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Etiqueta: género

UCR, Investigadora mexicana: »A las mujeres se les limita su libertad, se infringe violencia a sus cuerpos»

  • Dolores Figueroa visitó la Universidad de Costa Rica para analizar el papel de las mujeres indígenas nicaragüenses a lo largo de los últimos 40 años de revolución

La investigadora mexicana es docente en la Universidad de York, Canadá. Foto: Laura Rodríguez Rodríguez.

La investigadora mexicana Dolores Figueroa ha investigado profundamente las culturas indígenas de la costa caribe de Nicaragua, con un especial énfasis en las problemáticas que afectan a las mujeres indígenas de esta área.

La socióloga retrata en sus trabajos la violencia que sufren constantemente los pueblos indígenas, quienes han sido masacrados y desplazados de sus tierras históricamente como resultado del contexto de crisis política que enfrenta su país.

Según Figueroa los pueblos indígenas han resentido no sólo el abandono que sufren por parte de los gobiernos, sino también las mentiras de jerarcas actuales para mantenerse en el poder mientras pagan el precio los pueblos autóctonos.

La académica visitó la Universidad de Costa Rica (UCR) con motivo del encuentro “Nicaragua 1979-2019: de la revolución a la insurrección”, organizado por el Instituto de Investigaciones Sociales (IIS) tanto en la Sede Rodrigo Facio como en las sedes de Occidente y el Pacífico.

– Muchas veces no se toma en cuenta a las poblaciones indígenas a la hora de analizar la crisis nicaragüense, mucho menos a las mujeres indígenas ¿Cómo ha impactado este contexto a las mujeres indígenas? ¿Cómo viven ellas esta crisis?

– Dolores Figueroa (DF): “El tema es que cuando hablamos de la crisis actual de Nicaragua es importante tomar en cuenta que la violencia que sucede hoy en día tiene efectos muy claros y en el caso de las mujeres indígenas de la costa atlántica está relacionado con la falta de acceso a la tierra y a procesos internos de desplazamiento muy fuertes”.

Con esto hago referencia a la invasión a las tierras comunitarias indígenas en gran parte de la costa norte de Nicaragua sobre todo en territorios ancestrales del pueblo Miskito. Se dan encontronazos de violencia en el momento que pobladores campesinos mestizos en busca de un lugar dónde vivir invaden tierras indígenas, porque ellos perciben que son territorios que no son de nadie.

Algunos de estos campesinos van sólos o con familia, pero otros también van auspiciados por algunas fuerzas políticas y parte de esa gente va armada, entonces van empujando a los comunitarios que usan esas áreas y sus recursos naturales para su subsistencia.

Las mujeres son afectadas porque ya no pueden ir a las fincas, ya no pueden ir a recolectar frutos, si van a los ríos a pescar son secuestradas, son hostigadas o son violentadas. A las mujeres se les limita su libertad, se infringe violencia a sus cuerpos.

Los que se quedan en las comunidades son los líderes varones, las mujeres, los ancianos y los niños son desplazados a otros lados que se consideran más seguros, entonces las comunidades comienzan a moverse de manera forzada cada vez más hacia la costa o buscan refugio en cascos urbanos.

Ha habido también un gran acercamiento por parte de defensores de derechos humanos costeños que están tratando de hacer visible el reclamo de paz de estas familias.

– ¿Cómo se expresa la violencia hacia las mujeres indígenas actualmente? ¿A cambiado en algo en los últimos años?

– DF: Yo tengo la perspectiva de que es importante segmentar los hitos históricos en estos 40 años, es un lapso de tiempo muy grande. Para hablar de la afectación de las mujeres indígenas en la costa atlántica es importante hacer una distinción entre la guerra revolucionaria de los ochentas y la guerra de hoy.

La revolución de los ochentas fue un clima de total hostilidad con presencia militar en las comunidades, donde la gente vivió en carne propia desplazamiento, tortura y hostigamiento debido a la presencia de militares que limitaban su libertad y se sospechaba de ellos por ser indígenas y por supuestamente representar un apoyo para la contra revolucionaria. Todo esto fue propio de la guerra de los ochentas.

Sin embargo, al terminar el conflicto de los ochentas mucha gente intentó reconstruir los daños, recuperarse espiritualmente, en especial los comunitarios indígenas que vivían a lo largo del río Coco (o río Wanki en Miskito), fueron familias que perdieron personas y nunca volvieron a estar unidos. Esa vida anterior no fue posible reconstruirla.

Ocurrió también que alzaron los índices de alcoholismo, drogadicción, o incluso violación en los hogares indígenas. Todo esto fueron manifestaciones de la violencia hacia la mujer.

– ¿Qué postura toman las poblaciones indígenas en el contexto de insurrección actual? ¿Buscan tener un rol activo o prefieren mantenerse distantes?

–DF: Desde 2007 cuando el frente sandinista volvió a tomar poder en el gobierno, se empezó a implementar una nueva política hacia la costa atlántica que descansó en alianzas estratégicas con YATAMA (partido político del pueblo Miskito).

YATAMA controla el 35% del electorado en la costa atlántica, entonces a principios de la campaña electoral hicieron una alianza con Daniel Ortega, quien aseguraba el voto indígena a su favor y ganaba el poder, tal como ocurrió.

Daniel fue al río a pedir disculpas por el enfrentamiento que sucedió en los ochentas y los simpatizantes de YATAMA votaron por él. Pero una vez que llegó al poder él empezó a implementar mecanismos de control político en la costa atlántica, es decir, a violar sistemáticamente el principio de autodeterminación y autonomía política de los pueblos de la costa.

Lo que han vivido los pueblos costeños es como un robo por parte del frente y eso a generado otras dinámicas como que gente del pueblo costeño esté metida en toda una dinámica de especulación de tierras y son tierras indígenas que deberían ser reserva ecológica pero están siendo vendidas a particulares.

Los costeños se oponen a estos procesos con los medios que ellos conocen: denunciar, oponerse y sufrir en carne propia. Ellos denuncian que hay grupos de campesinos mestizos que llegan armados y los obligan a desplazarse.

Ahora bien, en el contexto de las crisis del 2013, los medios de comunicación pusieron mayor énfasis en lo que pasaba en la costa del pacífico, en la figura de los estudiantes en la manifestaciones públicas, lo cual está muy bien porque así el mundo supo del autoritarismo de Daniel.

Pero por otro lado ese enfoque en el pacífico de alguna manera deja en segundo plano lo que sufren los pueblos indígenas de la costa atlántica, es decir, no se conoce, no se sabe, es una situación compleja y además es una región aislada y de escasos recursos. Nadie lo ve.

Róger Bolaños Vargas

Asistente de Prensa, Oficina de Divulgación e Información

Información tomada de: http://www.ucr.ac.cr/

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UCR: Investigación que visibiliza la realidad de las mujeres y sus aportes al país

  • UCR Presente

  • Por medio del CIEM-UCR se asesora en la creación de políticas públicas que consoliden una sociedad menos desigual

El CIEM ha impulsado de forma permanente la generación de estadísticas que visibilicen el aporte específico de las mujeres a la economía nacional. Fotos con fines ilustrativos. Foto: Laura Rodríguez Rodríguez.

Hace 32 años, el país carecía de información y datos sobre la realidad de vida de las mujeres y más aún, de sus aportes a la economía. Este contexto motivó a un grupo de académicas de la Universidad de Costa Rica (UCR) a trabajar para cambiar esta situación.

La iniciativa se consolidó primero como el Programa Interdisciplinario de Estudios de Género y dos años más tarde se transformó en el Centro de Investigación en Estudios de la Mujer (CIEM), la instancia de investigación, acción y reflexión feminista al interior de la UCR.

Según la directora del CIEM, Dra. Montserrat Sagot, la unidad asumió desde sus inicios el compromiso de visibilizar la condición de las mujeres y sus aportes a la sociedad, pero también las formas en que eran abiertamente discriminadas y violentadas.

Las profesionales del CIEM dieron lugar a sus primeras investigaciones y establecieron alianzas estratégicas con otras instituciones del país como el Instituto Nacional de Estadística y Censo (INEC) para generar datos que permitieran hacer más visible las condiciones de vida de las mujeres.

El trabajo académico se convirtió en información tangible sobre temas como la forma en que las mujeres y hombres usan el tiempo, las manifestaciones de violencia contra las mujeres en el país o el aporte del trabajo doméstico a la economía nacional.

La Dra.Montserrat Sagot Rodríguez lidera desde el 2016 la labor del CIEM y asegura que la labor de esta unidad, ha garantizado que la mirada de la UCR esté presente en la lucha por una sociedad más equitativa. Foto: Laura Rodríguez Rodríguez.

“Por medio de la investigación pudimos decir, por ejemplo, que los modos de vida que desarrollan las clases medias y altas en este país no podrían ser posibles, sin las trabajadoras domésticas” afirmó Sagot.

La académica asegura que, además de generar investigación sobre temas que nunca habían sido visibilizados en el país, el conocimiento generado empezó a ser considerado como insumo clave para la generación de política pública.

El CIEM estuvo presente cuando el país empezó a debatir sobre la consolidación de la primera legislación de igualdad y equidad de género, que en el año 1990 se estableció como la Ley de Igualdad Social de la Mujer.

“Estuvimos presentes en la discusión y aportamos datos para crear la Ley de Penalización de la Violencia contra las Mujeres Adultas, aportamos datos y análisis para la Ley contra el Hostigamiento Sexual en el Empleo y la Docencia, así como en muchas otras iniciativas” detalló la investigadora.

Actualmente, el CIEM continúa siendo una instancia clave en la investigación feminista costarricense y en la toma de decisiones para la consolidación de una sociedad más equitativa en el país, labores a las que se han sumado acciones de capacitación y sensibilización hacia diferentes sectores sociales.

“Nuestra presencia en esos diferentes espacios ha garantizado que la mirada de la Universidad de Costa Rica esté presente y estamos convencidas que si hay una mejoría para un grupo históricamente excluido y discriminado, eso mejora al resto de la sociedad” concluyó.

 

Andrea Méndez Montero

Periodista, Oficina de Divulgación e Información.

Información tomada de: http://www.ucr.ac.cr/

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UCR promueve inserción de las mujeres en la ciencia y la tecnología

Eduardo Muñoz Sequeira

Vicerrectoría de Acción Social

La Semana de la Mujer en la Ciencia y la Tecnología surgió en el año 2017, en el marco del Día Internacional de las Mujeres, como una forma de incentivar la inserción de colegialas en los campos de las ciencias y las tecnologías. Foto archivo ODI.

Pese a que existen pocas estadísticas que reflejen de manera fidedigna la exclusión de las mujeres en los campos científicos y tecnológicos, las existentes sí revelan que la brecha de género es uno de los pendientes en todos los países.

Por ello, la Universidad de Costa Rica (UCR), mediante la Vicerrectoría de Acción Social (VAS) se propone consolidar la Semana de la Mujer en la Ciencia y la Tecnología como un espacio para motivar a estudiantes de secundaria para su ingreso a carreras universitarias en esos campos.

Este año, por tercera vez, mujeres adolescentes recorrerán cuatro relevantes laboratorios de investigación universitarios, asistirán a conferencias y evacuarán dudas a lo largo del recorrido con las personas organizadoras de estas actividades. Este tercer año las invitadas provienen de los colegios Anastasio Alfaro y Superior de Señoritas.

La III Semana de la Mujer en la Ciencia y la Tecnología programó las visitas a los laboratorios de Materiales y Modelos Estructurales (Lanamme-UCR), el de Reconocimiento de Patrones y Sistemas Inteligentes (Pris-Lab), el ProtoLab, y el de investigación en Robots Autónomos y Sistemas Cognitivos (ArcosLab).

La participación de las mujeres en las carreras universitarias relacionadas con las ciencias básicas, tecnologías, ingenierías y matemáticas sigue siendo significativamente menor. Este un fenómeno que sigue restringiendo su vinculación a esos campos laborales. Foto archivo ODI.

Para los recorridos se contará con el apoyo del personal docente de esos colegios y de funcionarios universitarios que serán guías durante las visitas. El primer grupo será recibido el día martes 19 de marzo, y el segundo el jueves 21 de marzo.

El Observatorio Laboral de Profesiones, del Consejo Nacional de Rectores (Conare) ha advertido que de las carreras de las áreas de las ciencias básicas y tecnologías impartidas por las universidades públicas, solo el 32% de las estudiantes son mujeres Datos del último Estado de la Ciencia, la Tecnología y la Innovación, editado por el programa Estado de la Nación, confirma dicha situación al citar que de los 34 mejores perfiles profesionales del país, solo 3 corresponden a científicas.

Adicionalmente, según la Vicerrectoría de Investigación de la UCR, a enero del año 2018, la brecha de género es mayor según los grados académicos del personal adscrito a proyectos. Mientras que existe paridad entre los bachilleres universitarios, al comparar a aquellas personas con doctorados la diferencia aumenta significativamente, sumando un 66% para investigadores hombres y 34% para las mujeres.

Para la Organización de Naciones Unidas (ONU), el uso y creación de tecnologías diseñada por mujeres para abordar los obstáculos persistentes que las limitan pueden impulsar la carrera por la igualdad de género, uno de los Objetivos de Desarrollo del Milenio.

La Dra. Henriette Raventós dictará una charla a estudiantes del Colegio Superior de Señorita el día jueves 21 de marzo. Foto tomada del Semanario Universidad.

La ONU exhorta a los países a emprender iniciativas para lograr la paridad en los campos educativo y científico, ya que de mantenerse la actual tendencia no se logrará la meta establecida para el año 2030.

Charlas científicas

El martes 19 de marzo, a las 9:30 a.m. la Dra. Marcela Hernández Jiménez compartirá con estudiantes del Liceo Anastasio Alfaro. Al igual que otros años, la idea es motivar a las colegiales a que se incorporen al mundo científico.

La Dra. Hernández es profesora de la Escuela de Física e investigadora en el Centro de Investigación en Ciencia e Ingeniería de Materiales (Cicima-UCR). Entre sus líneas de trabajo están el análisis de las propiedades ópticas de escarabajos autóctonos del territorio costarricense con el objetivo de diseñar un material inspirado en la biodiversidad costarricense.

Para el jueves 21 de marzo, la Dra. Henriette Raventós Vorst acompañará a las jóvenes del Colegio Superior de Señoritas. Ella es profesora e investigadora de la Sección de Genética de la Escuela de Biología, e investigadora del Centro de Investigación en Biología Celular y Molecular (CIBCM). Además, es integrante de la junta directiva de la Sociedad Internacional de Psiquiatría Genética.

Felícitas Chaverri Matamoros fue la primera profesional de las ciencias médicas graduada en el país el 23 de noviembre de 1917. Ella abrió el camino para otras mujeres que le siguieron los pasos en la educación superior científica.

Las doctoras Hernández y Raventós son parte de la organización 500 Científicas, una entidad sin fines de lucro conformada por estudiantes, académicas y profesionales en Ciencia, Tecnología, Ingeniería y Matemáticas. Incluye a costarricenses que habitan dentro y fuera del territorio nacional; así como las extranjeras residentes en Costa Rica. Este es un colectivo parte de 500 Women Scientists, una instancia internacional que agrupa a 20,000 mujeres en más de 100 países.

 

Información generada desde la Vicerrectoría de Acción Social, UCR.

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UCR: La subordinación, los estereotipos y el sexismo siguen vigentes en la lucha de cada mujer

Eduardo Muñoz Sequeira

Vicerrectoría de Acción Social

Mujeres de distintas comunidades participan en el curso “Derechos Humanos: “Construyendo el conocimiento para y desde las trabajadoras domésticas”, una proyecto de Acción Social del Centro de Investigación de Estudios de la Mujer. Foto Eduardo Muñoz.

“A las mujeres nos callan la boca, no nos expresamos tanto a nivel laboral o comunal. Yo que trabajo en lo comunitario siempre nos inhiben. Una no conoce las leyes, una cree que las sabe, pero en realidad no es así. Por eso, viene tanta violencia laboral, política, etc, porque desconocemos los derechos que tenemos como mujeres”, aseguró con absoluta claridad de su lucha Roxana Mendoza Jiménez, participante del proyecto “Fortaleciendo el empoderamiento de las mujeres urbanas en situación de trabajo doméstico” (ED-2633), del Centro de Investigación en Estudios de la Mujer (Ciem-UCR).

Como ella, millones de mujeres en el mundo enfrentan los obstáculos que se les impone aún en la sociedad del siglo XXI, y aunque existe un avance que es reconocido por las activistas, los pendientes se levantan como recordatorios que todavía el mundo ignora las voces de la mitad de sus habitantes.

La magíster Rafaella Sánchez Mora, es la coordinadora del proyecto ED-2633 sobre empoderamiento de mujeres y desde hace una década imparte el curso denominado “Derechos Humanos: Construyendo el conocimiento para y desde las trabajadoras domésticas”. Ella afirma que más de 300 mujeres han recibido los contenidos de los siete módulos temáticos. Muchas de ellas se han convertido en lideresas y multiplicadoras en sus comunidades, agregó.

El reconocimiento del trabajo de investigadoras y científicas universitarias es uno temas prioritarios en la academia costarricense. Foto archivo ODI.

El objetivo fundamental del proyecto es el impacto para la construcción de esos liderazgos, una vez que concluyen el curso se les entrega la metodología y ellas la ponen en práctica en sus comunidades. Este proyecto y otros inscritos en las distintas modalidades en la Vicerrectoría de Acción Social (VAS) de la UCR promueven espacios inclusivos, igualitarios y formativos en materia de los derechos de las mujeres.

El poder de la sororidad

El proyecto de Acción Social ED-2633 facilita el diálogo basado en el respeto y la sororidad. Son sesiones semanales que se convierten en momentos para compartir experiencias y formas de superar las barreras sociales impuestas a las mujeres.

“La mayoría de las que estamos acá tenemos diferentes vivencias y nos ha ayudado a poder a afrontar ciertas situaciones de mejor manera, y las que las están pasando, saben que pueden hablar de eso y ayudarnos entre mujeres”, comentó entusiasta Ivonne Solís Rojas, vecina de Ipís, Guadalupe.

Solís es integrante de la Oficina de la Mujer de la Municipalidad de Goicoechea y muy pronto concluirá el curso. Ella dice que al terminar atesora las vivencias de las compañeras, su valentía y ver que pese a las situaciones de discriminación y agresión, siguen en pie de lucha. “Me llevo muchas herramientas y conocimientos de cosas que no sabíamos, porque una escucha mucho en la televisión o sabe que hay leyes, pero no sabe como ponerlas en práctica y aplicarla y eso le sirve a una para la vida personal y comunicárselo a otras mujeres”.

Según la Organización de Naciones Unidas con la tendencia actual no se logrará un planeta paritario para el año 2030, una de las meta establecidas en los Objetivos de Desarrollo Sostenible. Foto tomada dewww.unwomen.org

Defensoras del territorio, creadoras de imágenes

Además de recuperar sus voces, las mujeres están luchando por el derecho a la imagen digna y respetuosa. Uno de los proyectos que trabaja en esa línea es el “Observatorio de la Imagen de las Mujeres en la Publicidad” (ED-3203), una iniciativa para la actualización de conocimientos, debate permanente y formación continua en esa materia.les inscribió su proyecto de Acción Social denominado “Campamento audiovisual de mujeres y territorios” (ED-3437), que durante los años 2019 y 2020 convocará a 24 mujeres de 12 territorios para fortalecer redes mediante el uso de las herramientas de comunicación comunitaria.

Con celular en mano, las participantes aprenderán sobre los fundamentos de la producción audiovisual para denunciar lo que están viviendo en sus entornos familiares y comunitarios.

“La idea se origina en que ya muchas de las mujeres participan en la defensa de territorios, pero el periodismo o la comunicación oficial viene de afuera y ellas tienen que esperar a que lleguen y ser escuchadas. Las herramientas de comunicación han estado eclipsadas por lo urbano y en recibir formación profesional, entonces queremos que las ellas, que ya de por si comunican y gestionan, adquieran habilidades sin tener que invertir en equipos especializados para contar lo que les pasa”, explicó Licda. Zuiri Méndez Benavides, coordinadora del ED-3437.

Este proyecto es una instancia interinstitucional que conjuntará el esfuerzo de proyectos de trabajos comunales del Decanato de Ciencias Sociales (TC-590), el de la Escuela de Ciencias de la Comunicación Colectiva (TC-127) y de la Sede del Pacífico (TC-702); así como los programas Kioscos Socioambientales y el de Economía Social Solidaria.

Según la Organización de Naciones Unidas con la tendencia actual no se logrará un planeta paritario para el año 2030, una de las meta establecidas en los Objetivos de Desarrollo Sostenible. Foto tomada dewww.unwomen.org

Por otra parte, estos campamentos audiovisuales se fortalecerá por los ejes de investigación, que incluirá una cartografía social construida desde la mirada de las mujeres; el de docencia por la facilitación de los conocimientos en la material y el de acción social que tiene contemplado producciones audiovisuales que definirán las propias participantes a lo largo del proceso.

“Para el año 2020 quisiéramos que los productos logrados circulen, presentarlos en las comunidades e incluso enviarlo a participar en los circuitos de festivales”, añadió Méndez.

Pendientes universitarios

Para la Dra. María Isabel Gamboa Barboza, coordinadora de Debates Feministas (ED-521), “la universidad tiene deudas porque la mayoría de personas con doctorado son hombres, los puestos más prestigiosos son ocupados por hombres y falta recorrido para evitar que las estudiantes sean acosadas sexualmente dentro de las aulas”.

El proyecto Debates Feministas desde hace 10 años convoca a mujeres de todos los estratos sociales a este espacio de discusión crítica y propositiva en torno a los derechos humanos de las mujeres. En la agenda temática tienen cabida todas las posiciones del pensamiento feminista, manifestó Gamboa.

Según la coordinadora Gamboa, uno de los grandes logros, además de las exitosas convocatorias del público asistente, es que Debates Feministas ha contribuido a empoderar a las mujeres “porque estamos socializadas para tener terror a hablar en público y descalificarnos. Debates tiene un impacto entre las participantes”.

Desde 1987 el Centro de Investigación en Estudios de la Mujer promueve el activismo feminista desde la academia. Ilustración de Rafael Espinoza.

No obstante, continuó, “aún en la universidad no se dan acciones afirmativas sustantivas. Con lo que logra, este debería ser un proyecto estrella. En otras sedes y recintos se ha solicitado que llevemos Debates Feministas, pero no hay respaldo institucional para ampliar los tiempos, los recursos son muy escasos y más bien hubo un recorte importantísimo”.

Sin embargo, para Gamboa esto es parte del sexismo que también rige la vida universitaria. Un ejemplo claro es que la mayoría de los programas de estudios de las carreras siguen usando bibliografía mayoritariamente masculina. Mismo criterio externó la Licda. Zuiri Méndez, ya que “falta visibilizar el rol de las mujeres en la producción académica dentro de la universidad y sobre todo articular estos saberes con los saberes que producen las mujeres afuera”.

“Existe un discurso, pero las que somos profesoras y estudiantes, vivimos lo que yo llamo que nos “mujerean”, es decir que nos tratan como si nuestras ideas valen menos”.

En ese sentido, la magister Sánchez Mora acotó que “no podemos estar prorrogando la igualdad de derechos todo el tiempo, algunas escuelas van más avanzadas, pero son aquellas que están asociadas a las mujeres, lo cual es lamentable, pero en otras no se incluyen más cuotas de participación de mujeres. La UCR puede girar directrices mecanismos de demanda de esas cuotas”.

Y en medio de los cambios que exigen hoy las mujeres, para Roxana Mendoza Jiménez su espíritu de lucha sigue creciendo y concluyó que aspira a ser una “propulsora y apoyar a otras mujeres a que se empoderen y sean lideresas. Quiero darles un empujocito para que suban un escalón más”.

 

Información generada desde la Vicerrectoría de Acción Social de la UCR.

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UNA: Educación, género y derechos humanos

Este lunes 4 de marzo 2019 se realizó la Lección Inaugural “Educación, género y derechos humanos” a cargo de la Dra. Graciela Morgade, investigadora y especialista en Educación Sexual con enfoque de Género y Derechos Humanos de la Universidad de Buenos Aires de Argentina.

El evento contó con la participación del Dr. Alberto Salom Echeverría, Rector de la Universidad; la Dra. Ana María Hernández, Rectora Adjunta; la Dra. Susana Ruiz, Vicerrectora de Vida Estudiantil; el M.Sc Carlos Chinchilla, Miembro del Consejo Universitario, la Master Carmen Ulate Rodríguez, Coordinadora de la política institucional de equidad de género y la Señorita Valeria Chuken, Represéntate de la Federación de Estudiantes.

El Dr. Salom comentó la importancia de la mujer, así como las diferentes formas de violencia que atacan a las mujeres: “por ello, la universidad ha buscado eliminar cualquier problema que aun haya en nuestra institución para alcanzar una verdad equidad de género. Nadie puede pensar que alcanza la felicidad mientras subsista la agresión y la discriminación contra las mujeres como ocurre hoy en nuestra sociedad, la felicidad no puede ser a costillas de nadie, la felicidad es un deseo, una aspiración profunda porque somos capaces de convivir unos con otros en condiciones de fraternidad”.

La Dra. Morgade expuso tres grandes temas: primero, la cuestión de la segmentación horizontal y vertical, lo segundo los sentidos culturales que legitiman la violencia cotidiana, el hostigamiento y la cooperación; y la tercera cuestión se refiere a la investigación sobre la escasísima penetración de la crítica epistemológica de los conocimientos y los saberes de base.

Compartió con el auditorio los aportes para la interpretación y comprensión de los discursos hegemónicos y subordinados acerca de la construcción social de los cuerpos en todas las formas escolares, así como para el diseño y puesta en práctica de proyectos específicos de incorporación de la temática en diversos dispositivos educativos.

La educación sexual integral que es uno de los grandes temas y prioridades que sigue estando en debate en el espacio de lo público, por eso todos debemos estar preparados para interpelarnos, discutir las obviedades y las percepciones que como sujetos sociales tenemos cuando pensamos la educación sexual como temática a trabajar en las diferentes instituciones del país”, manifestó Morgade, quien es Decana de la Facultad de Filosofía de la Universidad de Buenos Aires.

Para Morgade el enfoque de la ley no es reducir todo a la dimensión biológica y a la dimensión médica, sí es necesario re conceptualizar una mirada de los cuerpos: las identidades sexo genéricas: “Hoy tenemos a disposición categorías que nos impiden pensar de manera binaria porque cuando hablamos de gays, lesbianas, transexuales, trans-género, bisexuales, travestis y las personas que se definen como asexuadas, hablamos de otras identidades que están surgiendo”, explicó la doctora en educación, quien agregó que como personas tenemos que incorporar la dimensión del placer, porque si solamente hablamos de métodos anticonceptivos y solamente queremos cuidarnos de las enfermedades de transmisión sexual; porque si pensamos que la sexualidad es un problema, entonces lo hacemos ver como amenazante, y en realidad la sexualidad es una dimensión de la subjetividad que hace a nuestro cuerpo, que hace a nuestro conocimiento, a la posibilidad de comunicarnos con otros, con otras y que además brinda placer.

El Estado tiene la responsabilidad de brindar una educación que sea universalizante en la que estén contenidas todas las voces, todas las identidades”, indicó la conferencista, para quien hay otras comunidades que tienen derecho a ser respetadas y la tarea de la educación es la de promover vínculos no sexistas y desnaturalizar la violencia cotidiana a la que está sujeta la sexual.

Morgade, mantiene la tesis de que el proyecto de la educación sexual integral es transversal, abarca todos los niveles educativos, todas las materias de la escuela y también el recreo, los momentos libres, las paredes, los pasillos, las puertas, la relación con la comunidad, la familia o las unidades familiares.

Finalmente, la Dr. Morgade explicó el papel epistemológico y la relación transversal de la biología, la literatura, la información ética y la informática desde la mirada de género. En este aspecto mencionó los resultados de una investigación feminista que ha estado desarrollando sobre educación sexual. En esta investigación se analizan los rasgos centrales de una línea de investigación en Educación Sexual orientada desde una crítica epistemológica feminista y dirigida a indagar las políticas educativas que en la Argentina se desarrollan desde el año 2006: “El proyecto adopta la modalidad de investigación acción participativa que reconociendo el carácter sexuado de todos los cuerpos implicados en la investigación! se caracteriza por la reflexividad feminista acerca de los supuestos de la investigación. Así se perfila una autoridad epistémica las maneras válidas de (pararse) y colocar un punto de vista de quienes conocen que puede ser considerado como (creíble) y de quien o de quienes provienen los conocimientos creíbles al investigar políticas educativas relacionadas con las relaciones de género y la construcción social del cuerpo sexuado” concluyó la Dra. Morgade

 

Colaboración:

Diana Arias Chavarría- Estudiante Enseñanza de las Ciencias.

Esteban Ramírez-Estudiante EDA-UNA

Efraín Cavallini Acuña. Rectoría

Fotografía: Eliecer Berrocal Sánchez. Oficina de Relaciones Públicas

 

Enviado por M.Sc. Efraín Cavallini Acuña, Asesor Comunicación, Rectoría UNA.

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UCR: Estudiantes usan sus capacidades para impulsar el empoderamiento de las mujeres turrialbeñas

Daniela Muñoz Solano

Periodista Vicerrectoría de Acción Social

El proyecto facilita espacios de aprendizaje de distintas disciplinas y saberes, que se aprovechan para reflexionar sobre temas de género. Foto cortesía del proyecto.

Una clase de inglés, un taller de hidroponía o una clase de cardio baile puede ser el espacio perfecto para fomentar el empoderamiento femenino, y así lo demuestra el proyecto TC- 672 “Empodero: Experiencias que posibiliten empoderamiento, dirigidas a mujeres trabajadoras del hogar de la comunidad de Nochebuena ubicada en el distrito de Turrialba».

En este proyecto, estudiantes universitarios de todas las carreras que se imparten en la Sede del Atlántico de la Universidad de Costa Rica (UCR), ofrecen cursos y talleres con distintas temáticas a las mujeres de la comunidad, con el fin de facilitar espacios de reunión, de construcción colectiva y de empoderamiento, al tiempo que en clase o en charlas se abordan problemáticas como estereotipos de género, autoestima, violencia, conciencia corporal y liderazgo femenino.

“Si convocamos a las mujeres a charlas sobre estos temas, no van, pero a un curso de computación o de inglés, sí van y allí aprovechamos para trabajar estos otros temas que son fundamentales”, cuenta Blanca Luz Sojo, coordinadora del proyecto.

Ana Graciel Ortiz, estudiante de inglés y enseñanza de la música, da clases de inglés básico en Las Colinas, una comunidad de reciente fundación. La estudiante se empeña en dar al grupo de mujeres, no solamente nociones básicas del idioma, sino que aborda durante la clase temas como trabajo doméstico, salud, nutrición y autocuidado.

Espacios para ejercitarse son parte importante del proyecto pues construyen relaciones entre las mujeres y promueven autocuido. Foto cortesía del proyecto.

“A veces ellas sienten que solo estan en casa haciendo nada, aunque están trabajando en casa y cuidando a los hijos que es super importante, ahí en clases nos ponemos a hablar del valor del cuido, de educar niños, de limpiar la casa no sólo para sí mismas, sino para otras personas, de que estudiar o trabajar fuera es importante, pero ser ama de casa no es “no hacer nada”, metemos esos temas transversales durante la clase para que abran la perspectiva a lo valiosas que son y lo mucho que aportan a sus familias y a la sociedad”, cuenta la estudiante.

Viviana Fallas es estudiante del curso de inglés y asiste al de cardio baile (que también imparte el proyecto), es ama de casa, madre de tres y estudiante de informática educativa en la UNED. Según dice, los cursos que ha recibido son excelentes porque todos los días aprende algo nuevo “ya sea para ponerlo en práctica ayudándole a los hijos o en el estudio o más adelante en el trabajo”.

Otra de las beneficiadas con este proyecto es Melissa Mora, vecina de Los Ángeles. Ella ha llevado cursos de diseño, papel y telas, pintura y acondicionamiento físico. “Gracias a ese curso de pintura me di cuenta que tengo esa habilidad, la semana pasada fui a una reunión de los artesanos de Turrialba y me llamaron el fin de semana para decirme que aceptaban mi arte, entonces ahora soy parte de la asociación y eso gracias a los cursos de Empodero. Me siento muy contenta y como mujer me siento realizada y empoderada con respecto a mis habilidades”, afirma con orgullo.

Las mujeres de comunidad de Las Colinas, en Turrialba, participan en diversos cursos que organiza el TCU. Foto: Daniela Muñoz

Doña Gerardina Dittel, vive en Las Brisas en Nochebuena desde hace más de 30 años. Es ama de casa, mamá de 4, abuela de 12 y bisabuela de 4. Relata que asistió el curso de hidroponía y ahora asiste al de inglés, al de manualidades a partir de material de desecho y al de cardio baile. “Los cursos son muy buenos y me sirven para no estar solo en la casa. Yo vengo y me desentiendo un rato de la casa y aprendo, además estoy haciendo algo por mi salud”.

Lorena Gutiérrez es de Barrio Los Ángeles y cuenta que no sabe leer ni escribir, pero que “se las ingenia” y aprovecha los espacios al máximo. Terminó el curso de computación, dos cursos de pintura, otro de manualidades y ahora está aprendiendo primeros auxilios. “A mí me gusta mucho, porque como nunca fui a la escuela, mi mayor logro es apearme del bus y que me vean entrar a la universidad. Ni qué decir cuando he recibido un diploma, aunque no sepa leer ni escribir, yo puedo y por eso aquí estoy”.

 

Información generada desde la Vicerrectoría de Acción Social.

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UCR: Tres científicas costarricenses se abren paso en la nanotecnología, un área dominada por los hombres

  • Las investigadoras estudiaron Física en la UCR y realizaron sus estudios de posgrado en universidades europeas y latinoamericanas

Mónica Morales Masís, Kumara Cordero Edwards y Marcela Hernández Jiménez son tres físicas egresadas de la Universidad de Costa Rica, quienes realizaron sus estudios en universidades extranjeras. Dos de ellas trabajan en Europa y una en el Centro de Investigación en Ciencia e Ingeniería de Materiales (Cicima) de la UCR. Foto: Karla Richmond.

Todas tienen en común su pasión por la ciencia y en particular por un área científica en la que tradicionalmente han predominado los hombres. Su formación inicial en física les permitió especializarse en distintas ramas de la nanociencia y la nanotecnología, saberes fundamentales en este momento para la búsqueda de aplicaciones en la industria tecnológica.

Mónica Morales Masís, Kumara Cordero Edwards y Marcela Hernández Jiménez son egresadas de la Universidad de Costa Rica (UCR) y realizaron sus estudios de posgrado en el extranjero en ciencia de los materiales, un campo de investigación de punta en el mundo actual.

Luego de concluir su carrera de Física en la UCR, las científicas tuvieron la oportunidad de viajar a Estados Unidos, Brasil y a países de Europa a completar sus estudios y en busca de nuevas oportunidades laborales.

Como mujeres, adquirieron conciencia de las dificultades que implica abrirse camino en un medio muy competitivo y masculino, tanto en Costa Rica como fuera del país. Esto, en algunos casos, las ha llevado a vivir situaciones de discriminación por razones de género.

Las tres jóvenes investigadoras participaron en diciembre pasado en el 13.º Simposio en Ciencia de Materiales Avanzados y Nanotecnología (Sciman) 2018, organizado por el Centro de Investigación en Ciencia e Ingeniería de Materiales (Cicima) de la UCR, con el apoyo del Instituto Tecnológico de Costa Rica (TEC) y la Universidad Nacional (UNA).

En la actividad, participaron alrededor de 80 investigadores, investigadoras y estudiantes, procedentes de siete países: España, Suiza, Suecia, Brasil, Holanda, México y Costa Rica, quienes presentaron sus trabajos y compartieron los avances en el estudio de los materiales.

Mónica Morales trabaja en el Instituto de Nanotecnología de la Universidad de Twente, Holanda, donde tiene su propio grupo de investigación sobre celdas solares. Foto: Karla Richmond.

Hacerse oír

Las estadísticas muestran que las mujeres continúan estando relegadas del campo laboral en áreas científicas y tecnológicas, pese a que el número de ellas ha aumentado en carreras relacionadas con la ciencia, la tecnología y la ingeniería, alrededor del planeta.

Una forma en la que son desplazadas del ámbito científico es la dificultad para hacerse oír y ser valoradas en los grupos de investigación, espacios donde comparten con colegas masculinos o que son liderados por ellos.

Esta vivencia no ha sido lejana para las tres costarricenses, según manifestaron.

Kumara Cordero está convencida de que trabajar en el área de la nanociencia y la nanotecnología presenta dificultades para las mujeres, ya que en ocasiones se tienen que esforzar el doble para demostrar su capacidad como profesionales frente a sus compañeros y jefes.

Cordero lo ejemplificó con la actitud de algunos investigadores de ignorar las sugerencias hechas por una mujer, pero si la misma sugerencia proviene de un hombre sí es tomada en cuenta.

“He sido testigo de esto, lo he vivido en carne propia. Es una situación muy normalizada en el mundo científico. Pero hay mucho movimiento de mujeres en la ciencia tratando de que haya igualdad de género en este campo”, indicó.

Kumara Cordero realiza su posdoctorado en el Departamento de Materia Cuántica de la Universidad de Ginebra y trabaja en un grupo de investigación sobre materiales ferroeléctricos. Foto: Karla Richmond.

Mónica Morales también dio su punto de vista: “si uno quiere ser reconocido hay que trabajar mucho, porque existe mucha competencia”. Desde que cursaba la carrera de Física en la Universidad –señaló– se ha acostumbrado a estudiar y a trabajar en un medio donde los hombres son mayoría.

“Ahora que crecí en este campo y que soy profesora veo que para las mujeres a veces hay más restricciones que para los hombres”, recalcó.

Marcela Hernández mencionó que cuando era estudiante no sentía que ser mujer le implicara alguna discriminación. “En ese momento nunca me sentí rebajada o hecha a un lado, ni por mis compañeros ni por mis profesores”, recordó.

No obstante, su experiencia como profesional ha sido un poco diferente, pues “empieza uno a sentir mayores dificultades para hacerse oír y poder dar una solución a un problema o tener una voz que sea más escuchada”, apuntó.

Ámbito familiar

Las dificultades para conciliar la vida personal y familiar con las tareas como científicas fueron mencionadas por las investigadoras. Según opinó Morales, la carrera científica exige mucha dedicación, esto en numerosas ocasiones interfiere con las actividades familiares y sociales.

El cambio de un país a otro requiere cierta flexibilidad y, si se desea conformar una familia, tal aspecto puede significar una dificultad para la vida personal de las mujeres.

Marcela Hernández es profesora de la Escuela de Física e investigadora en el Cicima de la UCR. Actualmente, estudia las propiedades ópticas de escarabajos autóctonos de Costa Rica. Foto: Karla Richmond.

No obstante, ella está convencida de que se pueden manejar ambas facetas. “Mi consejo es que estas situaciones no deben detener a nadie, yo conozco profesoras que han tenido hijos y van de un lugar a otro”, dijo.

Recientemente, Hernández vivió la experiencia de la maternidad, un período que se concibe socialmente como una “incapacidad” y no como una licencia, eso implica para las mujeres mayores responsabilidades y las aparta del campo laboral.

“Tenemos poco tiempo de licencia de maternidad, pocas facilidades con la lactancia y con el cuidado del bebé”, aseguró.

En su criterio, como sociedad debemos pensar en cambiar ese sistema e integrar las dos funciones: la parte profesional, que es muy exigente en el ambiente académico, y la parte familiar.

“Con la maternidad es difícil salirse del sistema y después reintegrarse y retomar los proyectos laborales. Pareciera que al tener un hijo, uno pierde todos los títulos y los estudios, y hay que volvérselos a ganar, volver a abrir su campo y asumir las responsabilidades”, comentó la investigadora de la UCR.

Modelo a seguir

Las científicas aspiran a ser figuras ejemplares para otras personas, sobre todo para los más jóvenes, mediante su aporte al avance del conocimiento científico.

Marcela Hernández expresó que le gustaría “ser una docente en la UCR que pueda volver a ver atrás y sentir que le ha aportado a la formación de los futuros profesionales en física y, como investigadora, me gustaría ser parte de una generación que cambie la mentalidad del costarricense que siente o piensa que somos muy pequeños y no tenemos capacidad de crear o de innovar”.

Mónica Morales también quiere llegar a ser una científica modelo para otros. “Como mujer uno puede hacer muchas cosas, seguir la pasión es lo más importante y trabajar mucho”, destacó.

Además, insistió en que hay que promover desde edades tempranas la idea de que la ciencia es igual para mujeres y hombres.

Mónica Morales Masís

Trabaja actualmente en el Instituto de Nanotecnología de la Universidad de Twente, Holanda. Realizó el Bachillerato en Física en la UCR, efectuó la maestría en Estados Unidos y el doctorado en Holanda. Dentro de la ciencia de materiales, se ha especializado en celdas solares y en materiales nanoestructurados que se utilizan en los dispositivos electrónicos.

Trabajó durante varios años en Suiza como investigadora de celdas solares. Este año, regresó a Holanda a crear su propio grupo de investigación.

“En Europa, uno empieza como asistente de profesor, ahí se empieza a concursar por fondos, a tener más estudiantes y a formar un grupo. Después de muchos años de desarrollar el grupo de investigación, uno puede llegar a ser full profesor”, expresó Morales.

Kumara Cordero Edwards

Realiza su posdoctorado en el Departamento de Materia Cuántica de la Universidad de Ginebra. Estudió Física en la UCR y en el 2013 viajó a España a cursar estudios de maestría en la Universidad Autónoma de Barcelona. Posteriormente, realizó el doctorado en el Instituto Catalán de Nanociencia y Nanotecnología.

En la actualidad, trabaja en un grupo de investigación sobre óxidos, en el que analizan materiales ferroeléctricos que son usados para aplicaciones a nivel nanotecnológico. “Estudiamos las diferentes propiedades de conducción, reversabilidad de la polarización y mecánicas de los materiales, con el fin de darle en el futuro alguna aplicación a este conocimiento”, explicó Cordero.

Marcela Hernández Jiménez

Es profesora de la Escuela de Física e investigadora en el Centro de Investigación en Ciencia e Ingeniería de Materiales (Cicima) de la Universidad de Costa Rica (UCR). Obtuvo el Bachillerato en Física en esta universidad y la maestría y el doctorado en la Universidad de Campinas, en Brasil.

«Yo gestioné la beca para hacer la maestría y luego me la gané para realizar el doctorado», comentó.

Actualmente, trabaja en el análisis de las propiedades ópticas de escarabajos autóctonos del territorio costarricense, con el objetivo de “entender por qué este material tiene las propiedades que presenta, para a largo plazo diseñar un material que estaría inspirado en la biodiversidad costarricense”, dijo Hernández.

 

Patricia Blanco Picado

Periodista, Oficina de Divulgación e Información

Información tomada de: http://www.ucr.ac.cr/

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Arquitectura carcelaria con enfoque de género, la propuesta de dos arquitectos egresados de la UCR

  • Jóvenes recién graduados elaboraron una guía de diseño para espacios en centros penitenciarios con población femenina

La mayoría de las mujeres privadas de libertad son madres, por lo que estos arquitectos graduados de la UCR diseñaron espacios para que pudieran compartir con sus hijos, a quienes pueden tener con ellas en el centro hasta que cumplan los tres años de edad (imagen facilitada por Espinoza y Moya).

Dos arquitectos egresados de la Escuela de Arquitectura de la Universidad de Costa Rica (UCR) diseñaron una propuesta de espacios en centros penitenciarios con enfoque de género, dirigidos a la población femenina.

El proyecto se presentó este 2018 como trabajo final de graduación por parte de Mario Moya y Karolina Espinoza, quienes consideran que el tema de género aún es poco explorado en su área de estudio.

La propuesta gira en torno a siete ejes integrales: salud, educación, familia, desarrollo laboral, deporte, espiritualidad y servicios básicos.

La propuesta nacida en la UCR busca mejorar las condiciones de los centros penitenciarios de mujeres, para mejorar la calidad de vida de ellas y de sus hijos (imagen facilitada por Espinoza y Moya).

La mujer privada de libertad debería poder satisfacer sus necesidades en esos siete ejes dentro del centro penitenciario, según comentó el arquitecto Mario Moya, “la idea con nuestra propuesta es que siempre haya acceso a esos puntos y que un derecho humano no se vea limitado por la arquitectura del centro penitenciario”, afirmó Moya.

En el país existen tres centros que atienden población femenina: Centro Juvenil Zurquí, Centro Vilma Curling (conocido como “el Buen Pastor”) y otro más en Liberia.

Estos centros carecen de espacios diseñados especialmente para población femenina y sus necesidades, tomando en cuenta que muchas de ellas son madres y pueden convivir con sus hijos en el centro hasta los tres años de edad.

Este trabajo final de graduación fue defendido en la Escuela de Arquitectura el pasado 19 de octubre (imagen facilitada por Espinoza y Moya).

Por esto, el diseño de los espacios propuestos se puede adaptar a los centros ya existentes y a los futuros que se construyan.

Cada uno de los siete ejes se materializa en un espacio concreto. Así, por ejemplo, en el eje de maternidad el proyecto propone salas de lactancia, mientras que el eje de desarrollo laboral contempla talleres de capacitación o una huerta.

La propuesta también incluye un nuevo bosquejo para dormitorios, espacios para deporte, salas para actividades espirituales y de relajación, entre otros. El diseño de los espacios se llevó a cabo junto con el Ministerio de Justicia.

Karolina Espinoza y Mario Moya entregaron su trabajo al Ministerio de Justicia para su aplicación en los centros ya existentes y en los que se vayan a construir a futuro (foto Anel Kenjekeeva).

Nuevo modelo

La población femenina privada de libertad representa sólo el 4% del total en el país, por lo que no han sido prioridad para el sistema de justicia nacional, según comentaron ambos arquitectos.

“Como son sólo ese 4%, la atención, la inversión y el enfoque de los recursos no son para ellas, pues ellas no son prioridad”, manifestó la arquitecta Karolina Espinoza.

Además, con base en la investigación, el perfil de estas mujeres suele ser similar: poco desarrollo económico, víctimas de violencia y baja escolaridad.

Tanto Moya como Espinoza consideran que el país debería mudar hacia un modelo en que el exista menos limitaciones y menos seguridad interna, así como más libertad dentro de estos centros penitenciarios.

Como parte de este trabajo de graduación, ambos profesionales en arquitectura estudiaron ejemplos de centros ubicados principalmente en naciones europeas, en donde llevan la delantera en cuento al desarrollo de nuevos modelos de centros penitenciarios.

 

Francisco Ruiz León

Información tomada de: http://www.ucr.ac.cr/

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