Skip to main content

Etiqueta: fondo monetario internacional

La extinción de una democracia inacabada

Juan Huaylupo

La democracia que se reconoce oficialmente es el resultado de un proceso electoral, a través de la emisión del voto individual de las personas con derecho. El acto de votar o el tomar en cuenta la voluntad de cada persona, fue una conquista de las colectividades y pueblos del mundo, en distintas épocas de la historia, ante las tiranías que se arrogaban la capacidad para imponer sus intereses a las personas y pueblos bajo su dominio.

Indudablemente las elecciones fue un logro de cada sociedad y tiempo particular, fue una ruptura significativa, no obstante, sabemos que no existen verdades eternas, lo bueno del pasado, no lo son necesariamente para el presente, por el cambio de las condiciones que rodean e implican los conocimientos que se validaron en otros tiempos.

Así, en la actualidad hay una necesidad urgente de reflexionar sobre las elecciones y la democracia, que nacían contra las tiranías, pero se han convertido, en casos, en legitimadoras de dictaduras autocráticas, lo que relativiza la significación política de las elecciones, que descalifican y caricaturizan la significación de la democracia. Es antagónico a la democracia hacen de los procesos electorales, actos para designar a quien supuestamente decidirá por todos, mientras se les niega la facultad de decidir y participar directamente por un destino común.

El voto individual ciudadano plasmado en las elecciones, no representa el interés común de una sociedad heterogénea y desigual como la costarricense, menos aún, cuando solo se funda en el conocimiento, criterio o creencia individual, la cual puede estar influida por la publicidad parcializada de los medios mercantilizados y las ideologías, así como por tradiciones, incluso por influencias corruptas o fraudes. No obstante, la democracia no es un asunto individualizado ni está relacionado con la sumatoria de votos de la heterogénea preferencia de las personas, por el contrario, la democracia no es una magnitud, es la voluntad, decisión y acción colectiva de la sociedad civil sobre el devenir de asuntos que son públicos o común a todos.

Las elecciones solo son actos administrativos y técnicos, que no son neutrales, que condicionan el proceso electoral, aun cuando la democracia trasciende dicho proceso. En nuestra realidad las elecciones no son actos democráticos, se les valida por intereses generalmente relacionados con una gestión oficial comprometida, con disposiciones administrativas y legales, sin participación ciudadana. Los resultados electorales inesperados ante los compromisos sociales y políticos con las poblaciones pobres, han resultado verdaderas conmociones políticas y mediáticas de los poderes prevalecientes en algunas sociedades latinoamericanas, como ocurrió en Bolivia y recientemente en el Perú, porque son cuestionamientos al orden elitista y racista de los dueños de negocios y gobernantes que se imaginan pertenecer a una casta política o monarquía.

En Costa Rica elegimos a un Presidente de la República de un partido, que designó ministros y autoridades liberales de otros partidos políticos; un elegido que incumple las promesas de campaña; que traiciona los principios, derechos y reivindicaciones de los trabajadores; que gobierna para los empresarios, que miente con aparentes prácticas participativas que cínica e inmoralmente irrespeta; que expresa la ignorancia de su función e ignora lo que es democracia.

El gobierno de todos para todos, solo representa a pocos empresarios para despreciar a muchos trabajadores y pobres. Hoy, los mismos de siempre, conservan privilegios, que sobreexplotan y despiden trabajadores con el amparo estatal y ahora incluso son quienes deciden las medidas genocidas de sanidad pública y de las teatrales y risibles restricciones preventivas con la absurda e inexplicable anuencia de las autoridades sanitarias.

El Presidente electo liquidó las políticas públicas, lo que no lograron los liberales con los programas de ajustes estructurales ni el tratado de libre comercio, una traición a las conquistas logradas en nuestro pasado que inauguró en Estado Social, para instaurar ahora un Estado privativo de empresarios y financistas. El uso político de la pandemia es evidente, porque con el miedo a la enfermedad y muerte, se ha eliminado las protestas ciudadanas ante las diversas transgresiones contra la población vulnerable, además de haberla usado como medio para desmantelar la institucionalidad pública y hacer de la atención sanitaria pública un negocio privado para los mercaderes de la salud.

El Fondo Monetario Internacional, una vez más, el ente representante internacional del liberalismo, acompaña al gobierno financiando y chantajeando por la privatización de la función pública y la destrucción de los resquicios del Estado Social.

Este gobierno ha empobrecido a los pobres y sectores medios del país, con medidas económicas directas de hambre y muerte contra la población trabajadora. Las elecciones eligieron a una persona que engañó, corrompió y traicionó a la ciudadanía, con una institucionalidad estatal cómplice en razón de intereses privativos propios y ajenos, inmunes e impunes, pero nunca públicos ni democráticos.

Acuerdo con el FMI: apuntes para un posible «plan B»

Dr. Luis Paulino Vargas Solís
Economista
Director a.i. CICDE-UNED

Escribo estos rápidos apuntes, incentivado por la solicitud que recibí de un político nacional, que me pidió mi criterio en relación con un artículo titulado “Un plan B para el acuerdo con el FMI”, del colega economista Francisco Esquivel, el cual fue publicado en el Semanario Universidad el 2 de julio de 2021.

1) Estoy de acuerdo con todo lo que plantea Francisco, pero creo que se queda corto.

2) La situación de relativa sostenibilidad o mejora fiscal que se registra en los primeros meses de este año, podría no ser perdurable. Puede que haya efectos de incrementos en los ingresos por IVA, e influidos por este último, de incremento en los impuestos sobre ingresos y utilidades, que podrían no repetirse en el futuro. Incluso con tales incrementos, la tasa de tributación sigue siendo baja (en el orden del 15% del PIB, aproximadamente, con un PIB que todavía no recupera sus niveles de 2019).

3) Estoy completamente de acuerdo en lo que Francisco plantea en materia tributaria.

4) Pero creo que deberíamos atrevernos a dar un paso más allá mediante la tributación progresiva sobre rentas y ganancias de capital y sobre grandes patrimonios. En el primer caso, la tasa plana penaliza más fuertemente al pequeño ahorrante, al pequeño propietario o, en fin, al pequeño rentista. En el segundo caso, la idea sería ampliar lo que ya existe en relación con casas de lujo, para incluir las otras formas de patrimonio personal o familiar, pero hacerlo con base en tasas progresivas y con un umbral exento suficientemente alto

5) Si ya lo anterior (bien lo sé) es políticamente delicado, lo que enseguida diré quizá lo es más, pero aun así lo creo necesario: la tributación progresiva sobre herencias y sucesiones, como un mecanismo necesario para romper la transmisión intergeneracional de las desigualdades (en la línea de ideas propuestas por Piketty, esto podría alimentar un fondo que, a su vez, permita asignar una dote de capital a cada persona, la cual podría ser entregada a cada muchacho y muchacha, cuando lleguen a su mayoría de edad, o, quizá, a los 21 años).

6) Esquivel plantea en su artículo, ideas valiosas en la línea de una reforma administrativa, que propicie más eficiencia y productividad en el sector público. Está bien, pero no es suficiente. Tendríamos que ambicionar más. Por ejemplo, mediante una mejor articulación y coordinación, que permita eliminar duplicidades y despilfarros. Hay que pensar en lograrlo sobre una base dialógica y respetuosa, sin generar más polarización y conflicto del que ya existe. Una reforma a los regímenes de empleo público, igualmente construida de forma dialogada y con pleno respeto a la Constitución, sigue siendo necesaria (no el esperpento que está siendo propuesto), para corregir incoherencias en las remuneraciones (puestos con funciones y responsabilidades muy similares, a veces idénticas, con salarios muy distintos en distintas instituciones), evitar en el futuro salarios excesivamente altos; garantizar mejora real de los salarios a lo largo del tiempo, pero de forma financieramente sostenible.

7) El aspecto clave, sin el cual nada de lo anterior tiene mucho sentido, tiene que ver con la reactivación de la economía y el incremento sustancial en la capacidad de generación de empleos. Al respecto es importante considerar:

  • Pasarán varios años antes que el turismo tenga una plena recuperación. Lo que por ese lado pueda lograrse es limitado.
  • Las exportaciones de zona franca claramente no son una respuesta. En el último año han crecido a un ritmo espectacular, sin que el resto de la economía (o sea, el 95% de las personas trabajadoras) apenas se enteren.
  • Las exportaciones que no son de zona franca, desde hace algunos años (o sea, desde antes de la pandemia) manifiestan un dinamismo más bien contenido. La recuperación en los países ricos del norte, contribuirá a reanimarlas, pero no será suficiente.
  • Es urgente promover una reactivación con efectos en plazos lo más corto posibles, y que se sienta significativamente en el empleo.
  • En el momento actual ello solo es posible mediante el empuje desde el Estado, a través de un programa de inversiones públicas que sean de rápida y fácil ejecución, y que se diseñen de forma que generen muchos empleos, incluyendo muchos empleos para las mujeres.
  • Esto último debería ser parte, de un amplio programa de inversiones públicas, con proyección a mediano y largo plazo, que enfatice ámbitos como los siguientes: sanidad, educación y cuido; energías limpias; transporte público; ciencia y tecnología; agua; vivienda popular, entre otros.
  • El endeudamiento externo que el país obtenga debería destinarse a financiar estos programas de inversión pública, para generar la necesaria capacidad de pago futura. Hoy se destina a sustituir deuda interna “cara” por deuda externa “barata”. A la larga, ello puede significar que el caldo salga más caro que los huevos, puesto que se descuida el aspecto clave: modernizar la economía y elevar su productividad, para que, en el futuro, podamos afrontar estas deudas sin que ello nos genere nuevos problemas.

8) Claro que es necesario avanzar en la renegociación de la deuda pública, por lo menos el componente interno de ésta. Esta, junto a otras medidas (incluso una intervención más directa del Banco Central), debería propiciar una reducción significativa en los pagos por intereses.

9) El crédito accesible y barato o, en general, una política monetaria que propicie la baja en las tasas de interés, solo puede cumplir una función complementaria, no puede ser el centro de la estrategia. Es que el crédito se mueve a partir de la demanda, no de la oferta. O sea: el crédito se reactiva cuando la economía se reactiva, no a la inversa. Enfatizar la generación de empleo, la modernización de la economía y la elevación de la productividad, así como el desarrollo regional equilibrado, la equidad de género y la democratización en la distribución de la riqueza, son objetivos que deberían guiar la asignación del crédito.

10) Desde luego que hay que avanzar seriamente en simplificación de trámites, siempre que ello no implique sacrificar objetivos ambientales, de protección de los derechos laborales y de los derechos humanos en general, o la protección de la salud. Pero tengamos claro que simplificar trámites es un paliativo y un complemento, no una medida estructural significativa.

11) Cualquier propuesta en materia de reducción de cuotas de seguridad social debería garantizar que habrá fuentes alternativas de financiamiento o, en último término, deberían garantizar que no se dañará financieramente ni a la Caja ni a otras instituciones de seguridad social.

12) En todo caso, no debemos olvidar que las cuotas de seguridad social son “altas” no tanto en términos absolutos, cuando principalmente en términos relativos, es decir, son altas relativamente a la productividad de nuestros trabajadores y trabajadoras. Las soluciones deberían concentrarse en lo segundo, más que en lo primero, y eso es lo que anima, en general, las ideas que aquí propongo.

 

Información e imagen tomada del blog: https://sonarconlospiesenlatierra.blogspot.com/

Video: “La consigna es el bien común”

SURCOS comparte la siguiente información:

UNDECA, SINASSASS y BUSSCO lanzan un video con un mensaje de reflexión, en el que agradece al personal médico y de salud, servicios generales, fábrica de ropa, lavandería, archivo, nutrición, logístico y administrativo de la CCSS por el servicio brindado al país en estos momentos caóticos presentes en el contexto de pandemia por el COVID-19 y a la vez hace un llamado a la defender la CCSS y luchar por evitar la precarización de las condiciones laborales del personal del sector público.

Este mensaje hace un recordatorio sobre los efectos que podrían gestarse producto de las negociaciones con el Fondo Monetario Internacional como parte del Proyecto de Ley de Empleo Público.

Adjuntamos el video:

SEC: El pueblo quiere explicaciones, porque la educación está en crisis

SURCOS comparte pronunciamiento enviado por el Sindicato de Educadores Costarricenses (SEC):

El SEC denuncia que el Poder Ejecutivo y el Poder Legislativo violentan la Constitución Política, al no cumplir con lo que establece su Artículo 78, el cual señala que debe presupuestarse el 8% del PIB anual para la educación estatal.

Esta situación se presenta por ese afán de querer endeudar más al país con el Fondo Monetario Internacional, sumado al congelamiento de plazas en el Magisterio Nacional, que ronda las 1000 vacantes, para docentes y administrativos los cuales no podrán ser sustituidos, dejando un enorme vacío.

No comprendemos cómo se inicia un curso lectivo de esta manera y más cuando se hace en medio de la pandemia por el Covid-19, acompañado de problemas de infraestructura, logísticos y carencia de presupuesto para las Juntas de Educación y Juntas Administrativas, lo que empeorará más, por el congelamiento del 80% de las plazas por jubilaciones y pensiones en el Magisterio Nacional.

Exigimos al Poder Ejecutivo, a las diputadas y diputados que nos indiquen cómo vamos a lograr una educación de calidad con un faltante superior a 1000 trabajadoras y trabajadores de la educación.

SEC junto al pueblo

El gobierno de Biden: más allá de la multiculturalidad

El desajuste no es de raza, sino entre tener y no tener. La diferencia entre el 1% más rico y el otro 99% es terrible.
Jesse Jackson

Álvaro Vega Sánchez, sociólogo.

Después de la tragicomedia de Donald Trump en la casa blanca cualquier cambio merece ser celebrado, dirían algunos. Para otros, el optimismo alza vuelo con los cambios y rectificaciones anunciados por Joe Biden, como si se tratara de un presidente sin rostro imperial.

Recuerdo haberme acercado a un profesor para comentarle cómo el líder de los derechos de los negros, Jesse Jackson, celebraba con lágrimas el ascenso del primer presidente negro a la casa blanca, Barack Obama. Su comentario fue contundente: “Ninguna garantía, un negro con chofer en Estados Unidos se emblanquece”. Y una profesora de secundaria me compartía que un estudiante le comentó: “Profesora, qué bueno un presidente negro en Estados Unidos”, a lo que le respondió: “Ojalá que no tenga el hueso muy blanco”.

Por más que valoremos la multiculturalidad y la interculturalidad, con todo lo que significa de reivindicativo en el orden de los derechos humanos y culturales, el problema fundamental de los negros en Estados Unidos sigue siendo el acceso justo y equitativo a los recursos para una vida digna. Así lo constata el articulista David López quien, a propósito de una entrevista a Jesse Jackson, señaló: “La muerte de Floyd desató la tormenta, pero ha sido la crisis del coronavirus la que mejor ha expuesto la realidad en Estados Unidos. A pesar de ser solo el 13% de la población, los negros suponen el 30% de las muertes por COVID-19. Su falta de acceso al sistema de salud, su estilo de vida —las mujeres negras son las personas más obesas del país—, la mayor exposición por sus trabajos y su alarmante diferencia de recursos —una familia blanca tiene una riqueza media de 150.000 euros frente a los 15.000, 10 veces menos, de una negra— los convierte en los más vulnerables. “Hoy luchamos por la justicia económica, por la igualdad y por la paz”, me dice Jackson”[1].

En este aspecto, lleva razón el sociólogo Zygmunt Bauman al apuntar que el multiculturalismo, en el marco de la “tolerancia liberal” y a pesar del reconocimiento a la afirmación de las identidades diversas, “actúa como una refundición de desigualdades […] La fealdad moral de la privación de recursos se reencarna milagrosamente como la belleza estética de la variación cultural. Lo que se ha perdido de vista a lo largo del proceso es que la demanda de reconocimiento es impotente a no ser que la sostenga la praxis de la distribución, y que la afirmación comunal de la distintividad cultural aporta poco consuelo a aquellos cuyas elecciones toman otros, por cortesía de la división creciente desigual de recursos[2].

Atilio Barón, por su parte, destaca que la diversidad étnica del gabinete de Biden no es ninguna garantía de cambios sustantivos, pues la mayoría están “íntimamente ligados al gran capital”[3]. Por consiguiente, lo más probable es que seguirán prevaleciendo los intereses de los poderosos sobre las razones y argumentos a favor de un nuevo orden mundial más igualitario y menos depredador y guerrerista. Al parecer, la cuarta revolución de la inteligencia artificial y la robotización no significará la caída de la hegemonía del complejo científico-tecnológico y militar sobre el que se asienta el poder imperial de los Estados Unidos.

Y es que “cuando hablan las armas, callan las leyes”. También los intereses de los poderosos prevalecen hoy sobre los derechos, las razones y los argumentos. Para muestra un botón: la negociación actual del gobierno costarricense con el Fondo Monetario Internacional (FMI) donde ha quedado en evidencia que las razones no importan, los intereses sí.

El bipartidismo en Estados Unidos se asemeja mucho al costarricense de los últimos 40 años: dos caras de una misma moneda. Aunque en Costa Rica perdió legitimidad, entre otras razones por los múltiples escándalos de corrupción (CAJA-FISCHEL e ICE-ALCATEL, para referir los más publicitados), ha buscado reciclarse aliándose con el Partido Acción Ciudadana (PAC) que enarboló la bandera de la ética y la anticorrupción, pero que sigue gobernando al mismo estilo bipartidista neoliberal.

Volvemos sobre el viejo dicho popular: “Por más que la mona se vista de seda, mona se queda” (con perdón de la mona cuyas monadas resultan tan inocentes como artísticas y lúdicas). Ya tuvo Estados Unidos en el pasado un presidente demócrata que se vistió de defensor de los derechos humanos, Jimmy Carter, pero que fue tan solo un maquillaje de su rostro imperial.

Hoy, cuando estamos siendo sacudidos por una pandemia que azota sin clemencia a los pobres de la tierra y la prepotencia imperial de los grandes poderes fácticos de la globalización neoliberal que azota sin clemencia a la tierra de los pobres, no queda otra salida que apostar por otro mundo posible: dignidad y justicia para el 99% y salud y descanso para la tierra. Que prevalezca la fuerza de la razón y los buenos afectos sobre el imperio de las armas, el egoísmo humano y el desamor.

[1] https://www.revistavanityfair.es/poder/articulos/jesse-jackson-reverendo-entrevista-martin-luther-king-racismo-trump/46273

[2] Bauman, Zygmunt (2009) Comunidad. En busca de seguridad en un mundo hostil. Madrid; Siglo XXI p.103 (la cursiva es nuestra).

[3] https://www.pagina12.com.ar/318499-joe-biden-en-la-casa-blanca-ninguna-ilusion

 

*Imagen tomada de France24.

Análisis de coyuntura: “La Costa Rica Política en tiempos del FMI: segunda parte”

El Observatorio de Política Nacional (OPNA) de la Universidad de Costa Rica (UCR) publicó el cuarto análisis de coyuntura del año titulado “La Costa Rica Política en tiempos del FMI: segunda parte”, correspondiente al período que abarca entre octubre y noviembre.

En el análisis se abordan tres temas:

– Protesta y conflictividad social en la Costa Rica post-pandemia: es en este contexto económico, político, sanitario y social que se comprende el surgimiento del Movimiento Rescate Nacional.

– Tres semanas de diálogo multisectorial: actores y posiciones: ante la negativa de distintos sectores de participar en este proceso de diálogo multisectorial, los poderes Ejecutivo y Legislativo vuelven a convocar un tercer intento de diálogo.

– Análisis de los acuerdos: la oportunidad que no fue: se presenta un escenario de incertidumbre para el futuro cercano y que al no generarse consenso sobre medidas estructurales sobre gasto y captación de recursos como la Ley de Empleo Público, nuevos empréstitos internacionales o la depuración del presupuesto 2021, la economía costarricense sigue en peligro.

SURCOS invita a consultar el documento aquí

No todo es por el COVID-19

CRISIS SISTÉMICA DEL CAPITALISMO

La situación en Costa Rica es producto de un orden económico caníbal que puede derivar en un régimen totalitario

Ricardo Segura Ballar*

El capitalismo caníbal no es consecuencia del Covid-19, es producto de cuarenta años de imposición de un modelo neoliberal que ha colocado a Costa Rica entre los países más desiguales del mundo, con porcentajes de pobreza, antes del Covid-19, del 21% y desempleo del 13%, que no han podido ser resueltos y que por el contrario venían aumentando, golpeando con mayor fuerza las regiones Brunca (sur) y Pacífico Central en cuanto a la pobreza.

Todo esto es producto de la sumisión de los gobiernos en ese lapso, desde la administración Monge Álvarez cuando se aprobó el primer Programa de Ajuste Estructural (PAE I), pasando por la administración Arias Sánchez, en la cual se aprobó el segundo Programa de Ajuste Estructural (PAE II), siguiendo con la administración Figueres Olsen, cuando se aprobó el tercer Programa de Ajuste Estructural (PAE III). En la segunda administración Arias Sánchez se aprobó el cuarto Programa de Ajuste Estructural (PAE IV): el Tratado de Libre Comercio (TLC).

Todas esas políticas económicas, presionadas por el Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial fueron aprobadas en administraciones liberacionistas (PLN) y por supuesto apoyadas por otras fuerzas políticas como el socialcristianismo (PUSC) y las turecas de siempre. Estas políticas neoliberales han implicado lo que ya sabemos: reducción del papel del Estado y entregar las instituciones estatales rentables al mercado, abrir la economía a la globalización y el libre comercio, dejando a las élites financieras actuando por la libre. Todas esas políticas condujeron a la destrucción de los agricultores y de otros sectores económicos y productivos, generando otro frente, el trabajo informal que representaba, hacía unos meses, un 46% de la población económicamente activa. Eso fue lo que se sembró a lo largo de cuarenta años. No escapa a esta situación la administración Alvarado Quesada, que, con un falso discurso de “unidad nacional”, terminó entregando la conducción económica del país a personas que, fueron por mucho, responsables del desastre y a los empresarios que orbitan alrededor de la UCCAEP, lo que se puede interpretar como una completa claudicación. Y como dice el refrán popular, el que siembra vientos cosecha tempestades.

Como se mira, no tenemos que responsabilizar de todo lo que ocurre al fenómeno Covid-19. Ya venían ocurriendo situaciones muy complejas, delicadas, en el plano político-económico, todas orientadas a reducir el papel del Estado en materia social así como un ataque permanente a los trabajadores públicos. La aprobación del “combo fiscal” fue uno de esos ataques arteros, aprobado en la Asamblea Legislativa por los diputados del PLN, PAC, PUSC y PRSC.

Algunos, ingenuamente creyeron que la crisis provocada por el fenómeno Covid-2019 abriría espacios para llevar adelante políticas de “unidad nacional” para establecer una tregua y un nuevo pacto social basado en una negoción honesta entre sectores para enfrentar la crisis (Igual lo creyeron cuando la lucha contra el combo fiscal). Resulta que no fue así; se ha seguido con lo mismo, peor aún, se ha intensificado el ataque a toda la clase trabajadora, especialmente a los trabajadores estatales. Un ejemplo es la intención de eliminar la jornada laboral de ocho horas, bajo el eufemismo de “flexibilidad laboral”, lo que significa un retroceso de cien años en materia laboral, todo por complacer al empresariado nacional mucho del cual, como se dijo, orbita en torno a la UCCAEP.

Lo innegable de la crisis intensificada por el fenómeno Covid-19 es que ha dejado en cueros al “país más feliz del mundo”. Desigualdad rampante, pobreza, trabajo esclavo (zona norte), miseria y humillación (cuarterías), explotación, hambre, políticas antilaborales, xenofobia.

Es por lo anterior, que las declaraciones dadas por el exministro de Hacienda Rodrigo Chávez en el espacio El Faro (Héctor Solano) se vuelven políticamente importantes. En esa entrevista el exministro afirmó lo siguiente: 1) que Costa Rica es un país muy desigual; 2) que la evasión-elusión fiscal, en el estimado más bajo llega al 4.5, 5% del PIB y el más alto al 8% del PIB y que aplicando el promedio (6%) eso significa $3800 millones de dólares y que el lavado de dinero alcanza los $4000 mil millones de dólares; 3) que hubo fuertes presiones del empresariado para oponerse a la apertura del secreto bancario; 4) que si no existe un plan consecuente con las necesidades del país (líneas rojas) en la negociación con el Fondo Monetario Internacional, el mismo FMI tomaría el timón de los destinos del país; 5) que Costa Rica, en las actuales circunstancias necesita una cirugía de campo de batalla lo cual es ruidoso y sangriento; 6) que la deuda hay que pagarla como sea; 7) que hay que hacer lo que sea posible para que el Estado de Derecho y el tejido social no se destruya, que hay una alta probabilidad de que eso ocurra.

Sobre lo dicho por el exministro podemos concluir lo siguiente: que Costa Rica es un país asaltado con fusil en ristre por el gran empresariado y que, por el alcance del lavado de dinero, el país en la práctica es un narcoestado y quizá sea esto lo que haya generado la presión para que se mantenga el secreto bancario. En el caso de la negociación con el FMI, ya tenemos el resultado de 40 años de entreguismo y sumisión (PAEs y TLC). No dudamos que a la administración Alvarado Quesada le quebrarán las costillas y que, si se le permite, terminará sacrificando aún más a la clase trabajadora y que terminará, si se le permite, entregando el ICE, la CCSS y lo que haya que entregar. A eso se refiere el exministro cuando habla de cirugía de campo de batalla, hay que pagar la deuda como sea.

Pero lo que resulta políticamente muy revelador es su apreciación sobre la muy probable ocurrencia de la destrucción del tejido social y del Estado de Derecho. Por supuesto que estas declaraciones del exministro no pueden pasar inadvertidas, máxime por quien las afirma. Tampoco eso se dice por decirlo, con mucha probabilidad este ha sido un tema de análisis y discusión en los círculos cerrados de la administración Alvarado Quesada. Y es que efectivamente, tal cual se manifestó, el fenómeno Covid-19 puso al descubierto “las venas abiertas” de Costa Rica y que por lo descrito anteriormente, la presión sobre la clase trabajadora será mayor e inaguantable. Vastos sectores pasaron y pasarán a engrosar el desempleo, la pobreza y la informalidad, allí se acumulan la desesperanza, el hambre y la rabia. Eso se convertirá ineluctablemente en una situación socialmente explosiva que sin duda derivará en acciones y movilizaciones sociales que como dice el exministro, con mucha probabilidad rompan el tejido social y fracturen el Estado de Derecho.

Es claro que el escenario descrito por el exministro es muy real. Los sectores dominantes, los sectores empresariales que han estado viviendo en una fiesta de evasión y elusión no van a soltar nada de buena gana, allí todo es para adentro. Los partidos políticos representados en la Asamblea Legislativa en su mayoría no tienen expresión propia, el PLN, el PUSC, el mismo PAC son en la práctica marionetas de los sectores dominantes y de las agencias económicas internacionales. Es decir, están contribuyendo en mucha medida a que ese escenario de ruptura avance de manera inexorable.

Es por todo esto que los movimientos sociales así como todas las fuerzas de la resistencia con carácter de clase interioricen que, efectivamente, las cosas se pueden salir de control. Salirse de control no significa que esa ruptura social favorezca los intereses de la clase trabajadora. Todo lo contrario, un escenario como ese puede ser perfectamente explotado por los sectores dominantes para imponer un régimen totalitario. Es por eso que el movimiento social clasista, en esta ocasión me refiero al Bloque Unitario, tiene que analizar con seriedad dos hojas de ruta, una de ellas ya discutida y aprobada en el seno del Bloque Unitario, la conformación del Frente Nacional de Lucha y Resistencia que pueda de manera consecuente y con firmeza conducir las masas en un escenario de ruptura del tejido social y del Estado de Derecho, pero con la claridad, en cuanto a que, de producirse ese escenario, la ruptura tiene que ir dirigida a desmontar ese modelo económico caníbal. La otra muy necesaria por cierto, es la conformación o el fortalecimiento de un partido político centralizado en la lucha de clases con opciones electorales que sirva a los intereses de la clase trabajadora, de los agricultores y del pequeño y mediano empresariado consecuentes con los intereses de la Patria. Un partido político clasista que permita acercar diferentes sectores para que se sumen a la lucha con miras a la toma del poder.

Entramos en una faceta crítica de la historia costarricense. Porque si los sectores dominantes, en colusión con los sectores políticos del PLN, PUSC y PAC y demás turecas deciden escoger la hoja de ruta que ha planteado el exministro Rodrigo Chávez, es decir, “cirugía de campo de batalla”, entonces que se preparen porque esos sectores igual tendrán que entrar a ese “campo de batalla” y como manifestó el exministro, será “ruidoso y sangriento”, para ellos también.

* Comisión Nacional de Enlace
San José, Costa Rica
16 de julio 2020