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Etiqueta: Rafael A. Ugalde Q

Los miedos a la democracia

Lic Rafael A Ugalde Q.*

Dedicado con mucha humildad a Gaspar García Lavaina,hombre y sacerdote excepcional, al cumplirse 45 años de su partida física sonriente por el deber y el fin cumplidos solo por valientes..

Ambos, con sus respectivas tablas enceradas, no cesaban desde sus “poltronas”, con asiento de cuero y su respaldar de madera, bellamente tallado con dos esclavos trayendo a empujones una mujer practicante del oficio más antiguo de la tierra, de hacerse aire con la mano derecha para aliviar el inclemente calor descargado sobre los dos grandes maestros de la humanidad; tan discutidos en pleno siglo XXI.

Coincidían con la creencia ateniense de entonces, en torno a que sudemocracia no era una buena idea como forma de gobierno, por ser demasiada incluyente (participativa y protagónica dirían Russel, los curas Gaspar García Laviana, Camilo Torres o el expresidente mexicano Francisco Madero), dejando de “monazo” sin ninguna participación a las mujeres, los esclavos y los extranjeros, para evitar votaciones irracionales.

Así fue como me sorprendió la luz del día, cuando ya Plantón y Aristóteles, divisándolos borrosamente durante el sueño, salían no con buena cara por la puerta que lleva a la troja trasera de la casa de paredes de barro y cal. Comenzaba en pocos minutos la vida real, cuando me percaté que, aplicada a las sociedades de 2023 su “Asamblea de Ciudadanos”, no estaba del todo bien, aunque la constituyeran solo gente “caché”.

Desde entonces estos “demócratas” en nuestra América, identificados unas veces como “tecnócratas”, lideres de “gobiernos independientes” o cabeza de la “ola libertaria” etc., son presentados a las mayorías para transmitirles una supuesta inexperiencia de ellas en cosas de gobierno. Así atajan cualquier intento de articulación y organización de la población que les pueda hacer “ruido” a quienes, efectivamente, no dejan caer la hoja de un árbol sin su visto bueno.

Quería explicarles mis dudas, pero ni pelota me dieron. Fue años después en una clase de filosofía del derecho que la discusión estuvo bastante movida, entre quienes defendían la democracia como congelada en el tiempo y quienes rechazaban esta opción inaceptable. Los primeros, aceptaban a regañadientes que la democracia evolucionó hacia la concepción tradicional de “republicana”, con un tufillo clasista como el del pupitre del par oloroso a Paco Rabann, cadena de oro de dieciocho kilates y adornada con una estrella de David como dije.

 Nuestra democracia como forma de vida, decía casi a gritos este de fuerte cadena de oro y quien con los años fue ministro, aunque les disguste tomamos decisiones basadas en los que sí saben gobernar y se prepararon para ello; para eso tenemos elecciones libres, volando, de paso, el filazo respectivo, contra otros modelos de organización social.

Los segundos hacíamos ver que sí, la democracia es un” modo de vida” como ellos decían, al mejor estilo de la antigua Atenas, entonces dicho sistema hay que transformarlo porque hay quienes no tienen “vida”, al estar excluidos y no ser tomados en cuenta por esta especie de “meritocracia” o “iluminados”. Ellos son insertados en todos los poderes del Estado por los partidos políticos y otros medios de control social para cuidar los intereses de las élites mediante votaciones periódicas, sin importar luego los nuevos “esclavos”, las “nuevas mujeres” y los nuevos “extranjeros” en sus propios países. Hasta el penalista Raúl Eugenio Zaffaroni y su tratado de derecho penal salió rascando.

 Y hubo quien demostró a este selecto grupo defensor de la democracia como forma de vida que, tal como la defendían, esta posición resultaba enajenante, racista, injerencista y discriminatoria, porque negaba toda posibilidad de que obreros, campesinos, estudiantes, profesionales, intelectuales honrados, etc., escogieran de abajo hacia arriba a sus líderes, en lugar de arriba hacia abajo, para cumplir los fines del gobierno “para”, “del” y “por” el pueblo, como enumeró Lincoln alguna vez. Hasta una copia del ensayo de Adolfo Sánchez Vásquez sobre “Filosofía e ideología”, que habíamos analizado en la clase de las nueve de la mañana, les dimos subrayadito y gratis para que vieran su posición reaccionaria hasta los huesos. Por cierto, con este pensador radicado entonces en México, terminó la discusión. Los fulminó. Lógicamente, ante la falta de argumentos, como suele presentarse, vinieron los gritos de ateos, chusmas y hasta una muchachita que terminó como juez (rezo por ella todos los días para que no llegue nunca a magistrada), se quejó porque, según ella, su querida facultad, ejemplo de grandes pensadores y juristas, lamentablemente, la había tomado el comunismo ruso y cubano, abriéndose a gente que no debería estar acá.

Desde entonces estos “demócratas” en nuestra América, identificados unas veces como “tecnócratas”, lideres de “gobiernos independientes” o cabeza de la “ola libertaria” etc., son presentados a las mayorías para transmitirles una supuesta inexperiencia de ellas en cosas de gobierno. Así atajan cualquier intento de articulación y organización de la población que les pueda hacer “ruido” a quienes, efectivamente, no dejan caer la hoja de un árbol sin su visto bueno.

Así, la “meritocracia”, “ola libertaria”- o como prefiera llamarla- hace de los llamados “valores democráticos” (consultar https://www.gob.mx/segob/articulos/que-son-los-valores-democraticos) un traje a la medida según la ocasión: Honestidad, sí, honestidad. En Honduras quien estuvo a cargo del Ejecutivo es sindicado como narcotraficante. En Panamá, el gobierno actual, aprobó una “maravillosa” ley que prohíbe las concesiones mineras, después de dar a una compañía canadiense derechos por más de 30 años para que extrajera minerales en zona ecológica. Fue hasta que esas mayorías “ignorantes” en las cuestiones de gobierno se rebelaron contra el criterio de la prensa mediática defensora de la “democracia”, el tribunal constitucional, previendo una guerra civil, echó abajo el turbio negocio de las élites panameñas.

Solidaridad: forma también parte de más de una docena de los “valores democráticos” del llamado Occidente colectivo: ¿Cual solidaridad contra el genocidio palestino, a pesar que muchos de estos demócratas son confesos “cristianos”.? O para el pueblo cubano bloqueado económica, financiera y comercialmente durante más de seis décadas por la primera potencia militar y económica del mundo.

Son, en cambio, la mayoría de estos ignorantes para estos defensores de la democracia congelada en el tiempo, quienes han dicho en las calles de Nueva York, París, Níger, Caracas, Managua, Berlín, etc.: ¡basta ya de bloqueo! ¡Basta ya de genocidio en Palestina! ¡Basta ya de prensa vendida!

Ellos, dentro de la supuesta ignorancia – a la luz de la estratificación de la India estarían entre las castas más bajas- si bien no visten traje entero, nunca se han puesto una corbata y de vacas, producción de chiles y auxilio a quienes necesitan, saben de todo. Los pueblos del mundo fueron los primeros en advertir que aplicar una ley local, dándole alcance extraterritorial para matar de hambre a niños, ancianos y mujeres, es una agresión simulando una defensa de los derechos humanos, violentando la esencia misma de ellos.

En cambio, en enero de 2019, el hombre que hoy da cátedra sobre “valores democráticos” en una universidad norteamericana y vive como millonario en La Florida, se subió en una tarima en un parque de Caracas, tartamudeó como diez minutos, pero bajó de ella convertido en “presidente interino” de Venezuela; reconocido incluso, por el llamado” Grupo de Lima”, todos sus integrantes de probada vocación democrática.

Cuando el pueblo quiere, puede. En Panamá echó abajo la minería contra las élites que defendían la creación de empleo de calidad. (F. BBC).

“Libertad de prensa”: Es otro de la larga lista de valores de la “democracia”. En México la “prensa alquilada” o “independiente” del pueblo, junto a lo que denominan “intelectuales orgánicos”, obligaron al gobierno actual de Andrés Manuel López Obrador a recurrir a las redes sociales y a una conferencia “mañanera” para evitar un “golpe de estado” mediático y desmentir las grandes cadenas de periódicos, tevé y radio. Como suele ocurrir, una buena parte del empresariado acostumbrado a obtener amnistías fiscales, robarse aeropuertos, refinadoras de petróleos, sociedades estatales relacionadas con la electricidad etc., llama a otros empresarios honestos a cerrar filas para congelar sueldos, quitar las pensiones a los adultos mayores, devolver la educación como negocio. En fin: sí el Estado es fuerte no hay libertad, según la consigna de los libertarios como nuevo relanzamiento del neoliberalismo.

Laura Richardson, generala del Comando Sur estadounidense: cerremos Telesur y R.T. (F. Página 12, 14/11/2023).

Acá mismo bajo el recurso de la simulación para lograr el cierre del Canal 13 de Televisión, cuatro conocidos medios de comunicación pelean a muerte para recuperar 14 mil millones de colones anuales de “pauta” publicitaria. Ahora sí, están muy preocupados por la “libertad de prensa” y el “pluralismo” como valores democráticos. Sobre sí un tal “Choreco” los vio escondiendo la mirada y se negó a darles declaraciones, sí la forma de peinarse es la adecuada para un asesor presidencial o usó este o aquel desodorante, es una alerta de cómo nos amenazan la “libertad de prensa”.

No obstante, no violenta el principio democrático de la “libertad de prensa” que haya noticieros que niegan el genocidio palestino, dejando de informar sobre el tema. O que la generala y jefe del comando sur de Estados Unidos, Laura Richardson, sin pelos en la lengua, pidió acabar con las cadenas de noticias Telesur RT por no ajustarse al periodismo requerido por su país. (Ver https://semanariouniversidad.com/opinion/de-las-palabras-a-los-hechos/ ). Cuando tenga el pronunciamiento de los periodistas o algún editorial de esos cuatro medios sobre este atentado a la libertad de prensa se los comunico.

¡Hey, hey maestros no se vayan sin entregarles este recado de nuestro gran filosofo latinoamericanista, Juan Mario Castellanos, llegado desde el “pulgarcito” de América para el mundo: “Ustedes también tengan feliz navidad y el año venidero ojalá esté movido y articulado entre quienes no temen a la democracia y transforman todo a su paso”, solía decirnos todos los diciembres en familia alrededor de un tamal y un humeante cafecito negro.

*Estudios en geopolítica y petróleo por la U del Zulia; periodista, abogado y notario por la U.C.R.

Con “paños tibios” no hay democracia

Rafael A Ugalde Q.

Rafael A Ugalde Q.

Cuando el discípulo aquel dijo que los tibios se vomitan, y el italiano sesudo detesta el “parasitismo” como atrofia en el avance de los pueblos, la “crisis” de la llamada izquierda latinoamericana no había estallado en nuestras caras, con consecuencias desbastadoras para 662 millones de habitantes de nuestra América.

¿Qué praxis política errada llevamos a cabo? ¿Por qué creemos que haciendo lo mismo tendremos otros resultados? ¿Nos equivocamos en la interpretación de la “acumulación originaria” del capitalismo en la región? ¿Nos creímos en serio qué fuimos “descubiertos” y no hubo despojados ni despojadores?, ¿Nos dieron a Bolívar, a Chávez, a Fidel, a Mariátegui, a Sucre, a Martí, a Bishop, entre otros, “digeridos” debidamente por nuestros intelectualoides acomodadizos?

El apóstol Juan escribió alrededor del año cien de nuestra época en Apocalipsis, capitulo 3 versículo 15 en lo conducente: conozco tus obras que ni eres frío ni caliente. ¡Ojalá fueras frío o caliente! Así, puesto que eres tibio y no frío ni caliente, te vomitaré de mi boca.

Mientras tanto, el gran pensador, Antonio Gramsci, desde 1917, también en lo conducente, en su artículo contra la “indiferencia” da mazazos a lo que llama el “parasitismo”, que lleva a lo que en Tiquicia denominamos “nadaditos de perro”, “palanganeo” o “andar haciendo equilibrio sobre la cuerda”. Transmite a los pueblos – en otras regiones de América Latina y el Caribe habrá otros regionalismos- la falsa creencia sobre la vocación democrática in extremis. Es decir, la democracia son elecciones y en las urnas lo mismo vale Kirchner y Milei en la Argentina, Lula y Bolsonaro en Brasil, Fujimori y Castillo en Perú etc., siempre y cuando sean electos por una especie de gran “igualador” llamado urnas.

¿Cómo llegamos a eso en nuestra América? Palabras más, palabras menos, Gramsci considera que este tipo de simulación tuerce programas, y arruina los planes mejor concebidos. Es la materia bruta desbaratadora de la inteligencia, advierte.

Cualquier mirada retrospectiva sobre la región entre finales del siglo pasado y el presente, nos lleva a la misma avenida sin salida: la politiquería. Basada en la errónea creencia de que el “pueblo es tonto” y es posible gobernar en exclusivo para las tradicionales clases dominantes, porque los “dominados” o “domesticados”, como nos calificó un expresidente de la república, son incapaces de percatarse de este malévolo juego.

Esta manera de ejercer el poder como “medio” para traficar influencias, imponer el nepotismo y la cleptomanía como forma de vida, es diametralmente opuesta cuando se practica sin temores la democracia como “fin” expreso, sin ambivalencia, dado por el pueblo para enfrentar el nepotismo, la cleptomanía, el tráfico de influencias, etc., reflejado en corrupción e impunidad, dentro de nuestras sociedades.

Esta decisión de gobierno “para”, “del” y “por” el pueblo no es fácil. Nuestro continente tiene una larga lista de lideres del llamado “capitalismo verde”, “izquierda”, “progres” o “revolucionarios”, “socialistas”, “socialdemócratas” y “socialcristianos” arrinconados en “frentes amplios”, que a la hora llegada perdieron la confianza de sus pueblos por su tibieza, sin la más mínima crítica frente a quienes lo escogieron y el silencio cómplice de sus acólitos. Sus lugares fueron retomados por representantes de grandes empresas bananeras, sionistas, genuflexos del FMI, ex empleados del Banco Mundial o confesos nazifascistas.

Cualquier crítica a la falta de articulación del pueblo en sus gobiernos para defender los pocos avances democráticos, cuando los hubo, es estereotipada bajo la égida de que el líder nunca se equivoca.

La vida actual de los casi 11 millones y medio de haitianos no puede separarse de las esperanzas que despertó en el valeroso Haití -primero en lograr su libertad en 1804 del imperio español- la llegada al poder en 1990 del poliglota y cura salesiano Jean-Bertrand Aristide, con su vibrante verbo de izquierda y a favor del su castigado pueblo, al que los imperialistas europeos y el norteamericano siguen cobrando la rebeldía.

Ocho meses después de su primera elección Aristide sufre un golpe de estado por las elites del poder y entre brincos y saltos, exilio y persecuciones, regresa tres veces al poder con abrumador apoyo del pueblo. Incluso a su tercera presidencia llega luego de “negociar” un “embargo” económico con representante del Partido Demócrata de Estados Unidos contra los golpistas que lo habían depuesto; medida, como suele suceder, afectó con fiereza inhumana a los más pobres de esta isla caribeña.

Aún, así, en 2001, regresó al poder con otra mayoría electoral arrolladora. Pero esta vez su encendido verbo cayó como “medio” politiquero y no como un “fin” político en sí mismo para devolver a su pueblo participación y protagonismo real en la democracia haitiana. Lo que vino luego son dolores de parto hasta el día de hoy.

Desastres

Recientemente el presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador, calificaba como “error” en una de sus conferencias “mañaneras” pensar en “conservadores” buenos o malos, sin olvidar que, como “élites”, ellos van a defender siempre sus intereses.

Así diferenciaba a grandes empresarios, por décadas responsables de saquear su país al amparo del poder simulando, consiguiendo “amnistías” de impuestos, escamoteando tributos y haciendo de la corrupción su medio de vida; mientras, añadía, otros empresarios, sin ser de “izquierda” o “revolucionarios”, pues tienen todo el derecho a obtener sus ganancias honradamente, cumplen con las obligaciones fiscales y comprenden que el Estado no puede abandonar a los más pobres, ni renunciar a dar salud, vivienda, educación de calidad al pueblo, construir obras de infraestructura con recursos propios, ni negar aumentos salariales dignos a los trabajadores, pensiones acorde a las necesidades de los adultos mayores, velar por los discapacitados ni dejar los jóvenes al narcotráfico, enfatizó.

Viene a acotación lo anterior cuando pienso en los desbastadores efectos producidos en los pueblos latinoamericanos las acciones incoherentes de la “izquierda”, “progres” o rejuntados en “frentes amplios”, una vez tomada la presidencia de alguna república o al tener algún grado de acceso a los parlamentos.

Un ejemplo indiscutible es la abrumadora “garroteada” dada al candidato oficialista en Argentina por un sionista confeso y heredero de las verdades absolutas de dios en economía, política, biología, cultura etc.

Alberto Fernández, presidente de Argentina del 10 de diciembre de 2019 al 10 de diciembre del 2023. (F) spanish-china.org

El pueblo argentino soportó con paciencia franciscana la corrupción y el saqueo de su país por parte del gobierno de Mauricio Macri (2015- 2019), responsable de concluir el proceso hipotecario de Argentina por varias generaciones, arreciado por Carlos Menem (1989 – 1999).

Los votantes argentinos convencidos, por el verbo caliente del abogado y profesor peronista, Alberto Fernández, lo hacen su presidente pensando, quizá, en la devolución de la dignidad para los millones de “descamisados”, como llamaba Evita Perón a los pobres.

Pero resultó el peor chasco para los argentinos. Enterró para siempre el “latinoamericanismo” de Kirchner, ni siquiera, con todas las leyes en su cabeza como abogado, movió un dedo para liberar a la luchadora social Milagro Sala. Cuando Estados Unidos ordenó a sus súbditos del poder judicial en Buenos Aires el comiso inmediato del avión de Conviasa, por “violar” la asediada Venezuela la extraterritorialidad de la ley estadounidense, anduvo escondiéndosele de la prensa por varios días.

El líder indiscutible de la izquierda ecuatoriana, el economista Rafael Correa, llevó a cabo su Revolución Ciudadana concebida dentro del viejo andamiaje de la “alternancia” democrática, a pesar del masivo apoyo recibido por su pueblo no quiso o no supo articular la esperanza expresada en cada sufragio. Cada voto recibido por Correa llevaba la amenaza de las élites organizadas y articuladas a través de los poderes fácticos; pero también contenían la esperanza de millones de indígenas, obreros, mujeres y estudiantes, en torno a que, ahora sí, por fin, habría gobierno “del”, “por” y “para” el pueblo.

No se trataba, pues, de “teorizar” sobre Adam Smith, Karl Marx, John Maynard Keynes, entre otros conocidos al dedillo por Correa, sino vistas las circunstancias objetivas y subjetivas de ese momento, desarrollar la praxis para hacer posible el “de”, el “para” y el “por” como “fin” democrático junto a las masas organizadas, pero no del todo articuladas.

El expresidente de Bolivia, Evo Morales, en 2019 pidió el arbitraje de la Organización de Estados Americanos para resolver la crisis electoral, cuando su pueblo estaba en las calles, defendiendo a su presidente electo, mientras la burguesía boliviana pedía la cabeza de él. Llamó, entonces, en un momento de “tibieza” o “indiferencia” para con su pueblo, al “departamento de colonias” a cargo del uruguayo Luis Almagro, para que mediara entre quienes ven aún hoy al representante Aymara como padre de la patria y la estirpe nazi de Santa Cruz de la Sierra. “Hubo fraude”, dijo Almagro, y Morales tuvo que huir para salvar la vida.

La Revolución Ciudadana perdió las elecciones en Ecuador. (f.) BBC.com

De la tibieza o la indiferencia, al fin a cabo resultan lo mismo, son pocas las excepciones a la regla en nuestro continente. De la regla no escapa nuestro país y, sí alguna duda existe, invito a que saquen el rato y vean las comisiones legislativas, especialmente la que investiga el financiamiento de partidos políticos. Es divertidísima.

Es una diversión necesaria y carísima, a juzgar por lo que nos cuesta a todos los contribuyentes esos momentos de distracción, pero vale la pena. Algunos recurren al “medio” como arte legislativo pensando desde ya en elecciones municipales y presidenciales, otros a “paños tibios” o “nadadito de perro”; pero, eso sí, hay que reconocerles, la defensa que hacen de la honradez y transparencia financiera dentro de sus divisas partidaristas, como garantía democrática.

¡Vieran que bonito hablan!

Los victimarios ahora pasan por víctimas

Rafael A. Ugalde Q.*

Días atrás, un amigo suramericano conocido en esas raras “coberturas” en mis viejos tiempos de corresponsal internacional de prensa, tuvo la gentileza desmedida de enviarme la sentida renuncia como profesor de periodismo de la Universidad ORT de Montevideo, Uruguay, del laureado periodista uruguayo Leonardo Haberkorn. Dijo a sus muchachos: ¡Chao chao! Pero conociendo que él es de esos tipos difíciles de verlos correr con las primeras bombetas, nos llamó entonces la atención con la facilidad con que tira la toalla en la noble misión de formar jóvenes.

Su carta de despedida de la cátedra vista a la ligera refleja a todas luces “sentido común” de un soldado cansado y con las manos en la cabeza exclamando: ¡Basta ya! Se da por vencido por los estragos cosechados entre los estudiantes por el mal uso de las tecnologías actuales, especialmente, sobre los futuros periodistas uruguayos. Analizando, por otra parte, su renuncia, ella lleva un dolor interno profundo por la forma específica como los muchachos confiados a él, son en la práctica, víctimas y victimarios a la vez de un modelo de convivencia en el cual todos somos desconocidos, aunque todos creemos conocernos.

Así, como en el “Mito de la caverna” de la Platón la “realidad” hecha la nosotros con imágenes distorsionadas, como cuando nos dicen las ventajas de acabar con las listas de espera en la Caja mediante el copago o los problemas de la inseguridad y el sicariato es cosa de más leyes, usar la Inteligencia Artificial etc., cuando la llana verdad es el interés existente de las aristocracias es seguir administrando los dineros de los pueblos para ellas crecer económicamente sin desarrollo social, o en el caso concreto costarricense alzarse con una de las pocas actividades controladas por el estado, como es la sanidad.

Tras la pandemia de Covid 19, la Caja Costarricense del Seguro Social (CCSS), soportó todas las pruebas habidas en cuanto al resguardo de la vida de las personas, superada en la región solo por la sanidad cubana. Esta fortaleza de la institución, a pesar de desnaturalizarla desde hace más de 30 años tercerizando los servicios primarios de atención médica con los llamados EBAIS, quitando a la entidad la producción de muchos productos para que los produjeran laboratorios privados o reduciendo los servicios de odontología y oftalmología para favorecer a grupos médicos, abrió el apetito de unos cuantos consorcios privados dedicados al negocio con la salud. Actualmente controlan el 20% de la demanda interna cuando, por ejemplo, en México, Colombia y Chile el pastel pertenece en su totalidad a sus burguesías…

De esta manera, aparece recientemente en Costa Rica la “ruta de la salud” con clara “inspiración” en las naciones mencionadas la cual, nuestras élites empezaron a venderla como solución a los problemas en la seguridad social costarricense engendrados por ellas mismas.

A decir verdad, las preocupaciones expresadas ahora por representantes de estos grupos financieros por la crisis de la sanidad nacional esconden el negocio multimillonario con la seguridad social de todos los costarricenses y las finanzas de la CCSS. Los miembros de nuestra burguesía van a curarse a los hospitales locales privados dotados con última tecnología, o bien a Miami o a Europa, sí la situación requiere de otra especialización.

Sí bien dicha “ruta de la salud” significan 200 mil millones de colones (aproximadamente $ 376.697.000) para la compra de urgencia de servicios médicos privados esté, a lo mejor bien intencionada ante el congestionamiento de nuestros hospitales y espera por una cita médica, la “solución” no resuelve el problema del control ejercido sobre la Caja por diversos grupos interesados en colapsar la seguridad social. El modelo de “copago” de servicios asistenciales por parte del paciente y las instituciones aseguradora eleva los gastos de salud a los trabajadores, dejando de ser un derecho a la salud por respeto a la inviolabilidad de la vida, para convertirse en el mediano plano en un escandaloso negocio financiero determinado por la máxima del mercado: “sí tienes recursos aquí estamos para tratarte; sí no que te mueras, bien merecido lo tienes”. (Ver recuadro: cuánto tendrá que pagar…)

El periodista uruguayo nos revela como la tecnología nos mueve de un lado a otro, en ocasiones no sabemos a dónde llegar, cuando ella debería ayudar a todo el mundo a hacer de la solidaridad y convivencia en el planeta el afán de cada día. El profesional en comunicación, como especial excepción, está mucho más obligado a enrumbar su quehacer en la búsqueda de justicia social, elevar la voz por quienes por años son arrinconados, levantar la bandera por los pueblos sedientos de protagonismo y democracia de real participación. Recordando en lo conducente a quien falleció recientemente, Enrique Dussel, a identificar a los despojados y a sus despojadores.

Por eso la anécdota contada por Haberkon en cuanto mandó a sus pupilos a buscar en la ciudad un acontecimiento novedoso para enseñar la redacción de una noticia periodística, pero una muchacha llega con la “novedad” y “descubrimiento” que en Montevideo todavía hay puestos de venta de revistas y periódicos, lejos de causar risa tal ingenuidad, debe remitirnos a pensar sobre de qué nos despojan actualmente y quiénes son sus despojadores. Otros, tan despistados como esa alumna, al ser preguntados sobre quién es Almagro (Luis Almagro, excanciller uruguayo colocado por el nazi fascismo regional como actual secretario general de la OEA), o qué pasaba en Venezuela, país con más de 600 agresiones comerciales estadounidenses y tema central además del presidente costarricense, Rodrigo Chaves, cada vez que aborda cuestiones inflacionarias, desconociendo la aplicación ilegal de la extraterritorialidad de la ley norteamericana por el Tío Sam), son reflejo de un siglo de multilateralismo que sí ignoramos de dónde venimos y hacia dónde vamos, pueblos enteros serán arrasados por las llamadas guerras “proxis”. La dignidad valdrá según lo que tengas en el bolsillo, las guerras impuestas será antídoto para la paz y el derecho internacional es monopolio del más fuerte y del mejor cínico.

Como en todas partes, quienes resistan el despojo no serán, ya no “Los hechiceros del siglo XX”, parafraseando el título del libro del escritor nacional, Carlos Morales, sino quienes en el siglo XXI están obligados a ver qué hay afuera de la caverna de Platón. Un universo multicolor rechazado por quienes hoy son genocidas de niños y mujeres, pero son “pacifistas”. Invaden y destruyen naciones enteras y son el ejemplo de la “democracia” activa; “invierten” en una semana un billón de dólares en el negocio de las armas, mientras 828 millones de seres humanos padecieron hambre en 2021;46 millones de más que en 2020 y 150 millones más que en 2019. Toda una locura organizada ante nuestras narices.

Víctimas y victimarios

Así como hoy el “genocida” es “pacifista”, el “racista” cuenta con “bendición” sagrada” para sojuzgar a medio mundo, Costa Rica, con sus 51 mil kilómetros cuadrados de “pura vida”, jamás va escapar de los nuevos paradigmas. A pocos años después de la separación del saqueo español no hay “mejor” alternativa de gobernanza que las élites. Al menos ellas así nos lo expresan. Nos educan para convencernos que los pueblos no tienen capacidad para administrar el dinero de provenientes de sus impuestos ni pueden dar el mejor uso a los bienes del estado para satisfacción y felicidad de la colectividad. Por el contrario, se disfrazan proclamándose como “el país”, “la nación”, etc…

La multitudinaria manifestación del pasado 25 de octubre- atomizada, por cierto, de consignas, según el interés particular de cada grupo- nos hizo olvidar, por momento, que algunos “colados” y, en ese momento abnegados marchantes, son directa o indirectamente responsables de millones las víctimas costarricenses por 40 años de un modelo interesado en disminuir el Estado y priorizar el crecimiento económico sin distribución ni desarrollo social. En palabras dichas en lo conducente por el presidente Chávez: en la medida que el estado no estorbe es mejor económicamente. (Conferencia de prensa 8/11/2023; canal 13).

Nunca, como ahora, cuando estamos a la vuelta de unas elecciones municipales, quedaron en el olvido los victimarios del pueblo costarricense desde 1982, pues en dicha marcha lograron camuflarse y ahora son “víctimas” de la inseguridad ciudadana, el desempleo, la desigualdad social, la falta de presupuesto para vivienda, la muerte lentita, pero segura de nuestro campesinado, la judicialización de la protesta social, el elevado precio de la educación privada, amenaza de cierre o venta de bancos etc.

Son 40 años de garrotazos sin parar difíciles de olvidar. Algunos de estos asistentes, hasta con pancarta en mano, quisieron que olvidáramos cuando desde una curul, la cátedra universitaria, el sindicato blanco, la televisión o cualquier medio de entonces, privatizaron el servicio de buses, cerraron las empresas Transportes Metropolitanos (TRANMESA) y CODESA, vendieron Línea Aérea Costarricense (LACSA), ordenaron no más estancos del Consejo Nacional de Producción (CNP) para los trabajadores humildes, nos impusieron el negocio de la educación superior privada, sin mayor oposición desde la cátedra, desmantelaron la cultura, el deporte y la educación primeria y secundaria como derecho del pueblo y un largo etcétera.

Consignas variadas en la marcha del 25 de octubre pasado (Tomada de Universidad).

Así configuraron dos Costa Rica (no preocuparse, por favor, también hay dos Uruguay, dos Perú, dos Colombia, dos Honduras, dos Panamá…). Una oficial. vista cómodamente desde el interior de la caverna de Platón, vendida en gran medida por una prensa dicharachera o alquilada cuando hay cámaras interesadas en desmovilizar a las masas. La otra, la mayoritaria, con salarios de hambre, jóvenes lanzados al sicariato, gente que muere en pasillos hospitalarios a la espera de atención médica, millares de personas haciendo sus vidas sin agua, luz y en medio de destartalas láminas de zinc etc., interesa solo sí hay elecciones.

La madre de nuestros males

Por cierto, hablar de elecciones en nuestra región – Costa Rica no es excepción – es definir, sí nos movemos en el campo de la politiquería o de la politización. El diccionario mexicano define la politiquería así: s f (Popular) Práctica engañosa, truculenta y tramposa de la política o de las relaciones sociales, que busca dañar a otras personas para lograr los fines propios: “Hundidos en la politiquería, no les interesa que se hunda el país” (https://dem.colmex.mx/ver/politiquer%C3%ADa). En el caso la politización, causante de tanto horro en los pasillos de la aristocracia, pues nos la confunde con “polarización” o ”populismo”, se define en su primera acepción, así:
1 Educación de una persona o de una colectividad en el conocimiento político, la conciencia y la responsabilidad con respecto a la sociedad en que viven: “Su espíritu de clase trabajadora y su politización han ascendido en grados mayores” (https://dem.colmex.mx/Ver/politizacion).

En el caso costarricense, cobra principal relevancia diferenciar ambos preceptos, pues en el país, como parte de nuestra América, la “politiquería” desplaza la “politización”, dando tierra fértil a la corrupción activa y pasiva, con los consecuentes problemas fiscales y endeudamiento externo.

En esta línea, el semanario Universidad, en su edición del 13 de octubre de 2023, pone algunas banderillas al toro, cuando informa que un total de 160 empresas calificadas como Grandes Contribuyentes Nacionales (GCN) y Grandes Empresas Territoriales (GETES) reportaron cero ganancias o pérdidas en el 2022, a pesar de reportar activos por más de ¢8.406 billones e ingresos brutos por ¢3.775 billones.

En promedio, agrega, entre el 2021 y el 2022, un 13,2% del total de contribuyentes (60.934) al impuesto sobre los ingresos y las utilidades declararon pérdidas (35.467) o cero ganancias (25.467). Los activos totales declarados por este grupo ascienden en promedio a ¢19,4 billones y los ingresos brutos declarados a ¢7,3 billones. La Contraloría General de la Republica estimó que la cantidad de contribuyentes que omiten declarar impuestos sobre ingresos pasó de un 20% en el 2021 a un 25% en el 2022 añadió ese medio de comunicación

Por eso, el reciente caso de ¢3.200 millones hurtados de una bóveda del Banco Nacional de Costa Rica, jocosamente denominado como “gallo tapado”, ya no extraña más allá´ de los canales de televisión, aunque debiéramos preguntarnos quienes pagarán el hurto, en caso de que se haya cometido.

Bernardo Alfaro, gerente general del BNCR, muy triste por “manotacillo” de 3.200 millones de colones.

Por este mismo norte va la reciente denuncia realizada por Flora Fernández, una de las sobrevivientes del llamado “caso ALDESA”, quien estimó en $ 12 millones las pérdidas para los ahorrantes de una complicada trama bursátil, dónde de momento, dice la Fiscalía, se investiga el asunto y, por tanto, no hay personas juzgadas y, por ende, nadie es culpable mientras no se demuestre lo contrario.

En su libro “Destructor de idas y sueños”, Fernández nos cuenta que en este afer financiero y bursátil cerca de 30 asociaciones solidaristas perdieron US$ 10 millones por medio de ALDESA Valores Puesto de Bolsa SA,

Estamos hablando de 27.550 trabajadores solidaristas, quienes perdieron US$450 de sus ahorros en la asociación, sostiene en su libro, añadiendo que resulta extraño – señala – que el Movimiento Solidarista y la dirigencia de las empresas afectadas guardaran silencio y se limitaran a rebajar de los ahorros de los trabajadores la pérdida sufrida.

Públicamente los afectados consideran necesario cerrar el Consejo Nacional de Supervisión del Sistema Financiero (CONASSIF) – encargado de regular y supervisar el sistema financiero- porque dicen incumplieron los deberes de fiscalización Por este presunto incumplimiento de deberes no hay juzgamientos judiciales.

De esta manera, la corrupción nos presenta sus efectos desastrosos en toda la región. En Costa Rica, el escamoteo de recursos públicos se traduce en menos educación para jóvenes, ridículas jubilaciones para ancianos, menos servicios de salud etc., traduciéndose sus efectos en más sicariato, narcotráfico, violencia en las calles, entre otros.

Usted lleva razón: estamos pensando en lo mismo. Cuando estalló el llamado caso de las “Trocha”, no volaron unos cuantos pesos. Se fueron el equivalente a construir al menos 7 escuelitas para hijos de jornaleros. ¿Cuántos EBAIS hubieran construido la CCSS con la plata que se fue en los sonados casos Cochinilla, Azteca y Diamante?; solo para citar unos poquitos saqueos de que nos hemos enterado.

Precisiones y definiciones

Sin embargo, para el próximo año 2024, estiman, sobre la base del presupuesto enviado recientemente a los diputados, deberá destinarse un promedio de ₡5.814.000.000.00 para “atender” el servicio de la deuda pública. “Eso significa que, por cada uno de los 12 meses de 2024, se presupuestan ₡484.500.000.000 (cuatrocientos ochenta y cuatro mil quinientos millones de colones). Y, si consideramos el tipo de cambio actual, a un promedio de 538 dólares estadounidenses, tenemos la también enorme cantidad de 900 millones 557 mil 620 dólares ($900.557.620).”, destaco recientemente el secretario general de la Asociación Nacional de Empleados Públicos y privados (ANEP), Albino Vargas Barrantes.

Los motivos para endeudarse como forma de gobierno son variados: quienes nos endeudan no son ellos quienes pagan. Tienen sus tecnócratas especialistas en saber administrar la pulpería hacendaria: sí a la gaveta entra menos plata de la que gastaron, entonces hay déficit fiscal. “Hay que amarrarse el cinturón “, sentencian y, de inmediato, usted verá quienes pagan con menos escuelas, colegios, carreteras llenas de huecos, falta de policías y subidas de impuestos indirectos, porque no hay plata en Hacienda.

Sentirá entonces que usted eligió un presidente de la república y 57 diputados, pero vienen dos o tres delegados del Fondo Monetario Internacional e imponen de donde sacar la plata para enfrentar el déficit fiscal. Dicen cómo imponer los medios para sacar la plata a las mayorías, mientras quienes nos saquean unen voces junto a los que piensan que la situación es insostenible e inmoral.

“Y entonces, cuando uno comprende, que ellos (sus alumnos de periodismo) también son víctimas, casi sin darse cuenta va bajando la guardia…ellos querían que terminara la clase. Yo también”; Leonardo Haberkon.

¡Son estos los momentos cuando se nos agranda Joaquín García Monge, José Martí, Julius Fucik, José Ricardo Maseti y Eduardo Galeano, entre otros!

*Periodista, abogado y notario por la U.C.R.