La reciente noticia sobre la no invitación de Claudia Sheinbaum a la toma de su posesión como presidenta electa de México, al máximo representante de la Corona Española, el Rey Felipe lV, ha tomado por sorpresa a Tirios y Troyanos, provocando una ola de protestas por parte de unos y nutridos aplausos por parte de otros.
Por su parte el presidente saliente Andrés Manuel López Obrador ha apoyado, la valiente decisión de la nueva mandataria respondiéndole a la vez al actual Gobierno español por haber decidido este no asistir a la ceremonia de investidura de la nueva presidente.
Lo ha hecho con esa elocuencia, que lo caracteriza y con palabras precisas, al afirmar que España viene ofendiendo al pueblo mexicano por no haberse disculpado nunca de los graves abusos cometidos durante la Conquista y que “esto no es un asunto personal, sino que tiene que ver con el respeto a los pueblos».
Las actitudes de soberbia y las reprochables actuales conductas de quienes fueron colonizadores, que por los hechos fueron saqueadores y genocidas de otros pueblos, pareciera aún prevalecer en el ADN de muchos europeos.
Por eso no les pasa por la mente pedir disculpas. Aplaudimos la decisión de México y bueno sería que, a futuro, cuando celebremos el Día de la Independencia los latinoamericanos agreguemos sin tapujos de quienes lo hicimos, o sea: DÍA DE LA INDEPENDENCIA DE LA CORONA ESPAÑOLA.
El día que abandonen esas actitudes de soberbia y prepotencia y pidan disculpas podremos entonces reconsiderar lo sugerido, pero reescribiendo la historia de ése “descubrimiento y conquista”.
O de esa absurda denominación de “encuentro de dos culturas”.
Estamos de acuerdo, con los que afirman, una vez sí y otra también: que Rusia posee una arma secreta poderosa. De acuerdo con los que lo hacen con el claro propósito de amedrentar y hacer creer que los rusos son gente peligrosa.
Coincidimos en que si existe esa poderosa arma, pero es el alma del pueblo ruso, la de un incomparable estoicismo y una permanente disposición a proteger, sin límites de sacrificios lo que le pertenece: Su Patria.
Así ha sido siempre a lo largo de la historia, al enfrentarse a múltiples invasiones y a todos los agresores que intentaron, y vanamente siguen haciéndolo, poner al pueblo ruso de rodillas.
De manera sorpresiva Richard Grenell, uno de los principales asesores del expresidente estadounidense Donald Trump, acaba de proponer la creación de zonas autónomas en Ucrania (?).
Ante tal sugerencia la respuesta de la portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores de Rusia, María Zajarova es contundente y lapidaria. En ella le pregunta al citado asesor dónde estaba él cuando precisamente en las largas negociaciones que duraron ocho años y durante los Acuerdos de Minsk, fue Rusia la que apoyó ante la comunidad internacional la creación en Ucrania de una Federación de autonomías y darle así una finalización al conflicto. Así existe en España, en el Reino Unido y en otros países, y así, se garantizaría la integridad del país.
Pero los planes eran otros. Luego del Golpe de Estado del Maidán en el 2014, que potenció en el poder a ultranacionalistas nazis matriculados con los planes agresivos de la Alianza Militar de la OTAN, era seguir rodeando a Rusia con bases militares y armas ofensivas, amenazando con ello la seguridad del gigante euroasiático.
Se cruzó así la advertida Línea Roja mientras se agredía con actos genocidas a la población rusa en el extenso territorio del sureste de Ucrania conocido como el Donbás en el que habitan millones de rusos. En su respuesta la portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores de Rusia también le recuerda al señor Grenell que cuando él era Embajador de Estados Unidos en Alemania le pidió a los alemanes que abandonaran la construcción del gasoducto Nord Stream, interfiriendo gravemente en los asuntos internos de Rusia y Alemania.
Ahora todo se les ha dado vuelta. Los alemanes tienen serios problemas de abastecimiento de combustible y su economía se encuentra tambaleando. El pueblo ucraniano sufriendo lo que pudo ser evitado.
El doble rasero de siempre, de los que quieren seguir sintiéndose dueños del planeta, y a sangre y fuego tratar de someter a pueblos y naciones que no les practican genuflexiones.
La América Latina sufrida que reclama victorias celebra con gran entusiasmo el resultado de las recientes elecciones en la hermana México. Una mujer defensora y luchadora progresista las ha ganado con un amplio margen de diferencia con sus inmediatos contrincantes.
Enorme contraste con lo sucedido en Argentina en donde un desequilibrado mental se ha hecho de la Presidencia. A cinco meses de esa monstruosidad sobran las razones para un Juicio Político de destitución. A alguien que, con sus temerarias acciones, está poniendo en grave riesgo la Paz Social de los argentinos y la propia Soberanía del país.
Ante esta cruda realidad nos surgen las siguientes preguntas:
¿Cuál es la razón por la cual no se somete ya a ese Juicio Político a alguien que no solo avergüenza a los argentinos sino a la gran mayoría de los Latinoamericanos que ven el fenómeno como algo inexplicable, un sinsentido total?
¿O es que el consabido orgullo argentino nos impide reconocer que permitimos tener un loco como presidente que un día sí y otro también habla barrabasadas, incluso en la materia que pregona dominar? (Opinión de destacados economistas en el mundo).
¿Masoquismo político?
Lo cierto es que se le está legitimando en el cargo al reducir la crítica solo a aspectos ideológicos y partidistas. Vergüenza no solo para Argentina sino para toda la América Latina y Caribeña.
En cuanto a las quejas constantes y a esas repetitivas expresiones de ánimo futbolero, que no van con la seriedad de la política, plagadas algunas de plañideras expresiones, ya cansan.
Bueno sería ante estas crudas circunstancias que los argentinos nos discutamos, tan siquiera un poco a nosotros mismos, poniéndole tal vez más atención a cómo nos ven los demás.
“Hay un tiempo para cada cosa y un lugar bajo el cielo para hacerla” Eclesiastés.
Quisiéramos tocar un tema un tanto álgido que tiene que ver con ciertas ásperas y frecuentes reacciones que descalifican y hasta insultan a argentinos que, por diversas razones, residen fuera del país y dan sus opiniones sobre lo que sucede en la tierra que los vio nacer. Algo que puede parecerle un tanto extraño a algunos pero que así sucede.
Dicho lo anterior y haciendo caso omiso de esas estultas reacciones nos referiremos a algo que no deja de sorprendernos: el hecho de que importantes dirigentes del vasto abanico opositor al actual gobierno muestren un excesivo celo en sus agendas personales y ambiciones partidistas en detrimento del interés general.
Algo que se está dando precisamente cuando las riendas del país han sido puestas en manos de quienes están gobernando no precisamente para proteger el interés nacional y la propia soberanía, sino para satisfacer las ambiciones geopolíticas de la gran potencia del norte. Actuaciones que bien podrían calificarse como de traición a la Patria. Realmente vergonzoso.
Surge la pregunta: ¿No es tiempo de apelar al espíritu sanmartiniano frente a esta situación como tarea de Primer Orden?
Sorprende sobremanera escuchar de boca de muchos, en las alturas y en las bajuras, aquello de “yo no voté a este individuo, por tanto, eso me exime de culpas”. Otros reaccionan con enojos cuando alguien se atreve a señalar este hecho como falta, o una forma de eludir responsabilidades.
Existen sobrados motivos para declarar al actual gobernante argentino como no-apto para ejercer ese cargo debido a sus reiterados exabruptos que bien califican como extravíos mentales. Tan solo los recientes y gruesos insultos a otros mandatarios latinoamericanos, ¿no son acaso suficiente para hacerle un juicio político de destitución?
Mal estamos quedando los argentinos, todos, y no solo quienes votaron a este gobierno, al no reaccionar debidamente frente a tantos agravios a nuestros hermanos de la Patria Grande.
El hecho de opinar de cualquier argentino esté donde esté, es irrenunciable y nadie, absolutamente nadie, tiene el derecho de conculcarlo.
En todo este tiempo que dura la operación militar especial de Rusia en Ucrania, los propósitos que desde los inicios fueron expuestos con meridiana claridad por el gigante euroasiático se han venido cumpliendo.
Luego de las infructuosas negociaciones que se alargaron durante ocho años para encontrar una solución pacífica al conflicto, este se prolonga con un alto costo en vidas humanas y queda cada vez más claro que el mismo fue provocado por Washington, Londres y Bruselas.
Entre los hechos más relevantes sobre esta afirmación se encuentran las declaraciones de líderes de occidente. (Merkel, Hollande, entre otros) que reconocieron en declaraciones hechas públicas que esas supuestas “negociaciones” fueron un ardid para ganar tiempo y armar a Ucrania.
¿Qué más hace falta, entonces, para entender quienes han sido los que iniciaron esta guerra?
Primero al propiciar la instalación en el poder a una dictadura nacionalista y neonazi en el 2014, a partir de la cual se comenzó a agredir de manera sistemática a la población rusa que por millones habita en el sureste de la hoy llamada Ucrania, en la región conocida como el Donbás. Agresión esta con actos terroristas y genocidio contra la población civil mientras se dotaba al régimen de Kiev de cuantiosos recursos económicos, armas ofensivas, mercenarios, personal militar encubierto y todo tipo de apoyo logístico para sostener la guerra y alargarla con el fin de desgastar e Rusia e infligirle una derrota estratégica” de grandes proporciones.
Quienes así actuaron sabían muy bien, y no solo por las reiteradas advertencias de Rusia de que no cruzarán las “rayas rojas”, sino también porque ningún país en tales circunstancias jamás permitiría que una amenaza de tal envergadura se produjera en sus fronteras, lo que atentaba contra su propia seguridad. Es bueno recordar los titulares de la prensa occidental hegemónica reproduciendo declaraciones que propiciaban lo que llamaban y aún siguen llamando “invasión”.
No reconocer la doble cara de los que con total vileza dicen una cosa y hacen otra presentando historias solo en parte o al revés es algo inaudito e inaceptable.
¿Lo que los inspira y motiva no es acaso el impedir que se acabe con el dominio anglosajón y sus reglas de constantes imposiciones a quienes no se subordinan a su mundo unipolar? La resistencia a la multipolaridad en la cual los equilibrios económicos, políticos y militares sean lo que mejor garanticen la plena observancia de las normas internacionales, actuales y futuras en pro de un mundo de paz y de cooperación entre Estados y Naciones sigue siendo la constante que los impulsa a intervenir militarmente o con bloqueos y sanciones a todo aquel que se atreva a cuestionar o impedir que se continúe con ese dominio imperial.
Pero felizmente se está llegando a un punto en que de nada sirven los gastados argumentos de la propaganda occidental, con sus mentiras vestidas de verdad e impidiendo el libre acceso a otras fuentes de información, lo que, por contexto de los hechos, los antecedentes y la propia historia permita entender al menos para algunos las causas de este conflicto. Que esta es una guerra entre los dueños de la OTAN contra Rusia, utilizando para ello sangre ucraniana. Esa doble cara es, en su esencia, criminal.
Ciframos la esperanza que el sentido común y la racionalidad que conduce a la preservación de la especie humana prevalezcan y que los próximos líderes mundiales, del falsamente pregonado “mundo libre” regenteado por Washington abandonen sus manifiestas “supremacías”, superen sus febriles mediocridades para liberar a toda la humanidad de temor de que todo esto termine en una catástrofe que acabe con la vida en nuestro planeta.
“Hay un tiempo para cada cosa y un momento para hacerla bajo el cielo” Eclesiastés. Capítulo 3. versículo 1.”
También la Democracia tiene su tiempo. Tiempo para conocer y debatir las distintas ideas. Tiempo para reflexionar. Tiempo para decidir… lo que más le conviene a Argentina.
Es lo que los argentinos tendremos que hacer, bajo nuestro cielo y en nuestra Democracia. Lo que nos permitirá vivir más unidos y en paz. Es tiempo de cerrar puertas para que nunca más penetren en nuestras vidas los monstruos oportunistas y vanidosos con propuestas locas, inconsistentes y apresuradas, aprovechándose de justificados malestares y justos reclamos a los gobernantes. Más cuando vienen con claros propósitos de favorecer intereses extranjeros y las mezquinas ambiciones de unos pocos.
Tendremos los argentinos que abocarnos a una profunda reflexión para tratar de dilucidar qué nos pasa. Es inconcebible que un significativo número del electorado esté apoyando, sin inmutarse, a alguien que piensa destruirlo todo: la moneda y el ente regulador, las instituciones públicas que protegen a los ciudadanos, y lo que no es menos peor, alinear al gobierno a los intereses de otro país en una especie de vasallaje.
Apoyar a un desquiciado que reniega de la historia y que sin sonrojos actúa como un vulgar comediante es algo inaudito. La Democracia es de todos y nadie tiene que arrogarse el derecho a violentarla llevándonos a los argentinos a un pasado al que nadie quiere regresar.
Todo tiene su tiempo. Si la excesiva confianza y la insensatez lleva al poder a ese enajenado diletante se corre el riesgo de una total debacle. Algo que tendría graves consecuencias no solo para el pueblo argentino sino para todos los pueblos hermanos de la región.
¿Apoyo a ese Milei? ¿Así como se presenta? ¡¡¡NO, un rotundo NO!!!
“…seamos lo suficientemente sanos para vomitar las mentiras que nos obligan a tragar…cada día…”. Eduardo Galeano.
Para juzgar una historia esta se cuenta completa, o no se cuenta. No han sido los palestinos los que hace 75 años iniciaron esta guerra sino las ambiciones sionistas que violentaron los acuerdos internacionales, suscritos en 1947, en los que se creaban en Palestina dos Estados, el judío y el árabe.
Fue a partir de ello que comenzó una violencia constante entre las partes. Una a la que la hicieron poderosa, por múltiples razones entre las que se destacan ciertos intereses geopolíticos. La otra débil dejada de lado, librada a su suerte en total abandono.
Así fue como se vino consolidando un Estado a costa de la desaparición progresiva de lo que debería haber sido el otro, el de los árabes o palestinos.
Sin miramiento alguno se ha venido desalojando por la fuerza a los habitantes de Palestina que, desprovistos de medios para defender lo que siempre les ha pertenecido, resisten a los ocupantes que les vienen arrebatando todo: tierras, casas, ciudades y su propio futuro, confinándolos en guetos en su propio territorio.
Si la comunidad internacional no interviene forzando a poner sobre la mesa una paz negociada, haciendo respetar los acuerdos suscritos, el mundo entero se está exponiendo a una conflagración de grandes proporciones. El alto al fuego es un imperativo inmediato para evitar lo que es ya un genocidio.
Pero una Paz verdadera y perdurable no se podrá lograr si los que provocaron esta larga guerra no renuncian a ese expansionismo y le devuelven al pueblo palestino todo lo que le ha sido arrebatado.
El sionismo como tal está demostrando ser uno de los peores racismos, por los hechos y por las reiteradas declaraciones públicas de sus altos representantes en las que, entre otros improperios, expresados sin sonrojos ni tapujos, se refieren a los palestinos como “sub humanos” y “animales”.
El indiscriminado bombardeo al gueto de Gaza en los últimos días, -que viene cobrando miles de víctimas inocentes incluido un hospital donde han muerto más 500 personas en cuenta muchos niños palestinos-, ¿no es acaso una muestra clara e inequívoca de quién es quién en esta tragedia?
Vislumbramos que ese gran engaño, salido de mentiras vestidas de verdad, está llegando a su fin. Sin embargo, el pueblo palestino requiere y demanda más muestras de una efectiva solidaridad y ningún tipo de reparos debe retenerla debido a ese falaz endoso de “antisemita” a todo aquel que se opone y condena tanta violencia. Tal falacia merece respuestas inmediatas y contundentes. NADA ES MÁS FALSO QUE ESO. Nada en esto tiene que ver con un rechazo o animadversión contra los judíos, sino contra los sionistas, radicales y racistas, que los lleva a hacer cosas que poco se están diferenciando de los perpetrados por la Alemania nazi. Vomitemos las mentiras.