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Etiqueta: ética

ENCUESTA NACIONAL: Ética y lucha contra la corrupción Costa Rica

La Percepción de los ciudadanos sobre la Ética y Lucha contra la Corrupción en Costa Rica

La encuesta busca compartir sobre la vivencia de los valores éticos para la práctica democrática, que permita señalar las prácticas fundamentales de la ciudadanía, sobre las bases de una democracia viva, coherente, ética, transparente y dinámica.

Sus aportes son vitales para proponer las condiciones y transformaciones que la sociedad demanda.

Este es un esfuerzo de la Vicerrectoría de Investigación de la Universidad Nacional, el Tribunal de Honor y Ética del Colegio de Periodistas de Costa Rica y el Programa de Participación Ciudadana de la Asamblea Legislativa en el marco del IDEARIO DIÁLOGO NACIONAL

Enlace a la ENCUESTA:

https://www.peadepencuestas.una.ac.cr/limesurvey/index.php/349448?lang=es

Imagen ilustrativa https://veritasonline.com.mx/

Enviado por M.Sc. Efraín Cavallini Acuña.

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Ética y religión en la coyuntura política costarricense

Diego José Zárate Montero

Ciudad de México

  1. Los ateos como víctimas de la libertad religiosa del proyecto 19.099

Parece mentira que un ateo haya sido la primera gran víctima de la singular libertad religiosa que promueven ciertas sectas evangélicas en la agenda política nacional través de sus curules legislativa convertidas en púlpitos, y con el apoyo cómplice, tácito y explícito, de una pintoresca élite política que reúne líderes sindicales y gremios empresariales que están dispuestos a sacrificar el estado de derecho con tal de no ver disminuidos sus privilegios.

El problema político en Costa Rica no es entre evangélicos, católicos y no creyentes. Tampoco es entre heterosexuales y homosexuales, ni entre empleados públicos y empleados privados, ni siquiera entre estado y mercado; es entre una élite política que reúne intereses económicos contradictorios, y por tanto actúan para impedir cualquier solución en las que ellas pierden privilegios. Estos sectores son, de hecho, los enemigos públicos de cualquier reforma fiscal.

Entre el culto a la fe evangélica, y su origen protestante, y las prácticas de algunos cultos devenidos en sectas religiosas existen abismales diferencias, la primera y más importante que hay que reconocerles, es reintroducir el tema de la ética y los valores en la política nacional. La época de la tecnocracia en la administración pública, inaugurada en América Latina como reestructuración luego de la crisis de la deuda en los 80’s, ha llegado a su fin, y el variopinto origen de los diputados del bloque evangélico-que ha despertado un elitismo no menos sectario entre partidarios del gobierno-revela el desgaste de ese modelo político en Costa Rica, y la región. Incluso algunos economistas políticos norteamericanos, como Kotz (2017), consideran que la estructura social de acumulación neoliberal en EEUU llegó a su fin con el gobierno de Trump, iniciando una nueva etapa histórica, aunque todavía nos encontremos en el momento de los regímenes de ruptura o anti sistema, pero que apuntan al resurgimiento de regímenes fascistas en potencias mundiales.

Sin embargo, acompañado de esta introducción de la ética en la política, las sectas religiosas reproducen sus propias prácticas organizativas dentro de la vida política, particularmente las relacionadas con el verticalismo (inherente a la teología cristiana) y la represión psicológica y física de la conducta individual. Es decir, buscan replicar sus prácticas de control del recurso humano a lo interno de su secta como mecanismo político de control de la sociedad, y la lucha por la destitución de Edgar Mora como ministro de educación es un ejemplo claro de esta práctica, como se desprende de las declaraciones del trailero autoproclamado “un costarricense más” que participó como representante en la mesa de negociación (Miranda, 2019).

El proyecto de ley 19.009 autoproclama que busca promover la libertad religiosa porque ratifica que la interpretación del artículo 75 de la Constitución Política, de que no se puede discriminar a nadie por sus creencias religiosas. Es promovido principalmente por los diputados del bloque cristiano y minorías conservadoras, así como del apoyo menos decidido de un sector el PUSC, del PLN y del PAC. Sin embargo, es precisamente todo lo contrario a lo que pusieron en práctica en el caso del exministro Mora, quien era estigmatizado por haber admitido públicamente ser ateo, y a quien convenientemente parecen aplicarle las excepciones del 75 Constitucional, (el ateísmo como un culto que se opone la moral universal y o a las buenas costumbres), y por tanto, creer,  en dicho términos del artículo 6 de dicho proyecto de ley: «ideas  puramente  filosóficas  y  humanistas ajenas a la religión» (Gaceta, Alcance 121)

  1. Las sectas y el totalitarismo

¿Qué clase de contradicción gobierna la voluntad de un líder religioso para legislar en favor de la libertad religiosa y al mismo tiempo oponerse a la libertad de no practicar algún credo teológico? Pues lo que pasa es que dicho proyecto de ley lo que busca es otorgarle ciertos privilegios jurídicos a las organizaciones religiosas que hoy no gozan.

No debe quedar duda que cuando existen contradicciones tan hilarantes y desvergonzadas entre el discurso y la práctica, es porque buscan ocultar dobles y hasta terceras intenciones, muchas de ellas tan perversas como las de Nasson García, quien a pesar de predicar la renuncia a los placeres corporales, mantenía esclavas sexuales entre sus fieles, práctica que comparte con la secta laica de Keith Raniere. Lo cual muestra que el problema no es la religión sino el sectarismo, el cual se caracteriza por la hipocresía de imponer reglas morales a otros, que ni su líder es capaz de someterse.

Así el sectarismo es, de hecho, no predicar con el ejemplo, y por tanto absolutamente todo lo contrario al cristianismo. Por lo que a pesar que muchos políticos se autoproclamen cristianos, finalmente son los actos y no las palabras lo que cuenta en la teología cristiana. Por ejemplo, el personaje de A Puerta Cerrada – de J.P. Sartre- va a al infierno, a pesar de argumentar retóricamente que no se puede juzgar toda una vida por un solo acto. Así, para ser cristiano las palabras no bastan, como no le bastan a Dante para entrar al cielo como le hace ver San Pedro (Canto XXIV) cuando le pide mostrar sus actos virtuosos como moneda de cambio para ingresar al paraíso.

Así, la contradicción que acompaña la ley de libertad religiosa de las sectas religiosas y el denudo público del exministro Mora por reconocerse ateo, es en realidad una grosera evidencia de que tras los pastores de pueblo que hoy se sientan en la Asamblea legislativa hay una élite política, que como los mercaderes del templo que expulsó Jesús, utilizan la fe de los creyentes para enriquecerse, y buscan proteger y aumentar a toda costa sus privilegios.

La presencia de pastores evangélicos en el congreso costarricense hasta el 2018 podría resumirse en la defensa de los intereses económicos del proyecto 19.099. Sin embargo, su radicalización a partir de entonces no fue una casualidad, ya que como insiste Villalta en hacer notar, se nutre del desamparo y la desigualdad crecientes en el país, por lo que entre más pase el tiempo, su estructura política se seguirá fortaleciendo, ya que además, y contrario a sus valores socialdemócratas fundacionales, hoy el PLN ha decidido seguir la estrategia de aliarse moralmente con los valores de las sectas religiosas, y es evidente que ha decidido que las elecciones municipales sean la primera evaluación de resultados, y dejando claro que lo que le interesa es la disputa por el poder y no el buen gobierno y el bienestar del país.

Sin embargo, todos los aliados políticos de los fundamentalistas cristianos no pueden perder de vista que el carácter sectario de esas estructuras se traduce en regímenes políticos totalitarios y represores, a imagen y semejanza de la gobernanza interna de los cultos, y como lo fuera la Iglesia Católica en la época que se escribió La Divina Comedia. Sindicalistas, estudiantes, pescadores, traileros, desempleados, funcionarios públicos empresarios y partidos políticos, que hoy guardan relaciones cordiales con estos grupos religiosos, serán el enemigo mañana si cuestionan la autoridad religiosa que la secta sigue ciegamente, como sucede con Rony Chaves y Fabricio Alvarado.

Esto pasa en países con regímenes abiertamente teocráticos, como Irán, y por eso es absolutamente irresponsable que Costa Rica salga del periodo neoliberal para ingresar a uno totalitario religioso solo para proteger los intereses económicos de una élite política compuesta de sindicalistas y empresarios incapaces de ceder de sus privilegios, y cuya práctica es cada vez más incompatible con las formas republicanas de estado.

  1. Los adversarios de la política democrática

De esta forma, el verdadero adversario de la democracia costarricense es hoy esa élite política, compuesta por igual de líderes sindicales como gremios empresariales, y no la religión evangélica, ni la católica ni sus cultos. Tampoco lo son los migrantes, ni los funcionarios públicos, ni los pescadores, ni los traileros, ni la comunidad LGTBIQ, ni los campesinos, ni los sufridos emprendedores, ni  los desempleados, ni los estudiantes, ni las familias conservadoras, ni las feministas. El famoso problema de ingobernabilidad que otrora denunciara la tristemente célebre expresidenta Chinchilla consiste en el poder de veto dentro de la política nacional que del que pueden disponer algunas coaliciones lideradas por ciertos sindicalistas y del que gozan algunos gremios empresariales, y cuyo lobby legislativo y en otros poderes de la República ha sido evidenciado y ampliamente documentado por casos como la mina Crucitas,  La Trocha Fronteriza o el Cementazo, por mencionar algunos casos recientes.

Por eso es indispensable aceptar la invitación de los cultos evangélicos para regir la vida política de acuerdo con valores, y no solo por argumentos tecnocráticos cuya eficacia es cuestionable y sus efectos adversos socialmente muy costosos.

Una solución equilibrada entre libertad y justicia, tanto en sus acepciones laicas como seculares, al problema político en Costa Rica permitirá la convivencia pacífica y la prosperidad, pero hay que saber de antemano, que no agradará a la élite política que se fortalece del caos y la desidia, y la cual no solo se apoya en una interpretación maniquea de La Biblia, sino también de La Divina Comedia,  y por eso repiten que cuando San Pedro le pide a Dante sus actos virtuosos como moneda para ingresar al cielo, la moneda es solo una metáfora, sino que hay que pedírsela a los fieles a cambio de la salvación, ya sea individual en diezmo, o pública como en exoneraciones fiscales y remuneraciones laborales financieramente insostenibles para cualquier organización pública.

Kotz, David (2017) Social Structure of acummulation, marxist theory and system information. En «Stability and Change in Capitalism».

Union for Radical Political Economics. Chicago, EEUU: ASSA Convention.

La Gaceta (2017) Proyecto de ley para la libertad religiosa y de culto. Expediente 19.099, texto sustitutivo. Poder legislativo. República de Costa Rica. Diario oficial La Gaceta, Alcance 121. San José: Imprenta Nacional.

Hulda, Miranda (2019) El sacrificio de un alfil sigue sin resolver el caos. Semanario Universidad, San José: Universidad de Costa Rica. Disponible en <https://semanariouniversidad.com/pais/el-sacrificio-de-un-alfil-sigue-sin-resolver-el-caos/> (Consultado 6/7/2019)

 

Enviado a SURCOS por el autor.

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Ética y periodismo en las sociedades democráticas

Una discusión más allá de un título

En las democracias modernas como sistema político imperan reglas de oro que salvaguardan, precisamente, la supervivencia del modelo elegido. Esta es la forma en que una sociedad determinada que comparte cultura e historia, deciden, que esa es la mejor forma de convivencia.

Entre estas reglas de oro están el respeto a las ideas ajenas, el diálogo, la tolerancia, respeto a las mayorías y la construcción de consensos alrededor de asuntos medulares de la sociedad.

Por eso es muy cuestionable, que periodistas asentados en medios de comunicación masiva de prensa, radio y televisión, que operan incluso como conglomerados, amigables, arremetan de manera irreverente, fuera de los cánones del buen periodismo, contra la profesión, que los tiene en esa palestra. Menuda ironía y contradicción, más que eso, una profunda inconsistencia, con la formación, que se supone recibieron en sus años de estudiantes de periodismo en las universidades.

En otros países el periodismo no solo es una digna profesión, sino que además, tiene el respeto y la legitimidad de la ciudadanía. Son formadores de opinión pública, y visores de la realidad social, es a través de ellos que se exponen las diversas visiones de mundo, y que tienen el propósito de exhibir los hechos sociales en sus diversas perspectivas, con absoluta objetividad, veracidad y equilibrio, respetando los puntos de vista de las fuerzas sociales que se generan en una sociedad libre, democrática, plural y diversa.

Pensar que el periodismo no es una profesión, que rebajada a la categoría de oficio, incluso de pasatiempo y nuevo nicho de empleo, es tener una visión muy pobre, cortoplacista, ahistórica, utilitarista y banal de lo que en el mundo moderno llamamos prensa de opinión, periodismo e información. Porque estimados colegas, el país ha invertido parte de la riqueza social que produce en formar profesionales en las diversas carreras que requiere el desarrollo, no solo material, sino espiritual, emocional, cultural y en general en la formación de consciencia, entre ellas el periodismo.

El periodismo como lo vivimos y sentimos los miembros del Colegio de Periodistas, y desde el Tribunal de Honor y Ética del Colegio de Periodistas es un periodismo al servicio de la información relevante con vocación de servicio público, con sentido de bien común. Por eso cuando se defiende la profesionalización, señores no estamos protegiendo un privilegio, ni una regalía, ni un plus, ni un cartoncillo, menos de los que se compran por ahí. Hablamos de un afán social, de una respuesta a una necesidad definida y bien argumentada por académicos e intelectuales de la época. Nos referimos a la profesión que desde 1969, fue considerada una necesidad para que el pueblo, la sociedad como un todo tuviese, la oportunidad de confrontar las lecturas de los hechos que la actualidad y la sociedad vivían.

¿Cómo pensar que miembros extraordinarios, editorialistas de los más prestigiosos medios de comunicación, excelentes periodistas de oficio, cronistas y formadores de opinión como Ricardo Castro Beche, Julio Suñol, estaban equivocados? Pues fueron ellos entre muchos otros, quienes fueron pioneros, propulsores e inspiradores del Periodismo como profesión la profesión, quiénes advirtieron la necesidad social, la coyuntura y el contexto para crear la Escuela de Periodismo. Entonces, cómo podemos entender el retroceso de los que niegan la existencia del periodismo profesional, hasta el punto que Directores de medios, que fundaron éstos brillantes ciudadanos se atrevan a señalar, que no hace falta la formación académica para ejercer tan digna profesión. ¿Cómo desconocer el profundo interés y razón que justificaron históricamente la profesionalización del periodismo en Costa Rica?

Hoy en un contexto abigarrado de información fútil, de excesos de discursos, muchos de ellos, sin sentido, objetivo ni meta, simplemente como práctica, como ritualismo volutivo, parecen desplazar la información como información relevante, como capacidad de entender el mundo a través de sus mediadores, los periodistas. El contexto en donde los hechos noticiosos se pasaron de acera, y se convirtieron en fanfarria, en circo, en show mediático en los medios de comunicación, solo es una tendencia global, mercantil, subsidiaria de nuevas formas de comunicación e interacción, siendo su plataforma fundamental las redes, las aplicaciones de internet y en general las otras formas y géneros propias de esta era digital. En síntesis, reconocemos en teoría un novedoso modelo empresarial, pero eso no les da ningún derecho para interpretar y generalizar que la profesión del periodismo no existe, que es irrelevante, sustituible y desechable, y que cualquier persona tiene la capacidad para traducir los hechos sociales en materia comprensible para la convivencia social.

De igual manera, con los cambios tecnológicos e innovaciones, otras profesiones sufren el impacto de los cambios, el avance de los conocimientos, la innovación de teorías y procedimientos, sin embargo, esto no hace que el médico, el sociólogo, el odontólogo, el abogado, el ingeniero, arquitecto, dejen de ser profesionales, porque cambiaron las formas de realizar o entender el ejercicio de esa profesión. Menos aún, que porque existe un arsenal de conocimientos en todas esas disciplinas diseminadas en la red, éstas las pueda ejercer cualquier persona, por el simple hecho de que tiene un programa, una aplicación, o un seudo medio y maneja mucha información.

La educación y la formación profesionales son también bases fundamentales de los regímenes democráticos, ellos son responsables del continuum cultural, del acervo civilizatorio, de la tradición, del avance y del progreso. Entre este bagaje se sitúan los valores, las profesiones, los aportes tecnológicos, filosóficos y espirituales de una sociedad. No en vano se ha reseñado que Costa Rica desde la República Liberal apostó por el camino de la educación como fuente de progreso, como mecanismo para redistribuir la riqueza social. Ahora resulta que, una transformación tecnológica, que además es de carácter civilizatorio, pone en entredicho, aspectos fundamentales de la vida y de la Sociedad. Como son las reglas del juego democrático.

Cuando se habla de un Colegio Profesional, se debe atender al trasfondo de su origen. Lo que la Sociedad en su marco institucional declaró como necesario para salvaguardar el ejercicio idóneo del mismo. Nadie puede señalar que se trata de un capricho, privilegio o dádiva. Porque el espíritu de la fundación de los Colegios profesionales, no es la ambición gremialista, ni la mezquindad intimista privativa o prerrogativa clasista, esos no son los valores que la animan, sino la protección que deben tener los ciudadanos frente a los excesos, abusos y disrupciones de quiénes en forma irresponsable asaltan las redes y sustituyen el deber de informar con conocimiento, con objetivos claros, del deber ser del quehacer informativo. Porque la Sociedad debe velar para que el ejercicio de quienes informan, relatan, reflexionan, comentan los hechos de la vida social sea transparente, en su forma y fondo. Muchas de las informaciones que recorren las redes, se basan en supuestos, mentiras, falacias, que trastocan la realidad y reproducen medias verdades que contribuyen a la sensación de caos, inestabilidad, desorden y desesperanza.

Una sociedad inteligente, progresista, civilizada como Costa Rica, no puede aceptar, que en esta coyuntura de profundas transformaciones culturales, se deje a la libre el ejercicio de una honorable profesión, cuya dignidad, ha sido puesta a prueba en momentos de crisis social y moral. Mientras que en el mundo actual la anarquía, la violencia, el desorden y la barbarie amenazan el orden, el equilibrio social y la paz, deben existir reglas claras en el ejercicio de la profesión periodística.

En este punto de la reflexión ¿nos preguntamos qué es lo que se cuestiona del periodismo actual?

Si bien es cierto, las salas de redacción hoy, no son necesariamente físicas, pues los profesionales se instalan en sus propias áreas de trabajo con sus teléfonos y computadoras, y la urgencia del raiting y la instantaneidad, hace rato pasaron la factura a las buenas formas de comunicar, de transmitir, y de narrar, no es menos cierto, que la calidad informativa en sus diversas modalidades ha dejado de ser importante. Resalta pues como la deformación plástica, visual, auditiva y sensorial en general, no sigue cánones, ni estéticas, mucho menos atiende a las normas de los formatos, tal y como los estudiamos aprendimos y generábamos. Es decir que la escritura de la información y las estructuras narrativas, sucumbieron frente al mundo digital, generando otras formas de lenguaje sin reglas.

La libertad de información, de expresión, de acceso a la información, por supuesto son y deben seguir siendo derechos humanos fundamentales. Pero hay otros muchos derechos que tienen igual estatus jurídico, El derecho a la vida, a la privacidad, a la intimidad, a la seguridad, entre otros. Incluso el derecho de ser bien informado, porque también es un delito la difamación, la exposición de hechos falsos, la subversión, la anarquía y el llamado al desorden social del cual Costa Rica no se exime. Por eso resulta deleznable, que en aras de liberalizar el ejercicio de quienes acceden a las redes como informantes, se confundan con las funciones profesionales del periodismo. A nivel privado cada quien ejerce su derecho de comunicabilidad, pero como ejercicio público con marcado interés común y con fines sociales, nos encontramos con el campo del periodismo. No importa si éste es en prensa, radio televisión o incluso en medios digitales. Hay una responsabilidad, un compromiso una acción colectiva, que lo impulsa, que lo compele a hacer de éste ejercicio una misión con vocación, se trata de una acción ética.

Quién y a quiénes se les puede exigir un compromiso moral, con lo que se cuenta, narra, informa y divulga en medios digitales y físicos, sin que tengan ninguna clase de reglas, solamente porque se reconoce el derecho individual de informar, de hablar, de interactuar de manera masiva. Castells ha redefinido la vida en la Red, y aunque fue el gurú de la libertad extrema y del triunfo de la democracia digital, hoy dista mucho de esta perspectiva entusiasta y eufórica y ahora ha cambiado esta posición por una más mesurada, entre caótica y apocalíptica, en el sentido de que esta disrupción cultural deja más encrucijadas, más retos, muchas otras ironías, porque no se han creado las reglas del juego que desbordaron la democracia.

Una reflexión final, toda profesión deviene de una necesidad social, el periodismo también, por eso hoy más que nunca en un mundo hiperconectado, donde la comunicación es la plataforma de la acción social, la cuarta revolución humana donde la vida social transcurre por la redes y el mundo digital conforma la psiquis y el quehacer cultural económico y social, el periodismo está vigente, fuerte y lo que se requiere , es diferenciar el mundo de la comunicación a secas, cotidiana, privada, recreativa , de aquella que tiene una función de transformar y fortalecer las democracias . Cada profesión tiene su propia Ética y esa hay que defenderla. Somos profesionales, formados y competentes, dignos, honorables e idóneos, mucho más allá de un cartoncillo, como han sugerido lamentablemente algunos colegas.

Dra. Beatriz Pérez Sánchez

Periodista

 

Enviado a SURCOS por M.S.c Efraín Cavallini Acuña, Presidente Tribunal de Honor y Ética, COLPER.

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UNA: La Ética en la práctica profesional de la planificación económica y social

UNA buena praxis ética en la planificación económica y social lleva a buscar el bien común, promover la protección para los más vulnerables, prevención, precaución y prudencia

Lección Inaugural del I Ciclo 2019 de la Escuela de Planificación Económica y Social

José Matarrita Sánchez

Este miércoles 20 de marzo de 2019 la Escuela de Planificación y Promoción Social realizó su Lección Inaugural del I Ciclo del 2019 bajo el tema “La ética en la práctica profesional de la planificación económica y social”.

En el evento tuvo como conferencia de fondo al académico de la Universidad Técnica Nacional-UTN el Dr. José Matarrita Sánchez, especialista en bioética.

La actividad contó con la participación del Dr. Norman Solórzano Alfaro, Vicerrector de Docencia; el M.Sc Luis Fernando Morales Abarca, Director de la Escuela de Planificación y Promoción Social-EPPS; la señorita Allison Quintanilla Hernández, Presidenta de la Asociación de Estudiantes-ASOPPS, así como estudiantes y académicos de la carrera.


M.Sc Luis Fernando Morales Abarca (izquierda).

El Director de EPPS comentó que a partir de junio de 2019 iniciará el proceso de la re – acreditación de la carrera, así también se realizarán cambios curriculares en esta Unidad Académica y se pretende tener listo el Plan Estratégico 2020-2030; por ello la Escuela busca a formar estudiantes comprometidos con la universidad y la comunidad nacional para lo cual la ética juega un papel fundamental.


Norman Solórzano Alfaro.

El Dr. Solórzano, dijo que involucrar la ética en el desempeño profesional marca un hito para la Escuela de Planificación, porque va más allá de un discurso de doctrinas éticas, se trata de marcar el compromiso que se tiene, como estudiantes y profesionales, por tratar de construir formas de convivencia en las cuales el proceso de aprendizaje sea un proceso que permita el crecimiento y la vida: “Es necesario afinar las herramientas éticas que queremos transmitir a nuestros estudiantes, indicó el Vicerrector”.

Allison Quintanilla Hernández.

Para la Presidenta de la ASOPPS, Allison Quintanilla Hernández, la ética también es parte de los compromisos que asumimos en las universidades públicas para apostar a la transformación social. Es impensable el cambio social sin un posicionamiento claro en la ética, la educación y la política, y esto es reafirmante al reconocer que ninguna de las anteriores variables se encuentra disociadas, lo vemos de manera cotidiana en el quehacer de la planificación económica y social: “Nosotras las personas estudiantes en planificación económica y social nos hemos dado cuenta, que es necesario transcender de la academia y los discursos hacia la realidad social que enfrenta el país, pero también tenemos retos por asumir y discursos políticamente correctos por desmontar, discursos que nos hablan de lo ético, pero sin compromisos en la práctica, es decir; una profundización bioética de nuestra disciplina debe empezar por deconstruir inicialmente los discursos y transformarlos en prácticas realmente éticas y comprometidas con las personas y sus realidades”, indicó la estudiante.

El Dr. Matarrita inició su conferencia explicando la diferencia entre moral, ética y moralidad. El primer concepto corresponde aquello que, por convención, se han establecido como bueno y malo, el segundo concepto corresponde a definir entre lo correcto y lo incorrecto, mientras que el tercer concepto, remite a las costumbres dominantes que predominan en una sociedad. Sin embargo, vistos de esta forma puede pensarse que estos conceptos son similares entre sí, por ello, se debe remitir a la etimología de las palabras; moral viene del griego y significa “costumbres”, mientras que ética, también del griego, remite al análisis de estas costumbres morales y moralidad seria la construcción de una sociedad a partir de las costumbres morales dominantes.

Matarrita, expresó que la ética en la carrera es fundamental: “si las personas tienen ética entonces tienen moral, de ahí, que se debe concientizar tanto a académicos y estudiantes, dado que nos afecta diariamente y se convierten en temas cruciales para la sana convivencia y actuar como personas”. De hecho, citó el ejemplo del vacío de la ética en la corrupción “que nos supera en edad a todos” o el ejemplo del daño moral en una institución donde lo normalizado es ineficiencia al trabajar.

También comentó diversos problemas que afectan la praxis de la carrera y posibles soluciones de esta. Entre las problemáticas destacó, la relatividad de los valores y la gran violencia que se vive actualmente. Dentro de las soluciones para estas problemáticas -a partir de una buena praxis ética en la planificación económica y social- son: buscar el bien común y promover la protección para los más vulnerables, prevención, precaución y prudencia. En este sentido, Matarrita indicó que la idea de desarrollo social debe darse por imperativo ético que atienda los intereses de cada uno de los seres humanos. Una ética del cuidado, de la preocupación por las personas y por la naturaleza.

El evento finalizó con una sección de preguntas de los estudiantes al conferencista.

Colaboración:

Diana Arias Chavarría- Estudiante Enseñanza de la Ciencias

Efraín Cavallini Acuña-Académico EPPS-

Fotografías: Eliécer Berrocal Sánchez-Ofic. Relaciones Públicas UNA

Enviado por M.Sc. Efraín Cavallini Acuña, Asesor Comunicación, Rectoría UNA.

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UCR: Comunicadores se pronuncian sobre cobertura mediática de femicidios en el país

UCR Comunicadores se pronuncian sobre cobertura mediatica de femicidios en el pais
Unidad académica hizo un llamado para que los medios de comunicación ejerzan la libertad de expresión desde un marco ético y respetuoso de los derechos humanos. (Fotografía con fines ilustrativos). Foto: Karla Richmond.

La Escuela de Ciencias de la Comunicación Colectiva (ECCC) de la Universidad de Costa Rica (UCR) se pronunció este 09 de agosto sobre el tipo de cobertura y tratamiento periodístico desarrollado por los medios de comunicación al abordar los casos de femicidio en el país.

La unidad académica reiteró su compromiso con la promoción de un ejercicio periodístico responsable, al tiempo que hizo un llamado para que la prensa ejerza la libertad de expresión desde un marco ético y respetuoso de los derechos humanos.

Pronunciamiento completo:

Las últimas 72 horas han sido tristes e impactantes para nuestro país. El femicidio de María Trinidad Mathus Tenorio, mexicana y turista se suma a la larga lista de 16 femicidios perpetrados en lo que va del año. Estas mujeres fueron asesinadas por el hecho de ser mujeres, tanto a manos de sus ex parejas y parejas como por desconocidos.

En un contexto de violencia y repudio nacional ante estos hechos, Diario Extra, en su edición del día martes 7 de agosto de 2018, publicó en su portada una fotografía póstuma de María Trinidad resaltando la violencia de los hechos sin enfocarse en quién era ella como persona. Se evidencia así un irrespeto no solo a su vida sino a la vida de todas las mujeres en nuestro país.

Como Escuela de Ciencias de la Comunicación Colectiva, promovemos un ejercicio profesional de la comunicación que sea responsable y respetuoso de los derechos humanos de todas las personas en la cobertura mediática y especialmente en las noticias asociadas a la violencia contra las mujeres.

Como centro de educación superior, formador de profesionales en comunicación, fomentamos y apoyamos el ejercicio de la libertad de expresión desde los medios de comunicación, pero también hacemos un llamado para que esta libertad se ejerza en un marco ético y de respeto a los derechos humanos.

Los medios son un referente de aprendizaje y representación para las personas; pueden generar efectos fundamentales sobre la autoimagen, el autoconcepto y otras conductas.

Condenamos los tipos de cobertura que atentan contra la dignidad humana, contra la irrepetibilidad y el sentido único que representa cada ser humano. Este tipo de cobertura es una forma brutal de hacer comunicación que evidencia el desprecio a la vida y a la muerte de las mujeres.

A todos los medios del país y profesionales de la comunicación les hacemos un llamado a la autocontención responsable que acate los principios esenciales de la vida y el respeto a la dignidad humana.

Proponemos e invitamos al diálogo entre profesionales de la comunicación para configurar nuevos modelos de hacer comunicación y superar estas formas de tratamiento informativo.

 

Andrea Méndez Montero

Periodista, Oficina de Divulgación e Información.

 

Información tomada de: http://www.ucr.ac.cr/

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Los pobres estafados de siempre ¿una vez más?

Hernán Alvarado

 

Los mismos de siempre

Hemos visto, a lo largo de muchos años, que los políticos vienen a pedir el voto a los “pobres”, siempre para sacarlos de la pobreza. Tal como los falsos profetas vienen a pedirles el diezmo, para salvarlos del infierno. Pero, ni unos los han sacado de la pobreza, ni los otros los han salvado nunca del infierno; pues, para empezar, como la Iglesia católica ha reconocido, el infierno no existe, como tampoco ha existido hasta ahora el paraíso de la justicia social. Campaña tras campaña, esos mismos políticos, y sus patrocinadores, se han enriquecido cada vez más, mientras los “pobres” se han empobrecido un día si y el otro también.

Casi todos esos políticos son igualitos, hablan igual, visten igual, prometen lo mismo. Siempre con frases ingeniosas, hacen un esfuerzo por parecer sinceros. A veces hablan con números, con porcentajes y todo, a veces presentan metas, con esa “seguridad” que convence a cualquiera. Los más audaces, hasta dicen que vienen de familias pobres, que son como ellos y conocen sus necesidades. Claro, hace tanto tiempo de eso, que ya nadie en el barrio se acuerda de ellos.

Casi lo mismo

Pero, al final de su respectivo gobierno, volvemos a lo mismo, y su lucha contra la pobreza vuelve a quedar en palabras que se llevó el viento. No obstante, casi todos gastan algo o mucho en estrategias y programas, pero la pobreza sigue aumentando o se mantiene igual, en vez de disminuir. Eso no impide que, cada cuatro años, vuelvan los siguientes políticos con el mismo cuento. A su demagogia habría que sumar las causas estructurales, esas que ninguno quiere reconocer, pues no resulta conveniente admitir, electoralmente, que el sistema capitalista produce pobreza, tanto como produce riqueza.

Este gobierno puede rajar con haber encontrado una estrategia (“Puente para el desarrollo”) con la que ha logrado disminuir, en algunos puntos porcentuales, la pobreza; un avance pequeño, solo que en un tema que tiene años de estar estancado. Pero es un resultado tan frágil como que, si perdiera el PAC, puede que retroceda. En honor a la verdad, si uno de los dos candidatos actuales sabe con propiedad algo sobre este tema, ese es, sin lugar a duda, Carlos Alvarado.

Un nuevo demagogo

Pero ahora ha llegado otro “salvador” de los pobres. Igual a los demás, con el mismo traje y el mismo tono, engaña, promete y miente sin vergüenza. Dice que tiene las manos limpias, pero será por no haber hecho nada que lo haga merecedor de una silla presidencial; ya que, sin haber llegado aún al poder, él y su partido tienen varios cuestionamientos sin aclarar. Además, la gente que ahora le rodea deja mucho que desear. A tales cuestionamientos, ese candidato responde igual que los demás: no sé, no sabía, estamos trabajando en eso, eso es responsabilidad del Comité ejecutivo, ya cumpliremos como es debido, no he leído a mi pastor espiritual, etc.

¿Cómo nos puede librar de la pobreza una persona que no tiene la formación (algo por lo que dice no sentir vergüenza) ni experiencia, ni preparación, ni capacidad para “matar” a este “gigante” de la pobreza; alguien que, como ha quedado claro en los debates, no tiene conocimiento de la gestión pública, ni sabe cómo funcionan las instituciones ni la cooperación internacional? ¿Cómo le podemos confiar esta enorme y difícil tarea a alguien que no sabe cómo financiar las pocas ideas generales que ha manifestado; a alguien que no tiene un plan serio: el primero daba pena ajena y el segundo, publicado a última hora y sin presentar al TSE, da miedo, da cólera y está lleno de plagios?

Particularmente, permítaseme esta digresión, la definición que se establece en ese plan de libertad es, sencillamente, alarmante. Solo es libertad lo que ellos dicen que corresponde a ese otro invento ideológico suyo que es el “cristianismo social”, lo demás es libertinaje. En la página 9 de ese nuevo hechizo, se lee: “Pero libertad no es libertinaje, constituye la decisión de ejercer el libre albedrío y, para nosotros, ello implica la decisión de llevar la vida privada y pública, en apego a la ética cristiana. Libertad, no es libertinaje.”

¿Y quién define esa ética cristiana que debe regir tanto la vida pública como la privada? Ellos mismos, en secreto y a puerta cerrada, según su propia y arbitraria interpretación de las sagradas escrituras, según su moral heterosexual, patriarcal y teocrática. Nadie que ame la libertad puede admitir semejante definición, a penas propia de una dictadura moral y política en ciernes.

Este muchacho se ha contradicho y arrepentido tantas veces como ha creído necesario, para quedar bien con todos sus posibles votantes. Después del resultado será otra cosa y podrá actuar libremente. Lo más concreto que ha dicho, “en secreto”, es que combatirá la pobreza a través de las iglesias evangélicas, que están por todo el país y conocen las necesidades de la gente; algo por lo que la Contraloría General de la República, de llegar a intentarlo, no tardaría en enviarlo a la cárcel.

Después de presentarse como el abanderado de la peor campaña de odio que ha vivido este país en muchos años, de ser el líder de la mayor división de la familia costarricense (no solo de la suya propia, a cuyos primos también han amenazado) mientras se hace pasar por el más ingenuo y bien intencionado de los candidatos, viene a prometerle, a los “más necesitados”, menos que lo mismo de siempre y sin la menor idea de cómo les podría cumplir.

Los más estafados

Por eso, si Restauración Nacional ganara el próximo domingo, peor aún, si ganara con los votos de los más “pobres”, o en su nombre, sería la mayor estafa política de la historia del país. En la primera ronda, se entiende que ganara porque nadie conocía a su candidato; pero, en esta segunda ronda, ahora que lo conocemos, pese al apoyo que ha recibido de los mismos oportunistas de siempre, sería para mí una triste y gran sorpresa que fuera igual.

Los únicos pobres de verdad, hablo de política, son los pobres de criterio u opinión, los que, sin información ni educación, votan por el primero que les promete lo que nunca les cumplirá. Ellos son los analfabetos políticos y no pueden ser el orgullo de ningún candidato, de ningún partido, de ninguna familia, de ninguna sociedad democrática. Aunque lo sean de aquellos que dicen que “Dios” no quiere que piensen sino que obedezcan.

No me refiero, entonces, a los que vivimos en el campo, sencilla y humildemente, bajo el cielo estrellado, cerca del mar, en el corazón de la montaña y al lado de los ríos aún cristalinos. Como ellos lo saben, pobres son otros que viven de espaldas a la naturaleza. Pobre no es quién carece de moneda, quien no tiene esto o aquello, que es lo que cuenta para las estadísticas del INEC; sino aquel que no sabe distinguir entre quiénes son sus amigos y quiénes son sus enemigos. Pobre es quien no sabe responder afirmativamente a quienes lo respetan, para seguir a quienes sólo lo utilizan para ganar poder en su nombre y después gobernar, igual que siempre, como les da la gana o, desde luego, solamente para aquellos que los financian, les asesoran o los llenan de “bendiciones” millonarias.

Solo mediante una democracia participativa e incluyente, una democracia real, una democracia viva y dinámica, llegaremos algún día a que esta clase de políticos desaparezca, ojalá para siempre. Mientras tanto, lo mejor es no votar, por simple prudencia, por esos lobos con piel de oveja que han hecho todo lo posible porque no les conozcamos de verdad.

 

Enviado a SURCOS por el autor.

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Facultad de Farmacia de la UCR emite pronunciamiento que respalda labor profesional

Insta a la población y a los medios de comunicación para que les consulten dudas sobre medicamentos

 

Lidiette Guerrero Portilla,

Periodista Oficina de Divulgación e Información, UCR

Facultad de Farmacia emite pronunciamiento
Los profesionales en farmacia están capacitados para asesorar a la población en relación con medicamentos y su labor complementa el trabajo de los profesionales en Medicina (foto Archivo ODI).

La Facultad de Farmacia de la Universidad de Costa Rica emitió un pronunciamiento, este miércoles 27 de abril, en relación con una discusión suscitada en días recientes en diferentes medios de comunicación nacionales, que pone en duda la labor del profesional de farmacia.

En el documento resalta la labor que cumplen estos profesionales y las farmacias del país como los más accesibles para la población costarricense, indica que la formación que reciben les permite ejercer de manera óptima su práctica profesional y complementar la labor del equipo de salud en cualquier área profesional, pues se basa en los más altos estándares científicos, éticos y legales.

En relación con los medicamentos resalta que no deben verse como simples mercancías, pues está en juego la calidad de vida de las personas, razón por la cual insta tanto a la población en general como a los medios de comunicación para que consulten al profesional de farmacia sobre las dudas que tengan con los medicamentos y se pone al servicio de colegios profesionales y de las autoridades en salud para discutir la realidad nacional alrededor de este tema.

El siguiente es el texto completo del pronunciamiento firmado por la Dra. Lidiette Fonseca González, decana de la Facultad de Farmacia de la UCR:

La Facultad de Farmacia de la Universidad de Costa Rica, comprometida desde hace 119 años con la salud de la población costarricense, a través de la formación de profesionales farmacéuticos, y de la prestación de diversos servicios y actividades que inciden directamente en la salud pública del país, y ante la discusión nacional respecto a los medicamentos y la labor del profesional en Farmacia, manifiesta lo siguiente:

La historia costarricense ha colocado a las farmacias y boticas como centros de atención primaria en salud que permiten el contacto directo del farmacéutico con el paciente, posicionándolo así como el profesional en salud más accesible para la población, que vela por la automedicación responsable y el uso racional de medicamentos y brinda asesoría gratuita en diversos temas de salud.

Las responsabilidades del farmacéutico en el sistema de salud, en conformidad con las disposiciones de la Organización Mundial de la Salud y la Federación Internacional Farmacéutica, incluye: preparar, obtener, almacenar, asegurar la calidad, distribuir, administrar, dispensar y desechar los medicamentos; ofrecer una gestión eficaz de los tratamientos farmacológicos; mantener y mejorar el ejercicio profesional; y ayudar a mejorar la eficiencia del sistema de salud y por ende de la salud pública.

La formación de nuestros profesionales, en concordancia con referentes internacionales y acorde con la realidad nacional, se basa en los más altos estándares científicos, éticos y legales que les brinda a los farmacéuticos las herramientas necesarias para ejercer la profesión de manera óptima y ser parte fundamental del equipo de salud en cualquiera de las áreas del ejercicio profesional.

Todos los profesionales de salud deben tener la capacidad y la responsabilidad ética de procurar la complementariedad de sus funciones. El farmacéutico le facilita a médicos, y demás profesionales de salud, la toma de decisiones asociadas al uso necesario, seguro y efectivo de los medicamentos.

Los medicamentos son productos diseñados para mejorar la calidad de vida de las personas. Sin embargo, no deben ser considerados un simple bien comercial sujeto a las reglas del mercado y sin la debida asesoría profesional, ya que utilizados de manera inadecuada pueden producir efectos indeseados o perjudiciales.

De acuerdo con lo anterior, la Facultad de Farmacia de la Universidad de Costa Rica insta a la población en general y a los medios de comunicación, a consultar al profesional en farmacia ante cualquier duda referente a los medicamentos y se pone a disposición de los colegios profesionales y de las autoridades nacionales para el desarrollo de un análisis de la realidad nacional en torno a este tema.

 

Información tomada de: http://www.ucr.ac.cr/

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UCR aporta a la discusión bioética costarricense

Eduardo Muñoz Sequeira,

Periodista, Oficina de Divulgación e Información

 

UCR aporta a la discusión bioética costarricense
La fertilización in vitro es uno de los temas bioéticos de mayor discusión. En diciembre del 2012 la Corte Interamericana de Derechos Humanos condenó a Costa Rica por la prohibición de su aplicación (foto tomada de elbebe.com).

Desde este miércoles 28 de octubre y hasta el 5 de noviembre estará en el país el Dr. Miguel Kottow, reconocido conferencista sobre el tema de la bioética en las ciencias de la salud, invitado como parte del proyecto “Investigación aplicada para la elaboración de un manual de bioética para las ciencias biomédicas”, adscrita al Instituto de Investigaciones Filosófica de la UCR, y dirigida por los doctores Luis Alberto Davis Sánchez, de la Escuela de Tecnologías en Salud y Jorge Granados Zúñiga, Director del Posgrado en Ciencias Biomédicas de la Facultad de Medicina.

El ciclo iniciará el 28, a la 1 p.m., con el Simposio sobre Consentimiento informado, que se realizará en el auditorio de Educación Continua, en la Ciudad de la Investigación UCR, con la conferencia principal del Dr. Kottow, médico chileno, especializado en oftalmología y prolífico investigador de la bioética. Este simposio incluye una mesa redonda con la participación de la Dra. Vanessa Ramírez Mayorga, del Comité Ético Científico de la UCR; el Dr. Fabián Madrigal Leer, de la Comisión Bioética del Colegio de Médicos y Cirujanos. También, el Lic. Olmedo Castro Rojas, de la Comisión Nacional en Investigaciones en Salud; y finalmente, la Magister Lissy Dorado Vargas, representante de la Procuraduría de la Ética Pública.

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Según Miguel Kottow, el sistema despoja al paciente de su autonomía sobre los tratamientos y procedimientos aplicados a su cuerpo, lo cual él critica con dureza (foto tomada de: www.uchile.cl).

Asimismo, el Dr. Kottow será parte de este ciclo que incluye otras conferencias, conversatorios y mesas redondas en temas como “Voluntades anticipadas y rechazo de tratamiento de soporte vital, ¿es esto una forma de eutanasia?”; así como la “Bioética, biopolítica y biopoder”. La conferencia de clausura versará sobre su libro, titulado “El Pa(de)ciente: La medicina cuestionada. Un testimonio”, en el que cuestiona a sus colegas a partir de su propia experiencia en el sistema de salud chileno. El Dr. Kottow es docente de la Escuela de Salud Pública de la Universidad de Chile.

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El consentimiento informado es uno de los temas que se debatirán en el ciclo sobre bioética, que concluye el próximo 5 de noviembre – foto Archivo ODI.

Las actividades se dictarán en el Campus Rodrigo Facio de la UCR, la Universidad Nacional y el Hospital San Juan de Dios. La programación está disponible en el sitio web www.inif.ucr.ac.cr.

Para ampliar información sobre este Ciclo de Bioética debe contactarse al Dr. Luis Davis Sánchez, al teléfono 8388-1420 o al correo electrónico luis.davis@ucr.ac.cr.

 

 

 

Información tomada de: http://www.ucr.ac.cr/

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La única manera de proteger a los pobres y a los sensatos de las garras del negocio de la salud es mediante la incompatibilidad de la práctica médica pública con la privada

Por nmurcia

Cuando aquí nos agarramos los machos antes de proclamar la necesidad de la incompatibilidad entre la práctica médica pública y privada, en el Reino Unido, el BMJ «la monta» al publicar el texto del cardiólogo John Dean que, directamente, afirma que la medicina privada es inmoral porque busca en primera instancia el beneficio económico y que la incompatibilidad debería ser obligatoria porque, inevitablemente la práctica particular intoxica la actividad clínica en la pública.

Las reacciones en contra no se han hecho esperar y son muy virulentas.

El texto del Dr. Dean no pretende ser un tratado de ética médica sino una opinión basada en percepciones personales que consideramos muy valiosas y por eso lo traducimos hoy, pero la polémica no es nueva y los datos incontestables.

La medicina privada

Incontestable es que es muy fácil inducir el consumo por parte de los pacientes de servicios médicos innecesarios pero altamente lucrativos. Este es el problema ético grave que introduce la medicina comercial en un mundo dominado por una concepción de salud en expansión a través de la biomedicalización.

En una entrada de justo hace 1 año nos hacíamos eco de un artículo del New York Times que denunciaba las ganancias asombrosas de algunos médicos en la medicina privada norteamericana. La entrada la titulamos: Los pacientes como cajeros automáticos.

“Muchos especialistas han llegado a ser particularmente hábiles en el negocio con una medicina cada vez más empresarial, mediante la protección de su territorio a través del cabildeo agresivo de sus sociedades médicas y, sobre todo, aumentando los ingresos al ofrecer nuevos procedimientos o haciendo más lucrativos los ya existentes”.

Jean Mitchell, profesora de economía de la salud en la Universidad de Georgetown, comentaba en el texto:

«Muchas veces es mejor esperar y ver, pero esperar no genera dinero… Es solo necesario un simple ‘Déjeme hacer un pequeño corte en la piel’ para que lleguen los honorarios profesionales y los pagos para el laboratorio y las instalaciones. Cada paciente es como un cajero automático”.

Los ingresos más importantes se dan entre los especialistas que controlan técnicas que fácilmente pueden ser sobre-indicadas, comentaba el artículo, como las de dermatología, las colonoscopias o gastroscopias, cualquier técnica de imagen o muchas intervenciones quirúrgicas como la extirpación de vesícula, operaciones de hernias, varices o varias de traumatología (ya lo comentamos en esta otra entrada)

Las incompatibilidades y los dos mundos

El Dr Dean además de señalar lo difícil que es mantener el timón ético en la práctica privada, asume que, inevitablemente, trabajar en la privada influye en la actuación pública.

En un reciente artículo, Marciano Sánchez Bayle, de la FADSP, aportaba los argumentos clásicos en contra de la compatibilidad:

«Además lo mas frecuente es que los profesionales que trabajan exclusivamente en el sector público tengan una dedicación mayor que los que están pluriempleados y trabajan simultáneamente en el sector público y privado, y es evidente que la dedicación exclusiva permite una mayor disposición de tiempo para su actualización profesional y, sobre todo, permite evitar el potencial conflicto de intereses de quienes simultánean el trabajo en el sector público y el privado, conflicto de intereses que favorece el que se detraigan recursos del sistema público en beneficio de la privada, potenciando los comportamientos oportunistas como el absentismo, el incumplimiento horario, el desvío de pacientes al sector privado, la demanda inducida, la selección de pacientes y la apropiación y/o el uso indebido de los recursos públicos para fines privados»

Pero hay otros problemas relacionados distintos a los ya conocidos y que tienen que ver con la gestión de la innovación. Veamos

Hace un año hacíamos referencia a la situación que se está produciendo en Alemania. Como sabemos su sistema es de provisión privada y de financiación pública. El Estado paga a los especialistas privados por ciertos procedimientos acordados tras una evaluación de acuerdo a las mejores evidencias científicas. Sin embargo, ganar dinero solo con «lo indicado» no está siendo suficiente para los médicos alemanes.

En el capítulo titulado “La consulta médica como supermercado” -del estupendo libro del periodista alemán Jörg Blech, «Medicina enferma»-, se describe como los médicos alemanes hacen pagar un plus a sus clientes para que puedan optar a algunas prácticas, tecnologías o productos no financiados públicamente:

«En Alemania cada vez es más frecuente que los pacientes paguen un sobre-costo por un paquete llamado “prestación de salud individual” en el que se incluyen procedimientos innecesarios como “reconocimientos ultrasónicos de las axilas y los pechos” por 60 euros. En una encuesta, el 77% de los médicos justificaban la oferta de técnicas o procedimientos innecesarios por motivos económicos y según un responsable médico “algunos médicos llegan incluso a conceder o no determinados tratamientos médicamente necesarios en función de si sus pacientes compran además ciertas prestaciones de salud individual”. Los médicos venden estas prestaciones asegurando que no están financiadas porque “el gobierno solo quiere ahorrar “: como pasa con el “baño subacuático por 8,74 euros” o diversos productos homeopáticos, inyecciones de vitaminas, cremas con hormonas y tecno-chatarra como la “terapia lumínica” para el síndrome premenstrual o la oxigenoterapia a 15 euros el cuarto de hora»

Es evidente que el médico alemán se gana la vida con «lo indicado» pero se hace rico con lo superfluo, es decir, convenciendo a los pacientes de que necesitan tecno-chatarra e intervenciones inútiles. Cuando es el mismo profesional el que provee tanto lo indicado como lo no indicado, el conflicto es evidente. Imaginen esta conversación:

«Mire, el síndrome premenstrual por lo público no se trata -así de perversa es la medicina socializada- pero por lo privado tenemos unas terapias lumínicas estupendas y que además, precisamente, salen baratísimas si las compra con el pack que incluye la oxigenoterapia»

Hagamos política ficción. A medida que progresemos en la evaluación y la financiación selectiva de nuevas tecnologías médicas y medicamentos (y esperemos hacerlo bien pronto) mayor será la bolsa de procedimientos excluidos de la sanidad pública pero ofertables en la sanidad privada.

En el Reino Unido, donde el NICE excluye algunos tratamientos por no ser costo efectivos, los conflictos son cada vez más frecuentes. Por ejemplo, muchos pacientes con cáncer acuden a la medicina privada buscando antineoplásicos no financiados por el NHS. El incremento en la frecuencia de esta situación ha obligado a una reflexión profunda sobre la compatibilidad de los tratamientos para un mismo proceso tan grave como un cáncer. (Aquí el documento interfaceguidanceethicsmay2009):

«Un escenario alternativo es cuando un paciente desea pagar un tratamiento de manera particular para una condición médica concreta, mientras que al mismo tiempo desea continuar recibiendo atención en el NHS para esa misma condición. Este asunto es objeto de cierta controversia, debido al aumento del número de tratamientos costosos, por ejemplo, medicamentos para el cáncer en etapas tardías, no financiados por el NHS debido a la relación costo-efectividad pero que sí pueden tener ciertos beneficios a nivel individual. Aunque todavía hay incertidumbre sobre la forma precisa como operarán los siguientes principios en situaciones clínicas específicas, es evidente que los pacientes que optan por complementar su tratamiento de esta manera: (1) Tienen pleno derecho a seguir recibiendo atención en el NHS de acuerdo con su necesidad clínica; (2) No les debe suponer una ventaja o una desventaja en relación con el cuidado que reciben en el NHS»

Complejo ¿no?

Pongamos un ejemplo hipotético pero verídico (no sé si me explico).

En un centro hospitalario un afamado cirujano engorda su privada de varices ofreciendo procedimientos terapéuticos no financiados pero que vende diciendo que «aportan ventajas sobre los que él puede realizar en el hospital público».

El efecto perverso que tiene que este médico trabaje en la pública y en la privada es síxtuple:

(1) Engaña a los pacientes, ya que deriva pacientes a su privada desde la pública mediante una información sesgada.

(2) Pervierte el mercado ya que se aprovecha de una posición de privilegio para acceder a un gran número de potenciales clientes a los que no podría acceder mediante sus propios medios y a los que no acceden otros colegas que solo trabajan en la privada y sobre los que tiene una ventaja competitiva no legítima

(3) Engaña al sistema de salud, ya que tiene un enorme incentivo para sobre-indicar la cirugía de varices y engordar la lista de espera de la pública (precisamente para aumentar el número de pacientes susceptibles de acabar en su privada; de hecho, cuanto más cerca de lo «estético» esté la intervención, es decir, menos indicada, más fácil será que el cliente o clienta acaben en su privada)

(4) Hace daño a los enfermos que realmente necesitan la intervención ya que tienen que esperar más porque la lista de espera está ocupada por pacientes que no necesitan la operación

(5) Hace daño a los ciudadanos que no necesitan la intervención pero a los que se la indica y a los que opera innecesariamente

(6) Hace daño a su propio Servicio ya que tiene un enorme incentivo para no introducir innovaciones sensatas en su práctica pública y así poder seguir ofreciendo supuestas o verdaderas ventajas técnicas en su privada

¿Cómo evitar los problemas que emergen cuando los médicos deben compatibilizar ganar un sueldo trabajando en la pública -con una cartera de servicios restringida (asumiendo un mundo ideal donde las prestaciones fueran solo las que han demostrada valor)- y forrarse en la privada con una oferta en continua expansión de tecnologías y/o medicamentos chatarra «último modelo»?

¿Con evaluación? En Alemania y en Reino Unido el financiador pone límites pero, sin incompatibilidades, no es suficiente para evitar el abuso: la asistencia inútil, superflua o no costo efectiva es derivada a la privada y es pagada directamente por el bolsillo de los enfermos engañados.

Pero es todavía peor si el financiador pone pocos límites (como en España) porque entonces la asistencia inútil invade el sistema público y es pagada por los todos los contribuyentes. Con lo poco no financiado, el médico hace su privada.

El asunto clave es evaluación más incompatibilidad. Evaluar sin incompatibilidad atenta contra el bolsillo de los engañados pacientes. No evaluar atenta contra el bolsillo de los contribuyentes. Es necesario establecer una frontera nítida entre una expansiva medicina comercial y una contractiva medicina pública. Son dos mundos distintos, con prioridades distintas, que necesitan ser habitados por enfermos y médicos distintos. Son dos mundos inmiscibles.

El mundo de la medicina privada será (estamos haciendo política sanitaria ficción, recordamos) el de la innovación continua y el que cuente con las mejores condiciones hoteleras que cada uno pueda pagar (como los hoteles, habrá hospitales con diferentes estrellas). No existirán listas de espera ni barreras a la medicalización y al consumo sanitario siguiendo los deseos de unos clientes de alto standing deseosos de prolongar sus acomodadas vidas al máximo, llenándolas de belleza, tecnología y seguridad preventiva. Los médicos mantendrán fructíferas relaciones con la industria farmacéutica y tecnológica y, naturalmente, ganarán enormes cantidades de dinero de manera proporcional al número de servicios médicos prestados. El sobrediagnóstico, el sobretratamiento, los problemas de seguridad relacionados con medicamentos o tecnologías poco testados o la ruina de las familias cuando el dinero se acabe y/o las enfermedades se cronifiquen, será la cruz. La cara, la capacidad de elección, el acceso directo a los especialistas sin un médico de atención primaria que ponga problemas y, por supuesto, la ausencia de esperas.

El segundo mundo será el de la medicina pública. Un mundo donde las innovaciones tecnológicas se incorporen mucho más lentamente, tras una rigurosa evaluación previa (que incluya la experiencia extraída en el mundo privado en el uso de estas tecnologías y medicamentos); organizaciones sanitarias más austeros pero también más equitativas, alrededor de una atención primaria accesible, y con inevitables pero transparentes y justas listas de espera (las organizaciones estarán centradas en aspectos no solo biomédicos sino también sociales, y habrá una continua e intensa participación de los ciudadanos que también tendrán voz en el establecimiento de las prioridades del sistema). En esta sanidad pública los médicos estarán bien pagados pero no ganarán más por indicar más intervenciones sanitarias y, por supuesto, su actividad pública será incompatible con la privada; las relaciones con la industria se producirán en contextos altamente controlados donde se eliminen los conflictos de interés. La cruz será la falta de capacidad de elección del usuario y las listas de espera; la cara, un sistema no centrado en las tecnologías sino en la deliberación médico paciente y el cuidado, y no medicalizador ni medicalizado (otros profesionales tendrán tanto o más valor que los médicos, como enfermería, trabajadores sociales, psicólogos, terapéutas ocupacionales, nutricionistas, etc..)

Es verdad que como dice Gérvas, en una especie de justicia divina, los ricos que acuden a la medicina privada tienen su castigo en forma de sobrediagnóstico y sobretratamiento pero, también es cierto que, la única manera de proteger a los pobres y a los sensatos de las garras del negocio de la salud va a requerir la incompatibilidad de la práctica público y privada. R

En suma,

(1) la práctica privada de la medicina implica (inevitablemente) una peligrosa deriva anti-ética;

(2) la compatibilidad de la actividad público y privada -además de intoxicar la labor pública, generar peligrosos incentivos a la sobreindicación, el sobrediagnóstico y la estafa-, impide que el sistema público proteja adecuadamente a los pobres y a los sensatos de las garras del mercado de la salud

(3) Podría ser interesante explorar la teoría de los dos mundos y valorar las consecuencias sociales, políticas y/o profesionales que conllevaría.

 

Ahora, la prometida traducción del texto del Dr Dean, «Private practice is unethical—and doctors should give it up»:

«Pregunta a cualquier fumador: la última persona con la que quieren estar es con alguien que acaba de dejar de fumar. Percibo un malestar similar entre algunos de mis colegas ahora que he renunciado a la práctica médica privada. Al igual que un católico no practicante rechazado por el sacerdocio, me he convertido en un apóstata.

Siempre he sido ambivalente acerca de la práctica privada pero se había vuelto cada vez más incómoda. Hasta que me di cuenta de que, en conciencia, no podía seguir con élla. No importa lo alto que me hubiera puesto mis propios estándares morales y éticos; la cuestión es que no podía escapar del hecho de que yo estaba involucrado en un negocio donde la conducta de algunos era tan inmoral, que rayaba lo criminal: los codiciosos se aprovechan de los más necesitados.

El negocio de la medicina y la práctica de la medicina son incompatibles. La medicina privada alienta a los médicos a tomar decisiones sobre la base de beneficios económicos en lugar de la necesidad de los enfermos….

El dinero es la raíz de todo

¿Entonces por qué comencé a trabajar en la privada? Para empezar, decidí que necesitaba el dinero para renovar la casa, educar a mis hijos y así sucesivamente. Y yo estaba seguro de que sería capaz de mantener mi actividad privada separada de mi trabajo público en el NHS. Atendía a mis pacientes privados después del trabajo de la pública. Pero se hizo cada vez más difícil según aumentaba mi actividad privada y la contaminación se hizo inevitable.

Dejó de ser ganarse la vida para convertirse en un negocio. Por supuesto, la práctica privada tien recompensas no meramente económicas: tenía más tiempo para los pacientes, conocí a algunas personas muy interesantes y he hecho buenos amigos, lo que no habría sucedido si hubiera restringido mi actividad exclusivamente al trabajo del NHS. Pero el hecho ineludible es que el dinero estaba en la raíz de todo. Esto es extraño, porque yo nunca anhelé un coche Maserati o un chalet en los Alpes suizos…

La realidad es que la actividad privada tiene efectos nocivos directos sobre el la pública. Un médico que quiera estar al día no puede estar en dos lugares a la vez; así que el tiempo de permanencia en el sector privado priva al NHS de un recurso valioso. La medicina privada es un lugar solitario: no se tiene el apoyo de un equipo como en el NHS. Los problemas clínicos son difíciles de discutir con los colegas (después de todo, los problemas son suyos y te pagan por solucionarlos). En el sector privado, los colegas de la pública son por lo general sus competidores.

Y, seamos sinceros: todo el negocio es en gran parte una estafa. Los pacientes creen que el pago implica una medicina de mayor calidad; pero, igual que pagar más por el champú con vitaminas añadidas, la promesa es mucho mayor que la realidad. Los ricos y famosos pueden utilizar las instalaciones privadas para esconderse de la mirada pública; pero para la mayoría de los pacientes privados «ordinarios», sin embargo, la principal ventaja es simplemente poder saltarse las colas del NHS. Los hospitales privados son como hoteles de cinco estrellas, pero en su mayor parte no son un buen lugar si estás realmente enfermo.

Disonancia cognitiva

El aspecto más pernicioso de trabajo médico privado, sin embargo, es el efecto indirecto que tiene sobre la práctica pública. Es difícil justificar someter a los pacientes privados a pruebas y tratamientos innecesarios si se evita hacer lo mismo con los pacientes del NHS. Así que, para aliviar el estrés de esta disonancia cognitiva, uno acaba utilizando el mismo sistema en ambas prácticas. Además, la práctica privada crea un incentivo perverso para aumentar los tiempos de espera: cuánto más largas sean las colas, más negocio para la privada. Por eso, las especialidades con cortos tiempos de espera, como la oncología, ofrecen poco trabajo privado. Los celos sobre los ingresos privados es, además, una importante fuente de conflicto entre médicos en muchos hospitales.

Sé lo que algunos estarán pensando: ¿qué hay de malo en hacer un trabajo extra en el propio tiempo libre? El problema no es la actividad extra sino el conflicto inevitable con el trabajo principal.

No echo de menos la práctica privada. Quitarse la carga es liberador. Y me parece que el tiempo que he ganado es mucho más valioso para mí que el dinero extra. ¿Es una hipocresía sentarme encima de la pila de dinero que he ganado y pretender tener la autoridad moral? Tal vez, pero siento haberlo hecho. Tal vez hubiera sido más fácil si no me lo hubieran permitido. Tal vez los políticos sanitarios deberían trazar una línea infranqueable entre la medicina privada y la pública y obligar a los médicos a elegir.

 

Información enviada SURCOS Digital por Rafaela Sierra.

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