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Etiqueta: escuela medicina

UCR: La juanilama da pistas de ser una posible aliada contra el cáncer

La Lippia alba, conocida en nuestro país como juanilama, se adapta a su ambiente. Esto produce cambios genéticos en la planta. Foto: Anel Kenjekeeva, UCR.

Octubre: Mes Mundial contra el Cáncer

Un equipo científico de la UCR comprueba la existencia de un compuesto en esta planta que podría contrarrestar algunas células cancerosas. Pero aún falta más indagación científica.

Su nombre científico es Lippia alba, una planta de la popular familia Verbenaceae, cuyas hojas desde hace bastante tiempo se destacan por sus cualidades medicinales. Probablemente, usted la conozca como juanilama, el nombre común que tiene en Costa Rica.

Pero, ¿es posible que la juanilama también esconda un compuesto con la posibilidad de debilitar el cáncer gástrico y de mama?

La respuesta es sí. Lo encontraron cinco investigadores de la Universidad de Costa Rica (UCR). Sus hallazgos fueron publicados a inicios de setiembre en la revista Journal of Essential Oil Research.

Los científicos son la M. Sc. Natalia Ortiz Chaves y la Dra. Cecilia Díaz Oreiro, de la Escuela de Medicina; el M. Sc. Carlos Chaverri Chaverri y el M. Sc. José F. Cicció Alberti, de la Escuela de Química y del Centro de Investigación en Productos Naturales (Ciprona); y María Fernanda Jiménez, estudiante de Farmacia.

“Nosotros lo que hicimos fue estudiar el efecto de los aceites esenciales de la Lippia alba en líneas de células tumorales. En ella observamos que, de cuatro aceites esenciales de la planta, en uno de ellos existía un compuesto que podría resultar muy eficaz contra el cáncer gástrico e, incluso, el de mama: el geraniol”, comentó Ortiz.

Ojo químico

La caracterización de los aceites esenciales se dio gracias al trabajo de los dos químicos de la UCR.

Los profesionales determinaron cuatro quimiotipos de juanilama basados en las moléculas presentes en cada uno de los aceites estudiados. Uno era rico en carvona, el segundo en piperitona, el tercero en tagetenona y el cuarto en citral.

Esos quimiotipos, a su vez, se forman de distintos compuestos, los cuales también pueden variar según sea el origen de la planta. Justo por esta razón la caracterización es relevante.

“La Lippia alba se adapta a su ambiente. Por ejemplo, si la planta está en algún sitio del Cono Sur, como Argentina, tendrá compuestos específicos que le dan ventaja en el medio donde se desarrolla, distintos a los de una juanilama que crece en Guatemala”, expuso Cicció.

A lo largo del tiempo, ese tipo de adaptaciones producen cambios genéticos en la planta, los cuales inciden en la producción de sus compuestos.

“Los aceites esenciales son una mezcla de compuestos y estos tienden a variar. La caracterización química posibilita saber dicha composición y a qué atribuir un efecto dado del aceite. Si suponemos que el aceite afecta a las células cancerosas, entonces, ¿qué compuesto en particular le da esa facultad? ¿O serán varios compuestos? Esto es lo que nos permite la caracterización: conocer la identidad de los constituyentes de los aceites”, declaró el investigador.

Dicha información sería vital en las próximas etapas. Las investigadoras de Medicina y del Instituto Clodomiro Picado (ICP-UCR) probaron los aceites en distintas células tumorales y analizaron cuál era el más eficaz para afrontar las células cancerosas.

“Hicimos un sondeo general mediante ensayos de viabilidad en líneas celulares de distintos tumores. Vimos cuáles aceites eran tóxicos y que podían servir para contrarrestar las células dañinas. Lo segundo fue ver cuán tóxicos eran los aceites, porque queríamos que el compuesto debilitara las células tumorales y no a las células sanas”, amplió Ortiz.

Así es como se llega al aceite esencial rico en citral, el cual mostró requerir de una concentración muy baja para evitar la proliferación de las células cancerígenas. ¿Por qué es posible este resultado?

La pista ya estaba en la caracterización química. Ahí se determinó la identidad de 54 compuestos. De estos, el geraniol fue uno de los más abundantes en el aceite de la juanilama rico en citral y el que muy posiblemente les hacía frente a las células tumorales.

La investigadoraNatalia Ortiz explicó que el estudio contempló varias líneas de células tumorales de estómago, pulmón, hígado, colon y glioblastoma (tumor en el cerebro).
Foto: Anel Kenjekeeva, UCR.

Lo anterior se indicaba en la literatura científica internacional y, luego, los análisis revelaron que estaba en lo correcto.

Pero los hallazgos no se detuvieron. El geraniol también exhibió una alta especificidad para debilitar las células cancerosas de cultivo, mientras, al mismo tiempo, les permitía a las células sanas continuar multiplicándose.

“En los ensayos probamos los aceites en células sanas y tumorales a fin de saber cuánto se necesita para eliminarlas. Notamos que para contrarrestar las células tumorales se requería cinco veces menos de la sustancia en comparación con las células sanas. Esto es muy bueno porque quiere decir que con una pequeña cantidad de geraniol se podría neutralizar a las células tumorales sin afectar las sanas”, dijo Ortiz.

Más opciones

En la actualidad, solo cerca del 10 % de la biodiversidad vegetal se ha caracterizado con base en sus propiedades químicas y farmacológicas, aun cuando varios de los tratamientos contra el cáncer se basan en compuestos de productos naturales o en sus imitaciones.

Por lo tanto, el estudio del equipo científico de la UCR genera una contribución para encontrar nuevos fármacos a partir de plantas, que desde ya se muestran importantes en el tratamiento de distintas enfermedades. En este caso particular, el cáncer gástrico y de mama, padecimientos que cada año, en promedio, arrebatan la vida de 779 y 561 costarricenses, respectivamente, según el Observatorio Global de Cáncer (GGO).

“En los ensayos de laboratorio vimos que el geraniol estaba funcionando muy bien contra las células cancerosas de estómago y mama. De ahí, escogimos más la parte de estómago, por mi tesis de doctorado. Entonces, probamos más en cáncer de estómago, en tumores primarios, así como en células metastásicas, y nos dimos cuenta de que se podía suprimir su crecimiento de manera similar. Algo llamativo porque las células metastásicas son muy difíciles de erradicar y a veces son hasta más fuertes que el tumor original”, ahondó Ortiz.

De manera complementaria, también se apreció en el geraniol una capacidad para frenar la migración de células cancerígenas a otras partes; es decir, para evitar la metástasis.

El primer paso

El estudio debe entenderse como una investigación básica, que abre la puerta a más exploraciones. Los resultados obtenidos no se pueden extrapolar a un tratamiento inmediato contra el cáncer.

No obstante, sí da pistas para que el geraniol empiece a ser considerado en más estudios y pueda saberse con mayor exactitud si será un aliado ideal de las quimioterapias.

Ahora, el siguiente paso de la investigación será enfocarse en el cáncer gástrico, para conocer más el mecanismo de acción de la sustancia.

Por el momento, se sabe que el geraniol merma la capacidad reproductiva de las células malignas, que es específico (ataca al tumor) y que inhibe la migración de células dañinas. Aunque todavía no se conoce con detalle cómo lo hace.

“Queremos conocer más el efecto del geraniol dentro de las células metastásicas. En mi proyecto de doctorado me he enfocado más en el cáncer gástrico, porque es un tumor que cuando hace metástasis ya no hay cura. La mortalidad en esta etapa es muy alta y, por eso, sería ideal generar una alternativa”, manifestó Ortiz.

Otro aspecto del estudio es el rol del colesterol, una de las materias primas que necesitan las células de cáncer para multiplicarse.

Se ha observado que el geraniol puede tener un efecto antitumoral al inhibir la síntesis de colesterol. Pero este no parece ser el caso para el cáncer gástrico, por lo cual es crucial seguir indagando el porqué.

Si los resultados son prometedores, el objetivo es pasar a un modelo animal y, luego, al ser humano. Esto podría llevar varios años más y con un costo económico muy elevado.

 

Jenniffer Jiménez Córdoba
Periodista, Oficina de Divulgación e Información, UCR

UCR: Costa Rica contará con el primer ciclotrón para el diagnóstico temprano de cáncer y de enfermedades cardiovasculares

UCR Presente

Desde la medicina nuclear y la física médica, la UCR aportará al mejoramiento de la salud pública del país

La Universidad de Costa Rica (UCR) se coloca a la vanguardia del diagnóstico temprano y el tratamiento oportuno de padecimientos con una alta incidencia en el país –como el cáncer y las enfermedades cardiovasculares– gracias a la instalación de una moderna tecnología inexistente, hasta ahora, en los hospitales nacionales.

Se trata de un laboratorio de ciclotrón o acelerador de partículas, que se utiliza para la producción de radioisótopos (un tipo de átomo con la propiedad de emitir energía en forma de radiación ionizante), algunos de los cuales se utilizan en medicina nuclear y molecular. Ciertas de sus aplicaciones sirven para determinar la existencia de células cancerosas en el cuerpo humano, mediante un radiofármaco.

Además, la Institución adquirirá el equipo de tomografía por emisión de positrones y tomografía computada (conocida como PET-CT, por sus siglas en inglés), que representa lo más avanzado en diagnóstico por imágenes no solo de células cancerosas, sino también de otras enfermedades como las cardiovasculares y neurológicas.

El ciclotrón es coordinado por el Centro de Investigación en Ciencias Atómicas, Nucleares y Moleculares (Cicanum), conjuntamente con la Escuela de Medicina.

Este proyecto es financiado casi en su totalidad con fondos de un empréstito del Banco Mundial, para la construcción de un edificio y su equipamiento. La UCR, por su parte, asignará recursos propios para adquirir dos escáneres PET-CT.

El inmueble tendrá una extensión de 1 540 m² y estará ubicado en la Ciudad de la Investigación, en la Sede Rodrigo Facio. Se espera que esté listo en el primer semestre del 2020.

En vista de que en su interior se operará tecnología nuclear y material radiactivo, el edificio posee especificaciones técnicas especiales, afirmó el coordinador del proyecto, Ralph García Vindas, director de la Escuela de Física e investigador del Cicanum.

El académico explicó que el edificio incluirá un búnker, donde se ubicará el ciclotrón, un laboratorio de producción de radiofármacos y otro de control de calidad de estas sustancias.

El Cicanum es el único en el país con más de 35 años de experiencia y con especialistas en el uso de aplicaciones seguras y pacíficas de la energía nuclear, recordó García.

El ciclotrón es un “proyecto país” porque se efectuarán allí todos los estudios que son necesarios y que no se realizan en la actualidad

En el proyecto del ciclotrón ha participado el Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA), que ha colaborado en la elaboración de los estudios de factibilidad y en la asesoría y la capacitación del personal especializado en la materia.

Medicina nuclear

Como parte del proyecto del ciclotrón habrá un laboratorio de medicina nuclear y molecular a cargo de la Escuela de Medicina. En este se atenderá a los pacientes que sean remitidos por la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS) y por hospitales privados, que requieran estudios especializados para la detección temprana de diversas enfermedades, entre ellas el cáncer.

Lizbeth Salazar Sánchez, directora de esa escuela de la UCR, destacó que, en el mundo, los diagnósticos que se realizan con la tecnología PET se aplican a una gama amplia de enfermedades, no solamente al cáncer.

“Toda la parte clínica de este proyecto tiene que ser manejada por médicos, desde que el paciente llega para analizar si un estudio le compete, cuáles son las condiciones que debe tener un paciente, cuándo se le administra el radiofármaco, etc. Por todo esto, es necesario que esté presente el área de medicina”, indicó la académica.

Según Salazar, la Escuela de Medicina cuenta con personal capacitado para atender el laboratorio; entre este, dos médicos nucleares, uno de ellos es, además, radiólogo.

“Este es un esfuerzo de la Universidad de Costa Rica para la sociedad, para la salud de la población costarricense, pues se pone a disposición de todos, de manera asequible, los estudios sobre medicina nuclear. La idea de nosotros no es lucrar”, puntualizó.

El ciclotrón es un “proyecto país”, reafirmó Salazar, porque se efectuarán todos estos estudios que son necesarios y que no se realizan en la actualidad.

Asimismo, el impacto en la parte académica es fundamental, ya que no existe una infraestructura adecuada para la formación de médicos nucleares.

“La UCR va a abrir el campo de la medicina nuclear para la formación de profesionales. Iniciamos nosotros, pero apoyaremos a las otras escuelas del área de la salud que también quieran involucrarse”, añadió.

En Centroamérica, la Escuela de Medicina de la UCR será pionera al contar con un proyecto en medicina nuclear. A nivel latinoamericano, existe uno en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y otro en la Universidad de São Paulo, en Brasil, donde actualmente realiza su especialidad un médico de la UCR.

“Nuestro objetivo –agregó Salazar– es apoyar a la CCSS, pues son ellos quienes manejan y dan el tratamiento relacionado con el cáncer. Nosotros colaboraremos con diagnósticos que son necesarios para la mayoría de los pacientes con cáncer y enfermedades cardiovasculares, la primera causa de muerte en el país”.

¿Cómo actúa un radiofármaco?

El radiofármaco que se elaborará para el diagnóstico y el tratamiento del cáncer está compuesto por una molécula combinada de glucosa y flúor-18, a la que se le denomina fluorodesoxiglucosa (FDG).

El flúor-18 es un isótopo radiactivo. Se administra a los pacientes mediante una inyección intravenosa. Una vez inyectado, el paciente descansa por un espacio de 30 minutos y, luego, se le realiza el diagnóstico en el equipo PET-CT. Este estudio es como una especie de radiografía en tres dimensiones, muy similar al que se efectúa con la tomografía axial computarizada (TAC).

Los órganos con tejidos cancerosos atrapan la FDG y se ven reflejados en la radiografía. Esta técnica evita que se tengan que efectuar intervenciones quirúrgicas exploratorias para conocer el estado de la enfermedad, lo cual representa un ahorro en recursos materiales y humanos, así como en una mejor calidad de vida para las personas enfermas.

“Con las sustancias radiactivas que produce el ciclotrón se puede detectar células malignas en una baja cantidad y se puede ver si la persona tiene cáncer y, así, dar un tratamiento temprano a los pacientes. También, se pueden hacer estudios de cardiología, neurología y de enfermedades infecciosas”, indicó Lizbeth Salazar Sánchez, directora de la Escuela de Medicina de la UCR.

 

Patricia Blanco Picado

Periodista Oficina de Divulgación e Información.

Información tomada de: http://www.ucr.ac.cr/

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UCR: Peligra calidad de la formación médica en el país

UCR clama por derechos de sus estudiantes de medicina y cirugía

 

Rocío Marín González,

Periodista Oficina de Divulgación e Información

Fotografías de anatomía para sitio web de Medicina
En defensa de las y los estudiantes de medicina y cirugía de la Institución, tanto la Rectoría como la población estudiantil de la UCR, han presentado las acciones legales pertinentes, relativas al proceder de la CCSS en esta temática. (foto archivo ODI).

La Escuela de Medicina de la Universidad de Costa Rica (UCR) hizo el día de hoy un llamado de atención sobre las consecuencias que tendrán en la calidad de la formación médica en el país y en la población estudiantil de la carrera de Medicina y Cirugía, las disposiciones tomadas por la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS) con respecto al internado rotatorio universitario.

Según se indica en un comunicado suscrito por la Dra. Lizbeth Salazar Sánchez, directora de la Escuela de Medicina, el internado rotatorio es un programa de aprendizaje de un año calendario, de enero a diciembre, durante el cual los alumnos adquieren la condición de “internos”, cuyo elemento central es el entrenamiento clínico-académico en una unidad docente hospitalaria, bajo la supervisión de un docente universitario.

Para ese momento las y los internos cuentan ya con un título de Bachiller en Ciencias Médicas, y entre sus labores diarias están la realización de procedimientos médicos como curaciones o suturas, ingresos y egresos médicos, partos, visita a pacientes con el equipo médico, así como trámites administrativos. Deben cumplir una jornada de tiempo completo laboral, jornadas de guardia, y responsabilidades académicas como la asistencia a clases, entrega de asignaciones y realización de exámenes.

Los cambios propuestos el pasado mes de junio por el Centro de Desarrollo Estratégico e Información en Salud y Seguridad Social (CENDEISSS) tocan tres aspectos: la selección de estudiantes que ingresarán al internado, la distribución de los campos docentes, y el programa de Internado Rotatorio Universitario Único.

En cuanto a la selección, la CCSS ha dispuesto que para ingresar al internado se deberá aprobar un examen realizado por un ente privado denominado International Foundations of Medicine (IFOM, por sus siglas en inglés), prueba que tendrá un costo económico aún no definido por parte del CENDEISSS, que podría rondar los $75, que deberán ser cubiertos por las y los estudiantes. “A estas alturas, explicó Salazar, solo se ha suministrado un temario altamente inespecífico en sus objetivos y carente de la bibliografía por consultar. Tampoco se conoce cuál será la nota de aprobación del examen, y se indica que no se aceptarán eventuales apelaciones”.

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“La UCR defenderá todo acuerdo que responda de manera justa y oportuna a la cooperación interinstitucional CCSS-UCR y que tenga como eje central la defensa de nuestro sistema de salud, y se opondrá a toda medida que atente contra una formación médica de calidad y que anteponga intereses particulares en detrimento de nuestra seguridad social y el bienestar de la población”, recalcó la Dra. Lizbeth Salazar. (foto archivo ODI).

Entre los compromisos del IFOM con las universidades se encuentra realizar un estudio que permita adecuar el examen al sistema de seguridad social y la epidemiología propios del país, lo cual no se ha hecho ni está en curso. “Este simple hecho posibilita que dicho examen no cubra temas relevantes de nuestro sistema de salud, y que no exija, a los posibles internos, conocer los procedimientos y protocolos necesarios para atender y tratar de manera apropiada a nuestra población”.

En cuanto a la distribución de los campos docentes, es decir, la asignación de las y los internos en cada centro médico, la CCSS ha establecido que se realizará de manera aleatoria, entre quienes aprueben el examen y cumplan los demás requisitos solicitados por el CENDEISSS. “Esta distribución al azar de los campos docentes vulnera derechos de la población estudiantil de la UCR, pues contraviene el Convenio Marco de Cooperación CCSS-UCR suscrito en el 2010, en el cual la CCSS se comprometió a facilitar los campos docentes que la UCR requiera, con la única limitación de la capacidad instalada de sus unidades docentes y la continuidad de los servicios de salud, lo mismo que el Reglamento de la Actividad Clínica Docente en la Caja Costarricense del Seguro Social, aprobado por la Junta Directiva de la CCSS, el cual en su transitorio establece que se respetarán los campos docentes de la UCR”.

Para Salazar la asignación aleatoria de estos campos docentes atenta contra el derecho de la población estudiantil de la UCR a cursar sus planes de estudio, pues ese mecanismo hace casi seguro que una parte importante de dicha población no podrá cursar sus estudios con los profesores universitarios idóneos para su preparación profesional. “Esta asignación aleatoria es lesiva pues obstaculiza la preparación profesional médica de calidad que ha distinguido a la UCR a lo largo de su historia, en cumplimiento del objetivo de fortalecer el sistema nacional de salud, y nunca con el fin de satisfacer intereses privados de particulares”.

Denuncia Salazar que no obstante que a lo largo de los últimos meses, autoridades, docentes y estudiantes de la UCR han intentado, por diversos medios, establecer una comunicación adecuada con el CENDEISSS para llegar a un acuerdo que no perjudique la calidad académica en materia de salud, y responda a la necesidad de fortalecer los servicios que brinda la CCSS a la población costarricense, esto no ha sido posible. “La negativa del CENDEISSS a negociar todos los puntos del acuerdo, y su silencio ante los numerosos interrogantes en torno a las implicaciones de los cambios, han obligado tanto a la Rectoría como la población estudiantil de la UCR, a presentar las acciones legales pertinentes, relativas al proceder de la CCSS en esta temática”.

Para la directora de la Escuela de Medicina, resulta inconsistente y contraproducente que las decisiones de la CCSS imposibiliten el uso efectivo de los recursos que el propio Estado ha invertido en la formación de las y los futuros profesionales en medicina, toda vez que se reducirán sus posibilidades reales de concluir su formación académica de forma oportuna. “La UCR ha actuado de manera responsable a lo largo de los años, definiendo el número de cupos de admisión en Medicina, tomando en cuenta los cupos para el internado de acuerdo con lo formalizado con la CCSS. Este actuar responsable es coherente con el compromiso institucional de usar de forma efectiva los recursos que el Estado pone a disposición de la Universidad por medio del Fondo Especial para la Educación Superior (FEES)”, concluyó.

 

Información tomada de: http://www.ucr.ac.cr/

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