publicada a todo color cuyo objetivo es, al igual que el diccionario, servir de apoyo educativo a los procesos de enseñanza y aprendizaje en las clases de lengua y cultura cabécar de la región indígena de Chirripó.

El pequeño libro narra, como su nombre lo indica, una serie de acontecimientos que involucran a Itsó, uno de los personajes emblemáticos propios de la literatura oral cabécar. Básicamente, este es un ser maligno que es conocido por haberse comido a la madre de los Së́rikë́wá, los Niños Huracanes, lo cual provoca la furia y venganza de Tala yaké, el padre de estos.

Un aspecto que sobre sale en el texto son las ilustraciones a colores que complementan con gran acierto y destreza la historia narrada. Dichas ilustraciones fueron desarrolladas por Arturo Peña Hurtado, profesor de la carrera de Diseño Gráfico en la Sede del Atlántico, quien para su elaboración contó con el apoyo de Freddy Obando, coautor del libro, en aras de confeccionarlas sin violentar las convenciones culturales del pueblo cabécar.

Según manifestó Guillermo González, coautor del libro, “Itsó pákë́ es una obra dirigida a un público más que nada infantil. Tiene por objetivo iniciarlos en la lectura por medio de un texto de su propia cultura. Quienes tienen materiales producidos a diario, como los periódicos, no tienen conciencia de la importancia de contar con materiales escritos en una lengua indígena como el cabécar. Estos suelen ser muy escasos y a veces publicados en condiciones materiales muy humildes”.

Es importante mencionar que la Historia de Itsó se publica gracias al apoyo económico del Colegio de Costa Rica, instancia del Ministerio de Cultura y Juventud encargada de fomentar las artes literarias, pues la obra fue ganadora del IX Convocatoria de Becas para el Fomento de las Artes Literarias de dicha institución.

Para finalizar, no deja de ser importante mencionar que actualmente ambos materiales se están repartiendo de forma gratuita en el territorio indígena como parte de los proyectos de extensión que la Sede del Atlántico desarrolla en la región.

Debido a la emergencia sanitaria que se vive, no ha sido factible hacerlo de forma presencial. En su lugar, se coordinó con directores y maestros de la zona para que los libros fueran distribuidos los días previstos para la recolección tanto de la comida como las guías de trabajo autónomo que deben desarrollar los estudiantes en sus casas.

La relación de la UCR con las comunidades indígenas del Chirripó ha sido un tema dominante

Relatoría de la segunda sesión del Foro Institucional 2019, Sede del Atlántico

La Sede cuenta con profesionales en educación bilingüe en lenguas cabécar y español

Esta síntesis recoge dos formas de intervención: una es la conformación del foro y la segunda se refiere a las intervenciones orales, así como a las preguntas atendidas.

1. La conformación del foro

La segunda sesión del Foro Institucional 2019 presentó la proyección lograda por la Universidad de Costa Rica en la región, por medio de la Sede del Atlántico. La docencia ha sido la actividad más destacada, sobre todo a través de las carreras conducentes a grados y posgrados. El trabajo se ha cifrado, entonces, en términos de graduados, quienes han promovido el desarrollo local, junto con una movilidad social importante. Esta proyección de la Universidad de Costa Rica no se ha agotado, por el contrario, sigue creciendo.

Sin embargo, la docencia no ha sido la única actividad de la Sede del Atlántico, pues a través de muchos de sus proyectos y actividades ha impactado a una mayor población, más allá de estudiantes recién egresados de la educación secundaria que tienen el objetivo de concluir una carrera universitaria.

Pues bien, la audiencia de este foro institucional recoge un esfuerzo que ha trascendido edades y géneros, así como distancias y lenguas. Su presencia a lo largo del día ha mencionado la relevancia que la Sede del Atlántico ha tenido para ellos y ellas, y también, cómo se ha consolidado una mayor extensión del quehacer universitario en la región. En el foro, no solamente se escucharon las palabras de los actores invitados, se observó también una audiencia compuesta con personas que han crecido en virtud de los diversos programas que la Sede ha mantenido. Su presencia fue un modo de indicar que esa ruta ha sido altamente productiva y satisfactoria, y que es relevante continuar por ella. La empresa del conocimiento, de desarrollar habilidades o imaginar formas de acción comunitaria son aprendizajes que no requieren de un título, pero sí de formas de cooperación.

Hasta acá la primera parte de la síntesis. Ahora pasemos a la segunda compuesta por las intervenciones dadas durante el foro. Téngase en cuenta que dichas intervenciones son una pequeña muestra de la interacción entre la UCR y la comunidad atendida por la Sede del Atlántico. En esta segunda parte, es conveniente prestarle atención a la imagen de la Universidad de Costa Rica, ya que es vista como un agente de cambio en las vidas de las personas y de las comunidades, pero también, impera una imagen de una institución que aún le debe mucho a la sociedad, una institución a la que se le hacen fuertes demandas de participación.

2.- Las intervenciones del Foro

Las diversas personas invitadas entregaron diversos mensajes que pueden agruparse de la siguiente manera: lo que las comunidades y empresas han recibido de la Universidad de Costa Rica, y lo que piensan que debería ofrecer, o bien, lo que aún no ha logrado ofrecer junto con los retos a los cuales se enfrenta la Sede del Atlántico, y finalmente, algo de logros personales.

La historia de la Universidad de Costa Rica en la región se traduce en un modo por el cual la población turrialbeña y más recientemente, de Guápiles y Paraíso, ha logrado tener acceso a la educación superior pública. Con ello, no sólo se ha atendido una necesidad de desarrollo, sino también, se ha contribuido a romper con un estereotipo de que la formación y las opciones laborales se localizaban en la Gran Área Metropolitana y nada fuera de ella. La iniciativa nació en Turrialba y las gestiones se hicieron en San Pedro de Montes de Oca. Hoy, en cambio, las iniciativas nacen en la Sede del Atlántico, y desde allí se proyectan a las comunidades de la región. Los gobiernos locales, en cada momento que fue necesario, apoyaron y se comprometieron con el asentamiento de la Universidad de Costa Rica. Esos compromisos siguen en pie y creciendo. En el escenario actual en el que desempeña su labor la educación superior, se enfrentan retos dinámicos y competitivos, relacionados con aspectos como la interdisciplinariedad, la transdisciplinariedad, la internacionalización, y en este momento, en Costa Rica, la competencia por las fuentes de financiación o el aumento de las relaciones con el entorno socioeconómico ven en la necesidad de definir una oferta académica diferenciada. Lo que conlleva a la búsqueda de un nivel cada vez más alto de la calidad y la producción académica e investigadora, en aras de alcanzar la excelencia por igual.

1. Los logros

La relación de la UCR con las comunidades indígenas de Chirripó ha sido un tema dominante: se cuenta con profesionales en educación bilingüe, en lengua cabécar y español, se ha logrado instalar la educación formal dentro de las comunidades, y niños y jóvenes tienen una oportunidad a su alcance que pocas décadas atrás no tenían.

En relación con el desarrollo empresarial, la UCR se ha convertido en un agente activo para ello, a través de la colocación de graduados en empresas como también impulsando proyectos innovadores. En la región de Guápiles, artistas y artesanos han logrado salir de su pequeño entorno y han logrado darse a conocer y proyectar más su producción artística, llevar a las comunidades más alejadas el desarrollo del arte, a través de campamentos de arte y más recientemente con la oferta de un calendario con fotografías de obras de artistas locales. El programa ha permitido a los artistas crecer en formas de expresión y hasta han tenido la oportunidad de desarrollar sus habilidades con instructores de otros países.

Uno de los logros señalados ha sido la inserción del graduado a los procesos sociales. Uno de ellos a través de la educación formal en la Reserva Chirripó, lo cual significó abandonar muchas comodidades y comprometerse con las comunidades cabécares y consolidar la educación formal. Otro caso es la promoción del emprendedurismo a través de la identificación de las características y fortalezas de la región, es el caso de turismo ecológico en Paraíso, la inserción ha consistido conocer las costumbres y las riquezas naturales y cómo los lugareños las cuidan y aprecian, de manera que ese elemento cultural sea un detonante turístico.

Con la empresa privada, la Sede del Atlántico ha logrado intercambios productivos: ofrecer un tipo de profesional que esté a la altura del consumidor, pero también, recibir insumos sobre las habilidades o destrezas que el profesional ha de presentar al mercado para ser altamente competitivo. La empresa privada puede contribuir con la Universidad de Costa Rica para lograr un profesional a la altura de las exigencias de los consumidores.

Otro logro de la Sede del Atlántico es su Plan Estratégico, el cual facilita la tarea de desarrollo y proyección ya en curso: cómo aprovechar los recursos de la mejor manera, cómo evaluar las múltiples acciones, cómo abarcar más con los recursos existentes, cómo ha de adaptarse a los retos que las comunidades plantean.

2. Lo que aún falta

Este apartado recoge diversas intervenciones con tonos muy variados. Hablar de logros implica no solamente alcanzar un determinado nivel de desarrollo o proyección, también significa identificar qué otras tareas la Universidad de Costa Rica ha de asumir, o bien, qué falta aún por hacer. Esta imagen de la actividad universitaria presenta una complejidad importante: con casi cuarenta años de desarrollo y su multiplicación entre tres recintos, la Sede del Atlántico ha consolidado la educación superior estatal en la región, sin embargo, su capacidad no se agota en logrado, puede ofrecer más, y consolidar una diversificación aún mayor de actividades e involucramientos con las comunidades y gobiernos locales.

Lo que aún falta por hacer se cifra de varias maneras. Una de ellas es entendida como lo que aún la Universidad no ofrece a las comunidades. En concreto, en la Reserva Chirripó, la Sede puede ofrecer más ofertas académicas, o bien, consolidar un aula universitaria que permita un mayor acceso a la población indígena.

Para hacer frente a estos desafíos la institución universitaria ha de abocarse a la modernización, mayor flexibilidad y cambios en sus sistemas de gobierno y planificación.

2.1. Retos

  1. Compromiso por aumentar las interacciones con los agentes económicos y sociales del entorno, con la implicación de equilibrar tareas novedosas y planificadas.
  2. Dotar de recursos y una mayor flexibilidad para dar respuesta a las exigencias de la sociedad y del contexto internacionalizado actuales.
  3. Mayor equilibrio de las capacidades territoriales, mediante la transferencia de capacidades y funciones a las Sedes y Recintos, así como dotarles de mayor inversión en infraestructura para equiparar las oportunidades entre las Sedes. Se presentan procesos de regionalización y de cooperación académica débil desde Sede Central hacia Recintos.
  4. Fomentar con mayor regularidad los espacios de participación ciudadana con un fin de reflexión y debate, con el propósito de contribuir al desarrollo regional integral mediante un pacto social entre los distintos actores de la sociedad.
  5. Atender los requerimientos que se necesitan en la Sede del Atlántico y sus Recintos en Guápiles y Paraíso para que los procesos de acreditación puedan ser alcanzados: plan de relevo generacional, disminución del interinazgo, carga para docentes que desarrollan investigación y acción social. A lo anterior se suma la revisión de los modelos de acceso a la Universidad para que más estudiantes de las regiones puedan ingresar y permanecer en el sistema universitario, así como una revisión del sistema de becas.
  6. Políticas públicas que no responden a procesos de planeamiento estratégico: procesos para generar empleo, emprendimientos, segunda lengua, atención a comunidades vulnerables, entre otros.

3. Los logros personales

Los estudiantes cuentan con oportunidades para acceder a diversas actividades multidisciplinarias que le han permitido entender los procesos humanistas de la Universidad. Ejemplos de ello son el Trabajo Comunal Universitario, los campamentos de verano y el trabajo de asistencia a las oficinas, proyectos o cursos de la Sede del Atlántico. Todas estas actividades, además de las académicas, han ratificado los beneficios que la Universidad es capaz de ofrecer.

 

M.Sc. Jimmy Washburn Calvo

Catedrático, Universidad de Costa Rica, Sede del Atlántico

Información tomada de: http://www.ucr.ac.cr/

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Mercado local solidario del Chirripó

Este miércoles 10 de octubre asista a la celebración del 3° aniversario del Mercado Local Solidario del Chirripó, en Chimirol de Rivas a partir de las 7 a.m. y hasta la 1 p.m.

Se contará con la participación de:

  • Proyección Cultural Chirripó
  • Teatro Tres Puntos
  • Tonos Mundos

Mercado local solidario del Chirripo

 

 

*Imagen tomada del Facebook de Mercado local solidario del Chirripó

Enviado por Carlos Hernández.

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Impacto ambiental del Teleférico al Chirripó

Impacto ambiental del Teleferico al Chirripo

Este 4 y 5 de mayo se llevará a cabo las charlas sobre el tema del “Impacto del Teleférico al Chirripó”, en el cual estarán participando el Dr. Osvaldo Durán Castro y MSc. Ariel Robles Barrantes.

Jueves 4 de mayo:

Hora 2 p.m.

Lugar: Salón Comunal de San Gerardo de Rivas

Viernes 5 de mayo:

Hora 2 p.m.

Lugar: Auditorio de la UNA, Campus Pérez Zeledón.

 

*Imagen de portada con fines ilustrativos tomada de backpackingcostarica.wordpress.com

Enviado a SURCOS por Alejandro García Valerio.

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Usurpar el Chirripó con un teleférico

Osvaldo Durán Castro (*)

 

En la sesión 043-17, acuerdo 4, del 21 de febrero de 2017, el Concejo Municipal de Pérez Zeledón por “acuerdo definitivamente aprobado” con 9 votos a favor, decidió “Declarar de interés cantonal y público el proyecto del Teleférico a la cima del Parque Nacional Chirripó, por el impacto positivo que se prevé para al turismo nacional como internacional en nuestro cantón”.  El punto 2 del acuerdo es pedirle al Gobierno de la República declarar el proyecto de “interés nacional y público, para engrandecer el nombre de nuestra Patria mediante la puesta en marcha y ejecución de este proyecto, además del beneficio a los habitantes de los alrededores de la zona donde se ubica el Teleférico, mismo que impacta de manera muy positiva y nos genera un atractivo turístico a nivel mundial”.

Al terminar de leer eso temblé. Siguiendo a José Luis Sanpedro me indigné. Me acordé de César Vallejo como si sus “heraldos negros” fueran la premonición de un leñazo brutal a uno de los sitios más bellos del planeta: “Hay golpes en la vida, tan fuertes… ¡Yo no sé! Son pocos; pero son… Abren zanjas oscuras en el rostro más fiero y en el lomo más fuerte”. Pensé en el consumismo ilimitado del que nos advirtió Mahatma Gandhi, en la avaricia que confunde a las personas y las hace creer que el “progreso” y el “desarrollo” implican explotar sin límites la Tierra. ¡Ni siquiera se pensó en los alrededores del Parque Nacional Chirripó –PNCh-, si no directamente en su cima, su corazón, su esencia!

En esta idea puede haber una mezcla de desconocimiento y negligencia, pues la explotación comercial y turística de un parque nacional violenta todos los fines y objetivos de creación y salvaguarda del patrimonio natural del Estado. En este caso no es sólo un parque nacional. Se trata de un sitio reconocido mundialmente por su belleza y su contribución a la vida en el país y el planeta, y no por su potencial financiero. Sin importar que la moción la propusiera el regidor Hanz Cruz Benanburg, lo cierto es que otras 8 personas la apoyaron. Esto no diluye responsabilidades, sino más bien las amplía y consolida. Por ahora haré una primera entada para ir explicando por qué nunca Costa Rica y la humanidad deberíamos admitir la realización de esta idea mortalmente destructiva.

Explotación mercantil del patrimonio natural del Estado

La creación del PNCh de 50.158 hectáreas el 19 de agosto de 1975, con la Ley Nº 5773 (publicada en La Gaceta Nº 165, del 2 de setiembre, 1975), tenía –y tiene- el fin de “proteger las fuentes de agua, los bosques nubosos de altura conformados por robledales, las cuencas hidrográficas y el hábitat animales en peligro de extinción como los felinos, la danta y el quetzal”, y que desde hace años el tope fijado es de 6.000 visitas al año, precisamente por su fragilidad http://www.carrerachirripo.com/2007/02/15/el-parque-nacional-chirripo/. Hace apenas unos años, a pesar de que se limitaba la entrada, los desechos generados por la gente, como excrementos y sólidos de todo tipo, amenazaban el ecosistema. La falta de educación y la irresponsabilidad imperaban pues disfrutar de la naturaleza incluía ensuciarla.

El acuerdo del martes 21 de febrero de 2017 apunta contra los fines de protección y las condiciones de vulnerabilidad del parque, pues la “…la Municipalidad quiere montar un teleférico en el Cerro Chirripó, como una empresa mixta municipal que promueva recursos y que convierta a Pérez Zeledón en un punto de atracción turístico” http://www.crhoy.com/archivo/el-cerro-chirripo-busca-tener-su-propio-teleferico/ambiente/. Lo real es que el cantón ya ofrece muchos y variados atractivos de buena puntuación organizados en paquetes, circuitos y tours, que incluyen toda la oferta asociada con el PNCh.  Por esta razón el objetivo de convertir “…a Pérez Zeledón en un punto de atracción turístico” ya está superado. La oferta turística de una zona no mejora cuando se interviene negativamente el paisaje natural que es su principal fortaleza. Aunque se trate de una idea y de que no se cuente con el dinero por lo cual «… esperan crear alianzas con gobiernos extranjeros. Y analizarían consultar con inversionistas chinos o noruegos que deseen invertir en proyectos en esta zona», según dice el Presidente el Concejo Municipal Manuel Alfaro, es indispensable evaluar desde ya los impactos que una obra como esa tendría sobre el PNCh, su zona de amortiguamiento y en todas las áreas de protección circundantes como el Parque Internacional La Amistad, tanto en el Pacífico como en el Caribe.

El Presidente municipal indica que “… un grupo de ambientalistas se van a oponer…,…van a ver cómo nos incomodan es hora de que ese mito desaparezca”. Más allá de la elemental predicción, debemos anotar que no se trata de “incomodar” si no de evidenciar y obligar a discutir sobre los impactos negativos irreparables de una intervención como la propuesta. Un parque nacional no es un simple territorio susceptible de ser explotado turística y comercialmente como si fuera un fundo improductivo que cualquiera puede usurpar o meterle mano. Sólo si atendemos la variable o aspecto como “belleza paisajística”, la afectación negativa por edificaciones, torres, cables y cajones guindando, sería severa e irremediable. En la Patagonia chilena, por ejemplo, uno de los argumentos fundamentales contra el megaproyecto de hidroeléctricas en los ríos Baker y Pascua y sus líneas de alta tensión, fue que la belleza escénica de paisajes únicos de la cordillera de los Andes, y particular de las Torres del Paine, sería destruida con más de seis mil torres en una herida de cien metros de ancho por 2.300 km de largo (Consejo de defensa de la Patagonia chilena. ¡Patagonia sin represas! Una campaña de educación pública. S.f.).

Nada más alejado de los fines de creación y mantenimiento del Sistema nacional de áreas de conservación de Costa Rica –SINAC-, que instalar infraestructura para estimular incursiones, aunque sea controladas, que sobrecargarían el parque y su zona de amortiguamiento, que también es vital para la protección del ecosistema. Aunque fuera un mitológico “teleférico que sea amigable con el ambiente”, como dice el edil presidente, la oposición a esta idea responde a la urgencia de evitar posibles daños a los ecosistemas, en este caso del PNCh, lo cual está previsto en la legislación nacional y en general bajo el principio “in dubio pro natura” aplicable precisamente para la prevención y protección de la naturaleza, máxime cuando se trata de sistemas frágiles, como el PNCh. Hay que repetir que la abundantísima literatura científica que fundamenta la protección de ecosistemas de páramo en América Latina, incluido el cerro Chirripó, es clara en cuando a la necesidad de protección de los sistemas “principales” como un parque nacional, y de igual manera de los espacios de amortiguamiento ([1]).

De acuerdo con Mario Chacón León, agrónomo y especialista en manejo de bosques, paisajes y cambio climático, con experiencia de trabajo en 5 continentes, “la agenda verde oficial del país incluye reducir deforestación y reducir emisiones debidas a ésta. En el Estado de la Nación, por ejemplo, ya se ha señalado la construcción de infraestructura como un impulsor de deforestación y degradación de bosques. Un teleférico inevitablemente provocará emisiones durante su construcción y posiblemente incentivará expansión del desarrollo turístico, con impactos difíciles o imposibles de controlar. Además, si se llegan a tocar suelos en turberas las emisiones de carbono y metano, aumentan las emisiones del país, yendo en contra de sus metas en cambio”.  El especialista agrega que “si bien Costa Rica es un país que busca proteger ecosistemas frágiles, éstos están descuidados. Esto incluye por ejemplo humedales, turberas, aguas y las montañas altas del país que son ecosistemas críticos en donde además hay gran variedad de especies endémicas” (comunicación personal. 22 febrero 2017).

La ruina del sistema de protección de naturaleza

El acuerdo del Concejo Municipal de Pérez Zeledón no se debe revisar aislado, porque es parte de un proceso antiguo de crisis y amenazas contra el SINAC que se agrava lejos de avanzar hacia soluciones. Las cifras del descalabro de muchos parques nacionales son abrumadoras como se comprueba con Corcovado, Manuel Antonio y el mismo Chirripó. Las carencias se reconocen y funcionarios del SINAC hablan de que “son necesarias soluciones integrales”, pero nadie se planta y exige lo que corresponde. En el 2009 el informe Estado de la Nación repitió la conocida cifra de US$150 millones de deuda por no pago de tierras sumadas a parques nacionales http://estadonacion.or.cr/files/biblioteca_virtual/015/Obando_2009.pdf. En el 2015 se dijo que esa deuda era de más de ¢107.000 millones y que la capacidad de pago era de ¢1.000 millones por año http://www.nacion.com/nacional/politica/Costa-Rica-tardaria-parques-nacionales_0_1502649744.html. Se agrega a la deuda, la falta de personal, imposibilidades operativas, falta de equipamiento básico, infraestructura vieja, arruinada y hasta clausurada por orden sanitaria del Ministerio de salud, una flotilla de carros escasa y con muchas unidades destartaladas o en parqueo perpetuo, cansancio de mucho/as funcionarios honesto/as, pereza y negligencia de otro/as que apenas cumplen lo básico “sin meterse en broncas”, trabajo limitado a 8 horas diarias de lunes a viernes, e incluso acusaciones de corrupción y colusiones indebidas de funcionario/as.

Parques nacionales son rentables

El colapso financiero del SINAC contrasta el aporte económico de los parques nacionales. Según la Universidad Nacional (CINPE-UNA) y el Instituto Nacional de Biodiversidad (INBio) en “el año 2002 los aportes a nivel nacional de los parques nacionales y reservas biológicas fueron de aproximadamente ¢325.171 millones de colones”, de los cuales ¢246 millones de colones fueron aportados por el PNCh. http://www.inbio.ac.cr/pdf/noticia/Comunicado%20estudio%20CINPE-INBio.pdf Esto demuestra que los parques nacionales desde hace muchísimos años, podrían sobrevivir y mejorar con sus propios ingresos, pero es imposible mantener un sistema de conservación con un estilo de financiamiento que le extrae los ingresos a los parques nacionales y otras áreas protegidas y los traslada a la caja única del Estado; para que éste a su vez les cierre la llave. Es decir, el Estado mismo atenta contra el sistema de protección y conservación del patrimonio natural incluido en el SINAC.

Concesión-privatización del patrimonio natural

Pero más grave aún es la presión para imponer un modelo de “concesión de servicios no esenciales” que en la práctica es una forma de privatización del SINAC. Sin importar si son carreteras, electricidad, telecomunicaciones, servicios de salud, limpieza, lavanderías, o lo que sea, la concesión es el camino para que el Estado se declare incompetente y delegue a privados servicios que califican como “complementarios” y “secundarios”, pero que en realidad son componentes esenciales de la producción o los servicios nacionales. En el caso de los parques nacionales, este tipo de soluciones falaces refuerzan el subsidio que éstos y otras áreas de conservación le hacen a los negocios privados, muchos colocados estratégicamente cerca de sus lindero, como los hoteles de todo tipo y tamaño, e incluso las empresas que operan dentro de parques nacionales utilizando y explotando el patrimonio natural y la infraestructura pública. No se trata impedir el acceso, pero si de reconocer que el SINAC incluye muchísimos atractivos de los cuales disfrutan los turistas locales y extranjeros. Sin el patrimonio natural protegido los negocios serían limitados o inexistentes y por ende nada lucrativos. La oferta turística privada incluye y ofrece en sus paquetes y servicios los parques nacionales y otras áreas de protección por los cuales pagan los turistas y no las empresas.

Los negocios privados dentro de parques nacionales, como los promovidos por la industria del turismo, municipalidades, grupos privados, entes no gubernamentales, el Estado por medio del Instituto Costarricense de Turismo -ICT- y a veces por el MINAE mismo, que buscan “flexibilizar” el uso de los parques y promover inversiones “para lograr explotar todo su potencial” http://semanariouniversidad.ucr.cr/pais/empresarios-turisticos-impulsan-propuesta-desarrollo-infraestructura/, son la ruina del sistema de conservación del país y el triunfo de la visión mercantilista para asegurar el lucro con el patrimonio natural del Estado.

Naturaleza patrimonio de todos y todas

La naturaleza debe ser, por principio y definición, patrimonio de toda la humanidad y en este país de la sociedad costarricense, y nunca recurso para el usufructo y explotación privada. Nada mejorará, incluido el SINAC, si se permite su explotación para beneficio directo de grupos privados sin importar su origen. La virtud esencial del SINAC que se está perdiendo, es la que permite que la sociedad costarricense, en su totalidad, pueda disfrutar la naturaleza. Pero no menos riesgoso es que la atribución que ahora tiene el Estado para controlar, ordenar y dirigir la investigación científica y cualquier otra acción orientada al uso y la conservación de todo tipo de ecosistemas, también se vea amenazada con el pretexto de procurar “mayor o plena explotación” ya no solo en parques nacionales, sino también de reservas biológicas, monumentos nacionales, refugios de vida silvestre, humedales u otros.

El SINAC se creó y existe para asegurar ecosistemas únicos en el territorio nacional. Cada uno, incluidos los parques nacionales, es insustituible y exclusivo y su resguardo requiere compromiso y responsabilidad directa del Estado y de la ciudadanía. En esta sintonía, sería esperable que gobiernos locales como el de Pérez Zeledón, elevaran su talento colectivo y aseguraran prácticas en sus territorios para proteger la naturaleza, lo cual implica frenar, impedir, y obviamente no estimular proyectos que amenacen el patrimonio natural del Estado.

“Discurso ambiental” y amenazas

Costa Rica se mueve en entre el discurso verde, una etiqueta o marca comercial de “sostenibilidad” y el colapso de su sistema de áreas protegidas. Contar con el 26% del territorio nacional con alguna categoría de protección, incluido el 12.7% de parques nacionales, es ciertamente un logro de toda la sociedad costarricense. Pero el mérito es incompleto si las condiciones de cuidado son elementales o menos que eso. No es concesionando servicios ni acogiendo propuestas como construir un teleférico en el cerro Chirripó, que el sistema podrá superar su crisis.  No es juicioso que un Gobierno local suponga que invadir o explotar empresarialmente un parque nacional genere “desarrollo” cuando lo que se propicia es la vulnerabilidad de ecosistemas frágiles, únicos e indispensables para la vida. Ojalá que las autoridades de Pérez Zeledón recuperen la sensatez y que el Presidente de la República y el Ministro de Ambiente y Energía, si es que les presentan esta ocurrencia, la desechen de entrada. Si este desacierto persiste, estoy seguro de que la inteligencia colectiva de Costa Rica y de muchísima gente en el planeta será mucho más que “un grupo de ambientalistas que se oponen” al “teleférico amigable con el ambiente”.

odc-fin.

Referencias para estudio

Por el momento, en la urgencia, pueden revisarse las siguientes referencias (sin formato):

Usurpar el Chirripo con un teleferico2

[1] Le he solicitado a especialistas en biología, forestales y manejo de ecosistemas de bosque, que expliquen la importancia del páramo y los riesgos de proyectos invasivos en ellos. Por ahora incluyo algunas referencias sobre el asunto. Ver al final.

(*)Sociólogo y educador. Presidente de la Asociación PROAL-Pacuare, integrante de la Federación ecologista costarricense (FECON) y de la Red Latinoamericana de Ríos (REDLAR).

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