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Etiqueta: elecciones nacionales

¿Qué nos dicen las encuestas de octubre?

Marco Vinicio Fournier Facio

Marco Vinicio Fournier

Durante el mes de octubre, tres casas encuestadoras recogieron información política: CIEP con una muestra de 1333 entrevistas, IDESPO con 901 y Demoscopía con 1200. Las dos primeras realizaron una encuesta telefónica, mientras que la tercera efectuó una encuesta en el campo, casa por casa.

Las tres encuestas tienden a coincidir en los resultados generales sobre la intención de voto, aunque la encuesta de Demoscopía presenta las mayores diferencias.

En términos generales, se identifica una mayoría de los votantes todavía indecisos con respecto a por quién votar para la presidencia; mientras que, entre las personas decididas, existe una clara preferencia por Laura Fernández, seguida principalmente, aunque con porcentajes bastante más bajos, por Álvaro Ramos, Ariel Robles y Claudia Dobles.

Ahora bien, he observado varios análisis sobre los resultados en donde se afirma que ningún candidato obtendría el 40% si las elecciones hubieran sido en octubre. Pero, esta afirmación no es del todo exacta, pues las 3 encuestas reportan los porcentajes de preferencia en el voto incluyendo a las personas indecisas como parte del denominador.

Hay que tener claro que, llegado el momento de la elección en febrero, no habrá ninguna persona indecisa, todas las personas habrán tomado su decisión final de votar o no y entre aquellas que sí voten habrá una decisión final precisa, aunque sea votando nulo o en blanco. Siendo así, para estimar cuál habría sido el resultado de la elección si la votación hubiera sido en octubre, se debe calcular la intención de voto solo entre las personas decididas en ese momento, en cuyo caso, Laura Fernández habría obtenido más del 50% de los votos según las 3 encuestas, por lo que habría ganado en primera ronda, si esta hubiera sido en octubre.

Por supuesto, la mayoría de la población que se encuentra indecisa podría variar sustancialmente ese resultado, llegado el momento de la votación en febrero. De hecho, en las últimas elecciones el proceso de toma de decisión ha sido lento y muy complejo para una proporción muy importante de la población. Específicamente, para la elección de 2018 el CIEP realizó un interesante estudio longitudinal, en donde entrevistó a las mismas personas mes a mes, de octubre a febrero, y demostró claramente el difícil proceso de toma de decisión y los problemas de las personas electoras para definir su escogencia. Es por esto por lo que resulta muy importante analizar con mayor detalle a las personas que en octubre estaban indecisas. Pero, este análisis no debe partir de una aplicación mecánica de lo acontecido en elecciones anteriores. La presente contienda tiene características muy particulares que exigen un análisis más puntual sobre la coyuntura actual.

Entre las principales características que definen la situación actual, debe contemplarse de manera especial el crecimiento de un sector autoritario en apoyo del presidente y la beligerancia directa y sistemática de éste y de parte de su equipo en sus presentaciones, en los medios y en las redes, todo esto contrario a lo que establece nuestra legislación vigente. Pero, es necesario también reconocer la existencia de crecientes niveles de desigualdad social, deterioro del sistema educativo, deslegitimación del sistema político y desgaste de la confianza en las instituciones. Cada una de estas dimensiones viene mostrando indicadores negativos en lo que va del presente siglo. Una consecuencia muy importante de este proceso de deterioro es la acumulación de miedo, desesperanza, estrés, resentimiento y frustración que redunda en un enojo que se generaliza y que refuerza a su vez la deslegitimación y la violencia. Todo lo anterior redunda en mayor individualismo, menor respeto por las leyes, por el sistema de valores y las normas culturales y por los principios políticos de la democracia, facilitando que una proporción creciente de la población busque seguridad y refugio en una figura autoritaria o se entregue a una resignación absoluta que lleva al aislamiento y la depresión social. Por último, como parte muy importante de la coyuntura actual, debe contemplarse el impacto de las redes sociales y el manejo tan efectivo que ha logrado el gobierno actual en la administración de contenidos y de los algoritmos de las principales aplicaciones.

En lo que respecta al sector autoritario, por su misma naturaleza tiende a ser, entre otras cosas, dogmático, perseverante y aferrado a posiciones extremas y violentas, por lo que es esperable que no haya sufrido un proceso de toma de decisión difícil, ha hecho desde un inicio un paso transitivo para adherirse a Laura Fernández. De este modo, alrededor de una cuarta parte de los votantes ya se definieron por ella y difícilmente cambiarán su escogencia, se trata de un núcleo muy duro cuya base se mantendrá estable hasta febrero.

En el otro extremo está el sector de población tan decepcionado con los últimos gobiernos que no tendrá mucho interés en asistir a las urnas. En lo que va del siglo, elección tras elección el porcentaje de abstencionismo ha ido en aumento. La única excepción fue en 2010, en donde esta proporción bajó un poco. Siendo así, es esperable que el abstencionismo siga creciendo en un sector de población frustrado y desencantado que no quiere saber nada de la política. Las 3 encuestas muestran porcentajes relativamente bajos de este sector, por lo que es esperable que una proporción de las personas que se encontraban indecisas en octubre terminen no asistiendo a las urnas. Lo más posible es que el porcentaje de abstencionismo se acerque a la mitad de la población de electores.

Tanto la encuesta del CIEP como la del IDESPO muestra características específicas para las personas indecisas. En general, se evidencia una mayor proporción de mujeres, con edades bajas, nivel educativo moderado y condición socioeconómica media. A partir de otros estudios recientes, observamos que el sector autoritario se concentra entre los hombres, residentes en zonas rurales o en las provincias costeras, con edades superiores y nivel educativo bajo. Por lo tanto, sería esperable que solo una baja proporción de las personas indecisas terminen dando el apoyo a Laura Fernández. Pero, al mismo tiempo, debe contemplarse la calificación alta que recibe la gestión de Chaves en las tres encuestas. A excepción del núcleo duro del autoritarismo, no es esperable una transitividad del voto, pero si habría que prever que una proporción importante de las personas con una opinión positiva de la gestión terminen votando por el continuismo.

Por otra parte, las personas que se abstienen son en mayor proporción hombres y con edades bajas o superiores. De este modo, podría esperarse una proporción más alta de personas indecisas que terminen absteniéndose. Resulta también muy importante aquí mencionar el estudio del CIEP postelectoral de 2022, en donde las personas abstencionistas o con baja disposición a abstenerse en futuras elecciones tienden también a mostrar actitudes negativas hacia el autoritarismo y hacia la gestión de Chaves, por lo que cabría prever que, si llegaran a votar, difícilmente lo harían por Laura Fernández. Pero al momento del estudio de IDESPO, cuatro quintas partes de las personas indecisas mostraban indiferencia con respecto al proceso electoral.

En resumen, los datos analizados permiten prever que en las próximas semanas el apoyo a la candidata del PPSO crezca más lentamente, y por el contrario se incremente la adhesión a los principales partidos de oposición, aunque también es previsible que aumente el abstencionismo.

Ante tal panorama, los principales partidos de oposición se enfrentan a la difícil tarea de captar la atención de las personas indecisas y sobre todo de las abstencionistas para revertir la tendencia medida en octubre. Frente al impacto de las redes sociales, es imprescindible desarrollar un esfuerzo especial para entrar en contacto directo con la población y permitir un diálogo horizontal y abierto, en donde las personas puedan analizar la situación actual, las diferentes opciones políticas frente a la elección de febrero y las amenazas actuales a nuestra democracia.

Por último, quisiera subrayar la evidente preocupación de las personas entrevistadas en las tres encuestas con respecto a la inseguridad, preocupación que día a día se ve reforzada por las múltiples y constantes situaciones de violencia que la población vive. Tanto el miedo, como el enojo y la decepción son caldos de cultivo para manifestaciones de ira y para situaciones de enfrentamiento social. Durante la campaña política es corriente observar una exacerbación de las emociones por lo que preocupa seriamente la posible escalada de violencia que puede generarse en los próximos meses, abiertamente estimulada cada miércoles en las conferencias de prensa y todos los días en los contenidos especialmente programados de las redes sociales. La personalidad autoritaria es por definición agresiva e intolerante, por lo que deberá ser responsabilidad del resto de la población el evitar las situaciones de enfrentamiento violento, manteniendo siempre una actitud de diálogo y respeto mutuo y de evitación y rechazo de las provocaciones, los insultos y el irrespeto. Debemos estar muy consientes de que la violencia engendra violencia y, en las condiciones actuales del país, una escalada de enfrentamientos agresivos podría ser catastrófica.

Candidaturas legislativas firmaron el Pacto Ético Interpartidario Sitio Mata 2026

Comunicado

*Cientos de personas disfrutaron del concierto “¡Qué lindo vivir en demoCRacia!” con artistas reconocidos en primer evento regional del Pacto.

*Eventos para sumarse y firmar los compromisos del Pacto Ético Interpartidario se estarán realizando en las 7 provincias del país.

Noviembre, San José. Este sábado 15 de noviembre, en el Parque La Libertad en Desamparados, se dio el primer evento regional para presentar a la ciudadanía el Pacto Ético Interpartidario Sitio Mata 2026 y para convocar a personas candidatas a la Asamblea Legislativa a firmarlo a título individual.

Este es el primero de siete eventos regionales que impulsa la asociación cívica Costa Rica Íntegra junto a los y las jóvenes de 19 partidos políticos que redactaron el Pacto. Se trata de un documento con 25 compromisos éticos para la campaña electoral, mismo que ya fue firmado por personas candidatas a la Presidencia de la República y líderes de 20 partidos políticos.

“Estamos ya en la Ruta del Pacto que lleva nuestro proceso electoral a las 7 provincias y a todo el territorio nacional. Jóvenes de diferentes agrupaciones políticas están convocando a los partidos a asumir estos compromisos y aspiraciones, como también a organizaciones de la sociedad civil y votantes en general, a informarse y estar atentos para que dichos compromisos se cumplan” señaló Juany Guzmán, presidenta Costa Rica Íntegra.

En esta ocasión, con una asistencia de 150 personas entre sociedad civil y personas candidatas a diputaciones por la provincia de San José, firmaron el Pacto el siguiente número de personas candidatas:

Agrupación Política

Personas candidatas

Partido Alianza Costa Rica Primero

2

Partido Centro Democrático y Social

2

Partido Esperanza Nacional

4

Partido Frente Amplio

1

Partido Progreso Social Democrático

9

Partido Pueblo Soberano

6

Partido Unidad Social Cristiana

3

Partido Unidos Podemos

6

Partido Unión Costarricense Democrática

5

En el marco de la actividad también se realizó un concierto como parte de la campaña ¡Qué lindo vivir en demoCRacia! que reunió a lo largo de la jornada a cientos de personas, quienes disfrutaron y celebraron la convivencia, la paz, la diversidad y los valores democráticos con reconocidos artistas nacionales como Malpaís, Sonidero Barrio Fátima, Ojo de Buey, Tamela Hedström y Edín Solís.

“Para nosotros en Malpaís fue un enorme gusto participar en este concierto. La música, como la democracia, nace del diálogo: del equilibrio entre la voz individual y la escucha del otro. En este concierto pudimos celebrar esa misma armonía: la de un país que elige escucharse, respetarse y construir juntos.”, señaló David Coto, integrante del grupo Malpaís.

Además de las presentaciones musicales, se presentaron distintos videos sobre temas relacionados con la democracia y el llamado al voto, incluyendo videos de los jóvenes embajadores del Pacto, de la organización +Costa Rica, y de la campaña “Voto por mí” de la Cámara de Industrias de Costa Rica.

“Fue muy conmovedor ver tantas familias disfrutando de una tarde de música y reflexionando sobre nuestros valores democráticos, sobre la importancia de salir a votar, y sobre lo lindo que es vivir en Costa Rica y vivir en democracia,” comentó Mauricio Artiñano, coordinador de la iniciativa del Pacto Ético Interpartidario.

Estos eventos buscan informar a las comunidades de la importancia del Pacto para impulsar una campaña electoral que cumpla con altos estándares de integridad, respeto y transparencia.

El documento está abierto para ser firmado tanto por quienes se postulan a una diputación en las distintas provincias, como para las personas candidatas a la presidencia o líderes de partidos que todavía no se han sumado.

Los próximos eventos se realizarán en las siguientes fechas: Limón el 22 de noviembre, Guanacaste el 29 de noviembre, Heredia el 04 de diciembre, Alajuela el 06 diciembre, Cartago el 11 diciembre y Puntarenas el 13 de diciembre de 2025.

Esta iniciativa cuenta con el respaldo de las Embajadas de Suiza, Canadá, Países Bajos, Luxemburgo, el Reino Unido y la Unión Europea en Costa Rica, el Instituto Internacional para la Democracia y la Asistencia Electoral (IDEA Internacional), la Fundación Friedrich Ebert, y el Fondo Ryoichi Sasakawa para Líderes Jóvenes (Sylff) de Japón.

El centro se extinguió: Chile como advertencia para la región

Mauricio Ramírez

Mauricio Ramírez Núñez
Académico

El viejo centro no se agotó simplemente porque el mundo cambió; se agotó porque nunca entendió los cambios que él mismo ayudó a producir. Ese centro que durante décadas se creyó árbitro, moderador y conciencia tranquila de la política terminó convertido en un cascarón vacío, un lugar que nadie habita con convicción y que muy pocos reconocen como propio. Lo que hoy llamamos “centro” no es más que el eco fatigado de un consenso que dejó de responder a las preguntas reales de la gente. Por eso ya no representa moderación, sino desconexión.

La reciente elección chilena, que conduce hacia un balotaje entre Kast a la derecha y Jara a la izquierda, es un espejo de esta crisis más profunda. Allí no vemos solo dos extremos disputando un país dividido; vemos el fracaso de una élite centrista que, criticando a los extremos, terminó abriéndoles la puerta. La ironía es brutal: los mismos que se proclamaban guardianes de la moderación incubaron la polarización que ahora dicen temer. Su neutralidad devino indiferencia; su prudencia, ceguera; su sentido del equilibrio, una renuncia a comprender los dolores concretos de la sociedad. Los centristas no contuvieron la espiral: la aceleraron.

También nos equivocamos al imaginar la política actual como una simple lucha entre dos polos opuestos. En una sociedad hiperindividualista e hipersensible como la nuestra, cada postura es percibida como un extremo. No porque las ideas sean más radicales, sino porque nuestras percepciones están fragmentadas y cada grupo vive aislado en su propio sentido de urgencia. Los viejos moderados, la socialdemocracia progresista y el liberalismo tecnocrático, han pasado a ser vistos como un extremo más: el extremo del status quo, el extremo de la arrogancia ilustrada, el extremo que gobierna sin escuchar. No es que la derecha dura “gane” simplemente por sus méritos, gana porque los antiguos moderados dejaron de ser un punto de equilibrio y se volvieron, a ojos del pueblo, parte del problema.

Eso mismo asoma en Costa Rica. Lo que viene, probablemente no será un triunfo del centro, porque ese centro ya no existe. Lo que llamamos centro es un nombre sin contenido, un refugio discursivo para quienes no quieren admitir que han perdido la capacidad de interpretar su tiempo. En ese vacío, inevitablemente, se instalará algún extremo disfrazado de cambio o continuidad. Y no porque el pueblo ansíe radicalismos, sino porque el espacio que debía ocupar una visión equilibradora está abandonado.

Si elevamos un poco la mirada, la realidad política adquiere un tono casi metafísico. Como en la antigua Grecia, estamos atrapados entre Apolo, Dionisio y Cibeles: el orden que intenta imponerse, el caos que se desborda y la disolución que amenaza con tragarse todo. Son arquetipos eternos, pero hoy aparecen desbalanceados. Los proyectos políticos contemporáneos no sintetizan estas fuerzas: las exageran. La derecha ofrece un orden apolíneo llevado al límite; la izquierda un dionisismo expresivo que se deshace en contradicciones; y el establishment global, con su socialdemocracia procedural y su liberalismo desencantado, asume el papel de Cibeles, una fuerza de disolución que deshace identidades, certezas y vínculos sin ofrecer nada a cambio. Todo está fuera de eje, todo se vive como extremo.

Por eso no sorprende que las ideologías ya no alcancen ni enamoren. Son mapas viejos para territorios que cambiaron de forma. El pueblo lo sabe intuitivamente y pasa factura. No porque busque una revolución permanente, sino porque percibe, con brutal claridad, que nadie entiende lo que verdaderamente sucede bajo la superficie de nuestras democracias. El centro se perdió, no por falta de oferta, sino por falta de comprensión profunda. Los que se dicen centristas hoy no lo son: solo administran la inercia de un modelo agotado.

Lo decisivo, sin embargo, no es quién ocupará el poder en la próxima elección. Lo decisivo es si alguien será capaz de construir un orden distinto, no otro extremo disfrazado de salvación. Porque mientras ese vacío continúe, mientras el centro sea una sombra sin cuerpo, seguiremos oscilando entre los impulsos de Apolo, Dionisio y Cibeles, sin encontrar la armonía que permita a una sociedad reconocerse a sí misma. Hasta que eso no ocurra, todo volverá a repetirse, cíclico e inevitable, como en las tragedias que los griegos conocieron demasiado bien.

Taller virtual del OPNA UCR: ¿Cómo interpretar las elecciones de 2026?

El Observatorio de Política Nacional (OPNA) de la Universidad de Costa Rica invita a toda la ciudadanía a participar en el taller “¿Cómo interpretar las elecciones de 2026? Taller de Análisis del Proceso Electoral”, una actividad formativa especialmente relevante en el actual contexto político del país.

El taller será impartido por el equipo del OPNA y ofrecerá herramientas analíticas para comprender a profundidad el proceso electoral costarricense, los factores que influyen en la toma de decisiones electorales, las dinámicas de competencia política y los elementos clave que marcarán el rumbo de las elecciones nacionales de 2026.

La invitación fue compartida a SURCOS por el politólogo Rotsay Rosales, quien destacó la pertinencia de esta actividad para los públicos interesados en comprender la coyuntura decisiva que vive Costa Rica.

Datos de la actividad

  • Fechas: 20 y 21 de noviembre

  • Hora: 7:00 p.m.

  • Modalidad: Virtual sincrónica

  • Costo: Gratuito

  • Abierto al público

Para registrarse, las personas pueden escanear el código QR que aparece en la imagen o acceder mediante el enlace compartido en redes sociales del OPNA.

Organizan

  • Observatorio de Política Nacional (OPNA) – UCR

  • Escuela de Ciencias Políticas, Universidad de Costa Rica

Inseguridad, corrupción y economía: principales preocupaciones de la población, según encuesta del IDESPO-UNA

El Informe de Encuesta “Percepción sobre la coyuntura política y el proceso electoral nacional 2026”, elaborado por el Instituto de Estudios Sociales en Población (IDESPO) de la Universidad Nacional, revela que la inseguridad, la corrupción y los problemas económicos son las principales preocupaciones de la población costarricense, en el marco del proceso electoral de 2026.

La encuesta, realizada entre el 16 y el 25 de octubre de 2025 a una muestra de 901 personas, explora percepciones sobre la democracia, las instituciones y las expectativas ciudadanas frente a las elecciones del próximo año.

Preocupaciones centrales y confianza institucional

Según el informe, la seguridad, el crimen y la convivencia son considerados el principal problema nacional (53,5%), seguidos por la gobernanza y la corrupción (26,4%) y los problemas económicos y de empleo (13,6%).
Además, se evidencia una disminución de la confianza en las instituciones, siendo las universidades públicas (7,45) y las empresas privadas (7,04) las mejor valoradas.
En contraste, los partidos políticos (5,0), la Asamblea Legislativa (4,8) y los sindicatos (4,77) son las instituciones que generan menor confianza.

Participación e intención de voto

El estudio muestra que 61% de las personas encuestadas aseguran estar completamente seguras de votar en las elecciones nacionales de 2026, mientras que 6,6% afirma que no lo hará.
La intención de voto refleja una mayoría indecisa (52,4%), y entre quienes ya manifiestan preferencia, el partido Pueblo Soberano, con Laura Fernández, concentra el 28,1% de apoyo, seguido por Álvaro Ramos (Liberación Nacional) con 6,2%, y Ariel Robles (Frente Amplio) con 2,9%.

En el caso de las elecciones legislativas, 46% se declara indeciso, mientras que Pueblo Soberano lidera con 22%, seguido de Liberación Nacional (9,5%) y Progreso Social Democrático (5,6%).

Percepciones sobre el gobierno

El presidente Rodrigo Chaves Robles recibió la calificación más alta dentro del Poder Ejecutivo (7,03), seguido por los ministros de Seguridad (6,37) y de Obras Públicas y Transportes (6,34).
Las áreas mejor evaluadas del gobierno fueron economía (6,74), infraestructura (6,67) y salud (6,42); mientras que las peores calificaciones correspondieron a corrupción (5,84), pobreza (5,68) y seguridad ciudadana (5,26).

Medios y desinformación

La encuesta evidencia cambios en los canales de información electoral: la televisión (59%) y Facebook (58,9%) son los medios más utilizados, seguidos por TikTok (30%), lo que subraya la relevancia de las redes sociales en la formación de opinión pública y los riesgos de desinformación.

Democracia y cultura política

El 96% considera que “votar es un deber cívico” y el 70% cree que la campaña política es “una inversión necesaria para fortalecer la democracia”.
Sin embargo, solo el 45% dice sentirse identificado con un partido político, reflejando un distanciamiento creciente entre la ciudadanía y las estructuras partidarias tradicionales.

El documento completo puede descargarse en el siguiente enlace:
Informe de Encuesta “Percepción sobre la coyuntura política y el proceso electoral nacional 2026” (PDF)

¿Por quién podría votar?

Édison Valverde Araya*

25 ideas para un buen gobierno.

Podría votar por un partido que:

– Defienda la CCSS, las instituciones públicas y mejore los servicios.

– Proteja a los campesinos, les apoye en su producción y comercialización.

– Respete a los pueblos originarios y la recuperación de sus tierras.

– Promueva las artes, las culturas y los saberes de las comunidades.

– Promueva la agricultura orgánica, apoye las Ferias del Agricultor y controle el uso de agroquímicos.

– Desarrolle la Zona Norte con proyectos «para la vida» y no a favor de la minería.

– Proteja parques, zonas protegidas, flora, fauna y mares, con mayores controles y recursos.

– Promueva la salud preventiva comunitaria y no entregue los EBAIS a manos privadas.

– Realice una reforma educativa, según necesidades del país, con consultas a gremios, sectores mayoritarios y minorías (indígenas, afros, campesinas, etc).

– Establezca planes de desarrollo a corto, mediano y largo plazo.

– Sea solidario con los pueblos, especialmente de América Latina y El Caribe.

– Promueva el deporte y la recreación en espacios seguros.

– Establezca planes de vivienda para miles de familias de sectores populares.

– Ponga atención a la seguridad comunitaria y nacional, combatiendo a los grandes causantes y promotores de la violencia.

– Implementar soluciones urbanas y nacionales para el transporte de pasajeros y carga, puertos y muelles mejorados, puentes reparados, mantenimiento de carreteras.

– Coordinar con las Municipalidades, el desarrollo de ciudades «humanas», donde los peatones y espacios verdes sean prioritarios.

– Atender el problema de «la basura», según intereses de las comunidades y la madre tierra.

– Ponga mayor atención a la Crisis Climática e implemente cambios en el uso de combustibles fósiles por energías limpias en todo el país.

– Promueva un turismo responsable, apoye el turismo comunitario y ponga atención a la gentrificación.

– Atienda las necesidades de los adultos mayores, sector cada vez más grande.

– Respete y promueva los Derechos de los Trabajadores, los Derechos Humanos y los Derechos de la Madre Tierra.

– Apoyo los esfuerzos por la Paz y la No Violencia en el Mundo.

– Vele por la vida de las mujeres.

– Promueva medios comunitarios, independientes, de comunicación.

– Defienda la soberanía alimentaria.

Sé que me faltan puntos a desarrollar, las amigas y amigos lectores me pueden ayudar a completar la lista y pueden comentar ¿cuál partido se acerca a estas 25 «ideas» de un buen gobierno.

* Édison Valverde Araya, miembro de «Buen Vivir Paso Ancho» y «Buen Vivir Costa Rica».

Elecciones nacionales: en la encrucijada entre Estado social de derecho y neoliberalismo autoritario – En Alternativas

El programa Alternativas, elaborado por el Colectivo Reflexión–Acción, invita al conversatorio “Elecciones nacionales: en la encrucijada entre Estado social de derecho y el neoliberalismo autoritario”, que se transmitirá en vivo el viernes 25 de octubre de 2025 a las 6:00 p. m. por las plataformas de Facebook Live, YouTube y Spotify.

La transmisión abordará interrogantes centrales para el contexto político actual, entre ellas:

¿Qué hacer ante las amenazas por medios electrónicos que atentan contra el proceso democrático?
¿Existe injerencia extranjera en los procesos electorales?

Panel invitado

El análisis estará a cargo cuatro personas invitadas que compartirán su perspectiva desde distintos ámbitos de acción social, política y académica:

  • Bernardo Corrales Briceño, ebanista, poeta y luchador socioambiental.

  • Marcela Sánchez Cortés, luchadora comunal y promotora política y sindical.

  • Cecilia Jiménez Arce, MSc en Estudios Latinoamericanos por la Universidad Autónoma de México, licenciada en Sociología y Trabajo Social por la Universidad de Costa Rica, presidenta y fundadora de ACODEHU, fundadora de varios sindicatos y firmante del acta de inscripción del Frente Popular.

  • Oscar Madrigal Jiménez, abogado y analista político.

Transmisión y medios aliados

El espacio será transmitido en directo por el Colectivo Reflexión–Acción y contará con el apoyo de las emisoras amigas:
Radio Guanacaste 106.1 FM, Radio Soberanía, Radio Revolución y 506 Ondas Alajuelita Radio.

Alternativas” es un programa de análisis que promueve la reflexión crítica y el pensamiento libre para contribuir a construir un país y un mundo integralmente humanos.

Cambios en la Policía

Rodrigo Cabezas Moya.

Rodrigo Cabezas Moya

Desde ayer entró en vigor el mandato constitucional que trasfiere todas las funciones policiales relacionadas con el proceso electoral al Tribunal Supremo de Elecciones.

Con la paz que hemos tenido durante tantos años, posiblemente muchos ciudadanos no valoran la necesidad o magnitud de este proceso.

Nací en 1938, recuerdo con toda claridad la Campaña Política de 1944, antecedente de la Guerra Civil de 1948. Fue una campaña violenta en donde el gobierno de turno usó la policía para reprimir plazas públicas del partido de oposición. En ese entonces vivía a 125 metros de la Plaza Iglesias, en Alajuela en donde el candidato Otilio Ulate celebró una manifestación donde vi a policías montados a caballo golpear con macanas a manifestantes pacíficos; de hecho, un amigo de mi familia fue golpeado en la cabeza y sangraba profusamente. En el mismo sitio, un miembro civil del gobierno sacó un revolver para intimidar a quienes lo reconocieron. Estos hechos violentos que describo fueron al final de 1947 en el Gobierno Picado.

Para la generación actual esta acción parecería simbólica, pero es de suma importancia se respeten las opiniones de todos.

El dilema del 57%: más allá del voto útil y el voto castigo

JoseSo (José Solano-Saborío)

La cifra es elocuente y define la coyuntura: el 57% de la ciudadanía costarricense se declara sin partido o candidato definido (CIEP-UCR). Este no es un dato de apatía, sino el síntoma de una profunda desilusión y una crisis de representatividad. Para este electorado pivotal, la elección de febrero no es una simple contienda entre partidos, sino un complejo plebiscito sobre el rumbo del país, donde la disyuntiva parece reducirse a un oficialismo percibido como populista y autocratizante y una oposición fragmentada que ofrece cambio, pero con rostros múltiples y a veces contradictorios.

Ante este escenario, el votante indeciso debe tomar una decisión que trasciende el candidato individual. Se trata de elegir una estrategia de país, sopesando tres dimensiones críticas: la preservación de la democracia liberal, la consecución de la justicia social y la modernización del Estado Social de Derecho para hacerlo viable en el siglo XXI.

El oficialismo: ¿Continuidad o consolidación de un riesgo?

La opción oficialista se presenta como la defensora de la integridad y la transparencia, “único mal que nos aleja de convertirnos en una potencia regional”, aunque se tenga que sacrificar la justicia social y los logros del Estado Social de Derecho. Su argumento se centra en culpar a las instituciones sociales que califica como “corruptas e ineficientes” e “instrumentos de la élite”, por lo que hay que eliminarlas, algo así como la versión tica del “Estado Profundo” del QAnon de los gringos.

Que atractivo tiene el chavismo que ofrecer al 57% de indecisos o “sin partido”.

Pros para el votante indeciso: Ofrece una aparente estabilidad y continuidad en políticas macroeconómicas como la reducción de la deuda pública. Apela a la “modernización” de un modelo que, en el pasado, dio prosperidad al país, pero que fue corrompido. Para quien prioriza evitar un shock económico sobre una regresión en derechos sociales, puede parecer atractivo.

Contras fundamentales: El gran riesgo radica en la deriva autocrática. Las constantes pugnas con otros poderes del Estado, la retórica confrontativa y las prácticas que erosionan los controles y equilibrios democráticos son una alerta máxima. Un voto por el oficialismo puede interpretarse como un aval a este estilo de gestión, que podría consolidar un modelo de concentración de poder incompatible con la democracia costarricense histórica. Además, en el caso de los partidos más viejos o tradicionales, su discurso a menudo se muestra resistente a las reformas modernizadoras pero progresivas urgentes que el país necesita en materia fiscal, de empleo y de eficiencia estatal.

La oposición fragmentada: oportunidad y desconfianza

La oferta opositora es plural, pero su fragmentación es a la vez su fortaleza y su mayor debilidad. Una parte de nuevas opciones política y coaliciones representan la alternativa de cambio, pero sin una visión unificada, ni convincente hasta ahora.

Pros para el votante indeciso: Encarna la posibilidad de restaurar los equilibrios democráticos y frenar la concentración de poder que pretende consolidar el chavismo. Diversos sectores opositores proponen agendas de modernización del Estado, atracción de inversión y generación de empleo, abordando problemas económicos críticos que afectan la calidad de vida. Un voto por la oposición es, en esencia, un voto por la alternancia y la renovación del sistema.

Contras fundamentales: La falta de unidad genera incertidumbre. ¿Un gobierno de coalición por un posible consenso para la eventual segunda ronda? ¿Será viable o será ingobernable? Existe el temor fundado de que, una vez en el poder, las facciones opositoras repitan viejas prácticas clientelistas o impulsen reformas sin los consensos necesarios, generando conflictividad social. Para el votante que valora la justicia social, el desafío es discernir si la “modernización” propuesta no será un eufemismo para desmantelar conquistas sociales.

Estrategias de voto: ¿El voto útil o quebrar el voto?

Aquí es donde la decisión del 57% se vuelve táctica.

El voto útil: Consiste en apoyar al candidato opositor con mayores posibilidades de derrotar al oficialismo en una eventual segunda ronda, aunque no sea la opción preferida. Es una estrategia pragmática cuyo objetivo principal es garantizar el cambio de gobierno y la defensa del sistema democrático.

Pro: Maximiza la probabilidad de evitar la reelección del oficialismo. Es una respuesta contundente a la polarización.

Contra: Sacrifica la expresión de una preferencia ideológica más afinada. Puede perpetuar un sistema bipartidista de facto y desincentivar la oferta de propuestas más innovadoras y específicas.

Quebrar el voto (o voto estratégico distinto): Implica votar por una opción opositora que, aunque no lidere las encuestas, represente mejor los valores e intereses del votante (por ejemplo, una opción más centrada en la modernización tecnocrática o, por el contrario, en una justicia social renovada). La esperanza es que una buena votación para estas opciones fuerce al eventual ganador opositor a incorporar sus agendas en un gobierno de coalición y consensos.

Pro: Fortalece la democracia al mostrar el peso real de distintas corrientes de opinión. Envía un mensaje claro sobre las prioridades de la ciudadanía (medio ambiente, transparencia, economía social solidaria, etc.).

Contra: Es un riesgo calculado. Si el voto opositor se fragmenta demasiado, podría facilitar el paso a la segunda ronda del oficialismo, frustrando el objetivo común de cambio.

Un voto por la gobernabilidad democrática futura

El ciudadano del 57% no debe sentirse presionado a elegir entre democracia y justicia social. Esa es una falsa disyuntiva. La verdadera elección es cómo construir una gobernabilidad que garantice ambas.

La pregunta clave es: ¿Qué escenario ofrece más posibilidades de reconstruir un pacto social que modernice el Estado Social de Derecho sin destruirlo?

Un voto por el oficialismo, en la percepción mayoritaria, parece condenar al país a otros cuatro años de polarización y estancamiento en las reformas urgentes, con el riesgo latente de una mayor erosión democrática y concentración del poder e, incluso, la venta o desmantelamiento del ICE, la Banca Estatal, el INS y demás ‘joyas de la abuela’.

Un voto por la oposición, a pesar de su desorden, abre la puerta a la incertidumbre, pero también a la oportunidad. La responsabilidad del 57% no termina el primer domingo de febrero. Su verdadero poder será exigir, vigilar y participar para que, cualquiera que sea el resultado, el próximo gobierno entienda que su mandato no es imponer una ideología, sino facilitar un diálogo nacional que reconcilie la justicia social con un Estado eficiente, la sólida con una economía pujante. El voto no es el fin, es el primer acto de una ciudadanía que despierta para reclamar su futuro.

Sin hablar de seguridad pública, seguridad alimentaria y el agro, la recesión turística, por ahora me voy prometiendo hablar de esto y qué oferta hacen los movimientos políticos, en la próxima.

Saludos desde el este.

¿Y si…?

Pericos, jaguares… y su mismo libreto

JoséSo (José Solano‑Saborío)

¿Y si ver a Calixto Chaves y Bernal Jiménez no fuera más que la confirmación de que la élite histórica del PLN ya entendió que su ciclo vital está en cuidados paliativos y decidió mudarse de casa electoral, alquilando habitación en la pensión política de Rodrigo Chaves Robles?

Ahí están: Calixto Chaves, exministro de Industria en tiempos de Monge, empresario avícola con capítulo propio en Panama Papers, hoy brazo financiero del chavismo; y Bernal Jiménez Chavarría, importador de arroz e hijo de un patriarca verdiblanco, que admitió haber donado ₡32 millones a la campaña de Chaves, aunque —según él mismo— “había una intención para que no se supiera que estuviera donando” y fue uno de los principales beneficiados de la “Ruta del Arroz”.

Uno, comprando bonos con descuentos del 40 % que le dejaron jugosas ganancias; el otro, aportando a un fideicomiso paralelo a la estructura formal del partido.

¿Y si la guerra contra “los últimos diez gobiernos” siempre excluyó a los amigos de cartera?

¿Y si la crítica de Chaves a Laura Chinchilla, y viceversa, llegara —a pesar de los insultos— hasta un eje transversal que los modula y que se llama Mario Zamora?

Zamora fue ministro de Seguridad en la última administración liberacionista y lo es también en la actual. La propia Chinchilla reconoció ante diputados que nombró a Celso Gamboa como viceministro “por recomendación del actual ministro”. Gamboa, hoy con solicitud de extradición de EE. UU. por presunto narcotráfico, fue descrito entonces como “funcionario diligente”.

¿Y si la mutación de perico a jaguar no fuera zoología política, sino un simple cambio de pelaje para seguir en la misma selva?

¿Y si Freddy González —cooperativista, más que cercano al PLN, inhabilitado por la Contraloría para cargos públicos y ahora jefe de logística chavista— fuera solo el primero de una estampida de lobistas cooperativistas?

Don Freddy ha convertido actos oficiales en tarimas pro‑continuidad, como en la inauguración de un Ebais en Desamparados, transmitida por Casa Presidencial, donde pidió “garantizar la continuidad de este Gobierno”. También organizó marchas contra el fiscal general con transporte pagado por cooperativas.

¿Y si cada regidor o alcalde que cruza la calle acelerara la crónica de una muerte partidaria anunciada, como en el refrán de los animalitos que huyen de un barco que se hunde, pero son rescatados por la embarcación chavista?

¿Y si el PUSC hubiera tenido más afinidad que choques con el chavismo en estos cuatro años?

No lo digo yo: ahí están las votaciones conjuntas para enterrar la reforma que permitiría confiscar capitales emergentes, y las palabras de su candidato Juan Carlos Hidalgo, admitiendo que “es posible que la mayor fracción legislativa sea del chavismo” en 2026.

¿Y si la oposición legislativa fuera más bien una alianza oficialista neoliberal discreta?

¿Y si las coincidencias legislativas entre el oficialismo y el ala más neoliberal del PLN, el partido de Eli, Nueva República y el PUSC —en proyectos contra trabajadores y consumidores como Jornadas 4×3, la llamada “Armonización Eléctrica” (que favorece a los Arias y los Figueres), o la venta del BCR y el INS— fueran más que simples azares?

Pilar Cisneros ha defendido con uñas y dientes la vía rápida para 4×3, mientras comparte en chats de diputados documentos de Rodrigo Arias sobre otros proyectos estratégicos. Luego, en el “circo” de los miércoles en Casa Presidencial, fustiga a la “vieja política” con la que, en privado, parece coordinar.

¿Y si el libreto fuera uno solo, pero con distintos actores ensayando el mismo parlamento?

¿Y si la crisis interna del PLN en San Ramón —instigada por los Álvarez Desanti y Johnny Araya Monge y sus hermanos (uno de ellos, fan número uno del presidente Chaves)— fuera ya la muestra del cambio de taxi electoral de esas élites?

¿Y si todo fuera una puesta en escena mal actuada?

Un teatro donde el público cree ver pelea, pero tras el telón se reparten financistas, asesores y utilería. Donde el perico y el jaguar no se enfrentan: se turnan el papel estelar.

¿Y si el verdadero cambio de época no fuera ideológico, sino solo de “taxi” pero este el definitivo donde ya no aplique la necesidad de un Estado Social de Derecho ni democracia?

¿Y si la élite chavista fuera perica?…

Al final, puede que no haya ni pericos ni jaguares, sino solo actores de reparto cambiando de vestuario entre actos. Y que el bosque no sea más que un escenario donde la fauna, vieja o nueva, siempre encuentra un árbol… con frutos conocidos.