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Etiqueta: movimientos sociales

¿Qué hacer? Una reflexión sobre la izquierda política hoy

Vladimir de la Cruz

Considerando a la izquierda política como aquellos movimientos sociales, o partidos políticos, que de una u otra manera se autoproclaman representantes de los sectores populares, frente a los sectores oligárquicos o políticamente dominantes, en el contexto de una sociedad política, y económicamente dividida en clases sociales, se puede afirmar que la izquierda costarricense surgió a finales del siglo XIX, al calor también de la influencia que empezó a tener la información sobre los movimientos anarquistas, socialistas y comunistas que estaban surgiendo internacionalmente, de lo que se tenía noticia, así como de las luchas sociales y populares del movimiento obrero y sindical organizado, que también empezó a repercutir en el país.

La clave de la definición de la izquierda fue la lucha por el poder popular, por el poder político en manos de la clase obrera, en su versión más clásica, y la instauración de un sistema político superior al capitalismo, llamado socialismo, como antesala al comunismo o la sociedad comunista. Para lograr este objetivo todo espacio político era aprovechable, especialmente la lucha organizada de la clase trabajadora y los espacios parlamentarios que se pudieran obtener.

La izquierda costarricense históricamente así la podemos representar, en distintas etapas o momentos históricos, y desde distintos ángulos de análisis.

Así, durante el período liberal, finales del siglo XIX y principios del siglo XX, la izquierda se puede representar, en el plano político, en la figura de Félix Arcadio Montero, el último Rector de la Universidad de Santo Tomás, que hacia 1886, frente al movimiento liberal, que hacía que sus miembros se identificaran con el “partido liberal”, cuando aún no habían surgido los partidos políticos, impulsó un partido de obreros, trabajadores y artesanos, distinguiendo de esa manera los dos grandes grupos sociales, y políticos, de la sociedad costarricense, al tiempo en que ya se habían desarrollado, desde 1874, las Sociedades de Artesanos, Sociedades de Trabajadores y Sociedades de Obreros, que eran claramente clasistas en las cuales solo podían organizarse Artesanos, Trabajadores y Obreros, período en el que empezó a surgir con una intensa prensa social una clara “conciencia social de clase”.

A partir de 1890 cuando surgieron los partidos políticos, tal y como los conocemos hoy, y mediante los cuales solo por medio de ellos se podía aspirar a puestos de elección popular, Félix Arcadio Montero organizó el Partido Independiente Demócrata, con una definición más clasista, convocando a sus filas a los chaquetas, descamisados y descalzos, obligando a que los partidos oligárquicos de esos años crearan, bajo sus banderas, Clubes de Obreros, Clubes de Artesanos y Clubes de Trabajadores, con el propósito de atraer sus filas a los trabajadores, obreros y artesanos.

En ese final de siglo los trabajadores eligieron diputados que se identificaban con ellos en general. Así fueron electos Félix Arcadio Montero, Faustino Montes de Oca, ambos por el Partido Independiente Demócrata y Víctor Gólcher, por uno de los partidos liberales.

Su planteamiento político descansaba en que desde el Congreso se podían hacer leyes que beneficiaran a los trabajadores en general. No había una clara concepción de la toma del poder para la clase trabajadora. Su preocupación fue elegir diputados.

Esta tesis se conoce como la lucha política parlamentarista, donde se concentra toda la atención en el papel de los discursos parlamentarios promoviendo leyes o enfrentando posiciones, sin vincular esa acción legislativa a la lucha por el poder político para la clase o clases trabajadoras.

A principios del siglo XX surgieron las ligas de obreros y los sindicatos, tal y como los conocemos hoy. Huelgas se dieron en el siglo XIX y desde principios del siglo XX.

En la década de 1910 hubo diputados representantes de los trabajadores como Aristides Montero Segura, hijo de Félix Arcadio Montero. En 1905 se fundó la primera Federación de Trabajadores y, en 1913, la primera Confederación General de Trabajadores, impulsando niveles más altos de organización y de lucha. El Centro de Estudios Germinal, impulsado por Omar Dengo, Joaquín García Monge, Carmen Lyra, José María Zeledón Brenes fue clave en este fortalecimiento del movimiento obrero, que ese mismo año, 1913, empezó a celebrar el Día Internacional de los Trabajadores, el 1 de mayo, a la par de la celebración de la rendición de William Walker, que originaba el día feriado.

La sociedad costarricense se había transformado. Había un desarrollo urbano pujante y un desarrollo industrial que marcaba el inicio del capitalismo en el país, a la par de un capitalismo agrario en marcha con las inversiones extranjeras en banano especialmente. Era el inicio de la época del imperialismo y de la política del Gran Garrote de los Estados Unidos.

Para las elecciones de 1913 participaron tres partidos obreros, el partido Obrero en Limón, el partido Obrero en Grecia y el partido Obrero en San José. Estas tres ciudades concentraban importantes grupos de obreros y trabajadores, agrícolas e industriales.

Las ideas anarquistas, socialistas y comunistas habían llegado a Costa Rica desde finales del siglo XIX. Las socialcristianas también con la Encíclica Rerum Novarum. Hasta aquí no había un planteamiento local de la toma del poder para la clase trabajadora.

Fue el Dr. Aniceto Montero, quien había estudiado en Europa y se había ligado a la Asociación Internacional de Trabajadores, la II Internacional, y al movimiento político de los bolcheviques dirigido por Lenin, quien a partir de 1917 intenta fundar un partido Socialista leninista, impulsor de la lucha de clases sosteniendo que la clase obrera debía gobernar y dirigir el país, y propiciando como modelo de nueva democracia y más amplia la Dictadura del Proletariado. Aniceto fue el antecedente político más importante al Partido Comunista, que se funda en 1931.

En el período legislativo 1920-1924 uno de los fundadores del Centro Germinal, José María Zeledón fue diputado.

Durante esos años hasta la muerte de Lenin en 1924, impulsó las ideas comunistas y la idea de la Dictadura del Proletariado como un concepto de una democracia superior a la existente, en tanto representaba más ampliamente a la sociedad costarricense en todos sus trabajadores, mientras para él los gobiernos hasta entonces existentes era de grupos oligárquicos.

En esos días Farabundo Martí, que había pasado por Costa Rica, en 1919, funda el partido Comunista de Centro América, en 1920. La Revolución Rusa provocaba en Europa levantamientos populares en distintos países y regiones.

Frente al movimiento Socialista del Dr. Aniceto Montero surgió el Partido Reformista de Jorge Volio, que lo eligió diputado, junto a Julio Padilla, en la década de 1920 y con ellos se logró materializar la lucha de la Ley de Accidentes de Trabajo en 1925, que se venía luchando desde 1908. En 1922 Vicente Sáenz fundó un Partido llamado Progresista, y en 1935 el Partido Socialista Costarricense. Otras expresiones partidarias a finales de la década de 1920 fueron la sección costarricense del APRA, “Alianza Popular Revolucionarias Americana”, de Víctor Raúl Haya de la Torre. Igualmente importantes fueron la Confederación Obrera Centroamericana desde 1914, la Confederación Obrera Panamericana, en cuya fundación en 1919 estuvo Joaquín García Monge, representando al movimiento obrero costarricense. Se intentó fundar el Partido de Unión de Centro y Sur América y las Antillas, en 1927. En ese período había fuertes movimiento unionistas centroamericanos.

En el segundo lustro de la década de 1920, en los años de 1925 a 1930, se dieron diversos grupos y movimientos políticos de izquierda que no participaron en elecciones, hasta que en las elecciones de medio período, de 1930, se inscribió el Partido Alianza de Obreros, Campesinos e Intelectuales que impulsó sin éxito electoral la candidatura a diputado de Joaquín García Monge, la de Ricardo Moreno Cañas y la de Alejandro Montero Segura, hijo de Félix Arcadio, entre otras candidaturas.

En junio de 1931, en medio de la crisis de la gran depresión se fundó el Partido Comunista de Costa Rica que, a partir de ese año hasta 1948, pasó a representar a la clase trabajadora nacional y a hacerse abanderado de la lucha por el socialismo y comunismo en el país, con gran sentido de la realidad, entendiendo que eso no era posible hasta que en la mayoría de los países del mundo y en las sociedades avanzadas, como la de Estados Unidos, ese proceso no estuviera en marcha, lo que se ha llamado el “comunismo a la tica”, que impulsó el Partido Comunista de Costa Rica, con su principal líder Manuel Mora Valverde.

Su preocupación política fundamental, desde entonces fue, al igual que los partidos políticos que levantaron la representación popular, fue meramente parlamentarista, es decir llegar con diputados al Congreso o a la Asamblea Legislativa, para desde allí impulsar o contribuir a impulsar legislación social, y reformas sociales y políticas avanzadas para el Estado y a sociedad costarricense. Ir avanzando en un fuerte conciencia social y política. No hubo en términos reales una propuesta de toma del poder para la clase trabajadora, ni siquiera como lucha política, más allá de así declararlo en determinados documentos políticos.

El Partido Comunista se hizo heredero directo de las luchas obreras y sus organizaciones sociales, especialmente de la Unión General de Trabajadores, que le sirvió de base de crecimiento en el período de la Gran Depresión, 1931-1934 y hasta 1938.

A partir de 1934 hasta 1948 el Partido Comunista eligió sus diputados. En la elección de 1939 se constituyó en la segunda fuerza política electoral, con un 9% de votación a su favor. El éxito de su crecimiento, entre otros elementos estaba que alrededor de las luchas parlamentarias movilizaban sectores populares en su apoyo. Los años duros de la II Guerra Mundial facilitaron la alianza en el gobierno del Dr. Rafael Angel Calderón Guardia, del gobierno, la Iglesia Católica encabezada por Monseñor Víctor Manuel Sanabria Martínez y el Partido Comunista, dirigido por Manuel Mora Valverde, alianza que condujo al cambio de nombre del Partido Comunista por Partido Vanguardia Popular y a la Coalición política Bloque de la Victoria, para las elecciones de 1944 entre estas fuerzas postulando a Teodoro Picado Michalski a la Presidencia de la República, sin que Vanguardia Popular tuviera un solo ministerio en su gabinete.

La izquierda socialista, así puesto, no ha tenido experiencia de ejercer gobierno. Ha tenido la experiencia de participar en procesos electorales, especialmente desde 1934 hasta 1948 y partir de 1970.

En el período de la Segunda República hasta 1975 el Partido Comunista, o Vanguardia Popular, estuvo formalmente ilegalizado, sin posibilidad de participar directamente en elecciones. En 1962 apoyó al Partido Acción Democrática Popular que eligió a Julio Suñol Leal. A partir de 1970 eligió a Manuel Mora Valverde y a Marcial Aguiluz Orellana, momento a partir del cual se crearon las condiciones para eliminar las restricciones constitucionales y legales que existían sobre su participación electoral. Para este momento, habían surgido en el país otras fuerzas políticas de izquierda, el Partido Revolucionario Auténtico, el Movimiento Revolucionario del Pueblo y el Partido Socialista Costarricense, que empezaron a participar en elecciones. En 1974 el Partido Socialista lanzó su consigna “¡El pueblo al poder! ¡Tiemblen ricos! Ese año bajo el liderazgo de Rodolfo Cerdas Cruz, un excomunista, se fundó el Frente Popular que lo llevó a la Asamblea Legislativa. Y en 1978 estas fuerzas se coaligaron con Vanguardia Popular en Pueblo Unido, llegando a elegir en 1982 a cuatro diputados. Pueblo Unido fue un esfuerzo muy importante de unidad política, que quiso ampliarse a sectores progresistas e independientes de la social democracia y el socialcristianismo.

Las elecciones, como mecanismo de participación popular, solo conducen a la toma del gobierno y a la representación parlamentaria y municipal. No estrictamente a la toma del poder político como palanca del poder estatal.

Ni siquiera en la alianza política de 1943 para impulsar y aprobar la Reforma Social de la Garantías Sociales y del Código de Trabajo, se logró que el Partido Comunista, ya llamado Vanguardia Popular, como resultado de esa alianza, obtuviera un Ministerio, en el final del gobierno de Calderón Guardia, 1943-1944, o en el de Teodoro Picado, 1944-1948, que resultó de la coalición Bloque de la Victoria, en 1944, ni siquiera para dirigir la Secretaría de Trabajo.

Cuando ha habido ministros de izquierda o de tradición comunista en el período posterior de 1948, como fue el Dr. Arnoldo Mora Rodríguez, quien había sido militante del Partido Socialista Costarricense, Ministro de Cultura del Gobierno de José María Figueres, 1994-1998, o de Patricia Mora Castellanos, militante de Vanguardia Popular, de Fuerza Democrática y del Frente Amplio, que fue Ministra de la Mujer, en el gobierno de Carlos Alvarado Quesada, 2018-2022, ninguno de ellos resultó de una alianza política de sus Partidos con los partidos gobernantes, Liberación Nacional o Acción Ciudadana. Fueron escogidos literalmente a dedo, por méritos personales o reconocimientos políticos pero no por pactos o alianzas estratégicas de los partidos políticos. Fueron circunstancias particulares que los llevaron a esas alturas del poder políticos expresado en el Gobierno. Arnoldo Mora fue ministro los cuatro años de gobierno. Patricia Mora ministra casi tres años de gobierno porque renunció al mismo con motivo de las reformas retrógradas que impulsaba el gobierno de Carlos Alvarado, con las cuales no estaba de acuerdo.

Los partidos de izquierda, el Socialista Costarricense había sufrido una crisis divisoria a finales de la década de 1970 que se agudizó a inicios de la década de 1980, provocando su desaparición. El Movimiento Revolucionario del Pueblo igualmente desapareció en esta década. El Partido Vanguardia Popular tuvo su dramática crisis divisoria a mediados de la década de 1980, divisiones que afectaron a todos los movimientos sociales y sindicales del país, provocando en mucho su debilitamiento actual.

Las grandes luchas populares de 1970, contra la ALCOA, contra el Combo del ICE en el año 2000 o contra el TLC, en el 2006 y 2007 tuvieron otros resortes, que contribuyeron a las grandes movilizaciones, que a su alrededor se realizaron. En las tres luchas había diputados activos que se convertían en los elementos aglutinadores de las movilizaciones populares que se hacían a favor de las luchas que ellos daban en la Asamblea Legislativa. Ese fue un factor determinante. Había movimientos estudiantiles activos, que se movilizaban políticamente desde la izquierda. Había sindicatos con importante influencia de la izquierda que también se movilizaron. Hoy, por ejemplo, los sindicatos del ICE, de la CCSS, del INS, del BPDC, del sector bancario y de las instituciones públicas casi no se sienten frente a las amenazas que existen contra esas instituciones y contra sus sectores laborales, por los despidos que se están realizando. Los sindicatos magisteriales han perdido mucho su capacidad de combate, ni siquiera en defensa de su sistema de pensiones. Los sindicatos no se sienten frente al congelamiento de salarios de casi cinco años que existe proyectado para los próximos cuatro años. Ninguna lucha social, después de TLC, se ha realizado apoyando gestión legislativa alguna.

Electoralmente ha habido un ciclo de subibajas parlamentarias, especialmente con la participación del Frente Amplio desde el 2006, sin que alrededor de sus diputados igualmente se haya hecho alguna movilización popular trascendente. El Partido Acción Ciudadana tampoco sirvió para fortalecer parlamentariamente luchas o movilizaciones. Su segundo gobierno fue un retroceso institucional en el país. Los diputados de estos partidos en estos años poca memoria afirmaron en el colectivo social. Los actuales diputados del Frente Amplio se distinguen como parlamentarios, pero sin arraigo fuera del recinto parlamentario. Con simpatías políticas sobre su ejercicio parlamentario, pero sin luchas alrededor de las cuales se les aglutinen sectores movilizados. Los grupos de orientación trotskista se mantienen activos, pero alejados de la organización y las luchas populares, con un visión de poder político sin ningún planteamiento real y posible de alianzas con otros grupos.

Frente a la elecciones próximas, las de febrero del próximo año, la militancia histórica de lo que fue la izquierda carece de una alternativa política real y posible. Hay discusiones de exmilitantes de aquellos partidos en que se plantean la posibilidad, que ya no existe, de formar un partido político. El escenario electoral ya está marcado. No hay posibilidad alguna de impulsar la inscripción de otro partido. Todavía no se ha señalado por el Tribunal Supremo de Elecciones cuáles son en definitiva los partidos inscritos. Parte de esta izquierda, sin militancia partidaria, discute si votar por el Frente Amplio o por el esfuerzo que está haciendo Acción Ciudadana de lanzar candidata presidencial. Con grandes dudas se realiza este debate y sin precisión de candidatos.

¿Frente a las elecciones próximas qué es lo que se está jugando? Esta es la pregunta principal. ¿La posibilidad de que el gobierno de Rodrigo Chaves Robles continúe con otro candidato y otro partido político? Este es el principal reto político nacional que existe. Esta es la realidad que no se está apreciando bien por esta izquierda política.

Frente a este peligro real el escenario que se está levantado es con los candidatos Álvaro Ramos de Liberación Nacional, de Claudio Alpízar de Esperanza Nacional, de Juan Carlos Hidalgo de la Unidad Social Cristiana, de Eli Feinzaig del Liberal Progresista, de Fabricio Alvarado de Nueva República. Por ahora no hay otros candidatos ni otras alternativas políticas, que permitan ir viendo hacia dónde van las procesiones de febrero.

Frente a las elecciones de febrero se juega la democracia política, la democracia institucional, el Estado de Derecho y la división de poderes, el Estado Social de Derecho, las Garantías Sociales a las que les quieren aplicar la guillotina, la jornada de trabajo 4-3, los sistemas de pensiones, el aumento de la edad de retiro para pensionarse, el traslado del pago del ROP hasta la edad de 115 años lo cual es un absurdo y un sin sentido, el debilitamiento mayor de la educación y salud pública, el aumento del desempleo, del trabajo informal, de los bajos salarios, el mayor incremento de la criminalidad, del narco estado y del narco gobierno de continuar el actual. Se juega la Soberanía Nacional, la Independencia Nacional y el régimen de libertades y derechos de los costarricenses. Esta es la realidad.

Frente a las elecciones de febrero próximo ya no hay posibilidad de realizar coaliciones políticas electorales. Todos los partidos van por la libre. Todos los ciudadanos “al garete”, a la deriva, sin control ni orientación política, lo que conduce a fortalecer el caos y desorden de la proyección posible del actual gobierno.

Recordemos que en Costa Rica no se puede reelegir un presidente. El presidente Chaves no se puede reelegir. Pero sí se puede reelegir un partido político. Se han reelecto los partidos Liberación Nacional, la Unidad Social Cristiana y Acción Ciudadana. En el ambiente político actual bien puede elegirse el candidato al que el presidente Rodrigo Chaves le dé el visto bueno y lo apoye para su elección. Esta es una realidad. No hay que engañarse, ni hacer la del avestruz.

Rodrigo Chaves, que había quedado de segundo en las elecciones de febrero del 2022, ganó porque electorado no votó por Liberación Nacional y especialmente por José María Figueres. Apostaron a una nueva cara y a un discurso que se ha afirmado más en la gestión de gobierno de Rodrigo Chaves, que es el discurso antisistema, anti todos los partidos políticos, anti todos los políticos, anti todos los que ha gobernado, anti todos los diputados actuales exceptuando a los que apoyan el presidente Chaves, el discurso de hacerse ver como el presidente de todos los costarricenses, de todos los trabajadores, de todos los excluidos y marginados socialmente, que todas esas fuerzas no lo dejan gobernar. Este discurso en Chaves sigue siendo válido. Lo recoge en cierta forma la simpatía y reconocimiento que tiene en las encuestas, que sus opositores, líderes y partidos no quieren ver bien ni analizar correctamente.

¿Y si como puede suceder Rodrigo Chaves se lanza a diputado en agosto? El escenario político va a cambiar. La lucha por las diputaciones va a ser lo más importante. Rodrigo Chaves candidato a diputado va a tener su propia fuerza. El partido que lo postule va a sacar sus diputados, no los 40 que Chaves dice que deben nombrarse nuevos, pero sí una importante mayoría. El partido que postule a Chaves tendrá igualmente mayor posibilidad de ir a finales en caso de una segunda ronda.

La izquierda debe recordar que en determinados escenarios hay que tomar decisiones importantes. Sin alternativa electoral, el partido Vanguardia Popular, en 1958 llamó a votar por Mario Echandi, bajo el concepto de “la oposición triunfará”, y en 1966 llamó a votar por Daniel Oduber de Liberación Nacional, que los había puesto fuera de la Ley y que en el gobierno de Francisco Orlich ilegalizó el Semanario Adelante.

El gobierno de José Joaquín Trejos Fernández, apoyado por Liberación Nacional y José Figueres, nombraron a Manuel Mora Agente Comercial de Costa Rica para vender café y azúcar en los países socialistas, ante la crisis que tenía el país, lo que facilitó a pesar de la ilegalidad electoral al Bloque de Obreros en 1969, de la participación electoral del Partido Acción Socialista en 1970 que eligió a Manuel Mora y a Marcial Aguiluz, y la apertura de relaciones diplomáticas en el gobierno de Figueres, 1970-1974, con los países socialistas. Esta es la realidad política.

El partido Liberación Nacional especialmente tenía en su seno “sectores” de izquierda, progresistas y democráticos. También los había en otros partidos, así como había “independientes” de izquierda. Hoy estos “sectores” de izquierda no se tienen con claridad en esos partidos. ¿Pero los hay todavía democráticos? Esa es una lucha que no se da abiertamente en esos partidos. Pareciera que predominan los sectores conservadores y de la derecha política, alineados con la situación internacional dominante. La “izquierda” hoy es más variada y poco definida.

Para mí, la lucha electoral del 2026, de los próximos diez meses, estará centrada en la necesidad de preservar el desarrollo democrático nacional e institucional y los derechos sociales y laborales. Esta es la clave para definir el rumbo para ir a votar.

¿Un buen partido o un buen candidato?

Foto: Gerardo Iglesias

Justicia social: una necesidad urgente y tangible

Frank Ulloa Royo*

Por una sociedad justa, primero los olvidados”. Este es el principio que nos recuerda que una sociedad no puede prosperar mientras existan sectores marginados, excluidos de los derechos y oportunidades que deberían ser universales. Por ello requerimos partidos que luchen por la justicia social.

En Costa Rica, pionero en la construcción de un Estado social en la región, la lucha por la justicia social debe renovarse con fuerza, especialmente en un contexto donde las desigualdades persisten y nuevas amenazas emergen.

Pero, ¿acaso podemos encontrar un partido político verdaderamente comprometido con la justicia social? Si lo hiciéramos, ojalá fuese más que una estructura electoral; ojalá fuera un partido capaz de convertirse en un amplificador para las voces de los excluidos.

Las ruedas de la historia

Los movimientos sociales, que históricamente han sido el motor de las grandes transformaciones, deben ocupar un lugar central en ese proyecto. Desde los sindicatos que en 1942 lucharon por las garantías sociales, hasta las organizaciones comunitarias que hoy defienden el acceso a la salud, la educación y el medio ambiente, estas voces representan hoy la esencia de la justicia social.

Incorporarlas no es solo un acto de inclusión, sino una estrategia para construir políticas públicas que respondan a las necesidades reales de la población.

En el próximo proceso electoral es imperativo que estas voces olvidadas tengan un espacio propio, esto es, un partido en el cual la justicia social ocupe un lugar central en sus propuestas, que sea el puente entre los movimientos sociales y el poder político, articulando demandas históricas y contemporáneas.

La seguridad social, la educación gratuita y de calidad, el trabajo digno y la convivencia pacífica no son solo derechos, sino ejes fundamentales para construir una sociedad más equitativa.

Además, ese partido debería señalar nuevas demandas como la equidad de género, la sostenibilidad ambiental y la inclusión de comunidades históricamente marginadas, como los pueblos indígenas y las personas migrantes.

La justicia social no es un destino, sino un camino

Es una búsqueda constante que requiere organización, compromiso y valentía. “Por una sociedad justa, primero los olvidados” no es solo un lema, es un llamado a la acción, es una invitación a construir un país donde nadie quede atrás, donde cada persona tenga la oportunidad de vivir con dignidad y donde la solidaridad sea el principio rector de nuestras decisiones colectivas.

La lucha continúa, y es nuestra responsabilidad mantenerla viva. No perdamos la esperanza a pesar de los nubarrones de este verano.

Para enfrentar la nueva demagogia no basta un buen candidato o una persona decente, se requiere de un movimiento social transformador que impulse la justicia social en una nueva alianza nacional por la vida.

*Fuente: Rel UITA.

Documento ofrece cronología de las jornadas contra el Combo del ICE

El documento titulado «Cronología de las Jornadas Patrióticas contra el Combo del ICE del año 2000», elaborado por Jorge Mora Portuguez, presenta un análisis detallado y cronológico de uno de los movimientos sociales más importantes en la historia reciente de Costa Rica.

La investigación está estructurada en dos capítulos principales. El primero ofrece un análisis de los actores y de la coyuntura del Combo, subdividido en cuatro secciones que abordan desde la metodología utilizada hasta las nuevas tendencias del movimiento popular.

En la primera sección, el autor presenta las variables metodológicas para la selección de actores y para el análisis comparativo. La segunda sección clasifica la coyuntura del Combo en cinco etapas evolutivas: el aislamiento, la transición de la incredulidad a la tempestad, la huelga general, la comisión mixta del ICE y el nacimiento de la CONAES.

La tercera sección desarrolla un análisis detallado de actores seleccionados, centrándose en la Federación de Estudiantes de la UCR (FEUCR) y el movimiento popular en Siquirres, examinando variables como el conocimiento del tema del ICE, el acceso a la información y las dinámicas de movilización implementadas. La cuarta sección analiza las nuevas tendencias, considerando las condiciones subjetivas y objetivas presentes en el proceso.

El segundo capítulo ofrece una cronología minuciosa del Combo del ICE, dividida en cuatro momentos: los comienzos, el nuevo siglo, el aumento de la acción popular y el levantamiento popular contra el Combo.

En la introducción, Mora Portuguez explica que, durante marzo y principios de abril del 2000, Costa Rica vivió un estallido social sin precedentes en respuesta al llamado «Combo del ICE», un conjunto de propuestas legales impulsadas por el gobierno para desmantelar el Instituto Costarricense de Electricidad y privatizar las comunicaciones y la energía.

Este movimiento representó la convergencia de diversos sectores sociales —sindicatos, movimientos ambientales, estudiantiles, de mujeres, grupos campesinos, cooperativas y organizaciones comunales— que se articularon bajo un esquema de red policéntrica para enfrentar las políticas neoliberales que venían golpeando a los sectores más vulnerables.

El 4 de abril del 2000, el movimiento popular logró una victoria histórica, obligando a los partidos tradicionales a retirar el proyecto de ley ya aprobado en primer debate y forzando al Estado a generar un espacio de encuentro con la sociedad civil en el Parlamento.

El documento concluye destacando que este triunfo permitió a los movimientos sociales costarricenses pasar de una fase defensiva a una etapa de equilibrio estratégico de fuerzas, con efectos visibles en el surgimiento de nuevas fuerzas políticas progresistas y en la posterior lucha contra el Tratado de Libre Comercio.

Para acceder al documento completo «Cronología de las Jornadas Patrióticas contra el Combo del ICE del año 2000» en formato PDF, puede descargarlo aquí.

Costa Rica: Construyendo juntos un futuro solidario y democrático

Carlos Hernández / Cokomal / Redess

Costa Rica enfrenta un momento crucial de su historia, donde la crisis democrática, económica y la violencia generada por el narcotráfico exigen respuestas profundas y estructuradas. Las aspiraciones de los movimientos sociales de equidad, justicia y participación han sido golpeadas por cuatro décadas de predominio neoliberal y creciente desigualdad.

Desde la economía solidaria, no solo es posible replantear el modelo económico actual, sino también generar una articulación social que construya un pacto inclusivo capaz de integrar la diversidad de sectores ciudadanos.

La urgencia de un pacto social en Costa Rica

La economía solidaria, por su propia esencia, reconoce que el desarrollo económico debe estar ligado a la cooperación entre distintos actores sociales. Sin embargo, para que esta visión se traduzca en políticas efectivas y en una transformación real, es fundamental la construcción de un pacto social.

Este pacto no puede ser impuesto desde las élites ni responder únicamente a una agenda política económica. Debe ser el resultado de la convergencia de diversas voces: comunidades organizadas, sindicatos, asociaciones de trabajadores, academia y movimientos sociales que, en conjunto, defienden una patria digna y solidaria.

Un pacto social fortalecería las bases de una democracia real, alejándose de la plutocracia y la corrupción que han desfinanciado los programas públicos esenciales. La educación, la salud, la vivienda y el medio ambiente han sido sacrificados bajo una lógica de acumulación desmedida, mientras que la riqueza se concentra en sectores con capacidad de influencia sobre las decisiones políticas.

Un pacto social permitiría recuperar la soberanía de lo público, garantizando que la economía esté al servicio de la sociedad y no de unos pocos.

Expresión de la diversidad social: hacia una construcción participativa

Uno de los principios fundamentales de la economía solidaria es la diversidad. Un pacto social debe reconocer y dar voz a las distintas realidades que conviven en el país: los pequeños productores rurales, los trabajadores informales, la asociatividad en los territorios rurales y urbanos, los emprendimientos sociales y el movimiento ambientalista.

La articulación de estos actores es clave para generar respuestas desde abajo, desde quienes viven y resisten los efectos de la crisis en su cotidianidad.

La construcción de este pacto debe partir de procesos de participación activa, donde los sectores marginados por el modelo neoliberal recuperen poder de decisión y capacidad de incidencia. No es suficiente diagnosticar los problemas del país: es urgente que las comunidades diseñen alternativas y ejerzan su derecho a transformar la realidad.

Hacia una Democracia Solidaria y Activa

Costa Rica debe decidir si continúa caminando al borde del abismo o si encuentra un camino hacia la construcción de una vía de justicia social, inclusión y soberanía. La economía solidaria no es simplemente una alternativa económica, sino una opción de vida, donde los valores de equidad, justicia y colaboración sean la base de un nuevo modelo social.

El pacto social es la clave para restaurar la confianza ciudadana y recuperar la soberanía popular. No podemos permitir que la plutocracia continúe definiendo el destino del país. La oportunidad de cambiar el rumbo sigue vigente, pero solo será posible si la diversidad social converge en un proyecto común de transformación.

Imagen: https://teodulolopezmelendez

Campaña para la salida del ministro de Ambiente

En Costa Rica, movimientos ecologistas y grupos socioambientales han lanzado una campaña de recolección de firmas para exigir la salida del ministro de Ambiente, Franz Tattenbach. Esta iniciativa denuncia que la gestión de Tattenbach ha permitido ecocidios que amenazan el patrimonio natural del país.

La campaña busca motivar a la ciudadanía a unirse en defensa del ambiente y la democracia. Exige la participación activa de las personas para alzar la voz en nombre de los recursos naturales de Costa Rica y detener lo que consideran una gestión perjudicial para el medio ambiente.

Los principales pronunciamientos de la campaña son los siguientes:

  1. Responsabilizar al ministro por el ecocidio permitido en Costa Rica.
  2. Solicitar un voto de censura en la Asamblea Legislativa.
  3. Exigir que el Presidente actúe y deje de ser cómplice de esta situación.
  4. Alertar a la comunidad internacional sobre la falta de compromiso ambiental en el país.
  5. Reafirmar el compromiso de luchar por el derecho a un ambiente sano y una vida digna.

Puede firmar de manera digital o apoyar como organización. Si desea firmar a título personal, puede hacerlo en el siguiente formulario: https://forms.gle/11rYdmgdp5PEewSx6.

Las organizaciones que deseen agregar su firma y logo pueden registrarse en el siguiente enlace: https://forms.gle/ZVxBKKgc9xc9Pprd8.

Además, la campaña invita a recolectar firmas físicas en comunidades. Regístrese para obtener más información: https://forms.gle/tJvVAcpsEiz3Qk798.

Información compartida con SURCOS por Fabián Pacheco.

Movimiento Social un sendero para dejar huella

Deivis Ovares Morales

Deivis Ovares Morales

Transitar por el pluralismo de los movimientos sociales es una aventura que si fuera previamente conocida por quienes son atraídos por sus valores más generosos y legítimos, puede preconcebirse como una tarea excepcionalmente abrumadora.

El movimiento social es una camino colmado de un abultado caudal de generosidad, desprendimiento y altruismo y a su misma vez una ruta de desgaste, frustración y constantes desencuentros, desencantos y muchas desilusiones. Pese a ello no es una vereda de la que ninguna persona pueda arrepentirse al transitar.

La plena certidumbre y conciencia de entenderse en un mundo rodeado en generalmente de un irracional egoísmo que desnuda las razones y una suerte de desesperanza responsables directas del más lamentable de los sufrimientos ocasionado a millones de seres humanos de distintos tiempos, no debe convertirse en sorbidas tensoras que nos impidan provocar cambio o nos arrastren a renunciar y mucho menos a colocarnos del lado de la indiferencia, ese cruel egoísmo o la desidia.

En este nuestro tiempo el movimiento social, esa asediado por inescrupulosos que quieren convertirlo en fuente de ganancias de honestas o en plataforma de intereses personalísimos.

Es en esa búsqueda de aquello a lo que romántica pero ilusionadamente le hemos llamado “La construcción de un mundo mejor”, creencia e inspiración en la que cada luchador social renueva sus fuerzas y sus convicciones, muchas buenas personas se mantienen unidas en la esperanza, sabiendo y reconociendo que vale la pena, que es algo que el deber y la conciencia imponen.

Por ello cuando se interioriza y se entraña que en nuestro mundo y realidad predominan la mezquindad de nuestros actos, el individualismo y avaricia de nuestra humanidad, la falsa pero enfermiza sensación de superioridad de quienes ostentan los cargos políticos para la toma de decisiones, en donde la voracidad y la ambición son la norma, es cuando deben florecer con los tonos más fuertes, hermosos y brillantes, los más altos estándares del amor y la solidaridad. Estos deben ser el más poderoso de los combustibles que empuje a la más clara y consecuente representación del movimiento social, a dar continuidad a todas las obras que otros grandes seres humanos llenos de coraje, ideales y convicción forjaron para que otros disfruten.

Por nuestro propio bien y el de muchos, por honor y por conciencia, NO podemos dejar de resistir, es injusto para nosotros mismos y las futuras generaciones, dar cabida nuevamente a oscurantismos impulsados por el sistema capitalista a través de las falacias del odio fascista, quieren volver a perpetrar toda clase de crímenes, colocándonos toda especie de trampas bizarras, para expandir su dominación e imponer con violencia pasando por encima de quienes confrontamos e incluso de quienes sufrirán en el corto plazo la devastación por las consecuencias que mediante artimañas y argucias que se orquestan contra los pueblos. Ante esta necrótica realidad, dividirnos y pelear entre iguales es un lujo que en definitiva no podemos permitirnos.

Si el resultado de nuestras decisiones es permitir la penetración del fascismo en el Movimiento Social y Popular y nuestras omisiones como dirigentes llamados a la acción favorece lo oscuro, lo siniestro, lo cruel, todo aquello que se enmarca en la deleznable contribución de esa ideología voraz y pletórica de maldad, ese pensamiento considerado altamente dañino, criminal y bestial hemos fracasado en nuestra misión.

Ante ello, cuando la certeza de nuestro sentir nos confirma que aportar desde lo social con hidalguía y con fervor, deviene en un compromiso inclasificable con nuestra genética revolucionaria, luchar y resistir se traducen en una obligación histórica y moral.

Por eso cada vez que nuestras fuerzas faltan, cada que sufrimos un revés a nuestro avance de objetivos, cuando el ánimo decae y la imposición del despropósito abruma y agobia, cuando nos cuestionamos si realmente vale la pena, cada vez que nos detenemos por un momento a reflexionar y mirar ese tortuoso recorrido, en el que hacemos tránsito, cada que vuelve a nuestra mente la duda natural por el impacto de entregar tanto y de tantas maneras a este sendero colectivo, es donde nos podemos afirmar y reafirmar, dándonos esa esperanza de ser plenamente capaces de dar respuesta a esa duda e incertidumbre que tantas y tantas veces regresa, respondiéndonos con un ¡Sí vale la pena!

Las marcas están en el camino y en cada pisada se genera la evidencia para nuestra satisfacción y convencimiento de que hubo uno o una que desde su propia historia y desde su militancia en el movimiento social, dejó su huella y colaboró en el anhelo comunitario por heredar algo mejor.

Entrevista a Vladimir de la Cruz: la historia de la institucionalidad costarricense, segunda parte

El pasado 22 de octubre del 2024 se llevó a cabo la segunda parte de una entrevista, llevada a cabo por el programa Prisma Latinoamérica al historiador y analista político Vladimir de la Cruz, el cual habló sobre la institucionalidad costarricense. La conversación fue conducida por el sociólogo Miguel Sobrado.

En esta segunda parte, se habla sobre cómo se podría lograr que la riqueza del país se comparta entre todos, y que no sea el narco el que marque el camino del desarrollo. Enfatiza que hay un factor clave, y es la educación, y como esta debe ser modernizada, para acoplarse a un nuevo contexto, con nueva tecnología, y nuevos conocimientos. 

También, se recalca la gravedad de la situación del cambio climático, como las nuevas generaciones se enfrentan a problemas graves del ambiente, los suelos por su degradación, los mares por su contaminación, al igual que el aire contaminado. 

Vladimir de la Cruz habla sobre cómo los nuevos gobernantes buscan debilitar la institucionalidad pública, especialmente desde la educación, al negar el 8% constitucional a las universidades e instituciones educativas públicas, y reforzar la educación privada, con sistemas de becas.

Finalmente, se menciona como eso afecta a todos los niños y colegiales que les han quitado los subsidios de becas, los comedores, el transporte, y al trasladar estos fondos a la educación privada, se está abriendo una mayor brecha, haciendo que, junto con los programas de jornadas 4:3, y otros movimientos de este corte, se esté creando un marco para que personas que crecen sin oportunidades en educación, con cada vez más baja escolaridad, trabajen más, y sean más susceptibles a la manipulación social.

De nuevo extendemos una invitación a ver la entrevista completa, para aquellas personas que quieran saber más sobre la historia de Costa Rica y su institucionalidad a lo largo de los años.

El Frente Amplio promoverá una convergencia verdaderamente progresista por el bienestar del país

El actual Gobierno ha dado continuidad y ha profundizado un modelo de desarrollo qué deteriora los servicios públicos, que niega el cumplimiento pleno de los derechos a la vivienda, la educación, la salud, a un salario digno y muchos otros. Un modelo que beneficia a unos pocos mientras daña a miles. Este Gobierno ha continuado con décadas de un modelo que nos han convertido en un país profundamente desigual y fracturado. La dirección es la misma, pero han intensificado el accionar y ahora han agregado claras señales de autoritarismo

En el transcurso del actual gobierno hemos sido testigos de una serie de decisiones políticas, discursos, acciones y omisiones que constituyen un ataque directo a los pilares fundamentales de nuestra convivencia democrática.

Ante este panorama, urge una respuesta clara, organizada y participativa de todas las fuerzas políticas progresistas y de las organizaciones sociales, eclesiásticas, organizaciones productivas, sindicatos, movimientos sociales, empresariado, academia y todas aquellas personas dispuestas cambiar el rumbo del actual Gobierno y a avanzar en las transformaciones sociales urgentes.

El Partido Frente Amplio expresa su disposición a participar en procesos de diálogo y articulación de fuerzas políticas y propuestas que conduzcan a retomar el camino del desarrollo con justicia social, el rescate de la educación pública y el sistema de salud, a renovar y profundizar finalmente nuestra democracia en términos políticos, sociales, culturales y económicos.

Queremos ser parte y promover la convergencia en la diversidad con un horizonte político claro. Sabemos que es posible encontrar muchas coincidencias con diferentes fuerzas y organizaciones, y por eso apostamos a esa diversidad para construir mucho a partir de lo que nos une.

Pero no promovemos la convergencia por la convergencia misma. Mucho menos la convergencia únicamente motivada por objetivos electoreros. Promovemos la convergencia alrededor de una propuesta política claramente progresista, que apunte a mejorar las condiciones de vida de las personas trabajadoras, de los sectores vulnerables, de nuestro sector productivo. Promovemos la convergencia alrededor de una propuesta política claramente demócrata, defensora de los derechos humanos y del medio ambiente. Por supuesto no nos sumaremos nunca a quienes tienen propuestas políticas que solo benefician a elites poderosas con acciones en contra del pueblo, de las personas trabajadoras, del medio ambiente y de la democracia.

Ante los grandes retos nacionales, el Frente Amplio recibe con esperanza los llamados que han hecho desde varias semanas atrás diferentes actores y ponemos a disposición nuestra experiencia de más de 20 años de lucha contra la corrupción y contra las destructivas políticas neoliberales, así como por la defensa y mejora del Estado Social de Derecho y nuestra democracia.

Entendemos que nuestra responsabilidad es sumarnos para enfrentar los grandes retos nacionales. Entendemos que ante el deterioro social, ambiental y político, es nuestra responsabilidad dialogar con distintas organizaciones y personas, para construir una agenda compartida que permita revertir los retrocesos y construir las grandes reformas que nos exige este Siglo XXI.

-Comisión Política, Frente Amplio, 22 de octubre de 2024

 

Compartido con SURCOS por Gerardo Hernández Naranjo.

Organizaciones ambientales y sociales exigen salida del ministro de Ambiente

Somos un país verde y azul, y esto es lo que estamos protegiendo para hoy, mañana y siempre

Movimiento de organizaciones ecologistas y ciudadanos preocupados hacen un llamado público para exigir la salida inmediata del ministro de Ambiente, Franz Tattenbach, ante su gestión deficiente y su complicidad y participación en el debilitamiento de las políticas ambientales en Costa Rica. Ante el ecocidio que enfrenta el Patrimonio Natural del país, se convoca a la población a comerse la bronca sumándose a la campaña de recolección de firmas en físico, exigiendo que se restituya la protección ambiental y se retomen los compromisos que garantizan el bienestar y la sostenibilidad ecológica del país.

Bajo su dirección, el Ministerio de Ambiente y Energía (MINAE) ha sido objeto de ataques internos sin precedentes, incluyendo una centralización de decisiones en la figura del jerarca, la falta de nombramientos clave en áreas técnicas, y la reducción del presupuesto a los órganos encargados de la protección ambiental. Estas acciones han agravado las problemáticas ecológicas del país, tales como la contaminación de las fuentes de agua, el uso excesivo de plaguicidas, la expansión de monocultivos, el deterioro de la matriz energética, y el sacrificio de ecosistemas irremplazables ante los intereses del modelo de desarrollo inmobiliario y turístico voraz e insostenible.

Casos de corrupción dentro de la Secretaría Técnica Nacional Ambiental (SETENA) y el favorecimiento de intereses privados en el Sistema Nacional de Áreas de Conservación (SINAC) demuestran una clara pérdida de liderazgo y ética en la gestión ambiental. Además, el Ministro ha mostrado su desprecio por tratados internacionales claves, como el Acuerdo de Escazú, y ha impulsado actividades destructivas como la pesca de arrastre y la extracción de oro en áreas protegidas, poniendo en peligro recursos naturales cruciales, incluidos los  ecosistemas de corales, bosques, ríos, y humedales que son indispensables para la supervivencia del ser humano.

El ministro Tattenbach ha fallado en su deber constitucional de garantizar un ambiente sano y ecológicamente equilibrado para las futuras generaciones de Costa Rica. Su falta de acción efectiva y su complicidad en proyectos destructivos han generado una crisis ambiental imposible de ignorar. Queda claro que la postura del Gobierno en temas ambientales ha sido vergonzosa a nivel internacional, y despoja a Costa Rica de su histórico liderazgo en asuntos climáticos y oceánicos.

La población de Costa Rica espera de sus jerarcas, el respeto a lo establecido en el artículo 11 de la Constitución Política: “Los funcionarios públicos son simples depositarios de la autoridad. Están obligados a cumplir los deberes que la ley les impone y no pueden arrogarse facultades no concedidas en ella. Deben prestar juramento de observar y cumplir esta Constitución y las leyes (…)”.

¿Quiere participar activamente en la recolección de firmas?

En un esfuerzo consciente por generar lazos entre quienes defendemos el ambiente y el derecho de las presentes y futuras generaciones a un ambiente sano y ecológicamente equilibrado y una vida digna, se busca fomentar la conversación sobre estos temas de afectación general. Fortaleciendo así la participación ciudadana en el cuido de los bienes comunes y los recursos naturales.

La primera etapa de esta campaña consiste en recolectar firmas de manera física y a título personal. Para sumarse a este movimiento, deberá seguir los siguientes pasos:

  1. Comprometerse con este proceso
  2. Ingresar al enlace: https://forms.gle/tJvVAcpsEiz3Qk798
  3. Inscribirse
  4. Descargar los archivos
  5. Comunicar en sus redes sobre la recolección de firmas con la información específica de cómo y dónde las están recolectando
  6. Salir a recoger firmas en cualquier lugar del país y hablar sobre lo que está sucediendo con otras personas

Las organizaciones que quieran sumar su logo a manera de firma, pueden registrarse en el siguiente formulario: https://forms.gle/ZVxBKKgc9xc9Pprd8

La información sobre la campaña también se encuentra disponible en las redes sociales del Bloque Verde, Covirenas Caribe Sur, Costa Rica por el Océano y Talamanca Siempre Verde.

Para más información, por favor escribir al correo: fuerafranz@gmail.com

De los cimientos a los desafíos: la historia de la institucionalidad costarricense

Prisma Latinoamericana presenta: Raíces de la institucionalidad costarricense y los peligros que enfrenta hoy: entrevista al señor Vladimir de la Cruz, Parte I.

En este video, el historiador Vladimir de la Cruz nos ofrece una mirada profunda sobre cómo se formó la institucionalidad costarricense y cómo los privilegios democráticos que disfrutamos hoy fueron producto de un largo proceso histórico. De la Cruz, en conversación con el sociólogo Miguel Sobrado, explica los momentos clave en la construcción de la República Social de Costa Rica, desde los movimientos políticos y sociales hasta las reformas que dieron forma a un sistema que hoy consideramos uno de los más estables en América Latina.

Además, se analiza cómo la herencia colonial y los movimientos ideológicos influyeron en la creación del sistema democrático y las reformas que dieron forma a Costa Rica tal como la conocemos hoy. Uno de los temas destacados es cómo los jóvenes de la década de 1940 se involucraron activamente en los asuntos políticos del país, con la creación del Centro de Estudios para los Problemas Nacionales, que dio origen a la influyente revista SURCO. 

Si te interesa saber más y entender cómo se forjó el país que conocemos hoy y los desafíos que enfrenta en este siglo, esta entrevista es imperdible. ¿Cómo se construyó nuestra democracia? ¿Qué papel jugaron los partidos políticos, las reformas sociales y los movimientos ideológicos en este proceso? Le invitamos a ver el video: