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Etiqueta: educación superior pública

¿Negociación del FEES? Lo filosófico, lo político, lo realista y lo consecuente

Edgar Chacón Morales

Edgar Chacón Morales
Junio 2022

Las instituciones de educación superior pública, estamos una vez más a las puertas de que el gobierno de la república haga (¿o no haga?) lo que la Constitución Política le ordena: girar el presupuesto que le corresponde a la educación superior pública.

Al igual que años anteriores, este año habrá que estar en el “pulso” anual de lo que debiera ser quinquenal y no debiera ser ningún “pulso”.

En este escenario, es sorprendente, aunque no tanto, que a fuerza de no cumplir el mandato constitucional, con reiteración en años recientes, y sobre argumentos que no tienen base, parece que se ha impulsado por unos y se ha asumido por otros, y por lo tanto, se le ha dado sostén por gobierno y población universitaria, a la idea que “hay que negociar el FEES”.

Entre muchas personas universitarias, parece que esto ya se legitimó y así, se asume que, por parte de los representantes de las instituciones de educación pública, se va a ir a “negociar el FEES”, que en los días venideros, empiezan las “negociaciones del FEES”.

Lo filosófico

Muchas personas del ámbito universitario público, tenemos muy claro por qué las instituciones de educación superior pública son importantes, por lo que le aportan al país y a la sociedad, así como distintos sectores sociales.

Entre otras razones de peso, la educación de calidad es motor de movilidad social ascendente. Las instituciones de educación superior publica, hacen una contribución de gran valor al país, aportándole profesionales de calidad, con conciencia social y no sólo graduados que piensan nada más en sus ingresos y en su bienestar personal.

En la relación universidad/sociedad, hacen un aporte importante en la investigación, en la atención de diferentes situaciones y requerimientos de diferentes sectores sociales.

Institución país

Es por eso y por lo que aporta, con el conocimiento que construye en conjunto con la sociedad, a fortalecer el rumbo del país, que la universidad pública, es una institución país.

Eso no está en duda y lo sabe el sector gubernamental, lo saben diferentes sectores y actores sociales y políticos y población universitaria.

Lo político

Lo que acabamos de mencionar, lo tenían claro los sectores políticos del ´48 y como parte del proyecto/país impulsado, político, económico, social e histórico, lo plasmaron en la Constitución Política.

En este punto, se hace necesaria una pregunta: ¿El proyecto político, social y económico de país, de algunos sectores que han estado al frente del Estado, desde hace algunos años: qué calidades, diferencias y similitudes tiene, en relación con el proyecto/país de los sectores políticos del ´48?

Una pegunta más precisa: ¿En qué medida y calidad, la educación superior pública, es parte del proyecto/país de los sectores políticos que se han hecho con la dirección del Estado en los últimos años?

Los actores en la “negociación del FEES”, sus bases argumentativas y sus intereses.

Por parte de los representantes de las instituciones de educación superior pública, autoridades universitarias y estudiantado, la base argumentativa, está compuesta en parte, por lo mencionado arriba en Lo filosófico.

Por parte de los sectores gubernamentales, uno de los componentes fundamentales de su base argumentativa es la escasez, o, lo reducido del presupuesto nacional; muy en consonancia con lo que plantea el Banco Mundial: “Dado que los gobiernos enfrentan severas limitaciones presupuestarias…” (“Nuevo reporte del Banco Mundial: La vía rápida hacia nuevas competencias. Septiembre 29, 2021”).

Una respuesta contundente a este argumento es que el gobierno, debe tener criterio de país en la recaudación impositiva: un aporte fiscal de todos los sectores según sus ingresos, en la recaudación impositiva y que todos los sectores contribuyan con lo que les corresponde. Como se dice de manera coloquial: “si no tiene plata es porque no quiere”, o preguntar: ¿los intereses que el gobierno gestiona, hacia donde “miran”? Entonces, ese argumento debe quedar fuera.

Lo realista

La situación es clara: en mi opinión, en la base de la posición de los sectores gubernamentales, está la reducción del presupuesto del Estado para asuntos públicos, como la educación pública, la salud pública, entre otros.

En cuanto a la educación pública, y muy claro en la educación superior, hay planteamientos incluso, en cuanto a que se debe financiar con fondos públicos, la educación privada, valga decir, el negocio de la educación privada. Muy en consonancia, con lo que plantea el Banco Mundial, como en el argumento de arriba: “…los gobiernos subsidian generosamente… las IES públicas, pero rara vez ofrecen ayuda económica a… las IES privadas…”. (IES: instituciones de educación superior). Ídem.

Vale tener en cuenta, que parte de la familia de la ministra de educación se dedica al negocio de la educación superior privada. Ya veríamos a las llamadas “universidades de garaje”, haciendo fila para exigir quién sabe qué cantidad de presupuesto.

Es clara la doctrina política económica neoliberal, del Banco Mundial y las inequidades, injusticias, exclusiones y disparates que se proponen en este marco doctrinario.

 Es mi opinión también, que con base y en consecuencia con los argumentos del Banco Mundial, la posición de los sectores de gobierno es: no ceder ante las demandas del presupuesto constitucional para la educación superior pública y esgrimir una serie de razones baladíes, sin base más que la visión de mundo a la que adscriben, para no hacerlo.

Para eso también, según mi opinión, los sectores gubernamentales confían en una especie de temor, de parte de los defensores de la educación superior pública, en cuanto a que si no se acepta la propuesta del ejecutivo, “nos puede ir peor”.

Ideas fuerza y lo concreto

Es mi opinión, que la base de la posición gubernamental tiene en cuenta: esa visión/imposición de instituciones como el Banco Mundial, según ya se mencionó; los intereses de sectores locales de poder económico y político; los “medios de comunicación” masiva y esa opinión que han contribuido a formar, en cierto grado desfavorable y de desprestigio, hacia lo público y hacia sectores que defienden la institucionalidad pública y su papel en el país, entre otros. Pueden recurrir también, a la manifestación manipulada, en espacios públicos, por ejemplo.

Por eso las propuestas de reformar la Constitución, por lo menos parcialmente.

Para la defensa del presupuesto constitucional, hacia las instituciones de educación superior pública, en función de la autonomía y soberanía, en la base está lo jurídico constitucional; la manifestación en los espacios públicos; la articulación con sectores conscientes de la importancia de los aportes de la educación superior pública al país, para lo cual hay que visibilizar y construir una comunicación estratégica y su gestión, identificando actores respectivos; y la propuesta de lucha por una recaudación fiscal justa, dirigida a la autonomía y soberanía y en contra de elementos como la evasión fiscal y la deuda externa, por ejemplo.

En cuanto a la manifestación en los espacios públicos, no debe ser sólo “en contra de” si no “a favor de”, para lo cual debe construirse una propuesta inteligente, articuladora y movilizadora.

Demás está decir que el equipo que representa la defensa del presupuesto constitucional para la educación superior pública debe tener criterios unificados, sólidos, y cohesionados, sin fisuras en su actuar y proceder y de cara a consolidar el apoyo institucional y social.

Es necesario tener en cuenta que hay cuestiones estratégicas, para desarrollo de un país fuerte, que deben estar en manos del Estado para su gestión, con una visión de autonomía y soberanía, como los energéticos, las telecomunicaciones e infra estructura, la educación, la salud. Todo con criterio y visión complementaria y articulada, para lo que es indispensable, la recaudación fiscal mencionada.

Un pueblo sin educación e instrucción adecuada y sin salud de calidad, no puede ser parte del desarrollo integral del país.

Debemos ser conscientes de que el marco de acción, lo componen dos visiones de proyecto/país: la neoliberal globalista, que parece ser la de los sectores gubernamentales, y la autónoma soberanista, en función del desarrollo integral del país.

De manera entonces que si se asume que hay que negociar el FEES, como dice el dicho, “ya entramos perdiendo” y perdiendo doble: 1- Les permitimos que nos impongan su cancha: la “negociación”; y 2- Eso ya implica que imponen sus reglas y criterios. De ahí que imponen requisitos, por ejemplo, el gobierno pide que se incluyan tantas carreras STEM.

Además, estaríamos siendo inconstitucionales, adhiriendo a esa violación de la Constitución.

También tenemos que ser conscientes de que esgrimir la contribución importante que hacen las Universidades públicas al país, lo filosófico, por sí sólo, es algo que para los sectores gubernamentales no es factor.

En mi criterio, la actitud inconsecuente ante los sectores gubernamentales es: venimos a negociar.

La actitud consecuente es: venimos a hacer que se cumpla lo que manda la Constitución de la República

Ayudemos al presidente a cumplir el juramento de defender la Constitución, al asumir el cargo. ¿Será que ya se le olvidó?

“¿Jurais a Dios y Prometeis a la Patria, observar y defender la Constitución y las leyes de la república, y cumplir fielmente los deberes de vuestro destino? – Sí, juro. Si así lo hiciereis, Dios os ayude, y si no, El y la Patria os lo demanden”.

Federaciones de estudiantes hacen un llamado a respetar presupuesto del FEES

  • Los estudiantes mantienen la posición de que “¡La educación no es un negocio, es un derecho!” y es importante respetar el presupuesto asignado que establece la Constitución Política en el artículo 78.

La Federación de Estudiantes de la Universidad Nacional (FEUNA), la Federación de Estudiantes de la Universidad de Costa Rica (FEUCR), el Movimiento Estudiantil de Secundaria (MEDSE), expusieron su posición en salvaguardar y respetar la disposición constitucional de destinar en el presupuesto nacional un 8% del PIB a la educación pública.

Los estudiantes manifestaron su preocupación que para el 2023, el presupuesto en educación sea el más bajo de los últimos 9 años con un 5.3% del PIB; esta acción presupuestaria se ha visto reflejada en afectaciones directas a los programas sociales propios del Ministerio de Educación Pública, como los comedores estudiantiles, el transporte para estudiantes, apoyos técnicos, entre otros.

En la actividad realizada en la Sala de prensa de la Asamblea Legislativa, participaron Marco Zúñiga y Clareth Calderón (presidente y secretaria general de la FEUNA), Karen Marín y Valeria Bolaños (presidenta y representante ante Consejo Universitario de la FEUCR), Rasheed Silva y Luis Barrantes, del Movimiento Estudiantil de Educación Secundaria (MEDSE), y Gilbert Díaz, presidente del Sindicato de Trabajadores de la Educación Costarricense, SEC.

Para Zúñiga, presidente FEUNA, la crisis que atravesamos es estructural y sistemática, el Estado Social de Derecho que alguna vez construyó este país se encuentra en una crisis profunda, misma que puede volverse inmanejable si el país invierte cada vez menos en educación, en los programas de atención social y en el fortalecimiento de instituciones las públicas.

También, se destacó el papel que ha jugado históricamente la Educación Pública en nuestro país, siendo un pilar fundamental en el desarrollo humano y la movilidad social, así como un motor para reducir brechas y desigualdades sociales, la violencia y la pobreza.

Díaz, presidente del SEC, respaldó el sentir de los estudiantes en defender el presupuesto nacional que corresponde, además criticó que en la actual crisis que vivimos se hizo un recorte adicional de ₡3.100 millones para seguridad, por lo que esta negociación del FEES debe hacerse como se debe y no tener que recurrir a otras acciones.

“Defender la educación pública, es defender las herramientas para la igualdad social, es defender una vida más digna para todas las personas, es combatir las desigualdades sociales, económicas, de género, que estamos viviendo en este contexto. La educación es la única herramienta que tenemos como país, para el desarrollo y para lograr salir adelante frente a esta y cualquier otra crisis que atravesemos”, indicó Calderón, secretaria general FEUNA.

Asimismo, Marín, presidenta de la FEUCR y representante estudiantil en la comisión de enlace de negociación del FEES 2024, dejó muy claro que se debe dejar de jugar con el presente y el futuro de millones de personas que pasan por el sistema educativo público. “Comprométanse con la atención de las verdaderas necesidades del pueblo costarricense, que esta crisis no la pague la educación, que no sea utilizada como un negocio ni una mercancía, es un derecho que defendemos y seguiremos defendiendo”, concluyó.

Desde las federaciones para la negociación del FEES 2024 se establece y mantendrá el rol en la participación durante la negociación bajo los siguientes puntos:

  1. Exclusión de las Universidades Públicas y a toda la educación pública de la Regla Fiscal establecida en la Ley 9635.
  2. Generar un compromiso de fijar como una meta de inversión en educación para los próximos tres años, un porcentaje escalonado lo más cercano al 8% según lo dicta el artículo 78 de la Constitución Política, así como generar los mecanismos para alcanzarla para que consecuentemente no haya un detrimento en el porcentaje de inversión en educación, como ha sucedido en los últimos siete años.
  3. Eliminación de los indicadores impuestos a las Universidades por el Gobierno de la República, pues estos indicadores pueden violentar la autonomía de las universidades. Por el contrario, garantizar las herramientas para que las instituciones de educación superior pública puedan cumplir y fortalecer sus propias metas establecidas en el Plan Nacional de la Educación Superior Universitaria Estatal.
  4. Construcción de un acuerdo de agenda común entre el Poder Ejecutivo y las Universidades Públicas para la atención de la crisis educativa a partir del diálogo y acuerdos multisectoriales.
  5. Respetar, fortalecer y dignificar a las personas trabajadoras del sector educativo. Exigimos que se cumpla la primera de reducir las cargas laborales, un aumento real al salario que responda al costo de vida, y que se elimine el “salario global transitorio”.
  6. Establecimiento de una base de presupuesto de negociación para el FEES 2024 que sea del FEES 2023 + 1% por reconocimiento de inflación pendiente del acuerdo realizado en el año 2022.
  7. Un crecimiento en términos reales del presupuesto del FEES que sea mayor al dotado para el año 2023, según lo dicta el artículo 85 constitucional.

Oficina de Comunicación
Universidad Nacional, Costa Rica

Inicio de la negociación FEES 2024

Este viernes 02 de junio comienza el proceso de negociación con el Gobierno de República para negociar el Fondo Especial de la Educación Superior (FEES). Al respecto, el rector de la Universidad de Costa Rica, Gustavo Gutiérrez Espeleta, menciona como esta negociación será trascendental, para defender el derecho a la educación, asimismo hace un llamado a que dicho proceso de negociación se realice de manera transparente, informada, responsable y oportuna, en el enlace adjunto pueden escuchar el mensaje completo: https://fb.watch/kTHMGEWUce/?mibextid=j8LeHn

UCR: Autoridades universitarias resaltaron la importancia de la democratización de la educación superior

La actividad se realizó en el Museo Regional de San Ramón con la participación de autoridades universitarias, representantes de instituciones y comunidad universitaria. Foto Grettel Rojas Vásquez.

La conmemoración del 55 aniversario de la Sede de Occidente se realizó el pasado 20 de abril

La democratización de la educación superior pública, su importancia y los retos actuales, fue el tema que predominó en las intervenciones realizadas por las autoridades universitarias en el acto oficial de conmemoración del 55 aniversario de la Sede de Occidente, que se llevó a cabo el pasado 20 de abril en el Museo Regional de San Ramón.
 
Con una sesión del Consejo Universitario, se rememoró aquel 20 de abril de 1968, en el que el Centro Universitario Regional en San Ramón (actual Sede de Occidente) inició su labor, y que ha sido el punto de partida para el proceso de regionalización y democratización de la educación superior.
 
El Mag. Maynor Badilla Vargas, director de la Sede de Occidente, señaló que en esta celebración  “es fundamental dimensionar la envergadura de esta decisión, y reconocer en este proceso la huella indeleble que dejan las Sedes en los miles de profesionales que han podido optar por una educación superior de calidad cerca de sus comunidades, con procesos contextualizados a su entorno, y en espacios en los que se pueden desenvolver con mayor libertad”.

Badilla compartió con los presentes algunas cifras importantes que reflejan lo hecho por la Sede de Occidente en el 2022, y destacó que estos números reflejan los esfuerzos que se hacen a diario, la diversidad de actividades que se realizan más allá del ámbito académico, así como la relación permanente con las comunidades. 
 
Aseguró que “las Sedes permiten democratizar el conocimiento, contribuir con el acceso a la educación superior, y a su vez, fomentar que las personas puedan retribuir a sus comunidades de manera directa mediante los proyectos en los que participan en Acción Social e Investigación. La visión que hubo hace 55 años sigue teniendo eco, y se debe fortalecer para continuar el legado y el patrimonio que la Universidad ha procurado defender”.
 
El Dr. Carlos Araya Leandro, representante de Sedes Regionales y director a. í. del Consejo Universitario, destacó que “la regionalización universitaria se ha convertido en un elemento fundamental para la democratización del acceso a la educación superior pública y es un motor de oportunidades para la movilidad social y para la mejora en las condiciones de vida de miles de personas estudiantes, graduados, de sus familias y de sus comunidades”.
 
Explicó que para la Universidad de Costa Rica, la regionalización tiene un carácter estratégico que permite impulsar un proyecto de país consciente de su diversidad, acorde con un modelo de sociedad que contribuya a promover la equidad y la justicia social.

Araya aseguró que actualmente se enfrentan retos importantes, ya que se vive una época en la que la libertad de pensamiento es agredida por el poder, debido a que “los espacios de libertad siempre han resultado incómodos para quienes intentan imponer decisiones y acciones particulares como si fueran de todos, y para quienes disfrazan el interés singular como interés general”.
 
Ante esto destacó que “la pertinencia de las actividades académicas en nuestro país nunca ha sido tan evidente como ahora, cuando sobre nosotros se ciernen grandes amenazas y desafíos como el cambio climático, la seguridad alimentaria, la violencia social, la inequidad de género, la exclusión, la pobreza y la desigualdad, en cuya superación son igualmente importantes las contribuciones de las ciencias básicas, de la salud, las ingenierías, las humanidades, las artes y las ciencias sociales”.
 
Por su parte, el Dr. Gustavo Gutiérrez Espeleta, rector de la UCR, resaltó la importancia de contribuir a la construcción del saber desde perspectivas descentralizadas, atendiendo las voces comunitarias y las necesidades regionales, y especialmente, la labor de la democratización del conocimiento.

“Me quisiera detener en esta palabra democratización, puesto que en tiempos reciente se ha desvirtuado su significado y su esencia ante la opinión pública. Así como la autonomía, son términos que se han sometido a manipulaciones y tergiversaciones en detrimento del honor y el valor que realmente merecen, especialmente en un contexto de referencia hacia las universidades públicas” aseguró.
 
Gutiérrez mencionó que en este aniversario es relevante recordar que la democratización del conocimiento implica reconocer que no existen verdades absolutas y que la universidad es la primera que debe protegerse de tales. “El respeto por esta diversidad implica también un respeto por el conocimiento ancestral, el conocimiento empírico y los saberes tradicionales sin desmeritarlos ni desprestigiarlos ante el conocimiento académico. La combinación de todos ellos, sin duda, es un terreno fértil para crear nuevos puntos de vista y maneras de atender y entender el mundo”.
 
Gutiérrez aseguró que rememorar estos inicios es un ejercicio de muchísimo valor porque ayuda a poner en perspectiva todo lo que se ha logrado a lo largo de más de 5 décadas de trabajo continuo con y para las comunidades. “La regionalización, y su correspondiente democratización del conocimiento, no serían posible sin la autonomía que gozan las universidades públicas”.

El rector concluyó su intervención con un mensaje esperanzador para toda la comunidad universitaria “que estos 55 años de aporte al desarrollo regional nos sirvan de motivación, para seguir adelante con la delicada labor de  siembra, para que cada persona tocada por  la universidad, sea en sí misma, tierra fértil para seguir cultivando ideas, innovaciones y oportunidades”.

La actividad completa se puede ver en http://ucr.cr/r/V3lQe

 

Grettel Rojas Vásquez
Periodista Sede de Occidente de la Universidad de Costa Rica

Carta abierta al Consejo Superior Universitario de Centroamérica (CSUCA) CXX Sesión Ordinaria del CSUCA 20 y 21 de abril de 2023 Universidad Nacional de Costa Rica UNA

ASUNTO:  El CSUCA en Costa Rica, alberga en su CXX Sesión Extraordinaria a un usurpador. LA USAC DE GUATEMALA NO TIENE RECTOR

Nos dirigimos a ustedes como ciudadanas y ciudadanos centroamericanos, académicos(as) de universidades públicas de la región, artistas, intelectuales y sociedad civil plenamente informada y conscientes de la trágica y valerosa resistencia que atraviesa desde el mes de abril del 2022 la universidad más antigua de Centroamérica y la única institución de educación superior pública de Guatemala: la Universidad de San Carlos de Guatemala (USAC).

La Universidad de San Carlos de Guatemala por ser la mayor universidad del país, la única universidad pública y la más antigua se le ha conferido por ley, participación con voz y voto en las decisiones de 100 entidades públicas. Este valor de representatividad tiene su fundamento en los ideales de servicio, en su autonomía constitucional, con vigencia a partir del 1 de diciembre de 1944 y en su coherencia crítica para ofrecer soluciones al país, además de proveer gratuitamente o con muy bajo costo, educación superior. La Universidad de San Carlos de Guatemala recibe fondos públicos y eso la convierte en una institución clave no solo por su voz y capacidad de voto en las decisiones de importantes instituciones públicas, sino porque con autonomía y criticidad, es una fuerza de oposición ante procesos de corrupción que emanan del gobierno, oficialismos de turno y de las redes de poder político.

Hacemos de su conocimiento que esta Alma mater fue tomada por la comunidad estudiantil, docente, administrativa, apoyada por diferentes sectores de la población (campesina, indígena, civil, organizaciones no gubernamentales y organizaciones de Derechos Humanos) desde el 27 de abril de 2022 con la toma de Museo de la Universidad de San Carlos (MUSAC) y posteriormente el 19 de mayo de 2022 con la ocupación del Campus Universitario en su totalidad, en respuesta a los procesos ilegítimos del fraude electoral que colocó al señor Walter Ramiro Mazariegos Biolis en el cargo de rector con un procedimiento electoral que no se apegó al marco de la legalidad. La persona que se presenta en este encuentro como Rector de la USAC no cuenta con las capacidades académicas mínimas para el puesto; no cumple siquiera con el requisito mínimo de cinco años de experiencia docente universitaria, según la norma que rige la materia, pese a la información falaz que contiene su currículo. Además, es reconocido por una larga trayectoria de corrupción, su cercanía con el narcotráfico y sus vínculos con el presidente de Guatemala. A partir de esos hechos y hasta el día de hoy la comunidad universitaria sancarlista, la sociedad civil guatemalteca, y comunidad centroamericana universitaria y civil continúan apoyando la resistencia y rechazo a lo que se ha calificado como fraude electoral en esta casa de estudios.

Desde el 1 de julio de 2022 en que asumió el puesto de rector, en un acto igualmente anómalo, pues lo hizo en secreto y sin que estuviera presente el pleno del Consejo Superior Universitario, como lo manda la normativa de la universidad; la comunidad universitaria y diferentes medios de comunicación oficiales y alternativos nacionales y de la región han evidenciado el abuso de poder con que Mazariegos, apoyado por el gobierno y redes de la élite del país, han utilizado la violencia y la represión contra la propia comunidad estudiantil y académica, intimidando, criminalizando y atentando contra la vida de estudiantes, docentes y dirigentes en este proceso de oposición y resistencia, como respuesta al legítimo derecho de no aceptar la ilegalidad y corrupción en los procesos electorales.

Escribimos a ustedes ante la vergüenza histórica que representa para nuestra región, para la ciudadanía guatemalteca, centroamericana y la mirada internacional que, el señor Walter Mazariegos, conocido en su propio país como “El Usurpador” ocupe solo nominalmente el cargo de representación universitaria, debido a que, en Guatemala permanece escondido y sin ejercer todas las funciones de su puesto, consciente del rechazo de que es objeto por parte de la mayoría de la comunidad sancarlista.

Apelamos a ustedes señores y señoras representantes del CSUCA en esta CXX Sesión Ordinaria celebrada el 21 y 22 de abril de 2023 en la Universidad Nacional de Costa Rica para tomar conciencia de nuestro rechazo absoluto a la invitación que el órgano de representación regional universitaria hace a Walter Mazariegos, así como de cualquier otro espacio de representación por la ilegitimidad electoral del puesto que usurpa y por la cuestionable trayectoria académica, moral y política que le antecede.

Señores y señoras del Consejo Superior Universitario de Centroamérica CSUCA, este es un llamado a la conciencia sobre los mayores ideales que fueron planteados hace más de cien años en el Sueño de Córdoba, a sus pilares fundamentales de respetar la autonomía universitaria, libre de interferencia política y de garantizar la libertad de la comunidad estudiantil y docente. La Universidad de San Carlos de Guatemala ha sentado un precedente histórico en la región centroamericana y en el continente desde el momento en que no aceptó el procedimiento ilegal de colocar a un rector de facto, que llevaron a cabo las redes de corrupción política y del poder oficial. Pese a esta difícil situación y al contexto en que la comunidad estudiantil y docente de la Universidad de San Carlos atraviesa, instituciones, importantes figuras intelectuales y sociedad civil no cesarán de apoyar y de brindar sus esfuerzos por rescatar la autonomía del mayor centro de estudios superiores de Centro América.

La invitación y el recibimiento de Walter Mazariegos al evento del CSUCA envía un mensaje equivocado a la sociedad centroamericana, a toda la comunidad estudiantil, docente y sociedad civil centroamericana. Su invitación está a contracorriente de los ideales de autonomía y libertad universitaria. Su presencia en este evento fomenta una cultura de impunidad que da la espalda a la realidad que atraviesa la propia comunidad universitaria sancarlista y niega los valores que deberían guiar el espíritu crítico, la acción y la educación superior en nuestra región.

Solicitamos a ustedes como representantes del CSUCA una moción de censura para Walter Ramiro Mazariegos Bioli en un pronunciamiento por escrito en el que se reconozca la ilegitimidad de su cargo y se le excluya absolutamente de toda representación en el CSUCA por parte de la Universidad de San Carlos de Guatemala.

Que este precedente histórico sirva de ejemplo para todas nuestras universidades públicas centroamericanas y para que este hecho no se repita nunca más.

¡La Universidad de San Carlos de Guatemala no tiene rector!

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Los cincuenta años de la UNA y el ethos de sus fundadores (IV y final)

Rogelio Cedeño Castro, sociólogo y catedrático de la Universidad Nacional de Costa Rica (UNA)

El surgimiento de la UNA o Universidad Nacional de Costa Rica estuvo marcado por grandes esperanzas y expectativas (en tiempos de crecimiento económico y auge del estado benefactor) de transformación de la sociedad costarricense, cuando los efectos del crecimiento demográfico sostenido desde los primeros años de la posguerra, una vez concluida la Segunda Guerra Mundial,  se hacían sentir con demandas crecientes de servicios en el campo de la educación, la salud, las edificaciones y la infraestructura vial, en la medida en que una nueva generación, la del Baby Boom, tocaba las puertas de la educación superior cuando la Universidad de Costa Rica era la única institución de educación superior en el país. Fue entonces cuando se crearon nuevas universidades públicas como la UNA, el TEC y la UNED y se produjo una diversificación parcial del sistema educación superior pública de Costa Rica que nació en esos tempranos años de la década de los setenta. Lo paradójico del caso de la UNA es que no figurara entre sus planes la creación de carreras como derecho y medicina más aun, teniendo en cuenta que con la avalancha de universidades privadas surgidas durante las décadas posteriores, y la conversión de la educación en un mero negocio, esas entidades crearon numerosas escuelas de derecho y medicina, valiéndose de los docentes y la investigación que se realiza en las universidades públicas.

En el año de 1977, cuando el doctor Celedonio Ramírez aspiró a la rectoría de la UNA, frente a la candidatura del doctor Alfio Piva Mesén, quien fuera el segundo rector de la institución, recuerdo muy bien la afirmación de quien posteriormente fuera rector de la UNED, de haber recibido la oferta de asumir el Hospital San Juan de Dios, lo que hubiera sido un insumo importante para que la UNA creara una escuela de Medicina mucho antes de que las universidades privadas lo hicieran. ¿será por ese motivo que algunos estudiantes de entonces se sintieron defraudados con la nueva institución, alegando que la UNA les quedó debiendo?

La conmemoración de los cincuenta años de la nueva institución universitaria, que heredó buena parte de la tradición intelectual e instalaciones de la vieja Escuela Normal, fundada más de medio siglo atrás (1915), corre el riesgo de impregnarse del espíritu o ethos de estos tiempos marcados por el totalitarismo neoliberal, y el acelerado desmantelamiento del estado social de derecho que la acompañó durante la primera etapa de su desenvolvimiento institucional. Algunas de las reacciones. y comentarios de otros protagonistas de la vida institucional de entonces, publicadas en estos días, han sido omisas y acomodaticias hacia el presente neoliberal, soslayando así muchas dimensiones del proceso fundacional y el contexto sociopolítico en que se produjo (Ver al respecto José Eduardo Mora “La universidad “necesaria” del Padre Núñez” Semanario Universidad, edición 2454, 1 al 7 de marzo 2023,  página 18, Cultura, en especial en lo referente a las declaraciones de Rodrigo Carreras y Vladimir De La Cruz). Se tiende a obviar la naturaleza específica del proyecto llamado universidad necesaria, especialmente en lo académico, con sus implicaciones en un nuevo tipo de universidad (¿la universidad necesaria acaso?, la que más allá de su mera enunciación implicaba un proyecto académico muy ambicioso) y en cuanto al compromiso político con los sectores populares que planteaba, también en cuanto a la naturaleza del IESTRA y otras unidades académicas e investigativas, que representó una gran oportunidad para incursionar en las múltiples dimensiones del mundo del trabajo (algo que había planteado en una entrega anterior de este artículo), las que iban mucho allá de la docencia dirigida hacia el sindicalismo y el cooperativismo. Siempre estaremos expuestos a la naturaleza acomodaticia de las “verdades oficiales” o mentiras complacientes, motivo por el que sólo la vigilancia y el espíritu crítico, incluso hacia nosotros mismos, pueden librarnos de caer en esas trampas tan peligrosas en este medio siglo transcurrido, desde el nacimiento de la UNA.

En el área de las llamadas Ciencias de la Salud se optó por darle impulso a la Escuela de Medicina Veterinaria, con su hospital veterinario, ambos ubicados en el Campus Benjamín Núñez (Barreal de Heredia), los que han representado toda una revolución en ese campo, dada su enorme proyección hacia el conjunto del sector agropecuario, especialmente en los órdenes de la investigación y extensión.

En medio de la “normalización” y burocratización crecientes, los posgrados representaron una excelente oportunidad para el ensanchamiento de la investigación y la docencia universitaria, si bien la sincronía y la concreción de esas iniciativas no siempre fueron las que se requerían, incluso con urgencia, lo que puede haber dado lugar a una falta de retroalimentación hacia muchas de las propuestas académicas de los fundadores.

La creación de la Maestría en Política Económica, ligada a la Facultad de Ciencias Sociales marcó un punto de inflexión para la docencia y la investigación en la UNA, pues alimentó también los estudios de grado y se proyectó hacia el conjunto de la sociedad costarricense. Posteriormente, los posgrados en otras facultades y especialmente en la Filosofía y Letras, aceleraron el proceso de retroalimentación de la docencia en los estudios de grado. La doctora Magda Zavala jugó un gran papel para la expansión de esos estudios en la mencionada facultad, a pesar de las dificultades de orden institucional que tuvo que afrontar.

Concluyo manifestando que restan muchos temas y situaciones específicas de la vida universitaria, a lo largo de los cincuenta años transcurridos, sobre los que debería haber una discusión constructiva entre quienes fueron sus protagonistas, lo que resulta más urgente en la medida que muchos de ellos van abandonando el escenario histórico,  en especial los de la generación del baby boom.

Costa Rica conmemora el 46 aniversario de la Universidad Estatal a Distancia

  • La UNED conmemora 46 años, con más de 37 mil estudiantes y una oferta académica de 42 carreras, 24 posgrados y cursos técnicos

  • Actualmente, la UNED posee más del 50% de sus carreras acreditadas por el Sistema Nacional de Acreditación de la Educación Superior (SINAES)

Este 3 de marzo, la Universidad Estatal a Distancia (UNED) conmemoró un año más de creación. Se cumplen así 46 años de validar con compromiso, su noble misión, aportando al desarrollo nacional, generando valor público y facilitando oportunidades de aprendizaje en la educación superior para toda Costa Rica, en todos los territorios.

Con 39 sedes a nivel nacional, la UNED se mantiene vigente como líder en los procesos de educación a distancia en Costa Rica y el resto de Centroamérica, además como referente para América Latina, en este modelo pedagógico. Para ello, hace uso de los diversos medios tecnológicos y otros medios de comunicación social, que permiten la interactividad, el aprendizaje independiente y una formación humanista, crítica, creativa y de compromiso con la sociedad y el ambiente.

“La UNED se ha convertido en un pilar de la educación costarricense y en un baluarte de la verdadera movilidad social”, ha comentado el rector de la UNED, Rodrigo Arias Camacho.

Las cifras respaldan la frase anterior. En el 2022, una población de 37 503 personas matriculó una carrera universitaria, un curso o un taller especializado en el primer cuatrimestre del 2023.  Actualmente, el 45% del total de personas matriculadas en este primer cuatrimestre cuenta con una beca, aumentando la cobertura en zonas con menor índice de desarrollo social o territorios fronterizos.

Asimismo, en el 2022 alrededor de 5 184 personas se graduaron en una carrera universitaria, de ellas 4 015 eran mujeres, y en ese mismo año, 1 219 personas indígenas matricularon una carrera universitaria, año que también registró, en promedio, la matrícula de 505 personas privadas de libertad.

En 2022, la UNED destacó dentro de las tres únicas universidades centroamericanas incluidas en la edición 2022 del Impact Rankings de Times Higher Education, que mide los aportes de las instituciones al logro de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de la Agenda 2030 de la Organización de Naciones Unidas (ONU).

En dicha edición, la Universidad alcanzó el primer lugar entre las universidades del país en el ODS 4 (Educación de calidad) y es la única universidad costarricense que este año figura en el ranking en el ODS 1 (Fin de la pobreza).

Sus inicios. Fue en la administración del presidente Daniel Oduber Quirós, siendo ministro de Educación Fernando Volio Jiménez, donde se dio terreno fértil para impulsar la creación de un nuevo centro de educación superior bajo la Ley 6044.

Era la Costa Rica de la década del 70, cuando Volio Jiménez comenzaba a cristalizar uno de sus más importantes sueños: crear la primera Universidad pública en la modalidad a distancia, que cumpliera con la noble tarea de llevar educación a las zonas más alejadas del país y proveer oportunidades de desarrollo a los sectores sociales más desposeídos.

La UNED nace como respuesta al aumento en la demanda de educación con el fin de atender poblaciones diversas y menos favorecidas que permitiera a jóvenes ampliar sus estudios a nivel universitario.

En congruencia con la línea histórica de trabajo, los principios fundacionales, su reconocida y valorada función social acumulada por décadas, la Asamblea Legislativa decidió otorgar en el año 2007, la máxima distinción de Institución Benemérita de la Educación y la Cultura de Costa Rica.

Desde entonces la UNED, Institución Benemérita de la Educación y la Cultura, celebra cada tres de marzo su aniversario con un sólido desarrollo y con el privilegio de ostentar como sublimes recuerdos, las experiencias que con los años han escrito en sus recintos los miles de estudiantes que cambiaron sus vidas con educación, contribuyendo enormemente al desarrollo social y económico del país.

Retos de las universidades públicas

Alberto Salom Echeverría

Introducción.

Costa Rica cuenta hoy con cinco universidades públicas. Tres de ellas, la Universidad de Costa Rica (UCR), la Universidad Nacional (UNA) y la Universidad Estatal a Distancia (UNED), se conformaron como universidades humanistas, caracterizadas por poseer un currículo heterogéneo, bastante amplio; sin dejar por eso de contar con escuelas tecnológicamente orientadas. Las otras dos instituciones de educación superior son el Instituto Tecnológico de Costa Rica (TEC) y más recientemente la Universidad Técnica Nacional (UTN), ambas poseen una orientación más tecnológica, pero al contrario de las otras tres, también poseen escuelas que imparten conocimientos y saberes en las áreas de las ciencias sociales y las letras.

Hoy, sobre todo desde afuera del ámbito de las universidades, se impulsa una corriente orientada a crear una bifurcación entre el área de las ciencias sociales, las letras y las artes, que la entienden enfrentada al área de disciplinas tecnológicas. En el presente ensayo, busco explorar el origen de esta corriente y su basamento ideológico, a partir del cual se busca descarrilar el actual curso de desarrollo de las instituciones de educación superior, para intentar reorientarlas hacia un ámbito tecnológicamente orientado, acorde con ciertas concepciones del desarrollo que prevalecen en las élites económicas y sociales dominantes de hoy. Estas corrientes no radican exclusivamente en Costa Rica, sino que más bien son oriundas del mundo de los países de capitalismo desarrollado y desde allí, su orientación se exporta al resto del mundo. Aunque no será el único tema que trate, dada la trascendencia que le atribuyo, es un eje de la problemática universitaria de nuestros días.

Algunos de los aportes Fundamentales de las U. Públicas a la sociedad:

Lo que en adelante escribiré no tiene necesariamente un orden de prioridades.

*Las Universidades Públicas (UP) han aportado a la sociedad costarricense una enorme cantidad de profesionales de ambos sexos. Cada quinquenio la población graduada de las UP ha ido en aumento: El último dato del que tuvimos registro es la comparación entre los profesionales graduados en 2017 con respecto a los del 2021. Mientras en el primer caso se reportó una cifra de 16.447 estudiantes, en el 2021 los graduados ya fueron 21.150 jóvenes. Hubo un aumento significativo, a pesar de la pandemia del COVID-19 que azotó al país, el cual fue de un 28.59%. La sociedad debe tomar nota que hay una enorme cantidad de estudiantes que no llegan al nivel de bachillerato, de modo que, si esta situación mejorara, es bien probable que aumente aún más el porcentaje de los estudiantes que ingresan a las universidades públicas y en consecuencia aumentará en proporción el número de las personas que se graduarán como profesionales.

*Veamos algunos datos. El número de los estudiantes que se matricularon en estas instituciones en los críticos años 2019, 2020 y 2021 siempre fue en aumento; en el 2019 se reportó una matrícula de 111. 595 personas; creció en el 2020 a 111.803 jóvenes estudiantes a pesar de la pandemia y luego a 125.141 en el 2021. En los años que transcurrieron entre el 2017 y el 2022, la matrícula aumentó un 15, 73% (Cfr. https://semanariouniversidad.com 20 de julio del 2022.)

*Por otra parte, mientras que en el 2017 se graduaron de las universidades públicas 16.447 estudiantes, cuatro años después ese número creció a 21.150 egresados, lo que representa un aumento del 28.59%.

*Costa Rica muestra cifras muy robustas entre las naciones de América Latina en cuanto al porcentaje de becarios de la educación superior pública. En el 2020, se registró un porcentaje mayor del 50% de beneficiarios de los programas públicos de becas. Fue el país que más brilló entre los latinoamericanos en los programas de ayudas económicas o becas; es decir, sin contar los programas de créditos porque corresponde a una acepción diferente. El porcentaje de estudiantes cubiertos por una beca aumentó entre el 2017 y el 2021 en un 28,72%. En el 2021 la cifra absoluta ascendió a 69.628 estudiantes. Al tomar en cuenta exclusivamente la población rural que asistió a la educación superior se mostró que el 78% de estos estudiantes obtuvo algún tipo de beca, muy por encima del porcentaje de becarios en la zona urbana del país en el mismo año académico. En conexión con el dato anterior, es relevante el hecho de que el 68% de los estudiantes de las instituciones de educación superior públicas, fueron los primeros alumnos de sus respectivas familias que accedieron a un centro de educación superior. He ahí un mérito de la Universidad.

*De acuerdo con información del Consejo Nacional de Rectores, en el año 2021 del total de estudiantes matriculados en las universidades públicas, 94.443 estaban registrados en la GAM, y 47.125 en sedes regionales. Debe tenerse presente que del total de estudiantes que asisten a un centro ubicado en una zona urbana, hay un porcentaje importante que provienen de las zonas rurales lejanas o de las semirrurales, por la sencilla razón de que, la mayoría de las carreras o programas de estudio únicamente se ofrecen en las sedes de la GAM. También ocurre que, a partir de determinado nivel de educación, los estudiantes de zonas rurales deben migrar a las sedes de la GAM, para darle continuidad a su programa de estudios. Es relevante no obstante que, en el 2022 se puso en evidencia que más del 82% de los estudiantes de primer ingreso provenían de colegios públicos. Esto quiere decir que se ha ido avanzando significativamente en el proceso de democratización del acceso de las personas estudiantes de origen más humilde a las universidades estatales. Datos del 2022, mostraron un aumento relevante en el acceso a las universidades de jóvenes provenientes de hogares más pobres.

*Esa misma confiable fuente del CONARE revela que la cantidad de diplomas otorgados por las universidades estatales ha venido incrementándose de manera significativa. El total de diplomas dados por estas instituciones en el 2014 fue de 14.990, frente a 21.303 en el año académico 2021. Un total de 13.834 de esos diplomas se concedieron en la GAM, frente a 7.456 que se otorgaron fuera de la GAM. (Cfr. División de Planificación Interuniversitaria. CONARE)

*La oferta académica ha crecido y se ha diversificado mucho. La oferta de carreras según datos del 2022 por las UP fue de 742 carreras. En las regiones periféricas se ofrecieron 137 carreras, lo que representa un aumento importante respecto de los años anteriores, aunque persiste todavía un rezago con respecto a las carreras impartidas en las sedes de la GAM, lo que constituye un gran desafío. Además, con frecuencia se desconoce que las universidades públicas realizan más de 2.200 proyectos de investigación (I + D. Investigación y Desarrollo) que inciden en una mejora de la calidad de vida de la población costarricense. Por añadidura, estas instituciones llevan a cabo más de 1250 proyectos de extensión y acción social, que tienen gran impacto en las comunidades donde se ejecutan; para ello se invirtió aproximadamente la suma de 23.000 millones de colones anuales.

¿Quiénes adversan a las universidades públicas?

Las universidades públicas en Costa Rica continúan siendo las instituciones públicas con más prestigio entre la población costarricense, a pesar de una obstinada campaña en contra de ellas por parte de enemigos ideológicos de ellas de viejo y nuevo cuño.

Los principales adversarios de las universidades públicas son ideólogos de un capitalismo voraz que considera que el rubro que debe presupuestar el Estado costarricense en su sostenimiento es exageradamente alto y caro. El capitalismo voraz (también calificado de “salvaje” por el papa Juan Pablo segundo), requiere imperiosamente de las políticas de desregulación de la economía, a fin de aumentar la tasa de ganancia en sus negocios. Esto significa empequeñecer el estado sin importar si hay duplicidades o no entre las instituciones, y obviando qué es lo que instituciones como las universidades públicas le aportan a la sociedad costarricense. La tesis de adelgazar el estado sin una evaluación exhaustiva previa del valor de las instituciones solamente abona el terreno para afectar la calidad de vida de la población más vulnerable en Costa Rica. No soy un defensor ad-perpetuam de cualquier institución pública, aunque sea ineficiente, ni creo que las universidades carezcan de errores. Los tienen y quienes las apoyamos debemos ser exigentes frente a los yerros en que ellas incurren. Pero otra cosa, es la creencia, meramente ideológica de quienes quieren desmantelar las universidades públicas, sin poner el menor empeño en conocer primero sus aportes invaluables a la sociedad.

Entre las personas que abogan por limitar las universidades públicas a un minimum minimorum, destacan también algunos (por fortuna no todos), empresarios de universidades privadas, que incluso, algunos de ellos, hasta tienen la desfachatez de pretender que del presupuesto público destinado a la educación superior, un rubro debería costear los negocios privados en educación superior. Por fortuna, en Costa Rica hay empresarios de la educación, cuya inversión en el negocio no se destina únicamente a obtener la más alta rentabilidad, sino que han apostado también a la calidad, como lo demuestra el reciente ranking realizado por la empresa británica “Quacquarelli Symonds (QS)”, con respecto a la Universidad Latinoamericana de Ciencia y Tecnología (ULACIT), la que destaca entre las instituciones privadas de Educación Superior. En ese mismo Ranking aparecen la Universidad de Costa Rica, La Universidad Nacional y el Instituto Tecnológico, posicionadas, en ese orden, como las tres mejores universidades centroamericanas. No soy conformista, la calificación dada demuestra, que falta mucho por mejorar aún. Pero, es un orgullo para la sociedad costarricense, que las tres universidades con los mejores “rankings” sean esas tres instituciones públicas. Sin embargo, hay una orientación en la anterior administración y especialmente en la actual a reducir significativamente el presupuesto de las instituciones públicas de educación superior, afectando inclusive rubros tan sensibles como el presupuesto destinado a becas.

Las universidades tienen también, hay que decirlo, enemigos internos. Hay personas, que las sangran desde adentro, como cuando se realiza un trabajo mediocre, o se pretenden beneficios sin tener en cuenta para ello, en cuánto se restringe el presupuesto de inversión en investigación, becas o extensión. Las instituciones públicas deben mantenerse atentas a una ecuación que mantenga el presupuesto de inversión más o menos alrededor de un 20% del presupuesto total. Esto es lo que, expertos en el ámbito de la educación superior en América Latina calculan que permite mantener universidades de calidad, que puedan invertir en becas, investigación y desarrollo, y extensión o acción social, para que alimenten la docencia de calidad y viceversa. Es decir, es menester mantener un círculo virtuoso en la academia, entre docencia, investigación y extensión; y al mismo tiempo, la universidad debe seguir cumpliendo con su misión social, becando a la población estudiantil vulnerable, para que pueda obtener estudios superiores de calidad y también estrechando el vínculo con la sociedad nacional en todos los campos, al favorecer principalmente la relación con las comunidades más deprimidas, que requieren por tanto más apoyo.

¿En qué deben mejorar las universidades?

La ruta de las universidades no es tarea fácil, cada día es un requisito mejorar en todo sentido. Se impone la excelencia académica. La complejidad del mundo de hoy es enorme. El futuro se ha tornado cada vez más impredecible y retador. Es paradójico que en la época en que más avance científico tecnológico se ha producido, el mundo se nos ha tornado más incomprensible. Ello es así precisamente porque el avance científico tecnológico nos permite saber y conocer más, pero al mismo tiempo el campo del conocimiento se hace más vasto. Por lo tanto, estancarse es morir, no es una opción. Me referiré solamente a algunos de los retos principales.

Una de las tareas prioritarias es la renovación constante de la oferta curricular. Hay que adecuar el contenido de las carreras a las nuevas necesidades que impone el desarrollo. Esto implica un doble desafío e igualmente paradojal que el anterior: por un lado, las universidades, es cierto, deben aportar profesionales de calidad a las empresas, pero, por otra parte, son las instituciones que más capacidad crítica poseen para plantear los derroteros de un desarrollo sostenible y sustentable con la Naturaleza y con la vida de todas las especies vivientes y sus hábitats. Esto exige mantener una capacidad crítica, para señalar las principales carlancas u obstáculos que impiden que la sociedad obtenga un verdadero desarrollo. Un buen ejemplo de esta tarea lo tenemos en los informes anuales del “Estado de la Nación”, que produce la universidad pública. De modo que, la universidad al tiempo que aporta profesionales al mercado laboral, dotados de capacidad técnica y científica, pero inextricablemente acompañada de una visión humanista sólida, es capaz de criticar aquellas tendencias y orientaciones de las políticas públicas, que nos conducen por rutas equivocadas.

Una visión como la señalada, obliga a la institucionalidad educativa, a sus dirigentes académicos, a los estudiantes y a todos los que en ella laboran, a salvaguardar celosamente la autonomía, a orientar los pasos de las universidades en un sentido comprensivo, capaz de asumir los retos que nos impone el desarrollo de la ciencia y la tecnología; pero, dentro de una visión humanista en la que se preserven y profundicen los valores de la solidaridad social, del compromiso universitario con los sectores más necesitados de la sociedad, con la búsqueda incesante de la verdad. Implica no dejarse avasallar por las imposiciones que puedan provenir de la política y los políticos de turno.

Existe toda una corriente de pensamiento, que se plantea la educación del futuro, centrada en lo que llaman asignaturas o carreras STEM (significa en español ciencias, tecnología, Ingeniería y matemáticas). Otra corriente agrega una A después de la E, para que el acrónimo por sus siglas en inglés se lea STEAM (traducido al español quiere decir: ciencias, tecnología, ingeniería, artes y matemáticas). La diferencia entre ambas es pedagógica. El último acrónimo, emergido en los Estados Unidos aporta supuestamente, una metodología que requiere mayor intensidad de trabajo en el aula por parte del alumnado. Sin embargo, en lo medular son corrientes compatibles entre sí en cuanto a las carreras que buscan promover. Una propuesta plantea que los beneficios de la educación STEAM son: “Adquirir y aunar conocimientos de ciencia y tecnología. Aprender con recursos digitales y mediante el uso de las TIC, básicos para las profesiones del futuro. Desarrollar el sentido crítico de los alumnos, que los ayudará a resolver cualquier situación o problemática.” (Cfr. https://www.classlife.education. 9 de noviembre, 2021). En otro sitio de la web, se permiten hasta recomendar las carreras del futuro, con más empleo y mejores sueldos, y señalan las siguientes: Ingeniería ambiental, Desarrollo de software, Ciberseguridad, Ingeniería Robótica, Marketing digital, Ingeniería genética, salud mental, recursos humanos. En otro sitio, se permiten preguntarse con alevosa intención, ¿qué carreras no tienen futuro? Y responden: Abogacía, contaduría, Ingeniería en estudios del petróleo, aviación, Policía, Bibliotecología, Ejecutivo bancario, y -no podía faltar- Artista. (Cfr. https://experienciajoven.com. 17 de agosto del 2020). Hay un largo etcétera induciendo mediante las preguntas a los estudiantes a ver el futuro con una mentalidad predominantemente mercantilista. No resisto la tentación de presentarles una última, entre las muchas absurdas preguntas que aparecen en diferentes sitios de la web. ¿Cuáles son las carreras del futuro en Costa Rica? El subtítulo en negrita dice: “Carreras mejor pagadas en Costa Rica en 2022”. Aquí, ofrezco la respuesta: Ingeniería de software. -Y agregan- sueldo nacional promedio: desde 1.660.000 colones al mes (aproximadamente, -escriben- 2.688,33 euros), según Glassdoor, Bioinformática y biotecnología, Analítica de datos, Animación digital, Ingeniería en computación. Por supuesto en una parte señalan sin sonrojarse siquiera: “…es que la era tecnológica ha catapultado todas las profesiones relacionadas con la tecnología…” ¡No me diga!!! (Cfr. https://ejemplos-curriculum.com. 2022).

No puede ser más evidente la intencionalidad de producir una polarización entre las llamadas “ciencias tecnológicas y científicas” versus las conocidas como “ciencias sociales, letras y artes”. Estas segundas son completamente menospreciadas, esencialmente porque carecen o carecerán muy pronto, de cabida en el mercado. Y aunque una corriente estadounidense, ha pretendido remediar este asunto, incrustando en el medio el acrónimo STEAM, en la práctica, salvo en la parte metodológica referida a la forma de trabajar en el aula, las ciencias sociales, las letras e inclusive las artes continúan, dentro de esta tesitura viéndose postergadas y menospreciadas. La verdadera razón es ideológica claro está; se busca desacreditar y en lo posible hacer desaparecer todo aquel poderoso conocimiento, que más ha aportado una visión crítica frente al “capitalismo salvaje”, al calentamiento global, del cual es su principal promotor. Además, la ciencia social, la filosofía, la literatura, las artes han dotado a cientos de miles de profesionales (si no millones), de una cosmovisión humanista del mundo, antagónica del “globalismo” puramente mercantil y depredador. Este mundo globalizado prevalece la lucha del ser humano contra sí mismo, buscando abrirse paso en la sociedad contra todo y contra todos, siempre que individualmente adquiera él o ella, una forma “segura” de ganarse la vida acomodándose en la cúspide de la pirámide.

Las instituciones públicas de educación superior no pueden dejarse tentar por esta visión mercantilista de la educación que, esencialmente proviene de una esfera externa a ellas. Aunque, ya algunos profesionales han caído en estas garras, viéndose seducidos por el pragmatismo de carreras más cortas, sin tener que demorarse en lo que quieren ver como una ciencia “insustancial”, “inexacta” y hasta “superflua”. La ciencia y la tecnología no pueden verse como antagónicas del humanismo. ¿Carreras de ciencia y tecnología? Sí claro, pero siempre que estén insertas en un contexto humanista. Para concluir, traigo a colación una frase proverbial. El premio nobel de física, por la teoría “electrodébil”, Sheldon Glashow, dijo algo que por venir de una persona como él no tiene parangón: “Un científico sin cultura humanista hará mala ciencia.” (https://la vanguardia.com. 20.06.2017). Alberto Salom Echeverría/ albertolsalom@gmail.com

Conversemos con el TEC: 50 años de la primera lección inaugural – con Vladimir de la Cruz

Tecnológico de Costa Rica

En el marco del 50 aniversario de la primera lección inaugural del Tecnológico de Costa Rica (TEC), ‘Conversemos con el TEC’ invita a la población en general, a participar de la transmisión y análisis del contexto en que surge esta institución de educación superior pública, junto al historiador Vladimir de la Cruz.

La actividad se transmitirá en vivo el próximo viernes 3 de marzo de 2023 a las 3:00 p. m., por medio del canal de YouTube y del perfil de Facebook de Conversemos con el TEC. Puede ver la exposición posteriormente en esos espacios.

Si desea ver la noticia completa, puede visitar el siguiente enlace: https://www.tec.ac.cr/eventos/50-anos-primera-leccion-inaugural-conversemos-tec

5O Años de la Universidad Nacional: una celebración necesaria

German Masís

Ayer 15 de febrero asistí invitado por la comisión organizadora a la celebración del 50 Aniversario de la Universidad Nacional.

En un muy amplio y moderno auditorio, que lleva el nombre de Cora Ferro, a quién conocimos en la Escuela de Ciencias de la Religión y como precursora de los Estudios de la Mujer, concurrimos una buena cantidad de exestudiantes y exprofesores, estudiantes y profesores actuales, fundadores y Autoridades, a una cita con la historia, la celebración de los 50 años de la UNA, un acto que quedará marcado en el devenir de la educación superior universitaria del país.

La inauguración del evento y los discursos de las Autoridades sobre la historia de la UNA, me hicieron recordar mi vinculación a esta Universidad, primero como estudiante y luego como trabajador académico, testigo y partícipe de la construcción de un proyecto de Universidad que hoy 5 décadas después es una institución de educación superior sólida y pujante.

El recuerdo que tengo de la UNA, desde mi época de estudiante de Estudios Generales, es el del surgimiento de una nueva Universidad, en un entorno muy difícil de grandes tensiones políticas y de recursos muy limitados, establecida en las instalaciones de la antigua Normal Superior y con sus oficinas dispersas por la ciudad de Heredia.

Cuando tuve que decidir a cuál Universidad ingresar, pensé en la UNA como una universidad nueva, promovida como la Universidad Necesaria y que en mi rebeldía de joven me atrajo la posibilidad de participar en su proceso de construcción.

Me seducía la idea de luchar por una Universidad alternativa, que era rechazada por algunos sectores de la Universidad de Costa Rica, opuestos a su creación, quienes incluso manifestaban que no irían a trabajar en la nueva Universidad y a la que denominaban peyorativamente la “Universidad del Pirro”.

Cursé el programa de Estudios Generales en la UNA y el propedéutico de Ciencias Básicas, con la pretensión de ingresar a la carrera de Geografía, pero precisamente el paso por las materias de Estudios Generales, especialmente el curso de Filosofía, me cambió la inclinación disciplinaria hacia la Sociología, carrera que aunque estaba en proyecto no se impartía, por lo que debí trasladarme a la UCR, con la esperanza de regresar algún día a seguir participando en la conformación de la nueva Universidad.

A pesar de que me trasladé a la UCR, seguía atento al proyecto de la UNA y escuchaba el debate político ideológico que se efectuaba alrededor de la orientación de la nueva universidad, entre un sector político de centro de raíces socialdemócratas, muchos de los cuales incluso habían intervenido en la creación de la UNA y un sector proveniente de los partidos de izquierda, el cual se vio fortalecido por la llegada de intelectuales exiliados de los países suramericanos dominados por dictaduras militares.

La Universidad del Pueblo y la Universidad ligada a los sectores sociales de menores recursos, crecía con la creación de nuevas carreras, como Biología, Veterinaria, Economía, Agronomía y Relaciones Internacionales pero en un entorno difícil, de cuestionamientos por parte de sectores políticos y medios de comunicación, que afirmaban que la nueva Universidad repetía las carreras de la UCR y se había convertido en la Universidad comunista, pero esos calificativos lejos de desmotivarme, aumentaba mis intenciones de regresar.

Lo cual comenzó a ser posible cuando algunas carreras en su crecimiento, impulsaban a inicios de la década de los 80, actividades de investigación y extensión, que propiciaron mi acercamiento a eventos de debate sobre temas económicos y agrícolas.

Casi una década después de su creación, pude regresar a la UNA como académico, por iniciativa de un Profesor de la Escuela de Economía, que motivado por el análisis de coyuntura que se realizaba en una ONG, me propuso participar en una experiencia similar en esa Escuela.   

Llegué a la UNA como extensionista y en efecto el análisis de coyuntura económica, la relación con sectores sociales en el área urbana y rural y la elaboración de la revista Economía al Día, me parecían actividades muy ligadas a una Universidad comprometida con las grandes transformaciones del país, lo que llenaba mis aspiraciones profesionales y políticas.

En esos años 80, los debates sobre las teorías del desarrollo y el apoyo a las reivindicaciones de las organizaciones agrícolas sobretodo de la zona Atlántica, parecía ser la mejor expresión de la Universidad Necesaria, pero las tensiones internas sobre la orientación y el diseño institucional más apropiado entre las Autoridades de la nueva Universidad no cesaban y eran agudizadas por los problemas presupuestarios que cada año amenazaban su funcionamiento.

Esas luchas y movilizaciones por el presupuesto y el impulso de los proyectos académicos de las nuevas Escuelas, probablemente fueron las razones del despegue y los elementos de cohesión de la Universidad Nacional en sus primeras dos décadas, en que mantuvo su derrotero de Universidad Necesaria vinculada a la transformación social y a la formación de estudiantes de las zonas rurales y urbanas de menores ingresos.

No obstante esta orientación de la UNA, tuvo su punto de inflexión con la Administración de Rose Marie Ruíz en 1993 con motivo del II Congreso Universitario, en el que se logra un cierto consenso interno, hacia una universidad útil a la sociedad costarricense y al mercado, que debía contribuir a generar alternativas de desarrollo económico y social, crecer en sus cuadros administrativos y académicos y adoptar procesos de admisión más selectivos, en un marco institucional que lo asimilaba a las demás Universidades públicas.

A partir de entonces las carreras rediseñaron sus planes de estudio y se reestructuraron, las Facultades se articularon, el esquema administrativo se consolidó y la Universidad Nacional fue por fin aceptada y acogida por la comunidad nacional, ya no era más la Universidad de Heredia.

Esta segunda etapa de la UNA, abandona progresivamente los debates sobre el desarrollo, el análisis crítico y el papel central de la investigación, incorpora nuevas temáticas como el medio ambiente y los derechos humanos, crea centros de investigación especializados, impulsa programas de posgrado y asume plenamente su relación con el mercado laboral en la formación de los nuevos profesionales.

La década de los 90 y el nuevo milenio del 2000, representa el período de consolidación institucional de la Universidad Nacional, que se confirma con la adquisición de nueva infraestructura, representada en las nuevas instalaciones de las Facultades de Ciencias Sociales y Filosofía y Letras y posteriormente de los nuevos edificios de Administración y de las Vicerrectorías.

La Universidad Nacional hoy, es la conjunción de dos etapas: una el surgimiento y despegue como Universidad Necesaria en los 70 y 80s y otra la consolidación como la Universidad Nacional en las décadas de los 90 y 2000.

Diría que la primera etapa le confiere su identidad y su inserción en la sociedad costarricense, como un modelo alternativo de Universidad más cercano a las necesidades de los sectores sociales y a las aspiraciones de transformación social de aquellas décadas y la segunda etapa, le proporciona el status de universidad nacional sólida y reconocida, muy ligada al desarrollo de la ciencia y la tecnología y a las necesidades del mercado laboral.

Han trascurrido 5 décadas, pero es imposible no recordar con nostalgia, las viejas instalaciones de la Escuela Normal que acogieron a la UNA en sus inicios, los viejos edificios de Estudios Generales, del CIDE, de Ciencias Sociales, de Filosofía y Letras, del teatro Universitario, las aulas de “los Hatillos”, los debates acalorados en las Asambleas de Escuela, los desplazamientos a las actividades de extensión en bus y sin viáticos.

Tampoco puedo olvidar, los cursos de Métodos de Investigación, el área de Extensión, la red de Universidades Centroamericanas que estudian el agro y los proyectos de tesis de la Escuela de Economía, el proyecto Una Iniciativa Rural (UNIR) que integró a 4 facultades y 12 Escuelas, la comisión institucional de Seguridad Alimentaria y la Comisión de Regionalización.

Al observar los homenajes efectuados en esta celebración de los 50 años, a algunos académicos propuestos por las Facultades, Sedes y la Federación de Estudiantes, pensé en tantos académicos que hicieron posible la consolidación de cada una de las Escuelas, que formaron a miles de estudiantes e hicieron investigación y extensión con gran mística y compromiso.

Ni siquiera cuando me jubilé, sentí la satisfacción y el orgullo que sentí en la celebración del 50 Aniversario, por haber sido parte de la construcción de un proyecto de Universidad, por haber contribuido a su fortalecimiento y consolidación, porque aunque tal vez ya no es la Universidad Necesaria, es la Universidad Nacional autónoma y pública por la que luchamos y a la que defendimos.