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Etiqueta: José Figueres Ferrer

Figueres y la CIA

Oscar Madrigal

A raíz de nuevos documentos desclasificados de EEUU ha salido a la palestra nuevamente las relaciones de José Figueres Ferrer con la CIA.

Digo nuevamente porque ellas siempre fueron reconocidas por Figueres. En marzo de 1975 declaró a Los Ángeles Times y al Miami Herald que trabajó para la CIA “de veinte mil maneras […] en toda América Latina” por más de treinta años. “Colaboré con la CIA cuando estaban tratando de derrocar a Trujillo”.

Pero las relaciones de Figueres y la CIA fueron de amor y odio.

Porque en dos ocasiones la CIA quiso asesinarlo, según relató el mismo Figueres, aunque nunca especificó los momentos. Según se infiere, una ocasión o las dos pueden ser porque se opuso a la invasión de Bahía Cochinos.

Según otros documentos, la CIA trató de derrocar a Figueres en dos ocasiones. La primera a mediados de 1950: ““El mayor pesar [de la Agencia] era que Figueres había reconocido escrupulosamente el derecho de asilo en Costa Rica para no comunistas y comunistas por igual. El amplio flujo de entrada de personajes cuestionables complicaba el trabajo de vigilancia de la agencia y los obligaba a aumentar su personal. Los problemas de la CIA con Figueres llegaron a ser más profundos. Costa Rica era un paraíso para cientos de exiliados en fuga de varias dictaduras derechistas latinoamericanas, como las de República Dominicana, Nicaragua y Venezuela. Figueres ofrecía ayuda moral y material a grupos de ellos en sus planes para derrocar estos regímenes.” (Este pasaje y otra información está tomada del libro “Asesinando la Esperanza” de William Blum).

En 1953, según se dice, la CIA fue tomada con las manos en la masa cuando intentaba intervenir el teléfono de Figueres, lo que ocasionó una reacción de la prensa norteamericana.

“En 1955 la Agencia llevó a cabo una acción contra Figueres que resultaba más amenazadora. La profunda animosidad política y personal entre Figueres y el dictador nicaragüense Somoza llegó a extremos violentos: se había llevado a cabo un atentado contra Somoza desde Costa Rica, con apoyo de Figueres, lo cual fue respondido por una invasión por parte de Nicaragua por tierra y aire”.

“El biógrafo de Figueres, Charles Ameringer, ha relatado que Figueres acusó a la CIA de ayudar al gobierno de Somoza en su contra. Denunció que la CIA se sentía en deuda con Somoza por el apoyo que este había dado al derrocamiento del régimen de Árbenz. Aseguró que los mismos pilotos y aviones [F-47] que habían participado en el ataque a Guatemala, “vinieron luego desde Nicaragua y ametrallaron poblados indefensos en nuestro territorio”. Según Figueres, al mismo tiempo que el Departamento de Estado de EEUU conveniaba la venta de aviones de combate para la defensa de Costa Rica, los aviones y pilotos de la CIA estaban llevando abastecimientos a los rebeldes.” (Obra citada).

El segundo intento por derrocar a Figueres, según la información que se recoge en la obra citada, se da en el periodo de 1970-74. El primer secretario de la Embajada estadounidense en San José, y muy probablemente el jefe de la CIA en Costa Rica Earl (Ted) Williamson, habló que el gobierno figuerista no duraría más de dos semanas por la inconformidad de la gente al acercamiento a los países socialistas. Figueres había tendido puentes con la Unión Soviética y otros países socialistas, lo cual no gustaba a un sector del gobierno de Nixon.

“En los dos años anteriores la URSS había comprado café a Costa Rica por valor de diez millones de dólares, una “ofensiva económica” que se dijo “molestó a los funcionarios estadounidenses”, según el New York Times.

Los que vivimos esos tiempos recordamos el clima tan tenso y el enfrentamiento violento entre costarricenses y las manifestaciones de todo tipo realizadas por el Movimiento Costa Rica Libre (de índole fascista), la Unidad, las cámaras y los círculos más rancios de nuestra oligarquía contra el gobierno de Figueres y contra el establecimiento de relaciones diplomáticas con la URSS.

“A principios de enero de 1971, el Gobierno de Costa Rica temió seriamente un alzamiento y volvió a pedir a la administración Nixon que retirara a Williamson. No mucho antes este había vuelto a pronosticar que Figueres, no sobreviviría en el poder por otras dos semanas. La Guardia Civil, única fuerza armada en el país, fue puesta en alerta y se hicieron planes para llevar al presidente a un escondite en las montañas. A solicitud de Figueres, el Gobierno de Panamá entregó en secreto más de cien rifles semiautomáticos a Costa Rica.” (…).

“Los cables oficiales que llegaban a Washington desde la Embajada describían la situación en Costa Rica como “peligrosa”. Figueres era acusado de abandonar a Occidente y aproximarse al Este, de haber aceptado asistencia financiera de los comunistas en su campaña y de permitir a estos infiltrarse en el Gobierno”. (Pasaje de Asesinando la esperanza de William Blum basada en información de la prensa de EEUU).

Al final la Embajada de los EEUU y la CIA desistieron de avanzar en sus proyectos contra Figueres y reemplazaron al jefe de la Agencia.

Sin embargo, debemos tener presente el peso de una embajada como la de EEUU en la política costarricense; el Miami Herald lo digo así: “Lo que resulta bien claro […] es el poder y la influencia de la Embajada de Estados Unidos en un país pequeño como Costa Rica. Una embajada que con sólo decir discretamente que se opone al gobierno puede estimular a la oposición y quizás inspirar esfuerzos para un derrocamiento. La antipatía expresada abiertamente casi los reclamaría”

La CIA está presente todos los días, cotidianamente, en la política costarricense; esta lección debe ser aprendida.

La influencia y penetración de la CIA en las más diversas estructuras del Partido Vanguardia Popular -que también ha salido a cuentas en estos documentos- durante la época de los años 50, ya fue documentado y analizado a profundidad por la historiadora Sofía Cortés en un capítulo titulado “La reorganización del Partido Vanguardia Popular y su paso a la clandestinidad 1948-1950” recogido en el libro (descargar:)“Imperios, Agentes y Revoluciones. La Larga Guerra Fría en Costa Rica”, que recomiendo leer.

La abolición del ejército en Costa Rica: ¿Un hecho humanista?

Por José Rafael Quesada J.

El 1 de diciembre de 1948 tuvo un antes y un después en la historia de Costa Rica y del mundo. En un acto de grandeza que excede lo político, José Figueres Ferrer, líder de la Junta Fundadora de la Segunda República asumió la resolución de abolir el ejército como institución perenne. Un acto que posteriormente fue avalado por la Constitución de 1949, que no solo simbolizó el hecho institucional, sino que también fue el acto fundacional para lograr la transformación cultural política o económica que la instauración de una nueva imagen de un cierto humanismo criollo -y hasta ingenuo- iba a traer consigo, una posible centralidad en el ser humano, el desarrollo un país en paz y el rechazo a la violencia estructural con ribetes socialdemócratas, que se empezaba a esbozar por todo el mundo no alineado como llamaron en otras latitudes.

El ejército antes de 1948: Violencia, exclusión y desigualdad

Antes de su abolición, el ejército costarricense representaba una institución débil y lejos de las necesidades humanas de la población. Su limitado poder de fuego y su uso como aparato de represión en conflictos internos se alejaba de su objetivo de proteger a la ciudadanía. Más bien, contribuyó a perpetuar desigualdades y hacer añicos la confianza social en el Estado.

Durante la Guerra Civil de 1948, el ejército no respondió como un garante de estabilidad política, su existencia contribuyó a agudizar la división entre los sectores de la clase política en el poder y las aspiraciones de justicia democráticas del pueblo. Pero este periodo de crisis también representó que el cambio era posible. La abolición del ejército no solo fue una respuesta en medio de toda esta situación, fue la intencionalidad de algunos que quisieron aprovechar una oportunidad de sostener la voluntad política sin las armas y aprovechar para construir un Estado sin violencia, propiciando espacios para el desarrollo humano con mayor dignidad. Fue el “imperio de las circunstancias”.

La Resolución de la Abolición del Ejército: Un Acto de Humanismo Radical

No sólo el hecho de abolir el ejército en un Cuartel Bellavista significó un símbolo de liberarse de estructuras de poder no deseadas para Costa Rica; también abrió un camino que no es otra cosa que una orientación hacia un modelo social que priorizara el satisfacer necesidades de las personas en la toma de decisiones. Luego como todos los actos humanos se diluye en los juegos de poder de los sectores poderosos, porque “comida que no se vigila se quema en el camino…”.

Este acto no tuvo límites territoriales, sino que ofreció al mundo otra interpretación: las de la nación que opta por la diplomacia, el diálogo y por invertir en su población en desmedro de perpetuar la violencia estructural o represiva que imperaba en la década de los años 40 del siglo pasado.

En el contexto de la Guerra Fría nuestros países tenían referentes solo para que se armaran hasta los dientes. Costa Rica tomó una dirección opuesta: un acto con impronta de la valentía de la época, que reorientó la lógica del enemigo en las prioridades de la propia nación, apostando por el bienestar social.

Un Nuevo Modelo de Cultura: La Paz como parte del sentido de la identidad

La carencia de ejército devino en una parte de la identificación del pueblo costarricense, una manifestación palpable de la posibilidad de una resolución de los conflictos sin violencia. Este compromiso cultural asociado a la paz es una resonancia de las formas de humanismo, que rechaza la violencia como forma de relación y que hace propio de la esencia solidaria en el área social, hasta que las tendencias neoliberales toman el control de los gobiernos y de las perspectivas de una involución en el social que afecta muchas áreas de quehacer del Estado.

El orgullo que siente el costarricense por no poseer ejército, tiene su lugar en la lectura política del momento y en al menos 25 años posteriores, promoviendo un Estado que se empoderara hacia la igualdad, la justicia y el fortalecimiento de las instituciones democráticas; de esa forma Costa Rica se avizoró como una nación de algo que puede avanzar en posiciones de alguna forma humanistas, representando en varios momentos históricos que la paz no se trata de un ideal sino que es una dificultad a superar en la práctica pero posible.

Recursos para la Vida: Del Armamento al Bienestar

La eliminación del ejército permitió liberar recursos económicos y humanos que fueron incorporados a recursos vitales. Estas inversiones hicieron que Costa Rica pudiera implementar un modelo de desarrollo humano en el que se ejemplifican los principios del nuevo humanismo:

1. Salud: La Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS) se estructuró como una de las instituciones del acceso universal a atención en salud humana digna e igualitaria.

2. Educación: Desde el aprendizaje de la lectura y la escritura y el acceso a la educación universal, hasta el empoderamiento de nuevas generaciones, ampliar oportunidades y crear una ciudadanía crítica y solidaria.

3. Vivienda y agua potable: Programas sociales que redujeron la desigualdad favoreciendo el respeto del derecho humano de tener un hogar y el acceso a recursos básicos.

4. Mitigación de la pobreza: Transferencias monetarias directas y programas de desarrollo social y comunitario que lograron cerrar las brechas sociales, contribuyendo a la igualdad.

5. Producción de energía: se da un paso adelante en la producción de nuevas energías a partir de la hidroeléctrica y telecomunicaciones para toda la población.

6. Inclusión social: El desarrollo de carreteras y acueductos lograron conectar arriba de todo a las comunidades más aisladas, alcanzando la cohesión social. Y un punto más,

7. El de la protección de la casa del ser humano: el desarrollo y articulación de una estrategia de protección del medio ambiente y base para el turismo de varios tipos, generadores de otro tipo de riqueza para varias generaciones.

Estas inversiones, de acuerdo con los valores solidarios transformaron el país, a través de la cooperación y el bienestar colectivo por encima de la competencia y la dominación. Una decisión que nos permitió construir un modelo de Estado, el cual se encuentra en crisis en la actualidad, pero fue una buena decisión al final.

Diplomacia y Derecho: Una respuesta no violenta de reparación de conflictos

Sin ejército, Costa Rica mostró que se puede encontrar una salida a las disputas internacionales sin recurrir a la violencia. Las disputas fronterizas, como la situación de la Isla Calero con Nicaragua, se resolvían por la vía del derecho internacional y las instancias diplomáticas, mostrando que la paz es una poderosa y efectiva herramienta poderosa y eficaz.

Esta perspectiva reafirma una ética de tipo no militar, que tiene mucho que ver con la ética humanista de priorizar la inversión social, educativa, en sanidad y calidad de vida, lo cual también nos va acercando a un tipo de humanismo y la cooperación solidaria, incluso en escenarios de conflicto.

Conclusión: Un Legado de una perspectiva Humanista para el Mundo

La abolición del ejército en Costa Rica no es solo un hecho histórico, se convierte en una declaración de principios que resuena con las proclamas del nuevo humanismo. Es un símbolo de que es posible construir sociedades más humanas y solidarias si destruimos las estructuras de violencia y redistribuimos la riqueza, el mismo concepto de bienestar.

Y hoy en día Costa Rica es un faro de esperanza para el mundo, una nación que evidencia que la paz y el desarrollo humano no solo son deseables, también son posibles, aunque obliguen a revisarlo de forma constante. Nuevamente “comida que no se vigila, se quema en el camino”

La enseñanza es clara: cuando el ser humano es el centro de las decisiones políticas, el futuro se llena de posibilidades.

Fuente: https://www.pressenza.com/es/2024/12/la-abolicion-del-ejercito-en-costa-rica-un-hecho-humanista/

¿Está el gobierno impulsando la reconstitución de un Ejército necesario para el clima, que anunció, de inseguridad democrática?

Vladimir de la Cruz

La institución del Ejército de Costa Rica duró hasta el 1 de diciembre de 1948, cuando la Junta de Gobierno, Fundadora de la Segunda República, presidida por José Figueres Ferrer, decidió abolirlo, eliminarlo de nuestra institucionalidad.

Cuando esa decisión se llevó al seno de la Asamblea Nacional Constituyente de 1949, se aprobó esa abolición como una norma constitucional, que ha hecho que todas las generaciones de niños, de jóvenes, desde 1948 no se vean sometidos a ninguna obligación militar por parte del Estado, o a llamados del gobierno con ese fin de enlistamiento militar, de apuntarse en una lista con obligación de formar parte de la estructura militar, por un período generalmente breve, para recibir a la fuerza un entrenamiento y conocimientos militares básicos.

El no tener ejército nos obliga a no participar en conflictos bélicos, ni ser socios de acciones militares de países. Así quedó confirmado por la Sala Constitucional de la República, cuando el gobierno de Abel Pacheco de la Espriella, 2002-2006, decidió poner su firma en las operaciones militares, que Estados Unidos realizó en Irak, como parte de una “aparente” coalición internacional en ese conflicto, que era exclusivo de los Estados Unidos.

En el gobierno de Luis Alberto Monge Álvarez, 1982-1986, fortaleciendo esa decisión de 1948, se declaró a Costa Rica como una Democracia desarmada y neutra ante problemas y conflictos militares.

Al calor de la Guerra Fría, y del anticomunismo que se desató en el continente ante la Revolución Cubana, los Estados Unidos impulsaron en Centroamérica el Consejo de Defensa Centroamericano, CONDECA, en la década de 1960, que reunía a todos los ejércitos de Centroamérica, incorporándose Costa Rica como parte observadora del mismo, haciéndose representar oficialmente en las reuniones del CONDECA por el que fuera Embajador de Costa Rica en Guatemala, donde estaba la sede de esta organización militar, desde 1961 hasta 1979.

Con los cambios operados en el escenario internacional desde 1990 cambiaron también las políticas regionales de seguridad, por el llamado Tratado Marco de Seguridad Democrática, impulsándose especialmente la Declaración Trinacional de El Salvador, Guatemala y Honduras, en la conformación de lo que también se ha impulsado en esos tres países, reconocidos como El Triángulo Norte de Centroamérica.

El no tener Ejército no eliminó una fuerza policial para salvaguardar las necesidades de seguridad de la población. Desde 1948 se impulsó una Fuerza Pública para mantener el orden. Durante años se entrenó como una fuerza militar, especialmente su oficialidad que era enviada a las academias militares de Estados Unidos en el Canal de Panamá, así como a Alemania, Israel, Corea del Sur, Chile y otros países.

Los grados con los que se organizaba eran de tipo militar, que le fueron eliminados en el gobierno de Oscar Arias Sánchez, 1986-1990, por grados de carácter civil. En el gobierno de Rafael Ángel Calderón Fournier, 1990-1994, le fueron restituidos los grados militares a la Fuerza Pública. De nuevo, posteriormente se los volvieron a eliminar.

En el segundo gobierno de Oscar Arias Sánchez, 2006-2010, se impulsaron políticas, bajo la modalidad de tratados internacionales contra el militarismo, la producción y compra de armas a nivel mundial, en la ONU.

Centroamérica, como resultado de las guerras internas desde la década de 1980 ha sido un escenario de gran tráfico de armas, de compra y venta de armas de guerra. Tráfico ilegal del que Costa Rica no ha escapado. En nuestro territorio se mueven armas con conocimiento oficial y poco control.

La venta de armas es autorizada en Costa Rica. Especialmente de armas que no son de guerra; pero, se están vendiendo armas de guerra. Los grupos asociados al comercio y tráfico de drogas y estupefacientes, las organizaciones criminales que operan en todo el territorio nacional, a vista y paciencia de las autoridades nacionales, están bien armadas con este tipo de armamento militar. Constantemente, esto se evidencia en las noticias que se publican de sus enfrentamientos, en disputas por el control de los territorios de distribución de drogas y de exportación de la cocaína a Europa, así como por el cuido de sus bodegas, consideradas de las más importantes y grandes de la región, comparadas con algunos países suramericanos, por sus dimensiones.

La reorganización que se ha venido haciendo en la Seguridad Pública nacional contribuye al fortalecimiento de estos grupos, de sus negocios de drogas como del manejo de armas que poseen.

La venta de armas de guerra que se hace en el país, por la cual se puede adquirir armamento de guerra, de combate, armas modernas de distintos calibres y calidades ofensivas, las que se pueden traer, como parte de estas ventas, constituye un grave peligro para la seguridad nacional, para la seguridad de las personas y para la seguridad del mismo sistema democrático que tenemos.

La existencia de las policías privadas en el país, en número superior a la Fuerza Pública, hace más peligroso ese arsenal de armas existentes en el país, por la dimensión de pequeños “ejércitos privados” que pueden constituirse de esa manera, algunos de los cuales pueden ser útiles incluso a políticos del actual gobierno como de fuera del gobierno y la institucionalidad.

La existencia de centenares de pistas aéreas “clandestinas” que operan en el país, unas reconocidas y otras no oficialmente, facilitan ese comercio de armas, como de drogas. A veces, la prensa da cuenta de aeronaves abandonadas en algunas de esas pistas.

Desde el punto de vista de la seguridad social cada vez más son atendidos, en las emergencias hospitalarias de la Caja Costarricense del Seguro social, y en hospitales y clínicas privadas, ciudadanos heridos con armas de guerra. Solo el año pasado la atención de estos ciudadanos llegó casi a los 1500, un promedio de cuatro diarios. Por armas de fuego en los nueve meses que llevamos del 2024 han sido atendidas 821 personas. Y del período 2019 al 2024 han sido atendidas 5.652 personas, a un promedio diario, en estos cinco años, de casi 3.3 personas diarias. De acuerdo con el OIJ, los muertos con armas de fuego, de manera dolosa, este año suman 640 personas.

Las armas de guerra que se están empleando, entre otras son AR-15, M 16, AK47. La AR-15 es traída de Estados Unidos, traficada por las organizaciones criminales que la pagan con drogas. De acuerdo con los datos criminológicos del país estamos en la cuarta ola del narcotráfico, con una violencia homicida que tiene un 60% de vinculación con el crimen organizado.

Esta situación obliga a que se deban tomar decisiones más fuertes en el control del comercio lícito de armas. Ese control pasa inexorablemente por prohibir de manera definitiva la traída de cualquier tipo de armas de guerra, y de penalizar severamente a quien las posea.

El ambiente de inseguridad nacional es muy peligroso para la estabilidad democrática del país. Facilita incluso que desde el gobierno se pueda provocar un clima y una situación que conduzca a un estado de excepción, un estado de sitio, a un autogolpe de estado, a una prolongación fáctica del gobierno aduciendo esta situación de inseguridad y de inestabilidad.

El gobierno constantemente contribuye a ella atacando la institucionalidad pública, los poderes del Estado, los organismos e instituciones de control político y administrativo, provocando la pérdida de la fe en los Poderes Legislativo y Judicial, cuestionando, criticando y debilitando los actores críticos de la sociedad costarricense, a los partidos políticos, a los dirigentes políticos nacionales, a los gestores de opinión y a los analistas políticos.

Recientemente, con las detenciones para efectos de investigación judicial, que se ha hecho de directores de la Caja Costarricense del Seguro Social, el gobierno, en pleno, con sus ministros y su fracción de diputados, todos de traje negro, como si asistieran al funeral anunciado de la democracia nacional, en boca del presidente jaguar, que curiosamente no rugió como suele hacerlo, advirtió de que se está a punto de perder la democracia y que de parte del gobierno se requieren, en posibilidad, acciones más fuertes, insinuando justamente el autogolpe de estado, el estado de excepción, las limitaciones de las libertades y derechos ciudadanos. Amenazó incluso de que podría no haber elecciones en el 2026.

Estos últimos días, particularmente de noche, han puesto a funcionar helicópteros, sin insignias del gobierno, pero tampoco intervenidos por las autoridades de seguridad pública, en caso de que fueran privados, a volar bajo, muy bajo, sin luces, casi a nivel de techos en determinadas comunidades, en Montes de Oca, en Escazú, en Santa Ana, dando vueltas a todo ruido de motores, llamando la atención y provocando preocupación de los ciudadanos en sus casas, como si fueran operativos policiales o de seguridad, en persecución o de acciones policiales en desarrollo.

Ante la protesta, preocupación y consulta de ciudadanos se ha dicho que han sido “acciones de entrenamiento para condiciones del mal clima”. ¿Cuándo, en Costa Rica, se han hecho ese tipo operaciones y maniobras policiales, que parecen más de ejército en condiciones de represión y de golpes de estado, aduciendo prácticas de entrenamiento? ¿Ni siquiera las hacen de día? ¿Por qué asustan y preocupan a la población con esos desplantes? ¿O, es que están preparando a la gente para el ambiente de zozobra, de inquietud o de amenaza, y de represión o de autogolpe institucional de estado, que se quiere imponer por la forma autoritaria de ejercer el Gobierno de la República? ¿Quién dio la orden de esos “ejercicios” nocturnos de los helicópteros, que no parecían ser del gobierno, todos negros, sin identificación alguna? ¿Tendrá el presidente un grupo altamente especializado en este tipo de operativos, como el que tiene a su servicio de manera directa, para su seguridad presidencial, que parece más para su seguridad personal, que solo a él le reporta?

¿A cuál “mal clima” se han referido las autoridades que han justificado esos vuelos rasantes de helicópteros, justamente la noche de la detención de los directores de la Caja Costarricense del Seguro Social? ¿Al clima político que están viviendo quienes están siendo sometidos a investigación judicial en el Gobierno? ¿O eran vuelos de apoyo moral para los detenidos esa noche?

Justamente, ese día y esa noche fatídica para el gobierno, como lo reconoció el jaguar principal, también coincidieron acciones amenazantes de tipo terrorista contra el Ministerio Público, la Fiscalía General de la República y contra el Presidente de la Asamblea Legislativa. ¿Está el gobierno impulsando la reconstitución de un Ejército?

Los desplantes militaristas de los vuelos rasantes y los desplantes militaristas de las caravanas presidenciales matutinas hacia Zapote apuntan en muy mala dirección política nacional.

 

Compartido con SURCOS por el autor.

Don Pepe y la Multipolaridad

Mauricio Ramírez Núñez
Académico

Mauricio Ramírez Núñez.

En la historia reciente de Costa Rica, pocas figuras han dejado una marca tan indeleble como José Figueres Ferrer, «Don Pepe”, como de cariño se le dice. Su legado no solo reside en su papel decisivo en la abolición del ejército tras la guerra civil de 1948 y la fundación de la Segunda República, sino también, en la configuración de una política exterior valiente y visionaria que ha permitido al país mantener relaciones constructivas con diversas naciones, independientemente de su alineamiento con las grandes potencias, y en medio de aquella compleja coyuntura conocida como la Guerra Fría. Don Pepe se caracterizó por tener, sin lugar a dudas, una visión política adelantada a su época.

Don Pepe entendió que la verdadera independencia y el desarrollo soberano de una nación pequeña como Costa Rica, dependían de su capacidad para mantener una política exterior flexible y pragmática. Este enfoque se centraba en establecer y mantener relaciones diplomáticas y comerciales con una amplia gama de países, evitando así caer en la trampa de las alianzas exclusivas o los juegos de poder y amenazas impuestas por las grandes potencias de aquel momento.

El caso más emblemático y sobresaliente de esto que menciono fue el establecimiento de relaciones diplomáticas con la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS) en el año 1972, durante su tercer mandato. Don Pepe, como estadista y líder audaz, demostró una valentía notable al desafiar las tensiones de la Guerra Fría, esta postura no solo fue un acto de coraje, sino, asimismo, de astucia política y visión de largo plazo, lejos del calor de la coyuntura en un período dominado por la confrontación ideológica entre Estados Unidos y la Unión Soviética.

El 24 de enero de 1972, San José recibió al Embajador Soviético, Vladimir Kazimirov, recientemente fallecido por cierto, marcando la apertura de la primera embajada de la URSS en territorio centroamericano. Este evento histórico y revolucionario, si se quiere, simbolizó un cambio significativo en la política exterior de Costa Rica y reflejó la convicción de Don Pepe de que el diálogo y la cooperación internacional eran esenciales, incluso con naciones de sistemas políticos radicalmente diferentes al costarricense. Por su parte, nuestro primer embajador en la URSS fue el señor Fernando Berrocal, quien tuvo el honor y la responsabilidad histórica de echar a andar las relaciones de nuestro país con Moscú en tierras soviéticas.

Además, Don Pepe no se limitó a establecer vínculos con la Unión Soviética. Su administración extendió relaciones diplomáticas a otros ocho países de la órbita socialista, reafirmando su compromiso con una política exterior inclusiva y plural. Esta postura no solo diversificó las alianzas internacionales de Costa Rica, sino que también mostró al mundo la independencia y soberanía de la nación en la arena global. La valentía de Don Pepe en estos actos continúa siendo un testimonio de su liderazgo visionario y su capacidad para navegar en medio de complejas dinámicas internacionales en pos del beneficio de su país.

Hoy, el mundo parece estar viviendo una nueva Guerra Fría 2.0. La actual contradicción ha dejado de ser ideológica para convertirse en geopolítica y comercial. En este escenario, el bloque globalista liderado por el Occidente colectivo y caracterizado por un enfoque unipolar, con Estados Unidos y la OTAN a la cabeza, se enfrenta a una visión multipolar del mundo. En esta visión alternativa, Rusia, China, India y otros países están adquiriendo un papel cada vez más prominente a diversos niveles, desafiando el liderazgo occidental en todos los planos. Estos actores se atreven a proponer un orden internacional alternativo, donde su amplia participación se convierta en un elemento clave para la construcción de dicho orden.

Esta realidad geopolítica en el contexto de la política exterior costarricense actual, implica en primer lugar retomar nuestra postura estratégica de neutralidad, promulgada el 15 de septiembre de 1983 por el presidente Luis Alberto Monge Álvarez. En segundo lugar, conlleva la capacidad de relacionarse y cooperar con múltiples actores en el escenario internacional. Esta estrategia no solo diversifica las opciones de cooperación económica y desarrollo del país, sino que minimiza la dependencia de cualquier potencia en particular, brindándonos un mayor margen de maniobra en todos los sentidos.

En un mundo cada vez más interconectado y lleno de tensiones geopolíticas, la habilidad de maniobrar entre diferentes polos de poder se convierte en un activo invaluable para una nación pequeña y sin ejército como Costa Rica. Alinear nuestra política exterior exclusivamente con una sola potencia sería el peor error histórico que podríamos cometer. Costa Rica ha ejemplificado este enfoque a través de su historia reciente, manteniendo relaciones diplomáticas y comerciales con países de todos los continentes, incluidos aquellos con sistemas políticos y económicos muy diferentes. Por ejemplo, Costa Rica ha sabido balancear sus relaciones con Estados Unidos, una potencia histórica en la región, mientras fortalece lazos con países emergentes como China y Emiratos Árabes, y al mismo tiempo, mantiene vínculos estrechos con naciones europeas y latinoamericanas en el marco de una diplomacia basada en el respeto mutuo y la cooperación.

El Pragmatismo en la Política Exterior de hoy es la clave

El pragmatismo ha sido otro pilar de la política exterior costarricense heredada de aquella amplia visión de Don Pepe. Este enfoque implica tomar decisiones basadas en el interés nacional y en las oportunidades concretas de desarrollo, en lugar de seguir ciegamente ideologías o alineamientos geopolíticos. Así, Costa Rica ha sido capaz de sortear las dificultades y aprovechar las oportunidades que surgen de su posición estratégica y de su reputación como un país pacífico y estable.

Un ejemplo reciente de este pragmatismo es la incorporación de Costa Rica a la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE). Este paso no solo ha abierto nuevas oportunidades de inversión y cooperación internacional, sino que ha reforzado el compromiso del país con la transparencia y las buenas prácticas en la administración pública y la economía.

El enfoque “no alineado” que Don Pepe implementó en su momento es una estrategia que podríamos retomar en el actual contexto de confrontación geopolítica y ante las puertas de un nuevo orden multipolar. En un mundo donde Asia se ha convertido en el epicentro de los negocios, la innovación y el futuro, y donde surgen nuevas formas de integración económica con un potencial enorme, este enfoque ofrece oportunidades significativas para Costa Rica y todos los países del sur global.

Económicamente, la visión pragmática de Don Pepe de las relaciones internacionales ha permitido a Costa Rica diversificar sus mercados y atraer inversiones de diversas fuentes. Políticamente, ha otorgado al país un grado de independencia que le permite tomar decisiones soberanas sin la presión de alinearse con una potencia dominante. Diplomáticamente, ha consolidado la imagen de Costa Rica como un actor confiable y respetado en la arena internacional.

La historia de Costa Rica y su política exterior es un testimonio de cómo una visión política clara y una estrategia pragmática pueden abrir posibilidades y construir un futuro próspero, sin que ello implique entrar en contradicción con nuestros principios, como muchos erróneamente argumentan. Siguiendo los pasos de Don Pepe, Costa Rica ha demostrado que es posible estar bien relacionados con todos los actores internacionales, sin caer en los juegos de poder de las grandes potencias. Este enfoque ha contribuido al desarrollo y la estabilidad del país, así como ha convertido a Costa Rica en un ejemplo a seguir en materia de política internacional contemporánea.

Ante la coyuntura actual de esta nueva Guerra Fría 2.0, surgen dos preguntas cruciales: ¿cómo actuaría Don Pepe en este escenario? y ¿cómo actuarán quienes dicen ser los herederos de su pensamiento y práctica política?

Los Tribunales de Probidad y de Sanciones Inmediatas

Lenin Chacón Vargas*

Los Tribunales de Probidad y los Tribunales de Sanciones Inmediatas se crearon por decretos en mayo de 1948 y se disolvieron por decreto en noviembre de 1949.

Se crearon y funcionaron durante la postguerra de odios exacerbados, espíritu de venganza y ambiente de violencia política, a la sombra de un gobierno de facto que gobernó como dictadura.

Entre las obras de la historiadora, profesora e investigadora de la Universidad de Costa Rica, Claudia Quirós Vargas, me interesa destacar su libro “Los Tribunales de Probidad y de Sanciones Inmediatas”, de la Editorial Costa Rica. En esta obra de historia política, jurídica y social Quirós Vargas nos habla de causas y objetivos de la creación de estos Tribunales, los mecanismos y procedimientos legales aplicados, personas sobre las que tuvieron jurisdicción, resultados de los juicios seguidos, las sanciones decretadas y los beneficios aportados a los ciudadanos y al Estado.

Según la autora, “este Tribunal va a tener su proyección en el campo de la estrategia política, porque coadyuvará a la realización de dos objetivos, el primero, asegurar la estabilidad de la Junta de Gobierno; el segundo, decidir la inmediata proscripción del Partido Comunista”. pag.17.

Partiendo de esos dos objetivos que señala la historiadora, me permito hacer la siguiente reflexión.

Con la sublevación sediciosa de Figueristas y Ulatistas José Figueres da el Golpe de Estado al presidente Constitucional Lic. Teodoro Quirós y se instala como presidente de facto. Quien había prometido “libertad electoral y rescate de la democracia” para justificar su levantamiento armado, ahora en el poder incumple los pactos, crea los Tribunales y promulga los decretos para la represión, encarcelamiento y exilio contra quienes habían pactado con él la finalización de la Guerra Civil de 1948. ¡Olvidó sus consignas libertarias!

¿Ironía del destino de José Figueres, acompañada de sarcasmo? Hay que leer su libro “El Espíritu del 48”, para entender los intereses bélicos, políticos, los métodos de terror, campañas de miedo y falacias utilizados desde 1942 a 1949 y en la posguerra las tergiversaciones de acontecimientos históricos y de los beneficios obtenidos para la Patria y los trabajadores con la revolución social entre 1940 y 1948.

El decreto 105 de junio de 1948, ilegaliza al Partido Vanguardia Popular y más de 150 sindicatos. En ese proceso de ilegalización y disolución de sindicatos y la Confederación de Trabajadores de Cosa Rica, participa activamente el Presbítero Benjamín Núñez que era ministro de Trabajo, el mismo que por mandato de su General José Figueres Ferrer, firmó el pliego de Garantías del Ejército de Liberación Nacional al Partido Vanguardia Popular para el desarme y poner fin a la Guerra Civil. Pliego que fue entregado a Manuel Mora Valverde en la Embajada de México el 19 de abril de 1948.

Con esos decretos y esos Tribunales se inaugura un largo periodo de persecución política y mutilación de las libertades públicas republicanas, de las propias garantías sociales constitucionales, negando a miles de costarricenses el derecho al sufragio, la libertad política electoral, la libertad de prensa, de pensamiento, de reunión y de organización sindical y política, el derecho a huelga y la convención colectiva, se promueve el exilio de Manuel Mora Valverde y Carmen Lyra, el encarcelamiento y exilio de militantes del Partido Vanguardia Popular.

La historiadora Claudia Quirós en su libro nos dice: “Mi interés en este tema se fundamenta en que este, como otros tópicos relevantes del periodo no ha sido investigado. Considero que es aquí donde radica la importancia de mi trabajo que, por supuesto no pretende agotar ni decir la última palabra al respecto, mi objetivo primordial es motivar a otros investigadores a que profundicen en este tema, y no dudo contribuirá a dilucidar la Historia contemporánea de nuestro país”.

Creo que mucho se ha avanzado con los nuevos historiadores e investigadores en lo que va de este siglo y aún falta mucho por hacer.

Algunos juristas costarricenses, por ejemplo, el Lic. Vargas Fernández, en el debate sobre estos Tribunales argumentó que eran: “un gran error del Gobierno, que representan un regreso a la Edad Media”.

Para el Lic. Fernando Guier Esquivel … se asemejan a organismos de la “Santa Inquisición”.

El Lic. Celso Gamboa, diputado de la Constituyente, expresó: “Ya en la práctica había llegado al convencimiento de que se procedía tan solo animados por odios y venganzas; que los asuntos se resolvían a base de pasión, de intrigas, de mezquinos recursos”.

No hay duda de que esos Tribunales y los objetivos señalados dieron pie para legalizar la persecución y la violencia política, extender las prácticas arbitrarias y provocar crímenes políticos, como el Crimen del Codo del Diablo, donde fueron asesinados Tobías Vaglio, Lucio Ibarra, Federico Picado, Octavio Sáenz, además de un nicaragüense de apellido Sotomayor, y Don Carlos Aguilar.

El crimen cometido contra Horacio Montiel, Edwin Vaglio, Mónico Hernández, presos en la Penitenciaría Central por decisión de esos Tribunales, sacados y llevados hasta el lugar conocido como La Cangreja, donde fueron cruelmente asesinados los tres militantes comunistas.

Me parece importante transcribir un párrafo que se lee en la contraportada, en el que dice la autora: “Reconocemos con profundo desengaño que la corrupción administrativa no es nueva en nuestro país, y lo que más desalienta es saber que el Tribunal de Probidad más bien fue otro instrumento de corrupción, dado que por su medio se enriquecieron otros sectores de la sociedad. Y que por tal razón este Tribunal no tuvo trascendencia ni proyección histórica. De lo contrario, cómo explicarnos la persistencia del peculado, la malversación de fondos, las estafas, el soborno, la extorsión, el contrabando etc. de las administraciones posteriores a 1948 y tan en boga en el presente”.

En la página 9 la autora dice “A la memoria de Carlos Luis Fallas, (Calufa) el líder popular que en los momentos más adversos mantuvo su honestidad y supo ser fiel a sus ideales”. Un emotivo reconocimiento al líder que los Tribunales llevaron a la cárcel por haber robado unas gallinas para alimentar a su tropa.

Vale recordar que ningún comunista fue encontrado culpable de corrupción ni actos criminales. La Historia más bien reconoce a Carlos Luis Fallas por evitar el fusilamiento de algunos alzados detenidos en la guerra y destaca haber salvado la vida del señor Fernando Ortuño Sobrado soldado en las filas figueristas durante la guerra civil

Creo que hoy se puede afirmar que el juicio de la Historia reivindica a los políticos y militantes ilegalizados, perseguidos, a los clandestinos y clandestinas, entre 1948 y 1970 y terminaron absueltos.

Por el contrario, la Historia nos enseña que lo que se llama “Junta Fundadora de la II República” o “Gobierno de facto que gobernó como dictadura”, y sus integrantes y subordinados, actúo con violencia política contra sus adversarios y les negó las libertades que prometían defender.

No hablo de sentencias o declaraciones de culpabilidad, hablo del reconocimiento histórico justo a la probidad de los comunistas, entiéndase: honradez, integridad y rectitud en el actuar.

Debe reconocerse la reivindicación de daños morales y perjuicios a quienes fueron perseguidos y encarcelados sin existir delito, lo que enaltece aún más la limpia trayectoria histórica de los comunistas.

Una vez estando preso por razones políticas en Parrita, en marzo de 1964 recibí de mi Padre un telegrama, que dice, «prisión, cuando no hay delito enaltece al hombre, junto con ustedes me siento orgulloso, abogados en acción» días después los cinco detenidos fuimos absueltos. Los carceleros eran excombatientes Figueristas.

Para terminar, quiero conmemorar a todas y todos los que alguna o muchas veces estuvieron en prisión en el periodo de los Tribunales de Sanciones Inmediatas y en los tiempos de la posguerra sin causa penal, que los días o meses de cárcel los enaltezca, debemos sentir orgullo de la vida militante.

A seguir caminando, viendo en el horizonte la utopía.

¡Por memoria, por verdad y por justicia, nunca olvidar!

*Militante comunista 1961 1991, en el presente militante sin Partido.

12 de abril de 2024.

¿Qué debemos celebrar el 1 de diciembre?

Dr. Oscar Aguilar Bulgarelli

Entre 1967 y 1971 me correspondió ser el primero en realizar dos estudios con exigencias académicas, sobre lo acontecido en 1948 a raíz de la presentación de mis tesis de grado en Historia en la Universidad de Costa Rica y en la Universidad Complutense de Madrid bajo los títulos “Costa Rica y Sus Hechos Políticos de 1948 (Problemática de una Década)” y “ El Desarrollo Constitucional de Costa Rica y La Constitución de 1949 (Antecedentes y Proyecciones)”; en ambos casos traté de explicar algunos sucesos que en la mentalidad popular se habían arraigado como verdad absoluta, sin tener una certeza histórica. Digo esto porque, en estos cincuenta años que han transcurrido, muchos mitos se han consolidado y va siendo hora de ubicarlos en su verdadera dimensión; cito solo tres ejemplos por el momento: la verdadera participación de los comunistas en la legislación social, el número de fallecidos por la guerra civil y la abolición del ejército. Llegar a aclarar estos mitos, es uno de los trabajos que tengo en cartera un poco avanzados, aunque al final, a lo mejor, me gano mi personal “Codo del Diablo”; pues la verdad no llegará a pecar, pero si a incomodar a más de uno.

Vamos al hecho concreto: dice la tradición, más no así los documentos, que el 1 de diciembre de 1948 don José Figueres Ferrer, Presidente de la Junta de Gobierno que gobernaba de facto Costa Rica, por medio de un decreto y un simbólico mazazo en la pared norte del Cuartel Bella Vista, eliminó el ejército. Si estuviéramos en un examen colegial de esos tan de moda: falso o verdadero, qué pondríamos como respuesta. Pues ¿caben las dos?, ¿ni lo uno ni lo otro?, ¿verdades a medias o manipulación política?

Estudiemos desde el principio: ¿de quién fue la idea? ¿De don José Figueres y la Junta de Gobierno?, simplemente no. Recordemos que ese gobierno de facto, había creado el 21 de mayo de 1948, una comisión de muy ilustres costarricenses como Fernando Lara Bustamante, Fernando Baurit, Eloy Morúa, Manuel Hernández Herrán, Abelardo Bonilla Baldares, Rafael Carrillo, Rodrigo Facio, Fernando Fournier y Fernando Volio S. para que redactara un proyecto de Constitución Política que sería enviado a la Asamblea Nacional Constituyente que debía elegirse el 8 de diciembre de aquel año 48, de acuerdo con los compromisos del Pacto Ulate Figueres firmado el 1 de mayo, en que inició el periodo de facto y que, ese mismo día, dio su segundo decreto con el que deroga la Constitución de 1871. En ella se regulaban diferentes aspectos del ejército, por ejemplo que estaba subordinado al poder civil, era pasivo, no podía deliberar y sobre todo era el Congreso de la República el que, anualmente, establecía su existencia al fijar su presupuesto, el máximo de hombres que componía el ejército de “ mar y tierra” en tiempos de paz o el aumento en caso de conflictos y conferir los grados militares a partir de coronel; por lo tanto, si se anulaba la Constitución, qué quedaba del ejercito sustentado en ella, nada.

Inclusive, el 25 de noviembre de 1948 el coronel Edgar Cardona quien fungía como ministro de Seguridad, propuso en el seno de la Junta de Gobierno presidida por Figueres, la idea de abolir el ejército y destinar el presupuesto que quedaba libre a educación. La propuesta fue rechazada inclusive por Figueres, y conforme lo ha narrado el propio Cardona en su libro, su propósito era salvaguardar la elección de Otilio Ulate y otros peligros para el país. Este reconocimiento histórico a él y don Fernando Lara, como veremos, ha quedado en el olvido de la historia oficial.

Sin embargo, fue en el seno de la Comisión que el Lic. Fernando Lara Bustamante presentó la idea de la abolición del ejército como INSTITUCION PERMANENTE, idea y propuesta que fue acogida por los demás miembros y plasmada en el artículo 10 del Proyecto de Constitución, en el que se abole el ejército dentro de la idea planteada; la conservación del orden público quedó supeditada a la acción de una policía sometida al poder civil y no tenía derecho a deliberar.

El proyecto de Constitución, con ésta y muchas otras ideas renovadoras, fue enviado por la Junta de Gobierno a conocimiento de la Constituyente, que con una actitud conservadora y tradicionalista propia de la mentalidad imperante en el partido que obtuvo la mayoría de las curules, rechazó el proyecto y acogió la Constitución de 1871 como base de discusión. Sin embargo, como ya lo han señalado muchos autores, don Fernando Lara buscó la colaboración de tres miembros de aquella Cámara, los diputados Juan Trejos Quirós, Enrique Montiel y Ricardo Esquivel para que presentaran la moción prácticamente con el mismo texto.

La discusión de tema tan importante se dio el día 4 de julio y según el ACTA 101 de la Asamblea Constituyente, se requirieron dos párrafos de nueve reglones cada uno, ¡para discutirlo! Solo hubo una pregunta y su respuesta que vale la pena sacarla del baúl del olvido; el diputado Everardo Gómez preguntó a los proponentes si quedaba excluida la “organización de un ejército ciudadano, como el suizo, que voluntariamente se disciplina y entrena bajo el control del Ministerio de Seguridad, para acudir en defensa de la patria eficientemente. El señor Diputado Esquivel, a nombre de los proponentes de la moción, que ella no excluye la organización ciudadana voluntaria que se indica, porque no constituía un ejército permanente de carácter militar y porque tal organización, como tendiente a la defensa nacional, tampoco excluye el artículo que se discute. El señor Gómez Rojas pidió que la duda que había formulado constara en el acta respectiva, COMO ELEMENTO PARA INTERPRETAR EL CITADO ARTICULO EN EL FUTURO…” (Actas A.C.. T.II. P.439. Acta 101)

Es interesante, por lo tanto, ver cómo en tan pocas líneas se plasmaron logros institucionales tan importantes y también posibilidades de defensa nacional que, en otros momentos a lo largo de estos setenta años pudo aplicarse y no se hizo, por olvido u omisión.

Entonces, ¿Qué medió para realizar aquel acto en el Cuartel Bellavista el 1 de diciembre de 1948? Recordemos cosas importantes, en primer lugar, el llamado Ejército de Liberación Nacional como lo demuestro en mi libro, estaba integrado en su gran mayoría por jóvenes seguidores del Partido que había presentado la candidatura de Otilio Ulate y se habían incorporado el movimiento de Figueres, no siguiendo sus ideas ni relaciones caribeñas, sino por la defensa de la elección de su candidato, además eran los que tenían las armas en su mano. Por eso, los acuerdos del Pacto Ulate Figueres no eran de todo su agrado y mucho menos que la Junta pudiera prolongar su mandato de dieciocho a veinticuatro meses; por eso, para muchos miembros de la Junta, lo mejor era desarmar lo que popularmente era conocido como el Ejército de Liberación Nacional, de manera elegante y que no despertara serias fricciones.

 Por otro lado, la Embajada de los Estados Unidos, especialmente, presionaba por la eliminación de grupos como la Legión Caribe y Rafael Herrera, que en el país preparaban las huestes para cumplir las obligaciones estipuladas en el Pacto del Caribe del 16 de diciembre de 1947, que Figueres había firmado, y hacían que en Nicaragua el gran amigo de los norteamericanos Anastasio Somoza se sintiera amenazado. Además, surgían internamente sentimientos de inconformidad por algunas disposiciones de la Junta, algunos de ellos en sectores económicos y empresariales muy ligados al movimiento de Ulate. Por todo esto, políticamente era importante eliminar cualquier peligro que estuviera latente, y para ello, el acuerdo tomado por la Asamblea Nacional Constituyente el 4 de julio de 1948, que “casualmente” ha sido olvidado y nadie lo cita, les venía como anillo al dedo.

Así, el 11 de octubre de 1948 tres meses después de lo aprobado por la Asamblea Nacional Constituyente se emite el decreto-ley 749 que todos los escritores, políticos, historiadores, periodistas y otras hierbas han dicho y proclaman como el decreto que eliminó el ejército como institución permanente. ¿Y qué dice el susodicho decreto? Veamos. En su primer considerando dice textualmente: “1. Qué con miras a imprimirle a la estructura política del Estado una fisonomía netamente civil, ha sido suprimido el Ejercito como institución permanente…” Al utilizar los términos “ha sido suprimido” quiere decir que ya, en el momento de firmar aquel decreto ley, el ejército había sido suprimido anteriormente. Pero ¿cuándo y por quién? Buscando en todos los decretos-ley de la Junta no existe ninguno antes de este del 11 de octubre que trate el tema; lo único que existe es el acuerdo de la Asamblea Constituyente, por lo tanto, ¿a quién le damos la responsabilidad histórica de un hecho tan trascendente?

Otro detalle importante; en el segundo artículo de los considerandos, se señala que, para tranquilidad pública, por la vida y hacienda de los ciudadanos, es conveniente sacar las “instalaciones militares” de las zonas residenciales y ubicar los inmuebles existentes a otros fines de utilidad social. Me pregunto, ¿cómo puede hablarse de instalaciones militares si ya no había ejercito?, o era parte del galimatías mental que prevalecía en el momento.

Pero lo más importante a destacar, es que en el famoso decreto-ley 749 considerado por tirios y troyanos como el de la abolición del ejército, sobre ese tema ¡no dice nada! y en su parte resolutiva se refiere únicamente al traspaso a título gratuito del Cuartel Bella Vista a la Universidad, su ubicación para trasladar el Museo Nacional. ¡Y nada más! Nada de abolición del ejercito ni cosas por el estilo. Entonces, sigamos con la pregunta: ¿cuándo, cómo, y por quién?

La siguiente fecha a mencionar es el 1 de diciembre de 1948 día en que don José Figueres dio los mazazos simbólicos al Cuartel Bella Vista y hace entrega de las llaves a… ¿la Universidad de Costa Rica?, no, dice el decreto a “las escuelas, para que sea convertido en centro cultural”. ¿Por qué ese cambio de dueño y destino?, obviamente no había claridad de cómo se actuaba. Pero lo más importante es que ese día, con base en el decreto de esa fecha lo que se hace es DISOLVER, el ejército regular de Costa Rica considerado el “…digno sucesor del Ejército de Liberación Nacional…”

Reconoce entonces que después de la Guerra Civil, el Ejército de Liberación Nacional se convirtió en el regular del país, con todos los inconvenientes para la Junta de Gobierno que ya hemos señalado.

Y de seguido señala, al igual que lo dispuesto por la Asamblea Constituyente, que la seguridad del país se garantizaba con un buen cuerpo de policía sometida al poder civil. Entonces, no es lo mismo disolver una fuerza armada o decirle a un grupo de personas que terminan sus funciones, dejen sus armas y se vayan para la casa; lo que no eliminaba la posibilidad de organizarlo nuevamente.

Cosa muy diferente es eliminar institucionalmente un ejército, que fue lo aprobado por la Asamblea Constituyente y que se consolidó con la aprobación de la Constitución Política el 7 de noviembre de 1949, por lo que si queremos festejar una decisión tan sabia, debería ser esa fecha, pues fue la DECISION DEL SOBERANO, DEL PUEBLO EN LA MAXIMA ASAMBLEA DE LA DEMOCRACIA REPRESENTATIVA, el que tomó la sabia decisión de acabar con semejante lacra en la Historia de América y que también tuvo sus desafueros en la nuestra también.

Para terminar, si queremos festejar algo realmente importante de nuestra Historia Patria, celebremos y conmemoremos la aprobación del PACTO SOCIAL FUNDAMENTAL INTERINO DE LA PROVINCIA DE COSTA RICA O PACTO DE CONCORDIA, nuestra PRIMERA CONSTITUCION POLITICA, con la que dimos inicio a nuestra vida institucional y democrática, con base en el respeto al sagrado principio de legalidad, sin el cual no hay ni libertad ni democracia, precisamente. Y fue ese PACTO DE CONCORDIA, producto de días intensos de verdadero CONSENSO entre nuestros padres fundadores, que se logró llegar a un punto de acuerdo que evitó, además, que formara un ejército fuerte y poderoso que defendiera los pasos independentistas que se estaban dando, como sucedió en otras latitudes hispanoamericanas y que fueron el germen que originó ese ejército institucionalizado que ha ensangrentado nuestro continente. De eso, también, nos salvó el Pacto de Concordia. Hoy tan olvidado al igual que el respeto al principio de legalidad por los gobernantes de los últimos tiempos, pues los ciudadanos olvidamos los deberes y derechos que tenemos como parte del SOBERANO, y hemos permitido QUE NOS LLEVEN POR LA CALLE DE LA AMARGURA de una tiranía en supuesta democracia, aunque no tengamos ejército. De todas maneras, a quien se le atribuye su eliminación, ¡también una vez dijo que éramos un pueblo domesticado!

En el campus Figueres y Calderón merecen un mayor reconocimiento

El doctor Rafael Ángel Calderón Guardia (izquierda) en el momento en que firmaba la ley 362 de creación de la Universidad de Costa Rica. Le acompaña el ministro de Instrucción Pública, Luis Demetrio Tinoco. (Foto UCR).

Por Jose Eduardo Mora | semanariou@gmail.com

El historiador Vladimir De la Cruz manifestó en una charla virtual que ambos presidentes fueron clave en el desarrollo de la UCR y que eso no se les ha reconocido hasta el día de hoy. 

Vladimir De la Cruz sostuvo en una charla virtual convocada por el Museo de la Universidad de Costa Rica (UCR) que los presidentes José Figueres Ferrer y Rafael Ángel Calderón Guardia merecen una mayor presencia en el campus Rodrigo Facio, porque ambos fueron clave en el desarrollo de esta casa de enseñanza.

Para el historiador Vladimir de la Cruz, el presidente José Figueres Ferrer, al igual que Calderón Guardia, deberían tener un mayor reconocimiento en el campus Rodrigo Facio. (Archivo Semanario).

El 6 de abril de 2022, el Museo convocó al encuentro Radiografía del Patrimonio artístico, arquitectónico y natural de la Ciudad Universitaria Rodrigo Facio Brenes, la cual tuvo como expositores principales a De la Cruz y a la arquitecta Ofelia Sanou, de quien en su momento se rescatará su ponencia.

Lo que era una jornada académica se convirtió en una clase magistral al ritmo de la memoria de Vladimir De la Cruz, quien hizo un singular y atractivo recorrido histórico por lo que fue y representó el Campus Universitario Rodrigo Facio en la década de los sesenta: con sus sodas memorables, sus plazas y los espacios para la protesta y la utopía.

El historiador argumentó que en el campus y que en la Ciudad de la Investigación ambos gobernantes deberían de tener una mayor presencia, ya sea con un busto o, incluso, en el caso de Calderón Guardia ese es el nombre que debería de llevar la nueva sede universitaria.

Destacó que cuando Calderón Guardia fundó la UCR bien pudo darle continuidad a la Universidad de Santo Tomás, pero que imbuido por el espíritu laico y de libertad experimentados en la Universidad de Lovaina y la Universidad Libre de Bruselas, ambas en Bélgica, optó por crear una nueva casa de enseñanza superior.

“Si Calderón Guardia le hubiera dado continuidad a la Universidad de Santo Tomás, la Iglesia Católica hubiera tenido una gran influencia, porque aquella tenía un carácter pontificio”, afirmó.

De esta manera, la UCR se fundó el 26 de agosto de 1940, fecha en que el Presidente Calderón Guardia firmó la ley número 362 y que llevaba por nombre “Ley Orgánica de la Universidad de Costa Rica”, la cual en su artículo primero establecía: “Crease, con el nombre de Universidad de Costa Rica, una institución docente y de cultura superior que tendrá por misión cultivar las ciencias, las letras y las bellas artes, difundir su conocimiento y preparar para el ejercicio de las profesiones liberales”.

En esa mañana de miércoles, De la Cruz, quien fuera catedrático en la UCR, hizo un recorrido por lo que significaron espacios que permitían una convivencia entre los profesores y los estudiantes más allá de las clases habituales, y habló de cómo existía, además, una conciencia para vivir la universidad en un contexto de Guerra Fría y el mundo bipolar.

El objetivo de la actividad, organizada por Eugenia Zavaleta, coordinadora del Museo de la UCR, era realizar una especie de balance entre las ponencias que ya antes —2018— se habían hecho en relación con el patrimonio de la Ciudad Universitaria, y De la Cruz tomó al vuelo la oportunidad para tirar de su magnífica memoria y hacer vivir a los asistentes virtuales una clase histórica y llena de interpretaciones con una hondura ideológica.

De la Cruz destacó que Estudios Generales era el corazón de la vida universitaria en los años sesenta y setenta. (Foto Karla Richmond,UCR).

Fue tal el hechizo con que lo hizo, que cuando terminó de exponer dio la sensación de que hubo amagos de aplaudirle.

Para De la Cruz, quien participó a mediados de los sesentas y comienzos de los años setenta en la Federación de Estudiantes, uno de los elementos más importantes de aquellos años eran las sodas, y resaltó la de Estudios Generales y la inolvidable soda Guevara, a donde los profesores acudían a tomar café, a fumar y de paso a compartir en un espacio más distendido con los educandos.

A la Guevara asistían, por ejemplo, los filósofos Constantino Láscaris y Teodoro Olarte Sáenz, ambos españoles, y quienes en “la Gueva» conversaban con los alumnos en un ambiente más distendido.

De la Cruz contó que una vez estaban ahí reunidos cuando llegó un señor bajito, ya muy mayor, quien les dijo: “Muchachos, los puedo acompañar a tomar café”. Era nada más y nada menos que Abelardo Bonilla.

Relató que ante el sí unánime, les replicó: “Quiero discutir de libertad”. Y agregó el historiador: “Aquello era una maravilla, porque Bonilla había sido vicepresidente de la República y tenía una cultura enciclopédica extraordinaria”.

Algo similar a lo ocurrido en la Guevara sucedía en la soda de la Escuela de Estudios Generales, donde la interacción entre profesores y estudiantes era común, lo que hacía que el encuentro se tornara de una gran riqueza desde el punto de vista formativo.

Para De la Cruz, el que se fueran perdiendo esos espacios no tiene un carácter accidental, sino que responde a una visión, a una ideología.

“Las sodas tenían un papel. Los nuevos edificios ya carecen de estos espacios y para mí esto tiene un carácter ideológico, entendida la ideología como la que justifica la dominación y los procesos de dominación,  no es, como se cree, una suma de ideas”.

Las iglesias góticas de la Edad Media, recalcó, son un claro ejemplo de cómo un edificio sirve para oprimir y aplastar al ser humano. Igual sucedía con la Corte Suprema de Justicia de Costa Rica, con aquellos mármoles imponentes que hacían que cuando un campesino entraba ahí, se sintiese aplastado.

La siembra de árboles en la Plaza 24 de Abril fue un acto ideológico, aseguró De la Cruz. (Archivo Semanario).

“Nuestras facultades hoy tienen algo de eso. Siento como que hay una opresión, poco espacio interno, y que no hay vida, que existen como túneles. Esto viene a contrarrestar con los espacios públicos que tuvimos con motivo del auge estudiantil”.

En efecto, en el período analizado por De la Cruz –entre 1967 y 1975—, los estudiantes se manifestaban en la Plaza 24 de abril, en el Pretil, y en los diferentes espacios universitarios en los que bullía una conciencia por un mundo más justo, más humano y por el mero hecho de estar del lado de numerosas causas nacionales e internacionales.

La colocación de árboles en la Plaza 24 de abril fue analizada por De la Cruz, en un momento glorioso de su exposición, como un acto ideológico por parte de Guillermo Chaverri, quien fue Vicerrector de Fernando Durán Ayanegui.

“La Plaza 24 de abril era un espacio recreativo y para organizar protestas. Guillermo Chaverri, en un claro acto ideológico, dispuso sembrar árboles en el espacio público. La siembra de estos árboles fue un acto ideológico. Protestamos, porque era un espacio democrático y de concentraciones. Ya hoy nadie pensaría en quitar esos arbolitos”.

Pasillos y avisos

Dentro de esa arquitectura construida en el campus Rodrigo Facio y las actividades que se vivían en los años de grandes protestas, influenciadas por aires que todavía provenían de la reforma de Córdoba, hasta la colocación de techos en los pasillos requería de luchas, destacó el profesor de historia.

De la Cruz explicó cómo en época de invierno era demasiado complicado acercarse a una parada de buses o trasladarse de una facultad a otra, por lo que les pidieron a las autoridades universitarias que pusieran techos entre los distintos edificios, lo que lograron no sin antes tener que recoger firmas y presionar en diferentes frentes.

Respecto de las posibilidades de expresarse libremente en el campus, De la Cruz narró que los integrantes de la Federación de Estudiantes pegaban papelitos en las paredes para dar a conocer informaciones valiosas, pero que en un momento dado supieron que el director administrativo, Carlos Caamaño, los mandaba a quitar, por lo que tuvieron que dirigirse directamente al rector Carlos Monge Alfaro para exponerle dicha problemática.

“Nosotros luchábamos por nuestros espacios de opinión, pero nunca hicimos una pintada de un edificio. Llamábamos a concentraciones con megáfonos o utilizamos la propia soda de Estudios Generales para llamar a la acción. Alguna vez hicimos unos volantes y los pegamos en los pasillos y en las paredes con masking tape, pero el director Carlos Caamaño empezó a quitarlos. Fuimos entonces donde Carlos Monge Alfaro y le explicamos que si nos quitaban los pelitos y carteles íbamos a hacer pintadas en los edificios. Ahí mismo, en el acto, don Carlos llamó a Caamaño y le indicó que no debían quitar nuestros carteles”.

En este sentido, De la Cruz consideró que algo está fallando en la actualidad, cuando se hacen pintadas en los edificios sin mayores argumentos. “Nosotros nunca tuvimos que hacer una solo pintada”.

Elogio a los auditorios

En su recorrido memorístico e histórico por el campus de la Universidad de Costa Rica, De la Cruz recordó que la mayoría de los edificios que se construyeron en la Ciudad Universitaria Rodrigo Facio tenían grandes auditorios, que era espacios de un valor incalculable para la discusión de distintas problemáticas, pero que, lamentablemente, las nuevas construcciones ya no los incorporan, y si lo hacen, son lugares pequeños que no resultan atractivos.

Esta es, en su criterio, otra de las pérdidas que ha experimentado la Ciudad Universitaria como un lugar para el encuentro, la disputa ideológica, la oratoria y la discusión de los problemas nacionales e internacionales.

Era tal la efervescencia de los años dorados de la universidad, que De la Cruz recordó que ellos imprimían y regalaban el Manifiesto Comunista, como una manera de fomentar la cultura y el pensamiento.

Hoy esas prácticas se ven muy distantes, acotó, al tiempo que destacó que, entre los universitarios, hubo grandes oradores como Fernando Berrocal, quien fuera candidato a la Federación de Estudiantes en una contienda en la que estuvo como aspirante Ana Ligia Rovira, quien al final perdió con su contrincante.

Rodolfo Cerdas era otro de los oradores destacados en tiempos en que esta práctica en el campus, influenciada por griegos y romanos, era más usual de lo que parece.

De la mano de ello, estaba el Centro de Recreación, un lugar para discutir, donde se efectuaban los congresos estudiantiles, y era un espacio con un auditorio abierto y grande.

Todo ese clima redundaba en que la vida universitaria se caracterizaba porque prevalecía un espíritu libre.

Dentro de ese contexto se presentó el famoso incidente en que un grupo de estudiantes empezó a silbar al entonces presidente José Figueres Ferrer y la reacción que este tuvo con Pablo Azofeifa, miembro de la Federación Estudiantil, a quien el mandatario abofeteó en la Facultad de Economía y de Derecho.

El golpe que don Pepe le dio a Pablo Azofeifa, ese 17 de febrero de 1971, le dio la vuelta al país y al mundo. El estudiante era hijo de Isaac Felipe Azofeifa, amigo personal del Presidente.

Sobre esa situación, De la Cruz confesó que él le dijo a Azofeifa, a quien en realidad la cachetada no le había afectado grandemente desde el punto de vista físico: “Si querés te doy un golpe y te rompo la boca y hacemos un molote contra Figueres, pero el pendejo ese dijo que no”

Agregó que  “al final del día fue un escándalo tan grande, que don Pepe habló en cadena nacional y explicó que a un Presidente se le puede chiflar en la universidad, pero lo que no se puede hacer es faltarle el respeto a una persona mayor  —él tenía 64 años— y que por eso tuvo que pegarle, para educarlo. Mi abuelita Ofelia, que era una antifiguerista declarada, me dijo, ´tiene razón, en eso tiene razón´. También era la manera en que Figueres decía las cosas”.

La función de las sodas universitarias, tanto la de Generales, como la Guevara, que estaba fuera del campus, eran imprescindibles para generar conversación y pensamiento. (Foto Internet).

Un verde magistral

En la actividad, que llevaba por título Radiografía del Patrimonio artístico, arquitectónico y natural de la Ciudad Universitaria Rodrigo Facio Brenes,  De la Cruz resaltó la visión que hubo desde el principio en la construcción del campus, que priorizó zonas verdes y que eso le daba un  gran valor, por encima de universidades de la talla de la UNAM en México, o la de Caracas, en Venezuela.

En su percepción, eso sí, hay margen para seguir mejorando y muchos de los árboles debieran tener una placa explicando su especie y el por qué los escogieron para ubicarlos en el campus.

De igual manera, llamó al Museo de la UCR a que haga un esfuerzo por identificar y poner placas de las personalidades que se destacan en la Ciudad Rodrigo Facio, y ahí fue cuando insistió en que ni José Figueres Ferrer ni Rafael Ángel Calderón Guardia han tenido el reconocimiento que se merecen.

Recordó que existe un busto de Calderón Guardia detrás de la Rectoría, pero que está prácticamente escondido.

Por eso, consideró que, a la Ciudad de la Investigación, donde imperan construcciones con un espíritu distinto al campus Rodrigo Facio, deberían bautizarla con el nombre de Rafael Ángel Calderón Guardia, por el decisivo apoyo que tuvo el gobernante en la creación y crecimiento de la UCR.

Tras la charla, el corolario que dejó en la audiencia fue la nostalgia de aquellos años idos, en los que la vida universitaria era más que asistir a clases y en la que los espacios públicos del campus cobraban una relevancia especial para convocar a la utopía, a la rebeldía, a la discusión, y a una universidad más humana y profunda, y en la que más allá de las ideologías, el estudiantado siempre jugó un rol protagónico e hizo muchas veces de trapecista al arriesgar el todo por el todo en sus múltiples posturas en defensa de una universidad libre y comprometida con las causas más nobles y justas.

 

Fuente: https://semanariouniversidad.com/cultura/en-el-campus-figueres-y-calderon-merecen-un-mayor-reconocimiento/

Reflexiones acerca de la recepción de la figura de Don Pepe

Por Jiddu Rojas Jiménez

Me queda claro, viendo ciertas reacciones viscerales en redes, que en el imaginario de la deformación pseudo- progre (y ya no sólo en el Sectarismo de alguna Izquierda trasnochada), Don Pepe, Don José Figueres Ferrer, se convirtió en una especie de nuevo Monstruo, o de cuento de terror, o en un simple figurín de cuento para niños, niñas o «niñes» «tontos» y crédulos… Gente esta última que «no llevó Historia de las Instituciones», se decía en el Cafetín.  Lamentable. 

Un acto irracional de mezquindad y de torpeza política.

Aclaro: No se trata de hacer una Hagiografía tampoco de Don Pepe. No lo necesita. Ni se trata de reescribir la historia científica, a partir de nuevos viejos «Cultos a la personalidad», o de sustituir o disimular sus naturales yerros políticos.

Se trata de la justa y necesaria reivindicación política de su obra y herencia política, que fue un elemento constitutivo fundamental de nuestro imperfecto Estado Social de Derecho.

Pero algo tan obvio, no se puede esconder más. Y ahora, hasta devino en motivo de incordio entre los mismos sectores Progresistas.

Cualquier valoración política que se tenga, al final del día, somos hijos e hijas del Estado Social de Derecho y de la Segunda República. Y el terreno electoral con sus miserias, no debe impedir esta certeza.

Por ejemplo, hablar de «Dictadura» entre 1948 – 1949, cuando hay un gobierno de facto pero que reinicia una Asamblea Constituyente, no sólo es incorrecto técnicamente, sino que es falso. 

¿Ahora resulta que Don Pepe se convirtió como en una especie de figura prohibida o Tabú?

¿Acaso por qué la imagen pública de Don Pepe, se la secuestró antes el viejo PLN Neoliberal?

¿Pero y por qué se la dejan robar así sin más?

¿Y la lucha por la apropiación política e ideológica (como construcción identitaria) desde el campo popular? 

Claro, también es cierto, que la Derecha Neoliberal que penetró al PLN y al viejo Bipartidismo, convirtió a Don Pepe en un falso museo muerto, donde hasta Oscar Arias (su antítesis ideológica dentro del PLN) se podía tomar una foto. Era esperable, ese es su estilo Filibustero.

Lo mismo hicieron, en otros tiempos y espacios, los Fascistas argentinos con el líder popular Perón desde la Triple A, o el PRI de México con la figura de Lázaro Cárdenas, o el Dictador panameño Noriega con Omar Torrijos, o el brutal Abimael Guzmán con el brillante teórico peruano Mariátegui, o Daniel Ortega con Sandino.

Así es la lucha ideológica por construir una identidad política o cultural. Lo peor, sería no disputarla. 

Volvamos a Costa Rica… 

O bien será que esta gente no conoce la figura de Don Pepe, ni su legado nacional, ni el desarrollo de nuestro Estado de Bienestar social periférico, ni su discurso Nacionalista-popular y Socialdemócrata.

O tal vez sólo lo conoció por los estereotipos difundidos contra su persona, desde La Nación SA. y por los medios de la Oligarquía del momento.

¿Una izquierda que le creyó todo a la derecha?

Analicemos más…

Otro genio ilustrado, sugirió por ahí, que hay que contribuir a «sincerarnos (?) ideológicamente» … Ok, suena tentador, pero es una contradicción in situ.

¿Sabrán que son estructuras sociales de larga, mediana y corta duración? ¿Habrán leído la «Ideología Alemana»? Digo…

Y claro, por eso el Sectarismo se legitima como refugio permanente de la izquierda (de nosotros).

Muy «útil» en tiempos electorales. «Recomendado».

Como si la categoría de «ideología» para el pensamiento crítico y el Marxismo y Neomarxismo, no fuese siempre y por definición «falsa consciencia» y un conjunto de representaciones sociales, y no un mero conjunto de opiniones políticas. (Y eso pasa por no leer a Marx, para mejor no hacer ‘Teoría de la Ideología’, y sonar como Louis Althusser). En fin…

También el nuevo sectarismo «Progre» anticomunista (falsamente Progresista) hace lo propio; como igualmente lo hacía, el Sectarismo de cierta vieja izquierda dogmática Posestalinista; o incluso el curioso Sectarismo «academicista» elaborado desde alguna ‘Torre de Marfil’; los tres siempre serán malos consejeros políticos.

Desde el Sectarismo no se construye nada saludable. 

Pero siempre será muy funcional para la avalancha Neoliberal y Neocon Fundamentalista, que se nos viene.

No reconocer sin más, a priori, los méritos políticos incuestionables del Benemérito Don José Figueres Ferrer, obviamente con sus luces y sombras como cualquier líder político, es no entender la dimensión realmente Progresista y profundamente liberadora de la Segunda República de 1949. Reducir sus aportes al llamado «Reformismo Anticomunista», es de una miopía absoluta. 

Lo mismo pasa con el estratégico Pacto de Ochomogo de 1948 aún con sus dolorosos lunares, o antes aún, con las heroicas Reformas Sociales de 1943, apoyadas por la estratégica alianza de Calderón Guardia con Monseñor Sanabria y líder del verdadero PVP histórico, Manuel Mora Valverde y compañeros/as.

Desconocer esos gigantes triunfos populares, es no entender la realidad política de Costa Rica.

Mencionarlos ahora, es un «pecado» parece, y es «políticamente incorrecto » casi. 

Es tan grave, como desconocer la Gesta de 1856-1857 contra la Invasión Norteamericana Filibustera, y su papel en la construcción de la identidad nacional costarricense. (Y sí obvio, esto fue y es un proceso ideológico cargado de representaciones sociales). 

Pero pareciera que el «Sectarismo» de diseño, es ahora cómplice y funcional de la extrema derecha y del avance Neoliberal.

Y así nos quieren, «pocos y bonitos», bien sectarios, embrutecidos, fanatizados, «testimoniales», defendiendo partidillos electorales y no ideas, y dejándole toda la ‘cancha electoral’ a la Derecha Neoliberal y Neoconservadora.

De por sí es «Heteronómica», dirán. (Claro, pero eso no opera como fatalismo, sino determinación instrumental a transformar).

Recetas sectarias van y vienen, bajo la falsa consigna suicida de transformar herramientas teóricas y políticas, en obstáculos para entender la compleja realidad política costarricense. 

Nunca posibilitar un clima social dialógico y racional que permita discutir grandes acuerdos nacionales, ni que oriente sobre la defensa estratégica del Estado Social de Derecho y de nuestras conquistas sociales, o sobre la defensa sustentable del Ambiente, o el avance real en materia de Derechos Humanos, etc.

Disfrazar a la criticidad científica – social, de vulgar mezquindad y de mera pobreza teórica es un arte oscuro… Es organizar sistemáticamente la Desesperanza social.

No se trata de hacer apologías, pero sí de repensar los grandes logros de la Segunda República, los cuales están en grave peligro, frente al inminente avance electoral de la extrema derecha.

Ya nos libramos en las Elecciones pasadas del Fundamentalismo Neocon, sólo para caer en las garras del Neoliberalismo «light» con discurso «Progre» (Nancy Fraser).

Pudo haber sido mucho peor con Fabricio y sus fanáticos…

Mientras, la pobreza, el desempleo y la Desigualdad Social y la falta de Legitimidad democrática, avanzan, junto a la crisis (nacional e internacional), a la Pandemia, y al Populismo de Extrema Derecha.

Las décadas de Neoliberalismo y decepciones electorales lo permitieron, y así estos monstruos sociales reales, se engullen el justo descontento popular …

Pero, atención, todo este justo malestar social, se regurgita como una nueva normalidad violenta, inculta, gratuitamente agresiva, fanatizada, manipulable, desesperanzada, irracional, antivacunas, muy hipermercantilizada, y apátrida pero fascistoide, masificada pero fragmentada.

¡Caute!

La receta hegemónica: Sobre todo lo obvio, dividir y fragmentar y confundir entre semejantes, entre los/las Comunes…

No permitir nunca, una potencial y lúcida subjetividad política popular. Y en términos prácticos electorales, nunca permitir una posible Coalición de Centro- izquierda.

«Vacunarnos preventivamente», pero contra la tolerancia ciudadana, y contra una posible respuesta política popular ante el avance Neoliberal y Neocon.

Está muy claro. Debe haber incluso presiones Geopolíticas. Esa es la «línea», apostar al caos, la anomia y la atomización social. Está opaco el horizonte político nacional. No es hora de mezquindades electorales. Mi opinión. 

¡Avisados y avisadas estamos!

¡Espabilen carajo!

 

Compartido con SURCOS por el autor, publicado en su espacio de Facebook https://m.facebook.com/story.php?story_fbid=4138379922937618&id=100002969526277&sfnsn=mo

Figueres, Héroe ¿o Antihéroe? de la Paz

Vladimir de la Cruz

El Congreso de la República, antes de 1948, y La Asamblea Legislativa, desde 1949, hicieron y hacen reconocimientos públicos a ciudadanos que se destacan en Costa Rica, en distintos campos del quehacer humano científico, político cultural, histórico, artístico, literario, de las Letras Patrias, de la Enseñanza así como a quienes de una u otra forma, extranjeros especialmente, han contribuido, de acuerdo a esas valoraciones que hacen los diputados, con nuestro país, nuestro desarrollo institucional o democrático. También se ha hecho este reconocimiento del Benemeritazgo a Instituciones nacionales.

Así se crearon los distintos rangos de Benemeritazgos, Ciudadanos de Honor, Defensores de la Libertad, que el Poder Legislativo realiza, en atributo de sus potestades y facultades constitucionales. Por ello muchos Presidentes del país han recibido ese Honor de declarárseles Beneméritos, algunos de ellos en vida recibieron esa distinción.

En el campo de los Héroes y Heroínas hay reconocimientos en esta categoría sin que existan formalmente establecidos estos títulos. Se les reconoce y menciona como héroes en función del conocimiento que tenemos de su participación en ciertos hechos históricos nacionales que les distinguen, como son los asociados a la Guerra Nacional contra los filibusteros norteamericanos.

Incluso se llega a establecer un rango de Héroes nacionales del período republicano, y de la época colonial, cuando se han distinguido en este campo a los indígenas Pablo Presbere y a Garabito, sin que en la narración histórica oficial y general se haga énfasis en el carácter violento del régimen colonial, ni en el significado brutal que tuvo de exterminio poblacional, ni en la justificación de los levantamientos indígenas contra las formas de opresión desde la conquista y la colonia que sufrieron. No tienen estos personajes una relevancia especial, más allá de tenerlos como “héroes”, sin que sus historias de lucha se estudien, se profundicen y se fortalezcan en la conciencia ciudadana actual, ni porque el estudio de la conquista y la colonia, con todos sus significados y consecuencias se entienda como un sistema de opresión que se impuso y que llega hasta nuestros días en sus elementos estructurales. Así no se estudia la Historia Nacional todavía.

Un caso único de doble Benemeritazgo lo recibió la escritora y activista comunista Carmen Lyra.

El lunes pasado la Asamblea Legislativa, en primer debate, aprobó la designación de Héroe de la Paz para José Figueres Ferrer, don Pepe, como cariñosa y popularmente se le llama, a quien fuera el Presidente del Gobierno de Facto, 1948-1949, que asumió por la fuerza de las armas, violentando por casi dos años la Presidencia legítima que se le reconocía a Otilio Ulate Blanco, en cuyo desconocimiento de su triunfo electoral se hizo la Guerra de marzo y de abril de 1948, y más tarde fue don Pepe dos veces Presidente constitucional del país.

Hoy la Asamblea Legislativa realizará su segundo debate de este Proyecto de Ley, que sin ninguna duda le dará el título de Héroe de la Paz a don Pepe.

Con ello se crea fácticamente una nueva categoría de reconocimientos oficiales en el país, el de los Héroes y Heroínas de la Paz.

Las razones fundamentales para este reconocimiento a don Pepe son que tenemos más de 150 años de no reconocer costarricenses que hayan hecho alguna proeza que merezca esta distinción, equiparable al calificativo de Héroe Nacional y de Heroísmo, que no se sustente en eventos bélicos, y que esa posibilidad es cada vez más remota porque carecemos de Ejército, y de guerras en que este Ejército participe, que nos produzca estos héroes surgidos de esos eventos o batallas, conflictos bélicos, de “acuerdo con los criterios convencionales”, que se tienen para estas designaciones.

La segunda razón es la existencia de Costa Rica como país sin Ejército, por lo que no podemos esperar tener héroes o heroínas surgidos de luchas militares, por lo que, sin decirlo el Proyecto de Ley, que propone a Figueres para Héroe de la Paz, es más bien una postura Antihéroe belicoso. Es ser Héroe por no surgir, como tal, de la Guerra, por acabar con la posibilidad de desarrollar guerras por parte de nuestro país, o nuestros gobiernos. Pero, Figueres surgió de la Guerra Civil de 1948, de la que él hizo, él desarrolló y con la que logró derrotar al Ejército Nacional, y a los combatientes comunistas, el aliado principal del Ejercito Nacional en esa lucha, y quienes pusieron los muertos de todo el conflicto.

De esa Guerra Figueres obtuvo el reconocimiento de General, sin tener carrera militar. Otros Presidentes del país obtuvieron del Congreso de la República, especialmente en el siglo XIX, el título militar de General, cuando eran civiles en su formación profesional o ciudadana.

La tercera razón es que la abolición del Ejército, que realizó Figueres, que no se dice así tan tácitamente en el Proyecto de Ley, hizo cambiar a una nueva dimensión las categorías de Héroe, Heroína y Heroísmo, para trazar una ruta nacional a favor de la Paz y no de la Guerra. De esta manera la Asamblea Legislativa quiere “poder lucir” a Costa Rica, y “presentar el primer “héroe de la paz” al mundo”.

La cuarta razón es que Costa Rica, “ha entrado en una de las crisis más profundas de su historia, porque la turbulencia que enfrenta nuestro país, en otras circunstancias, probablemente, hubiera provocado la intervención del ejército si lo hubiéramos tenido. O sea, el coctel cuyos principales ingredientes son la enorme angustia, frustración y desesperanza que suelen empujar a los ciudadanos a la rebelión podría tentar a un ejército, muy al estilo latinoamericano, a entrar en acción.”

Así la Asamblea Legislativa hace una Acción de Gracias declarándolo “Héroe de la Paz”, dándole “gracias a Dios” por “la extraordinaria visión y/o acierto de nuestro “héroe de la paz”, José Figueres Ferrer”, por la que “Costa Rica no tiene un ejército”.

La esencia de la Abolición del Ejército de Figueres es que ya era una petición que se venía haciendo, ya había voces en el Congreso, desde 1946, en ese sentido. Históricamente desde 1869 se había venido debilitando el Ejército. Hubo voces en la Junta de Gobierno y en la Asamblea Nacional Constituyente de 1949 pidiendo su abolición.

Ciertamente Figueres impulsó su abolición, tuvo su apoyo. Abolió el Ejército Nacional y disolvió su Ejército particular, con el que hizo la guerra de 1948, el Ejército de Liberación Nacional, como se le llamó. Con sus actos eliminó la presencia del Ejército de la Legión Caribe, con el que se le sumaron, con sus huestes militares, bajo el compromiso de Figueres con los Legionarios de continuar su Guerra contra las dictaduras de Centroamérica y el Caribe, que era parte de esos compromisos con los miembros de la Legión Caribe, por lo que los hizo salir del país.

Cuando Figueres abole el Ejército Nacional elimina el instrumento de guerra que podía emplear, en esas batallas, contra las dictaduras de acuerdo a lo pactado. De esta forma Figueres abole el Ejército, el nacional y el propio, saca la Legión Caribe y renuncia al camino de la guerra aún para ir a acabar con esas dictaduras. Este es el camino de la paz que trazó Figueres. Quizá esta fue la mayor razón de Figueres de la Abolición, no ir a hacer la guerra a otras tierras, porque ya no tenía ejército, y porque en 1948 se había creado un Ejército continental, con base al Tratado Interamericano de Asistencia Recíproca, (TIAR) con posibilidad de usarlo, para alguna situación que lo ameritara, y porque la invocación del TIAR y de los acuerdos de la OEA en ese sentido los puso en marcha a finales de 1948 y a principios de 1955, cuando desde Nicaragua se intentó movilizar hombres armados contra sus gobiernos.

Esas pueden ser las razones para este reconocimiento a don Pepe. Merecido lo tiene. Nueva Categoría de reconocimiento nacional para quienes contribuyan en la lucha por la Paz.

Sin mezquindad alguna debiera continuarse, en ese reconocimiento, en esa misma categoría de “Héroe de la Paz”, al Presidente Oscar Arias Sánchez, por la contribución, ya reconocida, de carácter mundial, Premio Nobel de la Paz, por sus gestiones, luchas y logros, por acabar con los conflictos de guerra en Centroamérica, y tratar de abolir ejércitos en la región, y de luchar internacionalmente contra el armamentismo mundial y la no proliferación de armas, que logró materializar en un Tratado Internacional de la ONU.

Sin mezquindad, en este reconocimiento, con don Pepe y con don Oscar, los dos costarricenses, ambos con dos gobiernos constitucionales.

Esta es la mejor forma de distinguir hazañas extraordinarias, donde se necesita valor.

Ambos son los personajes principales de esta ruta de paz de nuestro país, desde 1949, avalada por la Sala Constitucional, de la Corte Suprema de Justicia, cuando señaló que ese camino de la paz obliga a cualquier gobernante a no participar en eventos bélicos internacionales ni siquiera como firmantes de agresiones a otros países, ni formando parte de coaliciones militares de esa naturaleza. La Sala Constitucional, institucionalmente, podría recibir este reconocimiento como se hace con los Benemeritazgos institucionales.

Pronunciamiento contra la designación de José Figueres Ferrer como héroe de la paz

Los historiadores David Díaz Arias e Iván Molina Jiménez realizaron un pronunciamiento contra la designación (por parte de la Asamblea Legislativa) de José Figueres Ferrer como héroe de la paz.

El pronunciamiento será divulgado en medios de comunicación como el Semanario Universidad y también será publicado en las redes sociales del Centro de Investigaciones Históricas de América Central (Cihac).

Puede descargar el documento en el enlace y si desea ser parte de las personas firmantes puede contactar a David Díaz al correo electrónico david.diaz@ucr.ac.cr