Somos analfabetos políticos
Por Sergio Ortiz Pérez
Nuestro país tiene más de 30 años de malas administraciones. Hemos visto la corrupción danzante que debilitó a un Estado y sus instituciones en contubernio con empresarios privados y la clase política corrupta.
Hemos dejado de participar en política, nos aburre, dejamos que una minoría elija y elija a los mismos, nos conformamos con lo mínimo, agradecemos al gobernante que haga lo básico, si roba no importa siempre y cuando cumpla con lo mínimo, votamos por lo emocional, no leemos planes de gobierno ni mucho menos exigimos que se cumplan, criticamos al que exige mejores servicios y acciones del gobierno, nos quedamos metidos en la discusión de la Negrita, de los homosexuales y lo verdaderamente importante pasó por encima de todos y todas sin contemplación.
La clase política siempre se alió de los grandes capitales, esos que tienen acciones y asientos en los medios de comunicación hegemónicos, en los bancos y en paraísos fiscales. Estos lograron dividirnos entre empleados públicos y empleados privados, cuando todos somos trabajadores. Lograron incluso hacerle creer a muchos inflados que eran capitalistas sin capital.
Pero hoy nos apretan a todos por igual. Vieron, éramos los mismos. ¿Y los grandes capitales? Nadie los toca.
Ningún país estaba preparado para una Pandemia, pero les aseguro que si no hubiésemos sido tan tolerantes con la clase política y más que todo con la corrupción a nivel país (desde la mordida al oficial de Tránsito hasta el Cementazo) talvez hoy, tendríamos un mejor panorama económico, mejores reservas financieras, mejores políticos, instituciones más sólidas, menos pobreza, mejor educación, una inmigración controlada, mejores fronteras; y definitivamente una mejor cultura ciudadana que acatara las disposiciones del Ministerio de Salud y respetara la vida de sus semejantes.