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Etiqueta: filosofía

Baruch Spinoza. Más allá de un Dios de terribles castigos o premios

Samuel Hirszenberg; Spinoza excomulgado, 1907 (detalle)

Juan Jaramillo Antillón

La actividad más importante que un ser humano puede alcanzar es aprender a entender, porque entender es ser libre.

(Baruch Spinoza)

Nació en 1632 en Ámsterdam, Países Bajos, y falleció en 1677 a la edad de 43 años, debido a tuberculosis, cuando estaba traduciendo al holandés el Antiguo Testamento.

De origen judío-hispánico, sus raíces familiares se encuentran en Espinosa de los Monteros. La familia fue expulsada por judía, por los Reyes Católicos de España, por lo que se trasladaron Portugal y luego, por otra persecución, se fueron a Ámsterdam. Sus amigos lo admiraban por su inteligencia y bondad.

Desde joven prefería pasar el tiempo en la sinagoga aprendiendo sobre religión, estudiando la Biblia y la historia del pueblo judío. Sus primeras dudas sobre la verdad absoluta de la Biblia surgieron al estudiar el pensamiento de filósofos judíos como Ibn Gebirol y la forma como este identificaba a Dios con el universo. Luego con Hasdai Crescas, quien creía que el universo material era el cuerpo de Dios.

Estudió latín para ampliar sus conocimientos y poder leer sobre la religión cristiana y porque había traducción al latín de los pensadores griegos, Platón, Aristóteles, Demócrito, Epicuro, Lucrecio. Se interesó por la vida y hechos de Giordano Bruno condenado por la «santa» Inquisición y quemado vivo. Las ideas de él, de que toda la realidad no es más que una sustancia, una causa, un origen; de que Dios y esta realidad son una misma cosa; de que espíritu y materia son una cosa y, además, de que toda partícula de la realidad se compone inseparablemente de lo físico y lo psíquico, lo impregnaron para toda su vida. También influyó en él Descartes, cuya noción central era la primacía de la consciencia, «pienso, luego existo» (Cogito ergo sum), y su explicación del mundo por leyes mecánicas y matemáticas. Así mismo, sobre que todo aquello que existe o sucede se puede deducir mediante la ayuda de una serie de premisas lógicas e indudables, desde una base puramente científica, algo que creen muchos en los tiempos modernos.

Con el tiempo, estuvo en desacuerdo con Descartes ya que Spinoza entró en una concepción religiosa del mundo al plantear su duda de la siguiente manera: «Si todo lo que tiene lugar en el universo se puede explicar a partir de una serie de leyes científicas y ecuaciones matemáticas, ya no es preciso atribuir a Dios ningún papel en este proceso», en cambio, Spinoza creía que: «Dios es la causa de todas las cosas, las cuales forman parte de él». Se aprecia que esta es una concepción panteísta.

Es considerado aparte de teólogo y político uno de los tres más importantes filósofos racionalistas al igual que Descartes y Leibniz. Hegel, Schelling y otros filósofos lo consideraban el padre del pensamiento moderno. Albert Einstein lo admiraba mucho y decía que el Dios bondadoso y que respetaba a los seres humanos de Spinoza era el suyo, aunque Einstein no creía en el panteísmo. El famoso matemático, filósofo y Premio Nobel de la Paz, Bertrand Russell, lo consideraba, el más noble entre todos los filósofos.

Escribió un Tratado teológico político donde criticaba a la religión judía y la cristiana.

Señalaba que el lenguaje de la Biblia es metafórico y alegórico, con descripciones exageradas, su objetivo no era convencer por medio de la razón, sino mediante la imaginación. Por ello la gran cantidad de milagros hechos por Dios para el pueblo judío, el elegido de Dios.

Él creía en un Dios omnipresente, omnipotente e infinito, concluyendo que no hay nada que no forme parte de Dios. Por cierto, Newton respecto a esto señalaba que Dios creó el conjunto del universo para, a continuación, dejar que este se desarrollase por sí solo de acuerdo con unas leyes que habría dispuesto, leyes que él como científico descubrió y que llamó de la gravitación universal y otras. Spinoza estaba también en desacuerdo con eso, ya que, no podía concebir que Dios exista por un lado y el universo por otro, como dos realidades inconexas, ya que, para él, si Dios es infinito como afirman las religiones y si se separa a Dios del mundo, estaría poniéndole límites al carácter infinito de Dios.

Su Dios nada tiene que ver con el primer motor de Aristóteles ni con el Dios personal de cristianismo. Él estaba contra todas las concepciones antropomórficas de Dios. Dios actúa por entero en los fenómenos con absoluta necesidad. Dios como única substancia y causa inmanente de toda realidad es perfectamente racional y no emana de la naturaleza, sino que se identifica con ella. Con eso él aceptaba que Dios se encuentra presente en la totalidad de lo creado en la naturaleza. Dios no está fuera del mundo, ni está en el mundo, sino que él mismo es el mundo. Eso significa que el universo físico es el cuerpo de Dios. Dios y la naturaleza son una y la misma cosa. El ser humano a pesar de ser una criatura finita posee esa misma naturaleza y a nadie se le ocurriría pensar que el cuerpo y el alma trata de dos personas diferentes. La tradición judía enseña que el cuerpo viene a ser la forma exterior del alma. Esta es una concepción muy especial del hombre y el universo.

Él pudo escribir sus obras muy contradictorias por residir en Holanda (Países bajos), el país más tolerante del mundo de su tiempo. En cualquiera otro lo habrían encarcelado o asesinado.

Por su manera de pensar, fue rechazado y perseguido por la comunidad judía de su tiempo, ya que se escandalizaron por su visión panteísta del mundo, siendo expulsado de la comunidad judía de Ámsterdam. Rechazaron el que él afirmara que Dios tiene como cuerpo el mundo material, que el alma podía ser meramente vida, que no existen los ángeles ni la inmortalidad del ser humano. Fue excomulgado, se les prohibió a todas las personas de la comunidad judía tener contacto con él, sus amigos se alejaron y hasta su padre, un rico comerciante lo abandonó. Se le prohibió la entrada las sinagogas. Solo y aislado, sin profesión. Un comerciante en lentes le enseñó a pulirlos y de eso vivió.

Era considerado en su tiempo «un libre pensador», uno de los precursores de «la libre expresión de las ideas». Creía que la libre expresión de estas es imprescindible para mantener el orden social, pues, en un mundo gobernado por la razón, «cada persona debe poder pensar lo que quiera y decir lo que piensa y los que atentan contra la libertad son aquellos que, en una sociedad libre, pretenden coartar la libertad de pensamiento de los que se resisten a aceptar una tiranía».

Es posible que haya sido el primer filósofo en postular, un siglo antes del inglés Locke, la libertad de expresión como base de la convivencia pacífica, como la posibilidad de progreso y el verdadero objetivo de un gobierno.

Para él era necesario proteger y asegurar las prerrogativas de los ciudadanos, englobándolos en los fines para los cuales surgió la sociedad, al concederle la soberanía popular (el poder) al gobierno, estos deben recibir seguridad y protección. El Estado no puede esclavizar el pensamiento individual ni la libertad, ya que eso sería sojuzgar a la razón. El ciudadano debe ser capaz de imponerse él mismo el dominio de la razón y nunca será esclavo. El problema es que pueden existir formas imperfectas de Estado y que les impiden realizar sus verdaderos fines. La religión no persigue o tiene por fin conocer la naturaleza de las cosas, sino solo aleccionar al hombre sobre su vida moral. Por eso, ni la religión ni el Estado deben atentar contra la libertad de pensamiento.

Respecto a cuál era la mejor forma de gobierno, él contestaba: existen el monárquico, que es tiránico y mantiene engañados a los hombres, y los controla; el aristocrático gobierno de unos cuantos; y el democrático, para él, este últime, es el más natural, y a la vez el que garantiza la libertad de sus súbditos.

Él no creía en el libre albedrío y en el azar, pues creía que todo sucede por necesidad, nada sucede casual o accidentalmente, la suposición de que el hombre tenga voluntad libre es una ilusión. Toda decisión que toma y acto que realiza están determinados.

Puede también ser considerado uno de los defensores de la naturaleza. Él señalaba que «no se puede ir en contra de la naturaleza pues esta se asienta sobre un orden fijo e inmutable» e ir contra ella es ir contra nosotros mismos. Además, la existencia de la naturaleza no depende de nada, excepto de su propia esencia. El problema es que, como ya se señaló, él consideraba que hay una sola sustancia a la que se puede llamar Dios o naturaleza, que engloba todas las cosas.

Notas

Durant, W. (1978). Spinoza. Historia de la Filosofía. México: Editorial Diana.
Geymonat, L. (1985). «Hobbes y Spinoza». En: Historia de la Filosofía y de la Ciencia. Madrid, España: Editorial Crítica. pp. 167-183.
Hampshire, S. (1973). Spinoza. Madrid, España: Ediciones Doncel.
Hartnack, J. (1987). «Naturalismo de Spinoza». En: Breve Historia de la Filosofía. Madrid, España: Ediciones Cátedra, S. A., pp. 107-120.
Magge, B. (1999). «Spinoza». En: Historia de la Filosofía. Barcelona, España: Art. Blume, S. L., pp. 90-95.
Spinoza, B. (2002). Tratado teológico-político. Barcelona, España: Ed. Folio.

 

Publicado en https://www.meer.com/es/73521-baruch-spinoza y compartido con SURCOS por el autor.

El silencio de los intelectuales

«La destrucción de la paz y la democracia se debe generalmente a la constitución desigual y paralela de dos círculos de libertades autorizadas, es decir, las libertades de expresión y acción aceptadas por los medios de comunicación y el poder político». 

Artículo del Académico portugués Boaventura de Sousa Santos. Doctor en sociología, catedrático de la Facultad de Economía y director del Centro de Estudios Sociales de la Universidad de Coímbra (Portugal).Traducción de Bryan Vargas Reyes.

Por: Boaventura de Sousa Santos

Los intelectuales no tienen el monopolio de la cultura, de los valores o de la verdad, y mucho menos el monopolio de aquello que debería ser entendido por cualquiera de estos «dominios del espíritu», como se decía antiguamente. Tampoco pueden renunciar a denunciar lo que, en su opinión, consideran ser destructivo de la cultura, de los valores y de la verdad, especialmente cuando esta destrucción supuestamente ocurre en nombre de la cultura, los valores y la verdad. Los intelectuales no pueden dejar de saludar al sol antes de que nazca el día, pero tampoco pueden evitar advertir que muchas nubes pueden nublar el cielo antes de que caiga la noche e impedir que se disfrute la claridad del día.
En Europa estamos asistiendo al alarmante (re)surgimiento de dos realidades destructivas de los «dominios del espíritu»: la destrucción de la democracia, con el crecimiento de las fuerzas políticas de extrema derecha; y la destrucción de la paz con la naturalización de la guerra. Cualquiera de estas destrucciones está legitimada por los valores que pretende destruir: la apología del fascismo se hace en nombre de la democracia y la apología de la guerra en nombre de la paz. Todo esto es posible porque la iniciativa política y la presencia mediática están siendo entregadas a las fuerzas belicistas y a las fuerzas conservadoras de derecha o extrema derecha. Las medidas de protección social para que la población sienta en el presupuesto y en la convivencia que la democracia es mejor que la dictadura son cada vez más escasas debido a los costos de la guerra en Ucrania y al hecho de que las sanciones económicas en contra del “enemigo”, que supuestamente debían causar daño al enemigo, están, de hecho, causando daño a los pueblos europeos cuyos gobiernos se aliaron con Estados Unidos.
La destrucción de la paz y la democracia se debe generalmente a la constitución desigual y paralela de dos círculos de libertades autorizadas, es decir, las libertades de expresión y acción aceptadas por los medios de comunicación y el poder político. El círculo de libertades autorizadas para posiciones progresistas que defienden la paz y la democracia disminuye cada vez más, mientras que el círculo de libertades autorizadas para posiciones conservadoras que hacen apología de la guerra y la polarización fascista sigue creciendo. Los comentaristas progresistas están cada vez más ausentes de los grandes medios de comunicación, mientras que los conservadores dejan pasar semanalmente páginas enteras cargadas de una mediocridad espantosa. Veamos los principales síntomas de este vasto proceso en curso.
1. La guerra de información sobre el conflicto entre Rusia y Ucrania se ha desarrollado hasta ahora de tal manera que incluso los comentaristas con cierto sentido común conservador se someten a ella con repugnante sumisión. Un ejemplo entre muchos de los medios corporativos europeos: en el comentario semanal de un canal de televisión portugués (SIC, 29 de enero de 2023), un conocido comentarista, generalmente una persona de buen criterio dentro del campo conservador, dijo más o menos esto: «Ucrania tiene que ganar la guerra porque si no gana, Rusia invadirá otros países de Europa». Más o menos lo mismo que los televidentes estadounidenses escuchan todos los días de la mano de Rachel Maddow en el canal de televisión MSNBC. ¿De dónde viene este absurdo sino del consumo excesivo de desinformación? ¿Se les habrá olvidado que la Rusia postsoviética quería unirse a la OTAN y a la UE y fue rechazada, y que la expansión de la OTAN en las fronteras de Rusia, en contra de lo que le fue prometido a Gorbachov, podría ser una preocupación defensiva legítima por parte de Rusia, incluso si es ilegal invadir Ucrania, como condené desde primera hora? ¿No sabrán que fueron Estados Unidos y Reino Unido quienes boicotearon las primeras negociaciones de paz poco después de la guerra haber comenzado? Y si, por hipótesis, Zelensky quisiera abrir negociaciones con Putin, ¿creen que solo lo detendría la extrema derecha ucraniana? ¿Estados Unidos o Reino Unido lo permitirían? ¿No han pensado los comentaristas ni por un momento que una potencia nuclear enfrentada a la eventualidad de la derrota en la guerra convencional puede recurrir a las armas nucleares, y que esto puede causar una catástrofe nuclear? ¿Y no se dan cuenta de que en la guerra de Ucrania se explotan dos nacionalismos (ucraniano y ruso) para someter a Europa a una dependencia total de Estados Unidos y detener la expansión de China, el país con el que Estados Unidos está realmente en guerra? ¿Que Ucrania es hoy la prefiguración de lo que Taiwán será mañana? Curiosamente, en este vértigo ventrílocuo de la propaganda, nunca se dan detalles sobre lo que significa la derrota de Rusia. ¿Conducirá al derrocamiento de Putin? ¿La balcanización de Rusia?
2. La ideología anticomunista que ha dominado el mundo occidental durante los últimos ochenta años está siendo reciclada para fomentar hasta la histeria el odio antirruso, a pesar de que se sabe que Putin es un líder autocrático, amigo de la derecha y de la extrema derecha europea. Se prohíben los artistas, músicos y deportistas rusos, y se eliminan los cursos sobre cultura y literatura rusas, tan europeas como la francesa. En la primera reunión internacional del club P.E.N. después de la Primera Guerra Mundial, celebrada en mayo de 1923, los escritores alemanes fueron prohibidos como parte de la estrategia de humillar la potencia vencida en el Tratado de Versalles de 1919. La única voz disidente fue la de Romain Rolland, Premio Nobel de Literatura en 1915. Él, que había escrito tanto contra la guerra, y específicamente contra los crímenes de guerra de los alemanes, tuvo el coraje de declarar, «en nombre del universalismo intelectual»: «No someto mis pensamientos a las fluctuaciones políticas y dementes de la política».
3. La democracia está siendo tan vaciada de contenido que puede ser defendida instrumentalmente por aquellos que la usan para destruirla, mientras que aquellos que sirven a la democracia para fortalecerla contra el fascismo son considerados izquierdistas radicales. Fue unánime el coro occidental para celebrar los eventos de la plaza Maidan de Kiev en 2014, donde comenzó la guerra de hoy. Aunque las banderas de las organizaciones nazis fueron claramente visibles en las protestas, a pesar de la furia popular dirigida contra un presidente elegido democráticamente, Víctor Yanukovych, a pesar de que las escuchas telefónicas revelaron que la neoconservadora estadounidense, Victoria Nuland, había indicado los nombres de aquellos que asumirían el poder en caso de una votación,  incluida la de una ciudadana estadounidense, Natalie Jaresko, que más tarde sería nombrada nueva Ministra de Finanzas…de Ucrania, a pesar de todo esto, estos eventos, que fueron un golpe bien orquestado para ahuyentar a un presidente pro-russo y convertir a Ucrania en un protectorado estadounidense, se celebraron en todo Occidente con la vibrante victoria de la democracia. Nada de esto fue incluso tan absurdo como el hecho de que el diputado de la oposición venezolana, Juan Guaidó, se proclamara presidente interino de Venezuela en una plaza de Caracas en 2019, y eso fue suficiente para que Estados Unidos y muchos países de la UE lo reconocieran como tal. En diciembre de 2022, fue la propia oposición venezolana la que puso fin a dicha farsa.
4. La dualidad de criterios para juzgar lo que está sucediendo en el mundo asume proporciones aberrantes y se ejerce casi automáticamente para fortalecer a los apologistas de la guerra, estigmatizar a los partidos de izquierda y normalizar a los fascistas. Los ejemplos son tantos que cuesta seleccionarlos. Doy algunos de ellos. En Portugal, por ejemplo, el comportamiento ruidoso e insultante de los miembros del partido de extrema derecha Chega en el parlamento es muy similar al comportamiento de los parlamentarios del partido nazi en el Reichstag desde que ingresó en el Parlamento alemán a principios de la década de 1920. Hubo intentos de detenerlos, pero la iniciativa política les pertenecía y las condiciones económicas los favorecían. En mayo de 1933, estaban promoviendo la primera quema de libros en Berlín. ¿Cuánto tiempo esperarán los portugueses? El segundo ejemplo. Siguiendo una orientación derechista global muy patrocinada por las instituciones de contrainsurgencia de Estados Unidos, los gobiernos izquierdistas que no pueden ser derrocados por golpes suaves deben ser desgastados por acusaciones de corrupción. Forzarlos a lidiar con problemas de gobernabilidad y de crisis permanente para que no puedan gobernar estratégicamente. En Portugal, al parecer, solo hay corrupción en el Partido Socialista. Para los medios de comunicación conservadores hegemónicos, todos los ministros del gobierno socialista, hasta que se demuestre lo contrario, son considerados corruptos. No es difícil encontrar ejemplos similares en otros países.
En el plano internacional me refiero a dos ejemplos evidentes. Ahora está prácticamente establecido que la explosión de los gasoductos Nord Stream en septiembre de 2022 fue obra de Estados Unidos (como, por cierto, había prometido Joe Biden), con la eventual colaboración de aliados. Si fue o no fue su responsabilidad, deberá ser investigado sin demora por una comisión internacional independiente. Lo que parece claro es que la parte perjudicada, Rusia, no tenía ningún interés en destruir la infraestructura cuando le bastaría cerrar el grifo. El 8 de febrero de 2023, el respetado periodista estadounidense Seymour Hersh reveló con información concluyente que fue Estados Unidos quien planeó desde diciembre de 2021 la explosión de los gasoductos Nordstream 1 y Nordstream 2[1]. Si es así, estamos ante un delito grave que configura un acto de terrorismo de Estado. Debería ser de gran interés para Estados Unidos, el Estado que se afirma como un defensor de la democracia global, averiguar qué sucedió. ¿Era esta la única forma de obligar a Alemania a unirse a la guerra contra Rusia? ¿El sabotaje de los gasoductos pretendía acabar con la política de mayor autonomía energética para Europa en relación con EE. UU. iniciada por Willy Brandt? Con la energía cara y las empresas cerradas, ¿no fue esta una forma eficaz de detener el motor económico de la UE? ¿Quién se beneficia de ello? ¿Se incluyó en el cálculo el injusto sacrificio impuesto a las familias alemanas de pasar por un invierno sin un calor razonable? El más profundo silencio pesa sobre este acto terrorista.
El segundo ejemplo. La violencia de la ocupación colonial israelí sobre Palestina se intensifica. Desde principios de año, Israel ha matado a 35 palestinos; el 26 de enero asaltó el campamento de refugiados de Jenin en el West Bank y mató a otras 10 personas, incluidos 2 niños. Un día después, un joven palestino mató a siete personas fuera de la sinagoga de un asentamiento israelí en la sección oriental de Jerusalén, que fue ocupada ilegalmente por Israel. La violencia existe en ambos lados, pero la desproporción es brutal, y muchos actos de terrorismo por parte de Israel (a veces cometidos con impunidad por colonos o por militares en los denominados “checkpoints”) ni siquiera se denuncian. No hay enviados de los medios de comunicación occidentales para informar de lo que está sucediendo en los territorios ocupados, donde se produce la mayor violencia. No tenemos imágenes insoportables del sufrimiento y muerte en el lado palestino (a excepción de imágenes furtivas de teléfonos móviles). La comunidad internacional y el mundo árabe no dicen nada. A pesar de la inmensa desproporción de la violencia entre los dos lados de la guerra, no hay ningún movimiento para enviar armas para Palestina, contrario a lo que sí se está haciendo con Ucrania. ¿Por qué la resistencia de los ucranianos es justa y la de los palestinos no lo es?  Europa, el continente donde tuvo lugar el holocausto judío, está en el origen remoto de los crímenes cometidos contra Palestina, pero hoy muestra una odiosa complicidad con Israel. La UE está trabajando arduamente para establecer un tribunal para juzgar los crímenes de guerra. Pero hipócritamente, solo los crímenes cometidos por Rusia. Como en los años que precedieron a la Primera Guerra Mundial, los llamamientos al europeísmo (la paneuropea, como se llamaba entonces) son cada vez más llamamientos a la guerra cargados con una retórica para encubrir el sufrimiento injusto y la pérdida de bienestar que se está imponiendo a los pueblos europeos sin haber sido consultados sobre la necesidad o conveniencia de la guerra.
¿Por qué hay tanto silencio sobre todo esto?
Frente a todo esto, quizás el silencio más incomprensible sea el de los intelectuales. Incomprensible, porque los intelectuales afirman a cada paso tener una mayor clarividencia que la de los mortales comunes. Sabemos por experiencia histórica que, en los períodos inmediatamente anteriores al estallido de las guerras, todos los políticos dicen que están en contra de la guerra mientras contribuyen a ella. En estas condiciones el silencio es pura complicidad con los señores de la guerra. Contrariamente a lo sucedido a principios del siglo XX, no hay fuertes declaraciones de intelectuales reconocidos por la paz o por la «independencia de espíritu» y en defensa de la democracia. Cuando comenzó la Primera Guerra Mundial, tres imperialismos estaban presentes: el ruso, el británico y el prusiano. No había duda para nadie de que el más agresivo era el imperialismo prusiano.
Curiosamente, en ese momento no se escuchó a grandes intelectuales alemanes manifestarse contra la guerra. El caso de Thomas Mann merece una reflexión. En noviembre de 1914, escribió un artículo en la Neue Rundschau[2] titulado Gedanken im Kriege (Pensamientos en tiempos de guerra) en el que defendía la guerra como un acto de Kultur (es decir, Alemania, como él mismo añadiría) contra la civilización. Para él, la Kultur era la sublimación de lo demoniaco (die Sublimierung des Damonischen) y estaba encima de la moral, de la razón y de la ciencia.  Y concluía, “la ley es amiga de los débiles, quisiera nivelar el mundo, pero la guerra hace aparecer la fuerza” (Das Gesetz ist der Freund des Schwachen, mochte gern die Welt verflachen, aber der Krieg lasst die Kraft erscheinen)[3]. Según él, Kultur y militarismo eran hermanos. En 1919, publicó el libro Consideraciones de un apolítico[4] en donde defendería la política del Kaiser y afirmaba que la democracia era una idea antialemana. Felizmente para la humanidad, Thomas Mann cambió sus ideales y se transformó en uno de los grandes críticos del nazismo. Por el contrario, en el lado ruso, las voces críticas contra el imperialismo ruso, desde Kropotkine hasta Tolstoi, desde Dostoievski hasta Gorki, siempre han sido bien notorias.
Hay muchas preguntas que los intelectuales tienen la obligación de responder. ¿Por qué se habrán callado? ¿Seguirá habiendo intelectuales, o lo que queda es una pobre clericultura?
[1]https://seymourhersh.substack.com/p/how-america-took-out-the-nord-stream?r=5mz1&utm_campaign=post&utm_medium=web
[2] Revista literaria alemana trimestral con sus más de 100 años de historia ininterrumpida, es una de las publicaciones culturales más antiguas de Europa.
[3] Citado por Romain Rolland Au-dessus de la mêlée. Paris, Paul Ollendorf, 1915, 59.
[4] Betrachtungen eines Unpolitischen, Berlim, S. Fischer Verlag

Fuente: https://www.bloghemia.com/2023/02/el-silencio-de-los-intelectuales-por.html

Compartido con SURCOS por Roberto Salom Echeverría.

Programa Alternativas: ¿Qué es la filosofía y para qué sirve?

Se señala que el descubrimiento de la filosofía ocurrió hace unos 2600 años atrás, y se vuelve interesante reflexionar que tanto tiempo después, los debates sobre lo que es esta disciplina y cuáles son sus aportes, sigan tan latentes en la actualidad.

En eso consistió justamente la edición del Programa Alternativas del 9 de septiembre, en el cual, las personas panelistas: Lucía Rincón, Asdrúbal Marín, Mariam Alvares y Eval Araya, se dedicaron a exponer sus argumentos para responder a estas complejas preguntas.

Entre las ideas por resaltar, se explica que uno de los aportes de la filosofía para el mundo occidental, desde sus inicios, tiene que ver con que permitió encontrar y encaminar nuevas respuestas sobre fenómenos comunes y existenciales.

A la filosofía la caracterizan las preguntas, preguntas que surgen desde el sistema de creencias de cada sociedad o desde la misma religión, volviendo clave para esta disciplina la obtención de la “verdad”. Sin embargo, se entiende que la filosofía es una de las muchas herramientas para llegar a esa verdad.

La filosofía no es religión ni ciencia, únicamente busca explicar el mundo a través de la razón. Esto se vuelve trascendental para la evolución de las sociedades, ya que introduce conceptos como la ética, que es la base por ejemplo, para la creación de normas y reglas que median las dinámicas sociales.

Permite entender que la sociedad no está “a la libre”, sino que se compone de sistemas morales que tienen como fin, la construcción de una mejor sociedad, a partir de lo que “debe ser”. Aquí cobra sentido el volver a releer y estudiar los principios idealistas de filósofos como Aristóteles, Maquiavelo, Platón, sobre lo que debe hacer un gobierno, cómo es un “buen líder”, cómo sobrellevar la guerra y vivir en armonía, etc.

Actualmente la filosofía señala incongruencias entre el comportamiento de los seres humanos y lo que dictan sus normas, ya que en muchos contextos predomina la intolerancia, el debate sin evidencia, la deshonestidad, el irrespeto, entre otros principios que no son acordes a los pactos sociales que históricamente se han construido.

Para profundizar sobre estas ideas, puede escuchar el programa completo en el siguiente link: https://www.facebook.com/AlternativasGrecia/videos/514334273862312

Conversatorio: ¿Qué es la filosofía y para qué sirve?

El programa Alternativas, le invita al conversatorio sobre ¿Qué es la Filosofía y para qué sirve? a realizarse este viernes 9 de setiembre a las 6:00 p.m. hora de Costa Rica.

Los panelistas invitados son la filósofa Lucía Rincón, el profesor de filosofía Asdrúbal Marín, la doctora en Ciencias de la Educación Mariam Alvares y el filósofo Eval Araya.

Éste será transmitido en la plataforma de Facebook Live de Radio 16 y en el canal de YouTube de Alternativas.

Puede acceder al conversatorio en el siguiente enlace: HTTPS://N9.CL/ALTERNATIVAS

Programa Alternativas. ¿Qué es el Buen Vivir? Factores que le determinan

Se le invita a sintonizar el programa Alternativas, del Colectivo Reflexión – Acción, este viernes 12 de agosto a las 6 p.m

En esta edición, se discutirá sobre la filosofía del Buen Vivir, qué es y los factores que le determinan, desde la experiencia de las personas invitadas.

Como panel invitado participará:

  • Cecilia Morales, coordinadora y cofundadora del Buen Vivir Desamparadeño.
  • Alfonso Durán, técnico en Artes Gráficas, artesano de la madera, senderista enamorado de la montaña.
  • Edgar Mora, fotógrafo, ecologista y activista defensor de la Loma Salitral. cofundador del Buen Vivir Desamparadeño. 
  • Marta Rojas, educadora, filóloga, poeta y gestora cultural. Miembro del Buen Vivir de Desamparados.

Se le invita a ver el programa vía Facebook Live, YouTube, o a escuchar el programa por Radio 16, 1590 AM.

Sus preguntas y comentarios son parte importante del programa, se le insta a realizarlos en las secciones de comentarios de las distintas redes sociales de Alternativas.

Pandemia y crisis política en el marco del Bicentenario: Una mirada filosófica

La Escuela de Ciencias Sociales y Humanidades Cátedra de Filosofía invitan al conversatorio: “Pandemia y crisis política en el marco del Bicentenario: Una mirada filosófica”, el día jueves 1 de julio a las 5:00 pm., se contará con la participación de Dr. Arnoldo Mora Rodríguez y el programa será presentado por Dr. Pablo Vindas Acosta.

La transmisión será por el Facebook Live de la Escuela de Ciencias Sociales y Humanidades.

 

Compartido con SURCOS por Arnoldo Mora.

Perspectivas humanistas sobre la robótica: cine foro “Blade Runner”

En el marco del ciclo de cine “Perspectivas humanistas sobre la robótica”, la Escuela de Estudios Generales, la Escuela de Ingeniería Industrial y la Asociación Costarricense de Filosofía (Asofi) invitan al cine foro acerca de Blade Runner (1982) del cineasta Ridley Scott este miércoles 09 de diciembre a las 6:00 pm.  

En el evento virtual participarán la Licda. Ángela Ramírez Guerrero (Escuela de Estudios Generales – UCR), Dr. Eldon Caldwell Marín (Escuela de Ingeniería Industrial – UCR) y el Dr. Álvaro Carvajal Villaplana (Escuela de Estudios Generales – UCR). 

La transmisión será vía Plataforma Zoom con la siguiente información de acceso:

ID de reunión: 847 8287 6757

Código de acceso: 207826

Aportes al pensamiento jurídico costarricense II

José Manuel Arroyo

ESTA SEMANA COMPARTO CON USTEDES EL PRÓLOGO AL LIBRO DEL JOVEN JURISTA ANDREI CAMBRONERO TORRES. TODA UNA PROMESA EN EL CAMPO DE LA FILISOFÍA DEL DERECHO EN NUESTRO MEDIO.

PRÓLOGO A “SIÉNTESE Y PÓNGASE INCÓMODO-(Im-) Posturas, si acaso filosóficas, de lo cotidiano” de Andrei Cambronero Torres.

Desde una perspectiva formal estamos frente a una obra estilísticamente impecable. El joven autor Cambronero Torres nos lanza un reto desde el título y subtítulo mismos, capturando nuestra atención y provocando una reacción entre hilarante y sorprendente. De inmediato, en la breve introducción, nos advierte dos cuestiones que van a delimitar el campo en el que se desarrollara el compendio de sus reflexiones. Primero, se trata, técnicamente hablando, de un grupo de doce ensayos o reflexiones “si acaso filosóficas”, herederas de la más rancia tradición de este género literario, el ensayo, desde su génesis con Montaigne y Bacon, hasta nuestros días; asimismo, le agrega un corolario o reflexión final y una extensa y riquísima bibliografía, sobre la que luego volveremos. La segunda cuestión que plantea el autor tiene que ver con sus intenciones. Expresamente nos confiesa que busca dialogar o interactuar con el lector, pero no pacíficamente, sino desde la posición de incomodarlo o inquietarlo. He de decir, por mi parte, que esto segundo lo logró con creces.

Es bien cierto que también estamos, desde el punto de visto estilístico ante una compilación de reflexiones que revelan oficio. El hecho de que en prácticamente todos estos ensayos se nos enrostre de entrada la idea central de cada texto, desde la primera o segunda línea; así como que en cada párrafo final se nos sintetice hábilmente la conclusión fundamental a que puede llegarse, hablan de una técnica capaz de convencer al lector de que vale la pena leer íntegramente el iter ideológico al que se nos invita. De igual manera, la alternancia exquisitamente pedagógica, entre las ideas que se proponen y los ejemplos anclados en “lo cotidiano”, terminan por convencernos de que no estamos ante ningún improvisado, sino frente a alguien que no sólo ha leído, sino bien digerido un pensamiento que ya refleja una importante madurez.

La cantera de la que echa mano don Andrei para esculpir sus figuras es igualmente sorprendente, tanto por su amplitud como por la idoneidad con que se maneja. Hay serias inmersiones en Filosofía Clásica (Platón, Aristóteles), Moderna (Descartes, Pascal, Kant), Contemporánea (Shopenhauer, Freud, Escuela de Frankfurt, Foucault). Pero también encontramos claras anotaciones en temas de la mano de especialidades filosóficas, como la ética, la axiología, la argumentación, la metodología, la epistemología, o bien la pedagogía. Por supuesto que se advierte también, por estas referencias bibliográficas, un manejo serio de la Psicología, particularmente el psicoanálisis freudiano, así como de la Sociología, desde sus orígenes (Weber, Durkhaeim) hasta los más recientes pensadores de nuestros días (Khun, Bauman, Mead) para citar sólo algunos autores que me son familiares.

Imposible terminar este recorrido por las fuentes de esta compilación ensayística, sin referirnos al contrapunto que se hace a lo largo de esta obra entre la asimilación de grandes pensadores de todos los tiempos, con apuntes de otras disciplinas que podríamos llamar más “prácticas” o predominantemente empíricas. Se trata de claros apoyos en la Estadística o en informes sociopolíticos de actualidad, como los que se muestran en diversas investigaciones de organismos internacionales o de nuestro Estado de la Nación.

Por supuesto que no me he referido más que a algunas pinceladas de lo que personalmente considero recursos de los que se ha nutrido el autor, pero sin duda, hace falta mencionar que Cambronero Torres no deja por fuera al Derecho, a la Constitución y a las leyes –¡cómo podría ser de otra manera! – si después de todo, estamos ante un profesional de las ciencias jurídicas. Este acervo sirve sobre todo en aquellos momentos de sus disertaciones, donde se acerca al tema central de la dignidad humana y la tutela de los derechos fundamentales. En fín, la Lingüística, las Ciencias Políticas y la Historia, no dejan de ser basamento importante para algunos de los ensayos que comentamos.

Pero es lo cierto que, referencia aparte, merece el tratamiento en estas reflexiones filosóficas de la Literatura. En diez de los doce ensayos, un epígrafe muestra la analogía inspiradora de la que ha partido el autor. No se trata sólo de novela, también hay teatro, poesía y hasta cine, con las distancias del caso respecto de este último y lo que se pueda considerar literario. Tampoco se trata únicamente solo de granes clásicos, sino de obras artísticas de una serie de autores diversos, tanto por la lengua original en la que escribieron, como en la época que lo hicieron, o por el género de que se valieron, razón de más para apreciar la amplia y profunda formación en literatura que tiene el ensayista.

Bueno, hasta aquí las consideraciones que me atrevo hacer desde la perspectiva formal del libro que comentamos.

Y ya desde los contenidos, confieso que he tenido un debate interno importante. La primera cuestión que me surgió en conciencia fue la interrogante existencial de qué le puede decir un “joven” de sesenta y cinco años a un “viejo” de veinticinco. Me explico. Mi juventud consiste en una actitud vital que hace un importante esfuerzo por estar al día, por reconocer la importancia del diálogo –a la que explícita e insistentemente hace un llamado Cambronero- y por hacer realidad el principio constitucional de edificar una sociedad-nación multiétnica y pluricultural. Desde ese lugar, diría un lacaniano, me enfrento a reflexiones de una consolidada madurez sobre temas universales e inmortales como los fenómenos de época (moda); el uso y abuso de la palabra; la importancia de diferenciar la cantidad de la calidad (o meditación sobre lo mesurable y el número); los límites del pensamiento crítico (al que tanto se adhiere el autor); o bien los límites entre la esfera de libertad individual y los imprescindibles procesos de socialización o normalización social; así como la conceptualización de la racionalidad frente a la razonabilidad. Me enfrento también a meditaciones más domésticas, aunque igualmente complejas y riesgosas, como todas las relacionadas con la identidad de la nacionalidad o el ser costarricense; los factores consustanciales a la definición de una identidad a partir del concepto de propiedad (no sólo territorial cuanto mental); o bien la cuestión de si nuestra identidad depende del cargo (rol social) que desempeñamos. Finalmente, hay textos que, sin dejar su universalidad, nos tocan en lo personal directa y hondamente. Me refiero a las reflexiones finales sobre la mezcla de lo religioso con lo laico y de la relativización contemporánea de la verdad, de la mano de los avances tecnológicos que nos inundan, la así llamada posverdad.

Debo decir que este libro es una reflexión filosófica sobre diversos tópicos cotidianos que, no obstante, conserva un hilo conductor que los enlaza. En mi criterio, esta unidad está dada por la enseñanza ética que, a veces explícita, a veces implícita, puede extraerse de todos los textos que la integran. Es, en un cierto sentido, una compilación de reflexiones con un valor ético-pedagógico indiscutibles y en ello reside su más destacado aporte.

Imposible no sentirse retado, incomodado o inquietado. Pero como no se trata, aquí, de establecer un debate sobre los contenidos de las bien fundamentadas tesis de contenido de los ensayos compilados, me conformaré con decir que, si bien tiendo a compartir en un altísimo porcentaje las reflexiones filosóficas del, a partir de este momento, jurista y filósofo Andrei Cambronero, señalaría sólo algunos aspectos que me hubiera gustado encontrar con mayor nitidez. El primero se refiere a la cuestión de género. Estoy convencido que el conocimiento y la Filosofía del futuro tendrá que incorporar no sólo el lenguaje, sino también el contenido de un sentido de la igualdad que refleje, por ejemplo, en los conceptos básicos, tanto como en los ejemplos que sirvan de ilustración, una incuestionable incorporación de hombres y mujeres. Creo que se perdió una oportunidad de oro en “El hombre Multipliando” de exponer cómo las mujeres históricamente han sido parte de las personas excluidas, por mero prejuicio, del mundo de los números. De igual manera hubiera querido una mayor beligerancia por parte del autor, cuando se aborda el tema de la mezcla entre lo religioso y lo laico en el manejo de la cosa pública. Estoy convencido de que esta confusión está siendo aprovechada por los peores intereses que terminan minando la auténtica convivencia democrática en una república. Precisamente en estrecha vinculación con ese tema, considero que el autor deja por fuera, cuando habla de los factores que continúan dando identidad a lo costarricense, la mitología religiosa, con adhesión masiva, del culto a la Virgen de los Ángeles, adhesión que sirve a políticos y demagogos de toda laya para sus estrategias de manipulación.

Reconforta y llena de sana esperanza, en un mundo tomado por la irracionalidad y la irrazonabilidad, encontrarnos con nuevas generaciones que sigan apostando a la reflexión fundamentada para dar aliento a una humanidad urgida de realizar sueños y valores que aseguren un mejor mundo para todos. Ha sido por supuesto un inmerecido honor que Cambronero Torres me haya solicitado prologar esta obra, que sin duda es Acta de Nacimiento para un pensador costarricense con gran futuro.

Mercedes de Montes de Oca, 5 de abril de 2017.

Voz experta UCR: La retórica del conservadurismo religioso en Costa Rica

  • Por Ana Lucía Fonseca R., docente de la Escuela de Filosofía de la Universidad de Costa Rica

«A partir de la elección presidencial del 2018, se ha desatado una especie de paranoia moral». Foto: Laura Rodríguez Rodríguez.

¡Qué lejos estamos en la actualidad de la finalidad estética y formativa de la retórica! El discurso que prevalece en el campo político, además de monotemático, solo busca la persuasión. ¿Cuál es este discurso?, ¿por qué es monotemático?, ¿a quiénes quiere persuadir?

Se trata del discurso del conservadurismo religioso de las ultraderechas, se estructura a partir de un solo tema: el peligro de perder los valores que sostienen la sociedad, y se dirige, ¿cómo no?, a todos los sectores sociales partidarios de la “Única Moral Verdadera”.

El conservadurismo religioso traspasa la puerta de las iglesias y de las sectas; habiendo colonizado “las almas” invocando el miedo al infierno, se propone, una vez más, colonizar la “polis” fundando “nuevas repúblicas”. En la actualidad, son tres sus soportes discursivos: unidad nacional, tradición y valores.

Sobre la unidad nacional. Se vale de creencias aglutinadoras, tales como la “identidad nacional”, “la esencia de nuestras costumbres”, el “legado de nuestros abuelos” para trazar una gruesa línea que separa a la nación de sus enemigos. ¿Cuántas veces escuchamos decir a los predicadores del conservadurismo que es necesario defender nuestra nación, nuestro ser costarricense, de los ataques de sus enemigos? El problema es que este aparente patriotismo parte de un falso dilema maniqueo: “Quien no está con nosotros, está contra nosotros”. Dilema que fácilmente alimenta el odio propio del etnocentrismo, la xenofobia, el elitismo, el racismo, la homofobia…

Sobre la tradición. Defiende la autoridad y el orden establecido. Y esta defensa reedita la vieja creencia en el derecho divino; sí, ese que sirvió a las antiguas teocracias y a las monarquías absolutas para legitimar el poder del sacerdote o del rey, porque a través de las manos mortales actuará, como ha actuado siempre, la mano divina. En la retórica del conservadurismo no es concebible la separación iglesias-Estado. En especial en Costa Rica, único Estado constitucionalmente confesional en toda América Latina, hay un acercamiento, impensable en otras épocas, entre la Iglesia Católica y diversas denominaciones evangélicas, para defender los alcances políticos y jurídicos del artículo 75 de la Constitución Política: el fundamentalismo evangélico del texto sagrado como única verdad, y el integrismo católico, verticalista y autoritario, se han aliado en esta defensa de la tradición. Pero como suele pasar, esta defensa va acompañada de la creencia en las “razones” de las mayorías, solo que en nuestro país cada vez se invoca menos el poder de la “mayoría” católica, para ceder el espacio discursivo a la “mayoría” que defiende los “verdaderos” valores es decir, ya no conviene hablar en nombre de una iglesia “verdadera” (de por sí cada vez más debilitada en número de fieles y en credibilidad), sino en nombre de unos valores consagrados y compartidos por todo “el pueblo de Dios”.

Sobre los valores. La estrategia retórica del conservadurismo se ha vuelto más astuta, más persuasiva. Recurre a dos elementos efectistas para impresionar y ganar adhesiones.

  1. La creación del “villano”. En los últimos años, pero muy particularmente a partir de la elección presidencial del 2018, se ha desatado una especie de paranoia moral contra lo que el conservadurismo considera el componente maligno de una conspiración neomarxista y feminista: la “ideología de género”. ¡Qué gran astucia! Se inventa un enemigo a partir de una caricatura tendenciosa de las teorías de género, se le llama “ideología” en el mismo sentido que se usa en la filosofía política del marxismo (como “falsa conciencia”) y se le declara un “peligro global” que, de no detenerse, acabará con la “verdadera” familia, el “verdadero” matrimonio, la “verdadera” sexualidad y, por supuesto, marcará el fin de la humanidad por su defensa del aborto y de la eutanasia.
  2. La táctica de las “artes marciales”. El conservadurismo tiene bien medido a su oponente y lo combate utilizando la fuerza de éste en su contra. ¿Cómo? Llevando a las últimas consecuencias las tesis del pensamiento progresista, ilustrado y crítico, sobre todo en relación con la libertad de expresión, la libertad religiosa y la tolerancia. Sólo que alevosamente esta retórica del conservadurismo no se hace cargo de la dimensión pragmática de los límites de estos principios. No es posible aceptar de manera irrestricta la libertad de expresión si esta incita al odio, a la exclusión, a la violencia y al crimen. La libertad religiosa es un derecho incuestionable (del que no deberían seguirse privilegios), pero el conservadurismo olvida que este principio implica también el derecho a no practicar ninguna religión y el derecho al disentimiento. En cuanto a la tolerancia, es sano en un Estado de Derecho, preguntarnos, aunque sea de vez en cuando, si hay obligación de tolerarlo todo, aun las posiciones intolerantes y discriminadoras.

Concluyo entonces estas consideraciones sobre la retórica del conservadurismo religioso con un pensamiento de Leonardo Boff sobre los límites de la tolerancia:

“La tolerancia ilimitada acaba con la tolerancia, así como la libertad sin límites conduce a la tiranía del más fuerte. Tanto la libertad como la tolerancia necesitan la protección de la ley. Si no, presenciaremos la dictadura de una única visión de mundo que niega todas las otras. (…) ¿Dónde están entonces los límites de la tolerancia? En el sufrimiento, en los derechos humanos y en los derechos de la naturaleza. Donde se deshumaniza a las personas termina la tolerancia. Nadie tiene el derecho de imponer un sufrimiento injusto a otro”.

 

M.Sc. Ana Lucía Fonseca Ramírez

Filósofa y escritora

Información tomada de: http://www.ucr.ac.cr/

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