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Etiqueta: racismo

El descuido de la educación es la “puerta de kerkaporta” que permite la destrucción de las democracias

Miguel Sobrado

La importancia estratégica de la Kerkaporta en la caída de Constantinopla

La Kerkaporta , una puerta menor de las murallas teodosianas de Constantinopla, jugó un papel clave en el diseño del asedio otomano de 1453 que puso fin al Imperio Bizantino.

El descuido de esta puerta por parte de los cristianos les permitió a los otomanos, en la noche del 29 de mayo de 1453, penetrar furtivamente y tomar por sorpresa la ciudad. Así, un simple descuido o traición, en torno a una puerta secundaria de las murallas de Constantinopla, la de Kerkaporta , permitió a los otomanos tomar la sede del Imperio Bizantino y dar inicio de una nueva era de dominio regional.

Nuestra América Latina, que arrastra una exclusión social, encubierta por el racismo y clasismo, que se ha agudizado con la tecnología, desplaza cada vez más la mano de obra física. Al mismo tiempo que carece de oportunidades educativas actualizadas y de capacitación de amplio espectro.

Frente a una coyuntura donde el narcotráfico, que no es un simple grupo de malandros que puede ser enfrentado por la policía, sino una empresa transnacional de gran envergadura, con un gran poder, no solo económico, sino que tiene muchas ventajas y condiciones favorables para su desarrollo.

En primer lugar, es una empresa altamente descentralizada que tiene una gran iniciativa y creatividad para crecer y operar en condiciones adversas al poder institucional tradicional. En el medio social encuentra condiciones favorables para reclutar socios y peones dentro la masa de desesperanzados que no encuentran espacios para su desarrollo y migran masivamente en grandes caravanas fuera de la región.

Además, saben aprovechar muy bien con sus abundantes recursos, el clima de corrupción institucional prevaleciente, tanto para comprar información y conseguir aliados en el desarrollo de sus actividades como para ir tomando posiciones en los gobiernos locales e institucionales. Ya son múltiples los estados, provincias y municipios, así como instituciones nacionales que han caído en sus manos. Tal es su influencia y poder que, organizados desde las cárceles pusieron en jaque al mismo gobierno ecuatoriano.

Se puede decir que estas ventajas son comparables con los cañones gigantes y la gran flota turca construidos por el sultán Mehmet II, para derribar las murallas, cercar y atacar la ciudad de Constantinopla.

En nuestro caso la puerta descuidada es la educación y la capacitación.

En una época donde el desarrollo y la transformación institucional depende de la actualización y calidad del capital humano. Formar con contenidos y métodos adecuados a las nuevas realidades es vital. Pero, además, como la tarea de actualizar la educación y darle cobertura no es de corto plazo, y una parte considerable de la población económicamente activa perdió la oportunidad educativa, es preciso desarrollar procesos de capacitación de amplia envergadura. Capacitación que, partiendo de sus necesidades inmediatas los habilite en organización, tanto para enfrentar sus necesidades económicas y comunales, como para la ciudadanía activa. “Los hombres sin organización, no tienen ningún poder” decía muy acertadamente el expresidente José Figueres Ferrer, cuando impulsó el movimiento cooperativo.

La organización no puede ser una ficción jurídica montada en el escritorio de un abogado y manejada por un “piquetero” de partido clientelista. Debe ser real y poder empoderar efectivamente a sus asociados, con nuevas calidades y posibilidades de acción.

Solo una sociedad organizada y educada es capaz de descentralizarse y contribuir a su propio desarrollo y a la gestión pública de su comunidad incluyendo la seguridad. No se trata de que las organizaciones se conviertan en aparato represivo, ya que eso le toca a la policía, pero si en ojos y oídos. Esto es, en apoyo de labores de inteligencia a la seguridad colectiva.

Todo esto puede sonar utópico a primera vista, pero tiene su respaldo de hechos ahí donde ha sido sistemáticamente aplicado. Implica desde luego, una reorganización institucional que no va a venir desde arriba, sino que tiene que forjarse desde abajo. Esta es la fuerza que debidamente organizada, puede detener las amenazas crecientes de la corrupción y el narcotráfico.

Las clases políticas tradicionales producto de estados centralistas con desigualdad en la distribución del ingreso son endémicamente corruptas. Su poder no tiene asidero en el ejercicio ciudadano, sino en la distribución de diarios y otras prebendas menores a una masa de clientes sin esperanza.

La elección de Milei en Argentina es un anticipo de esa desesperación que abre las puertas al gobierno de las mafias y debe tocar a rebato para hacer las reformas que nuestro sistema político requiere. Nos encontramos en el continente con el mayor índice de desigualdad del planeta y la menor tasa de crecimiento. El tiempo vuela y exige acciones.

En el año 2003 se presentó en la cámara de diputados de México el libro “América Latina: crisis del Estado clientelista y la construcción de repúblicas ciudadanas” con dos ediciones posteriores en la Editorial de la Universidad Nacional de Costa Ria, del Dr Juan José Rojas y el autor del presente artículo, se destacaba cómo la aparición de la transnacional del narcotráfico, estaba cambiado las relaciones de poder en nuestra América y se proponían soluciones organizacionales de tipo sistémico. Aunque tarde todavía mantiene vigencia.

Racismo y la desigualdad social-cultural contra los pueblos indígenas en Costa Rica

En Costa Rica, un país conocido por su estabilidad política y su compromiso con los derechos humanos, persiste una realidad compleja: La desigualdad y el racismo que afectan a los pueblos indígenas.

A pesar de los avances en legislación y políticas públicas, la discriminación y la exclusión social siguen siendo problemas significativos.

El reconocimiento de los derechos indígenas, no impide que persistan problemas significativos que afectan a estas comunidades. Este análisis examina la situación actual, de acuerdo con información compartida por el Observatorio Para la Acción Contra el Racismo y perspectivas de la Defensa Pública del Poder Judicial para ofrecer una visión comprensiva sobre las dificultades que enfrentan los pueblos indígenas en Costa Rica.

La Constitución Política de Costa Rica reconoce la diversidad cultural del país y otorga derechos específicos a los pueblos indígenas. Sin embargo, la aplicación de estos derechos ha sido desigual. El artículo 76 de la Constitución garantiza la protección de las lenguas y culturas indígenas, y la Ley 7589 de 1996 establece la Ley Indígena, que busca proteger los derechos territoriales y culturales. No obstante, la implementación efectiva de estas leyes sigue siendo un desafío.

Uno de los principales desafíos que enfrentan los pueblos indígenas es la protección de sus territorios ancestrales. A menudo, los derechos territoriales reconocidos en la ley no se reflejan en la realidad. Según la documentación, los conflictos por la tierra persisten debido a intereses económicos que desafían los derechos territoriales indígenas. A pesar de las leyes que reconocen estos derechos, los procesos judiciales relacionados con la tierra son frecuentemente largos y complicados, lo que puede resultar en la pérdida de territorio o en la explotación no regulada de recursos en áreas indígenas.

El acceso a la justicia para los pueblos indígenas es limitado debido a varios factores. El Poder Judicial, aunque ha hecho esfuerzos para mejorar la accesibilidad, enfrenta críticas por su falta de sensibilidad cultural y por la barrera del idioma. En las regiones indígenas, la presencia de traductores y abogados especializados en temas indígenas es escasa, lo que limita la capacidad de estas comunidades para defender sus derechos de manera efectiva. El Observatorio también señala que la falta de conocimiento y comprensión sobre las normas y prácticas culturales indígenas por parte del personal judicial puede llevar a decisiones que no toman en cuenta adecuadamente las realidades de estas comunidades.

El sesgo racial y la discriminación dentro del sistema judicial son problemas persistentes. Las decisiones judiciales pueden ser influenciadas por prejuicios raciales, lo que afecta negativamente a los pueblos indígenas. La falta de representación adecuada en el sistema judicial también contribuye a una menor consideración de sus perspectivas y necesidades. Aunque hay esfuerzos para mejorar la formación y la sensibilización sobre estos temas, el cambio ha sido lento.

La brecha en el acceso y la calidad de la educación sigue siendo un problema significativo. Las escuelas en las regiones indígenas a menudo carecen de los recursos necesarios y el currículo no siempre refleja la cultura y las lenguas indígenas. Esto contribuye a una menor tasa de escolaridad y a mayores niveles de deserción escolar entre los jóvenes indígenas. El Observatorio destaca que la falta de materiales educativos adaptados y la insuficiente capacitación de los docentes en sensibilización cultural perpetúan estas desigualdades.

En términos de salud, los pueblos indígenas enfrentan desigualdades en el acceso a servicios de salud adecuados. Las infraestructuras sanitarias en sus territorios suelen estar menos desarrolladas, y el personal médico puede no estar capacitado para tratar problemas específicos de salud de estas comunidades o para comunicarse efectivamente en sus lenguas. Esto resulta en una mayor incidencia de problemas de salud no tratados y en peores resultados de salud en comparación con la población general.

Las oportunidades económicas para los pueblos indígenas son limitadas. Las políticas de desarrollo económico a menudo no consideran las necesidades y prioridades de estas comunidades, lo que contribuye a una alta tasa de pobreza y desempleo. La falta de acceso a recursos económicos y a oportunidades de empleo adecuadas limita el desarrollo económico sostenible en las regiones indígenas.

El OBCRA les invita a escuchar el programa «Conversando sobre el racismo», con la experiencia de la defensora pública Dra. Ligia Jiménez Zamora, Premio “Ulises Odio Santos”- 2023, para abodar el tema: Acceso a la justicia para las personas y los pueblos indígenas de Costa Rica.

Martes 27 de agosto, 8:00 a.m. Hora Costa Rica.
Por la radio 870AM UCR y las redes de OBCRA.

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La amenaza del fascismo

Por Arnoldo Mora

Ante el sombrío panorama que actualmente se cierne sobre la humanidad entera, sólo me cabe evocar aquello de que un fantasma recorre el mundo: el fantasma del fascismo. Pero por desgracia, ahora no se trata tan sólo de un fantasma sino de una angustiante realidad, que no se percibe en sueños como una pesadilla, sino como una amenaza real que se vive tanto más agudamente cuanto más despiertos estemos. La amenaza del fascismo no es sólo la que incuba una conflagración que alcanzaría hasta el último rincón del planeta, sino que traería acarreado el fin de la vida en el mismo. En efecto, los conflictos más graves que hoy vivimos como son los de la guerra en Ucrania y en Medio Oriente, involucran como agentes directos a potencias dotadas de un arsenal nuclear capaz de destruir todo vestigio de vida sobre la tierra; en ambos casos, Rusia e Israel, no ocultan el poderío de que disponen; en ambos escenarios bélicos, la confrontación es entre Occidente y las potencias emergentes.

Es dentro de este tétrico contexto, como consecuencia de la crisis estructural en que está sumergida la economía postneoliberal que surgen movimientos fascistoides, tanto en Europa como en nuestro continente americano, sea en el Norte, sea en Nuestra América. La característica fundamental de los movimientos fascistas actuales, donde quiera que hayan surgido y cualesquiera que hayan sido las circunstancias que los hayan provocado y alimentado, es que consideran las libertades democráticas y las instituciones que las sustentan, como el causante principal de todos los males que se ciernen sobre las masas populares; de ahí, que el demagógico lenguaje que emplean tiene como objetivo conquistarse el apoyo de esas masas gracias al carisma de un líder mesiánico en quien éstas depositan toda su confianza; todo lo cual se da dentro de un contexto de crisis de la democracia formal debido a que la democracia social ha sido socavada. Una vez en el poder, estos líderes pseudomesiánicos se convierten en sanguinarios déspotas, que desnaturalizan los partidos políticos y los convierten en sectas fundamentalistas, como ha hecho Trump con el Partido Republicano, recurriendo a actitudes xenófobas, racistas y supremacistas que justifican recurriendo a creencias religiosas; esos líderes se sienten investidos de poderes supernaturales porque creen ser los representantes de su dios en la tierra. Los ejemplos son múltiples, basta con mostrar algunos. En las grandes manifestaciones en Núremberg, Hitler decía a una masa enardecida que él era el hombre que la divina providencia había enviado a salvar al pueblo alemán; en las moneda que mandó a acuñar, la peseta, Franco rodeaba su efigie con un texto que decía: “Caudillo por la gracia de Dios”; el régimen norteamericano ha justificado sus reiteradas y genocidas agresiones imperiales al traspatio del Sur, invocando una doctrina pseudoteológica denominada “El destino manifiesto”; hoy el gobierno de Israel es liderado por movimientos fundamentalistas que recurren a textos bíblicos para justificar las masacres en Gaza; los regímenes de seguridad nacional, impuestos por Kissinger en Nuestra América legitimaban el terrorismo de Estado argumentando que lo hacían para “salvaguardar las civilización cristiana del peligro del comunismo ateo”; un pastor evangélico fue el mayor genocida que ha tenido Guatemala en su historia… Y no sigo, los ejemplos mencionados son prueba suficiente de lo que digo.

La amenaza fascista se ha agravado por el peligro de que cualquier conflicto local degenere en una amenaza de guerra planetaria recurriendo a esas infernales armas nucleares, es real. Por desgracia, el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas no está en capacidad ni siquiera formal – dado que las grandes potencias tienen el derecho al veto – de convertirse en instrumento eficaz de garantizar la paz a esta enloquecida especie que se autocalifica un tanto narcisistamente “sapiens”. Dichosamente los pueblos parecen estar dando muestras de sensatez. Así en Europa, países donde el movimiento fascista ha crecido hasta el punto de que han estado a punto de conquistar el poder, como es el caso de España y más recientemente Francia, los sectores democráticos han logrado mantener el poder. Otro tanto han hecho en Nuestra América Colombia, Chile, Honduras, Guatemala y las grandes potencias de la región, Brasil y México. Pero el peligro sigue latente y amenazante, como lo muestran Bolsonaro y Milei en Sudamérica, el fascismo imperante en Italia y el creciente movimiento Alternativa para Alemania, esas mismas potencias donde nació el nazifascismo en la primera postguerra, y que son las principales responsables de la más sangrienta conflagración que ha tenido la humanidad, como fue la II Guerra Mundial que causó más 50 millones de muertes y, al final, hizo surgir la bomba atómica. Hoy ninguna de esas amenazas ha desaparecido.

Conviene no olvidar que todo este tétrico panorama que hoy aterroriza a la humanidad ha sido provocado por el hombre mismo y no por cataclismos causados por la Naturaleza, como se dio durante los siglos y milenios de la evolución. Por eso, la solución de estos problemas provocados por el hombre está en manos del mismo hombre. Y ésta es radical, como radical es la problemática que la suscita. Se trata de hacer que la humanidad y, sobre todo, sus dirigentes, abandonen de una vez por todas y para siempre la idea de que el poder viene de la violencia y recuerden las enseñanzas de los grandes maestros que dieron origen a la culturas originales: los filósofos de Grecia y los profetas de Israel; el patriarca de los primeros, Sócrates, nos enseñó que la raíz de todos los males está en la ignorancia, por lo que la solución a los desafíos que se plantean a la humanidad radica en cultivar una sabiduría basada en las luces de la razón. En cuanto a la prédica de los profetas bíblicos, Isaías, el mayor de ellos, decía que la paz es obra de la justicia; todo lo cual lo resumió Jesús de Nazaret en el maravilloso Sermón de la Montaña. Figuras como Gandhi, Martin Luther King, Monseñor Romero, quienes con su sangre sellaron la fidelidad a sus principios, nos señalan el camino; en el campo de las ciencias, figuras emblemáticas como Pasteur en ciencias de la salud y Oppenheimer en ciencias físicas, señalan el camino para hacer de la ciencia un instrumento al servicio del bienestar y de la paz, y no para el lucro y la guerra. En política, debemos crear un Estado planetario con poder suficiente como para hacer realidad tan sublime como impostergable utopía. Si no se logra, el s. XXI será el último de la especie sapiens.

Los actuales políticos ticos: «descubrieron el agua tibia»

Por Bernardo Archer Moore

Las comunidades tribales costarricenses existen mucho antes de que los políticos actuales las reconocieran.

Su existencia se remonta al siglo XVII (1650) con la formación de «(*) La Puebla de los Pardos o Puebla de los Ángeles situado en Cartago y compuesto por:

Mestizos, Mulatos y Zambos; el resultado del mestizaje de blanco con indio, blanco con negro y negro con indio respectivamente». Uno de los principales legados de ese primer poblado tribal fue LA VIRGEN DE LOS ÁNGELES.

*/ (Los Pardos de la Colonia – Álvaro Cuberos).

Desde entonces, los derechos de las comunidades tribales son fundamentales para su subsistencia y bienestar, y requieren la protección especial del Estado, así como de Convenios Internacionales que surgieron debido a su vulneración por parte de los gobiernos nacionales, ahora tutelados por organismos internacionales como la CIDH.

Estas comunidades a menudo viven en áreas aisladas de las grandes ciudades y del gobierno central, lo que las hace más vulnerables a la violación de sus derechos, especialmente en relación con la tierra que habitan.

La tierra es un recurso vital para las comunidades tribales, ya que les proporciona sustento, medios de vida y es parte integral de su identidad cultural y espiritual. La violación de sus derechos sobre la tierra las priva de su forma de vida tradicional y las condena a la pobreza y el sufrimiento.

La falta de acceso y control sobre la tierra puede llevar a la pérdida de recursos naturales, la degradación del medio ambiente y la imposición de proyectos de desarrollo que no consideran las necesidades y aspiraciones de las comunidades tribales.

Esto puede resultar en la destrucción de su entorno natural, la pérdida de sus fuentes de subsistencia y la interrupción de su vida comunitaria y cultural.

Es crucial garantizar y proteger los derechos de las comunidades tribales sobre la tierra que habitan, reconociendo y respetando su derecho a la propiedad y control de sus tierras ancestrales, así como su participación en la toma de decisiones que afectan a sus territorios.

Es importante promover el desarrollo sostenible y la diversificación económica en áreas tribales como Cahuita, Puerto Viejo, Manzanillo, Ciudad de Limón, Barra del Colorado, Tortuguero, Siquirres y Matina, para que puedan mejorar sus condiciones de vida sin comprometer su cultura y medio ambiente.

Esto incluye el apoyo a iniciativas de desarrollo local, una mejor calidad de educación, acceso a servicios básicos como caminos de acceso público, servicio eléctrico, agua potable, internet de banda ancha, plantas de tratamiento de aguas residuales y hospitales, así como la valoración y preservación de los conocimientos tradicionales y prácticas sostenibles de las comunidades tribales.

En resumen, la vulneración de los derechos de las comunidades tribales sobre la tierra las condena a la pobreza y el sufrimiento. Por ello, es fundamental garantizar y proteger sus derechos sobre la tierra, promover el desarrollo sostenible y respetar su cultura y medio ambiente, permitiendo que la comunidad tribal de Cahuita prospere y mantenga su forma de vida tradicional.

Finalmente, los proyectos de ley patrocinados por las congresistas Katherine Moreira y Rosalía Brown sobre el supuesto “reconocimiento de los pueblos tribales” no abordan los problemas fundamentales de estas comunidades, prefiriendo evitar conflictos con políticas gubernamentales para aumentar sus posibilidades de aprobación. Esto deja a los pueblos tribales costeros a merced del ICT y el Estado costarricense.

Imagen ilustrativa.

Defensoría pide a Presidencia de la República ampliar información sobre atención de derechos de comunidad afrodescendiente

El pasado viernes 7 de junio de 2024 la defensora de los habitantes, Angie Cruickshank Lambert envió al señor Gabriel Aguilar Vargas, director del Despacho Presidencial Ministerio de la Presidencia de la República, con copia al señor Marco Vinicio Levy Virgo, una solicitud de ampliación de información relativa a las acciones del gobierno en protección de los derechos de las personas afrodescendientes.

De esta forma, la Defensoría de los Habitantes atendió la petición planteada por Marco Levy Virgo, quien ha pedido la atención debida para esa comunidad de parte del Estado y de la Municipalidad del cantón de Talamanca. La argumentación de Levy expone discriminación estructural, violación de derechos humanos de propiedad ancestral, irrespeto a la consulta previa y a la autodeterminación de la comunidad tribal afrodescendiente.

En la carta de la defensora al director del Despacho Presidencial se solicita:

1- Detallar cuál es la instancia o instancias gubernamentales encargadas de generar las propuestas legales mencionadas en su oficio a efecto de que sean presentadas en las vías correspondientes.

2- Remitir una copia del plan de trabajo elaborado por dicha instancia(s) gubernamental a efecto de atender la presente situación, remitiendo responsables, plazos de ejecución y entregables esperados.

3- Detallar las instancias de la sociedad con las cuales se ha coordinado o se va a coordinar incluyendo sus integrantes y medios para poder contactarlos.

4- Remitir las minutas generadas a la fecha de las reuniones efectuadas para la atención de esta temática.

5- Señalar si se cuenta con contenido presupuestario para este proceso.

¿Detener el movimiento?

Por Memo Acuña. (Sociólogo y escritor costarricense)

A inicios de la semana que concluye el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, emitió una nueva orden ejecutiva relacionada con el tema migratorio. En esta disposición, se restringe el ingreso de migrantes indocumentados y se limita la posibilidad de obtención de la figura de asilo.

Nada nuevo en el marco de una retórica de continuidad en la política migratoria estadounidense que pareciera no establecer diferencias entre Republicanos y Demócratas cuando se trata de este tema.

Justamente, las voces de esperanza en que Biden realmente lograra adecentar la política migratoria de Estados Unidos con un corte absolutamente securitario, no repararon en que detrás de una aparente humanización y adecentamiento de las acciones en materia de migración, seguridad fronteriza, integración, se posicionaba el enfoque real con el cual Estados Unidos como país ha abordado el tema en los últimos 25 años.

Esta Orden Ejecutiva firmada el 3 de junio, llega en un momento político aderezado por la campaña electoral estadounidense. En este sentido, bien es conocida la postura racista, xenófoba y antiinmigratoria de Donald Trump, el seguro candidato republicano, con la cual se ha granjeado millones de votos sustentados en una combinación entre enojos y un nacionalismo exacerbado.

Tomando posturas de esta naturaleza, Biden apuesta también por obtener apoyos para su estrategia política, en medio de un contexto en el que las movilidades humanas no cesan a nivel global. En lo que se escriben estas notas, se conoce del drama de cientos de personas migrantes africanas en Islas Canarias, en España. Es que las movilidades humanas poco entienden de cercas, vallas fronterizas, políticas duras y agresivas.

El presidente estadounidense ha dicho que con la firma de esta acción se recuperará el control de las fronteras, desbordadas como están por la necesidad incesante de cientos de miles de personas. La pregunta, que no es retórica, que debemos hacernos es quién firmará de una vez por todas una acción global contra la violencia, el hambre, la miseria, la desigualdad, el racismo, la pobreza. Aguardemos entonces.

Por una Costa Rica sin discriminación

El pasado 23 de mayo de 2024 la Defensoría de los Habitantes recibe un recurso de amparo en contra del Estado y la Municipalidad del cantón de Talamanca, esto por discriminación estructural, violación de derechos humanos de propiedad ancestral, consulta previa y autodeterminación de la comunidad tribal afrodescendiente. En este documento se expresa que la población afrodescendiente del país ha sido invisibilizada por todo el Estado y entes que lo conforman y en especial por el alcalde del Concejo Municipal de Talamanca, esto referente al convenio 106 y 169 de la organización interamericana en contra del racismo.

Imagen ilustrativa, UCR.

Make America “horrible” again

Por Memo Acuña. (Sociólogo y escritor costarricense)

En un discurso pronunciado en un acto de recaudación de fondos en abril anterior, el candidato Republicano y expresidente de Estados Unidos Donald Trump esparció la consigna que lo ha venido acompañando no solo en esta campaña, sino en su anterior gestión gubernamental.

Aclaró: no es cualquier migración la que estaría dispuesto a tolerar en su país. Para “hacer grande a América otra vez”, lema que en su primera campaña electoral le granjeó un importante caudal de votos provenientes de un nacionalismo exacerbado combinado con el enojo hacia la administración demócrata del entonces presidente Barak Obama, se debe permitir la entrada al país de personas provenientes de países “agradables” como Dinamarca, Suiza y Noruega.

Tras esta afirmación, lamentó el ingreso de migrantes provenientes de América Latina. Ya sabemos su consabido insulto para hacer referencia a los países nuestros, a los que se ha referido como “shit hole countries” y por consiguiente a las personas provenientes de dichos contextos.

En esta ocasión, su artillería racista, xenofóbica y ultranacionalista lo ha llevado a plantear que no le temblaría el pulso para impulsar deportaciones masivas. La imagen es poderosa y si cae en manos de una población cada vez más proclive a la discriminación, habrá encontrado de nuevo terreno fértil para quedarse con una segunda administración.

Los efectos devastadores de una política económica agresiva, las violencias estructurales, sociales y culturales, un irreversible cambio climático y la desesperanza son factores que propician la migración a todos los niveles desde países como los de la región centroamericana. Hacia una gestión migratoria regresiva, negativa y deshumanizante se dirigen si, como todo está dispuesto, el magnate Trump asume la presidencia de su país.

Queda por verse si la fuerza de la migración, de las personas migrantes, será suficiente para contender con el odio y el racismo que una vez más serán premisas de política migratoria en Estados Unidos.

Siguen los bárbaros

Por Memo Acuña (Sociólogo y escritor costarricense)

En el estadio del Atlético de Madrid en España este fin de semana se escucharon insultos xenófobos y racistas en contra del jugador Nico Williams, del Athletic Club.

Lo destacable del hecho es que en esta ocasión el bárbaro fue solamente un aficionado. Por su acción, (la imitación del sonido de un mono al estar cerca el jugador del equipo contrario) el equipo madridista fue multado a nivel económico y el sector donde este bárbaro profirió sus insultos, será cerrado en los dos partidos siguientes.

Acciones como estas, estamos claros, son ejemplarizantes, pero no detendrán el mal estructural del racismo y la intolerancia en una sociedad que poco ha entendido de qué va el ejercicio de la convivencia.

El racismo no es una contingencia. No es un grito por allá. Un insulto por acá. Es el resultado del ejercicio de un poder colonial de décadas que entiende la superioridad biológica y social como un juego de aniquilación sistemática del otro al que considera inferior.

En Costa Rica, un día si y otro también los actos de barbarie racista se repiten en los campos de juego. En Pérez Zeledón, ubicado al sur del país, un juego fue detenido y un aficionado fue sacado del estadio por su acción contra el jugador Joel Campbell. Eso estuvo bien.

Dias después en otro estadio ubicado en el Pacífico costarricense otro jugador, Jonathan McDonald, denunció haber sido insultado de la misma forma. Pero en esta ocasión el protocolo no fue activado. Eso estuvo mal.

Las acciones contra los bárbaros deben ser sistemáticas y sostenidas. En la medida en que se vean acorralados y limitados en sus actos, sentirán que la sociedad los señala por lo que hacen. Esto es el principio de la construcción de una nueva colectividad, más cercana a los valores de la horizontalidad y el reconocimiento del otro y la otra. Una sociedad donde los bárbaros como estos no vuelvan a sentirse empoderados.

La persistencia del horror

Por Memo Acuña. (Sociólogo y escritor costarricense)

Una y otra vez desde esta columna hemos abordado el tema del racismo en la vida cotidiana, particularmente las manifestaciones que se vierten en los estadios de fútbol. Esta problemática no es exclusiva del contexto costarricense y a nivel global los ejemplos de cánticos e insultos racistas en los campos de juego son una constante.

Un error común sobre este hecho es catalogarlo como indidental, resultado tal vez de la furia y odio que en el momento haga actuar de esa manera a quien profiere los insultos. Resulta que la trama racista es histórica, como producto de la matriz de poder que se ha instalado como premisa en las distintas formaciones sociales y culturales.

Hemos comentado en este espacio, por ejemplo, como en la lacónica Costa Rica de los años ochenta cuando al viejo estadio nacional venían equipos de fútbol Centroamericano, los sonidos provenientes desde las graderías parecidos a los que por entonces caracterizaban las películas norteamericanas sobre los conflictos entre indígenas y vaqueros daban a entender una supuesta superioridad racial del costarricense frente a los otros países de la región.

Insistimos en señalar el carácter histórico de racismo como forma de discriminacion y de poder de unos sobre los otros.  El último episodio ocurrido con el futbolista costarricense Joel Campbell confirma cuán persistente se encuentra el horror racista en los campos deportivos del país.

Esto no se terminará al corto plazo. Se requiere, como también hemos dicho, reconocer la matriz histórica que produce que una persona, una sola persona, se sienta con el poder de ver en el otro condiciones corporales y culturales de inferioridad.

Y luego de esto, trabajar muy fuertemente en el desarrollo de nuevos procesos de convivencia basados en la horizontalidad  como mecanismo de interacción.  Al horror se le combate con estrategias de reconocimiento de la diferencia. Es hora ya de ponerlas en práctica.