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Etiqueta: elecciones nacionales

Costa Rica en la encrucijada

Por Arnoldo Mora

Las elecciones presidenciales y del Congreso constituyen uno de los acontecimientos mayores, si no el mayor, de la vida política en nuestro régimen republicano. No hace mucho ese acontecimiento sobrevenía cada cuatro años; ahora, en la práctica, se ha fragmentado en dos eventos, ambos de gran importancia para el normal funcionamiento de la institucionalidad democrática del país, pues bajo este procedimiento se eligen a quienes han de regir los poderes sujetos a la elección directa del Soberano. En el primer domingo de febrero se elige a quienes van a conforma el primer poder de la nación; los ciudadanos escogen entre listas confeccionadas por los partidos políticos; es un ejercicio de democracia representativa; el pueblo no elige directamente a quienes nos representarán en el parlamento sino a quienes proponen los partidos; ni siquiera el pueblo sabe a quién está eligiendo, pues vota no por un individuo sino por una lista escogida dentro de la estructura del partido. Esta vez nuestro pueblo será representado por 6 partidos; llama la atención la desaparición del partido que ha gobernado el país en los dos últimos cuatrienios; la causa de ese insólito cataclismo debe verse como un castigo al gobierno saliente, cuyo presidente es el peor calificado por la opinión pública desde los lejanos días de la dictadura de Tinoco. Dos meses después –¿demasiado tiempo?- de nuevo la ciudadanía es llamada a elegir a quien será la cabeza del Poder Ejecutivo. Como ya se dio en las dos últimas elecciones, el presidente no cuenta con mayoría en la Asamblea Legislativa, aunque esta vez los cinco partidos de derecha se unieron para presidir el Congreso, por lo que excluyeron al Frente Amplio, llamado por ello mismo a convertirse en la única y auténtica oposición; para lograrlo, el Frente Amplio dependerá en mucho de su capacidad para ligarse a un movimiento popular que, sin duda, será muy dinámico, dadas las condiciones de empobrecimiento que la administración saliente ha dejado a la entrante como hipoteca social. Pero Zapote no debe hacerse muchas ilusiones, la situación se le puede complicar porque en Cuestas de Moras nadie quiere aparecer ante la opinión pública, a riesgo de despilfarrar su capital político, como un furgón de cola de un gobierno que, más temprano que tarde, dará signos de un evidente desgaste en el ejercicio del poder.

Capítulo aparte merece el nuevo presidente, Rodrigo Chaves, doctor en economía y, por muchos años, alto funcionario del Banco Mundial en la isla de Indonesia, una potencia emergente situada geográfica y culturalmente en las antípodas de la diminuta Tiquicia; allí se forjó la personalidad del nuevo inquilino de Zapote. Pero no resulta difícil intuir lo que será su estilo de gobierno. Acostumbrado a los hábitos burocráticos y autoritarios de un organismo que acostumbra situarse por encima y más allá de las normas democráticas, Rodrigo Chaves, a pesar de adolecer de una casi total carencia de experiencia personal en el teje y maneje de la política criolla, muy pronto ha mostrado sin ambages en la escogencia de los jerarcas que lo han de acompañar en el complejo ejercicio del poder, lo que pretende hacer; el presidente Chaves no delegará su autoridad, quiere funcionarios-ejecutivos, leales hasta la sumisión, el típico ”mandarín”, que el imperio chino creó desde hace milenios como figura ideal de ser humano, al decir de Max Weber. Es de notar que en la segunda elección o balotaje, en que se elige al presidente de la República, no se trata de optar por un partido, su ideología y su programa, sino de escoger entre dos personalidades. En la campaña recién pasada ambos candidatos hicieron gala de un obsceno abuso de una retórica malsonante, en que la ausencia de una propuesta seria, como se espera que haga alguien que aspira a gobernar un país, fue sustituida por una plétora de insultos mutuos en que procazmente se aludía, incluso, a la vida privada del uno contra el otro; en este abyecto juego incurrieron por igual los dos candidatos; pésimo ejemplo de carencia de civismo, forma corrupta de despilfarrar los millones que, con los impuestos del pueblo, se contribuye a pagar una campaña electoral; cualquier ciudadano que ame su patria podría cuestionarse si valía la pena escoger, para regir los destinos de la Patria, entre dos individuos de tan bajo perfil cívico; esto constituye una de las causas de por qué el abstencionismo creció. Menos de un tercio del electorado eligió a un advenedizo; para explicar esta insólita decisión, hay que verla como un repudio frontal a la clase política, lo cual representa el mayor desafío para el nuevo gobernante; el pueblo espera que con Rodrigo Chaves se respiren nuevos aires en Zapote y que no sea más de lo mismo. De mi parte, mucho me temo que en no mucho tiempo, nuestro sufrido pueblo sea víctima de una nueva decepción.

Esto explica también el inusitado interés mostrado por la opinión pública en la designación de los nuevos jerarcas de los ministerios, instituciones autónomas y demás organismos que por ley, debe nombrar el jefe de Estado. Llama la atención la heterogeneidad de las personas escogidas, que pone de manifiesto que, quienes llevaron al poder al nuevo presidente, no configuran un partido organizado sino un conglomerado heteróclito sin una propuesta clara de país. Algunos de los elegidos poseen poca experiencia en el ejercicio del poder, al menos a un alto nivel, si bien parecen ser profesionalmente competentes; por eso considero que, en cuanto pase “la luna de miel” que el pueblo suele otorgar a todo nuevo gobierno, aunque sospecho que ésta será breve dada la magnitud de desafíos y problemas que debe afrontar, se empiece a desgranar la mazorca. Los mayores desafíos los tiene la Ministra de Educación, pues carece del más elemental conocimiento de ese elefante burocrático que debe jinetear; los responsables de la seguridad deben afrontar el serio desafío de la alarmante presencia del narcotráfico, que amenaza con controlar vastas regiones del país, como los escándalos en la zona Sur lo han demostrado; el equipo económico no debe limitarse a lo fiscal, debe tener muy en cuenta las implicaciones sociales de las medidas que implemente; la desigualdad, el desempleo y la pauperización de amplios sectores de la población, incluida la clase media, son causantes de un descontento generalizado, que podría convertirse en cólera incontrolable. El pacto social y político forjado después de la sangrienta guerra civil de 1948, se ha roto. Hoy vivimos en una Costa Rica fragmentada. La casi mitad del electorado lo ha demostrado mediante la abstención; ese sector que podría convertirse en mayoría, mira con desconfianza pero no con indiferencia este cambio de gobierno, pues sospecha que son arreglos de cúpula. Para solucionar este desafío sólo hay un camino: que esos sectores se organicen en un frente patriótico que rescate el Estado social de derecho. La democracia directa, participativa y popular debe perfeccionar a la democracia formal y representativa actual…Tal es la encrucijada en que hoy se encuentra nuestra querida Costa Rica.

Observatorio de la Política Nacional presenta primer análisis de coyuntura del 2022: Elecciones Nacionales

El Observatorio de la Política Nacional (OPNA), presenta el primer análisis de coyuntura del 2022:  Elecciones Nacionales 2022. Con este análisis se propone la valoración de la coyuntura electoral entre enero y febrero de 2022, tras los resultados del pasado 6 de febrero en Costa Rica. 

El presente AdC aborda tres temáticas de relevancia tras los comicios: 1) Segunda ronda electoral: ¿qué podemos esperar? 2) Escenario legislativo: Asamblea Legislativa 2022 – 2026 y 3) Financiamiento de campañas políticas: la gran deuda. El análisis se puede revisar en el siguiente enlace: https://opna.ucr.ac.cr/index.php/es/catalogo-5/analisis-de-coyuntura/250-analisis-de-coyuntura-elecciones-nacionales-2022 

 

Compartido con SURCOS por Observatorio de la Política Nacional.

Segunda ronda: Triunfo del voto “Qué me da” sobre el voto “Caperucita Roja”

Edgar Chacón Morales

Segunda ronda: Triunfo del voto “Qué me da” sobre el voto “Caperucita Roja”. Conclusiones y … realidades que hablan en las urnas

                El sábado 2 de abril hice públicas algunas reflexiones bajo el título: El voto “Qué me da” y el voto “Caperucita Roja”.

Hago esta mención, porque las reflexiones que siguen, están en relación directa con esas otras (https://wp.me/p6rfbZ-hC4).

                Según los resultados de las votaciones del 3 de abril y contadas las papeletas depositadas en más del 90 por ciento de las mesas electorales, estos escrutinios daban a Rodrigo Chaves por ganador. Chaves 972.397 votos, el 52.89% y a José María Figueres Olsen 865.227 votos, el 47.11%.

                Las tres provincias costeras: Guanacaste 53.443 votos a Figueres y 66.747 a Chaves; Puntarenas 57.920 votos a Figueres y 89.256 a Chaves y Limón 47.381 votos a Figueres y 80.665 a Chaves.

                Las provincias de la Gran Área Metropolitana: San José 330.583 votos a Figueres y 315.359 a Chaves; Alajuela 157.321 a Figueres y 204.796 a Chaves; Cartago 120.991 a Figueres y 112.067 a Chaves; Heredia 97.588 a Figueres y 103.507 a Chaves.

                Con estos conteos ya se daba por ganador a Chaves: En Alajuela y Heredia y a Figueres en San José y Cartago. Este último, sólo ganó en dos de las siete provincias del país y Chaves en cinco.

                Siguiendo con las estadísticas, con muy poca diferencia Figueres ganó en San José y Cartago. Con alrededor de quince mil votos en San José y con alrededor de ocho mil votos en Cartago. Mientras que Chaves ganó en Alajuela con una diferencia de alrededor de cincuenta mil votos y en Heredia con una diferencia de alrededor de seis mil votos.

                En las provincias costeras, Chaves ganó en Guanacaste con una diferencia de alrededor de trece mil votos; en Puntarenas con una diferencia de alrededor de treinta mil votos y en Limón con una diferencia de alrededor de treinta y tres mil votos.

                Entonces Chaves ganó en las tres provincias más empobrecidas, olvidadas y abandonadas, con más votos “Qué me da”, que con votos “Caperucita Roja”.

                Por otro lado, en las dos provincias de la GAM que ganó Chaves, sumadas las diferencias, son mayores que en las dos que ganó Figueres.

                El dato relevante acá, es que en las cuatro provincias es notorio el aumento de los signos de pobreza, los datos sobre falta de oportunidades, entre otras evidencias de deterioro social, por lo que tiene elementos de acierto decir que aquí, también el voto “Qué me da” le ganó al voto “Caperucita Roja”.

                Esto es la realidad objetiva. En cuanto a los factores subjetivos, los mensajes de Figueres al voto “Qué me da”, fueron más demagógicos y sin asidero. Mientras que los mensajes de Chaves hacían alusión a tomar medidas dirigidas a bajar los fondos del Estado que “se van” en la corrupción, para crear oportunidades a los sectores marginados, para dar opciones a acceder a algo más que sus tres necesidades básicas: comida, vestido y habitáculo. Y agregar acá, tal vez para algunos, celular y signos externos de marca.

                Según un servidor de transporte público de taxi: “Sí, es que la gente piensa, y se lo digo porque aquí se sube toda clase de gente: Si el dinero de la corrupción sólo va a dar al bolsillo de los ricos, mejor que roben pero que venga a dar algo a nosotros. Porque Chaves no es ninguna “santa paloma”, también va a robar”.

                El voto “Caperucita Roja”, con sus miedos, con el susto sobre que Chaves va a terminar siendo un dictador de bigotito corto y pelo alborotado, no aportó lo suficiente para un gane.

                Tampoco alcanzó el juego de algunos personajes de entrevista, de “medios de comunicación” (que no son medios porque no median) de aquellos canales unidireccionales o correas de transmisión que sólo llevan des información en un sentido; esos a los que con desatino les dicen “prensa vendida”, sin saber que no es vendida sino parte del festín.

                El voto tradicional de saga, con actitudes irreflexivas y desinformadas, se apresuró a degenerar refranes y dichos. Esta población, fue capaz de transformar el refrán “Mas vale lo viejo conocido que lo nuevo por conocer”, primero en “más vale lo malo conocido…” y luego en “más vale ladrón conocido…”, esto desde la primera vuelta del 6 de febrero, no sólo ante la disyuntiva Chaves-Figueres. La dignidad ciudadana parece que fue escondida por un miedo irracional, el conformismo, o el desinterés por informarse.

                Aquí llegan al recuerdo cosas como: “Es que mi abuelita me hizo jurar que no iba a botar por otro partido”, sin reflexionar que esos eran los tiempos de Don Pepe y del Calderón Guardismo y no los tiempos de los que, con sus actos, han permitido que les llamen “Pinocho”, “Chemisillo”, o hasta “el hijueputa”, como uno de ellos lo admite y de otros que ellos mismos han patrocinado para convertirlos en azotes, para toda la población, que no es parte de sus grupos.

                Recuérdese que cuando Figueres quiso evidenciar a Chaves como acosador, éste lo desnudó como agresor y abandónico.

                Veremos si Chaves le sigue la pista al negocio de la energía privada, negocio de Figueres y otros. Tal parece que no.

                Por otro lado, lo que para unos y para Chaves mismo parece “trapito de dominguear”, para otros es una vergüenza: funcionario del Banco Mundial, una organización nefasta para pueblos y países empobrecidos, en lo que, entre otros, este organismo tiene responsabilidad.

                Algo o mucho, parece decir que el tiempo del PLUSC, cuando familias tenían un miembro en cada partido, sin importar cuál gana, está terminando, ufff.

                Así también, el voto que le dio la pérdida a Figueres, es aquel voto de quienes ya están hartos de tanta corrupción y descaro y de otros que, con pragmatismo dicen: “Y para mí cuando”.

                Ahora bien: Tanto Figueres como Chaves, los dos fueron a ofrecerse y pedir votos, a los “demonios de la Ideología de género”, los dos parecen congeniar los mismos intereses de servidumbre y propia servidumbre, ya se fueron a buscar entre ellos y se hicieron ofrecimientos mutuos y ya parecen delinear el camino: ellos ganan y los demás perdemos.

                Tiempo para reflexionar: con la mayoría del voto “qué me da”, podría pensarse en un trabajo, para que sea protagonista y no sólo la mayoría manipulada que pone la mano en los procesos de votación.

                Al voto “Caperucita Roja”, le queda entender que el miedo no es el mejor motor.

                Al voto tradicional de zaga, le queda preguntarse y responderse: ¿va a la zaga de qué o de quiénes?

                En fin, según aquellas palabras de Joseph de Maistre: “Cada pueblo tiene el gobierno que se merece”.

Abril de 2022.

Los perdedores, los ganadores y la izquierda

Oscar Madrigal

La sorpresa no es que Figueres haya perdido. Lo sorprendente es que no haya sido barrido electoralmente. Prácticamente en todas las elecciones de América Latina la corrupción ha sido el tema definitorio y Figueres reunía todos los componentes de la corrupción: había recibido comisiones de Alcatel y representaba al Partido, que casi por definición, es la corrupción personificada. Al final de la campaña logró aglutinar a algunos sectores políticos y sociales que vieron en Chaves un contrincante aún peor. Liberación Nacional perdió no solo por representar la corrupción sino porque durante los últimos años ha cogobernado con el PAC; de su cosecha fueron las leyes más negativas contra el movimiento social y avaló con entusiasmo la contrarreforma neoliberal. Así que pagó su apego a un neoliberalismo viejo y hasta superado. El futuro de este partido es un cambio no solo de líderes sino de mensaje o seguirá el camino del PUSC.

El otro gran perdedor de esta campaña electoral es la prensa. Trataron por todos los medios de impedir que Chaves ganara y fracasaron. La prensa escrita y televisiva -habrá que estudiarlo mejor- han perdido legitimidad y credulidad. El resultado puede indicar que ya el pueblo no les cree o no son ya los grandes determinantes de lo que llaman la “opinión pública”. Los directores de esos medios deberían presentar las renuncias irrevocables a sus puestos, tal y como ellos exigen de los políticos. Las redes sociales pasaron a jugar un papel más importante, aunque los mensajes fueron igual de manipulados y mentirosos.

Los movimientos sociales fueron presa de su falta de estructuración nacional y de unidad popular por lo que no lograron reaccionar a tiempo ante las propuestas regresivas de Chaves en el campo ambiental, de mujeres o social. La enseñanza podría ser la indispensable coordinación y unidad de ellas para ejercer una influencia importante en los asuntos de Estado.

Rodrigo Chaves venció siendo el abanderado de muy diversos sectores sociales, desde un sector importante de la burguesía, de las clases medias altas, pero lo que definió su triunfo fue el apoyo de los grupos sociales más pobres de las costas y la zona norte. En el centro del país prácticamente empató y definió con los grupos más empobrecidos, los olvidados de siempre. Chaves logró personificar el combate a la corrupción y las argollas políticas; ofreció eliminar las pensiones de lujo, eliminar monopolios como los del arroz y las medicinas, reducir la evasión fiscal y cambiar el acuerdo con el FMI. Ya veremos.

¿Y el Frente Amplio que es la izquierda de este país? Creo que se le abren grandes posibilidades de desarrollo y crecimiento con vistas a convertirse en una alternativa real de gobierno en las próximas elecciones. Su postura parlamentaria debe ser de oposición RADICAL, sin que eso signifique dejar de ser una fuerza propositiva, entendiendo por radical hacer propuestas que ataquen los problemas desde la raíz.

Se dice que nos espera la calle. Es posible. Pero ello será positivo si la calle se une con una propuesta, un programa alternativo que logre emocionar y motivar a los amplios sectores productivos y sociales del pais. De lo contrario seguiremos golpeando la cabeza contra una pared o dando vuelta en un mismo círculo.

El voto “Qué me da” y el voto “Caperucita Roja”

Edgar Chacón Morales

El voto “que me da”, está compuesto por los votantes/papeleta que, tomados individualmente y contados uno por uno, en cantidad, son los que sumados, más aportan al total de votos, para definir quién ocupara el cargo correspondiente.

                El voto “qué me da”, es aquel, en el que se encuentran las mayorías que no votan por un proyecto político, porque no lo tienen, porque “se los quitaron”, “los marginaron, los dejaron fuera de la jugada”, como a muchas otras personas. A muchos de ellos, “la mano invisible del mercado” les quitó hasta “el derecho” de ser explotados. Es el voto inmediatista de “usted qué me da”, para mis necesidades inmediatas: comida, vestido y habitáculo. Es el voto al que Oscar Arias le ofreció cuarenta mil colones mensuales en el 2006. También es el voto de los que piensan “¿qué me da?” con oportunismo arribista. Como quienes cuando están en el cargo piensan: ”Es ahora o nunca. Hay que aprovechar”.

                Es aquel voto que las élites han venido “produciendo”, para contar con las mayorías manipulables: para “poner” presidente, diputados, o para aprobar el TLC.

                Es aquel al que no le importa si el candidato es neo liberal…o: ¿qué más?; al que no le importa para donde van a llevar al país o que leyes se aprueban. Su único razonamiento es : “¿Usted qué me da?”

                El voto “Caperucita roja” está compuesto por aquellos que creen en “mentiras obvias”, que se dejan engañar por las promesas de cada cuatro años del que dice que tiene experiencia (¿en qué?); por los que se dejan asustar por un esperpento monigote “…de la triste figura”: Porque se ve más el machete en la mano, el mazo, o el cuchillo de carnicero que el escalpelo, o el estilete.

                Debido a estos votantes, no habrá leñador que nos venga a salvar, porque después del 3 de abril, cuando nos empiece a comer el lobo, habrán de comprobar que esa nariz, era para mentirles mejor, y esas promesas, para engañarlos mejor.

                Se pensaría que en los anteriores, sólo están los votos de personas con baja escolaridad. También está el voto de visión de corto alcance, que como el cerdito, se dejaron engañar por el lobo que les dijo: No, yo no “soplaré, soplaré y tu casa tiraré”.

                También está el voto de los “acorralados”, que caen en la trampa y piensan que uno de los dos tiene que quedar y por uno de esos dos, entonces tengo que votar. “Yo voto ganador” dicen algunos y qué tristeza: sin reflexión sólida y coraje, dejan que los pongan “contra la pared”. Luego del desastre les dirán: Es lo que más le conviene al país. Acá, se puede agregar el voto tradicional de zaga.

                A estos votantes se les olvidó el pasado reciente, el presente y el futuro, se les olvidó que ni con cadetes, ni con guardas de barrio garrote en mano, se hace país inclusivo.

                Se les olvidó que aquí ni uniformes militares, ni vestimentas y corbatas de testaferro, ni proyectos grupusculares convienen. Aquí lo más consecuente para gente, país y planeta es decir no a la brutalidad y a la demagogia y caminar con esperanza, para que en días cercanos, se elija y no sólo se vote.

MIENTRAS EL CUERPO AGUANTE

Por Memo Acuña (Sociólogo y escritor costarricense)

Bajo las notas de un swing cincuentón y de orquesta, la siempre carismática Ana Belén nos hace recordar hasta qué punto la pulsión es necesaria para buscar la libertad.

En la última encuesta realizada por el Centro de Investigación en Estudios Políticos (CIEP) se consultaba sobre las principales preocupaciones que aquejaban entonces al costarricense: la crisis político-militar entre Rusia y Ucrania, así como los precios de los combustibles ocuparon los primeros dos ítemes de respuesta. Escondido en un lacónico tercer puesto se ubicó la preocupación por quien ocupará la silla presidencial a partir del ocho de mayo venidero.

La pulsión es importante. Moviliza, recrea, impulsa, sugiere. Glen Miller sonando a morir, dice Ana Belén. Lo que ha quedado claro en los últimos lustros, quizá desde que iniciamos el recorrido en este nuevo siglo, es que la política electoral ha venido reduciendo su caudal de interés en la ciudadanía y ya ni siquiera da para un buen swing.

Resulta ocioso por ello preguntarse por qué de repente una actividad como la selección nacional de fútbol logra despertar tantos apoyos, tanta emoción, tanta colectividad, tanto “nosotros” bien entendido y la política partidaria, por su parte, produce el efecto contrario de lejanía y desinterés. La pulsión se encuentra donde genere enjambre sísmico, temblor, desplazamiento.

Todo pasa por las formas. Con el buen amigo José Andrés Díaz, politólogo, docente e investigador universitario de las principales universidades públicas del país, hemos conversado acerca de la urgencia del reencantamiento o como él señala, la necesidad de repolitizar la vida en todos los órdenes.

Eso pasa justamente por replantearse la política electoral como si fuera el único espacio posible de reflexión y debate. Ahí estriba justamente el desafío: reconquistar para sí todos los espacios más allá de lo electoral y los partidos políticos, tan venidos a menos como estructuras de representación de las demandas ciudadanas.

En medio de una campaña de segunda ronda marcada por un bajo nivel de la discusión y con claros errores de bulto en estrategias de comunicación y desempeño en ambas propuestas, Costa Rica se apresta a tomar una de sus decisiones más trascendentales en su vida democrática contemporánea.

Pareciera que si, que para el cuerpo social costarricense la situación resulta límite y, como diría la pieza musical, la coexistencia de las reglas de juego en la convivencia y el estar juntos y juntas depende de las condiciones existentes “mientras el cuerpo aguante”.

El lunes 4 de abril nos habremos despertado con un nuevo dinosaurio en nuestro patio y nos preguntaremos a la usanza del poeta salvadoreño Roque Dalton: país mío ¿existes?

Candidatos desaprobados y sin ideas

Procura con diligencia presentarte a dios aprobado,
como obrero, que no tiene de qué avergonzarse,
que usa bien la palabra de verdad
”, 2 Timoteo. 2:15. VRV 1960.

Desde la Iglesia Metodista Wesleyana Costarricense IMWC, planteamos nuestra preocupación ante las próximas elecciones del domingo 3 abril 2022, ya que los dos candidatos, José Figueres y Rodrigo Chaves, carecen de credibilidad ante la opinión pública.

Si el mismo pueblo no tiene claridad y no ven una alternativa real, en la gobernanza de ninguno de los dos candidatos, ¿qué nos espera como futuro gobierno de cada una de las propuestas?

Lo anterior lo corrobora, por ejemplo, el análisis de una de las encuestadoras de más credibilidad en el país, como lo es el Centro de Investigación y Estudios Políticos (CIEP) de la Universidad de Costa Rica (UCR), la cual revela que “hasta un 73% de los electores no se identifica con Rodrigo Chaves ni con José María Figures, y más bien dice que desearía no verlos llegar a la Presidencia”. Es decir, los dos candidatos son-están reprobados.

Por otro lado, el director del Programa Estado de la Nación, informa que un análisis y estudio de los Programas de Gobierno de ambos candidatos, revela que son deficientes, mediocres, generales y muy limitados.

Ante esta realidad, cualquiera de los dos candidatos que obtenga el triunfo no garantiza bienestar, paz, desarrollo y condiciones de equidad para el pueblo costarricense.

En este sentido, la IMWC aboga por que, en la próxima gestión de gobierno, se propicie un mayor acercamiento al pueblo pobre y humilde, que es el que más sufre, y en especial el pueblo de las fronteras, los pueblos indígenas y las mujeres, que esperan de sus gobernantes respeto a sus derechos y respuesta a sus innumerables problemas socioeconómicos ocasionados por esta cultura injusta patriarcal y desigual.

El texto bíblico arriba transcrito revela que, para ser aprobado tanto por Dios como por el pueblo, el gobernante debe usar siempre la verdad por delante, obvio que en el caso de nuestros dos candidatos esto está ausente.

Así mismo es alarmante, de los dos candidatos, cuando hacen pactos los partidos políticos con los sectores religiosos, ya que pierden las personas ciudadanas, porque, las decisiones públicas no se toman desde los intereses de la ciudadanía en toda su amplitud y heterogeneidad y, por el contrario, se establecen desde los pactos realizados entre los políticos de turno y unos pocos líderes, así lo plantea la Escuela de Ciencias de la Religión de la Universidad Nacional de Costa Rica.  

Además, estos pactos, además de ser demagogia, lo hacen los interesados nada más que por alcanzar votos, sin importar los atropellos que puedan ocurrir a la ciudadanía, desconociendo la pluralidad religiosa, de espiritualidades y de conviccionalidades que se encuentran en el país.

Rogamos a Dios para que al futuro presidente de Costa Rica le asista la verdad, como principio básico de la justicia, y vaya deslastrándose de los actos vergonzosos.

Nada hagáis por contienda o por vanagloria; antes bien con humildad, estimando cada uno a los demás como superiores a él mismo; no mirando cada uno por lo suyo propio, sino cada cual también por lo de los otros”. Filipenses. 2:3-4. VRV 1960.

Nos guste o no, hay que decidir, entre Figueres y Chaves

Vladimir de la Cruz

El próximo domingo nos toca a todos los ciudadanos, a todos los electores, decidir entre José María Figueres y Rodrigo Chaves Robles quien será el próximo Presidente de la República, nos gusten o no estos candidatos y ellos como personas.

No todos los ciudadanos participan con conciencia de la importancia de esta decisión, en el significado que cada uno de estos candidatos representa, expresa, o puede tener para que dirija los destinos del país, desde el Poder Ejecutivo, desde los Ministerios y desde las Juntas Directivas, de las Instituciones públicas, donde se hacen presentes con los nombramientos que les corresponde realizar, donde teóricamente impulsarán de acuerdo a los criterios de dirección que impulse el propio Presidente, de conformidad a lo que ofreció en la campaña electoral al Plan de Gobierno, que por primera vez, puede en algo manifestarse, el mismo mes de mayo, desde que asumen los puestos de dirección del país, del Estado y de la Administración Pública.

Esta es la cuarta vez que se procede a realizar una segunda ronda electoral para escoger al ganador de un proceso electoral nacional. La primera fue en las elecciones del 2002, entre Abel Pacheco y Rolando Araya, la segunda en el 2014, entre Luis Guillermo Solís y Johnny Araya, la tercera en el 2018, entre Fabricio Alvarado y Carlos Alvarado, y, ahora, en el 2022, entre José María Figueres y Rodrigo Chaves.

Pareciera que este camino de las segundas rondas llegaron para quedarse, lo que dependerá casi siempre, del buen gobierno y de la cultura política desarrollada que preceda a unas elecciones.

La primera vez que se hizo la segunda ronda no fue nada escalofriante, entre Abel Pacheco y Rolando Araya; fue sorpresiva por ser la primera.

La segunda, fue insólita cuando frente a Luis Guillermo Solís, un ex Secretario General del Partido Liberación Nacional, Johnny Araya públicamente se retiró, formalmente, de su candidatura, lo que legalmente no podía, dejando tirado al Partido Liberación Nacional, y a sus electores, que aún en su ausencia llegaron a votarle.

La tercera fue dramática y tensa por las circunstancias que la rodearon, Fabricio Alvarado ganador de la primera vuelta, con el tema de fondo relacionado con Derechos Humanos y el ultra fanatismo religioso a punto de instalarse en Zapote y, Carlos Alvarado, en segundo lugar, recibiendo un apoyo de sectores sociales, particularmente jóvenes, que terminaron imponiéndose, para salvaguardar el escenario de los Derechos Humanos que se veían amenazados.

Esta cuarta, entre José María Figueres y Rodrigo Chaves, nos coloca en un escenario decepcionante y tenebroso. Decepcionante por la ausencia de grandes temas, porque en la imagen nacional, e internacional, se tiene una disputa, que surge de 25 candidaturas, donde dos de ellas se ubican entre el centro derecha y la derecha, escenario que no se ha dado en ninguna parte del continente, donde se han discutido elecciones presidenciales entre dos finalistas. Tenebroso porque Chaves, con sus posturas y planteamientos amenaza la estabilidad política y democrática, provoca una situación de alta volatilidad, en escenario de conflictos sociales, y de enfrentamientos abiertos con diferentes sectores de la vida política, económica, social, académica y de los propios medios de comunicación.

Esto es lo que ha quedado reflejado del resultado electoral de febrero pasado, que se define el próximo domingo.

Aun así, el escenario electoral, del domingo tiene actores que convocan a no participar en el drama, que puede tener un final trágico para los costarricenses.

El derecho al sufragio supone la participación activa en la toma de decisiones, que por elecciones se realizan, para nombrar los representante populares que expresan el poder soberano de los ciudadanos. Negarse a ejercer el voto es asumir que quienes realizan el sufragio lo hacen también por quien se niega a participar y votar. El abstencionista de urna, el que no se presenta, es el que es representado por los que votan. No tiene derecho después de quejarse de un mal gobernante o de las políticas que impulsa. Sin posibilidad de escoger el candidato que desearía tiene al menos, si votara, el derecho de exigir y de criticar lo que no le gusta de la acción de gobierno. En la práctica quien no ejerce su derecho de voto en esta oportunidad arriesga su comodidad y existencia social. Si los electores no se hubieran movilizado a votar por Carlos Alvarado estaríamos, sin lugar a dudas, bajo políticas gobiernistas y públicas contrarias y restrictivas a los Derechos Humanos, se hubiera producido un retroceso político en el país de incalculables consecuencias. Con Rodrigo Chaves podría suceder un escenario parecido.

En términos de partidos políticos que participan en las segundas rondas, tenemos que en la primera fueron el Partido Liberación Nacional y la Unidad Social Cristiana, los dos partidos históricos que habían venido gobernando el Poder Ejecutivo desde 1953. En la segunda, la Unidad Social Cristiana quedó desplazada de participar dándole campo al Partido Acción Ciudadana, que disputó el Poder Ejecutivo con Liberación Nacional, donde emergió Acción Ciudadana como partido gobernante. En la tercera, sorpresivamente el Partido Acción Ciudadana se mantuvo como partido gobernante, frente al emergente partido Restauración Nacional, dejando por fuera, de ser finalistas, a la Unidad Social Cristiana, nuevamente, y a Liberación Nacional, un golpe muy fuerte contra el bipartidismo histórico de partidos gobernantes que estos partidos habían tenido. En esta cuarta, segunda ronda, Liberación Nacional rescata su papel de partido político finalista para disputar el dominio del Poder Ejecutivo, frente a un partido totalmente emergente, nuevo, y prácticamente improvisado, a última hora, el Partido Progreso Social Democrático.

Como candidatos en estas rondas tuvimos en la primera a dos bien conocidos políticos, Abel Pacheco y Rolando Araya; en la segunda dos activistas políticos conocidos, Luis Guillermo Solís y Johnny Araya; en la tercera, dos candidatos, Fabricio Alvarado y Carlos Alvarado, con poca experiencia política cada uno, y en esta cuarta, tenemos un político, José María Figueres, con amplia experiencia de vida política y de ejercicio de puestos públicos, Ministro y Presidente de la República, activista partidario, y otro, Rodrigo Chaves, sin ninguna experiencia política ni en ejercicio de cargos de Gobierno, ni de partidos políticos, ambos con una rica experiencia en organismos internacionales, uno de ellos, Rodrigo Chaves, cuestionado y sancionado en esos organismos por acoso y hostigamiento sexual con funcionarias.

El Partido Acción Ciudadana, en las elecciones del 2014 eligió 14 diputados, en la del 2018 eligió 10, en la del 2022 no eligió ninguno. El Partido Liberación Nacional en todas estas elecciones desde el 2006 ha mantenido la fracción legislativa mayoritaria, la más grande, que no ha bajado de 16 diputados.

El Partido Progreso Social Democrático, en ésta, su primera participación, eligió 10 diputados, igual cantidad que el gobierno de Carlos Alvarado mientras Liberación Nacional eligió 18, lo que significa para ambos candidatos su músculo político legislativo en caso de que ganen la Presidencia de la República.

Desde el punto de vista de cantones gobernados por alcaldes, desde el 2006, Liberación Nacional ha tenido 49 de 82, mientras que el Partido Progreso Social Democrático no tiene una sola Alcaldía, lo que evidencia, para Liberación Nacional, una proyección y presencia territorial mucho más grande, lo que resulta, de su larga trayectoria histórica, de 71 años, y de nueve gobiernos bajo su poder, de 17 que han habido desde 1953.

En urna, quien vota nulo o en blanco, ejerce su voto manifestando su inconformidad con los partidos y candidatos propuestos. En difícil entender que con 25 candidatos en febrero se produzcan esas indecisiones. Y más complejo comprender y decidir para muchos de los votantes entre las dos opciones que hay para el próximo domingo. Pero, hay que decidir cuál de estas opciones puede ser mejor para el Gobierno, para el país y para los ciudadanos. Este punto no puede eludirse, sobre todo para quienes han participado activamente de la vida política, para quienes tienen conciencia clara de la lucha política y del progreso social.

La elección del domingo va a producir un resultado, va a sacar un ganador, que será el próximo Presidente de la República, por los próximos cuatro años. Será quien represente al país en foros internacionales, será quien defina la política internacional y exterior de Costa Rica, para todos los efectos será la cara pública del país y del pueblo costarricense.

El puesto de Presidente es el más alto cargo que se puede ostentar, desde el punto de vista político nacional; es un honor para quien lo tiene y es enorme la responsabilidad de ejercerlo. En él se representa toda la ciudadanía, todo el pueblo electoral, una vez que asume el cargo de Presidente, en tanto representa a toda la Nación costarricense, no así los diputados que representan a sus propios electores, de sus respectivos partidos políticos nacionales o provinciales.

El Presidente, en su investidura, nos recuerda cotidianamente la Independencia de la Nación costarricense, la Soberanía popular que en su figura se encarna, como receptor y representante supremo de la voluntad del pueblo, en el Poder Ejecutivo, representa igualmente el conjunto de instituciones y empresas públicas de todo el engranaje estatal y de la Administración Pública costarricense.

Por ello el Presidente de la República es como un Símbolo Patrio, al que se le deben guardar todos los respetos que el Protocolo exige para estos símbolos, y para las figuras, o personas, que los representan y ejercen, en el momento de desempeñarlo.

En Costa Rica, quizá por la tradición democrática pacifista, que hemos cultivado históricamente, ausente de militares gobernantes, de prácticas militares odiosas, de militarismo autoritario institucional, de dictaduras y tiranías, porque los presidentes son de tipo civil, porque en sus prácticas políticas electorales desarrollan cercanía directa con los electores, los ciudadanos, y las personas en general, y porque en su vida civil ordinaria, como personas y como políticos, aún activos, se desplazan sin seguridades odiosas, o distantes de la gente, ha hecho que las personas, más que democratizadas en su relación con el Mandatario, se consideran igualadas con él.

Sin embargo, de los dos candidatos del domingo, Rodrigo Chaves ha reiterado en su campaña, en sus discursos e intervenciones, una actuación suya, como Presidente, si llegara a serlo, de carácter autoritario, casi despótico o tiránico, irrespetuoso de la institucionalidad democrática existente por el Estado de Derecho, y por el Estado Social de Derecho que hemos desarrollado.

En Costa Rica, por la tradición democrática, pacifista, es usual que los Presidentes se desplacen a atender actos o compromisos sin mayor seguridad, y que cuando llegan a su destino rompan todo tipo de barrera protocolaria y de seguridad, y se trasladen, aunque sea pocos metros sin escoltas, de manera directa y que, de esa misma forma, con la seguridad con que actuamos todos los costarricenses, nos acerquemos a las personas que están a la espera del Presidente, o que son sorprendidas por su presencia, para saludarlas de manera afectuosa, aunque sea protocolaria la relación, y hasta se detenga el Presidente a firmar autógrafo cuando se lo piden, o dejarse retratar o tomarse hasta un selfie, a petición de parte. Esto es parte de la vida democrática nacional, que nos enorgullece, pero que también nos distingue de otros países cercanos y lejanos.

En la noticia destaca muchas veces esta cordialidad, familiaridad, seguridad, con que el Presidente se desplaza, y es, y debe ser, más noticia el respeto que se le brinda en su paso, cuando va desprotegido de escoltas.

Sinceramente. No veo a Rodrigo Chaves en este papel, porque se presenta de manera prepotente, arrogante, poco humilde, como se dice popularmente, se le suben los humos a la cabeza.

Esta segunda ronda, la del domingo, es para todos los efectos, más importante y decisiva que la del 2018. Aquí se juegan más proyecciones del país y el conjunto de toda la institucionalidad democrática hasta ahora lograda.

Como costarricenses debemos velar también que ese Símbolo Patrio, que significa la figura del Presidente de la República, sea, tenga y ostente, la mejor representación posible.

Es el pueblo costarricense el que se estará reflejando y representando en la figura del próximo Presidente de la República.

El domingo no se elige un mamarracho ni una caricatura presidencial, se escoge el Presidente de Costa Rica.

Hay que salir e ir a votar. Hay que pensar en la mejor opción de las que existen para el momento actual, de ahora, y de los próximos cuatro años, que mejor nos merecemos.

No votar es facilitar la posibilidad de mamarrachear la vida política nacional y bufonear el ejercicio de la Presidencia.

La Presidencia de la República es también una figura de prestancia, señorío, dignidad, excelencia, de calidad superior. No permitamos que con nuestro voto se deteriore.

Votando no se renuncia a ninguna agenda de lucha y de movilización popular. Votando no se renuncia a ideas ni a planteamientos políticos e ideológicos. Votando se afirma la voluntad de lucha de los ciudadanos, de apoyar lo que corresponda apoyar de un gobierno y de criticar lo que corresponda criticar. Votando se fortalecen y consolidan los derechos de agitación, movilización y organización popular, de fortalecer los estados de conciencia de los ciudadanos.

Gane quien gane las luchas populares se van a mantener, pero dependiendo quien gane también se puede lograr más en esas luchas y diálogos nacionales que puedan establecerse por parte de los sectores organizados con el próximo Presidente.

Las elecciones son un estado de la conciencia ciudadana. Muestre la suya. ¡Hágala valer!

Tribunal de Honor y Ética del COLPER comparte mensaje acerca del sufragio

Con un vídeo que nos recuerda la importancia de ejercer el voto, el Tribunal de Honor y Ética del Colegio de Periodistas y Profesionales en Ciencias de la Comunicación Colectiva-COLPER lanza una campaña llamada “Valores Esenciales de la Democracia Costarricense”.

De acuerdo con los integrantes del Tribunal, el sufragio es una herencia importante y aunque se ha transformado y tuvo importantes reformas desde su creación, que coinciden con la construcción del Estado Republicano, funciona como un mecanismo de legalidad, de participación y de representación.

Y es que precisamente, al encontrarnos a las puertas de la segunda ronda electoral, la cual se realizará el domingo 3 de abril, es que el Tribunal de Honor y Ética lanza este mensaje, invitando tanto a las personas colegiadas, como a los costarricenses en general, a las urnas.

El master Efraín Cavallini Acuña, Presidente del Tribunal de Honor y Ética, señaló que para quienes integran este órgano del COLPER, el voto lleva implícito una acción política poderosa, un criterio imperioso, una demanda firme, una voz potente, es derecho de ley, no se puede hacer uso de esta herramienta de manera irresponsable, sin pensar, sin analizar, sin reflexionar, sin meditar en los alcances de una decisión.

“Instamos a la ciudadanía costarricense a ejercer este sagrado derecho del sufragio y poder afirmar que la democracia formal, el sistema electoral y la alternabilidad en el poder, son garantía de nuestro Estado de Derecho”, señaló el Tribunal de Honor y Ética de nuestro Colegio.

Le invitamos a ver el video:

Entre el miedo y el terror

Dr. Oscar Aguilar Bulgarelli. Historiador.

Escribo estas líneas a cuarenta y ocho horas del balotaje del 3 de abril y ante la grave circunstancia para los ciudadanos de tener que escoger entre dos candidatos que, por mucho, les falta todo para merecer ser Presidente de Costa Rica; por ello es que creo que Rodrigo Chaves y José María Figueres, nos ponen en la alternativa de el terror o el miedo.

Con todo el respeto que me merecen Rodrigo Chaves, su movimiento político que no me atrevo a llamarlo “partido” aunque su nombre sea PPSD y sus simpatizantes, lo veo tenebroso y oscuro, ausente de transparencia en decisiones y acciones fundamentales. Tiene como bandera fundamental la lucha contra la corrupción, pues según él, acabando con ella se tendría el dinero necesario para cambiar el rumbo del país en todos lsus órdenes, pero…¡hay en el candidato y su grupo tantos peros!, veamos.

Empecemos por señalar su financiamiento; desde la creación del fideicomiso “Costa Rica Próspera” se dieron negativas para saber quienes lo constituían y cuánto aportaban, hicieron consultas al TSE sobre si era legal hacer un esquema de financiamiento así para fundar un partido, de lo que reciben una respuesta positiva con la observación que, una vez fundado el dinero debía ingresar a la tesorería partidaria; sin embargo no solo crean el fideicomiso antes de recibir respuesta, sino que a pesar de ella lo siguen utilizando ilegalmente y ahora el 31 de marzo hay un comunicado elaborado por doña Pilar Cisneros que lo tergiversa y lanzan una “noticia falsa” sobre la legalidad de lo actuado que, pocas horas después es desmentida por el propio Tribunal. Por qué mentir en un tema fundamental, qué tratan de ocultar desde el principio las cosas al extremo de aparentaren un debate que Chaves entregaba la información al entonces candidato Feinzaig, por qué la información al TSE se hizo a cuenta gotas y en plazos vencidos? Pero como lo que se hace de noche, de día aparece -dice el refrán- la señorita Sofía Agüero Salazar, quien fuera  asistente de Rodrigo Chaves y muchas veces mencionada desde meses atrás como una de las encargadas del fideicomiso y también hija del diputado electo por San José Waldo Agüero, en reportaje de La Nación del mismo día 31 de marzo hace un relato minucioso, detallado y esclarecedor de la forma ilegal y fraudulenta en que se condujo todo ese negociado, a espaldas de lo dispuesto por el Código Electoral, a tal punto que estas denuncias deberían estar en la primera fila de la Fiscalía General. Hay muchas formas de corrupción: se corrompe la verdad con la mentira, y esa es talvez la peor, pues lleva a la desconfianza.

Otro hecho, en el debate de ayer en Canal 7 don Rodrigo arremete ferozmente contra los llamados “pensionados de lujo”, pues es un tema populista que, indudablemente, atrae simpatías; pero por qué utilizar una y otra vez información falsa, cuando tiene en sus manos los estudios que demuestran la realidad de esos pensionados. La Asociación de Jubilados en Acción le remitió hace meses a él y a doña Pilar los estudios técnicos y actuariales que demuestran la enorme carga de falsedades que sobre esto se ha dicho y que estén, inclusive, en manos de los tribunales de justicia. Y si bien hay casos reprochables, no hay duda, no son todos y son un porcentaje ínfimo con respeto a la totalidad; por eso hablar de 9000 personas que consumen 2 billones de colones, es absolutamente falso , pues hay 62.500 jubilados a cargo del Presupuesto Nacional y su presupuesto en menos de 1 billón de colones, al señor Chaves le han remitido estos estudios que lo ubican en la realidad, para qué?  Mentir, es corrupción.

También ha mentido sobre su equipo para gobernar y, para justificar su inexistencia, ha dicho que tiene contratada una empresa especializada en buscar personal para el sector privado que hará los concursos para ubicar a las personas idóneas. Ahí empieza por demostrar que no tiene idea de la diferencia entre la mentalidad para gobernabilidad y gobernanza, que es básico. Pero, ¿cómo va a ubicar con esa empresa a los 1200 funcionarios que tendría que nombraren menos de treinta días, empezando por sus ministros y presidentes ejecutivos? Otra nebulosa más.

Una característica de su campaña es decir en cada lugar y en cada grupo, lo que ellos quieren escuchar, típica actitud del populismo más criticable. Por eso cae en contradicciones como firmas acuerdos con grupos de iglesias evangélicas que luego son desmentidos por las oficinas correspondientes de esas organizaciones religiosas, pero igual va a la Conferencia Episcopal y los adula o a la Uccaep y los sindicatos. No hay una coherencia entre lo que se dice y se hace, cómo creerle sobre su forma de gobierno.

Para no extenderme más, su constante ataque a la institucionalidad y específicamente a las normas constitucionales, son de extrema gravedad. Chaves dice que no es cierto, pero basta escucharlo en su intervención en el debate del Canal 7, cuando se refirió a su idea de los plebiscitos, las disposiciones de la Sala IV y su ejemplo del TLC, refleja su palmaria ignorancia sobre estos aspectos fundamentales de nuestro régimen democrático. Si a esto le agregamos su idea de gobernar por decreto, la nebulosa que se crea es aun mayor. Si mentir es corrupción, en una democracia, lo peor es corromper las normas constitucionales pues eso nos crea una incertidumbre jurídico institucional enorme.

Muchos otros temas quedan en el tintero que don Rodrigo Chaves no ha aclarado o, más bien, los ha metido en su nebulosa forma de ser; cómo por ejemplo la verdad sobre su salida del Banco Mundial y la compra de su casa en un millón de dólares en efectivo, ¿por qué? Pero por ahora ahí queda, sumido en su campaña caracterizada por su orgullo, prepotencia, vanidad, egocéntrica propia para un “presidencialismo imperial” llena de llamados al odio y la división entre costarricenses que definitivamente… ¡da terror!

Pero en este callejón sin salida en que nos dejaron el 6 de febrero, don José María Figueres también tiene lo suyo, y da miedo. Creo que el fardo de pecados de su pasado, no pasa fácilmente por la rejilla del confesionario ciudadano y, sin faltar, al secreto de confesión pues no somos sacerdotes, recordemos algunos: caso Chemise, cierre del Banco Anglo y del INCOFER, la garroteada a los educadores y su nefasta ley de pensiones, huelgas, inflación y para cerrar con broche de oro, el caso ALCATEL, sobre el que miente pues, si bien nunca estuvo ante tribunales de justicia, se debió al “cachetico” de un buen amigo fiscal que supo prolongar la “investigación” que parecía hecha por el Dr. Chapatín, para que una jueza amigable le diera sobreseimiento por no encontrar delito a juzgar; y aun así pasó casi ocho años disfrutando de los goces de Europa.

Después de perder un proceso interno para el 2018, ahora volvió en búsqueda de la oportunidad de ser presidente, pero también con deudas con los ciudadanos. En primer lugar, y como lo dije en mi libro “Coyotes de la Misma Loma” Figueres representa el neoliberalismo progresista, con un discurso también plagado de populismo y severas contradicciones.

En primer término, debemos señalar que al igual que su contrincante, la corrupción es una de sus obseciones a tal punto que, para no quedarse atrás del Presidente Alvarado también nombró su comité de ética, pero no de tres personas sino de varias decenas y, por ser tantos, se colaron algunos que ni tan puros ni tan castos. Pero el primero con deudas pendientes en este campo es el propio candidato Figueres y su partido PLN sobre el que han pesado fuertes acusaciones por corrupción desde su padre don Pepe, don Daniel Oduber, don Luis Alberto Monge y el desfalco de la Comisión de Emergencia y así una extensa lista en la que cabe el TLC, la Trocha y más.

Pero, además, como puede hablar el PLN contra la corrupción, si su fracción legislativa aprobó y alcahueteó leyes como la Reforma Fiscal, la Ley de Empleo Público y el pago sin autorización presupuestaria de 800.000 millones de colones a la deuda pública en tiempo de Rocío Aguilar, además de otros “detalles” de verdadero cogobierno con el PAC. Y como si fuera poco, todas esas leyes cargadas de violaciones a la Constitución que fueron disimulados por una sala que, más que Cuarta se vuelve cuatrera cuando se une a la rapiña política de nuestra Constitución e institucionalidad, siendo el peor de los casos el pago hecho por la Ministro Rocío Aguilar. Por eso, con esos antecedentes cómo me habla de la lucha contra la corrupción y defensa de la institucionalidad, si la peor corrupción es violar la Carta Magna.

Por último y para no hacer más extensas estas líneas, don José María muestra una indudable unión con el Foro de Sao Pablo y el Socialismo del Siglo XXI representado en su papeleta presidencia nada menos que por su candidata a Vice Presidente Laura Arguedas activista LGBTI+ e impulsora de las políticas de género (aunque no le guste el concepto) en el Ministerio de Educación y otras instituciones. Precisamente, cuando José María Figueres se reunió con el excandidato Fabricio Alvarado y en una entrevista en la emisora cristiana Grupo Stereo Visión, se manifestó contrario a esa política, reconoció su incidencia en el MEP y la necesidad de corregir lo que se ha hecho. Esto provocó la grabación de un video, en que Figueres conjuntamente con doña Laura Arguedas tratan de corregir el rumbo señalando, en síntesis, que respetarán los derechos humanos logrados hasta ahora. Sin embargo, posteriormente Figueres ha reconocido que mantiene su posición con respecto a las políticas de género en el MEP, aunque acepta tener divergencia de criterio con su compañera de fórmula.

Muchas son las contradicciones de ambos candidatos, pero las zonas de luz y sombra son diferentes. Posiblemente por ser un partido tradicional y un candidato ya conocido, fogueado, para bien o para mal, los hechos y las cosas que puedan crear dudas e incertidumbres de don José María Figueres, fundamentalmente, están ahí, se conocen, se les puede hacer una disección política, histórica y social sin mayor problema; por eso crea miedo, se le conoce y se deduce certeramente o no, de lo que puede llegar a hacer, el  pasado de él y Liberación Nacional en la función pública puede ser evaluada con todo rigor y por eso, sin duda, los temores y los miedos de la colectividad.

Por su parte el candidato Rodrigo Chaves Robles tiene más sombras que claridad, como hemos visto. Sintetizo diciendo que su opacidad personal y de su organización, sus contradicciones al opinar un día sobre un tema para luego decir que fue mal interpretado, sacado de contexto y cosas por el estilo, crean desconfianza. Sus afirmaciones sin sustento sobre aspectos relevantes, o el desconocimiento de cosas básicas del Estado costarricense preocupa; su actitud prepotente y redentorista de un pueblo según él mayoritariamente engañado, corrupto y hasta un poco tonto, crea profunda incertidumbre. Si a ello le agregamos que hace menos de dos años era un personaje absolutamente desconocido, alejado del país por más de 30 años y elevado a la candidatura por fuerzas económicas extrañas en un partido cascarón, crea necesariamente mucho terror ciudadano.

Por eso llegamos a este tres de abril, entre el miedo y el terror, tratando de anular a los dos.