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Etiqueta: corrupción

Planteamiento público al Presidente Carlos Alvarado Quesada

COORDINADORA PATRIOTICA ALAJUELENSE
JUAN SANTAMARIA

23 de julio del 2020

Carta Pública

Sr. Carlos Alvarado Quesada
Presidente de la República de Costa Rica

Miles de costarricenses integrantes de organizaciones sociales, cívicas, sindicales y ambientales coincidimos en que llegó la hora de hacer ejercicio de nuestros derechos y deberes ciudadanos, ante la crítica situación fiscal, económica y social, y nos vemos en la obligación de hacerle públicamente el siguiente planteamiento.

Para nosotros y para miles de costarricenses es evidente que en esta situación de pandemia, las libertades que tanto apreciamos están bajo la amenaza de grupos privilegiados que utilizan la crisis para mantener, reforzar y ampliar su control del poder político y así obtener mayores beneficios económicos, consolidando una preocupante e inaceptable plutocracia.

Además, somos conscientes de que nuestros antepasados instauraron la democracia como sistema para proteger los derechos de todos los ciudadanos, especialmente los de minorías y grupos vulnerables.

También tenemos claro, que quienes ahora intentan reforzar su control del poder, son los que en las últimas décadas han minado y debilitado sistemáticamente esos derechos logrados durante décadas de trabajo colectivo para lograr la democratización. Ese ha sido también un trabajo de búsqueda de igualdad y de oportunidades.

Sabemos que en este momento la democracia es más importante que nunca y estamos dispuestos a defenderla en cualquier momento y en cualquier terreno, incluyendo la calle.

La democracia real, no la del papel, permite a la sociedad civil movilizarse, enfrentar las desigualdades, debatir abiertamente los asuntos políticos, distribuir información confiable y pedir la rendición de cuentas. En estos momentos de crisis necesitamos y vamos a defender esa democracia, en los medios y en las calles.

Aún más, nuestra democracia y nuestra Constitución Política establecen que el gobierno de la república ha de ser popular, representativo, PARTICIPATIVO, alternativo y responsable, Lo ejercen el PUEBLO y tres Poderes distintos e independientes entre sí.

El respaldo constitucional de los artículos 9 y 11 nos convoca como PUEBLO hoy y aquí a hacer los siguientes planteamientos que usted por deber constitucional no puede obviar.

Los políticos en los últimos 25 años han saqueado las arcas del Estado a través de actos de corrupción (INS reaseguro 1.220.100.000 de colones (PUSC), Pacto La Nación- Hacienda 2.100.000.000 de colones, Canal 7 obligado a pagar 3.724.419.539 de colones, platina (PLN) 7.000.000.000 de colones, cemento chino (PAC) 18.592.000.000 de colones, Caja Fischel (PUSC) 18.600.000.000 de colones, Yamber (PAC) 21.500.000.000 de colones, Préstamo Español (PLN) 23.240.000.000 de colones, trocha (PLN) 50.000.000.000 de colones, pensiones de lujo (PAC-PLN-PUSC) 663.002.340.000 de colones ) que sumados alcanzan la muy importante suma de 804.039.285519 millones de colones, cerca del 2.7% del PIB.

Además el Estado, por maniobras cuestionables de esos mismos políticos han llevado la deuda del Estado con la CCSS a la inimaginable suma de al menos 1.8 billones de colones al 2020.

Esto lo han hecho los negligentes e irresponsables del PLUSC_PAC, coludidos con empresarios que han actuado directamente en contra de esa institución a través de tácticas dilatorias y hasta evasión y elusión crónicas, que han hecho sucumbir la seguridad social, pero también al margen de sagrados principios, valores y deberes constitucionales.

Más recientemente como parte del proyecto de Plan Fiscal (PAC, PUSC, PLN, RN, NR, PIN) se otorgó una amnistía tributaria al sector privado de 194.000.000.000 de colones (0.7% del PIB). Por otro lado el Gobierno de Costa Rica informó este miércoles 1 de Julio que el déficit fiscal del 2019 cerró en el 6,96 % del Producto Interno Bruto (PIB), la cifra más alta de los últimos años y que superó en un punto porcentual a la del 2018. Los efectos de la pandemia podrían estar llevando el déficit fiscal alrededor del 10% del PIB. La deuda externa de nuestro país alcanzaría para fin de año los 43 mil millones de dólares.

Apenas la última semana de Junio, como acciones para cargar una vez más el déficit fiscal y los efectos de la corrupción de los políticos de las últimas décadas sobre las espaldas del pueblo, se anuncia la posible venta, probablemente a precios de remate para negocio de políticos nacionales, de parte importante del patrimonio común de los costarricenses. Vale decir el BICSA, el BCR, FANAL, RECOPE y KOLBI de ICE), en unos 532.000.000.000 de colones, cerca del 1.4% del PIB. Todo eso como parte de las negociaciones, por cierto muy opacas, entre uno de los poderes de la república (sin participación del pueblo y en violación del artículo 9 de la Constitución) con el FMI, a quien su administración le ha solicitado financiamiento para que el pueblo pague las sumas considerables de dinero que los políticos y empresarios corruptos se han robado en los últimas dos décadas.

Ciertamente como pueblo consciente de este saqueo, no vamos a permitir que nos vendan las joyas de la abuela. Esa es una acción más de los poderosos que nos quieren robar la democracia endeudándonos y empobreciéndonos aún más, comprometiendo injusta e irresponsablemente a las futuras generaciones.

También tuvimos la oportunidad de escuchar una entrevista a su exministro de Hacienda en el medio digital EL Faro el 28 de Junio de 2020, en la que se mencionan datos escandalosos pero muy clarificadores de los asuntos internos de la hacienda pública.

Estos datos dejan claro que la solución de los problemas fiscales no está en las cosas que hasta ahora se han hecho o se proponen, sino casualmente en lo que no se ha hecho, como es el control de la evasión y la elusión, entre otras cosas, y en lo que los políticos de turno y los burócratas tecnócratas no están dispuestos a trabajar como es su obligación ética y legal en cumplimiento de la ley 8292 (Ley general de control interno).

Los datos que se dan a conocer por parte del exministro Chaves no pueden ser ignorados, ni puede el Poder Ejecutivo decir que no son reales porque vienen casualmente de su exministro de Hacienda.

De acuerdo con el exministro la evasión fiscal en Costa Rica está entre los $3.800 millones y los $5000 millones (entre 2,2 y 2.9 millones de millones de colones), entre el 6% y el 8% del PIB. Una suma a todas luces escandalosa que hace palidecer lo recaudado por el mismo plan fiscal impulsado por su gobierno y la Asamblea Legislativa, además de que nos deja muy claro que en Costa Rica no existe un déficit fiscal, lo que existe es una enorme evasión fiscal.

La recaudación de los montos de dinero que son del gobierno de la república, y que algunos no pagaron y se dejaron esas exorbitantes sumas de dinero terminaría con el problema fiscal de manera eficaz, eficiente y expedita mediante un decreto suyo.

Con voluntad política y con manejo efectivo de la autoridad que les otorga el puesto, al presidente, al ministro de hacienda y a los burócratas de mandos medios y ejecutivos, en cuestión de 3 o 4 años se recaudaría esa suma que se roban los evasores. Esos montos no solo pagarían el déficit fiscal en casi su totalidad, sino que serían montos mucho más altos que los montos que el mismo FMI nos podría prestar. Tampoco tendríamos que vender ninguno de los preciados e invaluables bienes patrimoniales de los costarricenses.

Evidentemente no tiene explicación alguna el querer endeudarnos cuando no necesitamos hacerlo, excepto que existan intermediarios percibiendo jugosos ingresos por asesorar en el trámite de préstamos y/o el de “venta de activos” del Estado. Lo que necesitamos es recuperar el dinero que algunos se vienen robando de la hacienda pública y esto es lo que exige el Soberano a usted (y a su gobierno), electo en el marco de una elección popular y de la Constitución Política, la cual usted juró cumplir y la cual nosotros tenemos el derecho y el deber de vigilar y garantizar que se haga valer y prevalecer, por encima de presiones, privilegios e intereses corporativos o individuales, nacionales o extranjeros.

Según lo dicho en esa entrevista solo se requiere de una inversión de entre $150 y $250 millones en la compra y puesta en práctica de los instrumentos tecnológicos requeridos para iniciar la recuperación de esos dineros. Por supuesto, además sería imprescindible la voluntad política para hacer lo que a todas luces hay que hacer y que es precisamente lo que el pueblo exige hacer.

No es posible que tengamos a mano la solución a mediano plazo de la situación fiscal y no se tenga la voluntad política de un gobierno que se llama democrático para ejecutarla. No podemos permitir que se esté comprometiendo el futuro de varias generaciones por la inacción, colusión o complicidad del gobierno en una situación como la que tenemos entre manos y que ya no se puede seguir ocultando.

Este saqueo sistemático y paulatino de la hacienda pública, que ya es sistémico y se ha consolidado a lo largo de los años, está acompañado de un proceso de empobrecimiento de la población, de un incremento de la desigualdad, la discriminación y la exclusión, las cuales vienen a traernos como resultado un país más pobre y de muy pocas oportunidades para las mayorías. Costa Rica se encuentra entre los más desiguales de América Latina, y para no solo combatir esa desigualdad, sino también para poder desarrollarnos como sociedad con base en planes operacionales y a 25 años plazo, es necesario cerrarles los portillos a los defraudadores del fisco.

Este país ocupa el tercer lugar en desigualdad en América Latina. Sabemos que la desigualdad es el resultado de las políticas de un país. En nuestro caso ese grado de desigualdad se da como resultado de las acciones y presiones que sobre el Estado han ejercido tradicionalmente los grupos poderosos, para su propio beneficio. De esta manera, la distribución de la riqueza simplemente dejó de darse y pasó a unas pocas manos. Son las mismas manos que ahora nos tienen en esta encrucijada fiscal.

Ante todo esto, el pueblo, representado en las más diversas organizaciones sociales exige que:

1-su gabinete le explique al país porqué insiste en tomar medidas económicas en contra del pueblo y en buscar endeudamientos muy negativos para nuestro futuro, mientras existen opciones viables para solventar los problemas, siempre y cuando se tenga el coraje, la entereza moral y la voluntad política para hacerlo. Es imperante en esta hora de la historia que usted dé soluciones de cara al pueblo de Costa Rica, es decir ante el cuarto poder que también debe constitucionalmente ejercer el poder en este país a la par del Poder Ejecutivo, el Judicial y el Legislativo.

2- escuche al pueblo que por derecho y mandato constitucional también ejerce el poder

3- no se vendan empresas del estado (banca estatal, ICE, FANAl, RECOPE y otras)

4-no se vendan activos importantes del país

5-el gobierno se abstenga de aprobar más deuda externa e interna

6-se inicie de inmediato el proceso de instrumentalización de la Hacienda Pública para el cobro urgente a los evasores.

7- rinda cuentas al pueblo explicando las razones que le impiden, como presidente, tomar este camino constitucional de solución expedita, contundente, eficaz, eficiente , legal y ética a los problemas financieros del Estado y que es, además, un camino mucho más beneficioso y menos agobiante para la mayoría de la población, sabiendo que en materia de control de la evasión y la elusión fiscal, tendría usted garantizado el respaldo total del 99% de los costarricenses .

8-rebaje los salarios a los más altos funcionarios de Hacienda por su ineficiencia y por haber permitido esa escandalosa evasión.

9-aplique la equidad en la carga que debemos pagar todos los costarricenses ante esta crisis fiscal, económica, social y de salud asociada con el Covid-19, de manera que se cumpla con el artículo 33 de la Constitución Política que dice:

Artículo 33.- Toda persona es igual ante la ley y no podrá practicarse discriminación alguna contraria a la dignidad humana. Reforma dada por ley No.7880 y Publicada en la Gaceta 118 del 18 de junio de 1999.

10-aplique justicia tributaria, de manera que paguen más los que más tienen.

11-proceda a eliminar las odiosas e inconstitucionales exoneraciones tributarias que por su naturaleza discriminatoria maltratan otros sectores del país.

12-cesen de amnistías para sectores económicamente poderosos

13- se detenga la desigualdad por medio de la aplicación de un sistema tributario que en efecto controle la evasión y la elusión.

14- explore otras fuentes limpias de ingreso económico para el Estado (complementarias a los Impuestos).

15- realice un inventario de gastos innecesarios, para eliminarlos o reducirlos: pago de asesorías superfluas, pago a organismos internacionales como OCDE y otros.

16- efectúe un inventario de gastos en pensiones de lujo y pensiones a difunto, con miras a reducir o eliminar, según corresponda.

17-Lidere un verdadero, nuevo e histórico Pacto Social de cara al bicentenario en el que participen todos los sectores que democráticamente deben de participar.

Para todo esto tenemos los instrumentos y las condiciones. Lo único que nos falta en este proceso es la voluntad política para hacerlo y esa es nuestra mayor exigencia en este momento.

Los ciudadanos que dieron su voto para elegirle presidente, igualmente le exigen en este momento esa acción determinante para un futuro menos doloroso, de mayor esperanza y más digno para Costa Rica.

COORDINADORA PATRIOTICA ALAJUELENSE JUAN SANTAMARIA
Por la consolidación de instancias regionales de unidad en la diversidad de los movimientos sociales
POR LA ARTICULACION PROPOSITIVA Y UNITARIA DEL PUEBLO COSTARRICENSE

Somos analfabetos políticos

Por Sergio Ortiz Pérez

Nuestro país tiene más de 30 años de malas administraciones. Hemos visto la corrupción danzante que debilitó a un Estado y sus instituciones en contubernio con empresarios privados y la clase política corrupta.

Hemos dejado de participar en política, nos aburre, dejamos que una minoría elija y elija a los mismos, nos conformamos con lo mínimo, agradecemos al gobernante que haga lo básico, si roba no importa siempre y cuando cumpla con lo mínimo, votamos por lo emocional, no leemos planes de gobierno ni mucho menos exigimos que se cumplan, criticamos al que exige mejores servicios y acciones del gobierno, nos quedamos metidos en la discusión de la Negrita, de los homosexuales y lo verdaderamente importante pasó por encima de todos y todas sin contemplación.

La clase política siempre se alió de los grandes capitales, esos que tienen acciones y asientos en los medios de comunicación hegemónicos, en los bancos y en paraísos fiscales. Estos lograron dividirnos entre empleados públicos y empleados privados, cuando todos somos trabajadores. Lograron incluso hacerle creer a muchos inflados que eran capitalistas sin capital.

Pero hoy nos apretan a todos por igual. Vieron, éramos los mismos. ¿Y los grandes capitales? Nadie los toca.

Ningún país estaba preparado para una Pandemia, pero les aseguro que si no hubiésemos sido tan tolerantes con la clase política y más que todo con la corrupción a nivel país (desde la mordida al oficial de Tránsito hasta el Cementazo) talvez hoy, tendríamos un mejor panorama económico, mejores reservas financieras, mejores políticos, instituciones más sólidas, menos pobreza, mejor educación, una inmigración controlada, mejores fronteras; y definitivamente una mejor cultura ciudadana que acatara las disposiciones del Ministerio de Salud y respetara la vida de sus semejantes.

Con la rodilla en el cuello

Carlos Campos Rojas

Así murió George Floyd, sin aliento, a manos de un policía en Estados Unidos, que por nueve minutos tuvo en sus manos la decisión de la vida o la muerte. La brutalidad y el desprecio de quienes se asumen dueños absolutos del país y pretenden serlo del mundo, apoyados en esquemas y estructuras represivas, encuentran una reacción social inesperada en estos momentos de “pandemia” y de distanciamiento social.

La ciudadanía de nuestro país está igual que George Floyd antes de morir: con la rodilla en el cuello y gritando que no tiene ya aliento. En EEUU la chispa fue el racismo, en nuestro país que no es ajeno, será lo menos pensado. La acción institucional y gubernamental ve con desidia y con la distancia de la tenue burbuja desde donde presumen gobernar, a quienes no solo producimos la riqueza nacional, sino que hacemos ingentes esfuerzos para mantener la paz de que nos ufanamos.

CNN, el dios de pies de barro y emblema transnacional de la comunicación y el control mediático, no pudo contener ni con apoyo de antimotines bien adiestrados, la ira reprimida de una población que se cansó de ser desestimada.

Quienes ostentan el control mediático de la prensa nacional, deben entender que, aunque la mentira puede correr años, la verdad la alcanza en un día. Aunque luchen por arrancarnos nuestra historia y traten de dejarnos sin raíces, los hechos son irrefutables, el periódico La Información dio cuenta de ello por servir a una tiranía. Hoy pueden vestirse con ropa ajena y ponerse otro nombre, pero como dice nuestro pueblo, mona se queda.

La torpeza política demostrada hasta ahora, para que nuestro país pueda encontrarse y construir un nuevo pacto social mediante un diálogo respetuoso, sin exclusiones y con la disposición de escucharnos, solo ha propiciado que se profundice calladamente, la fractura social estructural a que se sometió nuestro país, provocada en la gestión asaz arrogante de sus pretensiones ajenas al interés ciudadano.

El país pierde, todos perdemos. Gana la mafia política, la corrupción, la impunidad, el autoritarismo.

La “pandemia” pudo haber dado a quienes usurparon el poder de la ciudadanía, un respiro para maniobrar transitoriamente en la escalada social y política que se desarrollaba en el mundo y desde luego también en nuestro país, pretendiendo con eso desentenderse de la ira social contenida, pero fracasa a cada paso.

Lo que pasa en EEUU y que se replica en Europa, así como en Brasil, países más castigados por la “pandemia”, enfrenta el miedo institucional que se pretendía establecer para aislar las personas y evitar el encuentro social, justificado en que era la opción a la vida, contra una ciudadanía amarilla, negra, blanca, mestiza, latina, que se da la mano y sale en masa a enfrentar a los gobiernos, convocados por esa ira contenida, contra un sistema que su característica ha sido la desigualdad, la represión brutal y la muerte.

Costa Rica puede hacer la diferencia, a pesar de ser el país más desigual de América, según la CEPAL. Tiene en la ciudadanía una retaguardia moral para construir una propuesta nacional sustentada en un nuevo pacto social, pero debe salir a la luz, una actitud gubernamental que no tenga miedo a los disensos, pues solo así se construyen sólidos consensos.

1 de junio de 2020

Contexto del COVID 19 en Guatemala: de las luces a las sombras

José Pablo Menchú Jiménez

Cada sociedad vive la pandemia del Covid 19 de manera diferente, ya sea por el contexto específico de cada país o por la capacidad y responsabilidad del gobierno de turno, por lo tanto no es lo mismo vivirla en el centro de África que en Islandia. En el caso de Guatemala hay condiciones particulares que hace que la pandemia tenga efectos muy sensibles, por ejemplo tiene la inversión pública más baja en salud de toda Centroamérica (2.1% del PIB cuando lo recomendado es 6%), más del 60% de los guatemaltecos vive de la economía informal (lo que implica que vive al día y no posee protección social) y la mitad de la población vive en condiciones de pobreza, sin mencionar la cultura de corrupción que impera en el Estado. Esto implica grandes desafíos para un gobierno que recién tomó posesión en enero de este año.

El primer caso se registró el 13 de marzo y el gobierno de Alejandro Giammattei (por cierto médico de profesión) tuvo el buen criterio de tomar las acciones correctas de manera pronta, por ejemplo habilitar hospitales temporales, implementar una política de distanciamiento social, imponer la obligatoriedad del uso de mascarillas, la elaboración de programas de apoyo económico (como transferencias a la familias más vulnerables y kit de alimentos) y suspender varias actividades que no resultaban esenciales. Aunado a que se aprobó una ampliación de presupuesto de más de Q29 mil millones financiados con deuda (equivalente el 5% del PIB) para poner en marcha los programas de fortalecimiento del sistema de salud y de ayuda económica para las personas. Pero como todo gobierno tiene sus luces y sombras, y en este caso lo que empezó siendo una luz poco a poco se fue apagando.

Conforme pasan las semanas la pandemia empieza a revelar la realidad estructural de Guatemala y un gobierno que no está preparado para asumir este reto. Lo que empezó siendo luz con la instalación de hospitales temporales se fue apagando con un gobierno que se rehúsa a masificar los test por considerarlo innecesario (de esa manera manteniendo las cifras de contagio en un rango favorecedor a la opinión pública), un sistema hospitalario que a dos meses del primer caso y con más de mil contagios ya se ve superado, al punto de que los mismos médicos alegan no tener equipo suficiente para hacer frente a la situación. Y en el ámbito económico algo común es ver a mujeres y niños en la calle con una bandera blanca indicando que necesitan alimentos para sobrevivir, esperando la ayuda de los ciudadanos ya que a pesar de que el gobierno anunció hace más de un mes sus programas de ayuda estos no han sido bien ejecutados. A esto se suma el interés del gobierno de ocultar información, para mantener sus índices de popularidad, o hacer parecer que todo es un éxito mediante discursos del presidente donde hay más demagogia que realidad.

Hoy la desconfianza en la autoridades va en aumento, se pone en duda veracidad de lo que el presidente dice en sus conferencias de prensa y se cuestiona el uso de la deuda pública ya que estas ampliaciones no se han visto reflejadas en paliar la situación económica de las familias guatemaltecas ni en mejorar el sistema de salud. En esta situación las sombras del gobierno van aumentando y si no cambia esta realidad, la situación futura de Guatemala no se ve muy alentadora.

Guatemala, mayo del 2020

En los siguientes audios el autor da detalles importantes que explican la situación de Guatemala en medio de la pandemia:

 

¿Cuáles son las medidas tomadas por el gobierno? ¿Son consistentes?
¿Cuáles son los tres problemas que afectan la atención de la pandemia en Guatemala?

Foto de cabecera es de La Prensa Libre de Guatemala.

El COVID-19 y las tareas ciudadanas dentro del mandato constitucional

Carlos Campos Rojas

Estamos en Semana Santa. Momento de reflexión y confinados para desacelerar el avance de una epidemia, que tiene la capacidad de acabar con el más pintado si no se cuida. Así le pasó al Primer Ministro de Inglaterra, que sostenía que a esto no había que prestarle mucha atención, que la economía no debía detenerse. Hoy está delicadísimo en cuidados intensivos.

El país y con esto quiero decir, la ciudadanía, debe asumir, como lo establece el Art. 9 Constitucional, su plena responsabilidad para salir adelante, no solo con quedarse en casa, sino –y principalmente-, para asumirse como El Soberano que es, para intervenir en la toma de decisiones sobre lo que debe hacerse, para que Costa Rica salga airosa. Así lo manda la Constitución Política. Somos una República Participativa.

La actitud del gobierno de centralizar todo en Casa Presidencial, incluyendo los acuerdos legislativos, no hace otra cosa, que devolver el proceso de descentralización que había comenzado hace ya algunos años de manera tímida, para volver convenientemente al pasado, al vallecentrismo. Los gobiernos locales que apenas van a asumir este primero de mayo, vuelven a mendigar.

De esta forma, llaman a la población a aceptar con la cabeza baja, los despidos, la reducción de las obligaciones patronales, la reducción salarial, es decir que el pueblo socialice las pérdidas, pero los amigos del gobierno, capitalicen las ganancias. El argumento es que el pueblo debe, en estos momentos ser solidario.

Es claro que el Gobierno no va a permitir que los intereses de quienes se agrupan en el sector económico financiero productivo y de comunicación, de los que se autodenominan empresarios privados, sean tocados.

Si el Gobierno respondiera a los intereses de la ciudadanía, estaría, por ejemplo, suspendiendo el pago multimillonario de alquileres de los edificios donde operan las instituciones, para dirigir esos recursos a atender la crisis del Covid 19. Sus dueños no dependen de esos pagos millonarios, para soportar la crisis. Si el Gobierno fuera responsable, estaría llamando a cuentas a las grandes empresas que durante diez años no pagaron impuestos o que reportaron pérdidas y que siguen sin pagar impuestos, mientras que la ciudadanía, de manera responsable y en medio de su pobreza, paga día a día sus impuestos para sostener este país, pues es gracias a eso que gozamos de la poca paz que queda.

La corrupción y la impunidad como cultura institucionalizada, dio espacio a que una mafia política usurpara el poder de la ciudadanía. Han puesto en crisis la institucionalidad, hoy tienen el mejor terreno para hacer de las suyas, pero no nos representan.

Se nos había vendido la idea que seríamos el primer país del mundo en transformarnos en un Estado Abierto. Es decir, que para no cumplir lo que establece el Art. 11 Constitucional, de la obligatoriedad de los funcionarios públicos a la transparencia y a rendir cuentas, se habilitarían los datos del funcionamiento institucional, a través de sus páginas web. Hoy, desde el gobierno, la transparencia es censurada, centralizaron las decisiones y excluyeron la ciudadanía. La Constitución les estorba.

La crisis no es hoy, será mañana, será en los días que vienen. Si el Gobierno no abre las puertas al diálogo y a escuchar desde cada parte del país, las propuestas de solución, no habrá nuevo pacto social. Será el conflicto y el distanciamiento social, lo que nos enrumbe de cara al desafío que Costa Rica tiene que enfrentar, en un mundo que no será geopolíticamente el mismo.

Aunque algunos estén haciendo números alegres de cara a la elección presidencial y de diputados –que será en un año y ocho meses-, mejor no se confíen. La brecha social, la desigualdad económica y la carencia de oportunidades a la que nos condenaron quienes administraron el país, se profundizará con los nuevos pobres que van a surgir, ahora serán principalmente las Pymes, aquellos emprendedores que verán derrumbarse sus negocios y sus inversiones, porque la riqueza del país, estará encaminada a sostener los amigos del Gobierno.

Es el momento de construir sin manos escondidas, los procesos de trabajo y de diálogo, para mantener la paz y el desarrollo que nos han caracterizado. No una consulta vertical como al Gobierno le gusta. Debe ser un diálogo horizontal, sin exclusiones. Será para rectificar los errores de administraciones irresponsables, para asumir el desafío que nos dejaron los héroes y mártires de nuestra historia, que con su vida y su sangre nos legaron una institucionalidad que a pesar de los golpes que le han dado, ha sabido y demostrado ejemplarmente, enfrentar esta crisis.

Enfrentar el impacto

Por:
Dr. Jorge Loaiza Cárdenas-
Msc Efraín Cavallini Acuña-
Académicos
Escuela de Planificación y Promoción Social
EPPS-UNA

Imagen: Rodrigo Valverde Naranjo

Como lo planteara E. Morín en la última página de su libro: La Vía para el futuro de la humanidad: “Quizás encuentren, en alguna parte de las ruinas de una biblioteca, este mensaje que les devuelva la esperanza y el coraje”; queremos compartir con ustedes unas palabras de esperanza y decisión, que nos permita enfrentar estos momentos de desesperanza e incertidumbre, al que hemos sido llevados ante la emergencia nacional que enfrenta el país a causa de la pandemia provocada por la enfermedad coronavirus COVID-19 en Costa Rica.

Hoy más que nunca estamos en crisis, no solo provocada por la pandemia del COVID 19, sino por las crisis de un modelo de desarrollo que nos ha llevado a un subdesarrollo intelectual, psíquico, tecnológico y moral.

Intelectual, porque la formación disciplinar que recibimos los occidentales, al enseñarnos a disociar todo, nos ha hecho perder la capacidad de relacionar las cosas y, por lo tanto, de pensar los problemas fundamentales y globales y abordarlos desde la complejidad en que están insertos, es decir vincular lo global con lo local y lo general con lo particular.

Psíquico, porque estamos dominados por una lógica puramente económica, que no ve más perspectiva política que el crecimiento y el desarrollo, y estamos abocados a considerarlo todo en términos cuantitativos y materiales.

Tecnológico, porque no debemos considerar a las tecnologías, como la herramienta que nos resuelve todos los problemas de la comunicación humana. Las tecnologías de la información y comunicación pueden hacernos bien o mal. No todas las tecnologías y cualquier uso que hagamos de ellas es lo más apropiado. No todas nos harán bien. Al contrario, utilizadas inapropiadamente pueden provocarnos torceduras, golpes en nuestra vida diaria, y pueden, sencillamente, embrutecernos. Pero aprovechadas de manera inteligente serán saludables y nos permitirán avanzar sanamente. Se debe elegir con lupa el menú tecnológico, conectarlo a nuestras necesidades reales y proyectos de mejora de la condición social. Es un imperativo utilizar la tecnología con sabiduría e inteligencia. Con ellas tenemos que hacer esfuerzos para tratar de recuperar el contacto humano, y, por consiguiente, la solidaridad. Como ciudadanía tenemos que apropiarnos de las tecnologías de la comunicación e información y reconocer su valor antes de que ellas desbocadas profieran el bazucazo a la humanidad y sigan colonizando nuestra mente y nuestra sociabilidad. Evitemos caer en la red de sus intereses comerciales y/o políticos. Recordemos, como se ha dicho en varios foros, que no está hecha la persona para la tecnología. Sino la tecnología para el ser humano.

Moral, porque el egocentrismo domina sobre la solidaridad. Además, la hiperespecialidad, el hiperindividualismo y la falta de solidaridad desemboca en el malestar, incluso en el seno del confort material. Como mal social, la corrupción es capaz de permear por completo un sistema político, afectándolo desde la cúpula hasta las actividades más cotidianas de la convivencia social sin importar las circunstancias en que nos encontremos. La permanencia de la corrupción en la política permite y atrae a personas impropias e inadecuadas para ejercer cargos públicos y desmotiva y repele a personas honestas que tienen una legítima vocación de servicio público. Los economistas, los sociólogos y los políticos tienen que tener cuidado con pronósticos imprudentes. En el desarrollo de esta crisis del COVID 19, se han visto algunos políticos que vacilan en asentar su estrategia en el principio de que el esfuerzo del Estado debe orientarse a salvar la vida de todos sus ciudadanos, que son los sectores sociales los que deben tener prioridad frente al cálculo utilitarista y mercantilista de las consecuencias económicas, que puede tener esa estrategia que beneficien a ciertos sectores privilegiados a contrapelo de la clase trabajadora y de quienes no gozan de garantías para acceder a una vida justa. La inseguridad no sólo se refiere a la lucha contra la pandemia, también a las consecuencias económicas y sociales que son impredecibles. Por ello, como sociedad, debemos incidir para lograr liderazgos políticos honestos para las siguientes décadas, que cultiven y promuevan la verdadera democracia y no contaminarla.

La crisis de la humanidad son crisis interdependientes, interrelacionadas, tenemos crisis en la salud, cognitiva, de pensamiento, política, económica, social, ambiental, cultural, ética; tenemos una crisis en la relación fundamental entre el individuo y la sociedad, el individuo y la familia, el individuo y él mismo; es decir, estamos abocados al abismo.

Sufrimos un malestar interior que parasita nuestro bienestar exterior. Aquellos que gozan de un aumento de su nivel de vida, ven reducida la calidad de la misma. Pero este es un malestar difuso, que se vive de maneras distintas; por ejemplo, el malestar que afronta la juventud, la desintegración de la familia, el significado de la vejez para la sociedad mundial actual ante la pandemia del COVID 19, entre muchos otros.

Pero toda crisis comporta riesgos y oportunidades; sin embargo, esta crisis humana que hoy enfrentamos con la pandemia del COVID 19 es solo una de ellas; que nos ha llevado a evidenciar los riesgos, pero nos obliga, a buscar las oportunidades de cómo superarlas.  La oportunidad es ver la crisis como una vía hacia un cambio, Así surge la gran capacidad creadora del ser humano que permita regenerar nuestra vida, la vida de nuestras culturas, del legado del pensamiento y conocimiento al cual hoy en pleno siglo XXI hemos logrado alcanzar; este será nuestro máximo instrumental de lucha que nos permitirá definir la ruta que nos llevará hacia ese gran cambio. Como dice Morin “cambiar de vía”.

Pero cambiar de vía no significa frenar el desarrollo científico-técnico-económico, por el contrario, significa repensar y hacer un alto y un acto de contrición, para valorar lo bueno y malo que tenemos en nuestras vidas, de tal forma, que abramos una pluralidad de caminos, reformadores a nuestra vida. Serán muchos los caminos, pero como dice Machado “. el camino se hace al andar”.

El cálculo monetario no puede evaluar el bienestar y el malestar. La tristeza, el abandono y la soledad buscan consuelo en la compra y el consumo. La lógica del cálculo, de la máquina determinista, del rendimiento y de la productividad se extiende por toda la sociedad y se apoderó de todos nosotros. Por esto, necesitamos una reforma de vida, que pueda reducir el poder del dinero y del afán de lucro y de todos aquellos que siempre nos presentan las mismas recetas economicistas.

Necesitamos de una política de solidaridad real no de una de anonimato de solidaridad del estado de bienestar, es decir pasar de promulgar la solidaridad a liberar la fuerza de las buenas voluntades y favorecer las acciones solidarias, por ejemplo, impulsar la economía solidaria en donde se fortalezca el cooperativismo y las asociaciones sin afán de lucro que presten servicios de proximidad, o en el campo educativo, en donde profesores y docentes ofrezcan espacios de formación y acompañamiento técnico y profesional a aquellos que más lo necesiten; o en el campo de la seguridad ciudadana, en donde las comunidades se organicen para controlar la delincuencia y el robo.

Necesitamos un reencuentro con el trabajo en el que se dignifique el aporte de todo ser humano; volverle a cada ser su capacidad de crear, de innovar, de producir de sentirse útil en la vida, produciendo para sí mismo, para otro o para un mercado. Hoy más que nunca hemos aprendido que la salud y la alimentación son las principales fuentes de vida que todo ser humano necesita de manera indispensable, es nuestra responsabilidad velar porque nuestro país siga conservando y consolidando el sistema de salud que poseemos, pero en cuestiones alimentarias debemos reconocer el abandono y desconocimiento al que hemos llevado a nuestro sistema agroalimentario nacional, haber pasado de un sistema autosuficiente que garantizaba su seguridad alimentaria, de tan solo hace 30 años, con un liderazgo y reconocimiento a nivel ciudadano de nuestros agricultores, a un nivel de dependencia absoluta por lo que consumimos a nivel básico y sobre todo por el desconocimiento e invisibilización del pequeño y mediano agricultor de nuestro país, a punto de desaparecerlo. Es innegable e indispensable reactivar el sistema agropecuario de nuestro país, tarea que solo grupos multidisciplinarios y en dialogo abierto y permanente podrán buscar la forma de lograrlo.

Esta reforma de vida necesita de una reforma del pensamiento, que nos muestre la importancia de los prejuicios y los paradigmas que inconscientemente dirigen nuestras formas de conocimiento y comportamiento y nos hacen incapaces de comprender que los demás obedecen a otros preconceptos y otros paradigmas.

Tres pilares fundamentales para cimentar una sociedad próspera, solidaria, cohesionada, un Estado fuerte, representativo y garante de los intereses de los diversos sectores y que convoque a una ciudadanía participativa y proactiva, son la Ética Pública, la idoneidad- y la probidad, estas cualidades garantizan, a su vez la transparencia, la rendición de cuentas y son el filtro para detener los abusos del poder, la corrupción y el favorecimiento económico de una minoría. De manera tal, que se pueda cumplir con los requisitos de una democracia representativa y de una economía solidaria, eficiente y distributiva de la riqueza social. El modelo de desarrollo del Estado costarricense, desde la Segunda República, es una fuente para repensar el Estado y el rumbo de la Costa Rica, de los próximos 30 años.

Necesitamos afrontar la relación con los demás a través de la comprensión del prójimo, la humanización de las emociones y el respeto democrático.

Todos debemos buscar aquello que es importante y necesario para nosotros, todos debemos encontrar el camino de nuestra regeneración, una vuelta a las fuentes generadoras-creadoras.

Trabajemos para diagnosticar y transformar, trabajemos para relacionar y unir. Las reformas son solidarias; no son solo institucionales, económicas, políticas o sociales, son también mentales, y requieren una aptitud para concebir y abarcar los problemas globales y fundamentales, una aptitud que, a su vez, precisa de una reforma de la mente y la forma de pensar nuestras vidas. Pero la reforma de la mente depende de la reforma educativa y de la reforma del pensamiento, ambas son complementarias e indispensables.

En materia educativa es momento para reorientar el modelo, hacerlo más inclusivo, más participativo, las TICS nos han ofrecido herramientas tecnológicas que van a revolucionar la enseñanza y el aprendizaje, y es precisamente donde la juventud nos ha dado una clase de destreza y habilidad para acoplarse a estas nuevas herramientas, el reto es porqué no incluirlos en el diseño de las nuevas formas de implementar el proceso de enseñanza aprendizaje valiéndonos de las TICS.

Ante esta época de crisis provocada por la pandemia del COVID 19 es momento para replantearnos, hacer un alto en nuestras vidas, valorar lo que tenemos, mirarnos como humanos, preguntarnos qué queremos de nuestras vidas, en qué estamos dispuestos a cambiar, y lo más importante creo yo, que puedo hacer por el prójimo, sobre todo aquel que ha perdido las esperanzas de vivir la vida con dignidad humana, aquel necesitado de espiritualidad, de oportunidad, de valoración por lo que es, y no por lo que tiene o puede producir,  aquel que anda en la calle sin norte, aquella que enfrenta sobrevivir con una familia sin  oportunidades de trabajo o empleo, pero no solamente él o aquella que parece estar alejada de mí, muchas veces, ella o él están muy cerca o son parte de mi núcleo familiar.

Insto a que olvidemos nuestro ego disciplinar que no nos deja ver la realidad compleja que afrontamos, debemos pasar de las recetas que todo lo solucionan desde una disciplina; receta, donde mi disciplina es la más favorecida, y los o las otras, son las que deben implementar las sabias soluciones propuestas; debemos buscar el encuentro con el otro, a reconocernos en el otro u otra, a dialogar, a buscar puntos de convergencia que nos permita avanzar en la convivencia fundamentada en el amor por nuestro semejante, porque solo de esta manera podremos avanzar en una sana convivencia en donde lo que planifiquemos sea producto del aporte de cada uno de nosotros.

Finalmente, consideramos que el gobierno y quienes lo presiden realizan las acciones y medidas que humanitariamente, con meditación o alevosía, consideran más oportunas, más que criticar dichas propuestas, debemos realizar aportes o propuestas que mejoren dichas acciones, hay que pasar de la reacción a la acción propositiva. Ya no basta con denunciar, ahora es preciso enunciar, no es suficiente reconocer la crisis, la urgencia, también hay que saber por dónde empezar, el reto es ahora o nunca.

Aún tenemos tiempo para reconstruir y fortalecer aquellas prácticas ciudadanas, que soportan la institucionalidad y la praxis democrática, y que se fundamentan en la moral y la ética pública.

Prueba de Ácido para Honduras

Por Marlin Óscar Ávila

El juego doble

El Covid-19 se puede usar como pretexto para satisfacer intereses mezquinos de quienes son los responsables, no del virus, pero si del mayor sufrimiento del pueblo hondureño.

Se especula que quienes toman las decisiones gubernamentales, quieren llevar al país a obtener un impacto negativo para que lo distingan globalmente y así lograr las miradas internacionales hasta que se le ofrezca mayores donaciones y ayuda.

Nadie ignora que las ayudas del exterior y, las extraídas de lo que haya quedado internamente, desaparecen por arte de magia.

Se ha denunciado públicamente el desinterés del Ejecutivo en escuchar y aplicar las propuestas del Colegio Médico Hondureño, adonde están afiliados lo poco de ciencia médica existente en este país. Las universidades, hace tiempo no hacen propuestas coherentes y oportunas, con quienes también existe mucho prejuicio del gobierno.

Punto de quiebre

Estamos ahora mismo llegando, en estos días, a un punto de quiebre político social delicado, sin hablar del crecimiento exponencial de casos del Covid-19.

Esta crisis socio política tiene visos de llegar a ser sin precedente. Con un subempleo de alrededor del 60%, ahora aumentado por los cierres de empresas, las que suben la tasa de desempleo y subempleo a niveles astronómicos, las cosas están más que delicadas.

Si a esto le sumamos el desabasto de alimentos en los mercados, la desmovilización de todas las familias para buscar su sustento, y posiblemente viene desabasto de medicamentos en las farmacias (una forma de llegar después a especular con los precios), lo que tenemos frente a nosotros, además de la pandemia del Covid-19, es un caos social. Las muertes serían por varios motivos y se podrá hacer trasiego entre los que mueren por la infección y los que mueren por hambre. Solamente que las cifras podrían llegar a 4 y hasta 5 dígitos. Pero eso, que no requiere ser genio para preverse, puede estar en la agenda de quienes gobiernan.

El campo rural

El lugar más adecuado para vivir ahora es la zona rural. De donde emigraron nuestros padres y abuelos. Conocemos un programa que durante más de una década ha asesorado y formado a familias campesinas en su desarrollo integral. Estamos hablando de unas 15 mil familias pequeñas propietarias de tierra, ubicadas en los cuatro puntos cardinales del país. Esas familias producen para el auto sostenimiento familiar, los alimentos más sanos que cualquiera exija comer. Las graves sequías cortas y largas que ha habido desde inicios del 2000, esas familias han sobre llevado las peores sequías, siempre logrando agua para sus cultivos y consumo animal y humano. Son familias que vimos extraer agua hasta de las rocas.

Estas familias no están pasando el hambre de quienes habitan los bordos en la zona norte, tampoco se desesperan por no poder llegar al banco durante una semana. En ellos no existe la ambición de lujos y diversiones que ofrecen, u ofrecían nuestras ciudades. Tampoco viven en la pura naturaleza. Tienen deporte, TV, escuela, Internet y colegio, y no falta una familia que tenga un miembro con educación superior.

A esas familias hondureñas les debemos agradecer el que no sean agentes portadores del virus Covid-19 per, mantiene muchos metros de distancia entre las viviendas. Tampoco, serán portadores de violencia para lograr comer el día de hoy y mañana ni el próximo año. Es gracias a ese inteligente y audaz programa impulsado por ANAFAE. Que habrá población inmune a las grandes alteraciones político-sociales que se avecinan.

Creemos que hay otras agencias con ese marco filosófico de desarrollo integral, que sin sesgos religiosos y políticos están fortalecidos para sobrevivir las atrocidades de una clase política inmoral en control del primer país más pobre y enfermo de hambre en América Latina.

El Ombudsman

Los retos que se avecinan para un «defensor del pueblo» u OMBUDSMAN, no los ha tenido ningún profesional a la cabeza del Comisionado de Derechos Humanos. Después del Dr. Leo Valladares, no ha habido alguien como él, pero dudamos que alguien pueda llegar a responder como se le exigirá a quien llegue luego. Don Roberto Cáceres ha concluida su periodo formal este 25 de marzo, pero aún no se ha definido quién lo sustituya.

Diríamos que más allá de una persona, que podría ser el mismo Dr. Roberto Cáceres, lo que se requerirá es un equipo multidisciplinario de profesionales realmente comprometidos con este abandonado pueblo catracho. Un equipo militante de los derechos humanos. Esto no está lejos de poderse obtener. Hay muchos defensores de los derechos humanos que han pasado tal prueba. Unos o unas no están dentro del país por esa misma razón.

Si el Ombusman deja de ver los colores políticos y conveniencias personales, se podría lograr una Defensoría del pueblo como lo exigen las circunstancia actuales y venideras. De lo contrario, mejor no tener esos elefantes blancos gastando el poco presupuesto que dejan los corruptos.

¿Cómo cantar el Himno Nacional ESTE 15 de setiembre?

María Amoretti Hurtado

De todos los símbolos nacionales, el Himno es el más eficiente porque es un rito de jura que además marca el cuerpo con los gestos del poseso: de pie, firmes, recogidos y dignos.

El Himno Nacional de Costa Rica, expone virtudes con las que es difícil no coincidir.

El hombre-poeta que lo escribió tenía una noción de patriotismo muy particular y por eso elude cuidadosamente los lugares comunes del pensamiento republicano, pensamiento medular en el Himno del 15 de Setiembre, que antecedió a nuestro canto nacional, tales como el de la majestad de la ley como si de ella derivaran por generación espontánea la libertad y la justicia. Billo era un ácrata. Creía, más que en la majestad de la ley, en el cultivo del sí mismo, en el autogobierno personal y desconfiaba de cualquier concepto colectivo que manipulara la libertad personal. Eso mismo hubiera suscrito la gran poeta costarricense, cuyo centenario conmemoramos este año: la luminosa Eunice Odio y su liberadora escritura.

Así, por ejemplo, es necesario saber que la palabra patria que aparece en el primer verso del Himno Nacional es una modificación hecha por el jurado. La versión original decía: «Costa Rica tu noble bandera…».

Zeledón no busca sus motivos literarios en el pensamiento republicano, sino en el filón concreto de la realidad cotidiana. Por eso escribió «bajo el manto azul de tu cielo» y no » bajo el límpido azul», -otra corrección del jurado-, porque buscaba expresiones que remitieran a lo concreto cotidiano.

El filón que inspira a Billo no genera vínculos cívicos. Para encontrar el vínculo cívico de la ciudadanía republicana en el Himno, es necesaria una operación metonímica y silogística bastante forzada. Su verdadero vínculo es más profundo, está enraizado en el arquetipo ancestral y primigenio de la diosa madre-tierra y sus principios derivados, como el del crecimiento y las germinaciones, aspectos que se proyectan ahora también en las esculturas de Jorge Jiménez Deredia, prueba de que pervive en nuestro imaginario. Se trata de un vínculo fuertemente interpelativo para el inconsciente colectivo: si la tierra es madre, los costarricenses, siendo hijos de ésta, sólo pueden relacionarse como hermanos. Como fácilmente se colige, este razonamiento se conecta con el patriotismo sólo porque alguien, que no fue Billo, sino don Antonio Zambrana, introdujo la palabra patria en el Himno. Se conecta más bien, con una forma de relación humana que sigue siendo no solo hermosa, sino también eficiente para la paz social: LA SOLIDARIDAD.

Sobre el forzado valor cívico que se le quiso dar y se le sigue dando, el Himno de Costa Rica pondera más bien valores próximos al tiempo de la cotidianidad, al tiempo de la vida, y no al tiempo de la reducida ficción patriótica.

Las virtudes que expone el Himno son:  honradez e integridad.

De todas las actividades sociales, el Himno selecciona la del trabajo por ser la actividad dominante en la vida diaria de las personas. De él pondera dos rasgos; el primero es su capacidad formativa, ya que sólo en esa lucha tenaz las personas adquieren conciencia de su fuerza y de su potencial; el segundo se refiere a la honra que otorga como recompensa, por eso en Costa Rica llamamos honrado únicamente al hombre que vive de su trabajo. 

Lo anterior pone en evidencia que el Himno se inclina por la mayor fuerza del consenso nacional: los trabajadores, quienes por ironía histórica han sido los sistemáticamente excluidos de ese consenso.

Además de la honradez, el Himno propone el valor de la integridad. Esta virtud se manifiesta en el Himno cuando destaca la coherencia del trabajador con su ideal hasta el punto en que, a pesar de su amor por la concordia, es capaz de ir a la guerra para defender sus valores porque es leal a ellos, no sólo de palabra, sino de acción; es decir, que somos también honrados, en la  relación que tenemos con nuestros ideales. En este aspecto, Martí coincidiría con Billo, pues para este gran pensador latinoamericano, un hombre que tolera un mal gobierno no es un hombre   honrado.

Billo consideraba la política como el más innoble de los ejercicios humanos y por eso, este trabajador del ideal no fue precisamente el patriota que los políticos hubiesen querido, sino el rebelde que – como dice Vínyela Devandas- dedicó su vida a formar conciencia colectiva, a desenmascarar el timo del discurso oficial y a denunciar la corrupción de los gobernantes.

Vale la pena dedicar, dentro del contexto que estamos viviendo, nueve segundos de atención y preguntarnos: ¿Será tiempo de cambiar la letra de nuestro Himno Nacional?

Puerto Rico: Movimiento Ciudadano pide renuncia a gobernador

Con la consigna #Ricky Renuncia y, al ritmo caribeño de ‘Somos Más y No Tenemos Miedo´, más de un millón de puertorriqueñxs realizamos un Paro Nacional, indignadxs por los esquemas de corrupción y pillaje, pobreza, pobreza, desigualdad social y de género. Estamos en las calles de hace 13 días, exigiendo al gobernador que desocupe su puesto.

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