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Etiqueta: estabilidad emocional

SUBJETIVIDAD “LOCK DOWN”

Por Memo Acuña (Sociólogo y escritor costarricense)

Como si ya estos tiempos posmodernos no fueran complejos y comprometieran las estructuras de las relaciones sociales y supusieran un desafío importante para la persona, su identidad, su estabilidad emocional y sus capacidades colectivas, la pandemia y lo que supuso terminó por hacer más complejos los escenarios para todos, para todas.

Los supuestos de convivencia, construcción de conjunto, capacidades para contender los riesgos y las amenazas dieron paso a la incertidumbre, el temor, el “reseteo” de las formas existentes para comportarnos de forma razonable, equilibrada, buscando el bien común.

Ciertamente muchas cosas llegaron para quedarse en estos dos años de pausa civilizatoria.

Entre ellas la posibilidad de mirar con ojos distintos a la ciencia y sus aportes, el uso de las nuevas formas comunicativas (lo virtual, lo remoto, lo asincrónico), el acercamiento de muchos públicos y audiencias a nuevas formas de conocimiento, estéticas, arte, expresividad.

Pero también llegó para permanecer de forma prolongada, la interrupción del proyecto colectivo, las rutas para fortalecer de nueva cuenta la capacidad de habla y la escucha asertiva. Pareciera que a esta hora, la humanidad toda debiera aprender a caminar de nuevo, como acto reflejo ante lo que recién inicia, pero particularmente, frente a la subjetividad clausurada y confinada que se ha instalado a toda marcha.

A la generación joven de los años ochenta se le denominó “la generación perdida” por los déficits en materia educativa. Pero el rezago que se advierte en todos los órdenes de la vida social como producto del apagón societario de los últimos dos años es inminente, si no se activan desde ya las estrategias para reescribirnos como seres humanos.

Por ello es importante reponer de nuevo la vida pública, el espacio público habermassiano, el detalle de compartir, como conversaba con mi querido profesor, compañero de trabajo y con quien he compartido caminar por la región que somos, Abelardo Morales Gamboa o impulsar procesos de “acupuntura social” como bien se lo he escuchado mencionar varias veces al artista plástico y Decano del Centro de Investigación, Docencia y Extensión Artística (CIDEA) de la Universidad Nacional, en Costa Rica.

Ambas propuestas son claras. Para abrir esa subjetividad clausurada, es urgente reinventarnos.

¿Hay un después del COVID 19 o deberemos aprender a vivir con él?

Miguel Sobrado

Nuestro sistema de salubridad social ha tenido hasta el momento una capacidad de respuesta, respaldada por la educación y disciplina del pueblo, muy exitosa y ejemplar, a pesar de la inestabilidad amenazante del contexto regional. Se ha logrado mantener aplanada la curva de contagio, aumentar las recuperaciones de los enfermos y un bajo nivel de mortalidad.

Lamentablemente mientras no exista vacuna, si es que algún día se logra tener una que se pueda aplicar a la población mundial (cosa que no se podido hacer con el SIDA), nuestra población seguirá conviviendo con el coronavirus y la economía tendrá que reactivarse progresivamente, procurando que no colapse el sistema de salud. De otra forma el dilema puede llegar a ser morir del coronavirus o morir de hambre y esto puede ser más peligroso para la vida política.

FOCALIZACION DE LOS AFECTADOS Y SUS CONTACTOS EN VEZ DE CUARENTENA GLOBAL

La experiencia de Corea del Sur con el control y aislamiento de los enfermos y sus contactos ha demostrado ser exitosa con el uso de una aplicación que permite el seguimiento, sin tener que recurrir a paralizar la economía. Aquí podríamos hacer lo mismo retomando la participación de las comunidades en los EBAIS, tal como lo hizo en su momento el Hospital sin Paredes de San Ramón, aprovechando la tecnología EDUS de la CCSS e incorporando la aplicación surcoreana.

De tal forma la primera línea de combate se trasladaría a las comunidades, aplicando medidas puntuales preventivas como elevar las defensas, sin afectar el grueso de la economía.

RETOMAR EL EMPLEO DESDE UNA VISIÓN DE PERSPECTIVA ORGANIZACIÓN PARA LA SALUD

No se puede hablar de salud, si la gente no tiene estabilidad emocional ni ingresos para atender sus necesidades. Las comunidades no son entes pasivos, tienen creatividad y buscan en forma individual formas de sobrevivencia, pero sobre todo cuando están organizadas. La asistencia del gobierno central o local, en los momentos difíciles es necesaria y oportuna. La ayuda, sin embargo, dada la magnitud de las afectaciones nunca será suficiente, crea además dependencia, pasividad y reduce la autoestima. La organización de la comunidad para enfrentar el problema genera capacidades, abre senderos y estimula el protagonismo local poniendo en tensión el arco creativo.

Este fenómeno fue muy visible en la experiencia del Hospital sin Paredes, mientras operaron los 151 comités de salud en los cinco cantones (San Ramón, Palmares, Sarchí, Naranjo y Alfaro Ruíz). Los comités no solo establecieron acueductos y letrinas, sino que abrieron caminos, crearon cooperativas y participaron activamente en la vida cívica, siendo semillero de líderes locales y cantonales.

DARLE PROTAGONISMO A LAS COMUNIDADES ORGANIZADAS

Por eso es tan importante, con ocasión del coronavirus, descentralizar la acción de combate trasladándola a las comunidades, para controlar los ´puntos álgidos retomando la experiencia del Hospital sin Paredes y de las cooperativas de autogestión campesina, surgidas como respuesta al calor de una crisis agraria que amenazaba la paz social en los 70s.