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Etiqueta: explotación laboral

Ninguna empresa se va del país porque no se establezca la jornada de trabajo 4-3

Vladimir de la Cruz

Un argumento que se agitó durante la discusión forzada, apretada, exclusiva, durante varias semanas, que se dio en la Asamblea Legislativa, para conocer y “discutir” el Proyecto de Ley de las jornadas esclavistas y de sobre explotación laboral del siglo XIX, que se quieren establecer en Costa Rica, de 12 horas diarias, seguidas, por cuatro días, para un total de 48 horas semanales, es que muchas empresas, especialmente extranjeras, de las que están en zonas francas, se irían del país.

A este argumento de los diputados, representantes de los esclavistas laborales, se sumaron algunos grupos empresariales, con la misma canción.

Con el Fallo de la Sala Constitucional, rechazando el Proyecto de Ley, por razones de forma, de procedimiento legislativo, y no de fondo, que devuelve el expediente de la Ley a la Asamblea Legislativa, para un nuevo trámite, se han alzado voces lamentando este Fallo. Entre esas voces, la más desatinada fue la del mismo inquilino de Zapote, que llegó a afirmar que la empresa INTEL, estaba valorando retirarse del país.

Fue la empresa INTEL la que salió a decir públicamente que no se estaba yendo del país. El exabrupto del Presidente pudo perjudicar la imagen internacional de INTEL al señalar esa salida del país, y pudo causarle hasta un bajonazo en sus acciones en el movimiento de bolsas mundiales, por la inseguridad que esa salida puede producir en inversionistas. Ya INTEL, por otras razones, hace pocos años, debido a una reorganización mundial interna, había hecho movimientos de personal, afectando Costa Rica, pero sin intención de dejar el país, menos por una razón laboral como la de la jornada 4-3.

Cuando una empresa extranjera viene a Costa Rica, por su propia iniciativa, es porque estudia las condiciones del país, su seguridad jurídica y política; su estabilidad política, el nivel educativo nacional, la calidad de profesionales de educación superior que hay en el país, el bilingüismo de los profesionales y trabajadores que necesitan contratar, el Estado de Derecho existente, la no injerencia corrupta del Poder Ejecutivo, como sucede en otros países, con los inversionistas, que “algo” tienen que dar a quienes ocupan ciertos puestos públicos en la toma de decisiones de esta naturaleza, porque conocen la legislación laboral con que se van a regir sus relaciones de trabajo, y saben que las jornadas de trabajo son de 48 horas semanales, en la jornada diurna, a razón de turnos de 8 horas diarias; porque conocen las leyes que regulan las zonas francas y las ventajas que les dan a las empresas extranjeras en muchos sentidos. Nada de esto ignoran los inversionistas. Ni esperan que eso se cambie porque ellos llegan. Si ese ambiente nacional no les gusta, no vienen a invertir.

Si las empresas extranjeras son atraídas por las institucionales nacionales que se encargan de promover esa atracción de inversiones, son estas instituciones las que se encargan de informar de esas condiciones internas para esas inversiones. Son estas instituciones las que “enamoran” a los inversionistas con venir a Costa Rica. Así es como sucede. No vienen aquí bajo promesa alguna o insinuación de que les van a cambiar las leyes para favorecerlas en “algo más”, porque el cambio en las leyes no es tan fácil; porque no depende de una decisión del Poder Ejecutivo, sino de una reforma legislativa que tiene su trámite y puede resultar lento.

Cuando fui Embajador en Venezuela, procuré abrir el panorama de Costa Rica ante empresarios venezolanos para que vinieran al país, a invertir, hacer negocios o a comprar productos. En una ocasión, logré traer una delegación de poco más de 50 empresarios que se reunieron con distintos grupos empresariales, y hasta con el Presidente Oscar Arias. Las reuniones, a las que asistí, fueron muy importantes para mí. De ellas, me impactó que en las cámaras empresariales, con las que los empresarios venezolanos se reunieron, siempre, los miembros de las cámaras patronales nacionales, les enfatizaron en el Estado de Derecho existente en el país y, especialmente, en el cumplimiento de las leyes laborales y sociales que se debían atender y cumplir, en relación a jornadas, salarios, jornadas extras, vacaciones y condiciones generales de trabajo.

¿Por qué mentirle a la población con la idea de que se van las empresas extranjeras, y que van a dejar desempleados, si no se aprueba la jornada 4-3? ¿Por qué engañar y presionar sicológicamente a los diputados con este argumento, si no es real? Obviamente es perversa esta campaña publicitaria en esa dirección.

La prensa del país ha venido informando en los últimos meses de empresas que han reducido su personal de trabajo, lo que nada tiene que ver con no tener la jornada 4-3.

En la aprobación del Proyecto de Ley, que la Sala Constitucional rechazó, quedó claro que la jornada 4-3, de cuatro días, sustituía la jornada semanal de 48 horas, por lo que no era necesario pagar horas extras sobre las ocho horas diarias de trabajo que establece la Constitución Política. Este ha sido el quid, la esencia clave de esta Ley, rebajar el salario aumentando la jornada de trabajo.

Entendamos también que las supuestas empresas que tienen que trabajar 24 horas de trabajo continuas, con esta modalidad de trabajo de 4 días de 12 horas, tendrán que trabajar tres días más, de los siete semanales, con otros turnos de trabajadores, también de jornadas de 12 horas diarias. ¿o no es así?; ¿acaso también las empresas descansan esos tres días, trabajadas las jornadas de trabajo 4-3?

Los promotores de esta Ley del 4-3 dicen que se va a aumentar el empleo con esta ley. Los datos no son reales. Veámoslo de manera simple. Si una empresa necesita operar en su producción 24 horas continuas, con dos turnos de trabajo de 12 horas cada uno, contrata un número de empleados determinado para cada turno. Siempre será una contratación de trabajadores menor que si tuvieran que contratar para las mismas tareas a tres turnos de trabajadores. Si tuvieran que realizar tres turnos de 8 horas cada uno tienen que aumentar necesariamente su número de empleados, para cumplir con los tres turnos. Para el empleo nacional, sin ninguna duda, lo mejor son jornadas de ocho horas para promover más empleo y salarios para trabajadores. Esa es la realidad laboral. Así se produce más empleo y más trabajadores reciben un salario.

La tendencia internacional es rebajar la jornada de trabajo semanal a 36 horas, que en este caso se pueden trabajar a 9 horas diarias en cuatro días a la semana, como están haciendo algunos países europeos. En España, con el ascenso del nuevo gobierno, que se está formando en estos días, se está proponiendo esta jornada laboral, con un sustantivo aumento de salarios. En Italia, en el movimiento huelguístico que se está dando, está de por medio en las demandas de los trabajadores la rebaja de la jornada sin perjudicar el salario. En Francia ya operan jornadas de 35 y 36 horas semanales, sin rebajar salarios.

La jornada de trabajo 4-3 está claro que no puede discutirse en la Asamblea Legislativa hasta que no se redacte totalmente la Sentencia de la Sala Constitucional, y que dicho Fallo sea recibido por la Asamblea, para su debido trámite. Eso significa que se devuelva el expediente, de este Proyecto de Ley, en su trámite hasta donde el Fallo determine y se vuela a reiniciar todo el proceso de discusión parlamentaria, que es casi empezar de nuevo.

Hay, sin embargo, iniciativas de los diputados que representan los intereses del Presidente de la República, que están considerando establecer un nuevo Proyecto de Ley de jornadas 4-3, que pueda ser más expedito y potable para su trámite y aprobación parlamentaria. De hecho, pareciera que renuncian a la posibilidad de revisar lo señalado por la Sala Constitucional y mantener abierto ese expediente. En su lugar, ven más fácil un nuevo Proyecto de Ley, corrigiendo lo que la Sala Constitucional haya recomendado, con lo cual reconocen que ese Proyecto rechazado por la Sala Constitucional no era el mejor, ni el oportuno, ni el necesario, que fue atropellado y descontextuado en su discusión.

El Presidente del Congreso, Rodrigo Arias, ha manifestado, claramente, que el Proyecto de la Jornada 4-3 puede convertirse, como lo señalé hace una semana en esta misma columna, en un proceso similar a la discusión del Tratado de Comercio con Estados Unidos, del 2006-2007, que se convirtió en una batalla campal costarricense, casi por dos años, entorpeciendo el accionar el gobierno de entonces; o como el combo del ICE, del año 2000, que fue similar en esas acciones de masas movilizadas. En este sentido, Rodrigo Arias ha llamado la atención, con la sensatez, prudencia y tacto, con que sabe actuar como Presidente Legislativo, que se debe buscar un acuerdo político, bien consensuado, en torno a esta discusión de la nueva jornada que se quiere imponer.

Entiende también Rodrigo Arias que el Proyecto no debe llegar al año 2025, por ser el año electoral nacional. Para él, ese acuerdo debe resolver el trámite de esta ley en el año 2024, el próximo.

Si los diputados, seguidores y defensores del Presidente de la República, esperan impulsar un Proyecto de Ley nuevo, sustitutivo del que rechazó la Sala Constitucional, para darle algún trámite preferencial, como el de dedicar todas las sesiones legislativas a esa discusión, con el llamado “trámite rápido”, tendrán que esperar los meses de mayo, junio y julio próximo, que tienen Sesiones Extraordinarias, donde el Presidente gobierna la agenda parlamentaria, con lo cual el Gobierno seguirá “sin hacer nada”.

Recordemos también, que en diciembre y enero próximo están, además del receso legislativo, de fin de año, las elecciones municipales que distraen a los diputados, por el apoyo que tienen que dar a sus candidatos municipales.

Por ahora, seguiremos esperando al Fallo totalmente redactado de la Sala Constitucional para analizarlo más cuidadosamente.

 

Compartido con SURCOS por el autor.

Encuesta destaca conocimiento de la población en trata de personas y migrantes

El Programa Migraciones, Cambio Social e Identidades del Instituto de Estudios Sociales en Población (IDESPO) de la Universidad Nacional (UNA), presentó los resultados de la encuesta nacional: “Percepción sobre la trata de personas y tráfico ilícito de migrantes”.

La encuesta se realizó en el Centro Tecnológico de Investigación Social (CETIS) del IDESPO, del 14 al 22 de abril 2023, abarcando una población de 910 personas, con un 3,2% de error de muestreo y un 95% de confianza. La muestra se ajusta por la no respuesta con base en la Encuesta Nacional de Hogares (ENAHO) realizada por el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC). En esta ocasión el ajuste se realizó con la distribución por sexo, edad y educación de la ENAHO 2022.

“El objetivo de esta encuesta fue conocer las percepciones que tenía la población costarricense acerca del delito internacional de trata de personas, y de forma específica retratar las vías en que se acceso a dicho conocimiento, identificación de vulnerabilidades, características y finalmente relacionar cuáles factores estructurales inciden para que se den situaciones de trata de personas”, indicó la coordinadora del Programa Migraciones, Cambio Social e Identidades del IDESPO, Dra. Cynthia Mora Izaguirre.

Dentro de los principales hallazgos, en cuanto a la trata de personas, se observó que gran parte de la población encuestada, 77,6% tiene una acertada percepción del concepto, el cual se definió como el comercio de personas para la explotación sexual y laboral e incluso para el tráfico de órganos. De la población encuestada el 16,9% no sabe qué es y lo confunde con otro concepto el 5,5%.

Por otra parte, la gran mayoría (87,2%) estuvo de acuerdo en que las personas con mayor riesgo a ser tratadas son los menores de edad; seguidos por las personas menores de 35 años (66,2%). Otros grupos poblaciones que se identificaron que también corren riesgo son los migrantes (89%), las personas con bajo nivel educativo (81,2%) y las desempleadas (73,4%). Y con respecto al sexo, se consideró que son las mujeres a quienes les afecta más esta situación con un 67,9%.

En el tema de acceso a la información sobre este delito, un 66,5% mencionó que sí ha tenido acceso a ella, y es la televisión el principal medio por el cual la gente se informa sobre esta temática (90,9%), seguido por las redes sociales (80,7%).

Los factores determinantes de la trata de personas mostraron que la población consultada es bastante pesimista y reconoce que en el país se dan diversas formas de explotación (doméstica, agrícola, infantil con fines sexuales, sexual por medio de redes de prostitución).

Los encuestados consideraron que hay una serie de situaciones que requieren atención urgente por parte del Gobierno de la República en el siguiente orden de relevancia: tráfico y venta de drogas, delincuencia organizada, inseguridad, violencia de cualquier tipo, pobreza, desempleo, personas que piden en las calles, migración de extranjeros, ofertas de trabajo engañosas, turismo sexual y trabajo infantil. Es decir, que más allá de la trata de personas, el país es propenso para que se cometa casi cualquier delito y es urgente que el gobierno intervenga ya que se considera que todos los días en Costa Rica se dan sucesos violentos, crimen organizado, tráfico de armas, coyotaje y trata de personas.

Otro dato importante, es que casi una cuarta parte de la población encuestada no tiene claro que es tráfico ilícito de migrantes o coyotaje, de estas personas, la mayoría lo confunde con el concepto de trata.

También, respecto al tema de los derechos humanos, se asocia más con igualdad y el respeto de los derechos de las personas y que se les garantice un mínimo de recursos para la subsistencia.

Por último, como conclusiones se recomienda volver a implementar campañas estatales, especialmente a la luz de un alto tráfico de personas atravesando nuestro país rumbo a los Estados Unidos, índices de desempleo e informalidad tan altos, hace imperativo que el Gobierno de la República invierta en posicionar el tema para su prevención y denuncia.

Además, es fundamental también el papel del Estado en cuanto a políticas públicas enfocadas a la prevención, así como de proveer y garantizar a las personas el acceso a una educación de calidad y mejores condiciones laborales, pues estos condicionantes sirvan para repeler los engaños de los que son objeto las personas por parte de los tratantes. La inversión social es la más poderosa herramienta que puede contribuir a luchar contra este flagelo.

Pueden ver la presentación completa aquí:

Compartimos el informe:

Oficina de Comunicación
Universidad Nacional, Costa Rica

El Regalo del Día de la Madre: ¡Jornadas de 12 horas!

MSC. Jiddu Rojas Jiménez

Legalizar la vil explotación laboral: El «regalo» legislativo a las Madres Trabajadoras este 15 de Agosto (Día de la Madre en Costa Rica) por parte del Gobierno Populista de Rodrigo Chaves, y de sus cómplices legislativos. Esos Neoliberales del viejo Bipartidismo (con las pocas excepciones del caso), más los nuevos Neoliberales (No Liberales), junto a los Fundamentalistas…

¿Se podrá detener ahora, o luego revertir? Tomar nota como ciudadanía, y no olvidar la historia. Y estructurar la lucha social de forma inteligente y unitaria desde, ayer. Pero reflexionemos más a partir de esta aparente derrota parcial popular.

Mientras, en las democracias capitalistas centrales más avanzadas, se reduce a 36 ó 32 horas la jornada de trabajo. Esto no es una gentil ocurrencia «progre» y nórdica inviable. Se busca así, el pleno empleo, una mejor calidad de vida, y la salud mental y física colectivas, pues los estudios científicos médicos de Salud Ocupacional advierten claramente, contra estas jornadas extendidas. Pero además se persigue en estas sociedades, el revitalizar el mercado interno y sus encadenamientos en el sector de servicios; o sea fundamentalmente, el fortalecer el Estado de Bienestar…

Si lo anterior le suena a Usted Estimado/a Lector/a, a algo así como «Socialismo Nórdico», o a vieja Socialdemocracia, o incluso a «Comunismo Criollo», –o sea a esos «perversos y diabólicos» Beneméritos de la Patria que impulsaron el Código de Trabajo, las Garantías Sociales y la CCSS–, no se asuste todavía. Permítame y le explico que difícilmente hay un país más capitalista (y hasta imperialista), y con Gobierno de Derecha, que los Países Bajos (Holanda). Su Jornada Laboral máxima es de 36 horas. ¿Quién diría que la productividad de Alemania Federal es baja? Pero encabeza la lista de naciones donde se trabaja menos de la OCDE.

Por el contrario, en la periférica Costa Rica con 48 horas laborales, –y sólo para que algunas Transnacionales no paguen horas extras–, se legalizan las jornadas de trabajo de 12 horas.

La destrucción de nuestro Estado Social de Derecho va de la mano de este Gobierno Ultra-Neoliberal y de Extrema Derecha.

Más dolor aún da, ver a gente sencilla costarricense, manipulada por la nefasta publicidad del Oficialismo, aplaudir alienada, la pérdida de sus propios derechos laborales básicos. Se promete paradójicamente más empleo así. De verdad que el razonamiento matemático, no es el fuerte de cierta Diputada oficialista. En fin…

La República, nuestra democracia, y nuestras conquistas sociales básicas, están en peligro mortal. Es como regresar en el tiempo, a las condiciones de explotación laboral del siglo XIX, o sea a las primeras huelgas por el digno derecho a trabajar sólo 8 horas diarias.

Retrocedemos como país, a pasos agigantados. Y francamente no parece haber una fuerza social, dotada de suficiente eficacia política e inteligencia que, –en medio de nuestras particularidades y diferencias–, pueda detener a esta Contrarreforma Social liderada por el Gobierno Neoliberal de turno, ahora en la versión autoritaria, populista y vulgarmente demagógica, de Rodrigo Chaves, y sus nuevos aliados de clase.

Ya este proyecto deshumanizado ganó su primer debate legislativo. Esto es una tragedia legal, política y humana. Y habla muy mal de los operadores políticos nacionales, al servicio de mezquinos intereses empresariales sin ningún sentido social de Patria o de Humanismo.

Es mi sincera opinión, que es un deber de toda persona decente y lúcida, sea esta trabajadora, empresaria, y/o profesional independiente, denunciar y combatir políticamente este infame proyecto legislativo.

Siendo como son imperfectos, pero perfectibles, nuestro Estado Social de Derecho, nuestra institucionalidad democrática, y nuestras conquistas sociales, padecen de una gran fragilidad. La falta de Legitimidad social de las mismas, impulsado por el avance de la corrupción política y la manipulación mediática y en redes sociales, establece una especie de cerco comunicativo al sector popular.

Todo este atroz clima cultural y político, –estimulado desde los voceros del Oficialismo–, es el campo fértil de la desesperanza y de anomia social (que invita al Narcotráfico y a la desesperación inmediata); es una invitación a las soluciones populistas neoconservadoras y antidemocráticas en boga (como nuestro mismo Gobierno); colaborando así más, a la polarización social y a la violencia simbólica y política.

Cuando la injusticia es Ley, se abren portillos sociales muy oscuros. Usted sabe cómo entra, pero no sabe cómo ni adónde sale.

Me temo que tal vez, más allá de la irracionalidad y de ambición apátrida de algunos malos políticos/empresarios, y repasando el contexto regional y Geopolítico, el plan para Costa Rica sea otro: Sembrar el caos, destruir nuestro Sector Público (que nos diferenciaba regionalmente), y generar así la inviabilidad democrática.

Advertidos/as estamos.

PD: Muchas gracias por «regalito» a la Diputada Pilar Cisneros, a «El Malacrianza» y a sus nuevos amigotes de la Asamblea Legislativa.

Justicia y derechos para el pueblo Ngäbe de Sixaola*

Por Eusebio Julián, indígena Ngäbe de Sixaola

Tenemos el día de hoy una petición al gobierno de Costa Rica. Exigimos el derecho a nuestro territorio, estamos enfrentando mucha vulnerabilidad, el no tener garantizado el acceso a la tierra nos impide poder sembrar, no podemos hacer nuestras actividades culturales, necesitamos acceder a salud, contar con agua, luz, servicios, acceso a vivienda y mucho más.

Nuestro pueblo ha sido históricamente transfronterizo, una vez que construyeron la frontera nos dejaron aislados. Tenemos más de 500 años de estar en la lucha, solicitando una condición de vida digna para nuestro pueblo originario.

En este momento estamos en una situación crítica. Nos obligan a vivir en territorio de las dos empresas transnacionales que nos han invadido durante los últimos años, valiéndose de la explotación laboral y el atropello de los derechos humanos de los trabajadores. Hemos comunicado ya nuestra preocupación y necesidades a las autoridades, al señor Rodrigo Chaves, a través de la carta entregada al viceministro de Justicia y Paz, Sergio Sevilla, quien nos indicó que para la segunda o tercera semana de mayo se haría presente, o enviaría algún representante al territorio para escuchar nuestras demandas. No estamos pidiendo más de lo que nos corresponde. El Estado costarricense está en la obligación de acatar lo estipulado en el Convenio 169 de la Organización Internacional del Trabajo de las Naciones Unidas.

Como pueblo indígena tenemos derecho a organizarnos desde nuestra cosmovisión, organizarnos desde nuestra cultura, nuestras creencias y resolver nuestros conflictos como usualmente lo hacemos, y no con mecanismos impuestos que nos son ajenos. El Gobierno está en la obligación de realizar la consulta indígena cuando se toman decisiones que nos afectan, y no lo han hecho así. En ocasiones han consultado a los pueblos Cabécar y Bribri, pero a nosotros, como pueblo Ngäbe nadie nos ha consultado, precisamente por no tener un territorio reconocido como tal. Ya no estamos pidiendo, estamos exigiendo un derecho para nuestra juventud, para las nuevas generaciones, estamos luchando también por ellos y ellas.

La explotación laboral nos tiene en una situación vulnerable. Las empresas bananeras buscan implementar las leyes laborales de los países de donde provienen, lo que abre más espacio para esta explotación, ya que se saltan las regulaciones que deberían aplicar en territorio nacional. Las empresas bananeras no nos proporcionan seguro social. Cuando los trabajadores se accidentan, la empresa no se hace responsable y no hay seguro que nos cubra. Los salarios son cada vez más bajos, los precios de la canasta básica siguen subiendo todos los días y el dinero ya no nos alcanza. Sufrimos también de persecución, los trabajadores que se manifiestan contra el maltrato y explotación son reprimidos por los jefes. Han venido haciendo persecuciones hasta los hogares y no nos permiten tener fogones dentro de las casas, aunque sea nuestra tradición.

En este momento hay compañeros trabajadores en huelga, ya que no les han pagado sus prestaciones, los desalojan de sus casas y se valen de la ayuda de la Fuerza Pública para hacerlo, sacan a las mujeres, niñas y niños de sus casas también. A pesar de que Costa Rica se diga ser democrática, en Sixaola son las empresas quienes mandan. El capataz es el dueño y los trabajadores no pueden reclamar nada, aunque prácticamente todos los trabajadores somos indígenas. Cuando alguno de nosotros se queja de todo lo que estamos viviendo, el capataz usa la violencia contra nosotros. Todo esto que estoy contando ocurre porque el Estado lo ha permitido, porque no ha intervenido en estas situaciones y ha facilitado la permanencia de las empresas bananeras en nuestro territorio indígena.

Nosotros, existiendo ya el Convenio 169, no vamos a permitirlo, estamos cansados de tanto maltrato y tanto abuso, somos más de 10 mil indígenas en Sixaola discriminados todos los días por el gobierno de Costa Rica.

*Con base en participación del Programa Voces y Política de Radio Universidad del 19-4-23.

Kioscos Ambientales UCR

¡Alerta! 02-04-2023. Muere trabajador bananero mientras labora. ¿Será por violación a los derechos laborales por parte de la empresa? 

Según información recabada por MTC: 

  • Dos trabajadores bananeros de una finca bananera mueren en menos de dos meses.
  • El 2 de mayo, a uno de ellos, la patronal le negó el permiso para irse a la casa.
  • Además, rechazaron su ruego de que lo llevaran al hospital cercano en un vehículo de la empresa. 
  • Fallece laborando. 
  • Jerarcas de la empresa lo cubren con una sábana y aparentemente exigen que se continúe con el trabajo «porque las cajas con el producto se deben sacar hoy mismo”.

Solicitamos al Ministerio de Trabajo, al Consejo de Salud Ocupacional y a la Fiscalía General de la República que procedan en la mayor brevedad a hacer las investigaciones de ambos casos para determinar si esa empresa está cumpliendo con los protocolos de salud ocupacional para atender estos casos, si utilizan los equipos de protección para las labores de campo y los agroquímicos autorizados por la ley. 

Instamos a la OIT que actúe según sus competencias en defensa de un trabajo seguro, justo y digno para todas y todos.

¡Exigimos que aclaren los hechos y se responsabilice a los culpables de la muerte de ambos obreros bananeros! 

Movimiento de Trabajadores y Campesinos 

Contra la privatización de la CCSS- FRENASS

El pasado 23 de marzo en redes sociales, el Frente Nacional por la Seguridad Social (FRENASS) manifestó su posicionamiento en contra de la privatización de los servicios públicos de salud a través de la tercerización.

En primer lugar, señalan que la tercerización es un mecanismo de concentración de riqueza, porque no solo precarizan las condiciones laborales de las personas trabajadoras, sino que también le permite a los empresarios privados lucrar a costa de la enfermedad de las personas.

Seguidamente, indican que, al precarizar los salarios de las personas trabajadoras se disminuye tanto el aporte al Sistema de Seguridad Social como al FODESAF, repercutiendo directamente en familias vulnerabilizadas que se benefician de los programas sociales.

En muchas ocasiones, las empresas privadas irrespetan los derechos laborales de las personas contratadas por medio de la tercerización, los cuales se estipulan en el Código de Trabajo y en Convenios Internacionales del Trabajo (OIT) en cuanto a elementos como salud ocupacional, seguridad y cobertura de posibles riesgos en el trabajo. 

Por otra parte, el FRENASS denunció que la tercerización es un mecanismo de deterioro de los servicios brindados por la CCSS y, además, un mecanismo de subcontratación y explotación laboral, ya que se les paga un menor salario por una carga laboral mucho mayor que a los demás trabajadores de la Caja. 

Así es el laberinto de la explotación laboral a migrantes nicaragüenses en Costa Rica

Compartido con SURCOS por Maikol Hernández Arias.

Un equipo de Confidencial, La Voz de Guanacaste e Interferencia de Radios UCR realizó el video titulado “Así es el laberinto de la explotación laboral a migrantes nicaragüenses en Costa Rica” en el que pretenden responder a la pregunta de qué y quiénes están detrás del atropello a los derechos de las y los trabajadores pertenecientes a esta población en sectores como el agro, construcción y supermercados de bajo costo del Valle Central.

Para esto recurren a testimonios de los propios migrantes nicaragüenses sobre sus experiencias abusivas en las empresas de estos sectores que en muchos casos no dan un salario completo, prestaciones ni seguro social aprovechando la condición de irregularidad migratoria de las personas. De esto proviene el título del video, las personas migrantes se necuentran en un “laberinto” sin salida del que no pueden mejorar sus condiciones ni denunciar por las represalias que estas acciones significarían. Puede ver el video completo en el siguiente enlace: https://youtu.be/fYlxrkpnpFQ

Opinión o actos de odio por el mundo

Juan Francisco Campos

Diciembre 2022

Resulta oportuno señalar que, por pereza o la treta confesional y política en el diario vivir de muchos fieles costarricenses, ante la situación calamitosa y asechanzas a nivel nacional; su más inmediata y casi única e instintiva respuesta es invocar oraciones como la del Ave María: “Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores”; obviamente vacía de su legítimo fervor. Maldita sumisión e impropia conducta inducida a través de la idolatrada democracia, pacifismo, patrioterismo y electorerismo; instrumentos de dominación ideológica e inmovilización social usados con eficiencia por parte de la oligarquía gobernante y grupos afines.

Por consiguiente, mientras los “chavistas criollos” siguen como Buda entre pilares ruinosos en espera de milagros, también los pesimistas dirán que no hay más, por cuanto los hechos cotidianos son más sensibles que los datos estadísticos e indicadores definidos por la academia respecto a la situación nacional. Sin embargo, en ningún momento podemos obviar la pesada realidad que nos afecta a todos, llena de flagelos, como la violencia extrema que, día a día acaba con vidas humanas visibilizando en esta “pacífica Nación”, las prácticas más atroces sobre sus víctimas sin distingo de edad, género, raza, procedencia o condición social. En verdad, si fuera que a la institución militar (ejército) se le puede asociar per se enemiga de la democracia, no parece que su abolición formal en este país, nos haya resguardado hasta hoy por ejemplo de afrontar crímenes y delitos de lesa humanidad. También, está presente la desigualdad económica a nivel récord y en crecimiento, pobreza y pobreza extrema (miseria), desempleo, explotación y psico terrorismo laboral, corrupción a todo nivel, neoextractivismo y daños ambientales sin control, servicios e infraestructura pública en deterioro e insuficientes no obstante los altos niveles de endeudamiento público, drogadicción, consumismo, miedo, traición a la Patria, etc.

Como nunca antes, este país está afrontando una situación catastrófica sin perspectiva de ser revertida a corto ni mediano plazo, la cual, no honra la democracia que autodenominan ejemplar. Sino, a otra forma de gobierno que, por degeneración, corrupción y mucho más, devino en la Plutocracia que bien exhibe Costa Rica; aproximadamente a cuarenta años de que sus mejores obras que en efecto fueron la admiración y reconocimiento internacional, sistemáticamente sus propios gobiernos las han sometido a procesos de liquidación total o parcial. Han instaurado un modelo desarrollista cuyo ganador absoluto es el capital financiero trasnacional, el cual, ya apropiado de la mayoría de recursos del país incluyendo el patrimonio natural, dispone también de toda la riqueza que sólo es posible producir con la fuerza laboral de nuestro pueblo trabajador, no obstante, únicamente a cambio de un poco empleo incluyendo el trabajo indecente y esclavo.

Es más, esa será la tendencia en crecimiento gracias a la nueva legislación que, no tiene como objetivo siquiera establecer las regulaciones necesarias ante dichas desviaciones; sino que, se encamina a convertir el país en una extensa zona franca (factoría de recolonización). Asentamientos privilegiados para la “benévola generación de empleo” por parte de dicho capital financiero transnacional (inversión extranjera) al cual, como se ha dicho, se conceden ventajas para la explotación laboral y otras consecuencias negativas a los intereses nacionales de trabajar por una Patria mejor. Por ejemplo, en cuanto a propiedad y uso de la tierra, mayor cantidad de suelos de vocación agrícola son adquiridos por nuevos propietarios nacionales y extranjeros, entre los que sobresale el empresariado inmobiliario, especialista en la ampliación de la frontera urbana tanto comercial como turística; y por añadidura, el principal obstáculo al ordenamiento territorial local, regional y nacional.

La hermosa Guanacaste, nos dicen que, demanda y tendrá más agua, pero al costo más elevado e injusto para los costarricenses a nivel financiero y ambiental; jamás será agua para los guanacastecos. Para ellos y en general para los costarricenses, quedará la deuda y más destrucción de la casa común. Quizás pocos territorios tienen hoy el grave desafío ambiental e injusticia sobre los pobres que habitan esta provincia, pues además de que ya le sobreexplotaron recursos como el agua potable, muchos de ellos hoy son verdaderos desplazados ambientales. Es decir, entre los pobres más abandonados y maltratados de este país, están gran parte de sus hijos todavía ahí residentes, quienes poco a poco siguen emprendiendo el viaje a la desesperanza desplazados de su tierra; mientras extranjeros y oligarcas nacionales, por tierra y aire, gracias a los gobiernos e intereses que representan, aceleran también su viaje en dirección inversa; pero con fines de ocupación.  

De tal manera que, bajo el nuevo modelo mercantilista por excelencia y eficiente en generación de miseria humana y ambiental; los pocos bienes y activos que todavía quedan bajo administración estatal, el gobierno y presidente de turno, como experto banquero de los organismos financieros para la dominación global, se propone rematarlos al mejor postor. Su justificación, es cohonestar a conveniencia de esas mismas entidades financieras, la deuda externa que hace mucho tiempo es inmoral e impagable. Observamos por lo tanto que, a pesar de los supuestos o no deslices del señor presidente, no ha dejado de trabajar para ellos.

En resumen, es claro que, en la carrera por “generar empleo” (entiéndase explotación laboral y concentración de la riqueza) para los pobres, en este mundo de la modernidad y también “felicidad tica”, no deben existir límites (regulaciones) de ninguna naturaleza. La apertura del país a los mercados mundiales así lo exige, y para ello, ejecutan una regresividad legalista como parte de la estrategia de “facilitación de trámites”, a través de la cual, requerimientos técnicos como los ambientales, de hecho son señalados como “cuellos de botella” a eliminar. Con estas políticas, trascendentales órganos técnicos como la SETENA, creados en su momento para procurar el desarrollo sostenible, además de que no la dejaron cumplir su función, ahí está, con su mismo equipamiento técnico, humano y físico de hace tres años, casi sólo esperando su dispersión o extinción final. Es parte de la lista entidades públicas a desaparecer según el funesto “Acuerdo Nacional” entre partidos políticos de hace ya cinco años; y con los mismos fines, está entre los órganos priorizados por el gobierno actual. Tómese en cuenta que, en julio del año 2019, más del 50 % de sus tareas principales fueron eliminadas vía decreto ejecutivo No. 41815-2019-MINAE. S-MOPT-MAG-MEIC. La administración Alvarado y sus acólitos la señalaron como el principal “cuello de botella” para la generación de empleo y el desarrollo nacional. Pero a pesar del retroceso ambiental que consolidaron, los empleos ni el desarrollo prometido llegó. Por el contrario, el desempleo aumentó e igualmente se multiplicó el trabajo informal y los daños ambientales; y a pesar de la “bondadosa ayuda gringa a la seguridad”, es irrefutable que, hasta el crimen organizado creció como el “empleo más calificado” según sus equipamientos e infraestructuras.

Y no obstante lo anteriormente descrito, es notable que la caótica situación que nos afecta es más profunda de lo que aparenta. Sin margen a la duda, es una bien definida crisis civilizatoria, para la cual, sólo recetan “más mercado y menos Estado”; condición propiciadora de un incesante bombardeo mediático de promoción al consumismo y endeudamiento individual o familiar a nivel estrangulante; obviamente, la deuda del Estado no es la única impagable. Debe repetirse que, están pagas. Un contexto en el que, es agravante la ausencia de principios éticos y morales, característica sobresaliente de esos grupos oligárquicos apoderados de nuestro Estado Social de Derecho y de Servicio Público. Régimen que, para la perpetuación de su poder absoluto, dispone y usa todo tipo de medios para desinformar, por ejemplo, mediante diferentes acciones que van dirigidas inclusive a generar odio y maledicencia contra los grupos sociales y políticos o también individuos que no comulgan con sus intereses. Conductas inhumanas que creíamos desterradas del mundo, pero que, de nuevo están resurgiendo tanto en Europa como en América, por ejemplo, en Brasil y el EUA anglófono.

Pero en Costa Rica también se dan señales al respecto, su presidente no hace mucho tiempo (https://www.presidencia.go.cr/comunicados/2022/07/presidente-rodrigo-chaves-atiende-llamada-de-mandatario-ucraniano/…) declaró públicamente y al parecer conmocionado, que tuvo conversaciones amistosas con su colega ucraniano -personaje de muy discutida estirpe- mediante las cuales prometió apoyo a ese “líder y su pueblo que se defiende con las uñas”. Vaya hipérbole chavista, un Guinness 2022 que, de seguro pertenece a la “señora de Purral”. Por lo mismo y observando paralelismos, nos preguntamos insistentemente con cuáles atributos un comediante y figura de televisión o un agente de la banca mundial, de la noche a la mañana sin ninguna carrera política y sólo con estructuras partidarias sin trayectoria alguna más que dinero, montados en el caballo troyano de combate a la corrupción y dis que “Sluhá narodu Слуга народу”, irrumpen como presidentes de una Nación.

Por lo tanto, es conocido y evidente que, algo tampoco camina bien en los sistemas eleccionarios del mundo de los llamados países democráticos, razones por las cuales, en lo que al país nuestro corresponde, una justa precaución debe ser estar atentos a las actuaciones y otras señales del gobernante, entre ellas los encuentros de alto nivel con jefes militares y de inteligencia gringos, “donaciones para la seguridad”, así como el llamado a nuevos reservistas. Como que, aquí también se hace presente el acompañamiento del mismo padrino cuya bondad con el presidente y sus súbditos para blindarlos, dispuso una “ayudita” de varios cientos de miles de dólares; mientras para la reciente emergencia nacional por lluvias, de parte del mismo donante sólo llegó 40 mil dólares.

Al observar algunas acciones de los presidentes compinches, en tanto dicen que desarrollan políticas de “modernización” en sus Estados, y copiar entre ellos o acatar órdenes imperiales no les resulta difícil, especialmente si de seguridad se trata; siendo que en Ucrania opera el batallón Azov como brazo derecho del referido “líder”, surgen evidencias como para preguntarnos si también en Costa Rica, habrán creado con similar función algo al respecto. En cuanto a señales, corresponde también, analizar con especial atención un acto de evidente odio publicado el día 13 de noviembre 2022 como opinión de un medio digital costarricense, comentado por un batallón de troles dispuestos al linchamiento hasta ese momento verbal de un grupo de ciudadanos. A dicha opinión la titularon “El inmaculado Frente Amplio”.

Sin embargo, de lo que es público y conocido hasta hoy, es innegable que la agrupación a la cual se alude, opera legítimamente, declara que no comulga con el neoliberalismo, desde su significativa representación parlamentaria se muestra como la principal fuerza que opone resistencia al gobierno; y tanto a sus jóvenes diputados como dirigentes partidarios, no se les conoce procesamientos penales por corrupción u otros hechos delincuenciales. Obviamente no son una perfección humana, pero, difícilmente en el mismo ámbito parlamentario, otra agrupación política y sus dirigentes de los allí representados tienen igual trayectoria. Pero, para un régimen plutocrático como el que se ha instaurado y gobierna, es claro quiénes son sus enemigos a hostigar o extinguir en nombre de la democracia y por el medio que sea. Inclusive, sus amigos o colaboradores de hoy, en cualquier momento hasta de “eventuales delitos criminales” se les puede acusar; así sea que actúen bajo el ordenamiento legal, pero no del presidencial (crhoy.com; 09/12/2022). A eso parece contribuir “el mundo de C R” y probablemente, si son también cuestionados, alegarán censura a la “nueva libertad de prensa”.

 

Imagen ilustrativa.

Un siglo de explotación laboral y una continuidad de diversas formas modernas de trabajo forzoso en la agroindustria costarricense

Información compartida con SURCOS por Maikol Hernández Arias

Durante más de cien años los trabajadores agrícolas han sido sometidos a condiciones de trabajo inaceptables por parte de las compañías extranjeras que en complicidad con el Estado costarricense, se apropiaron de las mejores tierras del país. ¿Por qué hoy prevalecen condiciones de trabajo semejantes a las de hace un siglo? ¿Por cuáles razones, después de tantos avances en instrumentos internacionales de derechos humanos, la realidad laboral sigue siendo muy semejante a la de un siglo atrás?

El 16 de noviembre de 2020, Costa Rica ha depositado el instrumento de ratificación del Protocolo de 2014 relativo al Convenio sobre el trabajo forzoso, 1930, convirtiéndose en el 47° país que ratifica el Protocolo a nivel mundial y el quinto a nivel de la región de América Latina y el Caribe.

Por otra parte, ha pasado más de un siglo del Convenio 11 de la OIT sobre el derecho de asociación sindical de los trabajadores agrícolas, y a pesar de ello, no ha sido posible que estos puedan organizarse en sindicatos. Fueron las administraciones a partir de la década de los años ochenta las responsables de la desarticulación del sindicalismo agrícola y la eliminación de toda forma de negociación colectiva. Esta fue sustituida por organizaciones solidaristas y comités empresariales de trabajadores denominados comités permanentes. Estos últimos en supuesta representación de los trabajadores sustituyen a los sindicatos y firman arreglos directos. Las empresas transnacionales no permiten la negociación colectiva y apenas dejan existir algunos sindicatos para dar la apariencia que permiten la libertad sindical.

A pesar de la ratificación de los Convenios de OIT, números 11, 87 y 98 sobre libertad sindical y el Convenio 30 y su protocolo, no existen políticas eficaces para acabar con las formas de trabajo forzoso, prevalece la explotación de los trabajadores con mayor repercusión en migrantes, mujeres y niños y otros grupos vulnerables. 

El Protocolo requiere que los Estados adopten medidas efectivas para prevenir y combatir el trabajo forzoso, incluido el trabajo por servidumbre de deudas, el trabajo doméstico forzoso, o la trata de personas, y para proporcionar a las víctimas protección y acceso a acciones jurídicas y de reparación apropiadas, tales como una indemnización. Sin embargo, el acceso a la justicia está muy limitado, resulta oneroso y esto se agrava cuando se trata de poblaciones en situación de pobreza y marginalidad, como lo es la mayoría de los trabajadores agrícolas del país.

El trabajo asalariado ha estado concentrado desde finales del siglo XIX en los productos agrícolas de exportación, especialmente banano, café, caña de azúcar y más recientemente palma aceitera, piñas y otras frutas tropicales. Así se formó el proletariado agrícola que ha trabajado para los latifundios y empresas transnacionales que se fueron apropiando de las mejores tierras del país y construyeron sus propios enclaves sin fiscalización estatal. 

En las zonas de enclaves agroindustriales, las personas tienen imposibilidad de acceder a la educación formal superior y a la formación profesional, debido a la inexistencia de las instituciones públicas en estas regiones.  Situación que provoca que los niveles educativos sean bajos y de esta forma garantiza el relevo generacional de mano de obra en condición de vulnerabilidad. Aprovechando su condición de únicos empleadores en las comunidades, los jóvenes solamente tienen la oportunidad laboral en la agroindustria. Esta es una realidad perversa. 

Las plantaciones afectan además la agricultura de producción de alimentos de los costarricenses, fueron cosechados con trabajo familiar de un sector de campesinos pobres, que muchas veces no cuentan con los medios para impulsar empresas agrícolas exitosas. Muchos de ellos ocupan mano de obra temporal en cosecha, y los propios miembros de la familia incluidos los niños y las niñas.

En el café, estos campesinos, con la orientación del Estado logran organizarse en cooperativas y vincularse al comercio internacional, conformando una clase media campesina. Los avances educativos y sanitarios promovidos por el Estado costarricense le permitirán junto al café, construir condiciones de vida y trabajo diferenciadas de los asalariados agrícolas.

Los trabajadores ocupados en las empresas agroindustriales donde la explotación capitalista impuso las condiciones de trabajo, un siglo después se encuentran en condiciones de miseria, sin posibilidad de tener acceso a la tierra y menos aún de aprovechar el desarrollo logrado por el país en materia de salud, educación y condiciones de vida.

Si los comparamos con otros sectores económicos, los trabajadores agrícolas están débilmente protegidos por las leyes laborales nacionales. En algunos casos esto se debe a que el alcance de la legislación es muy limitado para orientar las relaciones laborales, en donde prevalecen prácticas históricas de explotación y trabajo forzoso, que supone la explotación del trabajo de las mujeres, niños y niñas, población migrante y trabajadores indígenas.

En Costa Rica la legislación de protección simplemente no se cumple y las instituciones estatales son omisas o carecen de políticas públicas eficaces, porque prevalece la protección de estas empresas transnacionales, sus negocios, sobre los derechos laborales, la salud y el medio ambiente.

Además, la aplicación de la legislación, en general, es una problemática en las zonas rurales, donde los trabajadores, muchos de ellos migrantes, no están familiarizados con los detalles de la ley. Incluso cuando existe una legislación específica sobre jornadas de trabajo, salarios y formas de pago, contratación y alojamiento, mientras que la inspección y la aplicación tiende a ser débiles o inexistentes. 

En el caso de las mujeres, la explotación se agrava por las distintas formas de violencia a que son sometidas. La mayor parte de las asalariadas agrícolas se caracteriza por la mala calidad de los empleos que se les ofrece, lo cual, redunda en los altos niveles de pobreza que persisten entre los trabajadores agrícolas.

Las mujeres no se encuentran en ningún puesto de mando. En la práctica realizan las mismas labores pesadas al igual que los demás trabajadores. Las líneas de ascenso no existen. No se regula en los acuerdos directos nada que tenga que ver con igualdad de género.

En este contexto se da mucha agresión sexual y contra el derecho a la intimidad de las trabajadoras. Los servicios sanitarios no están diferenciados ni existen en el campo. Las mujeres deben realizar sus necesidades fisiológicas en zanjas en condiciones humanamente inaceptables.

En cuanto a la salud laboral no se toman previsiones por su condición de mujeres. Deben trabajar con la misma intensidad que se les exige a sus compañeros de trabajo pues el pago es a destajo, el monto del pago depende del cumplimiento de la tarea asignada.

Sus empleos son mal remunerados y los salarios no les permiten satisfacer sus necesidades mínimas, a pesar de cumplir con extensas jornadas de trabajo. No obstante, estas condiciones, sus aportes son fundamentales para superar la pobreza del hogar. 

En estos escenarios se trabaja para comer y no para vivir, reproduce al mismo tiempo una mano de obra que desde muy joven se engancha en el mismo estilo de vida, con los mismos patrones culturales y con un futuro de limitaciones fácilmente pronosticable. Aparte en la importante población migrante en la agricultura, muchas son víctimas de explotación y trata de personas.

Las tarifas salariales fijadas a las labores por destajo las imponen las empresas sin que medie tutela del Estado o el Consejo Nacional de Salarios. Las fórmulas utilizadas para fijar estas tarifas son desconocidas por los trabajadores y por el mismo gobierno. Situación que coloca a los trabajadores en estado de indefensión, ya que deben ejecutarlas al ritmo e intensidad que unilateralmente le imponga el patrono. Desde nuestro punto de vista, el salario a destajo es el principal riesgo de trabajo, ya que arrastra a los trabajadores a realizar sobre esfuerzos, exponerse a riesgos y desgastarse físicamente de forma acelerada.

Podemos afirmar que el poder de las transnacionales agroindustriales no permite ningún nivel de inspección o control por parte del Estado costarricense y que el Ministerio de Trabajo y Seguridad Social y la administración de justicia, tampoco constituyen un límite para su violación de los derechos laborales y el trabajo forzoso, y por tanto realizan sus infracciones a las leyes y normas constitucionales con absoluta impunidad. Esto quedó demostrado durante la reciente pandemia de COVID-19 donde muchas empresas agroindustriales propiedad de transnacionales no permitieron el ingreso de autoridades de salud.

Así, por ejemplo, persiste el trabajo infantil, les retienen documentos a los trabajadores migrantes y los hacinan en cuartuchos, les cobran el transporte hasta la finca donde ese día laboran. También deben comprar su alimentación o prepararla en lugares insalubres. 

Los trabajadores y trabajadoras están por su cuenta sin una participación activa del Estado en materia de control de la salud laboral. Adolecen de agua potable y hasta se les sanciona por exigirla, trabajan largas jornadas bajo el sol, siendo personas iletradas riegan venenos, los trabajadores indígenas de las bananeras suscriben sus contratos de trabajo en idioma español aún y cuando no lean este idioma. No podemos omitir en este documento, la forma indiscriminada con que se vierten los agrotóxicos en la tierra, se contaminan los ríos, se talan los bosques, se enferman los vecinos, sufren los animales y se afectan de forma indirecta a los pequeños agricultores de las comunidades quienes padecen los efectos de plagas y reducción de tierra. 

El Estado es un gran ausente. El acceso a la salud, a la justicia y la inexistencia de controles en materia de inspección de trabajo para que se pague la seguridad social afecta gravemente las condiciones de trabajo que resultan indignas. Frente a todo esto los trabajadores y trabajadoras se les niega el acceso a la justicia, no solo porque para plantear una demanda laboral requieren contratar la asistencia legal de un profesional, lo que resulta costoso o significa disponer de la mitad de los que se le vaya a indemnizar, sino porque los juzgados están muchas veces a distancias importantes de los lugares donde se ubican las empresas. Esto afecta las denuncias administrativas y judiciales de riesgo de trabajo facilitando la impunidad empresarial.

Más grave aún, persisten condiciones favorables a la trata de personas por las migraciones descontroladas y la inacción del Estado y sus autoridades. Muchas de estas empresas están ubicadas a ambos lados de la frontera con Nicaragua y Panamá, y miles de trabajadores deambulan sin que existan estrictos controles fronterizos porque rigen las normas de libre circulación sin requisitos que exigen estos enclaves territoriales donde se siembran los monocultivos.

Todo esto sucede en un país donde las leyes, tratados y convenios internacionales, son letra muerta, mientras los trabajadores no pueden organizarse libremente en sindicatos. Mientras los sindicatos no operen con libertad en la agroindustria costarricense, seguirá imponiéndose la esclavitud y la violación a los derechos humanos.

El señor y la señora, Maikol Hernández Arias, secretario general de la Federación Nacional de Trabajadores de la Agroindustria (FENTRAGH) y Dania Bando Castillo, secretaria general adjunta, en el marco de la reunión sindical con Tomoya Obokata, Relator Especial de la ONU sobre las formas contemporáneas de esclavitud, alzan la voz sobre las empresas agroindrustriales multinacionales y los mecanismos que utilizan estas para violentar los derechos humanos de los trabajadores, la forma en que estos afectan a las comunidades y el impedimento de la libertad sindical, esto ultimo es relevante pues sin libertad sindical no hay forma de revertir o luchar contra las nuevas formas de esclavitud en Costa Rica, según lo dicho por los representantes de la FENTRAGH. 

Otros temas que se presentaron en la reunión fueron los de trabajadores migrantes, indígenas y el trabajo infantil en las agroindustrias. El tema de los migrantes es complejo pues estas poblaciones son invisibilizadas, y se les niega todo tipo de derecho laboral. La discriminación en la población indígena se presenta por medio de contratos en español, idioma que no manejan. 

Experto sobre las formas contemporáneas de la esclavitud visita Costa Rica

GINEBRA (10 de noviembre de 2022) – El Relator Especial de la ONU sobre las formas contemporáneas de la esclavitud, Tomoya Obokata, realizará una visita a Costa Rica del 16 al 25 de noviembre de 2022.

Durante la visita, el experto examinará casos de explotación laboral que pueden equivaler a trabajo forzoso o en condiciones de servidumbre en diversos sectores de la economía como la agricultura/agroindustria, el turismo, la industria manufacturera y el trabajo doméstico. Obokata también evaluará en qué medida prevalecen las peores formas de trabajo infantil en el país y qué medidas han tomado el Gobierno y las empresas para eliminar estas prácticas.

Los Objetivos de Desarrollo Sostenible exigen a los Estados de «adoptar medidas inmediatas y eficaces para erradicar el trabajo forzoso, poner fin a la esclavitud moderna y a la trata de seres humanos y garantizar la prohibición y eliminación de las peores formas de trabajo infantil, incluidos el reclutamiento y la utilización de niños soldados, y para 2025 poner fin al trabajo infantil en todas sus formas.»

«Al convertirse en un país «Pathfinder» en el marco de la Alianza 8.7, Costa Rica se comprometió a acelerar la acción en este sentido y deseo evaluar qué progresos se han realizado para poner fin a la esclavitud en el país, cuáles son los desafíos restantes y qué más se necesita para poner fin a las prácticas similares a la esclavitud, incluso en el sector privado», dijo Obokata.

El Relator Especial pasará un tiempo en San José y Los Chiles, y se reunirá con funcionarios del gobierno, organizaciones de la sociedad civil, sindicatos, representantes de la ONU y del sistema interamericano de derechos humanos, organizaciones internacionales y miembros de la comunidad diplomática.

Obokata compartirá sus observaciones preliminares en una conferencia de prensa híbrida el 25 de noviembre en la Casa de la ONU, Oficentro La Virgen No. 2, Zona Industrial, Pavas, San José, a las 10 A.M hora local. El acceso estará estrictamente limitado a los periodistas.

El Relator Especial presentará un informe completo al Consejo de Derechos Humanos en septiembre de 2023.

FIN

El Sr. Tomoya Obokata fue nombrado Relator Especial de la ONU sobre las formas contemporáneas de la esclavitud en marzo de 2020. El Sr. Obokata es un estudioso japonés del derecho internacional y los derechos humanos, especializado en la delincuencia organizada transnacional, la trata de personas y la esclavitud moderna. Actualmente es profesor de Derecho Internacional de los Derechos Humanos en la Facultad de Derecho de York, y anteriormente enseñó en la Universidad de Keele, en la Universidad de Queen’s Belfast y en la Universidad de Dundee (todas ellas en el Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda del Norte).

Los Relatores Especiales forman parte de lo que se conoce como Procedimientos Especiales del Consejo de Derechos Humanos. Los Procedimientos Especiales, el mayor órgano de expertos independientes del sistema de derechos humanos de la ONU, es el nombre general de los mecanismos independientes de investigación y supervisión del Consejo que se ocupan de situaciones específicas de países o de cuestiones temáticas en todo el mundo. Los expertos de los Procedimientos Especiales trabajan de forma voluntaria; no son personal de la ONU y no reciben un salario por su trabajo. Son independientes de cualquier gobierno u organización y prestan sus servicios a título individual.

 

Fuente: https://www.ohchr.org/es/press-releases/2022/11/un-expert-contemporary-forms-slavery-visit-costa-rica