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Etiqueta: mujeres

BENEMÉRITA

Por Memo Acuña (Sociólogo y escritor costarricense)

Recientemente, justo en medio de una discusión acalorada acerca de la representación de la mujer deportista y su invisibilización por la narrativa hegemónica masculina a propósito de las Juegos Olímpicos desarrollados en Japón, fueron anunciadas en Costa Rica 14 mujeres como Beneméritas de la patria.

Representantes de distintos campos y actividades políticas, sociales y culturales, son quizá un punto distante en una sociedad que todavía hoy discute el tipo de vestimenta que una mujer debe llevar en una actividad deportiva o si es bueno para el espectáculo industrial del entrenamiento que mujeres deportistas de élite muestren su humanidad, su miedo, su incertidumbre por encima de la disciplina que realizan y las obliga a la perfección constante.

El anuncio de las 14 mujeres Beneméritas prácticamente pasó desapercibido en el medio nacional salvo algunas consideraciones vertidas en redes sociales a favor y en contra acerca de sus logros y sus biografías. Confieso que, en estos tiempos, escuchar algunos nombres incluidos en una lista así, me llena de satisfacción por lo que hicieron, lo que aportaron en sus luchas personales y colectivas, por su trabajo incansable, por lo que significan en una sociedad como esta.

Quisiera recordar en esta oportunidad un breve pasaje compartido, para mi dicha, con una de ellas. Para presentarla me valgo de la querida poeta costarricense María Montero que la resume así:

“Soy la gran Virginia Grütter, ¿la recuerdas?
la que escupe tabaco en las esquinas
y está ronca de pegar gritos
y camina como una estela pintarrajeada y tambaleante”

Exactamente ese esencia del personaje, como se suele decir en las artes escénicas respecto a la construcción del papel de parte de quienes les interpretan, es lo que guardo en mi memoria como resultado de ese breve encuentro con la gran Virginia, esa poeta y actriz descomunal de nuestra historia artística.

Era octubre de 1991. La fecha no tendría nada de especial si no contextualizamos y la ubicamos en la gran jornada que librábamos entonces las cuatro universidades públicas por defender nuestro presupuesto.

Eran otros tiempos. Eran los primeros años de fiereza neoliberal en Costa Rica y a un Ministro de Hacienda, fiel representante del monetarismo y las ideas sobre la reducción del Estado (de esos abundan ahora y siguen estando en los poderes Ejecutivo y Legislativo, por cierto) se le ocurrió la genial idea de meterse con las universidades públicas. Y nos encontró. Vaya que nos encontró.

Ahí nos tuvo en las calles de San José por varias semanas. Cerca de 20.000 universitarias y universitarios le hacíamos visitas diarias a sus oficinas ubicadas en las inmediaciones del Hospital San Juan de Dios. Eran marchas multitudinarias, alegres, artísticas por toda la ciudad capital. Que lograron al menos contrastar, retrasar con mística, el gran músculo del pensamiento economicista en boga.

Por aquellos días, en la vieja Facultad de Ciencias Sociales de la UCR, instalamos un “comando de lucha”: La Radio 24 de Abril sonaba desde el 4 piso, ubicada en los ventanales de las asociaciones estudiantiles. Desde allí se informaba a la comunidad universitaria el curso de los acontecimientos. Las aulas se convirtieron en talleres de confección de mantas, pancartas, consignas. A la entrada del edificio, una tarima convocaba tanto discursos políticos como propuestas de arte, de toda expresión posible.

Cerca de esa tarima, una tarde de octubre de 1991, esa estela de pintorrejeos y voz profunda se acercó para solicitarme un cigarro y café. Los conseguí en el acto. Sus risas rebeldes de esa tarde y su rostro ya curtido me han acompañado todos estos años, desde entonces, en mis recuerdos sobre mis primeras intromisiones en varias luchas que he acompañado.

Termina mi querida María su texto:

Soy yo
la del cuerpo grabado en la piedra
la que consume sus ojos en la arena
la que ya no puede hablar de amor tan fácilmente.

La Grütter, como el medio literario y cierto sector político la llama familiarmente, acaba de ser condecorada por un país que se está quedando sin memoria. Hoy, Virginia, más allá de tu benemeritazgo que obligará a las nuevas generaciones a conocerte, las luchas continúan aún más fuertes contra esto que ya no no solo es fiera sino torbellino insaciable por terminar con todo lo que del Estado Social se encuentre a su paso. Universidades públicas incluidas.

Más allá del merecido reconocimiento estatal a Virginia Grütter, permanecen intactas otras formas de aprender de sus luchas personales, buscando, encontrando, liberando. Ese personaje, tantas veces encarnado en su vida como si fuera una puesta teatral en la que participara como actriz principal, es el que devela su anchísima estatura a la vuelta de los años.

Me quedo con el recuerdo de esa tarde de octubre. Me quedo con su vozarrón fuerte, su carcajada insolente, su alma profundamente maquillada por la ternura y la permanente vocación de rebeldía y de lucha, la igualdad, la apuesta por la cultura. Dice Jenny, mi compañera de vida, que recuerda haberla escuchado en esa tarde invitarme a su casa a leer poesía. Ahora, a la vuelta del tiempo, con toda seguridad le hubiera aceptado la invitación. Y mucho café.

Benemérita, pero sobre todo la Grütter. ¿Cómo no despedir este recuerdo con uno de los textos más evocadores de su biografía?

Tú llegarás oliendo a madrugada
a musgo y a camino.

Traerás aún hojas desconocidas
enredadas al pelo
y no estarás cansado.

Pero yo besaré
tus ojos de cóndor
hasta secar la última lágrima,
la última gota de sangre,
y con ramos de veranera y de bellísima
limpiaré la pólvora
que aún quede entre tus manos.

Imagen: http://www.antoniomiranda.com.br/iberoamerica/costa_rica/virginia_grutter.html

Serie: Mujeres indígenas recuperadoras de tierra 3

La ley 6172, ley indígena, se refiere a la creación de los Territorios y su reglamentación definiendo en su artículo 3 que: 

“Las reservas indígenas son inalienables e imprescriptibles, no transferibles y exclusivas para las comunidades indígenas que las habitan. Los no indígenas no podrán alquilar, arrendar, comprar o de cualquier otra manera adquirir terrenos o fincas comprendidas dentro de estas reservas. Los indígenas sólo podrán negociar sus tierras con otros indígenas. Todo traspaso o negociación de tierras o mejoras de éstas en las reservas indígenas, entre indígenas y no indígenas, es absolutamente nulo, con las consecuencias legales del caso (…)”.

Pese a ello, continúan dándose usurpaciones de tierra por parte de grandes terratenientes, pequeños propietarios o inclusive empresas que llevan a las personas indígenas a tener enfrentamientos por la defensa de sus territorios.

Esta es la tercera infografía de una serie de producciones realizadas por el Foro Confluencia Solidaria, el grupo trabaja el tema: Mujeres indígenas recuperadoras de tierra. Le invitamos a compartirlo en sus redes.

 

Imagen de portada: UCR.

Información compartida a SURCOS por Foro Confluencia Solidaria.

Serie: Mujeres indígenas recuperadoras de tierra 2

El líder indígena Brörán de Térraba, Jerhy Rivera, fue asesinado el 24 de febrero del 2020 en medio de una disputa entre indígenas y usurpadores de tierras. 

Rivera participaba en un proceso de recuperación de tierras en ese territorio.

Esta es la segunda infografía de una serie de producciones realizadas por el Foro Confluencia Solidaria, el grupo trabaja el tema: Mujeres indígenas recuperadoras de tierra. Le invitamos a compartirlo en sus redes.

 

Imagen destacada: UCR

Información compartida a SURCOS por Foro Confluencia Solidaria.

El liderazgo tiene rostro de mujer

Mediante la comunicación social y la producción audiovisual social, un grupo de mujeres toman la escena en sus manos

Autoría: Eduardo Muñoz Sequeira (Vicerrectoría de Acción Social, UCR)

Si las semillas tuvieran rostro, sería de mujer: de lideresas, de gestoras comunitarias, de políticas y luchadoras por sus territorios. Y aunque la cultura sexista ha reducido el rol de las mujeres a la procreación humana, la realidad es que esa es apenas una de las muchas actividades que cada día ellas emprenden.

Sus voces y sentires son tan diversos como mujeres existen en las costas, las zonas urbanas o rurales, etnias o nacionalidades. Y parte de ellas fueron recopilados en la Memoria del Campamento Audiovisual de Mujeres y Territorios (EC-519), una sistematización de experiencias del proyecto homónimo, e iniciativa del Programa Kioscos Socioambientales, inscrita en la Facultad de Ciencias Sociales.

El EC-519 surgió en el año 2019 “como un espacio de encuentro para mujeres que provienen de distintos territorios. Se realizó desde tres campamentos, en los cuales participaron 24 mujeres de 14 comunidades y 13 organizaciones de Costa Rica. Nos movimos por el país para reunirnos: en Punta Morales, como territorio costero; en Longo Mai, como territorio campesino; y en Sabanilla y La Carpio, como territorios urbanos”, explicaron las facilitadoras Zuiri Méndez Benavides y Catalina Tenorio Vargas, responsables de la sistematización y compiladoras de los textos incluidos en el documento.

De acuerdo a las compiladoras, estos campamentos fueron un espacio de encuentro de mujeres que provenían de “diferentes coordenadas y no habían tenido la oportunidad de conocerse, pudieron reunirse y escuchar, en la narración de sus compañeras, historias que desconocían, generando espejos, preguntas sobre sus propias historias, intercambios de estrategias como mujeres ante las opresiones, y un entramado de complicidad, afinidades y afectos. En la historia de una, nos fuimos encontrando todas”.

Para la ejecución del proyecto, explicó Méndez, dadas las restricciones sanitarias por la pandemia del COVID-19, las mujeres participantes fueron las productoras de los materiales audiovisuales, para lo cual recibieron capacitaciones en lenguaje audiovisual, movimientos de cámaras, iluminación y sonido. Además, se diseñó un manual para el uso del equipo que constaba de un celular, un estabilizador, micrófonos, lámpara y equipo de limpieza y tarjetas prepagos entregadas por la Universidad de Costa Rica (UCR). Esto permitió mantener un contacto permanente con todas las participantes, quienes fueron las líderes de todo este proceso, que aún continúa cosechando.

Otro de los productos logrados por este campamento fue la sistematización de la cartografía social participativa de lucha de mujeres en los territorios. Estos dieron origen a un mapa del cuerpo, ilustrado por Elizabeth Argüello, y organizado el material por Catalina Tenorio, de los campamentos realizados en el 2019. Con estos insumos se diseñaron 24 retratos tipo collage de las participantes con el apoyo de la diseñadora Paula Peña de las cuales surgió otra publicación disponible en este enlace.

Uno de los retos del proyecto fue precisamente los obstáculos que impuso la pandemia sanitaria para hacer más actividades presenciales. Esto obligó a reformular las actividades, y según Méndez, implicó a reformularse como un segundo proyecto, inventado nuevas formas de trabajo. Al final, se avanzó en todo lo propuesto y se concluyó exitosamente, enfatizó.

El proyecto “Campamento Audiovisual de Mujeres y Territorios» (EC-519) ha contado con el apoyo de Fondos Concursables 2019- 2020 de la Vicerrectoría de Acción Social (VAS). Surgió gracias a las ideas y el trabajo de otros proyectos, como el de Comunicación y Memoria: Prácticas Narrativas y Audiovisuales con las comunidades de Puntarenas (TC-702), Comunicación Comunitaria para el Cambio Social (TC-127), Fortalecimiento de procesos de articulación con actores sociales y comunitarios en torno a conflictos socio-ambientales específicos (TC-590), y al Programa de Economía Social Solidaria (PROESS), de la Escuela de Sociología.

Este proyecto fue la contraparte de otro que produjo una serie de seis capítulos, realizados por La Feria Producciones, productora audiovisual independiente que ganó el financiamiento del fondo El Fauno, otorgado por el Centro de Cine del Ministerio de Cultura.

Entre otros productos logrados por las mujeres participantes del proyecto EC-519 están la publicación de artículos colectivos, participación en programas radiofónicos y producción de videos sobre las luchas de las indígenas en la recuperación de sus territorios ancestrales, la pesca ilegal, los desafíos de las mujeres en el campo y ellas atravesando la pandemia. Así como la participación en un taller virtual sobre observaciones comunitarias al Acuerdo de Escazú, organizado con el Observatorio de Bienes Comunes.

Para leer con detalle las experiencias recogidas en la Memoria del Campamento Audiovisual de Mujeres y Territorios puede seguir este enlace en el Repositorio Kérwá.

TOMA DE CONCIENCIAS

Shirley Barrantes Ilama, una de las participantes de los campamentos organizados por el proyecto EC-519, dijo que se siente “sumamente orgullosa del trabajo que representa la memoria publicada porque transmite al 100% todo lo que sentimos las mujeres que participamos. Me parece que es un trabajo enriquecedor, y es demasiado lindo. No tengo palabras para agradecer”.

Unos de los aspectos que destacó Barrantes durante la presentación virtual de la memoria, es que cuando llegan a “estos espacios y escuchamos a otras mujeres e intercambiamos nuestras experiencias, nos fortalece y empodera”.

Barrantes es líder comunitaria, habitante de la comunidad de La Carpio e integrante de la Cooperativa de Vivienda, Construcción, Fuerza, Unión, Destreza y Ayuda Mutua R.L. (Coovifudam R.L.). En su caso, comentó, “no me había dado cuenta del empoderamiento como mujer y el crecimiento personal y profesional que adquirimos y por medio de estos campamentos hemos logrado identificar todas estas acciones que hacemos todos los días y que no nos damos cuenta”.

Por su parte, Marcela Esquivel Jiménez, productora de La Feria Producciones, gracias a estos campamentos “hemos aprendido a pensar, sentir y construir otros cines. El cine es una herramienta para contar historias. Y en este proyecto estamos quebrando ese privilegio que la industria capitalista y patriarcal le ha asignado a algo tan maravilloso como el arte de narrar desde una cámara con imagen y sonido. Como participantes logramos conocer los territorios de otras mujeres de este país a los que no hubiéramos accedido fuera de este encuentro. Eso fue gracias al recurso oral y visual que pusimos en práctica al compartir nuestras realidades, luchas e incluso heridas personales”.

Finalmente, Zuiri Méndez concluyó que en su caso los campamentos se constituyeron en “un espacio potente en tanto se conforma con la presencia y la voluntad del hacer común de mujeres que resisten todos los días desde sus acciones cotidianas, con la defensa y el cuido de sus territorios, de la vida y de la alegría ¡Que importante y poderoso es defender la alegría! Hacer memoria nos permite resguardar los procesos ante el olvido y la invisibilidad, sobre todo cuando se trata de proyectos hechos por y para mujeres”.

Para leer con detalle las experiencias recogidas en la Memoria del Campamento Audiovisual de Mujeres y Territorios puede seguir este enlace en el Repositorio Kérwá. Además, en el perfil de Facebook de este proyecto se pueden explorar otras iniciativas que están en ejecución.

Información tomada de https://accionsocial.ucr.ac.cr/noticias/el-liderazgo-tiene-rostro-de-mujer

Serie: Mujeres indígenas recuperadoras de tierra 1

Según datos del INEC, al 30 de junio de 2020, en Costa Rica existe una población de cercana a más de 100,000 personas que se han identificado como Indígenas según la Ditsö. Esto significa que más del 2% de la población en Costa Rica es Indígena.

La ley 6172, Ley Indígena, hace una amplia regulación de temas que abarcan la identidad, la organización y el territorio de los pueblos indígenas.

Esta es la primera infografía de una serie de producciones realizadas por el Foro Confluencia Solidaria, el grupo trabaja el tema: Mujeres indígenas recuperadoras de tierra. Le invitamos a compartirlo en sus redes.

 

Información compartida a SURCOS por Foro Confluencia Solidaria.

¿Quién hace las noticias?

El pasado 14 de julio del 2020 se publicó el sexto informe de monitoreo global de medios sobre género, este es el mayor estudio sobre la representación de las mujeres en los medios de comunicación del mundo.

El sexto informe del GMMP, incluye datos de 116 equipos nacionales y cubre 30.172 reportajes publicados en periódicos, transmitidos por radio y televisión, y difundidos en sitios de noticias y a través de tweets de los medios de comunicación. Presenta un análisis de género sobre qué ha cambiado, si es el caso, la presencia, representación y voces de sujetos y fuentes en las noticias desde que se llevó a cabo el primer GMMP en 1995. El informe incluye datos y análisis sobre la representación de género en las noticias relacionadas con COVID y, por primera vez, los roles de los pueblos originarios, las personas con discapacidades, los grupos discriminados por su etnia y las personas adultas mayores en las noticias. Sarah Macharia, compartió los resultados de este estudio, a su lanzamiento en línea asistieron más de 200 participantes en todo el mundo.

Como parte de los resultados de esta investigación se destaca que en ningún país o región del mundo ha logrado la igualdad de género en términos de personas retratadas como sujetos y fuentes en el contenido de las noticias; Sin embargo, por primera vez desde 2010, «parece haber un ligero movimiento ascendente» en la proporción de historias que tienen a las mujeres como sujetos y fuentes.

Los resultados e informes pueden verse en pueden ver más en:  https://whomakesthenews.org/gmmp-2020-final-reports/

 

Compartido con SURCOS por Ana Chacón y Vilma Peña.

Las mujeres candidatas

Vladimir de la Cruz

En el sistema electoral costarricense a finales del siglo XIX, por la participación que tuvieron las mujeres en la movilización del 7 de noviembre de 1889, orientada a detener un supuesto fraude que se tramaba contra las elecciones, el Presidente José Joaquín Rodríguez, 1890 – 1894, propuso el reconocimiento de voto de la mujer, sin que esto pudiera concretarse.

En la década de 1910-1920 se iniciaron los movimientos feministas en el país para lograr este Derecho, lucha que se mantuvo por las décadas siguientes. Con el Partido Comunista de Costa Rica, fundado en 1931, se empezó a plantear la plena igualdad jurídica de hombres y mujeres en materia política y electoral.

Las luchas de la mujeres se dieron en distintas formas, no solo en el campo del sufragio, que amainaron frente a las luchas políticas, sociales y sindicales que cobraron fuerza.

En la década de 1940-1948 se intensificaron las luchas de las mujeres en el ámbito político y en la defensa del sufragio frente a las acusaciones que se hacían a los procesos electorales de 1944 y 1948.

El Golpe de Estado que llevó a José Figueres a tomar el Poder, y fundar la Junta de Gobierno de la llamada Segunda República, 1948-1949, atrasándole la Presidencia a Otilio Ulate, vencedor de las elecciones de 1948, en cuya defensa se había realizado el movimiento armado de Figueres, hizo también que Figueres convocara la Asamblea Nacional Constituyente, que funcionó durante 1949, terminando sus funciones el 7 de noviembre, momento en el cual también cesó el Golpe de Estado, al asumir Otilio Ulate la Presidencia de la República.

La Asamblea Nacional Constituyente estableció en la materia político electoral el voto universal, con lo que se reconoció el voto de la mujer costarricense. Desde entonces se integró la mujer al ejercicio del sufragio, como uno de los derechos más sagrados que gozamos y tenemos los costarricenses.

La primera vez que las mujeres costarricenses pudieron ejercer su derecho al voto fue en unas elecciones cantonales, a propósito de un Plebiscito que se hizo en el Distrito de la Tigra en San Carlos en 1950, siendo Bernarda Vásquez, vecina de la Tigra la primer mujer en ejercer el voto.

A nivel nacional fue a partir de las elecciones de 1953 cuando empezaron a gozar de la igualdad política de elegir y también de ser electas. En esta ocasión fueron electas las primeras tres mujeres parlamentarias, Ana Rosa Chacón González, María Teresa Obregón Zamora y Estela Quesada Hernández. Desde entonces han sido electas, cada vez más con mayor cantidad de mujeres porque la legislación ha avanzado obligado la paridad vertical y horizontal en la colocación de las mujeres en las listas de candidatos que ofrecen los partidos.

De esta manera desde 1953 hasta el 2018 han obtenido las mujeres los siguientes escaños legislativos

1953    3
1958    2
1962    1
1966    3
1970    5
1974    4
1978    5
1982    4
1986    7
1990    8
1994    9
1998    11
2002    22
2006    25
2010    23
2014    20
2018    26

Igualmente han presidido la Asamblea Legislativa, siendo la primera en hacerlo, en 1986, Rosemary Karpinski Dodero, luego Rina Contreras López y las últimas, en el actual gobierno Carolina Hidalgo Herrera y Silvia Hernández Sánchez.

De todas las diputadas 10 han repetido una vez la diputación.

En cuanto a candidatas en la fórmula Presidencial empezaron a aparecer, como candidatas a la Vicepresidencia, por primera vez en 1970, cuando la izquierda, con el Partido Acción Socialista postuló a Luisa González Gutiérrez

En los siguientes procesos electorales, a partir de 1978 se mantuvieron en la lista como Vicepresidentas de esta forma:

1978, Lucila Garro Bogantes por la Organización Socialista de los Trabajadores,

1982, Jeannette Bolaños Paniagua y Alicia Soto Blanco por el Partido Demócrata,

1986, Victoria Garrón Orozco por Liberación Nacional, de nuevo Luisa González Gutiérrez por Alianza Popular,

1990, Meta Figueres Boggs por Liberación Nacional, Vilma Soto Alvarado y María Avila Rojas por el Partido Alianza Nacional Cristiana, y Nidia Herrera Bonilla por el Partido Revolucionario de los Trabajadores en Lucha,

1994, Rebeca Grynspan por Liberación Nacional, Mabel Nieto Cartín por la Unidad Social Cristiana, María García Pérez por Fuerza Democrática, María de los Angeles Quesada por el partido Alianza Nacional Cristiana, y Mayra Arias Tuk por el Partido Independiente,

1998, Astrid Fischel Volio y Elizabeth Benito Odio por la Unidad Social Cristiana, Rosemary Karpinski Dodero y Joyce Zurcher Blen por Liberación Nacional, Alcira Castillo Martínez y Odalía Calderón Solano por Fuerza Democrática, Ana Rita Cañas Ruiz por el partido Integración Nacional, Ana María Pérez por el partido Demócrata, Patricia Odio Iglesias por el Movimiento Libertario, Ligia Arias Rodríguez por el partido Nacional Independiente, Mavis Pearson Sawyers por el partido Alianza Nacional Cristiana, Pueblo Unido a Norma Vargas Duarte y Ana Cecilia Jiménez, Marianita Harvey Chavarría por partido Nuevo Partido Democrático, y por el Partido Independiente la fórmula fue completa en los tres puestos, Yolanda Gutiérrez Ventura, Leda María García Pérez, Rafaela Dobles Hidalgo.

2002, Lineth Saborío Chaverri por la Unidad Social Cristiana, Sandra Pizk Feinzilber por Liberación Nacional, Sadie Bravo Pérez por Acción Ciudadana, Otilia Chacón Chacón por el Movimiento Libertario, Elizabeth Delgado Alvarado por Integración Nacional, Anabel Artavia Montero y Marjorie Santamaría Monge por Fuerza Democrática, Ana María Corrales Solís por el partido Unión General, Ligia María Arias Rodríguez por el partido Patriótico Nacional, Ana Quesada Gómez y Vilma Soto Alvarado por Alianza Nacional Cristiana y Nora Fallas Solano por Rescate Nacional.

2006, Laura Chinchilla por Liberación Nacional, Epsy Campbell Barr y Marita González Vega por Acción Ciudadana, Ana Alfaro Masis por el Movimiento Libertario, Liliana Salas Salazar por la Unidad Social Cristiana, Eleonora Badilla Saxe por Unión para el Cambio, Sadie Britton González por Unión Nacional, Floribeth Acosta Jiménez por Renovación Costarricense, Emilia Rodríguez Arias por Alianza Democrática Nacionalista, Anabel Artavia Martínez y Marjorie por Fuerza Democrática, Patricia Ramos por Coalición Izquierda Unida, Gloria Valerín Rodríguez y Emilia Molina Cruz por Unión Patriótica.

2010 Laura Chinchilla Miranda de Liberación Nacional, Mónica Segnini Acosta por Acción Ciudadana, Lorena San Román por el Movimiento Libertario, Iris Zamora Zumbado por la Unidad Social Cristiana, Lilliette Gutiérrez Rojas por Partido Accesibilidad sin Exclusión, María Barahona Riera por Alianza Patriótica, Vivian González Trejos por Integración Nacional.

2014, Ana Elena Chacón Echeverría por Acción Ciudadana, Silvia Lara Povedano por Liberación Nacional, Dagmar Facio Fernández por el Frente Amplio, Abril Gordienko López por el Movimiento Libertario, Patricia Vega Herrera por la Unidad Social Cristiana, Lisbeth Quesada Tristán por Patria Nueva, Rose Mary Zúñiga Ramírez por Restauración Nacional, Ana Dinorah Rodríguez Rojas por Renovación Costarricense, Zulema Villalta por Accesibilidad sin Exclusión, Luz Mary Alpízar Loaiza por Nueva Generación, Jessica Barquero por el Partido de los Trabajadores, Carmen Lidia Pérez Ramírez por Avance Nacional y Vivian González Trejos por Integración Nacional.

2018, Epsy Campbell Barr por Acción Ciudadana, Ivonne Acuña Cabrera por Restauración Nacional, Victoria Gamboa Ross por Liberación Nacional, Edna Camacho Mejía por la Unidad Social Cristiana, María Cecilia Moreira por Integración Nacional, Rosemarie Carro por el Republicano Socialcristiano, Vivian Quesada por el Movimiento Libertario, Laura Hall Moore por el Frente Amplio, Sol Echeverría Hine por Nueva Generación, Laura Fernández Delgado por Alianza Demócrata Cristiana, Sigrid Umaña Alvarez por Renovación Costarricense, Sigrid Umaña Alvarez por Accesibilidad sin Exclusión, y a Jessica Barquero por el Partido de los Trabajadores.

Para las elecciones próximas de febrero del 2022 ya tenemos las siguientes candidatas en la papeleta presidencial, como vicepresidentas o presidentas, y algunas de ellas, en doble candidatura, presidenta y primer lugar de diputada por San José:

Por el partido Nueva República a la Vicepesidencia Alexandra Loría Beeche, por la Unidad Social Cristiana a Lineth Saborío Chaverri, candidata Presidencial, y por el Partido Unidos Podemos a Natalia Díaz Quintana, quien es a la vez candidata a Presidenta y a diputada por San José. Esta doble postulación la están impulsando candidatos hombres en otros partidos.

En el escenario se anuncian posibles candidatas dentro de quienes postulan en el Partido Acción Ciudadana como Marcia González Aguiluz y Carolina Hidalgo Herrera.

No hay a la vista ninguna otra candidata disputando la candidatura a la Presidencia o participando de la fórmula vicepresidencial, pero las habrá porque es obligatorio llevar al menos una candidata.

Para las elecciones de febrero ya hay 18 partidos habilitados para participar, y en posibilidad de llegar a participar si logran inscribirse a tiempo alrededor de una docena más.

De todas estas candidaturas solo una vez, en el 2010, fue electa una mujer como Presidenta de la República, Laura Chinchilla Miranda, 2010-2014, quien abrió la puerta y la esperanza para otras mujeres de llegar a ser electas.

Entre las que ya están de candidatas me parece que la que más posibilidades puede tener, de ser electa Presidenta, es la candidata de la Unidad Social Cristiana, Lineth Saborío Chaverri. Su victoria aplastante en la Convención de su partido la destacó como eficiente organizadora y lidereza. En lo particular me satisface que haya derrotado, con la paliza que le dio a Pedro Muñoz, que se mantuvo en toda su campaña como arrogante, petulante, grosero con periodistas, con actitudes machistas electorales, blandiendo armas y estandartes de derecha, renunciando con ello a la vieja tradición de ese partido, especialmente a la historia que lo levantó en la década de 1940-1948, de partido reformista aliado a los comunistas. Por el contrario Pedro Muñoz exaltaba sus posturas derechistas, mientras Lineth y el mismo Erwen Masís mostraban más cautela.

En la Convención de la Unidad Social Cristiana sin lugar a dudas Erwen mostró también la sutileza de su trabajo desde las cantonales y logró imponerse en el segundo lugar muy honrosamente.

Pedro Muñoz por ahora cabó su propia tumba en la que se autosepultó en la Convención. Su derrota fue política, después de esto le queda poco por hacer, parlamentaria porque nadie le reconoció nada de su paso por la Asamblea Legislativa, o porque le conocieron bien su paso y no le apoyaron y moral, por la forma chabacana con que se manejó en su Convención. Debió haberle hecho caso a Miguel Angel Rodríguez cuando llamó a buscar una coalición.

Aún sin coalición, en este momento, la candidatura de Lineth si sabe articularse a banderas sociales puede pelear la Presidencia de la República, o asegurar, si así fuere un lugar para una segunda vuelta electoral en caso de que llegue a darse. Esto dependerá de quien lleve en las otras candidaturas y especialmente en la de diputados.

Si esta Asamblea Legislativa se ha lucido por su derechismo político la próxima se espera que camine hacia un progresismo social. Al menos una buena parte del electorado espera esto. Y eso lo veremos con la integración de las papeletas de todos los partidos y de quienes encabecen los puestos más fáciles de ser electos.

Las Cámaras empresariales se están moviendo con la intención de asegurar en algunos de estos partidos sus representantes directos como diputados de esos partidos. Los movimientos sociales debieran hacer lo propio.

Memoria del Campamento Audiovisual de Mujeres y Territorios

El lunes 12 de julio a las 6:00 p.m. (CST) estará presentando la publicación “Memoria del Campamento Audiovisual de Mujeres y Territorios”, desde el Facebook Live del Programa Kioscos Socioambientales.

En este espacio virtual, se contará con el apoyo de Shirley Barrantes como maestra de ceremonias. Shirley es integrante COOVIFUDAM y estará acompañando desde La Carpio.

La Dra. Isabel Avendaño, decana de la Facultad de Ciencias Sociales, nos compartirá unas palabras de apertura.

Además, se contará con la intervención de compañeras defensoras de territorios que provienen de distintas organizaciones del país y que participaron en el Campamento Audiovisual de Mujeres y Territorios (CAM).

Se expondrán los segmentos generales de este archivo del proceso, un vistazo sobre las herramientas metodológicas utilizadas y el enlace donde podrán descargar la publicación gratuitamente.

 

Compartido con SURCOS por Zuiri Méndez.

Cambios en el régimen de pensiones y su impacto en la vida de las mujeres

El foro de mujeres INAMU invita al panel: “Cambios en el Régimen de pensiones y su impacto en la vida de las mujeres”, en el cual se contará con la participación de las panelistas:

  • María Elena Rodríguez
  • Ana Felicia Torres Redondo
  • María Picado Ovares

Y la moderadora será:

  • Beatriz Castro Zúñiga

El panel será el día 2 de julio a las 3:00 p.m.

Se podrá sintonizar por medio de Zoom o bien el Facebook live de Foro de mujeres – INAMU

Pandemia incrementó desigualdad de género en espacio doméstico

A partir de la pandemia, el espacio doméstico se convirtió en un lugar con mayor desigualdad de género, no solo porque se trasladó el trabajo remunerado de la esfera pública hacia la esfera privada del hogar, sino también porque las horas laborales y las dedicadas a las tareas domésticas y de cuido se acumularon desproporcionadamente sobre las espaldas de las mujeres. Así lo confirman los resultados de la investigación “Conciliación de vida laboral y vida familiar en el marco del Covid-19 en mujeres académicas de la UNA”, elaborada por Ana Elena Obando, del Instituto de Estudios de la Mujer de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Nacional (IEM-UNA).

Ya antes de la pandemia, datos de la Organización de las Naciones Unidas reportaban que las mujeres dedican tres veces más tiempo que los hombres a los trabajos domésticos y de cuido no remunerados (entre 22 y 42 horas por semana).

Con la crisis sanitaria, esta desigualdad se profundizó. En el caso de las mujeres académicas, el estudio del IEM-UNA revela que al trasladarse -con el confinamiento- el trabajo remunerado de la Universidad al hogar, se borró la línea de tiempo que dividía a este de las tareas domésticas.

“Ello originó un caos… Al cambiar los tiempos y el espacio, aumentaron las horas de ambos trabajos, comprimidos en un espacio que no tenía las condiciones físicas para el teletrabajo”, destaca el informe de esta investigación, cuyos resultados se obtuvieron a partir de cinco grupos focales con la participación de un total de 22 académicas de distintas áreas del conocimiento, de diversas sedes, con edades entre 33 y 57 años.

A esto se sumó el cierre de centros educativos y de cuido -tanto públicos como privados- a los cuales asistían sus hijos e hijas, que significó una presión adicional para las mujeres como principales cuidadoras.

Polifuncionalidad y soledad doméstica

La multiplicación de las horas de trabajo remunerado y no remunerado se relaciona con la polifuncionalidad que debieron asumir las mujeres.

En los grupos focales, la mayoría de las académicas afirmó que el trabajo doméstico, las múltiples tareas de cuido, más todo el trabajo de la Universidad, incluyendo la atención a estudiantes -quienes generalmente no respetaban los horarios laborales- las obligó a trabajar hasta en la madrugada para poder cumplir con todo.

 “Se me fue el día haciendo meriendas, atendiendo a mis hijos, haciendo tareas y atendiendo a los estudiantes, porque no es lo mismo cuando una está en clases presenciales, allí tienen menos dudas y se evacúan de inmediato” , dijo una académica, según se registra en el informe de la investigación.

Como parte del estudio, se contabilizaron en una tabla las horas dedicadas al trabajo remunerado, así como las destinadas a tareas domésticas y de cuido por ellas y sus parejas, lo cual confirmó la desigual distribución de los trabajos entre los sexos y evidenció la extensión de la jornada laboral remunerada de 8 horas hasta 14, tiempo extra no reconocido ni remunerado.

Las académicas también experimentaron lo que en la investigación se denominó soledad doméstica, que se refiere a la falta de acompañamiento en las tareas domésticas y de cuido de parte de sus esposos o compañeros.

La mayoría de ellas coincidieron en que sus parejas “les ayudaban”, pero que la responsabilidad principal siempre recaía sobre ellas.

La investigadora Ana Elena Obando destacó que esta soledad doméstica, que generalmente ha sido acompañada por otras mujeres (familiares o empleadas domésticas), se hizo más evidente en tiempos de pandemia, ya que el confinamiento y el miedo al contagio las limitó para buscar apoyo en los oficios domésticos, a la vez que las aisló por completo del espacio social presencial.

No es casual, entonces, que las académicas manifestaran que extrañan la oficina como un espacio separado del hogar, ya que en este no solo podían dedicarse al trabajo remunerado sin las distracciones presentes en la modalidad de teletrabajo, sino que permite la interacción con personas fuera de la familia; es decir, ofrece la posibilidad de mantener cierto equilibrio emocional y social, que aliviana la carga laboral y académica.

Tareas de valor

La investigación “Conciliación de vida laboral y vida familiar en el marco del Covid-19 en mujeres académicas de la UNA” parte de la premisa de que las tareas del hogar y de cuido generan producción y valor, por lo cual deben reconocerse y contabilizarse en los modelos de la economía, buscando formas de redistribuirlos equitativamente entre ambos sexos, tanto desde el Estado como mediante medidas institucionales.

Esta premisa está en concordancia con el Objetivo 5 de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible (ONU, 2015), que establece el deber de: “Reconocer y valorar los cuidados no remunerados y el trabajo doméstico no remunerado mediante la prestación de servicios públicos, la provisión de infraestructuras y la formulación de políticas de protección social, así como mediante la promoción de la responsabilidad compartida en el hogar y la familia, según proceda en cada país.”

En este sentido, esta investigación incluye recomendaciones orientadas a que se realicen los cambios en el ámbito universitario para contribuir a equilibrar la desigual carga académica y laboral que recae sobre las trabajadoras universitarias, con el fin de mejorar la salud, las condiciones laborales de las académicas y su crecimiento profesional.

En esa línea, se propone realizar campañas para instar a los hombres universitarios y a otros a que asuman su responsabilidad del 50% de las tareas del hogar y de cuido junto a las mujeres y demás miembros adultos de la unidad familiar.

Asimismo, se insta a que la Universidad dé pasos en esa dirección, mediante políticas, horarios, salarios, tiempos de reuniones y creación de unidades y redes especiales de apoyo para el cuido de las y los niños y adultas(os) mayores, que generalmente están a cargo de las mujeres universitarias.

Además, se recomienda reformar el Reglamento de Régimen Académico para crear nuevas formas de evaluación que tomen en cuenta desde las labores académico-docentes, de investigación y acción social, entre otras, hasta los trabajos de cuido y del hogar que hacen las mujeres.

 “Medir a ambos sexos bajo los mismos parámetros y exigirles los mismos requisitos obviando la división sexual del trabajo, resultará en odiosas discriminaciones contra las mujeres y perpetuará las desigualdades de género existentes”, subrayó Ana Elena Obando, autora de la investigación.

Este tipo de trabajos se inscribe dentro de la Política de Igualdad y Equidad de Género de la Universidad Nacional (PIEG-UNA), que en su numeral 4 señala la importancia de fomentar la conciliación de la vida profesional, laboral y familiar del personal académico y administrativo.

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Enviado por Oficina de Comunicación, Universidad Nacional, Costa Rica.

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