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Etiqueta: educación superior pública

UCR, Voz experta: Mal ejemplo señora ministra

Luis Felipe Arauz, Ingeniero Agrónomo Foto: Karla Richmond, UCR.

Por: Luis Felipe Arauz, Ingeniero Agrónomo

La niñez debe recibir ejemplos de honestidad y buen comportamiento de sus mayores. Tanto más si la persona de quien se espera ese ejemplo es nada menos que la ministra de educación. Por eso sorprende el desparpajo con que la señora ministra presenta informaciones alejadas de la verdad para justificar su intento por debilitar las universidades públicas, lo que constituye un claro ejemplo de falta de ética en la función pública.

Falacia sobre la cantidad de estudiantes en diferentes niveles educativos: La ministra justifica los recortes presupuestarios comparando la cantidad de estudiantes en primaria y secundaria versus la cantidad de estudiantes universitarios, sin considerar que la formación universitaria es mucho más cara, porque usa equipos especializados que son caros, emplea docentes con maestrías y doctorados que además realizan labores de investigación y acción social, utiliza recursos bibliográficos también caros, como revistas científicas y libros especializados que deben ser adquiridos por las bibliotecas, porque su adquisición es prohibitiva para la mayoría de los estudiantes, requiere en muchos casos licencias de programas de cómputo especializados, donde no existe un software libre equivalente. Usa vehículos y combustible para giras de campo, a menudo a regiones alejadas del campus. Esos y otros son costos en los que no incurren otros niveles educativos. Por eso, formar una persona profesional de calidad es caro, y por tanto la comparación que hace la ministra es incorrecta para justificar presupuestos.

Falacia sobre la rendición de cuentas: La ministra deja entrever que las universidades no rinden cuenta, e insinúa que el FEES es un “cheque en blanco”. Lo cierto es que las universidades públicas deben rendir cuentas ante la Contraloría General de la República todos los años, sobre sus labores y su ejecución presupuestaria. Los cursos y proyectos de investigación y de acción social pueden ser consultados por la ciudadanía en los sitios web de las universidades. Los salarios son información disponible públicamente también. Ahora, si lo que la ministra quiere es que el gobierno supervise qué se enseña, qué se investiga, y qué se divulga, eso es otra cosa. Eso es supeditar la actividad académica a los vaivenes de la política. Eso no es rendición de cuentas, es totalitarismo. Justamente quienes redactaron nuestra Constitución política tenían claro del peligro que eso entraña y consagraron el nuestra Carta Magna la autonomía universitaria.

Falacia sobre la utilidad práctica de la actividad académica: Empecemos por preguntarnos: ¿quién define qué tiene utilidad práctica? La historia está llena de casos en que un conocimiento aparentemente teórico resulta en un desarrollo beneficioso para el ser humano en salud, ingeniería, agricultura, educación, cultura, conservación ambiental y muchas áreas más. Y no solo ocurre fuera de nuestras fronteras, o solo ocasionalmente. Pongo un ejemplo del área de la salud: un cambio sutil en la composición genética de una población de bacterias es suficiente para tener que variar la prescripción médica necesaria para curar infecciones causadas por ellas. Para conocerlo se podría necesitar investigación básica en genética molecular; ese tema se está investigando en este momento en la UCR, por parte de científicos de alto nivel que emplean equipos y procesos de punta. No es “soplar y hacer botellas”, señora ministra. Por otra parte, no solo lo utilitario es beneficioso. El ser humano como ente integral se nutre tanto de lo material como de lo intelectual y espiritual. Don Pepe Figueres se preguntaba: “¿Para qué tractores sin violines?”.

También se habla de carreras útiles e inútiles, y se ponen, como ejemplos de las primeras, las carreras en ciencia, tecnología, ingenierías y matemática (carreras STEM), y por contraste, todas las demás se ubican en el segundo grupo. Señora ministra, ¿considera usted inútiles carreras de las ciencias sociales, como economía (como la carrera de su jefe), administración, historia, sociología, antropología, psicología, o educación (como lo que usted estudió)? ¿o en las letras, como lenguas modernas y filología? ¿o en las artes? ¿Queremos formar tecnócratas incapaces de pensar críticamente, de disfrutar de las distintas manifestaciones culturales o de expresarse correctamente?

La falacia del costo por estudiante: La ministra, repitiendo el ya conocido discurso de su prima la rectora de la ULACIT, insiste en medir a las universidades por el “costo por estudiante”. El comparar las universidades públicas con otras instituciones de educación superior, simplemente dividiendo el presupuesto total por el número de estudiantes, es limitar la función de la universidad a la formación profesional. Las universidades son generadoras de conocimiento, no solo transmisoras, y la generación de conocimiento por medio de la investigación requiere una serie de recursos que, como ya se dijo, son caros. Ciertamente, la generación de conocimiento alimenta la enseñanza, lo cual se traduce en una educación actualizada y de calidad, pero también impacta la sociedad en su integralidad humana. Esa es la esencia de una verdadera universidad, y eso lo entienden y lo practican nuestras universidades públicas. Por eso, estas son las universidades de Costa Rica mejor ubicadas en las clasificaciones mundiales.

A propósito de clasificaciones mundiales, me refiero a un comentario sarcástico que hizo en campaña don Rodrigo Chaves, comparando en forma despectiva la UCR con la universidad donde él estudió, Ohio State University (OSU). Ciertamente, OSU es una de las mejores universidades del mundo. Lo que no se dice es que su presupuesto es siete veces mayor que el de la UCR, pero atiende una población estudiantil apenas 1,5 veces mayor. Usando la medida de la ministra o la de su prima, el costo por estudiante en OSU sería 4,7 veces mayor que en la UCR. En realidad, es mucho más, porque el costo de la matrícula es 63 veces más alto en OSU que en la UCR. La gran diferencia es que en la UCR el costo de la matrícula está subsidiado, y además se tiene un muy robusto programa de becas. De otra manera, cientos de miles de costarricenses no habrían podido estudiar. No tendríamos los profesionales de calidad que han desarrollado el país, que han salvado vidas, que nos ayudan a interpretar la realidad nacional, y que nos enriquecen culturalmente. Por eso el FEES es, y debe seguir siendo una herramienta no solo de solidaridad y movilidad social, sino, ante todo una inversión en desarrollo y bienestar para Costa Rica. El cercenarlo es condenarnos al subdesarrollo. Un precio muy caro para justificar el sarcasmo de don Rodrigo.

 

Luis Felipe Arauz, Ingeniero Agrónomo
Exdecano de la Facultad de Ciencias Agroalimentarias de la UCR

Un triunfo para avanzar

Luis Ángel Salazar Oses

Que este primer triunfo obtenido por la defensa del presupuesto para la educación, gracias a la reafirmación de la natural unidad Pueblo consciente – universidades estatales, nos anime a fortalecer al máximo esta unidad y, en ella y por ella, convertir a nuestro país en una auténtica Democracia Participativa, donde impere la JUSTICIA INTEGRAL, esto es Económica, Política, Social, Cultural, y Ecológica.

Merecemos por todo lo sufrido, vivir en este nuevo y auténtico paraíso terrenal que unides empezaremos a construir ahora, máxime que la Madre Naturaleza ya nos dotó del Edén que habitamos.

UCR, Voz experta: Una marcha histórica

Dr. Gustavo Gutiérrez Espeleta Foto: Laura Rodríguez Rodríguez, UCR.

Por Dr. Gustavo Gutiérrez Espeleta

Invito a seguir trabajando por el desarrollo del país, como lo hemos hecho hace más de 80 años de vida institucional

Este 16 de agosto, miles de universitarios y universitarias hemos ejercido el derecho democrático a la legítima protesta para manifestarle al gobierno, de manera firme y respetuosa, que la Constitución Política se respeta. Por ello, debo iniciar este mensaje con un reconocimiento a las comunidades universitarias de las cinco universidades públicas, así como a otros sectores de la sociedad civil organizada y ciudadanía en general que nos apoyaron, por la respuesta masiva a la necesidad de defender la Constitución Política y la Educación Pública.

Sin embargo, creo que debemos analizar esta marcha histórica desde distintas perspectivas para valorarla en su justa dimensión.

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  1. La movilización social y el derecho democrático a la protesta

Una primera perspectiva tiene que ver con la importancia de la movilización social y el derecho a la protesta cívica. Teníamos varios años ya de no ver al movimiento estudiantil, a los sectores académico y administrativo y a otros sectores que nos apoyaron, marchar en tal cantidad y con el espíritu cívico que siempre nos ha caracterizado a lo largo de nuestra historia. Recuperamos así una de nuestras más importantes tradiciones: marchamos para defender el cumplimiento de la Constitución Política y de la Educación Pública en su integralidad.

  1. Defendemos de manera integral a la Educación Pública

Un segundo significado de la marcha tiene que ver con la defensa del sistema educativo público como un todo. Rechazamos de plano la tesis de la ministra de Educación que intentaba dividirnos y ponernos a competir por recursos financieros entre las distintas etapas. La ruta estratégica para un desarrollo con inclusión, innovación y sostenibilidad no pasa por el debilitamiento de la Educación, sino por la ruta contraria: aumentar el presupuesto orientándolo a la meta constitucional del 8% del PIB para el sistema educativo público, entendido ese ocho por ciento como un piso presupuestario y nunca como un techo. Los recursos para el logro de este mandato constitucional, no deberían implicar recortes al presupuesto público. Se requiere reducir la evasión y la elusión fiscal y también, regular el negocio de la deuda y lograr una reforma fiscal progresiva, que debe incluir el impuesto a la renta global.

Porque la política hacendaria de un país no debe reducirse meros objetivos financieros y contables, la salud fiscal de la economía nacional es importante, pero debe estar supeditada a políticas económicas que ayuden a mejorar la distribución del ingreso en términos progresivos, reducir la pobreza, una mejor educación y la empleabilidad de jóvenes y mujeres, así como el estímulo a la creación de pequeñas y medianas empresas, y eso no lo va a hacer el mercado por sí solo, necesitamos políticas públicas enfocadas en estos temas, una mejor distribución del ingreso genera mercados y economías más fuertes, porque la población tiene más capacidad de consumo.

  1. Estamos a favor de la transparencia y de la política con base factual

Un aspecto sumamente importante de nuestra movilización es que dejó en evidencia que las comunidades universitarias, tienen capacidad de buscar información y de discernimiento más allá de las campañas mediáticas orquestadas para desprestigiar a las universidades públicas. En particular, me refiero a la manipulación de información y uso de información falsa sobre la situación salarial y de las pensiones de hace varios años. Como hemos ido comunicando a la comunidad universitaria y nacional, las universidades públicas en general y las Universidad de Costa Rica en particular, hemos tomado una serie de medidas en los últimos cuatro años, que han modificado de forma significativa los componentes de nuestro régimen salarial que permitieron algunos salarios excesivamente altos. Con los cambios realizados, este tipo de salarios no serán posibles. Además, pronto estaremos impulsando una reforma que busca una mayor equidad y sostenibilidad financiera de la institución.

  1. Lo que esperamos de la etapa final de la negociación

Nos alegramos del resultado de nuestra movilización. Sin duda, eso hizo que el gobierno cambiara de posición y entendiera la justicia de nuestra argumentación. Pero la negociación no está concluida. Mañana miércoles 17 de agosto negociaremos la parte más importante para el cumplimiento de la Constitución Política tanto para la Educación Pública como para las universidades, que es el reconocimiento de la inflación. Esperamos que podamos llegar a un buen acuerdo. Por supuesto, el FEES nunca ha sido un cheque en blanco para las universidades públicas que, de hecho, tenemos óptimos niveles de transparencia en el sector público. Con el gobierno tenemos coincidencias importantes sobre esfuerzos extraordinarios que tenemos que hacer, sobre todo en la contribución de las universidades públicas a la reactivación económica con transformación productiva y a la atención urgente del rezago educativo, todo esto con particular énfasis en las regiones de fuera de la GAM.

Las universidades públicas no buscamos la confrontación ni la queremos. Buscamos llegar a un acuerdo que, en un marco de respeto a la Constitución Política, permita fortalecer la educación pública y, por tanto, beneficie a Costa Rica.

Les reitero mi reconocimiento y les invito a seguir trabajando por el desarrollo del país, como lo hemos hecho hace más de 80 años de vida institucional.

 

Dr. Gustavo Gutiérrez Espeleta
Rector de la Universidad de Costa Rica

BUSSCO demanda cumplimiento del mandato constitucional de financiamiento a la educación pública

Ante el marco reduccionista del gobierno de Chaves y la argumentación falaz de la ministra de Educación, BUSSCO rechaza el recorte del 25% al Fondo Especial para la Educación Superior (FEES), y denuncia la grave afectación que esto significaría para el baluarte en la democracia y pilar de la construcción del Estado de Derecho como lo ha sido la educación pública.

Esto solo refleja la estrategia del sector neoliberal para debilitar la educación en el sector público, además de desprestigiarla para favorecer la privatización de los servicios.

Es por esto que BUSSCO muestra total apoyo al sistema educativo público y exige al gobierno que cumpla con el mandato constitucional otorgado a financiar la educación pública de este país.

Compartimos el comunicado en la siguiente imagen.

 

Compartido con SURCOS por Luis Chavarría.

Ahorrar en educación es ahorrar en civilización

La Asociación Nacional de Empleados Públicos y Privados (ANEP) y la Asociación Sindical de Empleados Industriales de las Comunicaciones y Energía (ASCEIDE) expresamos nuestra solidaridad en defensa del presupuesto constitucional para la educación pública superior.

«Razones de economía nada justifican. Economizar en educación es economizar en civilización, y ningún pueblo de la tierra tiene derecho a hacerlo». Lo anterior nos lo recordaba –y tenía razón – el insigne educador Omar Dengo Guerrero. Su figura intelectual y humana, una de las más lúcidas de la educación costarricense, y de las más destacadas de la cultura nacional del siglo XX; supo sembrar la semilla de su pensamiento, con esta frase que, escrita ya tiempo atrás, sabe mantenerse vigente, para señalar el justo camino del presente, ante la discusión del presupuesto para la educación superior (y la educación costarricense en general).

Recortar presupuestos de la educación pública, no sólo es un retroceso en el desarrollo de la democracia, sino además un paso más hacia el fondo de la odiosa desigualdad, que se ha vuelto sistémica, y nos lleva al despeñadero sin retorno de la exclusión social y económica. El brutal recorte presupuestario a las universidades públicas, pone al rojo vivo la candente realidad del problema número uno del país: su sistema tributario perversamente injusto y totalmente corrupto. Las universidades estatales, tienen al igual que el resto de la sociedad, sus propias disparidades que equilibrar, senda inconclusa por la cual han iniciado a transitar. Lo anterior jamás debe eclipsar el hecho que el recorte presupuestario propuesto por la administración Chaves Robles, y su impacto en repositorios, programas sociales, infraestructura, equipamiento, gastos operativos, entre otros; no sólo perjudicarán la docencia, la investigación, y la acción social de las universidades estatales, sino que además acercará a no pocas de sus áreas a la tragedia cultural y humana de un cierre técnico. Desde ANEP y ASDEICE, estamos convencidos, que aplicar tal recorte a la educación pública superior, es un “muera la inteligencia”, que se expresará a través de asfixia presupuestariamente, en el marco de una crisis fiscal estructural, a la cual llegamos producto de la inacción premeditada de las élites plutocráticas gobernantes de las últimas administraciones ejecutivo-legislativas. Lo anterior, es una provocación de desestabilización social muy peligrosa. La corriente sindical en la cual militamos expresa su apoyo a la marcha universitaria de este martes 16 de agosto y, por ende, a la defensa del presupuesto de las universidades públicas, en cuanto a la naturaleza incuestionablemente constitucional de las obligaciones del Estado para con ellas.

La solidaridad de nuestras representadas para con las universidades estatales, no es flor de un día. Desde años atrás la hemos expresado de cara a las jornadas de setiembre de 2018 y octubre de 2019. Razón por la cual, tenemos muy presente, que para ese entonces las máximas autoridades políticas académicas, carecieron de una mirada humanista, pública y latinoamericana de más largo alcance; para sumarse a jornadas cívicas nacionales como el combo fiscal, la ley anti huelgas y la ley del empleo público, que hundían sus raíces en las mismas modas austericidas y causas estructurales que cíclicamente amenazan el Fondo Especial para la Educación Superior (FEES).

En nuestro país, las Universidades Públicas, están en la histórica encrucijada, de asumir su rol en defensa del Estado Social de Derecho en que se fundaron, sumando al eje centrípeto del crisol de los sectores y organizaciones sociales de la patria, que, a lo largo de los últimos tiempos y de diversas maneras según las más complicadas coyunturas, hemos venido resistiendo las diversas ofensivas de la plutocracia reinante y su trasnochada ideología neoliberal. Instituciones del Estado como el ICE, la CCSS, el INS o FANAL; se encuentran actualmente al acecho de intereses similares a los que apuestan por un recorte asfixiante a las universidades estatales. Junto a la defensa de la educación, desde la más diversa y amplia ciudadanía, se debe estar atento a la defensa del ICE, de la “Caja”, de INS o la FANAL. Así mismo de una serie de instituciones, regímenes y programas sociales que están siendo estrangulados por la neoliberal regla fiscal. Las sucesivas administraciones ejecutivo-legislativas de la catástrofe fiscal en desarrollo, las del PLN, del PUSC y del PAC, nos han dejado al borde del precipicio de la quiebra del Estado; con una deuda pública imposible de pagar, con un acumulado de demandas sociales de potencial poder explosivo; y, con un pueblo trabajador que, en buena medida, ha estado dándole una oportunidad al nuevo Poder Ejecutivo y la nueva Asamblea Legislativa, cuyos verdaderos controladores de poder no parecen mostrar fuerte disposición a enfrentarse a la herencia perversa que nos asoma al “default”, pues tienen fuertes vínculos comunicantes a lo interno de las élites plutocráticas en aparente riña política. Las preocupaciones del Poder Ejecutivo con relación a las necesidades económicas y sociales de los sectores de la población costarricense que han venido sufriendo de manera más dura y cruel, la exclusión y la desigualdad (como las de las zonas costeras y fronterizas en las cuales el Presidente Chaves tuvo gran apoyo electoral); pudiesen ser objetivas; sin embargo, sin una transformación tributaria estructural para el fortalecimiento de una agresiva política pública de ataque frontal a la pobreza, vamos esbozando una nueva estafa electoral de muchísimas repercusiones negativas en la misma institucionalidad.

 

Compartido con SURCOS por ANEP y ASDEICE.

¡Atención! Defensa de la educación pública

En el video el señor Freddy Pacheco, biólogo, nos explica la importancia de la educación pública y cómo ésta se convierte en una oportunidad para muchas personas para salir adelante; asimismo, hace énfasis en cómo la reducción al presupuesto de las universidades públicas es inconstitucional e incluso un ataque hacia la educación superior costarricense que posee tantos méritos a nivel internacional. 

El señor Pacheco nos invita a enfrentar esta situación y continuar buscando el progreso y desarrollo por medio de la educación.  

Compartimos el video completo.

 

Compartido por Freddy Pacheco.

Negociar el FEES

Por: Gabriel Macaya Trejos
Exrector UCR
14 de agosto de 2022

La semana pasada inició un proceso de negociación del Fondo Especial para la Educación Superior (FEES), que se da en el seno de la Comisión de Enlace, constituida por representantes de las universidades públicas y del gobierno. Este proceso, según una lectura estricta del artículo 85 de la Constitución Política de nuestro país debería darse cada 5 años, pero en los últimos años ha ocurrido anualmente.

Negociar, según la segunda acepción del Diccionario de la Real Academia Española, significa “Tratar asuntos públicos o privados procurando su mejor logro.” Debería ser un proceso de diálogo honesto, claro, basado en datos y hechos que lleve a un acuerdo entre las partes. Puede ser corto, en el que las partes llegan a un acuerdo rápido o lento con muchas discusiones, propuestas y contrapropuestas. No es, ni debería ser uno en el que una de las partes imponga sus condiciones. Debe prevalecer un interés común, en el caso de la negociación del FEES, más aún, un interés superior.

Este año, la negociación del FFES inició tardíamente, y luego de dos sesiones de negociación, el conflicto estalló. Las universidades iniciaron la negociación con su propuesta en la primera sesión y el Gobierno hizo la suya en la segunda. Hasta allí todo parecía ir bien. Sin embargo, el Gobierno acompañó su propuesta con una declaración pública de exigencias a las universidades, en tono confrontativo e insultante.

En la primera parte de esta declaración, el Gobierno enfrenta la educación básica y media a la universitaria. Dice que “Estamos ante un gran dilema, porque todos los niveles de educación son importantes.” Hasta aquí estamos de acuerdo, pero luego, hace un salto ilógico al decir: “¿A quién damos más quitándole al otro?” No, señora Ministra de Educación, a todos debemos darles más y satisfacer sus necesidades. Nuestra Constitución Política, en su Artículo 78 dice que “En la educación estatal, incluida la superior, el gasto público no será inferior al ocho por ciento (8%) anual del producto interno bruto, de acuerdo con la ley, sin perjuicio de lo establecido en los artículos 84 y 85 de esta Constitución.”

Actualmente ese gasto apena llega al 6%. Si “El estado de las escuelas y colegios es deplorable, la infraestructura está en un nivel de deterioro sin precedentes, maestros trabajan con las uñas…”, si esto es así no es porque “El presupuesto de las Universidades viene creciendo de manera sostenida desde el año 2010, mientras que el presupuesto del MEP decrece, con los resultados no satisfactorios en calidad educativa que estamos teniendo.” No, señora Ministra, este estado de cosas no se debe al “crecimiento del FEES” sino a la baja inversión del Estado en educación. Por otra parte, la proporción del FEES en el presupuesto de la educación se ha mantenido casi constante alrededor del 19 al 20%.

La declaración del Gobierno, luego de enfrentar los estudiantes universitarios a los estudiantes del MEP en la primera página, con un nuevo salto argumentativo dice, cínicamente en la segunda página, “No estamos propiciando una lucha entre estudiantes del MEP y estudiantes de las universidades porque ambos son igualmente importantes. Debemos velar por los derechos de ambas poblaciones.”

Luego viene la lista de 10 “vehementes solicitudes”. No me referiré a ellas una a una, ya que todas estas solicitudes ya se están cumpliendo de muchas formas. Me detengo en la número 9, que es la que califico de insultante: “Que (las Universidades) sean transparentes, no engañen a la opinión ni a la comunidad estudiantil, que muestren datos incluyendo el costo por estudiante y la asignación real en becas.”

No señora Ministra, las Universidades públicas no engañan “ni a la opinión (¿pública?) ni a la comunidad estudiantil…” La Universidad de Costa Rica está entre las primeras instituciones en el “Índice de Transparencia del Sector Público, ITSP” que publica la Defensoría de los Habitantes. En el “Top 10” de este índice se encuentran tres de las universidades públicas, la UCR (6), la Universidad Técnica Nacional (9) y la Universidad Nacional (10). El Ministerio de Educación Pública está en la posición 37. Señora Ministra, ¡infórmese!, no divulgue informaciones equivocadas o verdades parciales.

Negociar, algunos dicen que es un arte. Otros tratan de enseñarlo. Pero estoy convencido que negociar se aprende negociando. Y en esto parece que este Gobierno muestra falta de experiencia. Parece que para ellos es más fácil imponer que convencer.

Participé en varias negociaciones del FEES, desde mi posición de Rector de la UCR y siempre concluimos con éxito las negociaciones. Señora Ministra, negocie con datos ciertos, en un clima de confianza, sin agresiones, con respeto, pensando siempre en el bien superior del país. Negociar, cuando se tiene un marco ético claro, siempre da resultados.

Publicado en https://www.facebook.com/vamosconlaupublica compartido con SURCOS por Efraín Cavallini Acuña.

Los datos que omite la ministra de Educación Pública

Manuel Hernández

1.- Desde el año 2007, hasta el periodo actual, existe una tendencia decreciente en el financiamiento de la educación pública costarricense. El andamiaje social que configura la Constitución fue profundamente alterado.

2.- Desde que se reformó el artículo 78 de la Constitución Política, en el año 2011, con la finalidad de fortalecer y modernizar la educación pública, nunca se ha cumplido con el mandato constitucional de asignar a la educación pública un mínimo de un 8% de PIB anual.

3.-El presupuesto constitucionalmente asignado a la educación no es un “techo presupuestario.” Es un mínimo presupuestario, lamentablemente, año tras año, impunemente incumplido.

4.- Tan solo en los últimos 4 años se le hurtaron a la educación pública más de 2.000 millones de colones, a merced de la violación del precepto constitucional. Esta es la verdadera causa del denominado “apagón” educativo. El artículo 78 constitucional lo transformaron en letra muerta y papel mojado.

5.- El presupuesto que se está asignado a la educación pública para el periodo 2023, será el más bajo de lo que llevamos de este siglo XXI: tan solo un 6.02% de PIB. Apenas ligeramente por encima del mínimo asignado antes de la reforma constitucional de 2011.

6.- Como si lo anterior fuera poco, amén de que nunca se ha cumplido con el mandato del artículo 78 de la Constitución Política, en la fatídica Ley de Fortalecimiento de las Finanzas Públicas incluyeron el presupuesto de INA y otros programas sociales.

La Ministra cuando asumió el cargo juro y prometió a la Patria observar y defender la Constitución.

Apenas han pasado unos pocos meses y ya se convirtió en detractora de la Constitución.

¡Que el pueblo y la Patria os lo demanden!

Lo que somos por media calle

Se convoca a la comunidad universitaria a defender el acceso a la educación pública y la excelencia profesional de Costa Rica el próximo martes 16 de agosto, a partir de las 8:00 a. m., en el Pretil de la Ciudad Universitaria Rodrigo Facio.

La calidad de nuestra educación nos define como país y no existe justificación fiscal para reducir el financiamiento de todo el sector educativo, reducción propuesta ayer (11 de agosto) por la ministra de Educación Katharina Müller Castro. Sin embargo, las universidades públicas sí saldremos a defender la educación.

Aceptar este recorte implicaría la profundización del rezago educativo y la condena del futuro del país. Salgamos a la calle representando nuestras áreas de trabajo y conocimiento, usemos la indumentaria que las caracteriza y llevemos emblemas nacionales.

La reducción propuesta por el Gobierno, al Fondo Especial para la Educación Superior (FEES), es de un 23 % para el 2023. Esto supone un debilitamiento que paralizaría a la educación superior pública, la cual ha hecho la diferencia en la historia de Costa Rica.

Mostremos por media calle lo que hemos logrado: excelencia y compromiso en ciencias básicas, sociales, tecnológicas, salud, artes y letras para Costa Rica.

Compartido con SURCOS por Oficina de Divulgación e Información, UCR.

La guerra total contra las universidades públicas y las agendas de grupos de interés

Gerardo Cerdas Vega / UNA

La actual coyuntura relacionada con el financiamiento de la educación superior en Costa Rica a través del FEES, significa una guerra total contra las universidades públicas. No debemos y no podemos hacernos la ilusión de que se trata de nubarrones que pronto pasarán. Aún si logramos generar la suficiente presión política como para sortear este momento de forma menos traumática, lo cierto es que la guerra declarada por los sectores que hoy y ayer vienen desmoralizando a las universidades del Estado, con intereses mercantiles obscenamente evidentes en la apropiación del FEES o en la reducción dramática de la matrícula (ambos mecanismos para lucrar a través de sus empresas “educativas”), continuarán con saña redoblada sus ataques a la institucionalidad universitaria pública que, con todos sus defectos (que tenemos que atacar con urgencia), es un baluarte civilizatorio en este pequeño país. En este momento, además, envalentonados por un gobierno de corte autoritario y “populista” que ya dio muestras claras de a qué vino. Las declaraciones de la Sra. ministra de la Educación (¿Privada?), constituyen un ejemplo de hasta dónde puede y va a llegar el cinismo, la manipulación, la mentira y la desvergonzada actitud de quienes buscan apropiarse de la riqueza socialmente construida, valiéndose de un cargo político para atender las agendas de sus grupos de interés.

Todo esto me deja con una sensación muy dolorosa de déjà vu. Como algunos de ustedes saben, viví en Brasil entre 2009 y 2020 y en esos años pude presenciar dos procesos completamente antagónicos: llegué al país en un momento en que la educación superior estaba en auge, con aumento de inversión pública en la expansión universitaria, así como en ciencia y tecnología. Luego vino el gobierno golpista de Michel Temer, en 2016, iniciando un desmonte furioso de todo aquello en que se había avanzado en los años previos, dejando a las universidades públicas al borde de la inanición, muchas veces humilladas y desmoralizadas frente a la población. Algo verdaderamente lamentable de ser vivido. Hubo incluso un rector de una prestigiosa universidad pública del sur del país que se suicidó ante las enormes presiones y persecución en su contra, para que luego se demostrara que ninguna de las acusaciones de corrupción que se le habían achacado eran verdaderas…

Cuento estas cosas porque el momento actual que vivimos en Costa Rica me parece muy semejante, salvando las distancias. Y temo lo peor, para ser sincero: el inicio de un periodo de desmonte, desmoralización y ataque sin precedentes contra nuestras universidades públicas. Me gustaría estar equivocado, pero creo que estamos solo en el inicio de un largo ciclo donde tendremos que aprender a movilizarnos constantemente, a no bajar la guardia, a no confiar “en la Constitución” porque esta no les interesa cuando no les sirve, a ser capaces de comunicarnos con la población de forma asertiva en lugar de atizar la polarización (aunque a veces a uno le dan ganas de mandar a las personas donde ustedes se imaginan), no asumiendo como enemigo a quienes nos atacan en las redes sociales o en la vida real, en gran medida manipulados para volcarse contra las universidades, como si el FEES fuera el causante de todos los males del país.

Por ahora, tal vez estemos solos/as. La propaganda anti-FEES ha calado hondo y resta ver qué sectores políticos, sociales y quién sabe empresariales se alinean en la defensa de la educación superior pública (si los hay). Resta ver si aún existen sectores de la población que no hayan sido “zumbizados” por el circo de horrores montado por el Ejecutivo cada miércoles, con una estrategia de marketing que hasta ahora les ha sido muy efectiva y que tendremos que contra atacar para disputar “mentes y corazones” a favor de la educación superior, visibilizando sus inmensos aportes para el bienestar del país.

Todo esto es apenas una opinión estrictamente personal, acuciado como me siento por la grave coyuntura que vivimos, pero quise compartirla en el sentido de que, aunque las dificultades son inmensas, así también deberá ser nuestra decisión y voluntad de no aflojar en la lucha en defensa de la educación costarricense en su conjunto, tanto la superior como los demás niveles. Tenemos que ser capaces de actuar de manera conjunta, articulada, valiente y digna en los meses y años que vienen, superando los obstáculos internos y externos que se colocan. Por lo pronto, nos vemos en la calle el próximo martes 16 de agosto.

PD: También resulta central abocarnos a entender las razones más de fondo del rechazo ciudadano actual hacia las universidades. En gran parte, hemos favorecido el desprestigio porque no solo hay una estructura de privilegios dentro de las universidades, sino que muchas veces no somos percibidos como aliados de la población en general. La universidad tiene que repensarse y su proyecto debe ser popular, verdaderamente popular, o sea, conectado con las necesidades y angustias de la población en un momento de creciente incertidumbre, precarización de las condiciones de vida y aumento de la desigualdad. Todo esto también tiene que atacarse si queremos reconectar con el país real.

PD2: Es urgente integrar un equipo de comunicación con personal de la propia comunidad universitaria que pueda comenzar a producir materiales efectivos para las redes sociales, no solo destacando los logros de la educación superior, sino contra atacando la narrativa del gobierno y los medios de desinformación masiva. Esto es para ya. La comunicación institucional está siendo poco efectiva porque no ha entendido que estamos en una situación de guerra abierta contra las universidades, es una situación nueva con relación a la escalada de ataques que viene de años anteriores, porque este gobierno está dispuesto a sangrarnos. Si no atacamos los puntos débiles de una narrativa capciosa como la del gobierno, seguiremos débiles y a la defensiva hasta que seamos derrotados por completo.