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Etiqueta: medios informativos

¿Miden las encuestas lo que piensa la gente?

Juan Carlos Cruz Barrientos. Comunicador social

Esa es una pregunta que suele asaltarnos cada vez que un ente académico o una empresa de estudios de opinión difunde los resultados de una nueva encuesta. Especialistas de la comunicación social han concluido que lo que realmente miden las encuestas es la opinión pública construida por los medios informativos. Es decir, miden la eficacia de los medios para colocar su relato en la conciencia ciudadana. De eso va la hegemonía cultural. Ese relato se refiere al planteamiento del hecho, objeto de la información y a su interpretación, haciendo referencia a un nicho interpretativo previamente instalado en la conciencia colectiva.

El hecho de que la inseguridad ciudadana aparezca como la principal preocupación ciudadana en el Estudio de Opinión Pública del CIEP de abril, por encima del costo de la vida y del desempleo, es un caso típico.

El objetivo aumento de la violencia y de la consecuente inseguridad ciudadana, permanentemente tratado por los medios informativos, termina colocando el tema en la “agenda ciudadana”, pero los medios omiten la necesaria reflexión sobre las causas estructurales de la violencia: el aumento de la pobreza, la desigualdad y la exclusión social, como resultado del debilitamiento sistemático de las políticas sociales.

Si las pugnas entre bandas de “narcomenudeo” están ocasionando la muerte de jóvenes, habría que decir que esos jóvenes están, en su mayoría, expulsados del sistema educativo y proceden de las comunidades más abandonadas por el Estado.

La perseverancia mediática en el tema de la violencia criminal, sin reflexión sobre la causalidad, conduce al fomento del miedo, en particular, el miedo a ser víctima del crimen. Y es un miedo tan grande y poderoso, que pone a la violencia criminal por encima de la violencia estructural, que condena a 399.439 hogares costarricenses a no poder satisfacer sus necesidades de alimentación y vivienda.

La ausencia de reflexión sobre la causalidad estructural y la búsqueda colectiva de soluciones alternativas convoca la indefensión y empuja a esa ciudadanía asustada a buscar soluciones individuales, encerrados en nuestras casas, pensando en adquirir armas de fuego y a clamando por más medidas punitivas, más cárceles y mayor represión.

El hecho objetivo

De acuerdo con las estadísticas del OIJ, los actos de criminalidad que sustentan percepción de mayor inseguridad ciudadana son los siguientes:

  • Durante el 2022, la tasa total de homicidios dolosos aumentó a 12,6 por cada 100.000 habitantes
  • Se registran 68 víctimas más de homicidio doloso en comparación al mismo periodo del 2021.
  • El 92,7% de las víctimas son hombres, el 7,2% mujeres y 0,2% con sexo desconocido.
  • En promedio, se registran 55 víctimas de homicidio doloso al mes, 6 víctimas más al mes en comparación al mismo periodo del 2021.
  • Las principales víctimas de homicidios dolosos continúan siendo personas jóvenes, el 53% de ellas tenía entre 20 y 34 años.
  • El 72% de los homicidios dolosos se cometió utilizando un arma de fuego, 16% utilizó un arma blanca y un 12% otros métodos.
  • Por tipo de móvil, 63% de los homicidios dolosos se vinculan a la delincuencia organizada.
  • Las provincias de mayor ocurrencia son: Limón, San José, Puntarenas y Alajuela.
  • Las mujeres constituyen las principales víctimas de la violencia doméstica: 8 de cada 10 víctimas son mujeres y 4 de cada 5 personas agresoras son hombres (2021).
  • Durante el año 2021, 5.419 personas fueron imputadas por infringir la Ley de Armas y Explosivos según el Ministerio de Seguridad Pública, 9 de cada 10 infracciones estaban relacionadas con la portación ilegal de un arma blanca o de fuego.
  • Durante el año 2021, 84.770 personas fueron imputadas por infringir la Ley de estupefacientes, sustancias psicotrópicas, drogas de uso no autorizado, actividades conexas, legitimación de capitales y financiamiento al terrorismo. El 98% de estas infracciones estaban relacionadas con la tenencia de droga.

Ocuparnos de las causas

Para el Programa de Análisis de Coyuntura de la Escuela de Sociología de la Universidad Nacional (UNA), detrás del aumento de la violencia criminal hay elementos socioculturales, políticos y económicos relacionados con la violencia estructural que interpelan al Estado, llamado a garantizar el ejercicio de todos los derechos humanos para todas las personas.

Costa Rica fue el país de América Latina en el que más creció la pobreza y la desigualdad entre el 2017 y el 2022. Según un cálculo hecho por el Banco Mundial, la pobreza aumentó al menos 2,3 puntos porcentuales en este periodo.

Los datos del BM coinciden con los del Instituto en Investigaciones en Ciencias Económicas de la Universidad de Costa Rica (IICE-UCR), según los cuales para el cierre del 2022 la cantidad de hogares en condición de pobreza en el país podría haber crecido a 24% o 25%. Esto sería levemente superior al 23% reportado por el INEC para noviembre del 2022 y superior a lo registrado en el 2017, cuando se calculaba en 20%.

Mientras tanto, frente a este panorama, el país no cuenta con una estrategia de combate a la pobreza ni con acciones definidas para acortar la brecha social entre ricos y pobres, en su defecto, cobran vitalidad las soluciones paliativas de corte punitivo, esgrimidas por autoridades gubernamentales y aupadas por los medios de información. No tardarán en aparecer los estudios de opinión que digan que eso es lo que quiere la gente.

Abril,2023

Festín de candidaturas y Estado Social de Derecho

Luis Fernando Astorga Gatjens

Al igual de como brotan de la tierra los abejones en abril (que ya no tan en mayo), en las últimas semanas, muchas ciudadanas y ciudadanos, se han lanzado al ruedo político anunciando sus pretensiones de encabezar la fórmula presidencial de algún partido político.

Se han mirado al espejo de la política nacional (tan venida a menos, a decir verdad) y se han preguntado: “¿Por qué no yo?” Y de inmediato, han dado una respuesta afirmativa que ya es compartida, en sus propósitos y ambiciones, por algunas docenas.

Han hecho sus cálculos de todo tipo: Ya sea de competir y ganar las elecciones internas de su agrupación política, de asegurarse cuotas de poder para negociar o, bien, para dejar su nombre en el imaginario colectivo, para futuras contiendas electorales.

Ante tantas ofertas que brotan, las pre-candidatas y pre-candidatos han tenido y tienen el grave problema de que cada vez les ha de costar más, presentar propuestas realmente originales, que le ganen el pulso al ya frondoso rosario de ofrecimientos y promesas, que se han venido acumulando.

Este fenómeno se muestra más grave aún en virtud de que prácticamente todas las pre-candidaturas, que se han enunciado, están metidas dentro de una pecera marcada por una limitada y estrecha visión neo-liberal, aun cuando el país se esté ahogando en medio de un océano, donde esta doctrina económica y política tan ampliamente dominante, más que solución alguna forma parte de la causa estructural de la multicrisis que enfrenta la sociedad costarricense, en estos días tan duros y difíciles para la mayorías, para nuestro pueblo.

Al compás de esta política neo-liberal impulsada desde el decenio de los años ochenta del siglo pasado, por el Partido Liberación Nacional (PLN) y, muy entusiastamente, por Oscar Arias, se ha venido debilitando el Estado Social de Derecho al mismo tiempo que ha crecido la desigualdad social, que afecta ya a millones de costarricenses.

Fruto del esfuerzo combinado de quienes impulsaron las Garantías Sociales en los años cuarenta (Rafael Ángel Calderón Guardia, Monseñor Sanabria y Manuel Mora Valverde) y del compromiso asumido por José Figueres Ferrer en el Pacto de Ochomogo, el Estado Social de Derecho costarricense, se desarrolló e hizo que Costa Rica se convirtiera en un país singular, en el contexto latinoamericano e internacional de naciones.

Sin embargo, en los años ochenta anteriores empezó una cuenta regresiva para el valioso Estado de Derecho que tanto nos costó construir como sociedad. Esta deriva destructiva y erosionadora, primero fue lenta y paulatina, pero en este azaroso presente pandémico, es una acción desenfrenada y frenética, en todos los frentes tanto en el Gobierno como en la Asamblea Legislativa.

Una plutocracia voraz y egoísta, que contrala a esos dos poderes, directa o indirectamente, y tiene un control casi monopólico de los medios informativos del país, es la principal responsable de esta “cruzada” que busca destruir lo que tanto nos costó construir.

Y les recuerdo el significado de plutocracia: “Forma de gobierno en que el poder está en manos de los más ricos o muy influido por ellos”. O bien: “Clase social formada por las personas más ricas de un país, que goza de poder o influencia a causa de su riqueza”.

La nociva influencia de este sector ultra-minoritario de la sociedad costarricense ha deteriorado la democracia y la ha vaciado de contenido. Cuando para avanzar en el desarrollo del Estado Social de Derecho deberíamos haber evolucionado de una democracia representativa a una llena de participación social y popular amplia, como lo dicta el artículo 9 de la Constitución Política, los niveles de participación política y ciudadana se han debilitado.

Asimismo, esa plutocracia angurrienta y sus principales medios de “comunicación”, han fijado las reglas y límites a los partidos que controlan a su antojo, a las precandidaturas y al debate político. Debate político que hoy no es otra cosa, que discusión politiquera donde las ocurrencias y frases efectistas, buscan ocultar la falta de compromiso con las mayorías y con el Estado Social de Derecho, de los que forman parte de este festín de candidaturas.

Todas estas candidatas y candidatos, tímidos y temerosos, que no se salen del guion neo-liberal, cuando el país necesita de políticos que oten el horizonte, con mirada de estadistas que le devuelvan la esperanza a las y los desesperados (que crecen en cantidad e indignación), son como “abejones de mayo” que vuelan muy bajo y se arrastran en el suelo hasta que la historia de esta Patria bicentenaria, les repudie y les olvide de una vez y para siempre.

(26 de abril 2021)

UCR pide a medios ser responsables con información sobre violencia contra las mujeres

Alejandra Amador Salazar, Periodista, UCR

La Universidad de Costa Rica (UCR) le solicitó, vehementemente, a los medios de comunicación institucionales y nacionales recordar la responsabilidad comunicativa con la que deben dirigir todas sus investigaciones y reportajes, de modo que no revictimicen ni culpabilicen a las mujeres que han sido víctimas de violencia, y al mismo tiempo, los instó para que se comprometan con la igualdad y dejen de reproducir discursos machistas, misóginos y degradantes.

Este llamado lo hizo mediante un Pronunciamiento aprobado por el Consejo Universitario, en la sesión ordinaria de este martes 8 de setiembre, el cual surgió como iniciativa de las mujeres que forman parte del Órgano Colegiado, Dra. Teresita Cordero Cordero, Prof. Cat. Madeline Howard Mora, M.Sc. Patricia Quesada Villalonos y la Bach. Valeria Rodríguez Quesada.

La preocupación de la UCR surge a raíz del reportaje El crimen de la habitación número 3, del programa Siete días, transmitido por Canal 7, el lunes 31 de agosto, sobre el femicidio de la doctora María Luisa Cedeño Quesada. En dicho reportaje aparecen únicamente declaraciones de los abogados defensores de los sospechosos detenidos, dado que el Ministerio Público tiene imposibilidad para brindar información por la etapa en la que se encuentra el proceso.

El Consejo Universitario, considera que convertir la violencia contra la mujer en un espectáculo mediático tiene dos escenarios contradictorios: por una parte, incentiva el morbo en la mirada de las personas testigos de la violencia, mirada cada día más ávida de espectacularidad y en la cual la humanidad de las mujeres se pierde entre el ruido y las imágenes; y, al mismo tiempo, genera parálisis e impotencia frente a hechos percibidos de tal magnitud para los cuales no se encuentra una posible salida.

Esta casa de estudios superiores reconoce que la violencia contra las mujeres es un problema de seguridad ciudadana y salud pública, y que la sociedad no puede permanecer indiferente, pues es una transgresión directa a los derechos humanos impulsada por discursos de odio y la perpetuación de estereotipos y roles de género discriminatorios.

Con este pronunciamiento, la UCR también manifestó su apoyo a la acción tomada por el Colegio de Periodistas de Costa Rica para abrir una investigación sobre el reportaje mencionado, pues reconoce la importancia que tiene el manejo ético de la información y la necesidad de evitar prácticas que atenten contra la dignidad de las personas de manera recurrente.

En este sentido, el Consejo Universitario se mostró preocupado no solo porque la intensificación de la violencia mediática recae principalmente en los cuerpos de las mujeres, sino por el manejo que se ha hecho de las muertes violentas en razón de su género, lo que ha conducido a su revictimización y las de sus familias, al responsabilizar a las mujeres por los actos cometidos en su contra.

Llamado a las universidades

Consciente de que los medios de comunicación brindan criterios que permean la manera en que construimos y enmarcamos la realidad, la UCR también hizo un llamado a las instituciones académicas públicas y privadas, que imparten las carreras de Periodismo y afines, para que fortalezcan la formación ética de sus estudiantiles, pues resulta difícil pensar que puedan haber cambios culturales y educativos en materia de género si no se sientan las bases para la educación de los y las profesionales de la comunicación.

Esta no es la primera vez que la UCR manifiesta su preocupación por el tratamiento mediático que se le da a la violencia contra las mujeres en el país. (Foto: Pilar Rojas).

Medios informativos mutilan la información

Medios informativos mutilan la información

SITRAPEQUIA hace del conocimiento de las y los trabajadores que en reiteradas oportunidades hemos dado declaraciones a los medios defendiendo los derechos laborales, la convención colectiva, el monopolio y la refinería, pero hemos sido víctimas de la manipulación informativa mediante la mutilación de lo que declaramos y en otros casos poniéndonos a decir cosas que no dijimos.

Sin sorpresa alguna, lamentamos que esos medios sean tan evidentemente parciales a favor de los intereses particulares que buscan, en unos casos, destruir las conquistas de la clase trabajadora para explotar a la gente sin misericordia y, en otros casos privatizar las empresas públicas para beneficio de unos pocos.

Se trata de una lucha desigual en la que los medios informativos dicen lo que les da la gana sobre nosotros, ponen a opinar a quienes favorecen sus intereses y como si fuera poco, prácticamente nos obligan a comprar nuestro derecho a expresar nuestro punto de vista, mediante campos pagados a precios exorbitantes.

No nos cabe duda que son esas mismas intenciones las que están detrás de las campañas que por años han emprendido contra nuestro Sindicato y nuestra Empresa y por ello es impostergable y urgente que cada una y cada uno de ustedes se convierta en portadores del mensaje a favor del monopolio estatal y la modernización de la refinería.

Cada trabajador y cada trabajadora deben conversar con sus familiares y con sus vecinos y explicarles que nosotros no somos responsables del costo de los combustibles y que rompiendo el monopolio no solo no bajará el precio de los mismos, sino que es muy posible que suba porque cualquier empresario privado va a buscar utilidades.

Manuel Rodríguez Acevedo, secretario general; Tyronne Esna Montero, secretaría de Relaciones Públicas

S ITRAPEQU lA

 

Información enviada a SURCOS por Comunicación-SITRAPEQUIA