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Etiqueta: justicia social

¿Las personas no deseadas en Costa Rica?

Por: Bernardo Archer Moore
Presidente de ACUDHECA

No es lo mismo leerlo que haberlo vivido

Si nadie se los ha dicho antes, permítanme ser claro: Aunque algunos prefieran silenciarlo por vergüenza o conveniencia, esta es una verdad que llevo grabada en el alma, como un sello tribal destinado a transmitirse a las generaciones futuras.

Hasta bien entrada la década de 1940, las personas negras del Caribe, como mis padres, mis hermanos y nuestros antepasados, a pesar de haber nacido en el país, eran legalmente consideradas personas indeseables en Costa Rica

Esta no fue una categoría simbólica: Tuvo consecuencias reales y devastadoras. Se tradujo en el despojo sistemático de tierras, en la negación de derechos básicos y en una exclusión deliberada por parte del Estado. Solo quienes han vivido esa experiencia pueden dimensionar el profundo dolor que conlleva.

En este contexto no caben los rodeos, la corrección política ni los discursos tibios. El mensaje debe ser claro y firme:

Exigimos la devolución de nuestras tierras

Sin importar quién las posea hoy, el Estado debe asumir su responsabilidad histórica:

Devolver lo que aún conserva en su poder (Administrados por INDER, SINAC, etc.) o expropiar a quienes se beneficiaron de aquella injusticia.

Que continúen siendo humedales y áreas de protección, pero propiedad de las familias originarias afrodescendientes en calidad de Reservas Privadas.

Por otro lado, la convivencia en nuestros territorios no es un derecho automático, sino un privilegio que debe merecerse a través del respeto mutuo a nuestras costumbres, cultura y modo de vida. Pero jamás la imposición de culturas foráneas.

Es cierto que muchos de nuestros mayores se vieron obligados a vender a precios ínfimos. Pero pocas veces se reconoce el papel activo que tuvo el propio Estado costarricense en ese proceso. No fue solo omisión; fue acción directa:

  • El abandono sistemático de la región, un cuasi apartheid de la región caribeña, que continúa hasta el día de hoy.

  • La negación persistente de inversión pública y promoción de inversión privada. Así como el frecuente redireccionamiento de las pocas existentes.

  • El respaldo tácito y expreso a invasiones de nuestras tierras por precaristas.

  • La obstaculización del derecho a titular nuestras propiedades.

  • Y, finalmente, la titulación masiva a favor del Estado, de políticos y de sus allegados.

En síntesis: Nuestras familias fueron empujadas a la marginalidad porque el Estado decidió que éramos inmigrantes no deseados.

Hoy, con dignidad, lo decimos en voz alta:

Por memoria, por justicia y por dignidad tribal.

Frente al abismo neofascista: la izquierda progresista tica debe reconocer el mal mayor

Por JoseSo
José Solano-Saborío
Analista Político

La situación que vive Costa Rica hoy puede ser la más crítica desde la fundación de la Segunda República en 1948. Entonces, José María Figueres Ferrer apostó por reconstruir instituciones tras la guerra civil. Hoy, nos encontramos al borde del colapso del Estado Social de Derecho y la democracia centenaria, amenazada por discursos autoritarios que desprecian conquistas sociales y derechos humanos.

La encrucijada de hace cuatro años

En las elecciones pasadas, una parte del centro y el progresismo optó por no respaldar a Figueres Olsen por sus cuestionamientos éticos. Temieron la vuelta del bipartidismo, sin medir que la alternativa era un discurso populista, autocrático y ultraconservador. Aquella decisión, más que un gesto de principios significó dejarle campo libre al político neoconservador, populista y autocrático, envalentonado por su exitosa manipulación de un pueblo agotado y desesperado, cuyo discurso maniqueo y violento ya tiene claros tintes neofascistas y ya, hoy, pone en jaque la estabilidad democrática.

El peligro real: de Federico Tinoco a un nuevo autoritarismo

Negociar con sectores políticos moderados y democráticos, por imperfectos que sean, no implica renunciar a la ética, sino reconocer límites infranqueables: aquí no caben proyectos que desprecien los derechos sociales y civiles. No podemos permitir el surgimiento de un “Federico Tinoco” moderno—más astuto y manipulador—que prometa orden a costa de instituciones y libertades.

Lecciones de la región

Tenemos muchos ejemplos cercanos a nuestra realidad latinoamericana, para tener el espejo que nos permita vernos reflejados.

En el Chile de 1973 el golpe contra Allende abrió dos décadas de represión y retrocesos sociales.

En la Argentina de Videla la erosión progresiva de la democracia terminó en el brutal autoritarismo militar, dejando heridas que no terminan de cicatrizar y hoy Milei ataca con todo a su frágil democracia post Videla.

En Nicaragua un traidor de Sandino, disfrazado de socialista, tiene a Nicaragua sumida en el caos desde 2007, donde la sombra de Somoza se aprovechó del discurso “revolucionario”, para volver al control absoluto del poder.

Estos ejemplos demuestran que el mal mayor no siempre irrumpe de golpe, sino por erosión lenta de contrapesos y libertades.

Reconocer al verdadero enemigo

Antonio Gramsci nos recordó que la hegemonía se conquista también por consentimiento pasivo: hoy, la indiferencia ante ataques a la justicia social y la libertad de prensa nos hace cómplices. Herbert Marcuse advirtió que la sociedad “unidimensional” pierde la capacidad crítica frente a mensajes de “seguridad” y “orden”. Noam Chomsky nos insta a identificar siempre quién controla la narrativa y con qué fines.

Voces progresistas y nacionales como guía

José Mujica nos enseñó que la democracia no es un logro garantizado, sino una tarea cotidiana de resistencia. En Costa Rica, Rodrigo Facio defendió la Constitución ante amenazas golpistas; Manuel Mora Valverde luchó por los derechos laborales que Chaves hoy amenaza con sus jornadas de 48 horas 4×3; y José María Figueres Ferrer construyó este modelo de Estado Social de Derecho. Su legado nos invita hoy a cerrar filas.

¡Llamado a la Acción! Oigamos a nuestra conciencia

Oposición progresista, socialdemócrata y de izquierda democrática: urgimos a mirar de frente la magnitud de la amenaza y a reencontrarnos en el terreno de la defensa de la democracia y la justicia social. Identifiquemos al verdadero enemigo: no son los matices ideológicos internos, sino el autoritarismo que se abalanza sobre nuestras instituciones. Si no actuamos unidos y con urgencia, corremos el riesgo de perderlo todo. Ahora más que nunca, valga el optimismo de la voluntad de Gramsci: solo juntos podremos resistir y reconstruir la esperanza en Costa Rica y tiene que ser antes que sea demasiado tarde.

Pronunciamiento del Consejo Asesor de la Facultad de Ciencias Sociales UCR sobre jornadas 4X3

Trabajo Digno | Derechos Laborales Equidad De Género | Salud Mental | Justicia Social

En coherencia con los principios de la Universidad de Costa Rica, su misión de resguardar los derechos humanos, laborales y sociales, así como de promover el pensamiento crítico y la transformación social desde una perspectiva interdisciplinaria, el Consejo Asesor de la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de Costa Rica informa que, en la sesión N.º 132-2025, celebrada el jueves 10 de julio de 2025, acordó por unanimidad expresar su criterio a la Presidencia de la Asamblea Legislativa, a las señoras diputadas y señores diputados sobre el Proyecto de Ley «Establecimiento de jornadas laborales excepcionales para casos determinados que sean excepcionales y muy calificados» (Expediente N.º 24.290), conocido como “jornadas 4×3”.

Consideraciones Generales

Este proyecto constituye una preocupante forma de desregulación del trabajo. Al permitir jornadas de hasta 12 horas durante cuatro días consecutivos sin pago de horas extraordinarias, consolida una lógica de precarización laboral que desvaloriza la función social del trabajo, lo subordina a los intereses del capital y debilita su carácter de derecho humano fundamental y pilar del bienestar colectivo.

Desde una mirada crítica en las Ciencias Sociales, esta iniciativa debe analizarse en el marco de transformaciones estructurales que afectan el mundo del trabajo y profundizan desigualdades históricas por género, clase, edad y territorio. Entre los principales indicadores que contextualizan este proyecto destacan: ◦ El debilitamiento del empleo público, tanto por la reducción en la creación de nuevos puestos como por el aumento de la tercerización de servicios. ◦ La diversificación de formas de empleo precarizado. ◦ El debilitamiento del sindicalismo y de las formas de organización colectiva. ◦ El aumento del subempleo y la informalidad. ◦ El fomento y la proliferación de discursos que deslegitiman el empleo formal y las conquistas laborales.

Desde una perspectiva histórica más amplia, este proyecto se suma a un conjunto de normas, políticas y acciones estatales que han venido precarizando la vida de miles de personas pertenecientes a los sectores más empobrecidos del país. Entre ellas:

  • Precarización de los contratos de trabajo.

  • Pérdida de conquistas históricas en materia de bienestar, jornada laboral, organización sindical y movimiento social.

  • Modificaciones regresivas en los sistemas de jubilación: aumento de edad, cuotas y obligatoriedad de pensiones complementarias.

  • Deterioro de los servicios de salud y destrucción de sistemas de asistencia social. ◦ Desconfianza generalizada en la institucionalidad pública como garante de derechos tanto del sector público como privado.

  • Orientación normativa para favorecer intereses empresariales bajo el argumento de que ello generará empleo.

Elementos Críticos del Proyecto

1. Retroceso histórico en derechos laborales:

La jornada de ocho horas constituye una conquista histórica de los movimientos sociales en la mayor parte del mundo y un principio básico de justicia laboral moderna. Sustituirla por jornadas de hasta 12 horas representa un retroceso normativo, ya que altera el equilibrio entre el tiempo destinado al trabajo, al descanso y a la vida personal. Esta modificación atenta contra el derecho al tiempo libre y debilita los mecanismos de protección frente a la sobreexplotación.

2. Abaratamiento de las horas extras y pérdida de derechos adquiridos:

La propuesta sustituye el pago de horas extra —actualmente regulado con recargos legales— por un recargo fijo calculado sobre el salario mínimo, lo que representa una desmejora significativa para muchas personas trabajadoras. Aunque se plantea un aumento porcentual, este no se aplica sobre el salario real devengado, sino sobre el mínimo legal, lo cual puede traducirse en ingresos inferiores respecto al sistema actual de pago por tiempo extraordinario.

Esta modificación desvaloriza el tiempo adicional laborado, elimina un incentivo justo por las jornadas prolongadas y debilita un derecho laboral históricamente ganado. Además, refuerza las potestades del empleador en un contexto donde la «voluntariedad» de aceptar jornadas extendidas está fuertemente condicionada por la necesidad económica y la vulnerabilidad laboral de muchas personas. En lugar de proteger el trabajo digno, la reforma institucionaliza una forma de desregulación que abarata la fuerza laboral y precariza las condiciones de empleo.

3. Afectaciones graves a la salud física y mental:

Las jornadas laborales extensas incrementan la fatiga, el estrés, la ansiedad, la depresión, las enfermedades musculoesqueléticas y el riesgo de accidentes. Diversos estudios internacionales coinciden en que tres días de descanso no compensan el desgaste físico y emocional acumulado durante cuatro días de trabajo intensivo. Estos efectos se agravan en contextos donde persisten deficiencias estructurales como los desgastantes desplazamientos, la sobrecarga de labores y las fallas del transporte público.

4. Impacto en la vida familiar, comunitaria y educativa:

Las jornadas extendidas reducen el tiempo disponible para actividades fundamentales como el auto cuido, la participación comunitaria, la vida familiar o la continuidad de estudios. Esta situación afecta de manera particular a personas jóvenes, jefaturas de hogar y personas trabajadoras en condiciones de pobreza, discriminación estructural o exclusión social, ampliando así las brechas de acceso al bienestar y al desarrollo personal.

5. Carga desproporcionada sobre mujeres y personas cuidadoras:

Según la Encuesta Nacional de Uso del Tiempo (INEC), las mujeres dedican en promedio 36 horas semanales al trabajo no remunerado y de cuido, frente a 14 horas en el caso de los hombres. La reforma encarece los costos de cuido tanto en el sector formal como en el informal, y genera barreras adicionales para la inserción y permanencia de las mujeres en el empleo formal. Esta intensificación laboral conlleva consecuencias personales y económicas directas, y profundiza desigualdades ya existentes.

6. Desigualdad en las relaciones laborales y falsa voluntariedad:

El proyecto parte de una premisa equivocada: que las personas trabajadoras pueden decidir libremente aceptar o rechazar la jornada extendida. Situación resultante de una relación que por su naturaleza es inequitativa. En un contexto marcado por el desempleo, la informalidad y la débil sindicalización, la «voluntariedad» está fuertemente condicionada por el temor a represalias, despidos encubiertos o la necesidad urgente de ingresos. Este desequilibrio reproduce relaciones laborales asimétricas y vulnera principios básicos de justicia contractual.

7. Débil institucionalidad para fiscalizar y proteger derechos:

El proyecto asigna nuevas responsabilidades al Ministerio de Trabajo y Seguridad Social sin prever un fortalecimiento institucional en términos de personal, presupuesto o capacidades técnicas. Esta institución ya enfrenta limitaciones estructurales para cumplir con sus funciones actuales de fiscalización y acompañamiento laboral. La omisión de instituciones clave —como el INAMU, el IMAS, la CCSS, entre otras— refleja un enfoque fragmentado y refuerza la permisividad frente a prácticas laborales abusivas, especialmente porque la reforma impactará los servicios públicos en salud, cuido y asistencia social.

8. Ausencia de garantías en las medidas compensatorias:

El proyecto plantea que las empresas ofrecerán servicios de cuido y transporte como mecanismos compensatorios, sin establecer obligaciones claras ni mecanismos de verificación. Esta promesa resulta inviable, especialmente en un contexto de debilitamiento del sistema nacional de cuidados. En 2023, cerca de 7 mil niñas y niños dejaron de recibir atención, y en 2025 el IMAS recortó en un 35 % el subsidio por persona menor atendida, afectando a más de 135 mil personas. Delegar estas responsabilidades al sector privado, cuando ni siquiera el Estado puede garantizarlas, constituye una omisión grave.

9. Impacto diferenciado por género:

Diversas investigaciones (CEPAL, OIT, OCDE) evidencian que las jornadas intensivas afectan desproporcionadamente a las mujeres, especialmente a jefas de hogar, madres solteras y cuidadoras, ampliando la brecha de género en el empleo y el ingreso. La OCDE (2018) destaca que la jornada laboral intensiva, aunque concentrada en menos días, genera dificultades para organizar el cuido infantil y otras responsabilidades familiares, especialmente para madres solteras o familias con menor red de apoyo.

10. Disminución de ingresos reales para las personas trabajadoras:

El esquema remunerativo planteado representa una pérdida en comparación con el pago actual de horas extra. Según datos del Sindicato de Trabajadores y Trabajadoras de Plantaciones (SITRAP, julio 2025), esta pérdida puede alcanzar los 587.373 colones anuales. Ello, lejos de mejorar la compensación económica, el proyecto reduce el ingreso real por trabajo adicional, afectando en especial a quienes actualmente perciben más del salario mínimo.

Ejemplo comparativo:

11. Normalización de prácticas injustas y arbitrarias:

En lugar de sancionar la aplicación irregular de jornadas extendidas sin fundamento legal ni constitucional, el proyecto busca legalizarlas. Esto vulnera el principio de progresividad de los derechos laborales, debilita el Estado de Derecho y normaliza condiciones de trabajo incompatibles con los marcos internacionales de protección del trabajo digno.

12. Menor productividad, no mayor:

Contrario a lo que plantea la iniciativa, las jornadas laborales extensas no garantizan el aumento de la productividad. Estudios de organismos internacionales como la OCDE y publicaciones académicas (ScienceDirect, 2023) demuestran que el exceso de horas reduce el rendimiento individual, afecta la toma de decisiones y eleva el riesgo de errores, accidentes y ausentismo. La productividad sostenible requiere condiciones laborales saludables, no jornadas intensivas.

13. Experiencias internacionales:

Las reformas laborales exitosas a nivel internacional tienden a reducir la jornada sin afectar el ingreso, promoviendo el bienestar y la eficiencia. Países como Alemania, Francia y Suecia han impulsado modelos de trabajo que priorizan el equilibrio entre vida personal y laboral. La propuesta costarricense, en cambio, promueve una flexibilización patronal sin garantías suficientes de supervisión ni mecanismos efectivos de defensa colectiva, lo que debilita la posición de la persona trabajadora.

Posicionamiento del Consejo Anterior:

Por las razones expuestas, el Consejo Asesor de la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de Costa Rica se posiciona en contra del Proyecto de Ley N.º 24.290 y su texto sustitutivo, por considerarlos un grave retroceso en materia de derechos laborales, equidad de género, salud mental y justicia social.

Asimismo, reafirma su compromiso con el fortalecimiento del trabajo digno y con el debate democrático, plural e informado sobre el modelo de desarrollo que necesita Costa Rica. En este sentido:

  • Hace un llamado a las señoras y señores diputados de la Asamblea Legislativa, así como a la ciudadanía, al sector académico, a los gremios y sindicatos, a reflexionar crítica y responsablemente sobre los alcances e implicaciones de esta propuesta.

  • Reitera su disposición para colaborar en la construcción de propuestas alternativas mediante espacios de diálogo y mesas de trabajo que promuevan condiciones laborales compatibles con la salud mental, la justicia distributiva, la sostenibilidad del cuido y la centralidad de la vida digna en las políticas públicas.

Suscriben,

Dra. Isabel Avendaño Flores, decana, Facultad de Ciencias Sociales
Dra. Claudia Palma Campos, directora, Escuela de Antropología
Mag. Gréttel Aguilar Santamaría, directora, Escuela de Ciencias de la Comunicación Colectiva
Dra. Tania Rodríguez Echavarría, directora, Escuela de Ciencias Políticas
D.E.A. Pascal Girot Pignot, director, Escuela de Geografía
M. Sc. Claudio Vargas Arias, director, Escuela de Historia
Dr. Jorge Sanabria León, director, Escuela de Psicología
Dr. Mauricio López Ruiz, director, Escuela de Sociología
Mag. Carolina Navarro Bulgarelli, directora, Escuela de Trabajo Social
Dr. Javier Tapia Balladares, director, Instituto de Investigaciones Psicológicas
Dr. Francisco Robles Rivera, director a.i., Instituto de Investigaciones Sociales
Dr. Anthony Goebel Mc Dermott, director, Posgrado de Historia y representante de los Programas de Posgrado de la Facultad de Ciencias Sociales
Dr. Alonso Ramírez Cover, director, Centro de Investigaciones y Estudios Políticos (CIEP), y representante de los centros de investigación de la Facultad de Ciencias Sociales

Río Frío, Sarapiquí: Un día cualquiera

Jiddu Rojas Jiménez

Aquí se puede uno esperar hasta 5 o 6 horas en Emergencias-CCSS, sin ser atendido, o sea, sin ser valorado por un médico. Luego vendrá el tratamiento. Una señora dice que espera desde la mañana, para ver a un doctor. (Uno o dos heroicos médicos para 45 o 50 personas).

Es la «otra» Patria invisibilizada. Es como un «Apartheid» interno. Una nueva y feroz cotidianidad.

Aquí el Estado Social de Derecho, junto al Salario Mínimo (que molesta a Pilar), se fueron a pasear. Y hay ausencia de justicia social, pero abundancia de gente hermosa, trabajadora, valiente, luchadora, y llena de amor al prójimo y solidaridad.

Cuando pidamos en las próximas elecciones, defender nuestra institucionalidad democrática, recordemos esta falta de Estado Nacional y la indecente e injusta exclusión social de nuestro pueblo trabajador en la periferia rural. Ni hablar del caos económico neoliberal heredado, y de la destrucción sistemática del sector agro, así como de los remanentes de nuestra maltrecha soberanía alimentaria.

Mientras en la noche la inseguridad ciudadana campea, la violencia y el narco aparecen, y el transporte público interno local no existe…

Aquí se impone la cruel narrativa, en la que se nos venden dos «héroes»: el Ja-Guaro y el tal Diablo. Así de simple. Estos viles antihéroes, personajes de caricatura dignos del mundo distópico de Trump o Bukele, son ejemplos a imitar.

Lo demás, es el clientelismo político que sobrevivió al brutal monocultivo extranjero, a décadas de abandono de lo público, y a la falta de legitimidad democrática.

La piña tóxica sustituyó a las bananeras. Los tubérculos para los pequeños campesinos.

Pero la exuberante belleza natural y su imponente clima tropical, aún se impone; y el talante rebelde y luchador de sus hombres y mujeres resiste.

Resiste en una nube de confusión y distracción ideológica, entre el machismo atávico, el alcoholismo, el culto pandereta, los nuevos mitos antivacunas, las largas distancias, los malos caminos, la pobreza atroz, la desigualdad social, y el desarrollo social teratológico (E. Guevara), y el otrora llamado en la academia, desarrollo combinado y desigual.

Queda la nostalgia de las heroicas luchas populares y de los valientes dirigentes campesinos comunistas, en algunos nombres de las comunidades y barrios.

¿Será que, en estas nuevas circunstancias democráticas, sabremos honrar esa memoria, y construir un futuro más incluyente en igualdad y libertad? ¡El futuro es ya!

P.S. Entre hoy y anoche, mientras el suscrito iba a la letrina alrededor de 15 veces en una cabaña, en un hospital público de la CCSS, –bastión de nuestra salud pública y de nuestra imperfecta democracia–, partió físicamente, el Camarada Vladimir Barrantes, QEPD., hijo, padre, tío y abuelo de una heroica familia de campesinos comunistas moristas costarricenses, ligada a las más importantes luchas históricas nacionales e internacionales del partido de Manuel Mora Valverde, Carmen Lyra y CALUFA.

Los de abajo todavía viven

Por Gerardo Castillo Hernández

Vivimos en un mundo donde el ruido del espectáculo tapa el grito de los que sufren. Mientras las pantallas brillan con guerras retransmitidas en alta definición, mientras se lanzan bienes de lujo que cuestan lo mismo que alimentar a una familia durante un año, millones de seres humanos -los de abajo-siguen siendo invisibles. No por falta de existencia, sino por exceso de indiferencia.

Los de abajo no son sólo los pobres en dinero. Son también los despojados de educación, de tiempo, de tierra, de seguridad social, de derechos. Son quienes trabajan sin descanso y aun así no llegan a fin de mes. Quienes apenas pueden leer porque nunca tuvieron un libro. Quienes votan por odio, venganza o resentimiento o del todo no votan porque nadie los representa. Son los empujados al margen por un sistema que sólo mira hacia arriba, donde el brillo del poder enceguece y embrutece.

En este terreno de la política, la pobreza también reina. Pero no es la escasez de partidos o discursos eso no es el problema lo que empobrece la democracia es la banalidad de su contenido. La política se ha transformado en un circo de frases vacías, de insultos convertidos en estrategia de comunicación, de líderes que repiten eslóganes en vez de pensar proyectos. Se castiga la razonabilidad y se premia la vulgaridad. El debate de ideas ha sido sustituido por el espectáculo de confrontación de cantina. La política ya no educa sino polariza: alimenta al confeso para que odie.

Esta miseria política no es casual. Se cultiva a propósito para mantener entretenidas a las mayorías. Cuanto más superficial es la política, más se aleja de los problemas del pueblo. Cuanto más populista es el mensaje, más se oculta la estructura de dominación: “el cambio para no cambiar”. Los de abajo asisten entonces al simulacro democrático donde siempre ganan los de arriba, donde el poder cambia de rostro, pero no de lógica, y donde la esperanza verdadera se vuelve una rareza o una amenaza.

En esta época que idolatra lo superficial, la vida ha perdido profundidad. El éxito se mide por “likes”, la belleza se vende en píxeles, y la verdad es abaratada como una mercancía más. Se ofrece una libertad envasada que solo sirve para elegir entre marcas, no entre proyectos de país con visión de futuro. Se nos invita a consumir para olvidar, a reír para no pensar, a competir en lugar de compartir.

Mientras tanto, los de abajo cargan con el peso del mundo. Y no por destino ni por error: por diseño. Un sistema que produce pobreza como una fábrica produce autos no puede sorprenderse de su resultado. La desigualdad no es una falla: es una estrategia inducida como normalidad de los de arriba y los mismos organismos financieros internacionales encadenan (prestan) para que los países sigan atados a las deudas y hacen recomendaciones para que todo continue igual: sigan pagando los de abajo.

La manipulación de la mayoría es su garantía.

Los de abajo son más, pero compiten, están divididos. Están fragmentados por muros invisibles: miedo, desconfianza, soberbia, personalismo; los que ascienden quitan la escalera para que los demás no suban. Todo es ignorancia sembrada y controlada. Pero el día que se miren a los ojos y se reconozcan como iguales, el mapa del poder temblará.

No es que falten recursos. Es que sobran mezquindades y privilegios. No es que falte comida. Es que sobra especulación y codicia. No es que falte cultura es que se comercializa y se convierte en entretenimiento vacío. No es que falte inteligencia es que los mejores son aislados por la mediocridad, los amigos del narco desprecian la calidad por la lealtad. Se castiga al pensamiento crítico y se premia la sumisión.

Hoy más que nunca, necesitamos recordar lo esencial: que la dignidad no se mide en cifras, que el dolor no debería ser rutina, que el mundo no puede seguir siendo un espectáculo donde la mayoría solo actúa como público, esperando un milagro que no vendrá desde arriba.

La historia no cambia desde el circo ni desde las pantallas. Cambia desde abajo y con los de abajo. Con las manos que siembran, los trabajadores y trabajadoras que levantan con penuria la olla de comida diaria, con las voces que se atreven a rechazar la grosería, arbitrariedad y la prepotencia. Porque lo que está en juego es la democracia, la justicia y el destino de las nuevas generaciones.

Los de abajo no piden caridad. Exigen dignidad, respeto, justicia y oportunidades. No quieren ser espectadores en la democracia. Quieren ser protagonistas. No buscan odio, venganza ni confrontación.

Buscan vivir que quiere decir: seguridad, educación, empleo y no cárceles.

Y ese futuro empieza cuando uno -cualquiera- deja de mirar hacia el cielo esperando respuestas y comienza a mirar a su lado buscando compañeros y compañeras que estrechan manos en convivencia, paz y respeto entre hermanos.

Obispos salvadoreños exigen justicia social y unidad

En su nueva Carta Pastoral, la Conferencia Episcopal de El Salvador levanta la voz contra la pobreza, la violencia y el desajuste en políticas públicas. Un llamado urgente a transformar las estructuras sociales en beneficio de las mayorías más vulnerables.

Vatican News*

En un El Salvador marcado por profundas desigualdades sociales y económicas, los obispos han lanzado un “clamor de esperanza” a la nación. Con su nueva Carta Pastoral titulada “Una voz que con esperanza clama en el desierto”, la Conferencia Episcopal no solo exige la atención urgente de las autoridades sobre los temas más críticos, sino que, con un tono profético, plantea una transformación radical con base en la justicia social, la unidad y el respeto a la dignidad humana.

El documento fue presentado el 29 de mayo, durante la fiesta litúrgica de San Pablo VI. En él, los obispos reiteran la necesidad de que los líderes políticos busquen siempre el bien común, priorizando este sobre los intereses particulares. “El Papa León XIV señaló que hoy vivimos en un contexto de discordia, heridos por el odio, la venganza y los prejuicios, alimentados por un modelo económico que explota los recursos de la tierra y margina a los más pobres”, apuntan, haciendo un llamado a adoptar un “paradigma de unidad, comunión y fraternidad”, con el fin de sanar las divisiones que atraviesan al pueblo salvadoreño.

Escuchar al pueblo: un imperativo ético

Los obispos subrayan que su objetivo no es contradecir a las autoridades, sino dar voz a los “más pobres y vulnerables”. “Lo que nos mueve es el bien del pueblo. Queremos hacer oír el clamor de los que ven vulnerados sus derechos”, afirman. Este mensaje va especialmente dirigido a aquellos que, pese a ser el motor de la economía nacional, han sido despojados de sus medios de vida. “Es urgente ofrecer alternativas viables para que puedan sostener a sus familias”, recalcan, incitando a la acción política para que no se deje de lado a los sectores más desfavorecidos.

Educación y salud: pilares del futuro

En cuanto a la educación, la carta es clara: “Es una de las mejores puertas para alcanzar el desarrollo”. Los obispos alertan sobre el riesgo de que, sin una adecuada inversión en este sector, las nuevas generaciones queden rezagadas en la “cuarta revolución industrial, la revolución tecnológica”. Por eso, instan a las autoridades a priorizar la educación como un motor clave para el futuro del país.

El tema de la salud también ocupa un lugar destacado. Los obispos destacan la necesidad de invertir en la construcción de más hospitales y clínicas de calidad. Aunque reconocen que esto implica un alto costo, enfatizan que es una medida esencial para garantizar el bienestar físico y emocional de una población “tan abnegada y sufrida”.

La violencia: un desafío sin solución definitiva

En cuanto a la violencia, la Conferencia Episcopal reconoce los avances realizados hasta el momento, pero destaca que la paz no se logra solo con medidas represivas. “Es crucial ampliar los espacios de esparcimiento e invertir recursos en la atención de niños y jóvenes”, especialmente en las zonas históricamente más afectadas por la violencia. “La pobreza y la falta de oportunidades conducen a la ignorancia, la violencia, el odio de clases y, por ende, a la criminalización”, señalan, llamando a un cambio de enfoque en las políticas de seguridad.

Los obispos también abordan el tema de los migrantes, recordando que “no son delincuentes ni criminales, sino personas que buscan una vida mejor”. Por ello, exigen a las autoridades que no promuevan las cárceles de El Salvador para las víctimas de las políticas antiinmigrantes de potencias extranjeras, y reclaman una política migratoria más inclusiva, que favorezca “fronteras abiertas e inserción de los migrantes en la economía como mano de obra”.

El medio ambiente: una llamada urgente a la acción

Otro de los puntos claves de la Carta es la crisis ambiental. Los obispos instan a “apostar por la reforestación, la limpieza y recuperación de los ríos, lagos y ojos de agua”, además de exigir la derogación de la ley de minería aprobada a fines de 2024. “Es imperativo escuchar las voces de los ambientalistas y evitar su persecución”, afirman, advirtiendo sobre el daño irreversible que la explotación irresponsable de los recursos naturales podría causar al país.

SURCOS publica esta nota del boletín Vatican News compartida con nuestro medio por Alberto Rojas.

Puede descargar la Carta Pastoral completa en formato PDF desde este enlace.

Carta Abierta del Centro de Amigos para la Paz – Llamado a rechazar la violencia en todas sus formas

San José, Costa Rica
19 de mayo de 2025

Desde el Centro de Amigos para la Paz (CAP), nos dirigimos al pueblo costarricense con profunda preocupación por el clima de división y violencia que se ha intensificado en nuestro país. Como organización comprometida con la promoción de la paz, la justicia social, la no violencia y los derechos humanos, sentimos la responsabilidad de alzar nuestra voz en momentos en que los valores fundamentales de nuestra sociedad se ven amenazados.

El CAP fue fundado el 25 de octubre de 1983 por un grupo de personas inspiradas en los principios de la Sociedad Religiosa de los Amigos y del bien común, conocidos como cuáqueros. Aunque nuestra organización no está liderada exclusivamente por cuáqueros, compartimos y promovemos sus valores esenciales: la paz, la verdad, la igualdad y la simplicidad. Nuestro objetivo ha sido, desde el inicio, facilitar la comprensión humana y buscar la resolución pacífica de las diferencias personales, comunales, sociales y políticas, tanto a nivel nacional como internacional.

En este contexto, nos preocupa profundamente el llamado a la confrontación y la retórica belicosa que hemos escuchado por parte del actual presidente de la República. Sus declaraciones y acciones parecen desconocer la idiosincrasia pacifista que ha caracterizado a Costa Rica a lo largo de su historia. La ausencia prolongada del presidente del país durante 36 años podría explicar, en parte, su desconexión con los valores y sentimientos del pueblo costarricense.

Es especialmente alarmante cómo se ha instrumentalizado el descontento de las poblaciones más humildes y vulnerables, históricamente marginadas por el Estado, haciéndoles creer que la violencia es la solución a los problemas de corrupción y desigualdad que enfrentamos. Esta manipulación no solo es injusta, sino que también pone en riesgo la cohesión social y la paz que tanto valoramos.

Los conflictos fratricidas, aquellos que enfrentan a hermanos contra hermanos, han demostrado ser devastadores en múltiples contextos históricos. Costa Rica no debe seguir ese camino. Debemos recordar que la verdadera fortaleza de nuestra nación radica en la unidad, el diálogo y la búsqueda conjunta de soluciones pacíficas a nuestros desafíos. En este sentido, rescatamos también el valor del consenso, un principio fundamental de la tradición cuáquera y de la democracia costarricense, que promueve la escucha activa, el respeto mutuo y la construcción colectiva de decisiones justas.

Hacemos un llamado a todas las personas, organizaciones y autoridades a rechazar la violencia en todas sus formas y a trabajar juntos por una Costa Rica más justa, equitativa y en paz. Es momento de retomar el camino del entendimiento mutuo, la empatía y la solidaridad.

Con esperanza y compromiso,

Centro de Amigos para la Paz (CAP)
San José, Costa Rica

Presidencia tiene tres días para responder

Asociación Confraternidad Guanacasteca

Sala Constitucional le da trámite a un recurso de amparo que presentamos

contra la presidencia de la república.

Es por el funcionamiento irregular de un puerto privado por parte del sector azucarero nucleado en LAICA.

Esta instalación ubicada en Punta Morales de Puntarenas carece de concesión, carece de controles apropiados y allí atracan enormes barcos para cargar y descargar muchas toneladas de mercaderías.

Un puerto requiere permisos del MOPT, servicios de Aduanas y Hacienda, de Salud, de Migración, de Seguridad Pública.

Nosotros consultamos al ministro de Agricultura, que es parte de la Junta Directiva de LAICA. Su respuesta fue, “no se nada”.

Seguridad Pública si dio la cara y dijo, que hasta ahora no sabíamos ni hacíamos nada, vamos a estudiar el caso. Y gracias a nuestra gestión, por primera vez el 31 de marzo 2025 estuvieron presentes cuando atracó un barco. Pero ese puerto existe y opera hace unos 50 años. Sin control. (ver documento) Ante las respuestas y las dudas, le escribimos al señor presidente Rodrigo Chaves para que nos aclare y nos informe sobre la legalidad de ese puerto y sus debidos controles.

No recibimos más que el acuse de recibo. Por ello, interpusimos un amparo que se tramita en expediente 25-012603-0007-CO y hemos recibido notificación de su tramitación, que le otorga a la Presidencia 3 días para responder. La Ley General de Concesión de Obras Públicas indica: “Toda obra y su explotación son susceptibles de concesión cuando existan razones de interés público, que deberán constar en el expediente mediante acto razonado.” “Los ferrocarriles, las ferrovías, los muelles y los aeropuertos internacionales, tanto nuevos como existentes, así como los servicios que ahí se presten, únicamente podrán ser otorgados en concesión mediante los procedimientos dispuestos en esta ley.” En este caso, la ley no se cumple.

LAICA no tiene concesión para operar esa terminal portuaria.

Sobre este tema, dice LAICA que hay un viejo decreto y que ellos llevan 50 años haciendo uso del puerto y que tienen guardias privados contratados. (ver documento) Si. Han pasado muchas administraciones mirando para otro lado.

Ahora, el presidente es Rodrigo Chaves y le pedimos actuar. Ser ejecutivo.

Como decimos, varias instituciones públicas están involucradas en los permisos y controles de un puerto marítimo.

En este caso no se cumple con las leyes vigentes. Y preguntamos ¿Por qué? Preguntamos al señor Rodrigo Chaves Robles: ¿Tiene una concesión? ¿Un contrato? ¿Es esto un privilegio de LAICA o cualquier grupo privado puede tener iguales derechos? ¿Quiénes son los responsables de la existencia y la falta de control de un puerto manejado por privados? ¿Es legal la operación de ese puerto? En caso afirmativo, solicitamos nos aporte los documentos que confirman esa situación. ¿Usted la avala como tal? ¿Es producto de actos de corrupción históricamente heredados? En el caso de existir las irregularidades que denunciamos. Nos gustaría saber qué medidas tomará en el corto, mediano y largo plazo para terminar con el problema.

¿Quiénes en su gobierno están a cargo del control de ese puerto? ¿Qué papel cumple el MOPT a través de INCOP? ¿Qué papel tiene el Ministerio de Hacienda en control de exportaciones e importaciones que allí se realizan? ¿Qué papel juega ahora el Ministerio de Seguridad? ¿Qué responsabilidades tiene el ministro de Agricultura?».

Nosotros preguntamos, para que todos sepamos más.

La democracia se construye en base a la información, el dialogo respetuoso y la toma de decisiones transparentes y legales.

El pueblo de Costa Rica solicita respuestas claras.

Asociación Confraternidad Guanacasteca

11 mayo 2025

El Arte como voz de los trabajadores migrantes: un mensaje de dignidad y justicia

Frank Ulloa Royo

El arte ha sido una herramienta poderosa para representar la lucha, los sueños y la resistencia de los migrantes, quienes, a menudo, son tratados como mercancía desechable o criminales. Esculturas como «Angels Unawares» (Ángeles inadvertidos), instalada en el Vaticano por Timothy P. Schmalz (2019), desafían esta visión. Timothy Schmalz lleva 25 años esculpiendo grandes obras de bronce que se han instalado en todo el mundo. El tema de la mayoría de ellos se refiere a cuestiones actuales de justicia social, como los sin techo, los migrantes y la trata de seres humanos.

La obra muestra una barca repleta de migrantes de diversas épocas y culturas, con alas de ángel emergiendo en el centro, recordando el pasaje bíblico: «No olvidéis la hospitalidad, pues por ella algunos hospedaron ángeles sin saberlo» (hebreos 13:2). La barca parece flotar en un mar de incertidumbre, cargada de esperanza y temor, simbolizando el viaje forzado de quienes buscan una vida digna lejos de su patria. Este monumento es un llamado urgente a la solidaridad y la acogida.

“Sean acogedores”, obra de Timothy P. Schmalz en la Iglesia Santa María del Lago en Chicago.

El Papa Francisco ha sido un defensor incansable de los derechos de los migrantes, y en su mensaje para la 109ª Jornada Mundial del Migrante y del Refugiado), expresó: «Los migrantes escapan de una pobreza terrible, de la imposibilidad de asegurar la supervivencia de sus familias, de situaciones de violencia y explotación. No debemos olvidar que el progreso de nuestras naciones se ha construido en gran parte sobre el sudor y el sacrificio de millones de migrantes.» (Papa Francisco, 2023)

Mientras tanto, en Costa Rica, a pesar de la enorme contribución de los migrantes, especialmente la comunidad nicaragüense, no existe un monumento que visibilice su esfuerzo. La única escultura que reconoce el aporte de la migración china, iniciada hace 168 años, es el Monumento a la Convivencia, creado por Juan Carlos Abarca (2023), en el Barrio Chino de San José. Sus figuras de bronce parecen conversar con el viento, contando la historia de quienes dejaron su país para construir un nuevo hogar. Sin embargo, miles de nicaragüenses trabajan en el campo y la construcción sin ningún reconocimiento artístico que honre su labor. Esta ausencia pone en evidencia la falta de reconocimiento y la xenofobia que aún persiste. (Universidad, 2023).

En contraste, la migración española ha sido homenajeada en esculturas como la Puerta del Atlántico, en Vigo, España, de Silverio Rivas (1991). Paradójicamente, mientras generaciones de españoles buscaron oportunidades en América, hoy muchos sectores políticos y sociales en España rechazan la migración latinoamericana con argumentos racistas. En los últimos años, el discurso antinmigrante ha cobrado fuerza en algunos grupos, promoviendo la idea de que los migrantes latinoamericanos representan una carga para el país (ACI Prensa, 2019). Sin embargo, la realidad es que han contribuido significativamente a la economía y la cultura española, desempeñando roles clave en sectores como la construcción, la hostelería y el cuidado de personas mayores (Vatican News, 2021).

Otros ejemplos como “Los Viajeros”: Escultura del migrante, obras del escultor francés Bruno Catalano, se encuentran en Marsella, Francia, y evocan poderosas emociones relacionadas con la migración y la búsqueda de identidad. Esta serie presenta figuras de individuos fragmentados, como rotos o incompletos, cada uno con sus distintas ropas y siguiendo su propio camino.

Frente a este panorama de contradicciones y exclusiones, la obra «Ángeles inadvertidos», promovida por el Papa Francisco, cobra aún más relevancia. Al representar a migrantes de distintas épocas y culturas en una barca, donde también viajan José el obrero, María y el niño Jesús, inmigrantes por necesidad, esta escultura recuerda la importancia de la hospitalidad y la solidaridad, desafiando las narrativas de exclusión y discriminación que persisten en nuestras sociedades (Papa Francisco, 2023).

El arte puede cambiar narrativas y romper barreras. Obras como «Angels Unawares» y el Monumento a la Convivencia y “Los viajeros”, dignifican la experiencia migratoria, pero Costa Rica aún tiene una deuda pendiente con los migrantes nicaragüenses.

Es hora de que la historia de quienes han construido con esfuerzo los campos y ciudades sea visibilizada en el espacio público.

CTRN e Iglesia Católica en Costa Rica: camino andado juntos por la justicia social

Mons. Daniel Francisco Blanco Méndez
Obispo Auxiliar de San José

Lourdes de Montes de Oca,
29 de abril del 2025

Mensaje de Monseñor Daniel Francisco Blanco Méndez, obispo auxiliar de San José con motivo del 80 aniversario de la Central de Trabajadores y Trabajadoras Rerum Novarum.

Doña Fanny Sequeira Mata, secretaria general de la Confederación de Trabajadoras y Trabajadores Rerum Novarum; estimados integrantes de la Mesa Principal: señor Ministro de Trabajo y Seguridad Social, Andrés Romero Rodríguez, y Eliel Hasson, director de la oficina regional de la OIT; miembros de la Junta Directiva de la Confederación, estimadas señoras y señores:

Agradezco la atenta invitación para participar en el presente acto que festeja el Octogésimo Aniversario de la creación de la Confederación de Trabajadoras y Trabajadores Rerum Novarum.

Confederación que desde sus inicios lleva el nombre de la Encíclica Rerum Novarum del Papa León XIII, publicada el 15 de mayo de 1891 y que inspiró al movimiento obrero con principios de justicia social, el justo salario, el derecho laboral a la sindicalización, para plasmar valores evangélicos de fraternidad, bien común y solidaridad.

A 80 años de los inicios de la CTRN reconocemos la huella del II arzobispo de San José, Mons. Víctor Manuel Sanabria Martínez, benemérito de la Patria, que ideó un sindicalismo costarricense que se inspirara en principios de la doctrina social de la Iglesia, a favor de los trabajadores y sus familias.

En esa tarea contó con la colaboración del Padre Benjamín Núñez Vargas, que fuera presidente de la naciente Central Rerum Novarum, y de otros eclesiásticos, que aportaron con sus tareas y acciones, a la consolidación del movimiento sindical emergente, en unión con fieles laicos católicos que vieron una oportunidad para suscitar una sociedad más justa y equitativa a la luz de los principios cristianos. Así, se alcanzaron mejoras en las condiciones laborales desde la dignidad del trabajador, las luchas por la promulgación del Código de Trabajo, el fortalecimiento de la Caja Costarricense del Seguro Social y otras acciones.

Se dice que no sabemos para dónde vamos, si olvidamos de dónde venimos. De ahí, la importancia que reviste el presente acto al recordar los motivos e ilusiones que impulsaron a costarricenses amantes de la patria, por construir una sociedad más justa, equitativa y fraterna con los trabajadores y trabajadoras de nuestros campos y ciudades.

Esos costarricenses construyeron un proyecto de vida personal y social, inspirados en los valores cristianos, y en el pensamiento social de la Iglesia. Habían integrado a su escala de valores la paz como fruto de la justicia social, la verdad, el amor, la fe y la esperanza. Nunca tuvieron miedo ante corrientes contrarias.

Esos trabajadores contribuyeron a fortalecer un sistema de seguridad social, atento a robustecer un seguro de salud y un seguro de invalidez, vejez y muerte, con la recién creada Caja Costarricense del Seguro Social, para que fuera universal y solidaria con los más pobres.

El recordado Papa Francisco en su Encíclica Fratelli Tutti, todos hermanos, nos dejó estas hermosas palabras:

“Reconocer a cada ser humano como un hermano o una hermana y buscar una amistad social que integre a todos no son meras utopías. Exigen la decisión y la capacidad para encontrar los caminos eficaces que las hagan realmente posibles. Cualquier empeño en esta línea se convierte en un ejercicio supremo de la caridad. Porque un individuo puede ayudar a una persona necesitada, pero cuando se une a otros para generar procesos sociales de fraternidad y de justicia para todos, entra en «el campo de la más amplia caridad, la caridad política». Se trata de avanzar hacia un orden social y político cuya alma sea la caridad social. Una vez más convoco a rehabilitar la política, que «es una altísima vocación, es una de las formas más preciosas de la caridad, porque busca el bien común». Todos los compromisos que brotan de la Doctrina Social de la Iglesia «provienen de la caridad que, según la enseñanza de Jesús, es la síntesis de toda la Ley (cf. Mt 22,36-40)»” (Fratelli Tutti, 180-181).

Estimados sindicalistas de la Rerum Novarum, de las “cosas nuevas” de nuestro presente, no se dejen llevar por el pesimismo y la indiferencia ante las dificultades que nos toca vivir en el ambiente laboral, social, económico, cultural, político y ambiental. No se cansen de servir, no callen la verdad, superen el miedo y temores. No se dejen conquistar por el conformismo.

Que la herencia histórica de sus predecesores sindicalistas, que fortalecieron el Estado Social de Derecho, y otras reivindicaciones para la construcción de la justicia social, marque los derroteros del porvenir.

Finalmente, deseo felicitarlos por los 80 años de fundación de la Confederación de Trabajadoras y Trabajadores Rerum Novarum.

Asimismo, ruego a Dios que no falte la alegría en el desempeño de su misión y la esperanza en los años venideros en procura de una Confederación comprometida en continuar contribuyendo con la paz social, como fruto de la justicia y la defensa de los mejores intereses de los trabajadores.

Qué san José Obrero sea un modelo de entrega laboriosa para que el trabajo cotidiano sea camino de santificación y bienestar familiar para sus hijos e hijas.

¡Feliz Aniversario!