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Etiqueta: elecciones municipales

El sentido común neoliberal también conquistó votos para regidores

Abelardo Morales Gamboa

Abelardo Morales Gamboa

Los concejos municipales, como en el caso de las alcaldías, continuarán siendo feudos dominados en la mayor parte de los cantones del país por el bipartidismo, pero el ascenso de neoliberales y conservadores, junto a la caída de los partidos progresistas y de izquierda, y a la par sin duda de la barrida hecha por el abstencionismo, nos debe alertar sobre algo muy peligroso que comienza a pasar en esta democracia tropical.

La regla del bipartidismo se rompió en aquellos cantones en que otros partidos nacionales, provinciales o locales les disputaron a Liberación Nacional (PLN) y a la Unidad Socialcristiana (PUSC) esa hegemonía. Todo eso matizado o más bien empañado por el elevado abstencionismo que fue de 68,2% lo que convierte a cualquier triunfo en un pírrico resultado con más daño a la democracia que a los adversarios.

La geografía electoral continúa mostrando la reproducción de redes de poder locales, tanto en las zonas urbanas como rurales, basadas en el clientelismo, en relaciones de lealtad y de protección propias de contextos feudales y de servidumbre, y eso fue lo que le permitió a una serie de caciques y apostadores locales lograr una regiduría.

Aunque ganó la mayor cantidad de alcaldías, el PLN sacó casi 60 mil votos menos pare regidores que en 2020, una caída del 23% o de casi una cuarta parte de sus votos. Aunque el PUSC ganó una cantidad mayor de alcaldías también respecto de la elección anterior, perdió casi 7 mil votos para regidores, no le fue tan mal, pero eso no es para alegrarnos porque la versión del PUSC que se levanta de sus cenizas es la más neoliberal de toda su historia.

Los vacíos de poder local están siendo llenados por el neoliberalismo y el conservadurismo, la versión light del viejo Movimiento Libertario, Unidos Podemos, fue la que más avanzó, gracias eso si al derroche de recursos y al manejo de una campaña convertida en el negocio del clientelismo. El Liberal Progresista fue el que más creció pues pasó de casi 5000 votos a más de 67500 en estas elecciones y colocó una buena cantidad de regidores y concejales.

En los virajes de estas elecciones, con menos votos se colaron los evangélicos de Nueva República que perdió casi 15 mil votos y Nueva Generación que reclutó de todo no solo en términos generacionales y recibió unos 10.500 votos menos. Pero no es para nada un dato sin cuidado que dos partidos vinculados o exvinculados al chavismo, como el Social Democrático y Aquí Costa Rica Manda, sacaran cada uno respectivamente 50 297 y 38 258. Por separado juntaron 88 555 votos, más que la cantidad lograda por Unidos Podemos. La crisis de Liberación le está abriendo las puertas al fortalecimiento de las derechas.

Los peores resultados de un partido nacional de reconocida trayectoria se reflejan en el desempeño del Frente Amplio. Si bien logró obtener una simbólica alcaldía en León Cortés Castro, un antiguo bastión liberacionista, el panorama a nivel nacional muestra que, aunque no perdió demasiados votos, tampoco creció según las expectativas que despertaba la imagen pública de su bancada en la Asamblea Legislativa. El contexto político ideológico no es el más favorable a las opciones progresistas, quien crea lo contrario está viviendo otra realidad. Eso requiere entonces revisar muy seriamente la conducción de cualquier propuesta política.

Por eso es importante valorar las estrategias políticas mediante las cuales esa organización y otras fuerzas progresistas encararon estas elecciones. El Frente Amplio no tuvo participación en una gran cantidad de cantones, en otros lo hizo en coalición, pero en algunos se produjeron fracturas en las coaliciones en las que había participado esta organización. Al parecer la política parlamentaria no parece ser el espacio suficiente y necesario para impulsar un proyecto progresista.

Estas elecciones parecen demostrar que el sentido común neoliberal le ha dado frutos a las derechas, mientras que para las alternativas progresistas las cosas podrían haber sido o podrían ser peor en el futuro si no hay un cambio de actitud, de acciones y no nos dejamos de tanta narrativas seudo-renovadoras.

Elecciones municipales: ¿Qué sacamos en conclusión?

Alberto Salom Echeverría

El examen de quién ganó, quién perdió.

Se ha cerrado el telón de las elecciones municipales, enseguida con afán y curiosidad me he puesto a leer y prestarle atención a todo aquello a lo que he tenido acceso, tanto en las redes sociales, como en los medios de comunicación escritos y televisivos. Observo que el acento de los comunicadores y analistas, en general, ha estado puesto desmedidamente en quién ganó, quién perdió entre los partidos políticos nacionales y cantonales, cuáles dirigentes cayeron o cuáles más bien se catapultaron hacia la cima de las estructuras de poder local.

Entre los análisis más interesantes y con observaciones muy atinadas dentro de esta perspectiva del examen de los partidos políticos y sus estructuras, destaco el artículo del calificado profesional en Gobierno y Políticas Públicas y en economía, Dr. Luis Paulino Vargas Solís. El artículo se intitula: “Algunos apuntes sobre las elecciones municipales.” En mi opinión, la reflexión sigue teniendo este sesgo que he mencionado de hacer prevalecer en el escrito, sobre todo el relevante tema de la corrupción, junto al otro relativo a la crisis u obsolescencia de algunos de los grandes partidos políticos, en particular del Partido Liberación Nacional. Además, se adentra en la mención de las debilidades territoriales de otros partidos (FA, PAC), que provoca tanto su incapacidad de convocatoria en el plano cantonal, así como para establecer alianzas en ese mismo ámbito local. Luis Paulino aborda también el auge de los partidos de extrema derecha con su ideología de “sálvese quien pueda”, y cómo están capturando mucha de la población joven. Destaca como un hecho sobresaliente, el triunfo del joven y talentoso profesional, el historiador Diego Miranda en el cantón central de San José, que lo menciona como la derrota de un estilo político corrupto e inepto, el de Johnny Araya. Finalmente, alude a la mengua de la tendencia del abstencionismo a crecer. Por lo que lo conozco, como un analista muy profundo y con gran capacidad de análisis, sé que es apenas, como se advierte en el título, una aproximación a la trama de las elecciones cantonales que acabamos de presenciar.

Toda esta temática es importante, claro está, puesto que los partidos políticos nacionales y cantonales son el mecanismo por medio del cual se accede al poder local. Además, nos quejamos de la corrupción en muchos de los gobiernos locales que, se ha atribuido en gran parte a la “eternización de muchos de los liderazgos locales”. Convengamos en que, siendo cierto lo anterior, constituye solamente una parte de las múltiples causas de la corrupción en la esfera de lo local y, de la debacle o ruina, en medio de la cual viven una mayoría de los vecinos de una enorme cantidad de cantones costarricenses.

El análisis desde la perspectiva de la realidad local

Parte de la realidad del mundo local está determinada ciertamente por esta dinámica de los partidos políticos nacionales y cantonales y el entramado de la corrupción en los poderes locales, pero la cuestión tiene mucha más hondura. Hemos detectado un artículo muy interesante, el del economista Roberto Jiménez Gómez (Cfr. Jiménez G., R. “Guía para los gobiernos locales” La Nación,6.02.24, Pp 26) y una eminente entrevista que realizó el comunicador Ferlín Fuentes, miembro de “Noticias Repretel” y “La Nación”, al ministro y presidente del Supremo Tribunal Federal de Brasil, señor Luis Barroso (Cfr. Fuentes, Ferlín. “Los excluidos son las presas más fáciles del autoritarismo.” LN. 4.02.24. Pp.21). Ambos, el artículo de Roberto Jiménez y la entrevista realizada a Luis Barroso hacen aportes, a mi modo de ver, desde una perspectiva diferente que la que dejamos planteada supra y que conviene rescatar ahora.

El aporte del economista Roberto Jiménez al examen de los gobiernos locales. Una Cruda realidad de desigualdad e inequidad que, a los costarricenses no nos gusta ver.

Roberto se nutre de varias instituciones para acopiar datos de las realidades locales y presentar un panorama francamente desolador:

1. En primer término, retrotrae un dato que tiene como fuente de información al Banco Central de Costa Rica, mostrando que del Producto Interno Bruto Cantonal (PIBC), el 77,4% lo aportan una minoría de los cantones de la región central del país. Esta “brutal diferencia” entre las comunidades del Valle Central del país y las restantes que constituyen la periferia, determina la imposibilidad de que los habitantes de los cantones más pobres y rurales puedan tener acceso a una vida digna, con bienestar. Esta realidad tan cruda impide que los gobiernos locales de los entornos rurales de Costa Rica hayan logrado contribuir a sacar adelante a miles de familias que viven por debajo de la línea de pobreza; muchas otras familias que están en peores condiciones aún, ya que padecen la miseria extrema, están verdaderamente postradas, las cabezas de familia y sus hijos.

2. Luego el Dr. Jiménez acude al “Atlas del Desarrollo Humano de la Universidad de Costa Rica”, para afirmar que en concordancia con los datos del PIBC del BCCR, son los cantones de la Gran Área Metropolitana o GAM, los que poseen los mejores índices de desarrollo humano, dejando completamente rezagados a los cantones fronterizos concretamente, que se encuentran en el extremo opuesto.

3. En la misma dirección de desigualdad e inequidad apunta el índice de “Promoción de la Competitividad”; en este caso, el Consejo aporta indicadores de los 82 cantones (hoy 84), de diversas instituciones públicas que permiten hacer una valoración de la totalidad, dejando patente que, los cantones de la GAM poseen por mucho la mayor competitividad respecto de los cantones de la periferia, porque Costa Rica, a pesar de los esfuerzos emprendidos por las organizaciones que trabajan por auspiciar el desarrollo socioeconómico en los cantones rurales y urbanos más pobres, continúa siendo un país muy centralista.

4. Como corolario Jiménez adopta el término de la “Patria Desigual” para referirse a Costa Rica. El profesional resalta como factores críticos de los últimos años, las migraciones, la inseguridad ciudadana (hoy espoleada por el flagelo del narcotráfico agrego yo), los riesgos climáticos y el desempleo como carlancas que impiden el desarrollo en las realidades locales rurales pobres y urbano marginales. Frente a todos estos retos y otros no mencionados, advierte el Dr. Jiménez, se requiere una cohesión territorial institucional, en conjunto con los gobiernos locales -agrego yo- para modificar esta realidad tan ominosa. Tal es el contexto en el que se acaban de desenvolver las elecciones municipales donde, en lugar de continuar descendiendo el abstencionismo, como lo mencionó el Dr. Luis Paulino Vargas, volvió a subir hasta alrededor de un 68%.

El hermoso aporte por medio de una entrevista del juez y magistrado brasileño que nos visitó. ¡Qué hermoso pensamiento nos dejó! Lo secundo. Veo las cosas muy parecido a él.

El planteamiento del Dr. Luis Barroso lo expongo de la siguiente manera:

1.El profesor Barroso sentó primero la siguiente premisa: En muchas regiones del mundo, de manera particular en varios países de América Latina, hay una fuerte emergencia del pensamiento conservador, capturado (mucha atención a esto) por la extrema derecha no democrática, no constitucional y no pluralista. Como cuando un liderazgo del ejecutivo intenta fagocitarse o tragarse al sistema judicial y al legislativo juntos, y si puede y lo dejan, anula al ente contralor de la República y al Tribunal Electoral. ¿Cómo les va sonando? No sean mal pensados no es un atributo solamente de Costa Rica, ha ocurrido en Brasil con Jair Bolsonaro; en los propios Estados Unidos con Trump. Barroso agrega en otra parte de la entrevista que, el populismo puede ser de izquierda o de derecha, pero más recientemente lo hemos visto en la derecha.

2. Los líderes populistas aparecen con mayor frecuencia cuando se produce lo que Barroso llama “disfunciones del sistema democrático”, que es cuando hay una “recesión del sistema democrático” que, no puede garantizar el desarrollo con bienestar para toda la ciudadanía. En estas condiciones, a lo Bukele se imponen los legalismos autoritarios, en los que “…líderes carismáticos con posturas anti institucionales y anti pluralistas son quienes manipulan los sentimientos y temores de la sociedad…” (Cfr. Ibidem). Se debilitan los ideales democráticos, principalmente, como lo reflejan las encuestas -dice Luis Barroso- entre las poblaciones más jóvenes, por diferentes razones, entre otras porque desconocen la historia. El ascenso del populismo autoritario, como en Costa Rica hoy, penetra con más fuerza entonces, cuando la propia democracia no puede garantizar la prosperidad e igualdad de oportunidades para todos, así lo expresa Barroso textualmente. Pero, (mucha atención con esto también), en tales condiciones los excluidos son las presas más fáciles de los discursos autoritarios.

3. También expresa Barroso, los discursos populistas ofrecen “soluciones simples y erróneas” ante problemas complejos, como cuando se intenta exacerbar prejuicios y sentimientos de la gente en contra de las poblaciones de inmigrantes y la Suprema Corte. ¡Qué cierto es esto!!! Luis Barroso profundiza aún más y nos deja un pensamiento profundo, que nos debe hacer meditar en estas circunstancias en que vive nuestro país: “La erosión de la democracia…ya no se manifiesta con golpes de Estado (ojo)…sino mediante cambios incrementales que, de manera aislada no son dictatoriales, pero que, en conjunto y con el tiempo, revelan un carácter autoritario y dictatorial (…) La frase termina magistralmente con lo siguiente: “Si se debilita la prensa y los órganos de la sociedad civil, gradualmente se instala el autoritarismo.” (Ibid. La frase en negrita es de mi peculio personal, he querido dejarla resaltada).

4. El Juez Barroso, casi concluyendo la entrevista, nos lega un fragmento de su sabiduría, que cito textualmente, pues no lo podría expresar de mejor manera: “Quizás -expresa- el gran problema en América Latina radica en que, pese a tener buenas constituciones, teorías sólidas, destacados constitucionalistas y cortes constitucionales competentes, no se han alcanzado niveles mínimos de igualdad social en las oportunidades de participación.” (Cfr. Id. la Negrita también es mía). Y, asimismo afirma que: aunque en Costa Rica se percibe una mayor presencia de la clase media, las estadísticas de desarrollo humano en nuestro país confirman la siguiente realidad, la riqueza se concentra cada día más en un grupo social muy pequeño, y la distancia social y económica del resto de la población hoy es más abismal que nunca. La anterior constituye una verdad como un templo y algunos de nosotros, investigadores sociales, lo venimos constatando y repitiendo en el terruño desde hace mucho tiempo.

En conclusión, con respecto al tema de las elecciones municipales, tenemos que estas se han desarrollado en un ambiente político crispado por la polarización, con una diferencia entre municipios ricos y pobres del cielo a la tierra, en medio de una erosión tremenda de todos o casi todos los partidos políticos, y los que no, o los que parecen tener un repunte, es prematuro todavía afirmar si ello es debido a un mejor clima de participación y organización popular, en el cual estas agrupaciones políticas hayan tenido algo que ver, o por el contrario, repuntan a expensas de la erosión de los otros partidos políticos y por circunstancias aleatorias. No observo un mejoramiento general del sistema municipal, aunque existen ejemplos en contrario de ciertos gobiernos locales que han tenido éxito en su gestión, como podría ser el caso de la Municipalidad de Acosta que conozco. No ocurre así en la Municipalidad de San José, donde más bien se acusa un clima de turbiedad en el manejo de los recursos públicos locales que, explica la erosión del liderazgo. Tampoco se puede decir que se siguió abatiendo el índice de abstencionismo como ocurrió al final de los dos cuatrienios anteriores, sino que más bien, ese índice subió. Ello, no obstante, una campaña del Tribunal Electoral muy acertada y linda, consistente en tocar el corazón de los ticos llamándonos a votar por nuestro “pedacito de Costa Rica”. La contrapropaganda en muchas de las redes sociales parece haber tenido su efecto contraproducente.

Enviado a SURCOS por el autor.

¿Qué sigue hacia las elecciones nacionales del 2026? Una mejor distribución de elección de los diputados

Vladimir de la Cruz

En el proceso de las elecciones municipales se ha avanzado mucho. Queda poco, tal vez, por perfeccionar y avanzar en este campo.

Las llamadas elecciones nacionales comprenden la elección del Presidente y sus vicepresidentes y la elección provincial de los diputados, que son llamados diputados nacionales. Es decir, son electos por cada provincia pero tienen carácter nacional. Esto hace que un ciudadano de una provincia pueda ser candidato por otra provincia. No existiendo gobiernos provinciales, gobernaciones provinciales, y la figura del Gobernador, como hasta 1998 existieron, ese carácter nacional está acentuado y consolidado.

En las elecciones nacionales SI falta, en la perspectiva de la mayor igualdad posible de elegibilidad de diputados, hacer una mejor distribución de las plazas, de los puestos a elegir por provincia.

En el caso de las elecciones de diputados, en mi opinión, falta hacer dos reformas importantes y urgentes, que mejorarían la gobernabilidad y gobernanza nacional. Una requiere reforma constitucional, lo cual es más difícil de realizar con miras al próximo proceso electoral del 2026. Es la de separar la elección de diputados de la presidencial. Primero la Presidencial, el primer domingo de febrero y luego, un mes después, la de diputados. De esto hablaré en otra oportunidad. Queda siempre el primer domingo de abril para definir el resultado electoral en el caso de una segunda ronda.

La otra propuesta no requiere reforma constitucional de ningún tipo. El Tribunal Supremo de Elecciones, con las facultades constitucionales y legales que le rigen, puede acordarla, declararla, implementarla y hacerla, incluso en atención a un concepto esencial de mayor representatividad ciudadana, y bajo los mismos estándares de mayor igualdad posible de género.

Lo que propongo, en adelante, es para partidos nacionales y provinciales. Los nacionales son los que participan en todas o varias provincias a la vez. Los provinciales son los que participan exclusivamente en una sola provincia.

El número de diputados a elegir por provincia lo determina el Tribunal Supremo de Elecciones, así está establecido por la Constitución y la ley, de conformidad al número de ciudadanos que hay en una provincia, de manera que haya una proporcionalidad numérica de ciudadanos por provincia. Esto se hace con resultado de los censos nacionales cada diez años. Por eso hay provincias que ganan un diputado y otras que lo pierden, como ha sucedido en los últimos años.

Si hay 57 diputados en la Asamblea Legislativa ellos responden, por ejemplo, a los 5 millones de habitantes que tiene Costa Rica, que habitan en el territorio nacional, en sus diversas provincias.

Así, con este mismo ejemplo, un diputado representa a 88.000 habitantes, en número redondo. Ese registro y contabilidad lo realiza minuciosamente el Registro Civil que es una dependencia del Tribunal Supremo de Elecciones.

De ese registro se separa el de Ciudadanos, que son los mayores de edad que configuran e integran el Padrón Electoral, que se elabora, igualmente, por ubicación de los ciudadanos en los distritos, cantones y provincias.

El Tribunal Supremo de Elecciones informa constantemente, como prueba de idoneidad y transparencia política y electoral, a los partidos políticos, del movimiento poblacional: de los nacidos, de los fallecidos y de los nuevos ciudadanos.

Precisado el dato se sabe cuántos habitantes hay por provincia y con relación a ellos se fija el número de diputados que corresponde elegir por provincia.

Definida esa situación los partidos políticos saben cuántos candidatos pueden postular a diputados por provincia.

Con el mismo ejemplo, en el supuesto que una provincia tenga 450.000 habitantes elige cinco diputados, si tiene 880.000 elige diez, y así sucesivamente. Por ello la Asamblea Legislativa hoy tiene 19 diputados de la Provincia de San José, 11 de Alajuela, 7 de Cartago, 6 de Heredia, 4 de Guanacaste, 5 de Puntarenas y 5 de Limón.

Los partidos se enfrentan en cada proceso electoral a ver cómo distribuyen sus posibles candidatos. Toman en cuenta los cantones de mayor número de votantes, la calidad, méritos, reconocimientos y liderazgos de los candidatos. Esto coloca a cantones, dentro de cada provincia, con ventajas sobre otros, de manera discriminada y con casi nulas posibilidades de que un candidato que viva en esos cantones tenga posibilidad de salir electo.

Así, se configuran las listas de diputados que se presentan a los electores, a los ciudadanos. Actualmente, los partidos políticos, nacionales y provinciales, presentan una sola lista de candidatos a diputados por cada provincia, alternando género en forma vertical y horizontal, si el partido participa en varias provincias.

Con los mismos datos registrales de población que tiene el Tribunal Supremo de Elecciones, se puede hacer una labor quirúrgica de análisis de cómo la población de una provincia se distribuye en sus respectivos cantones.

De esa forma, el Tribunal podría hacer una distribución regional por cantones del número de diputados, que le corresponde elegir a una provincia, con base a la distribución poblacional, precisando, al interior de las provincias, cuántos diputados podrían ser electos por grupos o regiones de cantones, que el mismo Tribunal Supremo de Elecciones puede determinar. No se altera en nada el número de habitantes y ciudadanos por provincia ni cambia el número de diputados. Pero, al interior de las provincias se coloca con mayor fuerza y participación real a los habitantes y a los ciudadanos electores, para que puedan elegir mejor a sus propios representantes populares, que en la lista oficial que se presenta a los electores no importa donde vayan ubicados, porque eso no va a producir el resultado de su elección. La elección se determinará por los votos recibidos en cada región.

Los partidos políticos tendrían mayor obligación de escoger mejor sus candidatos, poque estarían más cerca de sus votantes. Los votantes estarían más cerca de sus diputados electos. Las regiones tendrían mejor representación legislativa o parlamentaria. Los grupos regionales se activarían más en los procesos electorales. Sin duda alguna se provocaría una baja sustantiva del abstencionismo. Se fortalecería la representación política, la participación ciudadana y la democracia nacional.

Al elegir de esta manera a los diputados también se fortalece la elección por género, porque a los niveles de las microrregiones que se harían de la población, en cada provincia, por grupos de cantones o regiones de habitantes, las listas que se propongan de diputados tienen que armarse de la misma manera, considerando los criterios de paridad vertical y horizontal según correspondan, lo cual haría más eficaz la elección posible de más mujeres en la Asamblea Legislativa.

Si el Tribunal Supremo de Elecciones exitosamente ha organizado procesos electorales simultáneos en 84 cantones, de diversa cantidad de población, no le sería nada difícil hacer una elección nacional de diputados, en siete provincias, donde al interior de ellas se harían unas cuantas microrregiones que difícilmente llegue a constituir un rompecabezas de unas doce regiones electorales en todo el país, en el conjunto de las siete provincias.

Estamos a tiempo para que esta propuesta se conozca, se discuta, en todos los ámbitos políticos interesados, con todos los sectores sociales nacionales también interesados, y se pueda aprobar. El próximo 1 de enero del 2025, dentro de 11 meses, el Tribunal Supremo de Elecciones, deberá estar anunciado el cronograma electoral de las elecciones del primer domingo de febrero del 2026.

El Tribunal Supremo de Elecciones tiene toda la capacidad técnica, profesional y de personal para evaluar esta propuesta, desde ahora, e irla puliendo con colaboración de las fuerzas vivas de la nación costarricense.

No perdamos esta oportunidad de mejorar la representación popular legislativa. Sobre todo, no perdamos tiempo en mejorar la democracia nacional.

Reflexiones sobre las recientes elecciones municipales

Rodrigo Cabezas

En la mañana asistí a votar al Instituto de Alajuela en donde tuve oportunidad de compartir con ex compañeros de escuela y del colegio, amigos que no veo a menudo.

Vi a muchos jóvenes sirviendo de guías, pero ninguno votando. Me entristece el abstencionismo del 68% y la falta de interés de los jóvenes en temas vitales nacionales.

Me sorprende los resultados locales en donde ganó el partido que expulsó a su candidato quien se postuló por otro partido y nombró a otro candidato. Tres partidos obtuvieron casi el mismo porcentaje de votos. Veo por primera vez a la Presidenta del Tribunal Supremo de Elecciones quejándose de los ataques que recibieron y de la injerencia política de autoridades que no debieron tener ninguna.

El partido del que soy cofundador no obtuvo ningún puesto al igual que en las elecciones presidenciales en las cuales por primera vez voté por el candidato de Liberación al considerar al otro desconocido muy peligroso. Muchos de mis copartidarios se abstuvieron de votar ayudando tristemente a que ganara el actual presidente. Esta vez, muchos de ellos votaron por el candidato de Renovemos Alajuela, en mi opinión el mejor de todos.

Me parece que nos falta mucho pragmatismo pues de no ser por la bancada de Liberación, el peligroso presidente estaría libre para consolidar sus nefastos proyectos como vender la Caja.

Hablando de mi partido, un mea culpa pues creo que nos faltó madurez al no apoyar algunos proyectos de la presidenta Chinchilla como la carretera a San Ramón, donde el contrato era legal según algunos conocedores que lo estudiaron. Su propuesta de Reforma Fiscal no era perfecta pero sí perfectible y nos hubiera evitado muchos problemas.

¿Qué sucederá en las próximas elecciones? Me parece que las coaliciones verdaderas con personas afines desde la ética y pensamiento político son la alternativa.

Imagen ilustrativa.

Organización comunitaria: El día después de las elecciones

Esteban Beltrán Ugalde.

Esteban Beltrán Ulate
esbeltran@yandex.com

Escribo desde la condición ciudadana de un apátrida de partido político que tuvo que optar por una elección a la carta en el cantón donde habito; escribo desde el sinsabor de un proceso electoral fugaz y con carencias de comunicación asertiva; pero también, escribo desde la convicción de que las grandes transformaciones se pueden gestar desde lo local. La reflexión que comparto es producto de una serie de conversaciones con vecinos y amigos tanto de mi comunidad como de otras comunidades: “Ahora ¿Qué hacer?”

La abstención en el proceso electoral municipal, como el resultado de una serie de fenómenos multifactoriales, muestra que lo local, lo cercano, lo íntimo del tejido social, se encuentra desplazado del imaginario. Lo anterior, con un especial tinte en los territorios urbanos, -donde se identifican las grandes concentraciones de personas-, parece contradictorio, ahí donde más personas habitan, hay menos interés en la respuesta política para atender lo que afecta de manera directa la convivencia y el tejido social. Frente a esto es que, resulta urgente evitar el círculo vicioso, huir de la misma piedra a la que acostumbramos a chocar cuando tomamos el mismo camino cada mañana, dicho de otra manera, es momento de diseñar una ruta que permita a las comunidades animar el tejido social, que será la condición necesaria para un giro en los resultados de los procesos electorales, con miras a una transformación radical y no una media tinta (en el mejor de los casos).

Las comunidades deben tomar el poder, desde la construcción de proyectos externos a la institucionalidad, la organización popular con base en proyectos específicos es la manera elemental a partir de la cuál se puede despuntar un proceso que, a mediano o largo plazo, puede convertirse en la fuerza de voluntad colectiva capaz de asumir también la gobernanza desde lo institucional. Quiero ser más preciso y aclarar lo anterior de la siguiente manera: la organización popular puede y debe iniciar desde la necesidad específica que golpea la realidad de la comunidad, y, a partir de ahí, por medio de reflexión y acción, construir un poder que se legitima con el andar. Para que, una vez construido el poder de manera colectiva, la posibilidad de acceder a una legitimación de poder institucionalizado se alcance por añadidura.

Los partidos políticos han de ser ante todo movimientos donde la voluntad colectiva sea el resultado de un diálogo diáfano. El “qué hacer” no debe ser una pregunta sino una acción que parte del “hacer con quién”, el tejido social está roto, hay que empezar a anudar, ahí en medio de las tensiones de los “distintos” que miran hacia “lo común”, es ahí donde nace el poder como común-unidad. Estos nudos implican un reconocimiento del vecino, de la vecina, de los animales con los que coexistimos, del ambiente desde el que interactuamos. El día después de las elecciones, es el día adecuado para salir al encuentro del otro, en la comunidad, e iniciar la tarea de tejer un proyecto, donde en medio de la diferencia se pueda caminar hacia un horizonte común.

Elecciones municipales 2024 sin pena ni gloria

Víctor Rojas Morales

Sin pena ni gloria transcurrieron las elecciones municipales, embrión histórico de la democracia, con un abstencionismo de casi el 70% a nivel nacional. Goicoechea tuvo uno de los más altos índices: el 76.7%.

Este abstencionismo se ve agravado por la gran cantidad de votos nulos y en blanco que depositaron en las urnas los electores. Ahora todos se preguntan sobre las razones “misteriosas” de este fenómeno, que no estuvo tan lejos de lo ocurrido en las elecciones para presidente y diputados del 2022.

La razón de esta respuesta popular a los procesos eleccionarios se encuentra, muy fácilmente, en la desconfianza hacia los partidos políticos y sus candidatos, los que han demostrado ser instrumentos de dominación, condicionamiento y factor de enriquecimiento para unos pocos, quienes delinquen descaradamente sin que haya castigo alguno para ellos.

Lo ocurrido en la Municipalidad de San José y en la de Limón, son dos casos que enturbian el quehacer municipal y cambian los resultados finales. Estar en los grupos de poder político se empareja a estar con las clases más adineradas y se llega al poder no para servir, sino para servirse.

Nos han metido en la cabeza que el sistema electoral costarricense es un ejemplo en toda América y que esto es sinónimo de una democracia ejemplar, restringiendo el concepto de “democracia” a la posibilidad que tienen los partidos políticos para llamarnos a votar y olvidarse muy pronto de sus promesas electoreras.

Ya la gente no acata este llamado como “ganado al matadero” y se adquiere conciencia del engaño y, entonces, la respuesta es no votar, porque no ven en los partidos una opción real de cambio y solución a sus necesidades más sentidas.

Se ha puesto de moda que ya no se vota por un partido político, sino por determinadas figuras políticas que llegan a cautivar al elector, tal el caso de la forma en que se eligió al presidente Chaves. Hasta ahora las clases dominantes han tenido el control total y absoluto de los procesos electorales y sus resultados.

Hoy las figuras más descollantes en la esfera económica, no se valen de los políticos de oficio para que los representen, sino que lo hacen de manera directa, invirtiendo enormes sumas de dinero que, para ellos no es un gasto, sino una inversión, sean del partido político que sean, al final todos se ponen de acuerdo para repartirse el botín y sus intereses siguen cuidadosamente asegurados.

En las comunidades, los más importantes problemas y necesidades se mantienen intactos. Los presupuestos municipales siguen empleándose, mayoritariamente, en el pago de planillas y muy poco se destina al desarrollo social de las comunidades. Como vecino del cantón de Goicoechea, percibo y vivo las malas prácticas de la mayoría de los municipios del país.

A los vecinos sólo se les convoca para ejercer el voto, luego de esto, se les mantiene lo más alejados posible, no se les incorpora en el trabajo de comisiones, celebran sesiones ocasionalmente en algunos distrititos y a los vecinos se les permite hablar por escasos tres minutos, aplicando un reglamento interno de debates que es la mayor muestra de la antidemocracia; lo que importa es dar esa falsa imagen de participativos, pero aplicando la “ley mordaza”, porque el presidente del Concejo quiere dar muestras de un “buen manejo de los debates” y, como lo que les preocupa es el pago de sus jugosas dietas, todos se apresuran para irse pronto a casa y, los asuntos, mal atendidos, se dejan para dar respuestas después.

Las posibilidades de participación ciudadana que da la legislación son ignoradas sistemáticamente y se rehúsan a convocar a cabildos, plebiscitos o referéndums. Siendo las municipalidades el bastión de la democracia, son convertidas en entes formales y burocráticos, que muy poco hacen por ser un factor de cambio positivo en el país.

Por sólo mencionar uno, la recolección de basuras se ha convertido en un gran problema que atenta contra la salud de la población, cada vez son más los basureros que afloran por todas partes y la municipalidad, lo que hace, es mandar camiones a recogerlos, incentivando de esta manera esta práctica, lejos de entrar en un análisis serio de la problemática y a encontrar las soluciones adecuadas y oportunas.

El caso del cobro de multas ante estas infracciones no se ha aplicado nunca y el director de saneamiento ambiental dice que es muy complicado señalar a los infractores y que estos casos se deben llevar a la Corte, cuando su trámite es administrativo en la institución; eso dice y eso hace y nadie corrige esta negligencia.

A nivel administrativo, las municipalidades tienen mucho que superar, por ejemplo, para hacer un pago, no se tienen los bancos suficientes para ello, hay trámites que se podrían hacer digitalmente y al usuario lo obligan a apersonarse a hacer filas que son un atraso. Llamar telefónicamente es una odisea y las otras alternativas de comunicación son insuficientes y deficientes.

Estas son algunas de las razones que provocan en la ciudadanía un gran desencanto y prefieren quedarse un domingo, viendo tele y compartiendo con la familia.

Imagen ilustrativa.

Oteando las elecciones municipales

Vladimir de la Cruz

Apenas terminó el proceso de las elecciones municipales, en los 84 cantones, el domingo pasado, casi de inmediato, a partir de las 8 de la noche, el Tribunal Supremo de Elecciones empezó a dar los primeros resultados, provisionales, pero definitivos en sus proyecciones.

La última palabra la dará en pocos días cuando revise más detenidamente la papelería electoral, los informes de las Juntas y analice, con cuidado, voto por voto, aquellos resultados donde se acredita un ganador por pocos votos de diferencia. Cuando esto sucede lo que ocurre es que los fiscales de los partidos interesados revisan esos votos con lupa, con la intención de anular votos o de rescatar votos, de los que fueron anulados, porque de ello depende que suban o resten los votos originalmente reportados, y ello pueda dar origen a un cambio en el resultado declarado provisionalmente.

El lunes, como sucede en todos los procesos electorales de Costa Rica, el país amaneció con una paz y calma de cementerio, relajado tranquilo, como si nada hubiera pasado el domingo 4 de febrero.

Calma porque todos los votantes se dieron por satisfechos del proceso electoral, independientemente de los resultados, de ganadores y perdedores, porque así se ven los resultados, de electos y no electos a los puestos de gobiernos municipales. No hay muertos ni heridos, durante las votaciones, ni como resultado de ellas, como ocurre en enfrentamientos dolorosos en otros países del vecindario. Ni qué decir de Nicaragua o de lo que está moviéndose como aguas turbulentas en Guatemala, con la elección de Bernardo Arévalo, o como ocurre un poquillo más al sur, en Venezuela, donde se privan derechos de participación y se inhabilitan candidatas.

Calma porque los abstencionistas, con su ausencia en las urnas, avalaron la decisión tomada por los que se presentaron a ejercer su derecho al sufragio, que no es obligado en el país. De hecho, los abstencionistas se suman en silencio apoyando al grupo, al partido, al candidato o a las personas electas.

De cementerio, porque el resultado de los votos tumba emocionalmente a los que no fueron electos, como personas, como grupos alrededor de los candidatos y a sus mismos partidos, a quienes se les pone visualmente esa marca de funeraria, cuando no de hospital, en sus salas de enfermos de cuidados intensivos, según se interpreten los resultados electorales, que también se comparan, como con los expedientes clínicos hospitalarios de los pacientes, de cómo avanzan progresivamente recuperándose de sus males o cómo se les agudizan sus signos de enfermedades y males, que pueden ser fatales.

El abstencionismo se mantuvo alto, un 68.04%, aunque tuvo un leve descenso.

Con ese entorno daré algunos vistazos sobre los resultados provisionales. En ocho cantones el abstencionismo fue inferior al 50%.

Curiosamente donde hay más concentración urbana y poblacional hubo más abstencionismo. ¿Qué ha pasado con las municipalidades que no se sienten en esas comunidades? ¿Es solo un problema de las municipalidades o del Gobierno Central? ¿Los servicios municipales no se atienden como se debiera para motivar a la ciudadanía en sus deberes cívicos y electorales?

Los cantones con mayor abstencionismo son los siguientes: Desamparados: 78,56%, Alajuelita: 77,62%, San José: 76,97%, Heredia: 76,76%, Goicoechea:76,62%, Coronado: 75,55%, La Unión: 74,8%, Curridabat: 74,58%, Tibás: 74%, Moravia: 73,19%, Montes de Oca: 73%, Pococí: 72,65%, Liberia: 72,1%, Alajuela: 71,25%, Aserrí: 70,84% y Buenos Aires: 70,57%.

En el caso de la municipalidad de San José, con un alcalde que ha estado allí más de 30 años, ¿qué ha hecho para dañar tanto la participación ciudadana? Pero no ha sido solo un problema del alcalde. También lo ha sido del partido de ese alcalde, principalmente Liberación Nacional. Esto es lo que hay que ver.

Si hay desidia electoral se debe en mucho a los mismos partidos políticos, que no realizan ninguna actividad política, en sus cantones a cargo, para fortalecer la educación cívica, la formación ciudadana, la cultura electoral y democrática. Poco les importa la participación ciudadana. Esto es lo que está haciendo el Presidente Chaves, educando, especialmente los miércoles en sus sesiones de prensa, a su manera, a los ciudadanos que atentamente le siguen, que les genera confianza porque se identifica con ellos. Se desilusionarán de él si no ven frutos concretos, pero puede llevar su tiempo. Le quedan 27 meses de gobierno.

1.- En esta elección hubo dos nuevos cantones, llegándose a la suma de 84 pequeñas repúblicas, como las he venido señalando. Recordemos que los cantones son divisiones territoriales en el interior de las siete provincias de todo el territorio nacional. Como territorios tiene cada uno sus propios límites, su propia población, que puede ser alta o baja, en número de habitantes y de votantes. Tiene cada uno su propio gobierno y con ello sus propias autoridades, que fue lo que se eligió el domingo. Esas autoridades se representan en los alcaldes y vicealcaldes, en sus concejos municipales y distritales, con sus regidores y síndicos propietarios y suplentes, y los intendentes donde los hay.

Como se realizan las elecciones a nivel presidencial, el que se impone con mayoría de votos gana la alcaldía y, por proporción de votos, se integran los concejos municipales y distritales, como ocurre con la Asamblea Legislativa.

Con este primer resultado se tienen partidos y candidatos ganadores de las alcaldías y se tiene la integración de los concejos con representantes de varios partidos. En lo que se ha informado hasta ayer, no hay un solo concejo que lo haya ganado un solo partidos, ni siquiera de los últimos cantones, que son minúsculos en votantes. De esta manera, hay gobiernos compartidos.

De esto queda por definir, que el primero de mayo próximo al integrarse oficialmente los concejos municipales y distritales, quienes son nombrados presidentes de ellos, lo que cuenta en el haber de los partidos políticos para significar su mayor importancia, por la mayor cantidad de presidencias municipales y distritales que puedan tener, que son resultantes naturales de alianzas, de ese día, entre las fuerzas políticas que se representan en esos concejos.

Cuando hay gobiernos y partidos de gobiernos fuertes esto es importante para el gobierno y su partido, como para el Presidente, porque le permite medir el impacto de su gestión. En el caso actual, el gobierno de la república carece de partido, de partido fuerte que así mismo se reconozca como partido gobernante. Lamentablemente no se pudo medir el impacto de la gestión presidencial en esta ocasión. Hubiera preferido que se hubiera podido medir con la participación de sus partidos municipales. Su resultado hubiera sido sorpresivo y un buen espejo para el resto de los partidos políticos.

El propio Presidente de la República está como el niño perdido de La Llorona, sin partido propio, sin partido fuerte, sin haber podido participar de manera certera con los partidos que intentó inscribir desde la Casa Presidencial con sus alfiles políticos, con sus oficiales, con sus obispos, más no con sus caballos, que son iguales en puntos de equivalencia…, pero el caballo siempre será caballo y eso fue lo que aparentaron los que dirigieron los movimientos ajedrecísticos de la Casa Presidencia al inscribir sus partidos, al mover sus piezas, en el ajedrez político de estas elecciones.

Volviendo al cuento de La Llorona, que es un cuento de terror, de origen mexicano, que aquí también lo tenemos en la versión costarricense, a La Llorona se le reconoce la existencia de tres hijos, así como la casa de gobierno tuvo tres hijos, que los perdió, el partido Progreso Social Demócrata, y los partidos Pueblo Soberano y Aquí Manda Costa Rica, que fueron casi partidos no natos, casi perdidos… Los hijos de La Llorona desaparecieron en medio de una tragedia que la madre no pudo atender…Los partidos del presidente se perdieron por tragedias que los directores de sus orquestas partidarias, y el propio presidente, no pudieron resolver, de sus partituras políticas, que debían seguir, que no las entendieron o poco les importaba su existencia.

2.- Hubo una renovación forzada de liderazgos cantonales impuesta por la ley, que prohibió que 46 alcaldes y autoridades municipales que llevaran dos ejercicios de gobierno no podían aspirar a ser electos para un nuevo período. Así hubo necesidad de cambiar casi el 50% de los alcaldes. De los 30 que podían reelegirse 23 lo lograron, algunos de ellos cambiando de partido político. Diecinueve alcaldes reelectos lo hicieron por los partidos que los habían elegido, incluidos partidos cantonales como Alianza por Sarchí (APS), La Gran Nicoya (LGN) o Auténtico Santacruceño (PASC). Estos 23 no jugarán para las elecciones de alcaldes del 2028. De los alcaldes reelectos 4 cambiaron de partido y 4 crearon nuevos partidos. De los reelectos Liberación Nacional y la Unidad Social Cristiana reeligieron 7 alcaldes cada uno. Esto coloca a las actuales alcaldías y sus respectivos concejos con una evidente renovación personal, de género y también generacional.

Personal por cuanto a la fuerza se impusieron, con el apoyo de los ciudadanos, los nuevos alcaldes que sustituyeron a los que no tuvieron oportunidad de reelección.

Por género, porque la ley se aplicó con fuerza para exigir la paridad vertical y horizontal de postulación de candidatas mujeres. Aun así, no era una garantía de un resultado igualitario, por la propia decisión de los votantes al escoger sus candidatos de una oferta amplia de partidos y de postulaciones. Obligadamente los partidos tuvieron que igualar sus candidaturas. El único que lo logró plenamente, en los 84 cantones, fue Liberación Nacional que llevó 42 candidatas mujeres y 42 hombres. Le siguió la Unidad Social Cristiana con 31 mujeres y 41 hombres; Nueva República 35 hombres y 34 mujeres; el Liberal Progresista con 29 hombres y 17 mujeres; Progreso Social Democrático con 23 hombres y 12 mujeres; el Frente Amplio con 14 mujeres y 13 hombres y Acción Ciudadana con un hombre y 3 mujeres.

3.- Setenta y siete partidos participaron en las elecciones entre nacionales, 16; provinciales, 7, y municipales, 54. En las últimas elecciones nacionales del 2020 participaron 25 partidos nacionales e igual número a nivel provincial. En alguna provincia hubo dos partidos más y en otra uno menos. Así, en estos dos años, después de la elección nacional, desaparecieron 9 partidos nacionales y 18 provinciales. Hubo, en esta ocasión, un amplio espectro de partidos cantonales, de los cuales 12 eligieron alcaldes, uno menos que en la elección del 2020.

De los partidos nacionales que están representados en la Asamblea Legislativa Liberación Nacional sufrió un enorme revés, de 43 alcaldes que eligió en el 2020 solo obtuvo 29. Perdió 14; la Unidad Social Cristiana aumentó de 15 a 20 del 2020 a esta elección; el Liberal Progresista obtuvo 3 alcaldías, en su primera participación; el Progreso Social Demócrata obtuvo 2 alcaldías en su primera participación; Nueva República logró 2 alcaldías en este proceso; el Frente Amplio logró una alcaldía en estas elecciones.

Los otros partidos que lograron alcaldías fueron Nueva Generación que repitió sus 4 alcaldías, Unidos Podemos, que para mí fue una gran sorpresa, pasó de 1 alcaldía en el 2020 a 9 ahora; Acción Ciudadana que había sido eliminado de la presentación legislativa en el 2020, ahora fue eliminado de las 4 alcaldías que tenía en el 2020; el Republicano Social Cristiano mantuvo sus dos alcaldías. Los partidos provinciales y cantonales que habían electo, en el 2020, 13 alcaldías, ahora eligieron 12. En el 2020 participaron 86 partidos, en el 2024 lo hicieron 77. Hubo una reducción de 9 partidos.

Antes de la eliminación de su participación electoral el partido Aquí Costa Rica Manda había sido el tercer partido en inscribir más candidatos, 4.460. Por eso hubiera sido importante haber visto el impacto de su participación. Le seguía hacia arriba la Unidad Social Cristiana con 5.229 y Liberación Nacional con 6.178.

Si el partido Aquí Costa Rica Manda aprendió su lección, de trámites de inscripción electoral, y si corrige lo correspondiente, que es más fácil, hacia la elección nacional del 2026, puede resultar una gran sorpresa. Este esfuerzo organizativo que hicieron fue importante y grande. Hay que atenderlo desde el análisis. No hay que subestimarlo porque no participó. Hay que ponerle atención a los focos y luces que lanza el gobierno sobre regiones, poblaciones, habitantes y ciudadanos, grupos organizados de todo tipo, con miras hacia las elecciones nacionales. Si esto no se aprende, bien podría suceder otro Rodrigo Chaves, guste o no guste, otro outsider o un insider, todavía no a la vista. El pueblo está para esos cambios, buscando esperanzas, promesas, realizaciones, soluciones

4.- Los partidos Unidad Social Cristiana, Unidos Podemos y Liberal Progresista, en su conjunto, representan el espectro más a la derecha del dial político. Los tres tuvieron crecimiento importante.

La Unidad Social Cristiana proporcionalmente más que Liberación Nacional, con quien ha sido parte del llamado bipartidismo histórico nacional. Evidentemente ha tenido un recambio interno que se siente. Su presidente, Juan Carlos Hidalgo, y su Secretaria General, Raquel Carballo, parecieran ser la yunta de trabajo que ha fortalecido a esta organización y la tiene en este éxito político, en estas elecciones. Con discreción, pero con peso, se hace sentir la experiencia del expresidente Miguel Ángel Rodríguez, que ilumina caminos, aunque no le sigan pero deja su huella indeleble, sobre todo estratégica, a mi modo de ver. En esta elección este es un partido que se puede considerar ganador.

Unidos Podemos, de la Ministra de la Presidencia del actual gobierno, Natalia Díaz, es también otro partido ganador. Sorpresivamente pega 9 alcaldías. Este es un gran trabajo organizativo, político y emocional de identificación con Natalia, quien ha podido sostener y mantener su partido, con efectiva discreción y mesura política, pero con constancia evidente. Perfila fuerte su presencia política nacional. Bien puede a sus atributos políticos sumar la posibilidad de que su partido sea el taxi del relevo del próximo candidato presidencial del actual gobierno, si no es ella misma, con su experiencia y sus atributos personales políticamente fortalecidos.

El partido Liberal Progresista es el tercer partido ganador en tanto nuevo que es. Logra demostrar mayor capacidad organizativa que el Frente Amplio, con casi 20 años de existencia política, al igual que Unidos Podemos, al elegir 3 alcaldes y presentarse en 46 cantones. Su principal dirigente, Eli Feinzaig, muy conservador en la Asamblea Legislativa, casi el cabús del gobierno, disputando esta posición con la Unidad Social Cristiana, ha logrado demostrar capacidad organizativa nacional importante. Candidato a la Presidencia que será ya sentó su base organizativa principal.

A nivel nacional ha impactado el triunfo del Alcalde Diego Miranda, colega historiador, en San José, que derrotó por una diferencia importante de 2.200 votos al candidato oficial de Johnny Araya, que por casi 30 años había estado al frente del Municipio Capitalino, la Municipalidad políticamente más importante del país, en cierta forma la más abandonada. Para el Alcalde Miranda fue la derrota de una dictadura, de trampas que le colocaron. Fue el triunfo del cambio político “por el bien de San José”, para lograr una “municipalidad sin corrupción”, según sus palabras, y una “gestión transparente”.

5.- La izquierda política del país sigue sin luces, sin ruta, sin guía política. No muestra una ruta y vocación por el poder político. Esa vocación hace mucho tiempo se perdió. Su expectativa fundamental es elegir diputados si se puede, y regidores si también se logra. Tener alguna voz en estos escenarios públicos es suficiente satisfacción.

La excelente fracción parlamentaria que tiene actualmente el Frente Amplio no tuvo ninguna repercusión organizativa que se viera manifestada en esta justa electoral. Con 18 años de participaciones electorales solo logró una alcaldía, lo que evidencia su falta de aparato político organizativo, el Partido político, como instrumento de organización, de agitación, de movilización y de lucha, que no se siente.

Los otros grupos de izquierda nacionales, que participaron o no en las municipales, que apoyaron al Frente Amplio, a última hora, poco sumaron en esa dirección, por la misma razón. Carecen de esa visión nacional necesaria de sumar fuerzas para lograr grandes cambios políticos. Unidad en la acción, aunque haya diversidad de opinión, es la clave.

Lo importante en la participación política de la izquierda es tener claro la necesidad de sumar sectores, para lo cual deben superarse sectarismos, dogmatismos, resentimientos personales, que siguen siendo un gran lastre para estos sectores. Y, falta mucho una buena visión de la realidad política nacional, de sus problemas principales y de las posibilidades de aliados alrededor de la solución de esos problemas.

Por ahora estas primeras observaciones del proceso electoral pasado.

La tanda de las elecciones municipales: caliente pero crudo, como en las panaderías de pueblo

Abelardo Morales-Gamboa

No fue ninguna sorpresa que el abstencionismo volviera a ganar y por tandeada en estas estas elecciones municipales de 2024. El partido Liberación Nacional que obtuvo la mayor cantidad de alcaldías y de votos es el gran perdedor al ver caer un número considerable de alcaldías respecto a 2020, arrebatadas por otros partidos nacionales y locales. Los feudos locales en torno a un caudillo liberacionista se comienzan a desdibujar debido precisamente a la imposibilidad de la reelección y la incapacidad de renovación de sus candidatos. La derrota en el cantón de San José, la capital del país es la gran noticia. No obstante, su hegemonía local aún se mantiene en feudos importantes.

El ascenso de Unidos Podemos, uno los partidos neoliberales aliado al gobierno y desprendido del Movimiento Libertario, así como las alcaldías ganadas por el Liberal Progresista y la relativa recuperación de la Unidad Socialcristiana, son las principales novedades. Cómo se repartieron los votos de los partidarios del presidente Rodrigo Chaves es también un enigma. Otros partidos desaparecen del mapa electoral.

Difícilmente alguien pueda celebrar con genuino triunfalismo los resultados de un proceso que muestra, además del abstencionismo, las fracturas del sistema político local y un difuso mosaico donde más que las ideologías, los programas de gobierno o la lealtad a una organización política, los comicios podrían estar mostrando el peso de los cacicazgos, de las fidelidades territoriales y los protectorados locales, lo que seguramente explica por ejemplo la reelección de Mario Redondo en Cartago. Otra subjetividad política se cuece entre los excesos de autoritarismo y anti-institucionalismo, por un lado, y una nueva geografía social de los poderes locales, por la otra.

Es muy temprano para hacer un balance objetivo de esta contienda electoral, pero los datos muestran las puntas de una situación política que se mueve entre el desasosiego y la pérdida de ilusión de la población costarricense en las representaciones formales de la democracia. Todo se reduce a esa percepción ciudadana de que ir a votar no sirve, el voto como poder ciudadano se ha perdido, lo han neutralizado, nada cambia o cambia siempre por algo peor.

Así que el abstencionismo se recarga con la energía de la desconfianza social y de las incertidumbres diarias. Es más importante comer, poder comprar los zapatos escolares de los niños, pagar el alquiler y los servicios básicos, en varios cantones además lo es poder tomar agua limpia, que las promesas de los políticos locales que no hablan de eso. Pese a lo que señala el Código Municipal, casi no hay cantón en el país donde se hayan elaborado planes de desarrollo local pues la política municipal prácticamente se reduce a recoger basura, limpiar el alcantarillado y a cobrar impuestos y patentes. Esa es la esencia de la municipalidad neoliberal, reducida al mínimo de sus funciones.

La opción de los electores por lo alternativo no fueron las propuestas de la izquierda, ni siquiera hacia la socialdemocracia de corte liberal que asoma en algunas tendencias del Frente Amplio. La ruptura de algunos pactos locales en los que participaba afectó las posibilidades de este partido que solo ganó una alcaldía. Una tendencia hacia el conservadurismo, ya no solo neo-pentecostal sino neoliberal, fue posible también precisamente por la imposibilidad del oficialismo de participar en estas elecciones. Este vacío no fue llenado por un cambio progresista.

Así entonces se puede ir redibujando un cuadro de dominación política ideológica marcada por un afincamiento conservador en la política local representada por los partidos neoliberales, por una hegemonía cada vez más feudalizada de los partidos tradicionales y la retirada de los movimientos sociales, de las luchas populares por derechos ciudadanos en los barrios o en las comunidades.

Frente a este dato y el del abstencionismo, no hay ganadores, todos perdemos.

ANEP y las elecciones municipales 

La ANEP emitió un comunicado en preparación para las elecciones municipales del domingo 4 de febrero, instando a todos los conglomerados laborales de los 84 gobiernos locales, así como a cada trabajador y sus respectivas familias, a otorgar su voto a los candidatos más capacitados de cada localidad. En este sentido, se hace un llamado a tener en cuenta los siguientes puntos clave:

  1. Protección a los Derechos Laborales: Exigir a las personas líderes municipales compromisos firmes para proteger los derechos laborales y garantizar condiciones justas y decentes de empleo, respetando las leyes laborales equitativas para la clase trabajadora municipal.
  2. Involucrar la Participación Sindical: Votar por dirigentes políticos que respeten y celebren la participación sindical, reconociendo el papel fundamental de los sindicatos en la defensa de los derechos y la democracia.
  3. Diversidad e Igualdad: Apostar por personas candidatas que abracen la inclusión en el trabajo municipal, donde cada uno tenga su lugar. La igualdad de género y las oportunidades deben ser innegociables, junto con una firme convicción de combatir todas las formas de discriminación.
  4. Salud y Seguridad Primero: Votar por propuestas concretas que mejoren la salud y seguridad laboral. Un ambiente laboral seguro no es un lujo, es un derecho fundamental.
  5. Negociación Colectiva en Acción: Apoyar a quienes valoren, respalden y respeten la negociación colectiva como un derecho humano fundamental.
  6. Educación para el Avance: Elegir líderes comprometidos con la educación e información ciudadana. La inversión en el desarrollo profesional empodera y fortalece el tejido laboral municipal.
  7. No a la Privatización, sí a la Eficiencia: Defender el trabajo, rechazar la privatización de servicios municipales en cualquiera de sus formas y recuperar servicios previamente privatizados. Exigir medidas para mejorar la eficiencia de la gestión pública, ya que el servicio al pueblo es nuestro compromiso. No votar por ninguna fuerza privatizadora.
  8. Bienestar Social en Nuestras Manos: Votar por propuestas que prioricen la agenda de bienestar social con programas que abracen la salud, vivienda y deporte. Eligir papeletas que demuestren una verdadera vocación por considerar a la juventud como parte activa de la democracia en el gobierno local.
  9. Defensa de la Autonomía Municipal: Para el resguardo de la atención cercana a las necesidades comunales, se debe elegir a personas que defiendan y fortalezcan la autonomía municipal con rango constitucional, fundamental para la estabilidad de la democracia.
  10. Compromiso Ecológico Ambiental: Apoyar a quienes integren políticas ecológicas y ambientales en la gestión municipal. La sostenibilidad ambiental es clave para el bienestar de las comunidades y el legado que dejamos a las futuras generaciones.
  11. Transparencia y Participación Ciudadana: Demandar transparencia en la gestión municipal y promover la participación ciudadana. Las voces de la ciudadanía deben ser escuchadas en la toma de decisiones.
  12. Campañas y Política Municipal, Libre de Dinero Sucio: El dinero sucio del crimen organizado y del narcotráfico no tiene cabida en la política municipal. Se debe cerrar el paso al voto a candidaturas que abierta o solapadamente sean proclives a venderle su alma al diablo.

El poder está en las personas que defienden sus derechos y toman las mejores decisiones para su presente. Las personas trabajadoras organizadas resultan la mayor fuerza política.

Arturo Campos: Un candidato a alcalde inspirado por el amor materno

Por Ihann Paniagua Porras

En el corazón de la incipiente campaña política de Arturo Campos candidato a Alcalde por el PUSC en Alajuela late una inspiración profunda, arraigada en los valores que su madre le transmitió desde temprana edad. Con la convicción de «devolver un poquito de lo mucho que tengo», el abogado y notario incursiona por segunda vez en la política local, con la mira puesta en ayudar a los más necesitados de su cantón.

En una emotiva entrevista, Campos revela que su llama por el servicio se encendió al recorrer su cantón durante su candidatura a la segunda vice alcaldía en 2019. Sin embargo, fue el descubrimiento de las «necesidades tan increíbles de los sectores más vulnerables» lo que catalizó su compromiso. Y, a raíz de su motivación, se encuentra el legado de su madre.

«Mi madre me enseñó a trabajar por los más necesitados», confiesa Campos con un brillo especial en los ojos. «Si alguien necesita, le damos lo poquito que tenemos». Este principio fundamental, inculcado por su madre desde la infancia, se ha convertido en el faro que guía sus acciones y decisiones.

La visión de Arturo Campos va más allá de la mera aspiración política; busca desafiar la percepción arraigada de que las acciones municipales benefician exclusivamente a las clases sociales media-alta. Para él, este estigma es una barrera que está dispuesto a derribar con su mandato, alimentado por el «gusanillo» que despertó en él la «hambre de servicio desde una alcaldía».

SURCOS ofrece, como aporte al proceso democrático y a una elección consciente, una serie de entrevistas con las candidaturas a la elección municipal de febrero del 2024.