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Etiqueta: Luis Fernando Astorga Gatjens

Las raíces de los males de hoy

Luis Fernando Astorga Gatjens

La sociedad costarricense del presente no es la misma que la de ayer. Aclaro eso sí que no soy un nostálgico del pasado. Los significativos avances sociales, producto del Estado Social de Derecho (ESD), que logramos desarrollar entre los años cuarenta y ochenta del siglo anterior, se ha erosionado tanto que cada vez es más irreconocible.

El neoliberalismo económico que emergió, con fuerza en la década de los años ochenta del siglo XX, hizo lo que hace una lluvia tenaz sobre un terreno fértil sin barreras de protección. Lo erosionó de tal manera que hoy es un terreno cada vez más pobre.

Así las cosas, lo que el país construyó en cuarenta años, aún con todas sus limitaciones y defectos, empezó una cuenta regresiva que nos ha llevado a un presente cada vez más sombrío.

Los avances en derechos sociales en salud, en educación y en protección social, que singularizaron a Costa Rica en el contexto latinoamericano, se han convertido en una casa llena de goteras donde no alcanzan los baldes para recoger tan consumado deterioro.

Aun cuando los organismos financieros internacionales hegemonizados por Estados Unidos, como el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional, no lo quieran reconocer, sus recetas neoliberales han fracasado y siguen fracasando al llevar progreso y desarrollo a los países que las aplican. Son pequeñas minorías y élites rapaces las grandes beneficiarias mientras la pobreza y desigualdad golpea a amplios sectores sociales. No por casualidad, los avances y logros en erradicar la pobreza en nuestro país, muestra magros resultados y el país se encuentra entre los diez más desiguales del mundo.

La cultura individualista ha ganado terreno en nuestra sociedad al compás del avance neoliberal, en detrimento de valores y políticas centradas en la solidaridad y los derechos sociales.

El gobierno de Rodrigo Chaves es la culminación de un proceso erosionador del ESD, que se refleja en el deterioro de la CCSS y su rol en la atención de la salud; en una educación pública sin ruta para la movilidad social y donde la reducción presupuestaria es su guía; y en el progresivo debilitamiento de programas sociales, que afectan a distintos sectores y grupos sociales. Para este gobierno, su presidente y ministro de Hacienda, su desvelo son las cifras macroeconómicas y la atención obsesiva de los golosos acreedores, externos e internos.

Y este momento de deterioro social se da en medio de una crisis de inseguridad como nunca había padecido el país, donde los tentáculos del narcotráfico y el crimen organizado han alcanzado todos los poderes sin que el Estado dé muestras de que está ganando la batalla. Todo lo contrario.

Asimismo, la corrupción se ha convertido en la noticia cotidiana. Ahí donde hay poder político siempre emerge la tentación del acto corrupto, el robo y apropiación de recursos públicos, utilizando mil maneras en función de asegurarse la impunidad. Actos de corrupción siempre han existido en toda nuestra historia republicana. Sin embargo, tales actos se han venido exacerbando en los últimos gobiernos del siglo anterior y en todos los del presente siglo XXI. Ninguno se libra y muchos de esos escándalos no han terminado en alguna condena. La impunidad se ha salido con la suya y la justicia no ha prevalecido.

En este presente sombrío muchos de los políticos responsables de las políticas neoliberales, del deterioro del ESD e, incluso, responsables por acción u omisión de actos corruptos, señalan a Rodrigo Chaves como responsable de lo que sucede, después de dos años y medio de su nefasto gobierno. Tienen razón en algunas caracterizaciones y diagnósticos de quizás una de las peores administraciones, pero pareciera que perdieron la memoria histórica y política. Es como si este gobierno de rasgos autoritarios hubiese surgido por generación espontánea.

Su desmesurada ambición politiquera y su escasez autocrítica los hace señalar todo a partir del 8 de mayo del año 2022. No. Señoras y señoras del PLN, del PUSC, del PAC y de otros partidos neoliberales minoritarios, Rodrigo Chaves (incluidos su legión de troles y fanáticos), es un producto depurado de su abandono de las políticas sociales, de su corrupción y de ver la hacienda pública como un botín de corsarios y piratas.

Tengo la convicción de que no todo está perdido y que hay esperanzas redentoras. Pienso que en lo que queda de esos partidos, con seguridad hay costarricenses honestos que realmente quieran que Costa Rica avance por una senda de profundización de la democracia, de la justicia social y el respeto de los derechos humanos. Ahí no incluyo a quienes siempre llegaron a servirse y lucrar con recursos públicos, aunque tengan un mentiroso discurso pseudo-progresista. Tampoco incluyo entre los que la autocrítica es brisa y no huracán.

Aquí si incluyo a las y los jóvenes que no han sido contaminados por las miasmas de la politiquería centrada en la ambición personalista y la insolidaridad.

Se puede construir una Patria buena y justa en un país que tiene reservas humanas, sociales y recursos naturales suficientes para emprender ese camino.

Ya no serán las mismas sendas del siglo anterior. Serán otras que se deberán combinar con los avances científicos y técnicos del presente, las redes sociales y la Inteligencia Artificial. Pero hay que empezar por identificar, sin subterfugios, las raíces de los males del presente.

(26 de octubre, 2024)

¿Qué pasa con las personas con discapacidad en Gaza?

Luis Fernando Astorga Gatjens

El mundo ha presenciado estupefacto y pasivo el genocidio que desarrolla Israel en Gaza. Ya más de 35 mil palestinos han muerto como consecuencia de las balas y bombas de las Fuerzas Armadas israelíes. La gran mayoría de los palestinos muertos son mujeres y niños. Sin embargo, quién se pregunta: ¿Cuántas personas con discapacidad han muerto o han sido heridas como consecuencia de esos ataques indiscriminados contra la población civil?

Se imaginan a una persona ciega ante el sonido estruendoso de las bombas, de los proyectiles de los cañones, de las balas, sin saber dónde huir. Se imaginan también la zozobra y confusión de una persona sorda ante tan amenazante destrucción que lo rodea. Y ¿Qué sucede con los palestinos con discapacidad física? ¿Cómo escapar entre los escombros de la muerte en silla de ruedas o usando muletas? Y ¿Cómo explicarle a una persona con discapacidad intelectual lo que está sucediendo?

Según los datos que aporta la Asociación Nacional para la Rehabilitación de los Discapacitados de Palestina, en Gaza, la población con discapacidad es de 47 096 personas. Tales datos son de antes del inicio de esta guerra que Israel dice que es contra Hamás pero que tiene como principales víctimas a todo el pueblo gazatí. ¿Cuántas de esas personas con discapacidad han fallecido o están heridas, en una situación de desesperante desamparo?

Si el estado de indefensión es terrible e injusto para toda la población civil, sin duda que se hace mayúsculo para las personas con discapacidad. Sin embargo, la ofensiva israelí no se contiene y cualquier oposición a su desproporcionada acción destructiva, de inmediato es calificada, desde Tel Aviv, por el régimen de Netanyahu de antisemita.

Como seres humanos debemos de rechazar cualquier tipo de genocidio. Empero para el Netanyahu, su gobierno y sus generales, el único genocidio que ha existido es el que practicaron los nazis contra el pueblo judío en la Segunda Guerra Mundial. 

Esta era una masacre que podría haberse evitado si desde Washington se lo hubieran propuesto y el gobierno de Joe Biden, habría presionado mucho antes al primer ministro, Benjamin Netanyahu, cortándole el apoyo político y la ayuda económica y militar traducida en armas y proyectiles que han devastado Gaza hasta sus cimientos, y también han afectado severamente a Cisjordania.

El pueblo palestino debía contar con un Estado desde 1949 pero las potencias coloniales de Europa y Estados Unidos, lo han impedido durante los últimos 75 años. Así aunque proclaman que es necesario que Israel y Palestina cuente cada uno con su propio Estado, para convivir en paz, de múltiples maneras se ha evitado que tal solución se haya concretado. Es tal la hipocresía y el doble discurso que aún en las circunstancias actuales, donde se ven los alcances genocidas del régimen de Netanyahu y que el único camino justo es que Palestina cuente con un Estado propio, Estados Unidos sigue vetando ese reconocimiento y que Palestina se coloque como miembro pleno de las Naciones Unidas.

Está claro que lo que sigue gobernando al mundo son las armas. Así las cosas cuando se promueven y alargan conflictos fratricidas en Gaza y Ucrania, quienes se ven beneficiados son los acciones de las empresas de los complejos industriales militares. Estos no se fijan en los muertos, ni en los terribles sufrimientos de los pueblos. Lo que es importante son las ganancias y los números favorables en Wall Street.

Por eso a quienes todavía nos queda consciencia y humanidad, tenemos que concluir que ante cada gazatí inocente que muere en Gaza sin que nos pronunciemos, que es herido, que es desplazado, que se le condena al hambre sin que lo repudiemos ante este genocidio televisado, nos hace perder esa humanidad que todavía nos queda.

(13 de mayo, 2024)

Las cifras paralelas de un presidente fantasioso

Luis Fernando Astorga Gatjens

Si la realidad no se acomoda a mis gustos e intereses, peor para la realidad. Tal pareciera la orientación y consigna del presidente Rodrigo Chaves, en su informe de labores de su primer año de gobierno; lo mismo que en sus conferencias de prensa y sus declaraciones, en general.

Se ha tomado muy en serio en esta época de post verdades, de verdades alternativas y de troles, el ajustar las cifras y datos estadísticos a su propósito de demostrar que está realizando una estupenda labor, tanto él como cabeza de la administración como su obediente equipo.

Que la llamada «ruta del arroz» fracasó en su propósito de alcanzar una rebaja significativa en el precio del cereal como lo demuestra un estudio serio del Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (INEC), pues busquemos otras cifras que prueben que sí bajó. Entonces acudimos –antojadizamente– a una herramienta del MEIC que compara los precios del producto en algunos supermercados. Herramienta que no tiene validez científica y carece de rigor, como si lo tienen los estudios del INEC.

Sin embargo, existe un «instrumento» que mide mejor y en forma cotidiana el costo de la vida (incluido el precio del arroz). Es cuando la gente de carne y hueso va a comprar los productos de la canasta básica en el supermercado, en el abastecedor o la pulpería del barrio. Allí a la hora de pagar, se puede comprobar que lo expresado por el señor presidente es producto de una realidad paralela y fantasiosa.

Esa misma metodología arbitraria y carente de rigor, el presidente Chaves y su Ministro de Seguridad, la han aplicado para desestimar, inicialmente, la crisis de inseguridad que enfrenta el país y que se refleja en el preocupante incremento de asesinatos en lo que va del 2023. Luego la acepta pero disminuyendo su responsabilidad al achacarla a gobiernos anteriores. Mientras tanto la anunciada «ruta de la seguridad» aparece extraviada y poco clara. Habrá que preguntarle al presidente y al Ministro Torres que opinan sobre la triste estadística del mes de abril anterior cuando se alcanza la cifra histórica de asesinatos (la mayoría con armas de fuego, otro récord) de 83.

Similar situación se da en la Caja. Tanto el presidente como su presidenta ejecutiva están empecinados en mostrar una institución quebrada o, para ser más rigurosos, a la que se busca quebrar. Para qué mirar los datos concretos (incluyendo la enorme deuda acumulada por el Estado), cuando es mejor ofrecer «datos» que responden a una estrategia y un propósito político de creciente privatización de una entidad pública, que ha sido y es clave para el desarrollo integral del país.

De esta manera, el presidente Chaves actúa como un político tradicional más (quizás más arrogante, eso sí) y no como lo que le queda de economista, al valorar las cifras y los datos estadísticos.

El empecinamiento del presidente de llevar aún más lejos sus políticas neoliberales, hace predecir que las esperanzas de mejores condiciones de vida para las mayorías del país, es una quimera que se irá mostrando cada día que pasa. La crecientes desigualdad social y la concentración de la riqueza, mientras tanto, siguen su curso.

Está claro que fruto de su eficaz y permanente campaña comunicacional y de su legión de troles, todavía conserva un respaldo popular a considerar. Empero ese apoyo ha ido bajando y así seguirá en los meses venideros. El tiempo y la falta de soluciones reales ante los graves problemas que enfrenta el país, hará que ese respaldo disminuya aún más. Porque los dictados del estómago son más fuertes que las promesas incumplidas.

Lo malo es que todavía no está claro para las mayorías, para el pueblo y los trabajadores que Rodrigo Chaves es de los mismos que han llevado al país a la crisis actual y es corresponsable del deterioro de nuestro Estado Social de Derecho (ESD). Él y su entorno más cercano forman parte de una élite que busca desplazar a la otra élite que ha venido gobernando al país a través del PLN, PUSC y PAC.

Aun cuando todavía quedan algunas reservas institucionales, el pueblo no tendrá otro remedio que recurrir a la democracia de la calle (invocando el carácter participativo de nuestra democracia, fijado en el artículo 9 de la Constitución) para defender al ESD y para luchar por una sociedad realmente inclusiva y justa. Solo el pueblo salva al pueblo. Ni más ni menos.

(4 de mayo, 2023)

La Defensoría, el Ombudsman y los Principios de París

Luis Fernando Astorga Gatjens

Hace algunos años, la Defensoría de los Habitantes gozaba de una amplia y positiva popularidad. Aparecía entre las instituciones públicas con mayor respaldo y credibilidad ciudadana. En esa época, se decía cuando algún ciudadano era víctima de alguna violación de los derechos, lo voy a acusar a la Defensoría. Aun cuando quizás se sobre-dimensionaba el alcance de su accionar concreto, en el imaginario social se le visualizaba de esta manera.

Sin embargo, poco a poco, la entidad se ha ido erosionando al compás de elecciones de jerarcas marcadas por las componendas politiqueras en la Asamblea Legislativa, y no por el dominio solvente de la temática de los derechos humanos, la probada independencia, los atestados y propuestas programáticas de quienes se postulan a ese cargo.

Podríamos decir que la Defensoría se ha ido debilitando, de manera tristemente paralela, al deterioro progresivo de nuestro Estado Social de Derecho. Una entidad que debía de defender y promover los derechos humanos, particularmente, los derechos sociales de los habitantes, ha dejado de jugar un rol activo en este ámbito. Se ha convertido en una institución con una incidencia marginal en temas cruciales de derechos humanos y ha estado sumergida en una crisis interna perenne, en la cual los funcionarios de la institución se han venido enfrentando a conductas arbitrarias y autoritarias de jerarcas, quienes deberían ser abanderados del derecho, del diálogo y la justicia.

En su creación, la Defensoría se inspiró en el Ombudsman sueco. En Suecia nace como una instancia caracterizada por la independencia ante los poderes políticos y administrativos instituidos. La independencia es entonces un principio clave e imprescindible en la razón de ser de ese Ombudsman. Sin tal independencia la institución pierde su rumbo y sentido.

En el caso nuestro, no por casualidad el artículo 2 de la Ley 7319, mediante la cual de crea la Defensoría de los Habitantes en 1992, está centrado en ese principio. El artículo indica lo siguiente: «La Defensoría de los Habitantes de la República está adscrita al Poder Legislativo y desempeña sus actividades con independencia funcional, administrativa y de criterio.»

Sin esa independencia, su atribución principal de ser «el órgano encargado de proteger los derechos y los intereses de los habitantes» (definida en el artículo 1 de la mencionada ley), se quedará vacío.

En 1991, en París, al finalizar un seminario internacional sobre derechos humanos, las entidades participantes, institucionales y de sociedad civil, aprobaron «los principios relativos al estatuto y funcionamiento de las instituciones nacionales de protección y promoción de los derechos humanos». Tales son lo desde entonces se conocen como «Los Principios de París», que posteriormente fueron reconocidos por la Comisión de Derechos Humanos y por la Asamblea General de la ONU, en 1992 y 1993, respectivamente.

El corazón de los “Principios de París” es la independencia de la que deben gozar instituciones nacionales de derechos humanos, como es la Defensoría. La construcción práctica de esa deseada independencia política, administrativa y funcional, empieza con la elección de la persona que encabeza la institución.

Desafortunadamente, lo que estamos observando en la Asamblea Legislativa en el proceso para elegir a quien lidere la institución en los próximos cuatro años, podría no sentar las bases que aseguren la independencia de la Defensoría. Se han estado impulsando candidaturas que no cumplen con los requisitos de idoneidad, dominio técnico en materia de derechos humanos y, particularmente, en el ámbito de la imprescindible independencia.

Se impulsa a candidatas y candidatos que de ser electos, es muy probable que empujen a la Defensoría a una agenda cada vez más restrictiva en derechos humanos. Malas perspectivas cuando, por la gravedad de la crisis económica y, particularmente, la social, lo que se requiere es un liderazgo que trabaje fuerte en la defensa, protección y promoción de los derechos de los habitantes, especialmente, los que enfrentan más duras condiciones de vida.

Por lo que se ha dado en los últimos tiempos y por el comportamiento de algunos partidos y diputados, que tienen una visión muy limitada de los derechos humanos, pareciera que se quiere llevar a esta institución a un papel tan irrelevante, que termine siendo prescindible.

Ante el grave deterioro de nuestro Estado Social de Derecho, que se traduce en restricciones y violaciones de derechos sociales, nunca ha hecho más falta una Defensoría encabezada por una Defensora o Defensor, que, con la mayor independencia, defienda y promueva los derechos humanos, haga que la entidad recobre credibilidad entre la ciudadanía, labore en estrecha coordinación con las organizaciones sociales y resuelva, en forma constructiva, los conflictos internos que debilitan la acción unitaria de la institución.

(17 de febrero, 2023)

El estilo geren-dictatorial del presidente Chaves

Luis Fernando Astorga Gatjens

El día, jueves, 27 de octubre escuché decir, en una entrevista que realizó la periodista, Evelyn Fachler al presidente Rodrigo Chaves, que él había destituido a Álvaro Ramos como presidente ejecutivo de la CCSS porque no cumplió sus expectativas como gerente y que lo había remplazado por una excelente gerente.

Se refería a quien ocupaba el cargo de ministra de Trabajo, Marta Eugenia Esquivel, quien ha sido jueza y magistrada suplente en la Sala Constitucional. A decir verdad, no se le conoce una trayectoria significativa en puestos de carácter gerencial.

Lo que dijo don Rodrigo para justificar el despido de don Álvaro Ramos no se lo cree ni el mismo presidente Chaves. Aunque posee algunos dotes de actor no fue nada convincente. Quizás a quien si pudo convencer es a su legión de troles y a su séquito de seguidores fanatizados.

Lo que realmente sucedió es que don Álvaro Ramos no siguió los dictados unilaterales del señor presidente con respecto al aumento salarial, el cual fue adoptado con amparo legal por la Junta Directiva que presidía el destituido.

La nueva presidenta ejecutiva de la Caja llegó con dos únicas misiones: ser súbdita del “gerente general”, Rodrigo Chaves, que la única línea que le complace es la vertical y evitar que se haga efectivo el incremento salarial a las y los trabajadores de la institución, buscando violar con ello un acuerdo adoptado por la Junta Directiva de la Caja que está en firme y está plenamente fundamentado en estudios técnicos, económicos y jurídicos.

Afirmar que don Álvaro no es buen gerente y que doña Marta Eugenia es excelente, no es de ninguna manera justo, ni tiene fundamento alguno. Cuando el señor presidente nombró a don Álvaro, se deshizo en merecidos elogios con respecto a su trayectoria, formación académica y compromiso con la institución. Por supuesto que fue antes de la justa insubordinación de don Álvaro.

Es seguro que, por formación, experiencia en responsabilidades ejecutivas y trayectoria, don Álvaro merece el calificativo de excelente gerente. Contrario a ello, afirmar eso con respecto a doña Marta Eugenia, de cara su pasado como funcionaria, no se sostiene. Se trata de una afirmación antojadiza para justificar una decisión política errónea. Quizás la señora Esquivel podrá convertirse en una “excelente gerente”, pero eso por ahora, está en el orden de las expectativas y no de los hechos.

Cuando don Álvaro Ramos se despidió de su cargo –para el infortunio de la Caja y del país—, mostró en un texto enteramente patriótico que si entendía perfectamente el papel histórico y actual de la institución, tanto como baluarte de la salud de los habitantes de Costa Rica como de la salud de nuestro desvencijado Estado Social de Derecho.

Considero que esta parte del estilo del presidente Chaves relacionada con el despido de don Álvaro Ramos, retrata el todo. Estilo vertical, intolerante, marcado por la arrogancia y por formas irónicas inoportunas, que no son ni buenas, ni útiles para alguien que quiera gobernar, en un país democrático. Dialogar y negociar (especialmente, con la Asamblea Legislativa y sus distintas fracciones), con un partido que solo cuenta con diez diputados, requiere sustituir la prepotencia de un gobernante, que contó para ser electo solo con el 10 % del padrón, por la humildad y el incremento de su capacidad de escucha.

Han transcurrido menos de seis meses y ese ha sido el estilo del presidente, Rodrigo Chaves. Si quiere gobernar bien debe empezar a flexibilizarse y estar dispuesto a negociar con todos los sectores: Políticos (partidos y Congreso), sociales y judiciales. No hacerlo significará un progresivo e inevitable aislamiento.

Esperemos que no haya que esperar que el apoyo social actual disminuya tanto ante el incumplimiento de las efectistas promesas que ha hecho, y que no le quede más que el apoyo de sus seguidores fanatizados y su legión de troles.

(29 de octubre, 2022)

Entrarle de lleno a la evasión fiscal: Una bronca que Rodrigo Chaves no se quiere comer

Luis Fernando Astorga Gatjens

Sin duda que hay broncas que el Presidente Rodrigo Chaves no se quiere comer. Ya hay varias y en el futuro, con certeza, vendrán más. Porque no es lo mismo enunciarlas en campaña electoral o en los primeros cien días de su gobierno, (que han sido una prolongación de su campaña electoral, en múltiples aspectos), que convertirlas en decisiones y acciones de gobierno.

Cuando Chaves Robles al despedirse del cargo como efímero Ministro Hacienda de la administración anterior, expresó mediante una carta, que “mantengo las banderas que enarbolé cuando asumí el Ministerio, es decir un compromiso genuino con la lucha contra la evasión fiscal, el comercio ilícito, la corrupción y en favor de la responsabilidad fiscal. Sin duda, estas son áreas que tocan intereses y sensibilidades profundas”.

Asimismo cuando todavía era el candidato presidencial del Partido Progreso Social Democrático (PPSD), en disputa verbal con Carlos Alvarado, expresó: «¿por qué no ha luchado por eliminar destinos específicos, regalos de las parafiscales, las exoneraciones a los grupos poderosos y reducir la evasión fiscal que nos cuesta casi $5 mil millones al año…».

Desde luego, eran otros tiempos. Tanto en el balance de sus primeros cien días como en los anuncios programáticos de medidas que impulsará, no apareció en ningún momento el compromiso de luchar contra la evasión fiscal, la elusión y el contrabando, que hace que el fisco deje de percibir más de cinco mil millones de dólares al año. Es decir, un monto similar a tres veces el préstamo solicitado al Fondo Monetario Internacional (FMI).

Como se puede apreciar, estas fuentes relacionadas con el no-pago de impuestos, son a las que el país debe acudir para obtener recursos que ayuden a paliar la deuda pública y afrontar el impostergable impulso de iniciativas que formen parte de la reactivación económica y social.

El Presidente Chaves mostrando un estilo belicoso y efectista ha logrado un respaldo popular bastante significativo. Según una encuesta de OPOL (sospechosa de sesgo) este apoyo alcanzó una cifra del 91, 5 %. mientras un estudio más confiable del Centro de Investigación Observatorio del Desarrollo (CIOdD) de la Universidad de Costa Rica (UCR), concluyó que siete de cada 10 costarricenses califica la labor del presidente Chaves como “buena” o “muy buena” al cumplirse dos meses y medio desde el inicio de su gobierno. No obstante que han aparecido otros estudios que bajan tal porcentaje, es indudable que Chaves y su gobierno, han arrancado con un respaldo significativo de la población.

El estilo «ejecutivo», práctico, confrontativo y hasta calculadamente chabacano que ha exhibido hasta el presente, el Presidente Chaves, al mismo que le acompaña una intensa campaña para promover el respaldo popular (haciendo uso eficiente de redes sociales), le ha traído buenos frutos políticos.

Cuando todavía no se disipa la “luna de miel” con la población, este sería un buen momento para anunciar medidas orientadas a recaudar recursos tocando los privilegios de las élites económicas y los grupos poderosos, que han evadido y eludido el pago de impuestos.

Ya ha tenido enfrentamientos con representantes de esas élites. Un caso concreto es el protagonizado con el “Grupo Nación”, relacionado con las restricciones al uso del Parque Viva. Pero hasta ahora, más parece una vendetta («una sacada de clavo») que una diferencia sustantiva en la visión económica y política de lo que debe hacerse en el país.

Mal que bien, está claro que tanto a estas élites privilegiadas como al Gobierno de Chaves les unen diagnósticos y soluciones, enmarcadas dentro de la doctrina neoliberal que ha imperado en las últimas administraciones, desde el decenio de los años ochenta del siglo anterior.

Prueba de ello es que cuando se busca reducir el monto de la deuda pública, el Presidente Chaves proponga como solución la venta de activos del Estado. Lo que más «ruido» ha generado del todo lo anunciado por el Presidente el 16 de agosto, ha sido su propósito de vender el Banco de Costa Rica, el BICSA y casi la mitad del Instituto Nacional de Seguros (INS). Es seguro que como reacción inmediata algunos representantes de esos grupos poderosos de los que ha hablado Chaves, ya se frotan las manos por los pingües negocios que harían con las eventuales compras de tales activos. Mal negocio para el país; magnífico para quienes han venido esquilmándolo.

Con el respaldo con que cuenta en el presente el gobierno, el Presidente Chaves podría impulsar medidas más audaces y justas, para mejorar la situación económica y fiscal del país, pero algunas de ellas (como iniciativas radicales contra la evasión fiscal) habrían de tocar «intereses y sensibilidades profundas». Entonces ha preferido un camino que, en muchos aspectos, es bien visto por esas élites y cuenta con su bendición y aquiescencia. Al fin y al cabo, en materia de orientaciones neoliberales son coyotes de la misma loma.

También haciéndose eco de ese respaldo social inicial, el Presidente Chaves podría impulsar un proyecto de valor social dirigido a luchar contra la pobreza y desigualdad que afecta a sectores mayoritarios de la población nacional, pero no lo ha hecho. Sigue anunciando medidas para bajar el costo de la vida, cuyos dudosos resultados podrían concretarse en varios meses y estarían muy lejos de lo que se espera en impacto real significativo. Está claro que el enorme deterioro de nuestro Estado Social de Derecho no forma parte de las preocupaciones de Chaves y su gobierno.

Este respaldo de hoy caerá inevitablemente en los próximos meses. Mientras más se aleje de este momento de anuncios esperanzadores y efectistas, el respaldo social –a pesar de campañas en redes sociales (con la legión de troles incluidos) –, empezará a difumarse y debilitarse. El límite de esta caída de esperanzas perdidas, lo fijará el estómago de amplios sectores sociales y poblacionales.

La vertiginosa inflación, generada tanto por causas internacionales como internas, hará que el elevado costo de la vida acabe por impacientar a miles de hogares cuando la desesperación y el hambre, toque sus puertas. Entonces es muy probable que la bronca que no quiso comerse el Presidente Chaves con estas élites avariciosas, tendrá que comérsela con un pueblo en las calles, al que se le habrá acabado la paciencia.

(20 de agosto, 2022)

Presentación del libro del escritor Luis Fernando Astorga Gatjens

La Revista CR y La Biblioteca Nacional invitan a la comunidad en general a la presentación del libro titulado «Batalla sin tregua en tiempos de pandemia» del autor Luis Fernando Astorga Gatjens. La actividad será de carácter virtual y contará con la participación de Laura Rodríguez Directora de la Biblioteca Nacional, Nelly López Directora del IDESPO-UNA y del escritor Hernán Alvarado.

Fecha: Jueves 28 de abril

Hora: 6 pm (Costa Rica y Centroamérica)

Transmisión vía Facebook Live https://www.facebook.com/larevistacr

Fuente de la imagen SINABI.