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Etiqueta: poesía

En el Río Bío Bío, Sueño azul de mi gente azul

Poesía de Elicura Chihuailaf

Elel mu kechi malal!
Kalli amulepe ñi ko
Elel mu kechi malal!

wiño petu ñi kuyfimogen
Feypi Willi Kvrvf ñi Pvllv.
mogeley tati
iñchiñ ñi kom pu che,
ñi ou wenvy: mulfen ñi mogen

La Luna es el ave
que va alumbrando
mis palabras
su canto memoria
del Sol sobre mis aguas

Fui Fui, Kaallv Pewma
ñi Kuyfikeche, feypimeken
Iñche tati kvpan zugual
mi Piwke mu
mi kelluafiel ñi wewal
tañi pu kayñe

Que mis raudales sigan
que vuelva en flor
la vida libre
espíritu del viento
respiro de llovizna
¿se quedará sin sombra
el valle en que florece
el pensamiento, el aire
que sembramos?
Somos danza del amor
cuando amanece.

¿Quién es Elicura Chihuailaf?

Es un poeta, escritor y traductor Mapuche, uno de los grandes referentes en la poesía contemporánea chilena. Nació en la provincia de Cautín con el Mapudungun como lengua materna, obstetra de profesión por la Universidad de Concepción, pero dedicado a las letras desde la misma década de 1970. Es parte de la llamada “generación dispersa”, un grupo de escritores y poetas surgidos en el contexto de la dictadura, que se vieron forzados a migrar dentro o fuera de Chile, por tanto, Chihuailaf es una de las voces críticas más representativas frente al Estado chileno.

En el 2020 fue galardonado con el Premio Nacional de Literatura de Chile.

 

Compartido con SURCOS por Isabel Ducca.

¿NOS ENCONTRAMOS?

Por Memo Acuña (Sociólogo y escritor costarricense)

Una película fronteriza con el cambio de año nos solicita “no mirar para arriba”. Quizá de todo lo propuesto por su argumento, que intuyo muy parecido a las sátiras documentales de Michael Moore sobre la sociedad estadounidense y su propensión genética a la opulencia, la violencia y el vértigo, lo que deseo rescatar es su reflexión sobre la pérdida de sentido en una sociedad hipercomunicada.

La forma absolutamente irracional en la que circulan los mensajes hoy día nos deja a los seres humanos en el último lugar de la escala de necesidades. Por eso no sabemos bien cómo reaccionar ante la adversidad y cuando buscamos salirnos de la vorágine resultamos revolucionarios, desadaptados del sistema.

El concepto de salud mental y su abordaje debe ahora mismo incluir esa dimensión hasta ahora naturalizada de la desadaptación a un mundo que gira veloz, que se llena de dispositivos para la comunicación, pero que no se habla a sí mismo. La pérdida de sentido: el ley motiv de la crisis civilizatoria que nos asiste, pandemias incluidas, a esta hora justa.

Debo reconocer que cada vez me cuesta más digerir algunas de las prácticas que parecieran disruptivas, tal vez por la programación racional a la comprobación y el análisis (que la sociología instaló en mi como un chip sensorial) y que he intentado ir diluyendo con mi acercamiento al arte, especialmente a la literatura, a la poesía concretamente. A veces lo logro, a veces no.

Pero de todo lo que ocurrió en este año que ya termina (al cual sigo nombrando como el año 1 después del año cero de la pandemia) hubo algunos hecho hilarantes que me confirman el sinsentido que nos ha generado esta época, este tiempo.

Recordemos uno en particular. Sucedió en Turquía. Al calor de unas copas compartidas con amigos en un barrio rural, Beyhan Mutlu se apartó del grupo y se adentró en un buque cercano.

Al notar su ausencia, sus amigos dieron parte a las autoridades que de inmediato activaron el protocolo (palabra que recordaremos por siempre luego de estos años pandémicos) de búsqueda.

Luego de algunas horas de búsqueda infructuosa, las autoridades, sus amigos y familiares decidieron llamar al desaparecido por su nombre, que de inmediato respondió: “¿A quién estamos buscando? ¡Estoy aquí!” Mutlu había participado de su búsqueda y, como hemos visto, se había encontrado.

Al margen del hecho, chistoso, raro, paradójico, se podría concluir la suerte que tuvo el hombre al lograr “encontrarse”.

Mirar para adentro en muchas ocasiones implica años de búsqueda sin respuesta inmediata. En un momento de cambio epocal como el que transitamos, debemos seguir ejerciendo el derecho irreductible de propiciarnos, buscar nuestra voz y nuestra esencia. Puede ser que, como Beyhan, logremos encontrarnos.

¿Lo intentamos?

AÑO NUEVO: 2021 -2022

Mi cuerpo laxo
de espaldas contra el suelo.

Miro el hastío de las nubes,
esa forma en que se reparte
el infinito en fragmentos
coronando el estadio
de un mundo mejor.

Faltan solo 10 segundos
para decirle adiós al año viejo.

¡Las doce camaradas!

Llevamos consigo la confusión
del otro tiempo,
un segundo ciclo lunar/solar
antojadizamente enfermo
por el SARS-2, por el COVID-19.

Las agujas de los relojes
conspiraron al unísono.

La pesada herrumbre
destempló las campanas.

La luna nueva
se tomará su descanso
el sábado 1 de enero,
para desplegar su alumbramiento
al segundo día del 2022.

La playa, la montaña, la ciudad,
-como siempre-,
aspiran a un suave descanso.

Un golpe de misiles
en algún desierto,
emplaza la paciencia
de las superpotencias
que apuestan erráticamente
a una III Guerra Mundial. La plaza Roja,
luce vacía,
como las demás
plazas del mundo.

Reclaman en su grama verde
en el azul transparente
de las banderas
en blanco de las palomas
un poco de paz a destiempo.

Los celulares
agotaron su batería
por tanta luz en las fotos.

La recién
borrada historia del año anterior
anuncia trémula
unas elecciones.

Los rotativos vuelven
a su magia mediática y sarcástica,
la sangre de las noticias
tiñe las manos
de las y los fiebres lectores
-ya pocos en este siglo-
de Millennials y Generación “Z”.

El lunes tres
Hago un esfuerzo sostenido
para recordar cuales fueron
aquellos nobles propósitos.
En verdad, no los recuerdo.

Vuelvo mis ojos al horóscopo maya.
Al último párrafo del libro:
“Viaje al sexto sol”,
a los ejemplos de desapariciones
en la “Ruta del polen”,
en su página 305.
Grito sin ningún reparo,
vaciado de dialéctica:

¡¡¡Feliz año nuevo!!!

Un eco burlón apostó su risa
en la ruta de la tarde.

León Triba., San Ramón 29 dic 2021

Ni miel ni hojuelas. Escribir desde la feminidad: antología

Ya se encuentra disponible en las librerías la antología «Ni miel ni hojuelas», el cual es parte de la “colección bicentenario» y como parte de la celebración del bicentenario de la independencia de Costa Rica.

En esta se presentan textos de diversas autoras como Yadira Calvo, Yolanda Oreamuno, Emilia Macaya, Ana Istaru, Nuria Rodríguez Gonzalo y otras más.

Tan diversos como sus autoras, los textos recogidos aquí tienen en común el mismo reclamo por lo que se nos estafa y lo que se nos mezquinea; por las triquiñuelas que hemos venido descubriendo discurso a discurso, casi absolutamente por todos los caminos del arte y la cultura. Reclamos del feminismo, ese movimiento que la sociolingüista Cheris Kramarae definió como “la idea radical de que las mujeres son seres humanos”.

Las autoras de estos textos son de las que no se creen ser menos humanas que Ortega y Gasset. Sus poesías, cuentos o ensayos, se han elegido aquí porque se inscriben en esa corriente de pensamiento originada en el mismo desasosiego y malestar que, en los albores del siglo XV, llevó a Cristina de Pizan a protestar porque durante mucho tiempo las mujeres habían quedado indefensas y abandonadas “como un campo sin cerca”. Y tal vez también porque, en el fondo, sabemos que, como dice Ana Istarú, tinta y papel otorgan “un inexplicable respeto”, y le dan peso a las palabras para evitar que se las lleve el viento. Yadira Calvo.

 

Compartido con SURCOS por Nuria Rodríguez Gonzalo.

Poetas ramonenses

Librería Eureka y el Centro Cultural e Histórico José Figueres Ferrer Costa Rica invitan a participar de la serie de actividades que buscan reconocer los aportes de las obras de mujeres poetas ramonenses. 

La primera actividad “Poetas que escribieron el pueblo” , un homenaje a Corina Rodríguez y Emma Gamboa, será el 28 octubre a las 6:30 p.m.

El 11 de noviembre a las 4:30 p.m será “Poetas que habitan el pueblo” un homenaje a Magdalena Vásquez, Marysol Patiño y Nidia González.

Finalmente, el 25 de noviembre a las 10 a.m será “Poetas que transforman el pueblo”, homenaje a Inti chaves Rodríguez y Perla Mondragón.

Estas actividades son una celebración a la historia poética, el antes, el presente y el después del territorio ramonense.

Las actividades pueden verse en el Facebook: libreríaeureka1 

Información compartida a SURCOS por Trino Barrantes.

EL ALMA NO SE NEGOCIA

EL ALMA NO SE NEGOCIA

León Triba

“El alma que hablar puede con los ojos, también puede besar con la mirada.”
— Gustavo Adolfo Bécquer

Es preciso mirarnos uno al otro,
una a la otra, el otro a una,
sin preestablecer el precio,
sino la urgencia que nos necesitamos.

Que ambos somos imperativos
de las construcciones que exige
el amor en sus aventuras,
que formamos parte de la necesidad
en que los números dejan de ser
una asertividad de asombros,
que tenemos una larga piel
que nos cobija sin el rastro
obligado con que se tiñen sus poros,
y que al menos puedo confiar
en ti y contigo en este negocio,
porque los dos nos amamos.

Que es absurdo tasar el alma
si está el amor como oferente,
si es la amistad que nos marca
la gratuita exigencia
de la propaganda.

Que el amor no se negocia,
como tampoco se negocia el alma.

San Ramón, enero 2010.

EN ALGÚN LUGAR DE ESTE PLANETA ESTÁS

Por Memo Acuña (Sociólogo y escritor costarricense)

Los abanicos de piso mueven poco, muy poco, el aire denso y caliente de la tarde hondureña. Tras la imagen plana de la pantalla que todo lo convierte ahora en un zoom interminable, se aprecia un cuarto luminoso, lleno de vida. Es el cuarto de Doña Edith, que lo ha arreglado un poco para participar en el encuentro.

Marvin y yo acompañamos (eso creemos) con algunos ejercicios detonantes a un grupo de mujeres que tienen en común la lucha permanente contra el tiempo. El tiempo, hemos dicho, se compone de pequeños actos como la carrera apresurada del pájaro carpintero por el solar o la muchacha en moto que llega a su casa luego del trabajo o la estampida de polvo tras el alboroto de las gallinas que saltan frenéticas una mañana cualquiera. Eso es tiempo en tres actos y también es poesía.

Marvin es un incansable promotor cultural, Director de uno de los más importantes Festivales de Latinoamerica (El Festival Internacional de Poesía de Quetzaltenango) y un convencido que el arte es una herramienta movilizadora, un pretexto para tocar fibras, llegar a la profundo. Con él, hemos abierto caminos, como la sede en frontera entre México y Guatemala donde hemos leído poesía para personas migrantes en el albergue de Tecún Umán y hemos ofrendado también con la palabra sobre las aguas del interminable Río Suchiate, surco fronterizo entre ambos países.

Es la una y media de la tarde en toda Centroamérica y el calor de octubre se proyecta en la cuadrícula de la pantalla, la vuelve por eso más cálida.

Estas mujeres, al igual que las abuelas de la plaza de mayo, buscan. Solo que lo hacen desde esta región que somos, en esa región que somos. Incansablemente. Desde hace años. Lo hace Dorotea, que busca a su hijo que una vez salió hacia Estados Unidos para nunca más volver. Lo hace Josefina, que recuerda un paraje verde y lleno de paz donde estuvo por última vez con su esposo y sus hijos y la felicidad parecía infinita. No lo ha visto desde entonces.

Las cifras de las personas migrantes centroamericanas desaparecidas son todo menos certezas. Es que la industria migratoria se ha tragado a cientos de miles, los actores del crimen organizado han hecho su parte y los Estados de origen y tránsito, por omisos e incompetentes, se vuelven cómplices de tal barbarie.

Pero no es de estadísticas lo que hablamos esas tardes de calor profundo en las que ni una hoja se mueve. Es de otro tipo de calor: el del recuerdo y la memoria, que deben ser apalabrados. En este punto me doy cuenta que quien nos está enseñando a hacer poesía es doña Sol, que ha dicho algodón en vez de nube y Alejandra ha nombrado arcoíris a un pequeño ron ron de la alegría. Han poetizado el asombro y le han puesto nombres.

Poetizar, que es un acto cotidiano, estético y político en una región como la centroamericana, es justamente sentarse a escuchar las historias de estas mujeres, que apoyadas por la Fundación para la justicia y el estado democrático de derecho, hacen de su búsqueda el motor de su existencia. Las escuchamos con atención. Nos alumbra su luz y su dignidad. Marvin y yo nos damos por satisfechos.

Como último ejercicio del taller solicitamos activar en ellas la memoria para recordar. Una pide la palabra y nos dice: “escribí esto: “en algún lugar de este planeta estás”. Varios aplausos llenan de amarillo algunos recuadros, en cuenta el mío.

Las aspas del abanico siguen moviéndose mientras nos vamos despidiendo en un apagón de pantallas, pero no de energías movilizadas. La única forma de devolver humanidad a esta región es poetizarla en su vida cotidiana. Como lo hizo el poeta guatemalteco Roberto Obregón, desaparecido durante la guerra en aquel país, autor del texto que compartiera Marvin en el taller, como forma de apalabrar la región que somos.

El fuego perdido

esta señal de la aurora
 la traían en su corazón
 
Popl Vuh III, cap. VI


No podemos encender la hoguera
Mojado está el bosque
 podridos están los troncos
No podemos quebrar los colmillos del frío
Arrancar
Y recobrar nuestros huesos entumecidos
En la humedad en el agua
 nos ha tocado prender la hoguera
En la oscuridad en la noche
 nosotros somos la región más espesa
A oscuras sesionamos bajo la helada
Y conferenciamos sobre nuestro qué hacer
De cómo allí los muertos continúan
jugando un gran papel en la guerra
De qué manera se escogen entre todos
Quiénes llevarán a la espalda el mayor peso
en los ratos
de agudo peligro
Acérquense los del fuego
 Los enamorados de la vida
nos calentaremos con estos nuestros corazones
Hechos leña bajo este rudo temporal
Pero contentos.

SENDERO DE MIS OBRAS

(A Dionisio Cabal Antillón)

Está dócil la tarde:

Cabalgable en esta tormenta
que se me hace brisa recorriendo
sus cabellos:
lianas de obsidiana
tasajeando mis penurias.

Bella, como este sendero
construido por mis manos
dirigido por quien comanda
mis anhelos y mis luchas
ya casi eternas sembrando
semillas de coraje para que
germinen multiplicadas en
ese mundo nuevo que siempre
será posible si no renunciamos
ni al canto ni a la poesía de los
Ángeles.

Estos que cada
día y cada noche
desarticulan las miserias para
darnos la esperanza optimista
y el nutriente aliento que la fe
demanda para no morirnos
simplemente así, sin un arco iris
tarareando en nuestros ojos.

Digo que es dócil la tarde,
cabalgable como las ilusiones
que se tatuaron en el Alma
para no llegar a la Eternidad
sin ningún salvoconducto.

Voy por mi sendero.

Este
que hoy muestro.

Este que
amo y protejo como pulmón
imprescindible:
bello como
el amor que no se olvida
porque es el oxígeno
que nos mantiene
en pie para seguir
luchando.

ClaMo
Toyopán, ZURQUI.
Enero 2020

Comandante en jefe (V. 2013)

La Verdad es inmutable y profunda como el Gran Océano; la mentira es un cadáver putrefacto y a la deriva sobre la superficie de las olas. 

Herbert E. Contreras Vásquez, poeta costeño. Escritos entre el año 2011 y el 30/X/2014, Puntarenas, Costa Rica.

A 150 años del Magnicidio de Juan Rafael Mora Porras

Odio,

odio, odio,

nuestro odio

surcará los tiempos.

Ay de quien

en medio de tinieblas

se atreva a encender

con flamante proclama

el pebetero de la Verdad,

la Justicia y el Coraje.

Ofreceremos treinta talentos de plata

a quien lo ponga en nuestras manos

o señale con dedo acusador.

Nuestros justicieros implacables

se encargarán del infortunio

de sus leales seguidores.

Al lado de los suyos

derramaremos su sangre

entre Angostura y el Altar de Jobo.

En siglo y medio ninguna pleamar 

lavará nuestro visceral odio

entre las cálidas arenas

de El Nicoya.

Le llamaremos traidor

por romper para siempre

las cadenas de servidumbre.

Jamás perdonaremos su osadía

por expulsar con armas en mano

a las huestes del Destino Manifiesto.

Será considerado sedicioso 

por construir una nación

libre y soberana.

Con plomo y pólvora

en su corazón ardiente

sacrificaremos sus ideales.

Por exponer nuestras cobardes

conspiraciones y turbios negocios

apagaremos su dignidad de guerrero.

Al pueblo le eclipsaremos

su dimensión de Elegido.

A la ciudadanía le ocultaremos

su proyección de Estadista.

Por decreto oficial,

a lo largo de siete generaciones

no se consignará su nombre

en el Libro de los Héroes.

Trataremos de dispersar sus mortajas,

para que no sea considerado mártir.

No tendremos reposo

tergiversando, difamando,

destruyendo su legado humanista.

Que esta no sea su tierra,

menos aún su Panteón.

Haremos de su noble espíritu

una sombra apátrida en las

brumas de la Historia.

Aborreceremos de su grandeza,

no sea que se le llegue a comparar

con Lincoln, Bolívar, Juárez o Martí.

Despreciaremos su visión universal.

Su valentía jamás nos quitará el sueño.

No permitiremos su lucidez y,

a nombre del poder terrenal.

Nosotros, los hijos de nuestros hijos

y los hijos de sus hijos también, odiaremos con odio cierto al Magno Libertador.

Palabra de HECO.

 

HUELLAS DE SANGRE (1814 – 2014)

“Dilecti Filii illustris et Honorabilis Viri Joannis Raphælis Mora.”

                                              Papa Pío IX

Cuando se cernía

en nuestro horizonte

la más ignominiosa amenaza

en medio del pueblo

se levantó un hombre

ilustre de mirada altiva

de temple de acero

y brazo combatiente

desde el plácido valle

con verbo profético

se dirigió a sus congéneres

para señalar camino y acciones

erguido y determinado

empezó a caminar

con su robusta pierna derecha

dio su primer paso

con su insobornable

pierna izquierda prosiguió

la Jornada de la Libertad

con voluntad inquebrantable

abarcó las distancias

la multitud bravía

avanzó tras él

inspirados

por el enemigo

de servidumbres

al fragor del combate

desde el pérfido Norte

se cebaron las intenciones

de los bárbaros esclavistas

y desalmados invasores

rubricando con vidas propias

la emancipación de la Nación

pero destino y prójimo

resultan con frecuencia

crueles e ingratos

no mucho después

de haber regresado

de la más grande gesta

el varón que caminó

sin hesitación a la batalla

con el pecho henchido de coraje

se enfrentaría con el

pelotón de fusilamiento

desde el improvisado calabozo

con indescriptible desolación

remembró a la amada esposa

y su desdichada progenie forzados

al dolor y el desamparo

abominó del poder

que le arrebataron

los conspiradores

elevó una plegaria por los suyos

y por quienes se anticiparon

no le atemorizaba

su cita con La Obscuridad

sólo le angustiaba dejar de vivir

cuando la sedición

cubrió los suelos envilecidos

por una gavilla de detractores

eran las quince horas en Puntarenas

los milicianos

no podían sostener

en sus brazos el peso

del inminente magnicidio

con el tiempo pendiente del instante

nadie nacido en esta tierra se atrevió

a proferir la orden de fuego

el caudillo sin parangón

observaba lágrimas deslizándose

por las mejillas de los carabineros

nunca antes

un corazón humano

habría latido con tanta fuerza

derrotando a los falsificadores de la Historia

ambición y traición

transmutadas en crimen

le resultaban inescrutables

al cerrarse

el círculo de la verdad

la propia existencia es ofrenda suprema

siendo este el mejor fin para los honorables

profirió la pólvora

su himno de muerte

las aves huyeron del horror

y el jobo lloró sangre

cayó abatido

el guerrero inmortal

era media tarde

cuando la Noche Sin Fin

amortajó al mártir con pabellón extranjero

entonces

el manglar y

el Silencio Eterno

besaron tiernamente

al hijo más dilecto

que hubiese recorrido

estos Senderos del Creador…

 

Compartido con SURCOS por Herbert E. Contreras Vásquez.

El manglar

Por León Triba

En algún rincón de mi alma,
viernes 4 de julio 2021,
a 311 años del asesinato
de Pabru Presberi…

El pescador lanza la atarraya
larga y cargada de tristezas
en ese silencio cómplice
del bamboleo del mar.

En la piel de los arrecifes
descansa una parvada de pelícanos,
las lanchas quedas
arriesgan una luna más.

Los manglares hacen fósiles
de las inconfundibles huellas
de una espátula rosada
y las largas canillas de las garzas.

Manos curtidas por el sol,
los fracasos de la jornada
ungen en el barro
la última esperanza del día,
con chinchorros, anzuelos,
canoas de incertidumbre,
regresan hasta una arena
cargada de memorias e historias.

En su corazón llevan el disco compacto:
“…va subiendo la corriente,
con chinchorro y atarraya
la canoa de bareque
para llegar a la playa…”

No es que no tienen fortuna,
porque la riqueza del manglar
es insondable a los ojos,
su riqueza está en el nácar,
en la escurridiza chucheca
o en el bostezo de la piangua
la grandiosa biodiversidad
que olvidamos en la premura.

En la metáfora de la pandemia
una guitarra rompe con sus cuerdas
la monotonía del día anterior, del ayer
y nos manda un mensaje
para tejer con las hierbas del paisaje
lo irrepetible que tienen las tardes,
en los manglares del Puerto.

Si la soledad
se encuentra en todos los rincones,
en los manglares es todo lo contrario,
están llenos de, ternura, felicidad, aventuras,
en su cadente movimiento
alguien apuesta sus versos.

En fin, las tareas cotidianas,
juegan trampas de olvido,
lapsus abreviados,
pero el MANGLAR
es una gran hoja de vida
para que cada quien
raye, dibuje o escriba su memoria.

su poema o su canción de amor.

 

Fuente:https://www.google.com/search?q=atarraya+para+pescar+precios&rlz=1C1EJFC_enCR936CR936&source=lnms&tbm=isch&sa=X&ved=2ahUKEwiK696ljrnxAhVVTjABHb-oD3sQ_AUoAXoECAEQAw&biw=1366&bih=625#imgrc=GEaHDTdqZ6DOgM