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Etiqueta: patriarcado

8 de marzo: ¡Tomamos las calles en defensa del aborto legal!

¡Contra el gobierno y los grupos antiderechos, contra la violencia machista, la represión y el ajuste neoliberal!

Conmemoramos el origen del 8 de marzo (8M) “Día Internacional de las Mujeres Trabajadoras”, el cual se remonta al año 1911 para recordar a las obreras fallecidas tras la explotación laboral que llevó a su patrón a asesinarlas. En Costa Rica las luchas por los derechos de las mujeres y otros grupos oprimidos por el patriarcado tienen una larga trayectoria. Actualmente vemos estancamiento en derechos que costaron sangre y sudor de compañeras del pasado, y retrocesos en otros derechos, por lo que este 8 de marzo al igual que cada año el movimiento feminista inunda las calles en contra de la desigualdad, el patriarcado y la violencia, y sostenemos nuestro derecho a la protesta y a la manifestación.

Las mujeres y disidencias sexogenéricas de Costa Rica nos levantamos en contra de las políticas misóginas implementadas desde el gobierno del acosador Rodrigo Chaves, así como desde otros poderes de la República, entre ellos el Judicial, al incumplir con la justicia para las mujeres, víctimas de femicidio y familiares afectades donde las cifras van en aumento. Instamos a la población a consultar los mapeos y cartografías sociales de los femicidios que buscan mantener viva la memoria de quienes nos han sido arrebatades.

Seguimos luchando por aborto legal, seguro y gratuito, por su despenalización y reivindicamos la consigna de educación sexual y salud pública para decidir, anticonceptivos para no abortar y aborto legal para no morir.

En esta misma lucha, nos pronunciamos en contra de la violencia obstétrica y exigimos calidad de vida para las infancias y adolescencias, así como dignidad menstrual para todas las personas menstruantes y levantamos la lucha por los derechos de las personas seropositivas y contra el tabú que rodea al VIH debido a la discriminación.

Denunciamos la aprobación de recortes y ajustes neoliberales y antipopulares por parte de la Asamblea Legislativa en contra del bienestar de las mujeres, impulsadas y apoyadas desde el oficialismo junto con los demás partidos políticos tradicionales, grupos antiderechos, fundamentalistas religiosos, conservadores y ultraderechistas. A su vez la violencia política fomentada por este gobierno acosando sindicalistas, diputadas, cooperativistas y demás compañeras luchadoras. Es necesaria la aplicación de la Ley “10.235 “Ley para prevenir, atender, sancionar y erradicar la violencia contra las mujeres en la política” y su reglamento en todas las instancias, así como la aprobación de la reforma a dicha ley con proyecto de Ley 23443 “Ley para Fortalecer los Mecanismos de Protección de los Derechos de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia en la Política”.

Posicionamos que la crisis del agua en distintos sectores del país muestra cómo se ven afectadas las vidas de las mayorías trabajadoras y populares. Apoyamos de forma solidaria a los Comités de vecinos y vecinas que defienden el derecho humano fundamental al agua potable.

En esta misma línea de políticas nacionales, instamos a las diputaciones a aprobar el proyecto de ley 20.970 “Ley para prohibir todas aquellas «terapias» dirigidas a revertir o modificar con fines de pretendida «curación» la orientación sexual o identidad de género de las personas”, apoyar el proyecto de ley 23.809 “Ley de reconocimiento de identidades trans, no binarias, de género diverso e intersex”. Abordando temáticas relacionadas al cupo laboral, educativo y estudiantil dirigido a personas trans y no binaries.

Rechazamos la provocación del Gobierno sobre su “intención” de desconocer la jurisdicción del Sistema Interamericano de Derechos Humanos; así como los ataques a la institucionalidad. Nos pronunciamos en contra de la reestructuración del INAMU sin plena consulta hacia la sociedad civil, de los nombramientos absurdos en el AyA, contra los recortes en educación y cultura, en vivienda e inversión social, y en salud. Demandamos: ¡que se paguen todas las deudas a la CCSS, incluida la del Gobierno!

En el país, los índices de pobreza y desempleo generan que las responsabilidades familiares recaigan sobre las mujeres, entre ellas se encuentran las adultas mayores asumiendo el cuido y labor doméstica. Rechazamos todo proyecto de ley que implique jornadas de 12 horas diarias, como el proyecto de ley 21.182, “Ley para actualizar las jornadas de trabajo excepcionales y resguardar los derechos de las personas trabajadoras”, ya que implica mayor explotación laboral y la salida de mujeres de la fuerza laboral al no poder asumir las jornadas de trabajo.

Señalamos el reconocimiento de la inclusión del trabajo sexual como categoría ante la C.C.S.S., como un paso en el reconocimiento del derecho a la salud de las mujeres trabajadoras sexuales y demandamos acciones de protección estatal a quienes son víctimas de la trata de personas, explotación y violencia física y sexual.

Destacamos la violencia estructural que sufren las mujeres con discapacidad. Además, de la violencia en contra de las comunidades indígenas por parte de personas usurpadoras de tierras. Exigimos al Estado medidas concretas para combatir el aumento de la deserción escolar en nuestras comunidades, resultado del abandono estatal y la falta de acceso a una educación de calidad y oportunidades laborales. También, que se aborde la situación de las poblaciones afro que se ven obligadas a involucrarse en organizaciones criminales para subsistir. Demandamos el fin de la discriminación racial en todos los ámbitos de la sociedad. Es fundamental que se reconozcan y valoren los aportes de las mujeres afro e indígenas a la sociedad, y que se promueva activamente su participación y liderazgo en todos los niveles.

Además, la lucha de las mujeres es por las que están dentro de una cárcel descontando una condena, las mujeres que acompañan a sus familiares privades de libertad, las que cuidan, y sostienen el tejido social de los barrios y comunidades más estigmatizados del país.

Marchamos porque las hembras no humanas conforman un sector que también es violentado y asesinado diariamente. El objetivo es acabar con el consumo, opresión y cosificación especista y sexista a la que pertenecen los cuerpos disidentes y hembras, logrando la liberación de todas las especies.

Al mismo tiempo, alzamos la voz en contra de la violencia hacia las personas LGBTIQA+, por las mujeres lesbianas, bisexuales, pansexuales, no heterosexuales, asexuales, arrománticas, queer, trans y personas no binaries.

Manifestamos un apoyo a las mujeres centroamericanas que desafían regímenes autoritarios y represivos como los liderados por Nayib Bukele en El Salvador, Daniel Ortega y Rosario Murillo en Nicaragua. Exigimos la liberación de todas las personas encarceladas por la represión, mientras reconocemos y valoramos la contribución de las mujeres nicaragüenses migrantes a la sociedad costarricense, a pesar de los obstáculos que enfrentan, como el desempleo, la precariedad laboral y el aumento de la xenofobia y el racismo.

Nos posicionamos firmemente en solidaridad internacional con las diversas luchas que enfrentan las mujeres y la diversidad sexual en todo el mundo. Por ello nos solidarizamos con la Marea Verde en Argentina que enfrenta el intento del presidente ultraderechista de Argentina, Javier Milei, de prohibir el aborto legal, una lucha histórica del movimiento feminista. Nos unimos con determinación a la Acción Global Feminista y al paro internacional del 8 de marzo, reconociendo la necesidad de unificar reclamos y denunciar las injusticias que persisten en nuestras sociedades. Condenamos la ocupación y el genocidio perpetrado por Israel en Palestina, que respalda el imperialismo estadounidense y europeo, y rechazamos la complicidad de jefes de Estado como Rodrigo Chaves en estos crímenes de guerra.

Este 8M llamamos a todas las feministas y al movimiento amplio de mujeres en nuestras diversidades y pluralidades, y las personas LGBTIQA+ a marchar unides en defensa del aborto legal y contra todas las formas de opresión.

¡Solamente articulades hacemos frente al gobierno y los grupos antiderechos, machistas y neoliberales!

Imagen ilustrativa.

Documento de Trabajo: ECOFASCISMOS ¿TIEMPOS DE CAMBIO?

Observatorio de Bienes Comunes

¿Por qué hablar del fantasma del ecofascismo? Nos aproximamos a una intensificación de los conflictos socioambientales, los efectos de la crisis ecológica presiona la disposición de los bienes naturales, sociales y culturales de nuestras sociedades. En pocas palabras un caldo de cultivo para el reposicionamiento del capitalismo, racismo, colonialismo y patriarcado.

Es decir, la posibilidad real de la agudización de las desigualdades socioambientales, a través de la defensa de los privilegios de los sectores dominantes; criminalización, represión, despojo y expulsión. Es así como la disputa de la reconfiguración de los territorios es una situación latente.

El ecofascismo, resume una posible salida a la crisis ecológica, es decir la reconfiguración de los territorios a través del despojo e imposición de las condiciones necesarias para el sostenimiento y reproducción de los privilegios de clase, género y raza.

Por esta razón, se torna imprescindible preguntarnos ¿para qué conservar? y ¿para quienes? Es aquí que el enfoque de la justicia socioecológica nos brinda algunos elementos necesarios para replantearnos las dimensiones de nuestros análisis y compromisos éticos, políticos y pedagógicos mediante los cuales abordar la actual crisis ecológica.

Ante las soluciones propuestas por los sectores dominantes, se observa la continuidad de ciertas tendencias:

  • La necesidad del capitalismo por abaratar todos los costes de producción.
  • El avance de las fronteras extractivas hacia lugares cada vez más remotos.

Lo anterior en favor de un modelo dominante caracterizado por alto consumo energético, dependiente de la agroindustrial, de la producción y transporte de manufacturas, entre otras dimensiones.

Esta propuesta procura problematizar las implicaciones de un modelo de gestión ambiental que valida y legitima un imaginario de sociedad, en la cual Estados, Gobiernos, Empresas y el Sistema Financiero crean soluciones a la crisis climática a partir del mercado, los precios y la tecnología, en este escenario ¿Qué lugar tienen las brechas de desigualdades socioambientales presentes en nuestras sociedades?

La Democracia no liberal de Milei

Germán Gorraiz López – Analista

La nueva estrella del firmamento neoliberal argentino, Javier Milei se habría convertido en el vivo reflejo de la incongruencia trumpiana y habría conseguido suplir su bisoñez en la gestión pública con el impacto mediático de sus intervenciones públicas al tiempo que se habría convertido en una “rara avis» que consigue desarbolar cualquier estrategia opositora que sea mínimamente racional. Asimismo, Milei sería portador de un peligroso virus político que podría arrasar con los principios de la democracia argentina al poseer un ADN dotado de la triple enzima DXH (dictadura blanda, xenofobia y heteropatriarcalidad) y cuyo primer efecto visible fue el finiquito de lo “políticamente correcto».

Milei y el populismo

El ideario de Milei tendría la paternidad del anterior asesor de Trump, Steve Bannon que consiste en «crear un mundo virtual y paralelo aderezado de mentiras y medias verdades que consigue desarbolar cualquier estrategia opositora que sea mínimamente racional».

Igualmente, Bannon le transmitió los puntos esenciales del ideario populista: mensajes cortos y xenófobos en las redes sociales, culto al líder y utilización de las fake news para sumir a la población en la duda existencial. Así, el pensamiento de Milei no tiene en cuenta las razones contrarias, sólo recoge datos o signos que le confirmen el prejuicio para convertirlo en convicción e incluiría los puntos esenciales del ideario populista: maniqueísmo (Comunismo o libertad), culto al líder y finiquito de lo “políticamente correcto”.

Asimismo, Milei sufre de un delirio de grandeza que provoca que “el individuo se crea dotado de un talento y un poder extraordinarios debido a que las deidades le han elegido para una alta misión” (Salvación de Argentina). En consecuencia, la propaganda de Milei estuvo dirigida «no al sujeto individual sino al Grupo en el que la personalidad del individuo unidimensional se diluye y queda envuelta en retazos de falsas expectativas creadas y anhelos comunes que lo sustenta».

La Democracia no liberal de Milei

El puzzle inconexo del caos ordenado puede esbozarse mediante la llamada “Teoría de las Catástrofes” del científico francés René Thom y se basaría en dos conceptos antinómicos para intentar “comprender el orden jerárquico de la complejidad biológica”. Así, el concepto de estabilidad o equilibrio se refiere a un sistema que permanece estable aunque registre un cambio.

En la orilla antónima, encontramos el concepto de cambio cualitativo o discontinuidad que se produce cuando simples cambios cuantitativos pasan a ser otra cosa diferente y el sistema se transforma internamente de modo radical en una nueva realidad que modifica su situación de equilibro interno y se crea una situación nueva (Democracia no liberal), tesis defendida por Milei y que consiste en la implementación de una democracia no liberal, siguiendo la estela del húngaro Viktor Orbán.

Dicho régimen bebería de las fuentes del paternalismo de las dictaduras blandas y de las tesis económicas neoliberales y devendrá indefectiblemente en un régimen autocrático, forma de gobierno ejercida por una sola persona, especie de parásito endógeno de otros sistemas de gobierno (incluida la llamada democracia formal). Así, partiendo de la crisálida de una propuesta partidista elegida mediante elecciones libres, llegado al poder se metamorfosea en líder Presidencialista con claros tintes totalitarios (xenófobo, neoliberal y autoritario), lo que confirma el aforismo de Lord Acton “El Poder tiende a corromper y el poder absoluto corrompe absolutamente”.

El último día del hombre

José Luis Amador.

Por José Luis Amador

Ocurrió hace unos cuantos años, en el 2019 para ser exacto. Me topé de manera accidental con el programa radial de una conocida periodista. Se supone que estaban haciendo la despedida al Mes del Hombre (sic). Era el último programa del mes dedicado al género masculino supongo yo.

En días pasados algunos amigos jocosamente habían enviado un meme de un hombre abrazándose a sí mismo y decía, te felicitamos en este día porque posiblemente ninguna amiga lo vaya a hacer hoy. Era sólo un chiste, por supuesto, pero resultó así, con alguna excepción.

El punto es que, en dicho programa, que se celebraba supongo yo, en homenaje al hombre, y por supuesto para generar reflexión sobre temas de masculinidad, se concentró en analizar el dramático testimonio de una señora, que hablaba del maltrato recibido por su esposo. El programa se volvió un poco lacrimoso y además cargado de referencias al machismo, a la agresión de los hombres y a los hombres tóxicos.

Honestamente me alegré mucho de que sólo un “mes del hombre” haya en el año. Aunque este tema y este tipo de tratamiento es recurrente todos los días. Por otra parte, pensé que la referencia a los hombres agresores y los testimonios de este tipo son usuales durante las efemérides femeninas. Pero me pareció bastante curioso y poco creativo terminar el mes del hombre con el mismo abordaje.

Y es que el punto es el siguiente: no dudo, ni yo, ni otras personas, hombres y mujeres, que el tema de la violencia de género es sumamente grave y debe ser atendido, y el femicidio, erradicado. De lo que no estoy seguro es que la forma de abordar el tema de la masculinidad, del género hombre, de la mujer, o de la relación hombre-mujer, deba ser siempre la misma. Ni siquiera estoy seguro de que los temas de violencia deban ser los que eclipsen toda la rica gama de posibilidades temáticas y realizaciones del vínculo hombre mujer.

Pero hay algo más que me preocupa. ¿En qué momento ser hombres se convirtió en sinónimo de femicida o de agresor? ¿En qué momento la agresión como tema pasó a ser esa la única faceta de la masculinidad, y del aporte que damos a la familia y a la sociedad?

Como persona y como hombre, me rehúso a tener que cargar con la culpa de los femicidas. Ni siquiera con la responsabilidad del patriarcado como fenómeno histórico. Ni con las agresiones reales o imaginadas de mi padre, ni mis abuelos. Simple y sencillamente no me reconozco en ese estereotipo.

Pienso que soy parte de una generación que, por las razones que sea, ha empezado a cambiar de ruta. Nos ha tocado, a veces con mucha incertidumbre y mucho dolor existencial, y mucha agresión de la que nadie habla, dar un cambio en nuestra conducta. Las más de las veces sin ninguna orientación, más allá que la experiencia misma, ensayo-error. No ha sido fácil, y estamos en ello. Y no espero ningún reconocimiento para esta generación de hombres en proceso de cambio. A esos hombres en transición uno los ve todos los días con sus niños y niñas de la mano, cambiando pañales, haciendo oficios domésticos, siendo compañeros de sus compañeras. Pero es curioso, los discursos anti-hombre provenientes de la institucionalidad y desde la prensa, y cierto sector profesional, no los ha descubierto aún en su histórico proceso existencial de cambio.

Mas, sin embargo, experimentamos a diario una descarga brutal, emocional, visceral, en contra de todo el género masculino, al que somos acreedores por el solo hecho de haber nacido hombres. Como decía arriba, no me siento responsable ni portador de la responsabilidad o de los actos de todos los hombres que me precedieron. Yo no soy responsable del patriarcado, ni del machismo histórico, ni mis congéneres contemporáneos tampoco.

Y es que algo no anda bien, cuando cada vez que encendés la radio o la tv, te encontrás con programas que repiten casi que por moda (en sentido estadístico), la misma bofetada indiscriminada, que no va al agresor, sino a todos los congéneres masculinos. Recientemente me decía un amigo que participa en colectivos sociales donde hay gran presencia de muchachas vinculadas a grupos activistas en temas de género, acerca de lo mucho que le cuesta expresar sus reflexiones y posiciones, solamente por el hecho de ser hombre. Y es que, cuando no podés expresarte y discrepar sin exponerte a un ataque indiscriminado y a mansalva, fundamentalmente por el hecho de ser hombre, algo está ocurriendo, lo mismo que cuando no podés expresarte sólo por ser mujer, y eso lo entendemos también. Y es que estamos pasando a la misma realidad enfermiza e injusta, de la que estamos pretendiendo salir, solo que invirtiendo el signo.

Igual que en el esquema anterior, donde la institucionalidad, la convención y el sentido común, defendía al varón en contra de la mujer, estamos pasando a un esquema de inequidad inversa, donde hay una institucionalidad y un sentido común, que defiende a la mujer y pone en situación de injusticia y desventaja al hombre, por el solo hecho de serlo. Que lo digan los padres de familia que luchan porque injustamente se les impide ver a sus hijos, a veces tan solo por el capricho de alguien.

En algún momento me tocó llegar a hacer fila en el Patronato Nacional para plantear un tema relacionado con el bienestar de mi hijo y encontrarme con el rostro de personas, ante las cuales, yo era sospechoso de algo, cuando no culpable ad-portas, solamente por el hecho de ser hombre, casi que sin haberme escuchado.

He tenido guardadas estas reflexiones posiblemente desde el 2019. Hoy me animé a sacarlas a la luz, porque alguien me mandó un “saludo del día del hombre”. Fue una querida amiga, pero me envía un texto donde dice: “Feliz día del hombre, porque no todos los hombres son iguales, existen hombres buenos”.

Bueno, yo por mi parte agradezco mucho la “deferencia”, pero no me identifico con la “diferencia”. Soy hombre, igual a todos. Pertenezco al género humano. Estoy en proceso de aprendizaje y evolución. Y esperaría que ustedes, mujeres, gays, lesbianas, TAMBIÉN.

Se trata de una lucha colectiva por la convivencia y el amor. Se trata crear un mundo mejor para todos, con esperanza. Ahí estarán nuestros hijos e hijas, y no podrán nacer marcados con ningún tipo de culpabilidad, ni por su género, ni por su orientación. Nunca más.

Sí entendido esto alguien me dice, feliz día del hombre, acepto y doy las gracias.

¡Feliz día para todos y todas!

 

Publicado en Facebook y compartido con SURCOS por el autor.

Los cuerpos y las vidas de las mujeres indígenas como transacción: el colonialismo y el patriarcado en la carretera del despojo – conversatorio

El OBCRA y el CIEM le invitan al conversatorio «Los cuerpos y las vidas de las mujeres indígenas como transacción: el colonialismo y el patriarcado en la carretera del despojo».

Se llevará a cabo este sábado 28 de octubre a las 2:00 p.m. en el Centro Cultural Mano de Tigre (Dbön Orcuo), 100 metros sur de la Escuela de Térraba.

En la actividad analizaremos y conversaremos sobre la sentencia N.° 202301345 del recurso de amparo interpuesto a favor de los derechos humanos de las mujeres indígenas.

Contaremos con la participación de Elides Rivera Navas, representante de la Asociación de Mujeres Mano de Tigre Indígenas de Térraba y Faustina Torres Torres Asociación de Mujeres Indígenas de Talamanca (ACOMUITA).

También pueden ver la actividad por el Canal WebTV de la Facultad de Ciencias Sociales y por nuestras redes Obcra Cian-ucr.

¡Les esperamos!

Mi sobrina, Barbie y Gabo

Marcos Chinchilla Montes

Debo de reconocer que luego de la alharaca de vestimentas rosa relacionadas con el lanzamiento de la película Barbie, tanto en Costa Rica como a nivel internacional, no tenía la menor expectativa sobre los alcances de la misma.

La primera advertencia vino de parte de una de mis sobrinas, quién haciendo un resumen de la misma, trajo a colación los conceptos de machismo, patriarcado y misoginia; todo un logro comprensivo para una chica de quince años, formada toda su vida en centros educativos de naturaleza católica, y para rematar, viviendo en una sociedad que privilegia valores conservadores que cosifican y discriminan a la mujer.

El empujón definitivo para verla lo encontré en un video que me llegó por Whatsapp, en el cual una mujer del movimiento profamilia atacaba la película, y aducía que la misma procuraba destruir los valores de la familia tradicional.

Barbie plantea una ficción temporal y espacial que se enfrenta de manera violenta en varios planos con la realidad en la que nos desenvolvemos. En primera instancia, encontramos una sociedad material, perfectamente organizada alrededor de la protagonista, y en la cual dominan las mujeres hermosas y estilizadas, con una organización social superficial, inamovible, repetible todos los días.

En contraposición a ese escenario, el acercamiento de Ken a la sociedad humana, le hace copiar y disfrutar de los “mejores valores” del patriarcado, para imponerlos en Barbieland, mediante un supuesto proceso democrático (dicho sea de paso, manipulado) que terminaría beneficiando a los machos.

Barbie, la película, coquetea con algunas explicaciones y posibles soluciones al nefasto patriarcado, incluso hace una velada crítica a la sociedad capitalista norteamericana. Aunque, es insuficiente en explicaciones (léase a Simone de Beauvoir, Rita Segato o Judith Butler) hay que reconocer que para ser una comedia de cuño hollywoodense, se toma algunas libertades políticas de mal gusto para algunos de los sectores más conservadores: la mujer dueña de su cuerpo, de sus afectos, de sus proyectos personales, de su capacidad organizativa.

Barbie, la película, habría sido imposible en nuestras sociedades hace unos 15 o 20 años, lo que hace alusión a los limitados, pero decididos avances que el movimiento femenino ha venido alcanzado, pero que en cualquier momento pueden ser cercenados como de hecho ya ocurre en El Salvador, Estados Unidos de América o Polonia.

Tengo la sospecha que a diferencia del capítulo titulado “Lisa contra la Baby Malibú” (Los Simpson, 1994, quinta temporada), en el cual solo una niña aprovechaba el trabajo crítico de Lisa, esta producción cinematográfica influirá de manera positiva en millones de mujeres y varones, deconstruyendo así prácticas nocivas para el desarrollo de la humanidad. Sobre el particular, en 1992 Gabriel García Márquez externó una idea que tiene plena vigencia: “Lo único realmente nuevo que podría intentarse para salvar la humanidad en el siglo XXI es que las mujeres asuman el manejo del mundo (…) Sería, por primera vez en la historia, una mutación esencial del género humano (…) Pero, aunque solo fuera por eso, la inversión de poderes es de vida o muerte”.

Al final de la comedia, en esas reservas que permite la ficción, me encantó que Barbie, la muñeca, se convirtiera en una humana imperfecta, y que, de paso, se decantara por ser una chancletuda; el pensamiento crítico en plena construcción, tan necesario en una sociedad en que se exaltan la discriminación, el odio, la exclusión social, el individualismo, y el nefasto neo fascismo que ya toca a nuestras puertas.

«Ser la mamá que se levanta a la hora perfecta, que hace 50 tareas del día, que va al trabajo, le va bien y además es amorosa, tiene un costo personal enorme»

Diana Massis

Marcia Aguiluz

«Tengo 47 años, nací en Costa Rica, producto de una relación entre mi madre tica (de 35 años) y mi padre hondureño (de 63 años). De pequeña me decían que era «hija natural», porque mis padres no se casaron y no convivían juntos. Soy la menor de 13 hermanos y hermanas, la mayoría de los cuales no conocí por ser hijos de diferentes mamás», cuenta la abogada costarricense Marcia Aguiluz en el artículo «¿Qué significa ser mujer en Centroamérica?»

Como feminista y defensora de los derechos humanos, Aguiluz da un panorama crudo y certero de los muchos males, discriminaciones y violencias que azotan a las mujeres de la región.

Pero también pregunta y se pregunta, no solo en busca de respuestas sino para intentar empoderar a las mujeres y generar cambios. Sociales y personales.

Si pudiera desbaratar el patriarcado, dice, lo primero que desbarataría sería «la culpa que tenemos las mujeres y que llevamos en el cuerpo. La culpa de no ser perfecta. La culpa de no ser amada si no soy de tal manera. La culpa de tener hijos. La culpa de no tener hijos. La culpa de irme de mi casa. La culpa de quedarme. La culpa de trabajar fuera de casa. La culpa de quedarme en casa».

¿Cómo las violencias determinan a la mujer centroamericana?

En términos de homicidios, feminicidios, robos, los delitos tradicionales, Centroamérica claramente es una de las regiones más violentas del mundo.

A las mujeres la violencia nos cruza, nos atraviesa en el alma y lo vivimos de miles de formas.

Las cifras son escandalosas. Algunos ejemplos: sólo en 2022 hubo 1.128 feminicidios a nivel regional; en Guatemala entre enero y abril de 2022 se documentaron 1.013 casos de violación de niñas y adolescentes, y en Nicaragua cada 2 horas ocurre un caso de violencia sexual, alrededor de 15 por día.

Está además, la violencia del rol que se nos impone.

Lo digo siempre con mis amigas: ¡qué jodido!, ¿verdad?: cuando sos niña le debés obediencia a tus papás; cuando te casás, se la debés a tu marido; cuando eres madre a tus hijos y cuando envejecés, a tus papás porque tenés que regresar a cuidarlos.

¿Cuándo es el momento en que las mujeres somos libres?, ¿por qué siempre tenemos que estar al servicio de alguien más? Es tremendamente violento si lo ves en una línea de tiempo: ¿cuándo es el momento de nosotras?

Al hacer ese análisis en una mujer rural, en una que vive en Honduras, en una mujer lesbiana o trans, en una mujer migrante o con discapacidad, el panorama es aún más tremendo.

¿Y qué pasa con el estereotipo de la centroamericana voluptuosa, alegre, colorida? ¿Existe, convive?

Uno de los grandes problemas de los estereotipos es que nos imponen una forma de actuar.

Que se diga que la mujer centroamericana es alegre, que siempre está contenta, nos pone en un pedestal en el que es difícil caminar, aún cuando sea un estereotipo positivo. Tampoco nos da libertad, porque no tenemos derecho a enojarnos o a quejarnos.

El estereotipo de que la mujer centroamericana siempre está contenta también puede ser perjudicial, opina Aguiluz. Getty Images

Durante algunos años nos han hablado de que Costa Rica es el país más feliz del mundo y eso tiene su carga. Las trabajadoras de maquilas en Honduras ganan un salario que ni siquiera paga la canasta básica, pero aún así tienen que estar alegres.

¿Tenemos las condiciones para ser verdaderamente felices? ¿o se nos encasilla para que no rechacemos lo que nos está haciendo infelices?

Dices que te sientes profundamente centroamericana, ¿cómo es esa identidad?

Una identidad que hemos construído a lo largo de las amistades, de la lucha, los afectos, las rabias que nos da la injusticia de ver los comunes denominadores de los gobiernos, no importa si son de derecha o de izquierda.

Tenemos tantas raíces en común, a la vez tantos desafíos y una élite muy mezquina, ¿verdad?

Muchas veces hemos llorado. Yo conocí a Berta Cáceres (líder y activista indígena), trabajé con ella y recuerdo cuando me llamaron el día que la asesinaron en 2016 para decirme «mataron a Berta» y vos decís, pero ¿qué es esto?

Para mí ser centroamericana es sentir en la piel el dolor, los desafíos, las luchas y también las alegrías de mis hermanas y hermanos centroamericanos. Yo los siento en mi corazón y los vivo en mi piel.

De niña te decían que eras hija natural, ¿cómo te marcó?

Muchísimo porque siempre me hizo sentir menos.

Tenía una hermana mayor y ella era la hija del matrimonio, era la importante y todos los demás hermanos y hermanas hijos de mi papá, éramos de otra categoría.

Crecí con el inconsciente de que necesitaba ser más y debía destacar para ser digna de ser hija de papá. Por supuesto, una de pequeña no racionaliza, pero cuando lo veo en retrospectiva, sin duda alguna marcó muchísimo.

¿Se cuestiona aún que las mujeres que podamos tomar decisiones respecto de nuestra vida, sexualidad, maternidad?

Hay tres claves que guían mi trabajo como defensora: la lucha por la dignidad, por la igualdad y por la libertad, que no son iguales para todas las personas.

Como feminista no puedo decirle a una mujer «usted tiene que salir a trabajar y no hacerle la comida a su marido». Es una imposición violenta.

El tema es que las mujeres sean libres para decidir. Si su libre elección es quedarse en casa y tener diez hijos, aplaudo esa elección. Si quieren ser madres es maravilloso, pero de una manera consciente, no con la carga, la culpa y la señalización de que tiene que ser de esa manera.

La muerte de Berta Cáceres en 2016 tuvo un impacto regional e hizo que surgieran muchas preguntas sobre lo que estaba pasando en Centroamérica. Getty Images

Que las mujeres decidan lo que quieren para sus vidas, démonos esa posibilidad.

¿Cómo te has liberado en tu vida personal?

Es una lucha diaria. No llega un momento en el que uno dice: me liberé de todo esto.

Quizás empecé a transformarme hace unos 20 años, pero hace unos diez me convertí al feminismo y lo digo con orgullo: soy feminista.

Creo que es la primera liberación: reconocerme como una persona que cree en ciertas cosas.

Y antes que eso, la liberación de mí misma. He sido tremendamente estructurada, con metas muy claras y roles asumidos, y me llegó el cuestionamiento interno de decir, ¿qué es lo que hace que quiera esto?, ¿por qué cuando tenía 29 años dije es hora de formar una familia o me voy a quedar solterona? Y en efecto, lo hice.

Luego llegó el momento en el que pensé, esto no es lo que yo quiero.

Así que tomé decisiones que he considerado liberadoras, como un cierto estilo de vida familiar, criar a mis hijos bajo ciertos valores, crear una relación distinta con mi mamá.

Las mujeres tenemos esta cuestión con nuestras madres, donde les ponemos un peso muy grande.

Mi mamá era servidora doméstica, no tuvo acceso a la educación y yo crecí cuestionándola. ¿Por qué permitió esto? Una de mis liberaciones ha sido honrar eso, reconocer su fortaleza y que hizo lo mejor que pudo con lo que tenía.

¿Y con los hijos cuál ha sido la liberación?

Tengo mellizos, un niño y una niña, y hoy los crío equivocándome todo el tiempo y pidiéndoles disculpas, que no es cosa fácil, porque en los primeros años de sus vidas tenía que ser la mamá perfecta.

Era mi concepción, y el mensaje que les estaba dando les generó ansiedad porque en ese nivel de perfección también era tremendamente exigente.

¿Qué estoy haciendo colocándoles un ideal de mujer que no existe?, me pregunté.

Ser la mamá que se levanta a la hora perfecta, que se acuesta a la hora perfecta, que cumple las 50 tareas del día, que va al trabajo, le va bien y además es amorosa, tiene un costo personal enorme.

Entonces fue rebobinar y decir no, no, perdón, perdón, no soy la mamá perfecta. Y conversar con ellos desde la imperfección, algo tan simple como decirles, bueno, resulta que yo también tomé licor cuando era adolescente, también me enamoré de una persona, hice estupideces.

Creo que la peor trampa que nos ha jugado el patriarcado a las mujeres es este ideal de perfección que también estaba transmitiéndole a mis hijos y que no existe.

En el artículo te refieres al aborto en Centromérica, donde es ampliamente penalizado, ¿el cuerpo de las mujeres le sigue perteneciendo a otros?

Nunca ocurrió de otra manera en Centroamérica. Ningún país permite el aborto libre, solo en algunos está permitido en situaciones extremas.

Hace poco en Costa Rica tuvimos el caso de una niña de 12 años que tuvo una bebé y el presunto violador, que era su padrastro, parece que la secuestró. No solamente hay una bebé desaparecida, sino una niña de 12 años con una hija y el sistema no detectó que había un problema.

El aborto es un tema que genera divisiones y debates en Centroamérica. Getty Images

Los datos de violencia sexual son atroces. Decir que se quiere proteger la vida del feto es el discurso fácil.

Las estadísticas donde existe aborto seguro muestran que se hacen en etapas tempranas, que bajan las cifras de mortalidad materna, ocurren menos en mujeres adultas y si se acompaña de educación sexual y políticas de prevención, disminuyen.

Si el objetivo fuera reducirlos, las políticas serían de otra naturaleza, pero en Centroamérica son punitivistas, y la penalización es claramente castigadora: ¿cómo se atrevió usted a desafiar el mandato de maternidad?.

Cuando algunas personas dicen ‘es que las mujeres lo van a agarrar como deporte’, yo digo: ¿qué te hace pensar que las mujeres somos tan estúpidas, tan irresponsables?, porque si las creyéramos sujetas pensantes, tendrían la inteligencia para decidir qué es lo mejor para sus vidas.

Los grupos que se oponen al aborto se han apropiado de los conceptos de protección de la vida y de la familia, ¿cómo lo han logrado?

Es uno de los de los grandes desafíos, las narrativas que estos grupos han creado, porque quién va a estar en contra de la vida. Han tenido la habilidad de desarrollar en palabras sencillas temas muy complejos.

Recientemente aprobaron en Perú un proyecto de ley que le otorga protección al feto, derecho a la vida, a la salud, al desarrollo de la personalidad, una serie de cosas que uno dice, pero ¿qué es esto tan absurdo?, ¿en qué momento empezamos con estos retrocesos tan fuertes?

Y por lo menos en Centroamérica lo vinculo a la presencia fuerte de grupos fundamentalistas en la política y al desdibujamiento del Estado laico.

Antes podíamos tener a las Iglesias, la católica y algunas evangélicas, manifestando sus opiniones, pero ahora los tenemos en los partidos, están construyendo política pública. Y las élites políticas entendieron que tienen mercados cautivos y han generado alianzas fuertes con estos grupos, donde ellos también han pedido sus cuotas.

También hablas de la violencia que sufren las mujeres defensoras de los derechos humanos y las mujeres políticas, ¿se las ataca en su escencia más que en su labor?

Tiene que ver con con su identidad de mujer, con su cuerpo, con las palabras que usan. Los ataques son personales, se les va a cuestionar en relación a su personalidad.

Menciono el ejemplo de una diputada costarricense que es gordita, que decía que se lo pensaba antes de sacar una foto comiéndose un postre, porque si la mostraba iban a venir cientos a atacarla, a decirle que por ser gorda no tenía derecho a comerse ese postre.

Hay un impacto psicológico distinto, y es difícil desprendernos cuando están atacando lo central: nuestro cuerpo o nuestra familia.

En el caso de mujeres defensoras, la mayoría de los ataques son amenazas: ‘le vamos a hacer esto a tus hijos’ ¿Y qué hace uno cuando le dicen eso? Deja lo que sea.

Planteas que en las labores de cuidado la brecha sigue siendo inmensa y mencionas «la carga mental», ¿cómo la describirías?

Es toda la labor de gerencia y logística que hay que hacer para lograr algo. Ese tiempo que gastás en pensar y coordinar.

Algo tan sencillo como la entrada a clases de los hijos en febrero; pues desde que salen de vacaciones en diciembre, estoy pensando en qué fecha necesito pagar la matrícula, comprar los útiles, a dónde voy a conseguir los uniformes, si tienen el bulto escolar, y lo tengo que pensar dos meses antes para que estén listos, a diferencia del padre que sabe que van a entrar a clases en febrero.

Esto está completamente invisibilizado y las mujeres somos parte del problema, de cómo lo asumimos y cómo nos cuesta soltarlo también.

Si pudieras desbaratar algo del patriarcado, ¿qué sería lo primero en echar abajo?

Desbarataría la culpa que tenemos las mujeres y que llevamos en el cuerpo. La culpa de no ser perfecta. La culpa de no ser amada si no soy de tal manera. La culpa de tener hijos. La culpa de no tener hijos. La culpa de irme de mi casa. La culpa de quedarme. La culpa de trabajar fuera de casa. La culpa de quedarme en casa.

Imagínate un mundo libre de culpas para nosotras, es que sería maravilloso.

Esta entrevista fue elaborada para la versión digital de Centroamérica Cuenta, un festival literario quese celebró en República Dominicana entre el 16y el 21 de mayo.

Fuente: https://www.bbc.com/mundo/noticias-america-latina-65603764

¡Muera el machismo! ¡Que viva el patriarcado! I (Por entregas)

Edgar Chacón Morales

Edgar Chacón Morales
Mayo de 2023

Masculinidad, poder, imaginario y vida cotidiana.

Indeseable

El machismo es una expresión de la masculinidad patriarcal, ejercida por hombres, que se concreta en la vida cotidiana, en violencia, dominación, abuso, discriminación, acaparamiento, toma de decisiones unilaterales y egoístas, irrespeto, intolerancia, entre otros fenómenos, pero no se genera ni se sostiene por sí solo. (Tiene más de dos mil años y ahí sigue).

Fuentes y sostén del machismo.

“Comportate como hombre”. “Aprendé a ser hombre”. “Te voy a enseñar a ser hombre”. Son voces de ayer, de hoy y de … pronunciadas por hombres y por mujeres, que comportan una serie de mandatos que se concretan en el entenderse, en la práctica del ser hombre, de los individuos masculinos patriarcales.

El machismo, es eso, una expresión de la masculinidad patriarcal. Ésta es a la que hay que visibilizar, porque es muy sutil, muy astuta y es la que lo genera, es la que lo hace mostrarse, para no mostrarse ella, que se esconde y disfraza, en otros “valores” aceptados y para nada cuestionados, sino más bien sostenidos por la generalidad de hombres, mujeres e instituciones sociales.

Para entender la masculinidad patriarcal, es necesario tener en cuenta dos dimensiones (En otro trabajo más extenso me refiero a esto, de manera más amplia: “Masculinidad: legitimidad, ética y estética del trabajo sobre masculinidad”):

1- La dimensión que tiene que ver con los hombres como individuos en cuanto a su entender y práctica de ser hombres. ¿Cómo vivimos y concretamos de manera práctica los hombres, el “ser hombres”, en el día a día?

2- La dimensión que tiene que ver con la masculinidad como ideología dominante, que es creada, mantenida y responde a la sociedad patriarcal y sus instituciones, emisoras de valores, mandatos y roles y creadora de consensos para hombres y para mujeres.

La masculinidad, no es sólo una conducta de personas aisladas, sino también, una estructura ideológica cultural, desde donde se decide, emite y modela esa conducta.

Reafirmando, la masculinidad crea y a la vez se sostiene en una armazón constituida por dos ejes: en un eje, se encuentra lo individual y lo cotidiano, todo aquello que la persona vive y hace en el día a día; y en el otro eje, se encuentra la sociedad expresada en sus instituciones fundamentales, en su historia y en su proyecto expreso de sociedad, valores, creencias, tradiciones, costumbres, que fundamentan lo que “es bueno” y lo que “es malo”.

En lo individual, la conducta de los hombres se concreta en mandatos y roles fundamentalmente, que modelan un sistema de relaciones, con otros hombres, con mujeres, con el ambiente y consigo mismos.

Entre los mandatos y roles más conocidos están, fuerte, callado, valiente, competente, competidor (que no son lo mismo), proveedor, entre otros.

En cuanto a las relaciones consigo mismo, la masculinidad se disfruta y se celebra (“por dicha soy hombre”). Pero también se sufre y es fuente de temores, inseguridades, ansiedades, complejos, dolores, mutilaciones y violencia (“y si no doy la talla” “y si no cumplo con lo que se espera de mí”).

Como estructura ideológica organizadora del patriarcado, en tanto sistema social, hay instituciones que actúan como vehículos de transmisión y fuentes de valores: el Estado, la religión, la patria, la familia, la educación, el arte, la ciencia, los cuales también se encargan de elaborar un complejo sistema de premios y castigos, según se cumpla o incumpla, aquello que obedece a los valores organizadores de esa sociedad.

Desde ahí se emiten valores fundamentales que deben ser seguidos y practicados por hombres y mujeres, se legitiman unas opciones de vida y se condenan otras (…es que ella es “desviada”, se dice de alguna mujer que ha optado por no cumplir el rol de ser esposa y madre abnegada… ¿no será machorra? se pregunta sobre una mujer que ha decidido no tener hijos).

La masculinidad patriarcal como ideología, es un sistema que une y a la vez aísla a las personas de un grupo social: junta a los individuos en cuanto cumplidores de mandatos y roles y seguidores de un modelo ideal (por ejemplo gremios, clubes, equipos deportivos), pero los aísla en cuanto personas con sentires y emociones, sustraídos de las imágenes y corazas del mundo público, simplemente en cuanto personas. Y así también descalifica. “Playo” es una de las palabras más usadas: “No seás playo”, “dejate de playadas”. Es un sistema que funciona para beneficiar al género masculino en su expresión patriarcal.

Algunos ejemplos de fuentes y mensajes: ¿Y las consecuencias? ¿Y la violencia?

Conocido es que, según expresiones religiosas, primero fue creado Adán y después Eva, quien fue sacada de la costilla de Adán. Fuente de un mandato, primero es el hombre. En todo y para todo y por lo tanto manda y dispone.

Luego, la biblia dice: “Pero quiero que entiendan que … el esposo es cabeza de su esposa… la mujer refleja la gloria del hombre, pues el hombre no fue sacado de la mujer, sino la mujer del hombre. Y el hombre no fue creado por causa de la mujer, sino la mujer por causa del hombre”.

Y lo repiten e inculcan curas y pastores; el Papa, otros líderes y gestores; así como la “femineidad complementaria”.

El hombre es primero, la mujer después, por lo tanto, el hombre manda y la mujer obedece. El hombre es la cabeza, la mujer no, por lo tanto, el hombre piensa y decide; la mujer calla y sigue.

Y trayendo a cuenta algunas dicotomías: el hombre es del mundo público, la mujer es del mundo privado; el hombre es fuerte, la mujer es débil; el hombre es el protector, la mujer es la protegida.

Para lo anterior, lo que nos muestran, la política, el arte y el deporte, por ejemplo, son acciones afirmativas.

La Música. Para muestra un botón: “Mariposa traicionera”, de Maná.

“Eres como una mariposa…fácil y ligera de quien te provoca… ay mujer cómo haces daño… abres tus alitas, muslos de colores. Donde se posan tus amores.”

El vídeo es lamentable: alcoholismo, provocación, degradación, pornografía, violencia material, psicológica. En ocasiones, hombres y mujeres, cantan, gesticulan, acompañan y parecen disfrutar la canción y su mensaje.

¿Y la violencia intergénero e intra géneros? Y nos asustamos de lo que sucede, de las estadísticas.

No hace falta traer a colación a Pedro Infante o Jorge Negrete. Para que alguien venga a decir que eso ya es viejo, que ya pasaron de moda. Entonces el asunto “ya pasó”.

Esas son las fuentes, hacia ellas debemos dirigir nuestros esfuerzos, si no, sigamos entreteniéndonos, combatiendo y condenando el machismo y el patriarcado estará muy contento porque nos está poniendo a dirigir nuestros esfuerzos en la dirección equivocada, sin que pongamos atención en el meollo del asunto: en las fuentes emisoras que lo sostienen todo. “Pelearse” con el machismo es pelearse con el cascarón, es como a quien le dan algo para que se entretenga y no moleste.

Hay instituciones y empresas que están contra el machismo, algunas reciben dinero por eso; hay fechas en las que se condena el machismo y como dice una de sus fuentes, si en eso nos quedamos, ahí seguiremos “Por los siglos de los siglos. Amén”.

Luchas de las Mujeres: amarse a sí mismas

«Ama a tu prójimo, como a ti mismo«
Mt. 22: 39, RV

Las mujeres y su movimiento histórico de liberación y justicia, reconocido hoy como “Movimiento Feminista” ha mostrado y contextualizado el mandamiento “Ama a tu prójimo como a ti mismo”. Nos referimos en concreto que no podemos amar al prójimo/próximo si no sabemos amarnos a nosotros/as mismos/as. El amor se muestra en autoprotección, autocuidado, que trasciende lo personal hasta llegar a transformaciones político-culturales en la sociedad y época en la que nos toca vivir y aportar.

Así, las denuncias sobre los daños causados por la cultura patriarcal y los modos de producción que justifican, esclavizan, invisibilizan y explotan a las mujeres son muestras concretas del amor impropio que no capacita para “amar a nuestro prójimo” porque eso no demuestra el amor a nosotras mismas, ha sido un mal amor impuesto, que genera desigualdades, injusticias y violencias de género.

La violencia integral contra las mujeres, ha sido utilizada por las clases sociales dominantes y las naciones estructuralmente machistas/patriarcales, con la intención de establecer reglas y normas que favorecen sus privilegios e intereses. En todas las sociedades explotadoras se crearon múltiples sistemas de opresión, expresados en contextos socio-históricos específicos donde las mujeres fueron forzadas, pero ellas simultáneamente desarrollaron una vitalidad asombrosa de resiliencia.

En el capitalismo, por ejemplo, se han utilizado poderosos recursos simbólicos para perpetuar las desigualdades y las diferentes formas de discriminación, además de dividir las luchas populares en pequeños temas y sectores sociales, centrados exclusivamente en algunas de sus demandas y reformas liberales específicas, para evitar su articulación en un proyecto común de cambio de sistema. Con esas intenciones han saboteado las luchas de los movimientos obreros, campesinos, indígenas, feministas, ecologistas, animalistas, LGBTIQ+, pacifistas, entre otros. Corresponde ahora unificar las divisiones sectoriales y sociales en un mismo sentir, porque la unión hace la fuerza.

En ocasión de estar en el mes de marzo y en el contexto de los quehaceres del Día Internacional de la Mujer (8 de marzo), desde la Iglesia Metodista Wesleyana Costarricense (IMWC), deseamos hacer una reflexión teológico-política, para mostrar, con base en el texto bíblico de Mateo. 22: 39 «Ama a tu prójimo, como a ti mismo» y Juan. 13: 34 «Amaos los unos a los otros, como Yo os he amado», como la conducta histórica de las mujeres ha sido modelo de protección y auto protección a través de sostener costumbres ancestrales.

Un ejemplo de ello ha sido, el trabajo arduo y extenso de denuncia sobre el patriarcado y sus secuelas en los hogares, en la calle, en el trabajo, en las ciencias y en las religiones

En Costa Rica, por ejemplo, del 2007, año en que se promulgó la Ley de Penalización de la Violencia contra las Mujeres (LPVcM), al 31 de diciembre de 2020, hubo un total de 385 femicidios, según el informe Nº 211-PLA-ES-AJ-2022 del 17 de marzo de 2022, del Subproceso de Estadística de la Dirección de Planificación del Poder Judicial, conocido por el Consejo Superior del Poder Judicial el 5 de abril de 2022. El año 2020, según el último análisis de la Subcomisión Interinstitucional de Prevención del Femicidio, en el país hubo 28 femicidios (45%), de un total de 62 muertes.

Al 13 de febrero del 2022, de un total de 48 muertes violentas de mujeres, 10 fueron clasificadas como femicidios: 7, como femicidios en otros contextos (Art. 21 bis de la LPVcM): 2 como femicidio ampliado, y 10 como homicidios. Las restantes 19 muertes están pendientes de ser clasificadas, a la espera de informes policiales y periciales o de revisión. Esos asesinatos fueron cometidos por su compañero o conviviente (79%) o por su esposo (21%). Según los asesinatos calificados como femicidios ampliados: Ex conviviente, 19%; Atacante sexual 26%; Otros, 36%; Padre, 7%; Amante; 6%; Pretendiente 4%; Ex esposo, 2%.

A esto se agrega el machismo estructural presente en el acoso laboral y el acoso callejero, en el tratamiento médico, en las burlas y otras manifestaciones que en los medios de comunicación se asoma, entre otros espacios.

Desde la IMWC, hacemos un llamado particular a los Tribunales de Justicia a revisar los parámetros para juzgar los asesinatos de género; a los liderazgos políticos, públicos y religiosos, para que asuman con toda conciencia el paradigma de justicia, de protección y autoprotección que las mujeres en particular y los movimientos feministas en general y de otros movimientos sociales de sujetos vulnerabilizados han mostrado en la historia humana, a fin de alcanzar una convivencia social humana, justa, equitativa para que retoñe y se geste una vida digna desde hoy y para las futuras generaciones.

Los modelos deben de ser feministas y de masculinidades diferentes que permitan generar conciencia crítica y la construcción de consensos científicos, políticos, populares, que son indispensables para avanzar en un proceso de vida plena de paz y armonía para toda la humanidad y la creación.

Así mismo, debe haber voluntad política social, cultural y religiosa que evite todas las formas de violencia de género que afectan particularmente a las mujeres, niñas, niños, adolescentes, personas en situación de vulnerabilidad, orientación sexual o identidades de género no hegemónicas.

La idea fundamental debe ser: desarticular la herencia patriarcal que naturaliza y reproduce las desigualdades, los estereotipos de género y las diferentes formas de violencia. Y articular la herencia amorosa del Maestro Jesús, basada en la igualdad, equidad y manifestaciones amorosas de solidaridad, acompañamiento y servicio de amor propio y de amor de los unos por los otros, incluyendo la Creación.

«Amaos los unos a los otros, como Yo os he amado«
Jn. 13: 34, RV

Hipatia y las “bestias triunfantes”

Osvaldo Durán-Castro, Sociólogo ITCR, ecologista FECON

Ninguna fecha mejor para recuperar a Hipatia de Alejandría que el 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer. Vivió aproximadamente entre 370-417 de esta era y seguirá siendo una de las personas más eminentes de la humanidad. Fue maestra en la Biblioteca de Alejandría, donde se concentraba la esencia de todas las expresiones del pensamiento, el arte y la ciencia de su época; es decir, todo lo que era incompatible con el oscurantismo cristiano que ya daba señales de la masacre de vidas y de pensamiento disidente que desataría después.

Su universal inteligencia y formación como filósofa neoplatónica, matemática, astrónoma e investigadora, traspasaron todos los parámetros de su tiempo y de su espacio. Y todo lo hizo en absoluta disidencia por ser mujer y por no someterse al cristianismo. No renunciar a la búsqueda de conocimiento provocó el odio desmesurado contra ella.

Cuando Hipatia caminaba por Alejandría, dice Carl Sagan, eran tiempos en que “…la esclavitud, el cáncer del mundo antiguo, había robado a la civilización clásica su vitalidad”. El otro flagelo que ya se estaba imponiendo, fue la fusión del poder romano con el cristianismo, cuyo alcance quedaría bien claro luego del Concilio de Nicea en 324. Pero Hipatia los desafió a todos.

Las narraciones y escritos permiten confirmar que el Obispo de Alejandría, Cirio o Cirilo que asumió ese cargo en 412, despreciaba a Hipatia como intelectual, pagana/atea y simplemente por ser mujer y por no ajustarse y cumplir la “palabra de dios” en cuanto a lo que debía hacer y ser una mujer. Cirilo invocó la biblia para declararla fuera de la ley de dios y provocó su asesinato, mismo que consumó una turba de cristianos furiosos. Fue apedreada, vapuleada y desollada viva. Luego fue descuartizada y quemada. En la película “Ágora” de Alejandro Amenábar, quien la mata estrangulándola es un esclavo enamorado de ella, pero igual esa versión “suavizada” de muerte es brutalmente violenta. Apenas muerta, a Cirilo lo declararon “Santo y Doctor” de la iglesia.

Pasaron mucho más de 1.200 años hasta que Johannes Kepler, gracias a que sumó a sus teorías los experimentos de Tycho Brahe, confirmara la órbita elíptica de los “vagabundos”/planetas que Hipatia había visualizado. Ese letargo reafirma que la humanidad puede vivir regida por un error por más de mil años. Pero en realidad podemos decir que en muchos aspectos esa modorra perdura hasta hoy, en muy buena medida por el avasallador peso de las tantas derivaciones del cristianismo. En su célebre “A hombro de gigantes” Stephen Hawking (2004), hace un recorrido por los aportes de algunos eminentes hombres de ciencia como Galileo, Kepler, Copérnico, Newton, Einstein, pero ni siquiera menciona a Hipatia, aunque sus experimentos para descubrir las órbitas elípticas ayudaron a abrir una nueva era en la astronomía, en la que los movimientos de los planetas podían ser predichos.

Los experimentos sobre gravedad que realizó Galileo Galilei en la torre de Pisa ya habían sido pensados y en parte realizados por Hipatia. Su legado también se relaciona directamente con la superación del universo geocéntrico de Ptolomeo que imperó hasta el renacimiento europeo. Es decir, la historia de la ciencia y de la humanidad en general, hasta nuestros días, se sigue escribiendo desde el patriarcado. Aunque Carl Sagan no menciona a Hipatia cuando habla de la órbita elíptica de Kepler, sí dedica mucho tiempo a explicar sus abundantes aportes en muchos campos del conocimiento y aborda su vida de manera integral.

Asesinar Hipatia y desaparecer la Biblioteca de Alejandría fueron apenas las primeras escenas de una tragedia inusual y delirante que instaló y multiplicó ignorancia con la inquisición de la iglesia católica tanto en Europa como en América. La “cacería de brujas” católica provocó que todas sus víctimas mujeres fueran aniquiladas en la tortura y la hoguera. Todos esos crímenes, igual que el de Hipatia, fueron feminicidios.

La misma iglesia que había asesinado a Hipatia también prohibiría el conocimiento de Kepler y Copérnico en 1620. Y claro, fue la misma que el 19 de febrero de 1600 prendió fuego a Giordano Bruno luego de que el hereje excura (que jamás se retractó, como sí lo hizo a medias Galileo Galilei ante sus inquisidores), la desafiara hasta en último minuto diciéndoles “Es mayor vuestro miedo a pronunciar mi sentencia que el mío a oírla”, según relata James Reston Jr. en su biografía de Galileo (1996, p.90). “Bestia triunfante” llamó Giordano Bruno al papa Pablo V, autoridad máxima de la “Compañía de la misericordia y de la piedad”, que lo torturó y encendió la hoguera.

Tras la muerte de Hipatia, la Biblioteca de Alejandría fue destruida del todo luego de haber sido convertida en un establo de todo tipo de bestias, gracias a las concesiones del imperio romano a los cristianos. Carl Sagan dijo que “…los últimos restos de la biblioteca fueron destruidos al año de la muerte de Hipatia. Es como si toda una civilización se hubiera hecho una especie de cirugía radical del cerebro de forma que la mayoría de sus recuerdos, descubrimientos, ideas y pasiones fueron borrados irrevocablemente”. Lo peor de todo es que los mismos versículos que recitó Cirilo contra Hipatia se siguen repitiendo hoy, cuando hombres patriarcas, misóginos, cristianos de cualquier estirpe, vestidos de sotana o corbata, y desgraciadamente también mujeres patriarcales, pretenden seguir definiendo cuáles son los derechos de las mujeres y decidir incluso sobre su propio cuerpo.