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Etiqueta: poesía

Poesía por Palestina: recital en solidaridad con la niñez gazatí

El próximo 9 de septiembre de 2025, a las 7:00 p.m., se realizará en El Lobo Mestizo el recital: Poesía por Palestina, un encuentro literario y cultural que busca alzar la voz en solidaridad con la niñez gazatí.

El espacio contará con la participación de destacadas y destacados poetas como María Montero, Arabella Salaverry, Laura Contreras, Mauricio Molina, Paola Valverde, Shirley Campbell, Marianela Sáenz, Dennis Ávila, Valeria Varas, Leo Madriz y Nidia González. Además, la actividad tendrá como invitada especial a Wajiha Sasa, Cónsul Honoraria de Palestina en Costa Rica.

El recital es convocado por Palabras Viajeras, Carmen Lyra, Cartonera Tica y Lobo Mestizo, colectivos y espacios culturales que se unen para visibilizar la realidad de la niñez palestina, tejiendo puentes desde la poesía y la resistencia cultural.

Presentación del libro «Percepción de amor»

El Ministerio de Cultura y Juventud, mediante la Benemérita Biblioteca Nacional del Sinabi y   se complace en invitarle a la presentación del libro Percepción de amor de Ligia Calderón.

La actividad se realizará el jueves 28 de agosto a las 3:00 p.m. en la Benemérita Biblioteca Nacional. También se transmitirá por el Facebook Biblioteca Nacional Costa Rica   https://www.facebook.com/bibliotecanacional.mcj.cr/

El festival que le canta al Cerro de Plata

Paola Valverde Alier

En julio se celebró la tercera edición del Festival Internacional de Poesía Tegussícanta, en la hermana república de Honduras, con la participación de poetas de trece países: Argentina, Chile, Venezuela, México, Cuba, España, Ecuador, Colombia, El Salvador, Guatemala, República Dominicana, Costa Rica y, por supuesto, Honduras. Este festival no solo rinde tributo a la poesía, sino también al abrazo. Es un sueño colectivo que comenzó a gestarse mucho antes de existir.

Tegucigalpa proviene del náhuatl Taguz-galpa o Teguz-galpa, es decir, “cerro de plata” (dato encontrado en diversas crónicas coloniales y estudios etimológicos). De noche seduce, de día atormenta. Es ciudad de caos y destiempo, de pequeñas joyas. Sus callecitas empinadas —que un día recibieron carretas—, sus puentes imponentes, sus muros despintados, el parque La Leona en lo alto de la capital, la ocupación urbana como una herida expuesta, el vestido de luces al caer la noche, el blanco de sus iglesias y la mística de sus pueblos: todo cuenta una historia.

Hace 18 años viajé a Honduras por primera vez y lo hice por amor. Antes de aterrizar vi aquel terreno quebrado, un cuerpo abierto con flores en sus grietas. El poeta hondureño Dennis Ávila me recibió en el aeropuerto Toncontín con una convicción tan plena que dos meses después nos casamos en Costa Rica, en el Parque Morazán. Dennis me llevó a recorrer la ciudad; lo primero fue el centro. Caminamos las angostas calzadas mientras me describía el paisaje con una mano hundida en mi cintura; nos besábamos en cada esquina. En medio del caos, la poesía saltaba en los rincones más inesperados. Esa noche fuimos a Café Paradiso, ahí conocí a Rigoberto Paredes, Anarella Vélez, Pepe Luis Quesada y una gran camada de poetas jóvenes que me adoptaron como hermana. Comprendí que Tegucigalpa tenía una atmósfera, una nostalgia, un ritmo. El clima era distinto a otras ciudades que había conocido, y me gustaba.

Sin despedirnos, partimos rumbo a Santa Lucía, a “La Cueva del Jaguar”, donde el Jaguar nos leyó el horóscopo maya y sentenció nuestra compatibilidad: Tijax. Teníamos veinticinco y veintidós años; toda la locura a bordo. Al día siguiente seguimos recorriendo la ruta minera hasta San Juancito, luego bajamos a Valle de Ángeles, e hicimos planes para llegar a Ojojona y Sabanagrande. En el parque de Ojojona soñé con un festival de poesía. Para entonces yo venía de organizar la primera lectura pública de privados de libertad que se llevó a cabo en San José, Costa Rica; tenía la emoción a flor de piel y como gestora cultural, imaginaba escenarios para lecturas en cada lugar que visitaba.

Ese sueño se concretó gracias a Otoniel Guevara, Karen Ayala y el equipo de producción de la Fundación La Chifurnia. Ellos también lo imaginaron y trabajaron para llevar la voz de los poetas a los pueblos de Tegucigalpa. No podía ser de otra manera: Otoniel, nacido en El Salvador y habitante de la poesía, es experto en tender puentes entre la palabra y la educación, gestionando y editando libros a bajo costo para que la poesía circule y llegue a todos. Quienes creemos en la poesía como herramienta de transformación social, y hemos participado en los encuentros liderados por Otoniel Guevara, sabemos que este trabajo se hace con las botas hundidas en el barro. Oto no busca lujos, sino dignidad y honestidad en todos sus proyectos.

Tegussícanta se vistió de gala con voces de Hispanoamérica. Waldo Leyva, Elvira Hernández, Guillermo Bianchi, Juan Garrido Salgado, Mané Zaldívar, Luz Mary Giraldo, Omar Ortiz Forero, Heidy Lorenzo, Liset Lantigua, María Ángeles Pérez López, Delia Quiñonez, Guadalupe Elizalde, José Antonio Domínguez, Javier Fuentes Vargas, Antonio Trujillo, Esmeralda Torres, Vielsi Arias Peraza y yo, fuimos los invitados internacionales de esta edición, dedicada al poeta hondureño Efraín López Nieto. El festival también contó con la participación de poetas hondureños del peso de Livio Ramírez, Tulio Galeas, Yadira Eguigure, Jairo Mejía, Dennis Ávila y Venus Ixchel Mejía, entre otros.

El encuentro recorrió distintas sedes y visitó varios de los pueblos coloniales antes mencionados, caracterizados por sus calles empedradas, tradición artesanal, arquitectura colonial y paisajes mineros atravesados por montañas y los icónicos pinos. También se visitaron institutos educativos, casas de la cultura, albergues infantiles y se promovieron encuentros íntimos donde los poetas conversamos sobre nuestros procesos creativos. Hubo lecturas frente al fuego, bajo la lluvia, y resistimos los cierres provocados por una reciente ola de Covid que golpeó al país. Porque la poesía es resiliencia.

Como quien quiere que el sueño perdure, la organización eligió el mágico pueblo de Cantarranas para el cierre. Músicos, mimos y actores en zancos recibieron al público. Después, en la plaza, tuvo lugar la última lectura, seguida de una visita a la Casa de la Cultura Municipal, con una importante muestra de esculturas de artistas locales. Cantarranas es célebre por sus murales y esculturas al aire libre, un lienzo abierto gracias a la visión del escritor y gestor cultural Edilberto Borjas.

El último destino fue Valle de Ángeles, con su parque alado, sus artesanías e identidad. Un pequeño pueblo que te envuelve en dulzura, como una rosquilla en miel.

Ahí nos dimos el abrazo final y prometimos volver a encontrarnos.

Larga vida a Tegussícanta y a todos los festivales (Los Confines, Xela, Turrialba y más) que abren el surco de las palabras para nuestra gran región centroamericana.

Crónica – cuando el canto permanece en la palabra

Por Memo Acuña
Sociólogo y escritor costarricense

Todo ha terminado. Nos dirigimos al aeropuerto Internacional de Caracas para emprender el regreso a casa. Como no puede ser de otra manera, este Festival maravilloso en su edición 19 termina con una magia prodigiosa, una epifanía asombrosa.

Parte de los poetas palestinos cantan tonadas de su país en medio de algarabias y aplausos. Imposible para quien que no los conoce ni los escuchó leer durante días, saber que por medio de la poesía dicen para que el mundo los escuche.

Dicen, cantan, viven. El lenguaje del amor vuelto poesía.

Es una tarde hermosa en el barrio San Agustín. Histórico, resistente, popular. Su origen recrea la identidad afrocaribeña, la pasión por la salsa como himno originario, el color de sus murales y sus gentes.

Huele a barrio. A gasolina de las motocicletas que algunos lugareños reparan. A pocos metros, detrás del teatro de la localidad, una animada contienda de baloncesto certifica que la cotidianidad de los pueblos latinoamericanos se asemeja a una cintura ancha, hermosa, en movimiento. Y con ellos va la poesía.

La querida Esmeralda Torres lanza su homenaje a nuestra, de todos, Amanda Durán: la mujer mantequilla.

¿Where are my children? Se pregunta Esmeralda que a su vez es Amanda que a su vez está en todos nosotros. En el momento justo de decir en su texto algo sobre la lluvia, el petricor apenas anuncia que nos mojaremos con las palabras y lo que ellas predicen “Amanda traviesa”, dice con amor esta inmensa poeta latinoamericana que es Esmeralda.

Y el festival se toma para sí un local donde la historia del grupo Madera está tatuado en las paredes. Y la palabra y la salsa se confunden en una tarde inolvidable.

Inmensa Esmeralda como inmensa la poeta homenajeada en esta edición: Belén Ojeda.

Su sola presencia en todos los espacios basta para comprobar la grandeza de su espíritu, el don de la vida, la permanencia, la profunda y política sencillez. Una poeta así puede darse el lujo de presentarse en cualquier escenario con pequeños origamis que va pasando suavemente entre sus manos hasta formar con ellos un jardín potente de amor por Palestina, los afectos, los lugares de permanencia.

Los palestinos cantan y se va lentamente nuestro hermoso encuentro. Pero el canto inició la noche anterior de forma espontánea en la mesa de la cena: Argentina, Bolivia, México, China. Es que la poesía es eso. El canto a la palabra.

La palabra que brotó en ese lugar de ensueño no más iniciado el Festival. Seis niños y niñas ganadores del Segundo Certamen de la Escuela Nacional de Poesía Juan, se encargaron de decirnos dónde estábamos. En qué lugar preciso del corazón íbamos a guardar para siempre esta hermosa temporada en Caracas y otros hermosos sitios de este gran y combativo país.

La Escuela, el concepto, es solo una excusa. Porque lo que menos tiene es un aire academicista y elitista. Es todo menos canon. Es todo menos formalismo. Es que la poesía no se enseña. Se siente. Y eso es lo que más de 3.000 niños y niñas de toda Venezuela tienen para sí: sentir la poesía a través de la sensibilidad y el gusto por la lectura. Me traigo ese olor a alegría para esparcirlo en mis territorios, acompañar sensibilidades.

Y esa sensibilidad es la que inundó todos los espacios posibles: la lectura inolvidable y aún epidérmica de los poetas palestinos, la gran mañana con las poetas del mundo, el homenaje al maestro Juan Calzadilla, en cuyo nombre la Escuela Nacional de Poesía honra ese patrimonio inmaterial de la palabra.

La permanencia es un acto político y liberador. Se permanece en ese lenguaje que refunda, recrea, transforma. Es ese el pacto primero con el fuego que abraza. Que renueva. Que existe mientras haya una sola persona en el planeta que, al cerrar sus ojos, encuentre poesía y flores en la oscuridad.

A permanecer. Son días de flores. Háganoslas brotar en el poema.

Recital poético “A la luz de la Virgen”

La organización Poetas de Puntarenas tiene el agrado de invitar cordialmente a la comunidad, así como a amantes de la literatura y la poesía, a ser partícipes del recital poético titulado “A la luz de la Virgen” en el marco de las fiestas de la Virgen del Mar.

Este evento cultural se llevará a cabo el día sábado 12 de julio del año 2025, en un horario comprendido entre las 6:00 p.m. y las 7:00 p.m., frente al hotel Las Brisas, en la ciudad de Puntarenas.

“Relatos Antiguos”: encuentro artístico con visión crítica este 28 de junio

El próximo sábado 28 de junio a las 8:00 p.m., el espacio cultural El Lobo Mestizo, en San José centro, será escenario del concierto “Relatos Antiguos”, una noche de encuentro entre música, poesía crítica y expresión visual.

El evento contará con la participación de los artistas Óscar Espinoza y José Zelaya, quienes se presentan por primera vez juntos, compartiendo escenario desde lo que denominan la trinchera del arte. La velada incluirá la presentación del EP “Relatos Antiguos”, de Espinoza, y la proyección de videoclips vinculados a su obra musical y temática social.

Artista invitado: Walter Benavidez

Lugar: El Lobo Mestizo (diagonal a la Plaza de la Democracia, San José centro)

Hora: 8:00 p.m.

Entradas: ₡3 000 (una) / ₡5 000 (dos)

Reservas: 8320-7871

El concierto forma parte del ciclo NIC – Noche Internacional de Cantautores, y busca abrir espacios para el arte comprometido y las voces independientes que reflexionan sobre la realidad local y global.

El Sur también existe…y hoy tiene más importancia que ayer…

Caryl Alonso Jiménez

Para recordar a Mario Benedetti en el 16 aniversario de su partida (17-5-2009)

Caryl Alonso Jiménez

Mario Benedetti (1920-2009), reveló en la sociología poética que la inspiración es un potente sentido profético de las aspiraciones colectivas…

Seguramente, es la poesía que a lo largo de la historia de la humanidad fue capaz de traducir con la mirada emotiva… aquellas expresiones que fijaron desde identidad hasta porvenir.

Los juglares fueron sin lugar a dudas, quienes tradujeron desde la oralidad aquellos cantos épicos que reproducían la historia, valentía, tragedias, pasiones y hasta derrotas… que dieron impronta a aquellos acontecimientos que marcaron las más grandes epopeyas que llenan la emoción con ejemplares hechos, y que hoy quedan en la memoria colectiva y van convirtiéndose en ideales y utopías.

Pero la poesía de la aspiración colectiva, es aquella que otorga razones que mueve a extraordinarias maneras de construir la esperanza de una nación. Pero también la motivación que mueve las temperaturas humanas, en ese sentido de acercamiento que produce el más importante valor de todos los tiempos, la vida…

¿Cuántos? nos hemos detenido en esas pasiones perdidas en el tiempo y que la psicología emocional las reconoce como nostalgias…Y que Murakami lo llama el combustible para seguir adelante.

¿Cuántos? Hemos alterado la mirada sutil por aquel hecho provocador… ese que distrae la emoción que casi siempre se disipó en la circunstancia de un café… esa misma circunstancia a la que le cantó Pablo Neruda…

¿Cuántos? Sino todos, hemos encontrado en las enredadas madejas de la realidad toda aquella narrativa que coincide con ideales de ese mundo mejor… como lo aspiraron desde las aventuras de Ulises hasta lo que hoy reclama el Papa León XIV.

Cantar o describir hoy la realidad ya no es una excepción. Es la narrativa que está escribiendo el único sentido de hermandad y el más grande testamento de la humanidad, que construye la potente fuerza universal: la esperanza… esperanzas a veces fallidas y promesas incumplidas…pero aun en pleno camino…

Nicolás Parra, en Chile; Manuel José Arce, en Guatemala; Alfonsina Storni, en Argentina; León Pacheco, en Costa Rica, Antonio Machado, en España, entre otros, retrataron aquellos paisajes que eran el panorama de las aspiraciones y las tragedias continentales…

Benedetti fue uno de esos poetas que representó la generación que supo entender en medio de los enredos, confusiones y confrontaciones inventadas por intereses e imposiciones… y desde su pluma tradujo el significado de esa imagen que retrata la verdad de este continente.

La poesía, el pincel, la narración y la música, tienen esa gigantesca virtud, de fijar la mirada a lontananza, en aquello que las prisas, angustias, temores, dudas y ansiedades de la vida diaria en este subcontinente no permiten hacer…

Pero Benedetti lo hizo… lo expreso en la síntesis de ese momento histórico de América Latina, en la enciclopedia poética en seis estrofas que definen la imagen y riqueza humana del continente latinoamericano en, “El Sur también existe”.

Versos que miran desde de la sociología poética el retrato de la vida diaria; pero no lo explica por el babel de sus idiomas (español, francés, inglés, portugués y centenas de idiomas ancestrales); sino, por su historia común de tragedia y esperanza. Un continente que se modernizó negando su realidad.

Pero hacía falta entenderlo desde los ecos sonoros que dieran paso a una de las más emotivas revelaciones musicales… Joan Manuel Serrat (1985), en uno de los actos más humanos y propios de la sociología latinoamericana, puso música a la poesía de Benedetti en el álbum del mismo nombre. Y donde la síntesis poética de la sociología continental se detiene en, “El Sur también existe” (https://youtu.be/n7KGFN3Yv2g?si=jzwzh3pRjWE_2XAe ) oírla mueve y conmueve.

Serrat tradujo al sentimiento latinoamericano una de las posturas que solo reflejan el carácter pacífico de los ciudadanos de este subcontinente. Una región atrapada en una historia de imposiciones que vienen desde el propio núcleo de su historia. Subcontinente confundido y atravesado de poderes e ideologías… a veces desde su mismo epicentro, donde algunos tienen pluma, látigo y seducción…

El Sur también existe”, es una de las más extraordinarias piezas poéticas que la poesía latinoamericana conjugó en el verbo de Benedetti, y la hizo sonora Serrat, clamando desde toda la geografía social que es la impronta que nos hace más humanos pero también distantes… y hoy en pleno 2025 pareciera que está más presente que nunca.

Poesía sonora que es el abrazo de solidaridad y hermandad, donde los intereses y confrontaciones nos dividen, pero donde, a pesar de todo, nos unen historias comunes… es el eco profundo de una historia gigante que anuncia un mejor porvenir… Benedetti tenía razón, “…Con su fe veterana y esperanza dura, el Sur también existe…

Dignidad poética y violencia cibernética: testimonio desde la palabra

Por Paola Valverde Alier

Escribo este texto con un propósito claro y necesario: denunciar un episodio de violencia simbólica y cibernética que trasciende lo personal y pone en evidencia una práctica ilegítima para el pensamiento crítico, la ética literaria y la integridad de los espacios culturales en Costa Rica.

El 30 de mayo de 2025 fui agredida, a través de las redes sociales de Facebook, por el poeta Ignacio Aru (José Ignacio Arias Ruiz). En una intervención pública, a propósito de un comentario propio al poeta Randall Roque —sin haberme dirigido a él ni provocar su reacción— Aru me respondió con un ataque verbal cargado de desprecio. Entre más de 25 personas que conformamos el “Movimiento Transparencia”, eligió señalarme directamente con expresiones denigrantes: “Paola Valverde, a usted el ácido le espumea hasta en las sienes”. Posteriormente: “usted ni con tres libros medianamente iguales se gana un premio. Debe ser frustrante, lo entiendo”.

¿Qué prácticas permitimos cuando toleramos este tipo de violencia simbólica y cibernética en nombre del accionar literario? ¿Qué implicaciones legales y éticas existen para una comunidad de escritores y lectores cuando la palabra se utiliza para lesionar y deslegitimar en lugar de construir y argumentar con presentación de hechos y pruebas? Estas preguntas no solo interpelan mi caso personal, sino el contexto más amplio del campo literario costarricense, en donde los premios, los afectos, las redes de poder y los silencios se entrelazan en formas que muchas veces excluyen, violentan y corrompen mediante padrinazgos.

No hablo desde el anonimato, ni desde el rencor. Denuncio desde una trayectoria de más de veinte años, construida con libros, talleres en cárceles y escuelas, acciones y compromiso con la poesía como oficio y forma de vida. Nunca he utilizado perfiles falsos, ni he manipulado los márgenes de legalidad de las bases de concursos literarios. Cada vez que he alzado la voz, lo he hecho de frente, con documentos en mano, con publicaciones reales, con registros verificables. La equidad le exige, a quien denuncia, hacerlo con la misma integridad.

En estos años he participado en concursos literarios porque representan una oportunidad, no una consigna. Por eso, he sido finalista, he obtenido menciones honoríficas y un premio. Todo ello bajo medidas éticas y profesionales. Mis libros existen. Están publicados. Tienen trayectoria editorial, crítica y lectora.

Lo que se espera de cualquier certamen literario financiado con fondos públicos es claridad en sus bases, transparencia en su aplicación y respeto a quienes compiten con honestidad. No es suficiente cumplir con la letra: también hay que sostener el espíritu ético de lo que hacemos. Y en eso, muchos de los que callan han fracasado. Si quienes escribimos desde la ética callamos, el campo será cada vez más hostil para quienes no aceptamos ni el amiguismo ni la humillación como norma.

Ignacio Aru no solo me insultó a través de un espacio cibernético público: desplegó un mecanismo de deslegitimación que apunta a una tendencia más amplia, la de castigar a quienes no callan, a quienes no se alinean con las redes de privilegio, a quienes creen que la poesía no se debe a los favores sino al lenguaje.

Escribo esto no para competir, sino para ejercer mi derecho a responder con dignidad y profundidad a un acto injusto. Porque si uno de los premios estatales más significativos que tenemos los escritores —el Aquileo J. Echeverría— se entrega en un entorno donde la trampa es tolerada y la denuncia es castigada, estamos frente a un problema estructural.

Siempre he trabajado por la poesía y lo seguiré haciendo. La palabra tiene historia. Y la historia tiene peso. Mi conclusión no es amarga, sino lógica: si permitimos que la agresión suplante al argumento, la literatura pierde su poder transformador y se vuelve arma para quienes se sienten impunes. Y eso, como comunidad, no lo podemos permitir.

Estoy donde está mi corazón. Y mi corazón está con la poesía que no negocia su dignidad.

Costa Rica, junio de 2025

SURCOS comparte la biografía de la escritora:

Paola Valverde Alier (Costa Rica 1984).

Poeta y gestora cultural. Dictó el taller literario del centro penal C.A.I. La Reforma (2002-2006). Fue productora general del Festival Internacional de Poesía de Costa Rica (2015-2016). En 2019, dentro del marco de la Feria del Libro de Costa Rica, fue directora de los encuentros Canto a la Semilla y Fuego Cruzado, organizados por la UNESCO y la Cooperación Española. Actualmente es productora general de las lecturas de poesía que se llevan a cabo en el Teatro Nacional de Costa Rica a través del movimiento Palabra y Punto. Ha publicado: La quinta esquina del cuadrilátero (Ed. Cartonera Tuanis, Costa Rica 2010, Ed. Arlekin, Costa Rica 2013, Ed. Lápices de Luna, España 2016 y Ed. Cartonera Tica, Costa Rica 2019 y Ed. Nueva York Poetry Press, EEUU 2025); Bartender (Ed. Perro Azul, Costa Rica 2015); Las Direcciones Estelares (Ed. Amargord, España 2017); Cuando florecen los cactus (Ed. Amargord, España 2019); El Entrenador de Palomas (Costa Rica, 2019); Yesca para el fuego (Ed. Perro Azul, Costa Rica 2024).

Recital virtual de poetas nacionales e internacionales Poetas y Medio Ambiente

El Ministerio de Cultura y Juventud, mediante la Benemérita Biblioteca Nacional y Poetas y Medio Ambiente le invitan al recital virtual de poetas nacionales e internacionales Poetas y Medio Ambiente, con la participación dGuillermo Acuña (Costa Rica), Leticia Luna (México), Christianne M. Tablada (Nicaragua), Arabella Salaverry (Costa Rica), Blanca Emmi (Uruguay), Mia Gallegos (Costa Rica), Brenda Solis (Guatemala), Minor Arias (Costa Rica), Miguel Fajardo (Costa Rica), Carlos M. Castro (Estados Unidos), Juan Mata (Costa Rica), Alejandro Madriz (Costa Rica) y Mario Alberto Marín (Costa Rica)

Esta actividad es parte del VII Encuentro Internacional Poetas y Medio Ambiente.

La actividad se realizará el viernes 6 de junio 2025, a las 4:00 p.m. y se transmite por el Facebook: Biblioteca Nacional Costa Rica https://www.facebook.com/bibliotecanacional.mcj.cr/