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Etiqueta: cristianismo

San Agustín. La historia del gran pecador que se convirtió en santo

Escudo de la Orden de San Agustín.

Juan Jaramillo Antillón

San Agustín nació en la ciudad de Hipona, actual Argelia, en el año 354 d. C. y murió en el año 430 d. C. Su vida estuvo llena de contradicciones, pero indudablemente es una gran figura del cristianismo. Fue escritor, teólogo, y filosofo cristiano. Es venerado como santo por la Iglesia católica, la ortodoxa oriental y la anglicana.

Su padre y su madre eran bereberes, un grupo étnico del norte de África. El padre era pagano, pero la madre, muy religiosa, luego fue señalada como Santa Mónica. Ella intentó educarlo en la religión cristiana, pero él se alejó de la misma desde joven.

Inicialmente tuvo una vida disipada. No solo no era cristiano, sino que, al parecer, era maniqueísta. Lo que lo hizo cambiar fue la lectura del persa Mani, quien señalaba que el universo era el resultado de la oposición de dos fuerzas contrarias: el bien y el mal, la luz y la oscuridad. Según él, “la materia es perversa y el espíritu bueno” y las personas tienen una mezcla de ambos. Eso produjo una profunda impresión en Agustín. Después de leer a Cicerón, se interesó por la filosofía, especialmente por el neoplatonismo. Más tarde, cumplidos ya los 32 años, trató de hacer una síntesis entre el platonismo y el cristianismo.

En su autobiografía Confesiones, cuenta la promiscuidad sexual de su juventud (tenía una querida y un hijo con ella), y confiesa que que le rogaba a Dios que lo hiciera casto “pero todavía no”. Es evidente que le costó trabajo dejar de ser pecador.

En sus escritos nos habla sobre el tiempo, señalando que nuestra existencia sólo puede concebirse desde el presente, porque, aunque Dios no esté sujeto al transcurso del tiempo, el hombre, en cambio, sí lo está. En cierto sentido, puede decirse que se adelantó a Descartes en cuanto a la sentencia “pienso luego existo”. Agustín señalaba que, para rebatir el escepticismo, o sea, para dudar de algo, es preciso primero existir, y, por lo tanto, si hay algo de lo no se puede dudar es de la existencia de uno mismo.

De joven, rechazó la fe en nombre de la razón, pero con los años llegó a la conclusión de que la fe y la razón se complementan y están en equilibrio. Sin embargo, años después señaló que la fe estaba por encima de la razón, ya que se encuentra apoyada por Dios.

Agustín decía que Dios había creado el universo, el tiempo y todos los seres, incluido el hombre, hacía muchos siglos, y no en pocos días. Einstein, siglos más tarde, señalaría que el tiempo y el espacio eran uno sólo.

Para Agustín, ser cristiano consistía en creer que Dios vino más tarde al mundo como un hombre llamado Jesús, y aceptar sus enseñanzas, su muerte y su resurrección. En el año 385, se convirtió al cristianismo y fue bautizado en Milán por San Ambrosio. Al regresar a su país, vendió todos sus bienes y repartió el dinero entre los pobres, retirándose con unos compañeros a vivir monacalmente.

En su libro La Ciudad de Dios, trató de fusionar el cristianismo y la filosofía, y por eso se lo considera el primer filósofo cristiano. Sin embargo, a mi juicio, su concepción es, básicamente, teológica con tendencias apologéticas, y su filosofía de la historia es una teología de la historia, una justificación sobre la justicia de Dios para con el mundo. Y esto es así porque, desde el punto de vista filosófico, señalaba que la historia es una constante lucha entre las dos ciudades: la terrena, que es de Satanás y se inicia cuando Caín mata a Abel, y la ciudad celeste, o de Dios, representada por Abel, el bueno.

Según esta concepción, hay una verdadera dialéctica que mueve el proceso histórico entre el bien y el mal, una constante envidia que enfrenta a los malos con los buenos. Al parecer, trataba de correlacionar las enseñanzas de Platón con las católicas, pero los filósofos creían en la razón como conductora del conocimiento. En esos tiempos había dos corrientes: la filosófica, que sostenía que la verdad podía conocerse por la razón, y el dogma teológico cristiano que todo se basa en la revelación divina y el lugar de la palabra revelada de los evangelios se impone sobre la verdad razonada. Según él, la filosofía desempeñaba un papel secundario con respecto a la revelación, llegando a afirmar que toda creencia que entre en contradicción con el dogma cristiano debía considerarse una herejía.

Se aprecia entonces que contribuyó a aumentar los rasgos de intolerancia hacia quienes no eran cristianos. Después de ser ayudante de San Ambrosio. que era su mentor y obispo de la mima ciudad, llegó a ser Obispo de Hipona. Agustín escribió la primera apología completa de la historia cristiana primitiva, señalando el derecho del estado a tomar medidas contra los no cristianos. Un ejemplo de su inhumano cambio era el hecho de que insistía en perseguir los herejes cuando no se lograba persuadirlos de que se convirtieran al catolicismo, para así evitar su condenación eterna.

Vivió durante la plena decadencia del Imperio Romano, y la describió en su libro La ciudad de Dios. Sostenía que, como cada individuo vive en dos comunidades diferentes: la de Dios, por un lado, que es eterna, invariable y se asienta en los verdaderos valores, y la terrenal, basada en valores falsos y efímeros como todo lo que en ellas se encuentra. Con esto parece haber querido imitar la teoría de los dos mundos de Platón.

De hecho, estaba muy influido por el pensamiento platónico. Creía en un mundo de ideas perfectas, al que se llegaba a través de la razón, y no a través de los sentidos. Sostenía que el alma humana, que es lo bueno del hombre, se encontraba atrapada en un cuerpo (materia que es mera apariencia) y se liberaba con la muerte. Al parecer, daba por sentado que el conjunto de teorías platónicas constituía un germen del cristianismo que habría de aparecer unos siglos después. Señalaba que el proceso histórico no es la realización de los propósitos de los hombres, sino de los de Dios. Consideraba que Dios era el único agente histórico, porque sólo debido a su actividad la voluntad humana conducía a un resultado dado.

Creía que el papel del hombre en el mundo le había sido designado de antemano y, por lo tanto, ya fuera que tomara el camino del bien o del mal, todo estaba ya escrito. La historia del hombre, según él, comenzaba cuando Dios lo creó. A su vez, el tiempo y el mundo también habían sido creados por Dios.

Todo esto le creó a Agustín un problema con la Iglesia, porque, si todo estaba predestinado, y no había libre albedrío, nadie podía salvarse por sus propios méritos sin la intervención de Dios. Para él, la voluntad divina decidía quién se salvaba y quién sería condenada. Eso a pesar de que, en La Biblia, Dios le había dado a Adán libertad de escoger. Para justificarse, Agustín señalaba que el hombre era libre de tomar el camino de la verdad o del pecado, pero la elección de uno u otro contribuía siempre a la realización de la voluntad de Dios.

De él es la famosa frase: “No todos los hombres malos pueden llegar a ser buenos. Pero no hay un hombre bueno que no haya sido malo alguna vez”.

Bibliografía

Magee, Bryan. (1999). “San Agustín. La Síntesis entre el platonismo y el cristianismo”. En: Historia de la Filosofía. Barcelona, España. Ediciones Blume. 50-53.
Montes de Ocas, Francisco. (1970). La ciudad de Dios de San Agustín. México, D. F. México. Editorial Porrúa S.A.
Mora, Forero. J. (1992). El pensamiento histórico. Santafé de Bogota. Tercera Edición. Corporación Universitaria Antonio Nariño. 37-53.
San Agustín. (1970). La Ciudad de Dios. México, D. F. México. Editorial Porrúa.
Savater, Fernando, Sadaba, Javier et al. (1985). San Agustín. Barcelona, España. Editorial Noguer. 120-124.

  1. Estatua de San Agustín en Filipinas
  2. En su autobiografía Confesiones, cuenta la promiscuidad sexual de su juventud y confiesa que que le rogaba a Dios que lo hiciera casto
  3. Agustín escribió la primera apología de la historia cristiana primitiva, señalando el derecho del estado a tomar medidas contra los no cristianos
  1. Estaba muy influido por el pensamiento platónico, creía en un mundo de ideas perfectas
  2. San Agustín nació en la ciudad de Hipona, actual Argelia, en el año 354 d. C. y murió en el año 430 d. C.
  3. Trató de fusionar el cristianismo y la filosofía, y por eso se lo considera el primer filósofo cristiano

Compartido con SURCOS por el autor.

Fuente: https://www.meer.com/es/85047-san-agustin

Hipatia y las “bestias triunfantes”

Osvaldo Durán-Castro, Sociólogo ITCR, ecologista FECON

Ninguna fecha mejor para recuperar a Hipatia de Alejandría que el 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer. Vivió aproximadamente entre 370-417 de esta era y seguirá siendo una de las personas más eminentes de la humanidad. Fue maestra en la Biblioteca de Alejandría, donde se concentraba la esencia de todas las expresiones del pensamiento, el arte y la ciencia de su época; es decir, todo lo que era incompatible con el oscurantismo cristiano que ya daba señales de la masacre de vidas y de pensamiento disidente que desataría después.

Su universal inteligencia y formación como filósofa neoplatónica, matemática, astrónoma e investigadora, traspasaron todos los parámetros de su tiempo y de su espacio. Y todo lo hizo en absoluta disidencia por ser mujer y por no someterse al cristianismo. No renunciar a la búsqueda de conocimiento provocó el odio desmesurado contra ella.

Cuando Hipatia caminaba por Alejandría, dice Carl Sagan, eran tiempos en que “…la esclavitud, el cáncer del mundo antiguo, había robado a la civilización clásica su vitalidad”. El otro flagelo que ya se estaba imponiendo, fue la fusión del poder romano con el cristianismo, cuyo alcance quedaría bien claro luego del Concilio de Nicea en 324. Pero Hipatia los desafió a todos.

Las narraciones y escritos permiten confirmar que el Obispo de Alejandría, Cirio o Cirilo que asumió ese cargo en 412, despreciaba a Hipatia como intelectual, pagana/atea y simplemente por ser mujer y por no ajustarse y cumplir la “palabra de dios” en cuanto a lo que debía hacer y ser una mujer. Cirilo invocó la biblia para declararla fuera de la ley de dios y provocó su asesinato, mismo que consumó una turba de cristianos furiosos. Fue apedreada, vapuleada y desollada viva. Luego fue descuartizada y quemada. En la película “Ágora” de Alejandro Amenábar, quien la mata estrangulándola es un esclavo enamorado de ella, pero igual esa versión “suavizada” de muerte es brutalmente violenta. Apenas muerta, a Cirilo lo declararon “Santo y Doctor” de la iglesia.

Pasaron mucho más de 1.200 años hasta que Johannes Kepler, gracias a que sumó a sus teorías los experimentos de Tycho Brahe, confirmara la órbita elíptica de los “vagabundos”/planetas que Hipatia había visualizado. Ese letargo reafirma que la humanidad puede vivir regida por un error por más de mil años. Pero en realidad podemos decir que en muchos aspectos esa modorra perdura hasta hoy, en muy buena medida por el avasallador peso de las tantas derivaciones del cristianismo. En su célebre “A hombro de gigantes” Stephen Hawking (2004), hace un recorrido por los aportes de algunos eminentes hombres de ciencia como Galileo, Kepler, Copérnico, Newton, Einstein, pero ni siquiera menciona a Hipatia, aunque sus experimentos para descubrir las órbitas elípticas ayudaron a abrir una nueva era en la astronomía, en la que los movimientos de los planetas podían ser predichos.

Los experimentos sobre gravedad que realizó Galileo Galilei en la torre de Pisa ya habían sido pensados y en parte realizados por Hipatia. Su legado también se relaciona directamente con la superación del universo geocéntrico de Ptolomeo que imperó hasta el renacimiento europeo. Es decir, la historia de la ciencia y de la humanidad en general, hasta nuestros días, se sigue escribiendo desde el patriarcado. Aunque Carl Sagan no menciona a Hipatia cuando habla de la órbita elíptica de Kepler, sí dedica mucho tiempo a explicar sus abundantes aportes en muchos campos del conocimiento y aborda su vida de manera integral.

Asesinar Hipatia y desaparecer la Biblioteca de Alejandría fueron apenas las primeras escenas de una tragedia inusual y delirante que instaló y multiplicó ignorancia con la inquisición de la iglesia católica tanto en Europa como en América. La “cacería de brujas” católica provocó que todas sus víctimas mujeres fueran aniquiladas en la tortura y la hoguera. Todos esos crímenes, igual que el de Hipatia, fueron feminicidios.

La misma iglesia que había asesinado a Hipatia también prohibiría el conocimiento de Kepler y Copérnico en 1620. Y claro, fue la misma que el 19 de febrero de 1600 prendió fuego a Giordano Bruno luego de que el hereje excura (que jamás se retractó, como sí lo hizo a medias Galileo Galilei ante sus inquisidores), la desafiara hasta en último minuto diciéndoles “Es mayor vuestro miedo a pronunciar mi sentencia que el mío a oírla”, según relata James Reston Jr. en su biografía de Galileo (1996, p.90). “Bestia triunfante” llamó Giordano Bruno al papa Pablo V, autoridad máxima de la “Compañía de la misericordia y de la piedad”, que lo torturó y encendió la hoguera.

Tras la muerte de Hipatia, la Biblioteca de Alejandría fue destruida del todo luego de haber sido convertida en un establo de todo tipo de bestias, gracias a las concesiones del imperio romano a los cristianos. Carl Sagan dijo que “…los últimos restos de la biblioteca fueron destruidos al año de la muerte de Hipatia. Es como si toda una civilización se hubiera hecho una especie de cirugía radical del cerebro de forma que la mayoría de sus recuerdos, descubrimientos, ideas y pasiones fueron borrados irrevocablemente”. Lo peor de todo es que los mismos versículos que recitó Cirilo contra Hipatia se siguen repitiendo hoy, cuando hombres patriarcas, misóginos, cristianos de cualquier estirpe, vestidos de sotana o corbata, y desgraciadamente también mujeres patriarcales, pretenden seguir definiendo cuáles son los derechos de las mujeres y decidir incluso sobre su propio cuerpo.

El Sionismo Político-Religioso en América Latina

Lic. José A. Amesty R.
19-mayo 2021

En América Latina el cristianismo, se asoció siempre con el catolicismo y con las iglesias protestantes evangelicas, ambas poseían el monopolio de la religión en esta parte del mundo. Pero en la última década, sobre todo, en forma notoria y peligrosa, el Sionismo ha penetrado con fuerza, tanto en Estados Unidos como en Latinoamérica, realizando una labor de cavacion en las bases religiosas de las iglesias evangélicas, juntamente con el fundamentalismo evangélico, específicamente el norteamericano.

Fundamentalismo, es el nombre que recibe la corriente religiosa o ideológica, que promueve la interpretación literal de sus textos sagrados o fundacionales (por encima de una interpretación contextual), o bien la aplicación intransigente y estricta de una doctrina o práctica establecida.

En este sentido, el Sionismo cristiano evangélico es un poder político creciente y un movimiento religioso dentro del ala más conservadora del fundamentalismo protestante, pero también puede encontrarse dentro de otras ramas evangélicas del cristianismo, incluyendo las alas evangélicas de la Iglesia Presbiteriana, la Unión Metodista, la Iglesia Luterana y otras Iglesias Protestantes.

Este movimiento prospera durante periodos de incertidumbre política y económica como ocurre actualmente, caracterizado por el terrorismo internacional, y la recesión global, entre otros. Con su visión pesimista de la historia, el Sionismo cristiano evangelico pretende dar respuestas claras y simples a través de una aproximación literal y predictiva de la Biblia. Algunos estiman que entre 20 y 25 millones de fundamentalistas americanos sostienen estos puntos de vista, y que el fenómeno sigue creciendo.

A su vez, el Sionismo cristiano, es un movimiento surgido en el seno del cristianismo principalmente evangélico, pero no circunscrito únicamente a esta denominación, que apoya la idea de un hogar nacional para los judíos desde antes de 1948, y continúa apoyando la existencia del Estado de Israel hasta la fecha.

El Sionismo cristiano evangelico, es la creencia entre algunos cristianos de que el retorno del pueblo judío a Tierra Santa, y el establecimiento del Estado de Israel en 1948, fueron el cumplimiento de la profecía bíblica. El término empezó a ser usado a mediados del siglo XX.

El catolicismo tradicionalmente no prestó mucha atención al Sionismo, pero el apoyo cristiano a dicho movimiento creció entre la comunidad protestante.

La mayoría de los cristianos evangélicos Sionistas, creen que el regreso de los judíos a la Tierra de Israel, es un pre-requisito para la segunda venida de Jesús. La idea es habitual entre los protestantes, desde los tiempos de la reforma, así los cristianos han apoyado activamente el regreso de los judíos a la Tierra de Israel.

En términos más políticos, el Sionismo es una ideología y un movimiento político nacionalista, que propuso desde sus inicios el establecimiento de un Estado para el pueblo judío, preferentemente en la antigua Tierra de Israel (Jerusalén). Dicho movimiento fue el promotor y responsable en gran medida de la fundación del Estado de Israel.

El Sionismo apareció en Europa central y oriental a finales del siglo XIX. Su fundador en tanto que movimiento organizado fue el periodista austro-húngaro de origen judío Theodor Herzl, como respuesta a la ola antisemita que recorrió Europa en esos años, uno de cuyos exponentes fue el affaire Dreyfus. El movimiento tuvo como objetivo fomentar la emigración judía a Palestina y alcanzó su objetivo principal con la fundación del Estado de Israel en 1948.

El Sionismo constituye una rama del fenómeno más amplio del nacionalismo moderno, descrito como un «nacionalismo en la diáspora», el Sionismo se autodefine como un movimiento de liberación nacional, cuyo objetivo es la libre autodeterminación del pueblo judío.

¿Por qué las iglesias evangélicas se identifican tanto con los judíos? Si algún hermano o hermana judía se acercara a una clase de estudio bíblico o inclusive a un culto evangélico, se sorprendería de la cantidad de citas bíblicas, hermenéuticas conocidas, historias de héroes comunes y otras coincidencias exegéticas que les parecerían propias de su fe hebrea. Este fenómeno no es casual y representa una parte importante del “ser evangélico-protestante”. ¿Por qué sucede este fenómeno de identificación y cercanía?

Una de las bases de la formación en la fe, de las comunidades evangélicas, fueron y son las escuelas dominicales. En ellas, resaltaban notoriamente a la asombrada vista y memoria de los niños, las maravillosas historias de los héroes de la fe. Figuras bíblicas como Moisés, “nuestro padre” Abraham, Sansón, David, entre otros, eran instruidas e ilustradas de tal manera que se fueron haciendo carne y querencia de varias generaciones de evangélicos. Desde luego que las prédicas del culto dominical, en una proporción muy significativa estaban y están cimentadas en la reflexión sobre los textos de la ley mosaica, los Salmos, los profetas y los libros históricos, sea como única fuente bíblica de predicación o como base textual a la lectura de los evangelios y las cartas apostólicas. El énfasis de la mirada paulina del pueblo elegido de Israel y la mirada judía/cristiana de este apóstol/rabino, en donde los cristianos representamos en realidad un “olivo injertado” en el árbol del huerto de un mismo Dios, nos fueron acercando como deudores, hijos o hermanos del pueblo hebreo, sin perder por eso nuestra pertenencia cristiana.

Un capítulo aparte requeriría la reciente corriente teológica neo pentecostal, que da sustento bíblico profético al reconocimiento de Jerusalén como capital espiritual y política de Israel. Para algunos evangélicos, especialmente neo pentecostales, esto es una señal de los tiempos en la economía de un Dios de conquista y liberación, y para otros, es producto de una lectura literalista y contra reformada de los libros conocidos como del primer Testamento.

¿Ahora, cual es el papel del Sionismo en el quehacer religioso de América Latina? Por ejemplo: Benjamín Netanyahu, viajó a Brasil antes de la toma de posesión de Jair Bolsonaro y declaró en un encuentro con los principales líderes evangélicos de ese país: “Ustedes son nuestros hermanos, no tenemos amigos mejores que los evangélicos, y los evangélicos no tienen mejor amigo que el Estado de Israel”.

Por su parte el pastor Silas Malafaia, líder de la iglesia cristiana Asamblea de Dios (Victoria en Cristo), afirmó que el voto de la comunidad evangélica a Jair Bolsonaro, fue debido en gran parte por su apoyo hacia Israel y aseguró que no se habría conseguido sin la agenda pro-Israel.

Ya desde 2004, bajo la iniciativa del rabino y político ultra sionista Binyamin Elon fue creado el grupo de trabajo en el parlamento israelí de “Aliados Cristianos de Israel”. El propósito de este lobby, era identificar parlamentarios u hombres de influencia cristianos y evangelistas para orientar la agenda legislativa de varios países, a favor de los intereses del Estado de Israel. John Hagee, el fundador de la poderosa organización evangelista “cristianos unidos por Israel”, y Pat Roberston, el pastor estadunidense que llamó a asesinar al difunto presidente de Venezuela, Hugo Chávez, fueron contactos privilegiados de Elon para tejer esta alianza sionista.

Años más tarde, el “grupo de trabajo de aliados cristianos de Israel”, amplio sus metas y se convirtió en la Fundación de Aliados de Israel, para no limitarse al mundo evangelista, sino a todos los parlamentarios del mundo, que simpatizaban con el régimen de Tel Aviv. Cabe resaltar que este trabajo de presión política, es absolutamente necesario para limpiar la imagen del Estado de Israel en el extranjero, y que no se imponga en la opinión pública la verdadera cara colonial y racista del Estado sionista. Por lo tanto, la Fundación de Aliados de Israel, es uno de múltiples proyectos político-comunicacional y de una mirada de lobbies que tiene Israel alrededor del mundo.

Según lo descrito en su página web, el ámbito de acción de la Fundación de Aliados de Israel se articula alrededor de seis puntos:

– Vigilar el presupuesto externo de la Autoridad Palestina.

– Actuar para ampliar las fronteras de Israel, más allá de las reconocidas por la ONU.

– Luchar contra la campaña de “Boicot, Desinversión, Sanción”, deslegitimando esta herramienta ética y presionar para que parlamentos nacionales la prohíban en su país.

– Influir en las redes diplomáticas para que países reconozcan a Jerusalén como capital de Israel, y trasladen su embajada en dicha ciudad.

– Fortalecer el apoyo de Estados Unidos.

– Desarrollar grupos de presión en la Organización de Naciones Unidas (ONU) para impedir resoluciones y condenas contra el Estado de Israel y su política colonial.

Para cumplir con sus objetivos, la fundación Aliados de Israel, ha desarrollado un intenso trabajo de captación de parlamentarios y funcionarios de organizaciones a nivel mundial, quienes lejos de defender los intereses de sus electores, se empeñan en hacer avanzar la agenda de un país foráneo en el seno de los parlamentos de sus países respectivos.

Recientemente, la política de “diplomacia pública” que el gobierno Sionista ha ordenado llevar adelante, como parte del proceso de limpieza de imagen y maquillaje de su régimen, implica la compra de voluntades y búsqueda de apoyos en organismos internacionales, gobiernos, parlamentarios y líderes de opinión. El Secretario General de la OEA se ha convertido en uno de los títeres del Sionismo, para ver como hoy sirve al régimen Sionista.

Estos sujetos, suelen ser bien recompensados por este sostén desvergonzado a favor de una entidad, que día a comete crímenes de guerra y lesa humanidad. En ese plano y como parte de su proceso de conversión política, desde el progresismo y solidaridad con los pueblos, el secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), el uruguayo Luis Almagro, termina de completar su proceso de conversión, al sumarse al Sionismo en Latinoamérica, para desinformar, manipular y encabezar una guerra política contra los movimientos de la resistencia a esa política en el continente y también en Asia occidental, que combaten el Sionismo y su política de colonización y ocupación de Palestina. Ello, junto a sus acciones desestabilizadoras y agresiones contra el Líbano, Siria, Irak, Irán y su respaldo a la monarquía saudí en sus crímenes contra el pueblo de Yemen.

En síntesis, el Sionismo ha sabido influenciar el ámbito de muchas iglesias evangelicas en América Latina, y son proclives a exhibir un afecto por todo lo que remita a la cultura judía en general y al judaísmo bíblico en particular. A veces, esto que podríamos llamar “filosemitismo”, se manifiesta materialmente, en la utilización de símbolos judíos en el templo (los distintos tipos de candelabros, la estrella de David), como también en algunos casos, en el uso de indumentaria típica de los ritos judíos (también, en aquellos que tocan instrumentos como el shofar, o visten talit y kipá).

Así mismo, el Sionismo como señala Elida Quevedo, Obispa de la Unión Evangélica Pentecostal Venezolana, “No debemos olvidar que el Estado de Israel que conocemos actualmente, este Israel moderno, no es el Israel de la historia bíblica, aquel pueblo escogido que según la historia bíblica heredó el nombre de Israel, porque batalló con Dios para ganar su corazón”, y además, se le dio el nombre de Israel, para que lo asociáramos de manera automática con el pueblo de la historia bíblica.

Y citando al profesor Carmelo Álvarez, la obispa Quevedo, enfatiza que “como premisa este no es un problema de religiones ni de razas entre judíos, árabes e israelíes, (palestinos), sino que el núcleo de la problemática lo constituye la ideología de Israel como Estado judío bajo el ideal del “Amor a Sion”, y su geopolítica de dominación en contra de Palestina, por lo que puede decirse que el actual Estado de Israel, es el verdugo de Palestina, implacable, terrorista y sanguinario.

 

Imagen: https://www.alainet.org/es/articulo/212335

Compartido con SURCOS por el autor.

Cristianismo católico y cristianismo protestante. Religión y política en Costa Rica

  • Catolicismo y política – Protestantismo y modernidad

Cristianismo catolico y cristianismo protestante

El programa Eckhart del CEDI (Centro Dominico de Investigación) reanuda sus primeros dos talleres participativos de la serie «Religión y Política en Costa Rica«, los próximos días 19 de mayo de 9 a.m. a 4 p.m. y 20 de mayo de 9 a.m. a 1 p.m.

Para ver detalles del programa, profesores, horario y matrícula en el Folleto Flip, abrir el siguiente enlace: https://www.flipsnack.com/jachaves/flip-2018-mayo.html

 

Invitación de Jorge Arturo Chaves, CEDI.

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«Vaticano versus Circo Romano»

Luis Ángel Salazar Oses

Luis Angel Salazar Oses
Luis Angel Salazar Oses. (Tomada de Facebook).

Al leer rápida y distraídamente este título, posiblemente un futbolero pensará «¡que buen derbi se han montado en Roma!»
Dormía la siesta larga de los jubilados cuando mi reloj biológico me despertó e instintivamente y medio adormilado, busqué en el dial una de las emisoras que diariamente y a cada hora, da un resumen de noticias, la sintonicé y lo que me encontré fue un radio teatro en el que se representaba la «Pasión de Cristo», de inmediato recordé que era viernes santo y, resignado y aficionado al teatro que soy, me dispuse a escuchar un rato al menos, este drama tratando de encontrar alguna variante interpretativa que me permitiese juzgar la calidad de actores y actrices. El momento era dramáticamente culminante pues se acercaba la crucifixión y, con gran sentimiento, el narrador describía la figura transida de dolor de la madre dolorosa de el Salvador que, abrumada por su infinita pena, casi agonizaba impotente caminando detrás de su hijo…
La situación me emocionó también pues en María encarné inmediatamente y en una especie de recorrido por la historia contemporánea, las madres impotentes ante sus hijos descuartizados por las bombas en Vietnam, torturados por la dictadura Chilena, desaparecidos por el feroz neofascismo Argentino -María era ahora las abuelas de la Plaza de Mayo-, masacrados por los desalmados milicos guatemaltecos, salvadoreños y somocistas, por el vigente imperialismo capitalista neoliberal en Afganistán, en la desintegración de la antigua Yugoslavia, en Irak, en Libia, en Siria, en Yemen…Casi llorando y esperando escuchar muy pronto, como todos los viernes santos a las tres de la tarde se acostumbra en nuestra Patria, ese desgarrador himno al dolor humano llamado Duelo de la Patria del gran músico costarricense Rafael Chaves Torres, me fui sumiendo en ese duermevela, donde las cosas se van difuminando, hasta dormirme en angustiante pesadilla.
De pronto, violentamente fui sacado de mi solidaria, revolucionaria y martirizada ensoñación, por una escandalosa canción que, a la hora nona del viernes santo, hora según la leyenda de la muerte del supremo redentor, debía ser una horrible y blasfema profanación, con pena de excomunión y parrilla infernal y eterna garantizada, para quienes osaran cometerla, una verdadera bofetada en las sagradas creencias del 90% -¡sube al 95% cuando tiembla!- de los costarricenses que se dicen fervorosos cristianos. El cántico tan supremamente sacrílego en ese momento, provenía de mi aparato de radio, minutos atrás santificado por la solemnidad del drama que se estaba representado, y que era la rítmica sustituta del himno nacional, que acompaña a los más masivos, espectaculares, mundanos e incluso, orgiásticos triunfos populares y presunto burdo plagio de la canción homónima de José Luis Rodríguez -«El Puma»- gritaba a todo pulmón: «¡¡¡¡Agárrense de las manos heeee!!!!, unos a otros conmigo. ¡¡¡¡Agárrense de las manos!!!!, apoyemos nuestro equipo, la selección nacional, es el honor de los ticos…»
El Vaticano, como sabemos, alberga a la Santa Sede, monarquía absoluta y única teocracia europea, cuyo poder totalmente vertical lo ejerce el Papa, máxima autoridad directora de la iglesia católica, apostólica y romana que dice provenir del cristianismo original en una sucesión papal iniciada con Pedro y que no ha sido interrumpida jamás.
El cristianismo se origina del seno del judaísmo mesiánico que, como su nombre lo indica, cree en la existencia de un mesías o ungido de dios que, como su hijo divino hecho hombre, viene a la Tierra a predicarnos su doctrina de salvación, cuya validez la comprueba muriendo en la cruz por nosotros y resucitando al tercer día.
Por cierto que esta doctrina tiene mandamientos muy claros de entender y simples de cumplir, cuyo resumen plantea Jesucristo en el libro de Juan de la siguiente forma: «Amaras a dios sobre todas las cosas y a tu prójimo como a ti mismo». El cristianismo recibe una enorme influencia de la cultura helenística y, particularmente al llegar a Roma, del paganismo religioso vigente en esa urbe. Todas esas influencias son notables en la versión cristiana católica,apostólica y romana.
El cristianismo aparece en una provincia pequeña del Imperio Romano llamada Palestina, fundamentalmente como una religión de misterio o, como apuntamos, de salvación, se extiende por el Imperio Romano durante el siglo II, en el siglo III el Imperio empieza a decaer, particularmente por sus contradicciones internas y la presión de sus múltiples enemigos sobre sus fronteras, para cuya defensa debe recurrir crecientemente a la conversión de sus esclavos en soldados en los cuales el cristianismo se había hecho muy popular por lo que, en su lucha por adueñarse del poder imperial, Constantino se declara cristiano y se convierte en emperador, momento a partir del cual el cristianismo se convierte en la religión oficial del Imperio y, paulatinamente Roma, en la capital del Cristianismo, puesto que le debió corresponder a Belén cuna de Cristo. Recordemos que el cristianismo predica sobre todo el amor a dios por el que debemos renunciar al mundo material, pasajero, lleno de trampas y engaños y, en segundo lugar, el amor incondicional al prójimo no importa que sea enemigo -¡Ama a tu enemigo!- y estas dos tesis le caen al pelo a los dueños del poder material, dígase los grandes ricos de ayer, hoy y, hasta que el Pueblo se rebele, siempre. Así que esta versión romanizada del cristianismo se convirtió en Aparato Ideológico del Estado, para lavar los cerebros del Pueblo trabajador y humilde y hacerle aceptar, con resignación e incluso amor por sus explotadores, su destino de ciervo en la Tierra con tal de recibir su redención eterna después de la muerte.
El Circo Romano era el distractor ideal -otro «lavacocos»-, fomentado por los emperadores romanos, para desviar la atención del Pueblo de la condición de miseria y depredación a que el imperio le tenía sometido, Hoy su equivalente es el «opiofutbol» que tiene enormes circos llamados estadios, gladiadores llamados futbolistas, unos muy bien pagados, preferidos por el Pueblo y la mafia gobernante que son reclutados, no por mercantes de esclavos como en la época romana, pero si por sus equivalentes contemporáneos llamados apoderados («managers»), por los dueños de los equipos y, todo bajo el imperio de la FIFA, presuntamente mafiosa entidad, que le maneja este otro y efectivísimo Aparato Ideológico al Capítalismo Neoliberal contemporáneo.
Al igual que el cristianismo original, el fútbol hunde sus raíces en tradiciones de juegos semejantes de diferentes pueblos, como el «Juego de la Pelota» practicado por pueblos precolombinos de Mesoamérica o, a finales de la Edad Media en las Islas Británicas y pueblos aledaños, conocidos como el Código del Fútbol del que derivaron el rugby, el fútbol americano, el australiano y el fútbol a secas que es el que nos ocupa. Sus reglas se unificaron en su versión moderna allá por 1863 en Inglaterra; después de la formación de la Football Association y, como han sido muy simples, fácilmente fueron asimiladas por sus aficionados. Los grandes industriales ingleses empezaron a ver en este deporte una muy económica forma de mantener a sus obreros ocupados los domingos, evitando, como dice la leyenda, que se emborracharan o agredieran a sus mujeres, lo que generalmente terminaba en ausencias laborales los lunes -con sus consecuentes pérdidas económicas- y empezaron a fomentarlo entusiastamente entre sus trabajadores. Al organizarse las competencias empezaron a parecer los fanatismos y, conforme estos se hicieron cada vez más enajenantes, este inocente deporte se convirtió paulatina pero inconteniblemente en el alienante -opiofútbol- que hoy conocemos. El 21 de mayo de 1904, en Francia, se funda la Federación Internacional de Fútbol Asociado -FIFA- cuyo trabajo hace posible la extensión del fútbol por todo el Planeta y este proceso convierte a este deporte en un negociazo para las grandes Transnacionales fabricantes de utensilios para su práctica, de refrescos y licores, de medios de «comunicación», etc., etc.
De esta manera, tanto el cristianismo como el fútbol se profesionalizaron y se trocaron en dos recursos, muy productivos y útiles por cierto, manejados y aprovechados en última instancia, por los dueños del sistema capitalista mundial que los manejan a su antojo, directa o indirectamente, mediante alianzas explícitas o implícitas con los altísimos dirigentes religiosos y futboleros del mundo.
Negocios como son de un mismo imperio capitalista, se respetan mutuamente sus ámbitos de acción de manera tal que el, pasado viernes, ni la FIFA le pidió suspender las actividades religiosas a la Iglesia Católica Apostólica y Romana y, mucho menos ésta le pidió correr a la Federación una semana siquiera su «FechaFIFA»
En Costa Rica, donde nuestro clero es tan reactivo en contra de cualquier violación a sus tradiciones, sumisamente este Viernes Santo terminó haciendo, como dicen en la jerga teatral, «mutis por el foro» y, con el rabo entre las piernas y sus seguidores deseando más escuchar los goles de la sele que el sermón del cura parroquial, siguió silente su diezmada ceremonia.
Para quienes peinamos canas, acostumbrados a escuchar todo tipo de maldiciones e imprecaciones en contra de quien osará interrumpir o alterar, mínimamente siquiera, la más solemne actividad de la Semana Mayor -muerte y fúnebre procesión del Santo Sepulcro conteniendo al Divino Redentor- esta resignada actitud de la jerarquía católica realmente nos sorprendió, a pesar de que, en mi caso, no soy creyente.
Indudablemente en Costa Rica, el derbi de la capital Italiana entre el Vaticano y el Circo Romano -«opiofútbol»-, lo ganó por goleada este último. «Poderoso caballero es don dinero» (¡don denario diría Judas!).

 

*Imagen tomada de Semanario Universidad.

Enviado a SURCOS Digital por el autor.

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El Papa Francisco y la economía política de la exclusión

Leonardo Boff

Quien escucha las distintas intervenciones del obispo de Roma y actual papa se siente en casa y en América Latina.

El Papa no es eurocéntrico, ni romanocéntrico ni mucho menos vaticanocéntrico. Es un pastor “venido del fin del mundo”, de la periferia de la vieja cristiandad europea, decadente y agónica (sólo el 24% de los católicos son europeos); proviene de un cristianismo nuevo que se ha ido elaborando a lo largo de 500 años en América Latina con rostro propio y con su teología.

El Papa Francisco no ha conocido el capitalismo central y triunfante de Europa sino el capitalismo periférico, subalterno, agregado y socio menor del gran capitalismo mundial. El gran peligro nunca fue el marxismo sino el salvajismo del capitalismo no civilizado. Ese tipo de capitalismo ha generado en nuestro Continente latinoamericano una escandalosa acumulación de riqueza en unos pocos a costa de la exclusión y de la pobreza de las grandes mayorías del pueblo.

Su discurso es directo, explícito, sin metáforas encubridoras como suele ser el discurso oficial y equilibrista del Vaticano, que pone el acento más en la seguridad y en la equidistancia que en la verdad y en la claridad de la propia posición.

La posición del Papa Francisco a partir de los pobres excluidos es clarísima: «no deben quedar dudas ni caben explicaciones que debiliten» esta opción ya «que existe un vínculo inseparable entre nuestra fe y los pobres» (Exhortación nº 48). De forma contundente denuncia: «el sistema social y económico es injusto en su raíz» (nº 59); «debemos decir no a una economía de exclusión y de desigualdad social; esta economía mata… el ser humano es considerado, en sí mismo, como un bien de consumo que se puede usar y después tirar; los excluidos no son “explotados” sino desechos, “sobrantes”» (nº 53).

Además no se puede negar que este tipo formulaciones del Papa Francisco recuerdan el magisterio de los obispos latinoamericanos en Medellín (1968), Puebla (1979) y Aparecida (2005) así como el pensamiento común de la teología de la liberación. Ésta tiene como eje central la opción por los pobres, contra su pobreza y en favor de la vida y de la justicia social.

Hay una afinidad perceptible con el economista hungaro-norteamericano Karl Polanyi, que fue el primero en denunciar la “Gran Transformación” (título del libro de 1944) al hacer de la economía de mercado una sociedad de mercado. En esta todo pasa a ser una mercancía, las cosas más sagradas y las más vitales. Todo es objeto de lucro. Tal sociedad se rige estrictamente por la competición, por la prevalencia del individualismo y por la ausencia de cualquier límite. Por eso no respeta nada y crea un caldo de violencia, intrínseca a la forma como ella se construye y funciona, duramente criticada por el Papa Francisco (nº 53).

Ella ha tenido un efecto atroz. En palabras del Papa: «ha desarrollado una globalización de la indiferencia. Casi sin advertirlo nos volvemos incapaces de compadecernos ante los clamores de los otros, ya no lloramos ante el drama de los demás ni nos interesa cuidarlos» (nº 54).

En una palabra, vivimos tiempos de gran inhumanidad, impiedad y crueldad. ¿Podemos considerarnos todavía civilizados, si por civilización entendemos la humanización del ser humano? En verdad, estamos regresando a formas primitivas de barbarie.

Conclusión final que el Pontífice deriva de esta inversión: «ya no podemos confiar en las fuerzas ciegas y en la mano invisible del mercado» (nº 204). De este modo ataca el corazón ideológico y falso del sistema imperante.

¿Y dónde va a buscar alternativas? No va a beber de la esperada Doctrina Social de la Iglesia. La respeta pero observa: «no podemos evitar ser concretos para que los grandes principios sociales no se queden en meras generalidades que no interpelan a nadie» (nº 182). Va a buscar en la práctica humanitaria del Jesús histórico. No entiende su mensaje como una regla petrificada en el pasado sino como inspiración abierta para la historia siempre cambiante. Jesús es alguien que nos enseña a vivir y a convivir, a «reconocer al otro, a curar las heridas, a construir puentes, a estrechar lazos y a ayudarnos “mutuamente a llevar las cargas”» (nº 67). Personalizando su propósito dice: «a mi me interesa procurar que aquellos que están esclavizados por una mentalidad individualista, indiferente y egoísta, puedan liberarse de esas cadenas indignas y alcancen un estilo de vida y de pensamiento más humano, más noble, más fecundo, que dignifique su paso por esta tierra» (nº 208).

Esta intención se asemeja a la de la Carta de la Tierra que apunta valores y principios para una nueva humanidad que habita con cuidado y con amor el planeta Tierra.

El sueño del Papa Francisco actualiza el sueño del Jesús histórico, el del Reino de justicia, de amor y de paz. No estaba en la intención de Jesús crear una nueva religión ya que había muchas en su tiempo, sino personas que aman, se solidarizan, muestran misericordia, sienten a todos como hermanos y hermanas porque todos son hijos e hijas en el Hijo.

Este tipo de cristianismo no tiene nada de proselitismo pero conquista por la atracción de su belleza y profunda humanidad. Tales valores son los que pueden dar un otro rumbo a la sociedad mundial.

(Traducción de Mª José Gavito Milano)

Leonardo Boff es teólogo y filósofo.

Fuente:

http://leonardoboff.wordpress.com/2013/12/31/el-papa-francisco-y-la-economia-politica-de-la-exclusion/

 

Enviado a SURCOS por Agencia Latinoamericana de Información.